entrevista grupal en torrelisa

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ENTREVISTA GRUPAL EN TORRELISA
29 de marzo de 2013
PARTICIPANTES:
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Luis López de Casa Perico
José Broto de Casa Betato
Francisco Encuentra de Casa Encuentra
José María Encuentra de Casa Encuentra
Joaquín Altemir de Casa Sirvent
Francisco Puyuelo de Casa Benito
Todos ellos nacidos en Torrelisa
Grabación “Torrelisa grupal”: (con las anotaciones de qué habla en cada minuto)
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Antes de la grabación Recuerdan que hubo un hombre que se marchó a Francia
a trabajar. Era muy celoso, así que venía sin avisar, por sorpresa, y se escondía
dentro de un tonel para espiar si su mujer le era infiel. Finalmente la mujer
decidió marcharse con él también a Francia, y le dijo a otra persona del pueblo
que le fuera pagando los recibos de la contribución de la casa y se los guardara.
“Si vuelvo, te los pago. Y si no vuelvo, es porque nos ha ido bien y ya no
volveremos.” Ya nunca más volvieron, pero aún conservan en la casa todos los
recibos de contribución guardados en una caja de metal.
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Antes de la grabación Mucha gente de Torrelisa marchó a Francia para probar
mejor suerte, porque en las casas había muchos hermanos y era difícil
mantenerse.
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0:00 En el salón social había antes una máquina de escribir Olivetti. Y se
guardaba allí un libro grande con tapas de cuero de piel ¿de cabra?. Y en ese
libro estaba escrita toda la historia del pueblo: quien moría en la guerra, quien se
iba a América, nacimientos, defunciones… Pero desapareció, porque la casa se
“espaldó” y la gente estaba entonces en Barcelona y nadie se preocupó de
sacarlo para que no se estropeara. Era el libro de la cofradía.
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0:40 En tiempos hubo en Torrelisa muchas pestes, y nadie quería ir a sacar a los
muertos de las casas para enterrarlos. De manera que hicieron una cofradía, y así
establecieron quiénes tenían que ocuparse cuando una persona moría: les tocaba
a los vecinos de los lados de la casa (derecha e izquierda), quienes tenían que
amortajar, buscar la caja, buscar el cura, a veces también preparar la comida para
los parientes… eran los encargados de todo lo que había que hacer cuando
alguien moría. Hasta hace poco aún se seguía esta tradición (ahora ya no porque
casi todas las personas viven fuera). También formaba parte San Lorién de la
cofradía, porque antes San Lorién era de Torrelisa.
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2:25 Una vez vino un francés diciendo que descendía de Casa La Mula de
Torrelisa. No saben si es el hijo de uno de Casa La Mula que se marchó a
Francia en tiempos.
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4:20 El primer domingo de octubre de cada año se hacía una merienda de la
cofradía en la que participaban todos los vecinos del pueblo. Cada cual traía su
merienda y merendaban juntos. También se hacía baile. Cada año se elegía a un
prior (responsable), a quien se le felicitaba si durante su mandato no había
habido ningún muerto (“¡bien por tal!” y aplaudían). Cada casa pagaba con trigo
a la cofradía, y con el trigo se compraba vino. Era el vino que bebían durante la
merienda.
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4:40 Han visto traer difuntos de San Lorién a enterrar a Torrelisa. Y del Soto
también venían, ellos ya no lo han visto, pero hay un collado que se llama
“cuellos muertos” donde se paraban a descansar. Lo llevaban entre cuatro.
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6:00 Comentan algunos muertos que ha habido en Torrelisa.
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14:20 Para mantener la cofradía también se rifaban patas de cerdo secas con
judías que se recogían por las casas. Era una subasta (“tanto, tanto y uno, tanto y
dos… ¿quién da más?”). Y se le adjudicaba a quien había apostado más alto.
