GÜRTEL, UNA TUPIDA RED DE INTERESES EN TORNO A CARGOS PÚBLICOS DEL PP EN MADRID, GALICIA Y VALENCIA 'Don Vito' Correa y el yerno de Aznar JOSÉ MARÍA BRUNET - Madrid LA VANGUARDIA, 7.10.09 De los más de 17.000 folios afectados ayer por el levantamiento del secreto sumarial se desprende que la red Gürtel funcionó como un complejo entramado de intereses en torno a cargos públicos del PP, manejados por Francisco Correa, como principal cabecilla y por Pedro Crespo, ex secretario de organización popular en Galicia, y Álvaro Pérez, el Bigotes, en Valencia. Según el sumario, Correa desvela que fue el yerno de Aznar, Alejandro Agag, quien le propuso que el Bigotes llevase los actos del ex presidente, "y a Botella (la esposa de Aznar), le encantó". Agag aparecería como titular de una de las cuentas para pagos no declarados, o contabilidad B, según una relación de datos bancarios hallada en los registros y según la declaración judicial de José Luis Izquierdo, empleado de confianza de Correa y Crespo. Agag negó ayer cualquier participación en los negocios investigados y amenazó con tomar medidas judiciales si se insinúa su vinculación con actividades irregulares. El Padrino. Izquierdo relata que como nombre en clave para la contabilidad B, Correa le dijo: "Llámame Don Vito", en referencia al jefe del clan de El Padrino. El empleado cuenta a la policía que no sabía si Correa hablaba o no en serio, pero que le hizo constar así en la relación de nombres falsos para que viera que cumplía sus órdenes a rajatabla. El testigo de la boda. El propio Correa fue uno de los veinticuatro testigos en la boda de Agag con Ana Aznar, hija del ex presidente, en El Escorial. Cuando Agag le propuso al Bigotes para organizar los actos del presidente, Correa le espetó: "¿Tú estás loco, uno que viene del mundo de Pajares?", en referencia a que Álvaro Pérez había trabajado con el humorista, por lo que el cabecilla de la red no le creía apto para "un tema serio", dada su procedencia del "mundo de la noche y el espectáculo". Pero el Bigotes se dio mucha maña para los negocios, y al poco de contactar con la red era un empresario próspero. La versátil caja B. El empleado de confianza que tenía el control de la caja B, el citado José Luis Izquierdo, le contó a la policía que aquella se nutría con fondos que le entregaban Crespo, Javier Nombela (de Easy Concept, otra empresa de la red) y el Bigotes, en nombre de Orange Market, la sociedad que operaba en Valencia, supuestamente en relación con cargos del PP y de la Generalitat valenciana. Pero precisó que las fuentes de provisión eran muy versátiles, porque a veces conseguía el dinero de cajas de seguridad repartidas por varias entidades y a las que tenía un privilegiado acceso. El bróker americano. El sumario revela que, una vez en prisión, tanto Correa como Crespo y el primo de este, Antoine Sánchez, intentaron desde febrero mantener el control de los fondos ilícitamente obtenidos. Llegan a decir que han pedido a sus abogados que se ocupen de garantizar la indemnidad del dinero antes que su propia libertad. La esposa de Crespo, Consuelo Margarita Vázquez, entra en contacto con un bróker norteamericano, Randall Lew Caruso, en demanda de asesoramiento sobre cómo mantener a salvo el dinero. La policía detecta estos movimientos porque graba las conversaciones de Crespo con su esposa en la cárcel, en febrero, cuando los principales responsables de la red acaban de ser detenidos. La policía actúa por temor de que Correa huya a un país de Centroamérica. Paraísos fiscales. Uno de los objetivos del juez instructor, Antonio Pedreira, y de la Fiscalía es recuperar el dinero defraudado. Para ello se han cursado solicitudes a las autoridades de varios países, entre ellos Suiza. La justicia española quiere poner a prueba los acuerdos del G-20 en materia de transparencia financiera y paraísos fiscales. La investigación confirma que hay fondos de Gürtel en entidades helvéticas. El juez ha pedido que se bloqueen 23 millones de euros que la red tendría en dicho país. Para tratar de evitarlo, la red habría contado con la colaboración de otro imputado, José Ramón Blanco Balín, a quien recurrieron para ayudar al sostenimiento de las familias de los detenidos. ¿Espías en la Audiencia?Un informe de la policía que señala a Blanco Balín como persona de contacto de los abogados Manuel Delgado y José Antonio López Rubal, defensores de los cabecillas de la red, y añade que han buscado a otros letrados con "vinculaciones con personas que ocupan puestos en los órganos judiciales de la Audiencia Nacional para tratar de obtener ventaja en el desarrollo del procedimiento". López Rubal - se añade-se encarga de coordinar las declaraciones, para evitar contradicciones. La policía insinúa que su actuación traspasa el ejercicio del derecho de defensa, al decir que transmiten a los imputados "la idea de que se les va a seguir ayudando para evitar disensiones". El cochazo. Las grabaciones policiales contienen jugosas conversaciones sobre la inclinación de la trama y sus supuestos amigos en materia de artículos de lujo. Así, Crespo y el Bigotes comentan la compra de un coche de gama alta para Ricardo Costa, secretario general del PP en Valencia, a quien urgen para que se decida sobre "el color exterior, el color interior y las llantas". Y el reloj de 20.000 euros. El Bigotes también le cuenta a Crespo que Costa va "como un niño con zapatos nuevos" después de haber recibido del alcalde de Alicante un reloj de acero valorado en 20.000 euros. "Ya conoces a Ricardo - dice-,con una cosa de estas se vuelve loco, pero no se lo puede poner por Valencia, ya se lo he dicho, porque es un cante de cojones, aparte de que es muy grande, ¿sabes?"