Sana doctrina - Cree en Cristo y seras salvo

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¿Qué es la “sana doctrina”?
La palabra “doctrina” (dadique), de acuerdo al Diccionario Expositivo de W.E. Vine es lo
que se enseña o la acción de enseñar o dar instrucción. Las personas que creemos en
El Señor Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, seguimos y obedecemos sus
enseñanzas, que junto con el resto de la Palabra de Dios contenida en la Biblia,
constituyen la “sana doctrina”, sana porque está libre de error, daño o vicio y nuestro
compromiso es aprenderla y transmitirla tal cual es, sana, sin error, daño o vicio.
“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” Mt.7:28-29
Las enseñanzas de Cristo provienen del Padre celestial:
“Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.”
Jn. 7:16
Dijo Moisés al pueblo de Israel:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios;
a él oiréis;”
Dt. 18: 15
Dijo Jehová a Moisés:
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en
su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis
palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
Dt. 18: 18 y 19
Pablo explica a Tito que los hijos de Dios deben enseñar la Palabra sin distorsionarla:
“retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar
con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.”
Tito 1 :9
Debemos comprender lo serio e importante que es escuchar las Palabras de Jesucristo ya
que pedirá cuentas a quienes no lo oyen y también a quienes le agregan o quitan y
distorsionan.
“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si
alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este
libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del
libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”
Ap.22:18-19
Sin embargo abundan los que agregan en sus vidas enseñanzas, costumbres paganas y
tradiciones sin temor ni respeto alguno. Estas personas son llamadas por la Palabra de
Dios falsos maestros:
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo (Israel), como habrá entre
vosotros (la Iglesia) falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías
destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos
destrucción repentina.”
2P. 2:1-2
El mismo Señor Jesucristo señaló, como había sido profetizado por Isaías, que el pueblo de
Israel estaba distorsionando las enseñanzas de Dios:
“Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres.”
Mt. 15:9
Y advirtió que en el futuro habría engañadores, falsos profetas y anticristos:
“Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y
prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.” Mt.24:24
Pablo advierte a Timoteo:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
2 Ti. 4:3-4
La Bíblia nos enseña las características mundanas de los falsos maestros:
“y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios;
y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene y que ahora ya
está en el mundo.”
1 Jn. 4:3
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro
Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad. Está envanecido, nada sabe,
y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias,
pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de
entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia;
apártate de los tales.”
1 Ti.6: 3-5
“Porque hay muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores”….
“que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.”
Tito 1:10-11
“…vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos…..amadores de los deleites más que de Dios,
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.”2Ti. 3:4-5
De acuerdo a lo anterior estos hombres aparentan servir al Señor, pero en realidad están
obteniendo ganancias económicas, y entre más incautos les sigan, sus riquezas
aumentarán, por eso buscan atraer cantidad de personas de las que no les importa su
salvación, tolerando todo tipo de pecados, dándoles lo que les gusta, música, baile,
convivencia mundana, etc….
“Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios
vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.”Ro.16:18
“…son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios
es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.” Fil. 3: 18-19
Las personas que siguen a estos falsos maestros, en su mayoría, no son hijos de Dios, salvo
algunos casos de aquellos que hayan creído al evangelio pero que ignoren las Escrituras y
por eso estén siendo manipulados, pero si son hijos de Dios, al escudriñar la Palabra
tendrán que reconocer el error y salir de en medio de ellos (2Co.6:17).
La misma Palabra nos enseña que el hijo de Dios sigue las enseñanzas de Jesucristo por la
dirección del Espíritu Santo que mora en él, mas no es así en los incrédulos.
Jesús dijo: “Yo soy el buen Pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,”…” y las
ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él,
porque no conocen la voz de los extraños”…”Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi
mano.”
Jn. 10: 14, 4-5, 27-28.
“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso el mundo los oye.
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye.
En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”
1 Jn. 4: 4-6
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a
Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo. Si alguno
viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!
Porque el que le dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras.”
2 Jn. 9-11
Actualmente vemos un aumento de todo esto, ¿No es cierto que abundan grupos que se
hacen llamar “cristianos” aunque sus enseñanza no son bíblicas, cuyo énfasis esta en
señales y manifestaciones milagrosas? Que atraen a muchísimas personas a sus reuniones,
no a los pies del Señor Jesucristo mediante la fe y el arrepentimiento (cambio en la
manera de pensar). Hacen a un lado el Evangelio de Jesucristo y no dejan obrar al Espíritu
Santo, puesto que no está en ellos, sus métodos son mundanos, carnales. Aplican la
psicología, el “liderazgo”, manejan el ambiente y la música para manipular las emociones,
usan el entretenimiento, exhibicionismo, actividades recreativas. Sus “pastores” parecen
comediantes hablando fábulas, contando chistes, entretienen a las personas cayendo
muchas veces en la burla, y no enseñan las verdades bíblicas, mencionan a Dios pero lo
deshonran con sus falsas doctrinas. Hablan de prosperidad, riqueza y bendiciones aquí en
la tierra, sin tomar en cuenta que la verdaderas bendiciones del cristiano están en los
cielos (Ef. 1:3); que no nos interesa hacer tesoros aquí en la tierra (Mt. 6: 19-21). Uno de
estos falsos maestros hablaba de que los hijos de Dios deben liderar y “empoderarse”
donde estén, eso no lo enseña la Palabra de Dios, por el contrario Jesucristo enseño que
entre sus discípulos no sería así, sino que el que quiera hacerse grande o ser el primero
deberá ser siervo de los demás (Mt. 20: 25-28). Otros reclaman promesas de Dios
¿Quiénes somos para reclamar a Dios nada? El es Soberano y da y quita como quiere;
Declaran o decretan que Dios hará lo que ellos quieren, siendo que el mismo Jesucristo
dijo al Padre: “…pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”(Lc. 22:42). Podemos pedir en
oración, pero la Biblia enseña a pedir de acuerdo a la voluntad de Dios y aceptar su
respuesta. Para recibir lo que se pide a Dios en 1 Jn. 3:22 se nos enseña que hay dos
condiciones, guardar los mandamientos de Dios y hacer las cosas que son agradables
delante de Él. Otros se atreven a reprender enfermedades o “espíritus de enfermedades”
siendo que el mismo arcángel Miguel, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra
Satanás sino que dijo: “El Señor te reprenda” Jd.1:9, pero estos hombres si rechazan la
autoridad y blasfeman de las autoridades superiores (Jd. 1:8). En fin, podríamos citar
muchas falsas doctrinas que proliferan actualmente, pero lo importante es que
escudriñemos la Palabra, como hacían los de Berea en tiempo de los apóstoles para saber
si lo que nos enseñan es conforme a la Palabra de Dios (Hch.17:11).
Falsos maestros habrá en este mundo, lo importante es reflexionar: ¿Reconozco que soy
un pecador? ¿Ha cambiado mi manera de pensar (arrepentimiento)? ¿Creo que Jesucristo
es el Hijo de Dios, en quien tengo redención por su sangre, el perdón de pecados, porque
murió para salvarme? ¿He pasado de muerte a vida, de los ídolos a Dios, de las tinieblas a
la luz, de mundo a la familia de Dios? O ¿vivo igual que siempre solo que hablo de Dios
porque entiendo que eso es bueno, y creo que así los demás verán que soy muy
espiritual? ¡Cuidado! No podemos engañar a Dios y está en riesgo el destino eterno del
alma.
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