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16:30 El campo “de la cofradía” y el campo “a cruz” era para la cofradía. Y
todos iban allí el mismo día a labrar, segar, recoger la hierba… Y hacían
montones de trigo para la cofradía. Con la hierba también hacían montones. Si la
vendían, el dinero que sacaban era para la cofradía. Recuerdan un año que
hicieron tantos montones de hierba como vecinos y la repartieron. Para que no
hubiera picardías, se puso uno de espaldas y el otro señalaba: “¿ixe pa quien?
Ixe pa Benito…” Y todos los domingos había torta bendita.
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18:30 Cada cual escobaba su trozo de calle porque el estiércol era muy
estimado. Y cuando se quitaban del corral se las hacía parar a lo primero en el
trozo de calle de cada cual, porque decían que al moverlas cagaban más.
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19:50 Para carnavales y para San Antón (fiesta pequeña) también se reunía todo
el pueblo. Para San Antón iban con una cesta con dos tapas donde guardaban lo
que les daban por las casas (huevos, tocino…). Lo recogían y merendaban en la
hoguera. Una vez para carnaval disfrazaron un burro y lo llevaron a San Lorién,
lo metieron en casa Lanau y lo hicieron subir por las escaleras. El 1 de agosto
también se hacía fiesta, venía un cantador (Joaquín Campodarbe). Era una fiesta
muy buena. Se hacía una ronda, y cuando pasaban por la casa donde había
habido un difunto se paraba la orquesta y se rezaba un padrenuestro. Para la
fiesta se hacía una torta y se rifaba (en subasta) para pagar a la orquesta. Al
acabar la fiesta, los mozos trepaban a las ventanas para comerse las chiretas que
habían sobrado de la cena y que se guardaban en el alféizar para que no se
estropeaban.
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24:40 Antes en la tienda, había quien pagaba con dinero. Pero muchas mujeres
pagaban no con dinero sino con trueque. “Necesito azúcar, ¿qué tienes?, y se lo
cambiaba por lo que le podía ofrecer”.
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26:10 En tiempos había que moler a escondidas de noche, porque el trigo que no
se gastaba para pan había que entregarlo obligatoriamente al Servicio Nacional
de Trigo.
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27:00 También recuerdan que habían llevado tocinas cuando estaban en celo a
cubrir a Los Molinos (donde estaba el macho).
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28:20 Antes había viejos que fumaban pero no fumaban: machacaban mucho el
tabaco y después lo olían.
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30:39 Jotas que cantó uno a su mujer “Cuando sale la aviación por la Peña
Montañesa, yo me refugio entre las piernas de Josefa”. Otras jotas: “Torrelisa
está en un valle, Araguás en una barranquera y os rabosos del Pueyo na’más
tienen una calle”, “por más que corras y sudes y te cambies de camisa, no
encontrarás gente más buena que en el lugar de Torrelisa”.
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32:20 En tiempos de guerra. Este local (el de la escuela) era donde estaba el
secretario, se llamaba “la comarcal”. Allí tenían las escopetas. Estaban en el
local cuando se enteraron que una niña había escrito “Viva Cristo Rey” y tenían
mucho miedo de que los rojos lo descubrieran. Lo borraron para que no lo
pudieran ver. Los rojos les pedían el salvoconducto cuando se encontraban con
los del pueblo. El salvoconducto era el pasaporte de antes.
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35:25 Cuando la guerra se fueron a refugiar a una cueva de la Peña “Esplugón
de Chaime” (allí se ha formado como una taza natural con el agua que gotea del
techo). Estaba por el camino que va de Oncins a Los Pozos, frente a la Canal
Mayor. Eso fue cuando pasó el frente, cuando iban huyendo los rojos (en los
tiempos de la Bolsa de Bielsa). Es una cueva muy grande.
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37:25 Una historia que se contaba antes: En Torrelisa pasaban mucho hambre y
se mataron una burra para comer, y a los de Araguás se les dio de la cola p’atrás.
¡Pero los de San Lorién en quereban también!
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47:40 Acerca de los maquis. Creen que se tiene que hacer un paréntesis porque
todo no se puede poner, aunque ya haya pasado todo.
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39:20 Los maquis no hacían daño, sólo se llevaban comida y bebida, y pedían
que no saliera nadie de la casa por la noche.
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39:30 En una casa cenaron 20 maquis. Dijeron “somos los maquis”. Entonces
estaba en la casa el maestro, que llevaba una camisa “azul” de la falange y sintió
mucho miedo porque pensó que igual le harían algo. Cuando subieron los
maquis, el maestro sacó un paquete de Celtas, les invitó a fumar a quien quiso.
Y los maquis cenaron y después cree que pagaron, y no le hicieron daño a nadie.
Se llevaron pan. Mientras cenaban, una mujer bajó a la bodega a por vino y
como manaba muy despacio tardaba mucho en subir, y los maquis sospecharon
que hubiera ido a dar la alarma. Antes de marchar, los maquis les dijeron que no
dieran parte a nadie hasta pasados dos días.
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42:00 Al siguiente día de dar parte el pueblo se llenó de guardias civiles, hubo
una reunión grande en el pueblo. Los maquis estuvieron mucho tiempo
escondidos en cuevas, entre ellas en una que está al lado de donde sale la
Lojafuente (en el Esplugón de Chaime no estuvieron, estaban más por la zona de
la Lojafuente). Cuando los cogían, se los llevaban a declarar. Al final cogieron a
todos los maquis y bajaron todo su armamento en burros.
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47:30 Una vez vinieron guardias civiles disfrazados de maquis, dijeron “que no
se mueva nadie de aquí”. Le preguntaron a uno de Torrelisa si había visto a los
maquis que se habían desviado. Como respondió que sí los había visto, lo
detuvieron por no haber dado parte y lo llevaron a la cárcel.
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49:00 A todos los de izquierdas los llevaban a la cárcel en esa época, estaban
entre seis meses y un año. Les detenían y les prestaban declaración con violencia
(les daban palizas). Aunque había mucha gente que no les ayudaba por ideología
sino por dinero, porque los maquis les pagaban por la comida que les
suministraban y entonces el dinero iba escaso. Algunos no disimulaban bien
porque compraban en Aínsa sacos de 15 kg de azúcar, de arroz… y entonces ya
sospechaban que pudieran estar vendiendo comida a los maquis.
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50:30 Radio pirenaica era una emisora que estaba financiada por la República, y
emitía desde Checoslovaquia en castellano. La emitían los refugiados que se
fueron hacia Francia, hacia Rusia… y hablaban de España. Esto era unos 8 ó 10
años después de la guerra. Al escucharla te enterabas de todo lo que pasaba
realmente en España (porque en ese tiempo había mucha censura). “Radio
España Independiente”. Se escuchaba en toda la zona, y estaba totalmente
prohibido escucharla. Cuando empezó a haber alguna radio en las casas se podía
escuchar, aunque quien la escuchaba lo hacía pegando la oreja al altavoz por
miedo a que pasara por la calle la guardia civil y los descubriera o a que les
denunciara algún vecino. En algunas casas la escuchaban con mucho cuidado a
partir de las 12.
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55:10 En Torrelisa más o menos se enfrentó una mitad frente a la otra, había dos
bandos bastante definidos, y eso deja mucho lastre. También había bastantes que
eran neutrales. Y hubo quien se pasó de un bando a otro.
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57:00 Durante la guerra mataron a dos hombres de Torrelisa. Un tenía unos 16
años, se llamaba Quino y era muy buen zagal, era de la Quinta del Biberón.
Estaban los críos jugando en la plaza de Torrelisa cuando llegó el correo con la
carta en la que se avisaba de su muerte. Y se quedaron todos muy tristes.
Muchos fueron a la guerra obligados, como la Quinta del Biberón, aunque dos
fueron voluntarios.
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1:00:00 Refugiados en Francia: allí te enseñaban un oficio, te daban cama y te
pagaban un poco de dinero.
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1:02:00 Santa Nunila y Alodia están en el cajigar. Ellos no los han visto, pero
los viejos hablaban de esas ermitas.
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1:02:15 Según la tradición oral, Torrelisa antiguamente era “Torre de Lisa” y
solamente era una casa que poseía todo el contorno (era Casa Betato y Casa
Benito, que después se separaron). Estaba a unos 40 minutos de Lupe de
Samitier, que era el pueblo. Una peste los mató a todos, sólo se salvaron los que
estaban fuera. Cuando volvieron, tres se marcharon a San Lorién, y dos a
Torrelisa, y así se fundó el pueblo. La leyenda cuenta que cayó un cuervo
muerto y los niños lo arrastraron con un cordel, y creyeron que eso fue lo que
trajo la peste.
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1:04:00 Conocen la historia de San Victorián y Santa Maura.
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1:05:25 Antes de la guerra había que pagar diezmos y primicias. “Diezmos”
quería decir que el que hacía 10 se lo llevaban. Por eso a los corderos más majos
les daban pan para que vinieran los primeros y no fueran para el cura. Había que
darles uno de cada 10 de todo lo que producían (corderos, vino, pan…). Se
preguntan si a lo mejor pudo haber una época en que también tendrían que
entregar el primero de los diez siguientes “primicias” porque la palabra sugiere
que podría ser así.
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1:09:30 Un abuelo de ellos le contaba que tenían que pagar los diezmos y
primicias, y que era muy horrible y muy duro. Se lo pagaban al Monasterio, que
eran los súbditos del rey, aunque casi tenían más poder ellos que el propio rey.
La gente vivía mucha miseria, y no vivían muchos años: a los 50 años ya eran
viejos. Y sin dientes.
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1:11:15 Debaten acerca de si antes las personas eran más altas o más bajas.
Siglos atrás, las personas eran más bajas. Aunque estas generaciones atrás los
habitantes de estas montañas eran más fuertes y más grandes que ahora, porque
la selección natural hacía que los débiles murieran. Recuerdan que los abuelos
de ellos eran muy altos.
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1:16:00 A uno de ellos le contaron que un hombre fue a la montaña con otro del
pueblo, y cazaron a un osezno. Lo metieron en un saco, lo trajeron al pueblo, y
lo pusieron en el cuarto del obispo en una casa (se llamaba así porque lo había
estrenado el obispo). En ese cuarto había una letrina. A la mañana siguiente
descubrieron que el oso se había escapado por la letrina que daba a un huerto.
Como había nevado, pudieron seguir el rastro y lo cogieron por encima de San
Lorién. Se llevaron al oso al zoo de Barcelona, y fue el primer oso que hubo en
el zoo de Barcelona. También cuenta la historia que cuando cogieron al oso
había un problema, y es que la madre les podría seguir por el olor. Habían
escuchado que si te quedabas sin respirar, el oso no te tocaba porque la carne
muerta no la tocaba. Así que se quedó uno en el monte sin respirar, y la osa lo
tocó y se marchó porque se imaginó que su hijo estaría muerto.
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1:21:55 El abuelo de uno de ellos contaba que quienes tenían algo para vender,
algún excedente, tenían que salir a venderlo porque a Torrelisa nadie les venía a
comprar. Así que marchaban a otros pueblos, pero cuando se iba el sol tenían
que refugiarse del lobo.
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1:22:00 Un abuelo contaba que una vez hubo un hombre que era muy valiente y
muy noble (le llamaban “General Prim”) cogió los machos y se fue a vender
trigo a Bielsa. Cuando volvió se le hizo tarde, y viniendo desde San Lorién a
Torrelisa se le hizo de noche. Y le salieron 4 ó 5 lobos detrás. Cuando se
acercaba al pueblo ya le saltaban los lobos por detrás. Pero al llegar a las
primeras casas los lobos se asustaron y se marcharon.
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1:24:15 Cuentan que antes había en el pueblo un mastín con un collar de púas de
hierro para protegerse de los lobos (en el cuello y por toda la barriga). En una
ocasión habían luchado y tenían que arreglarle la armadura. Esta noche el mastín
se quedó durmiendo en la era sin protección. Y vinieron los lobos y el mastín
salió a atacarles y lo mataron y se lo comieron. También se comieron a varios
perros más del pueblo.
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1:24:00 El lobo no puede girarse fácilmente, tiene que girar todo el cuerpo, no
se retuerce tanto como los perros, por lo que es una desventaja para él.
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1:27:50 Un abuelo contaba muchas historias del lobo. Contaba que una vez en
Cuellos Muertos aulló un lobo, y su abuelo lo imitó. Cuando llegaba a las eras
ya venían los lobos a seguirle. Otro día bajaba su abuelo cuando bajaba el sol a
cerrar el ganado, y vino el lobo a atacar a las cabras. Su abuelo llamó a la perra,
que se llamaba “leona”. La perra se marchó detrás del lobo, y su abuelo se quedó
con el ganado y sin perro, y cerró a las cabras en el corral. Cuando estaban
cenando volvió la perra con la lengua afuera de cansada que estaba.
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1:30:00 El calzado: antiguamente en invierno se usaban zuecos, en verano se
ponían una tableta de madera con unas tiras de cuero. El talón de cuero. Tenían
unas para la misa del domingo, y cuando entraban en la iglesia se escuchaba
“quiticlín quiticlán” de las suelas de madera.
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1:31:30 Para la fiesta se compraban alpargatas de Aínsa. Para que duraran más,
antes de usarlas les hacían con una “lezna” (punzón) un agujero y las
traspasaban de punta a punta con un “filo” o cordel de cáñamo. De manera que
la alpargata se reforzaba, y moría antes por la tela que por la suela. Las usaban
para la misa y para el baile. A uno le duraron las alpargatas 7 años. El día de
fiesta incluso los músicos llevaban alpargatas blancas.
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1:33:30 Para que no se gastaran las alpargatas, para ir a la fiesta iban con
albarcas, y al poco de llegar al lugar se las cambiaban. Una vez uno se cayó a ir
de fiesta de un pueblo a otro y se hizo daño, se le puso el dedo morado, los
demás se le reían. Y él decía “menos mal que no llevaba puestas las alpargatas,
si no las jodo”.
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1:34:20 Antiguamente ser reían mucho más que ahora. En una ocasión, se
murieron cuatro personas en una casa. Y uno le pregunta: “yayo, ¿qué tal vais?”
Y le responde “Mal, pero menos mal que le ha pegado por las personas, ¡porque
si llega a ser por los animales nos arruinan!”
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1:34:45 Otra anécdota: Uno se encontró con un niño y le preguntó “De dónde
yes, ninón?” “De tal casa”. “¡Ah! Pues se ha muerto l’abuela, ¿verdad? ¿y de
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qué?”. Y el niño se encogió de hombros y respondió “No sé, ¡se’n dejó de
respirar!”. Con esto se imagina uno de ellos que antes cuando moría una persona
ponían un espejo para ver si respiraba y si se entelaba, y por eso asoció el niño la
muerte con el dejar de respirar.
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1:35:20 Otra anécdota: Bajaba un crío por la calle llorando y le preguntan “¿qué
te pasa? ¿por qué lloras?” Y le responde “¡Ay, porque se ha muerto mi padre,
que me ha muerto mi padre!” Y el otro de dice con voz desenfadada “¡bah, no te
preocupes, que a lo mejor ni lo era!”
Posterior a la grabación, me explican que cabía todo el pueblo en el Esplugón de
Chaime. Estuvieron allí dos noches. Se fueron a la cueva todos excepto los abuelos, que
decían “si me tienen que matar que me maten, pero yo no me muevo de aquí”.
Uno de los entrevistados explica que pese a los cambios que fue habiendo en cuanto al
mando del poder, la situación de la gente de los pueblos no mejoró. Fueron tiempos
muy duros y de mucha miseria. Recuerda oír expresiones como “fin del feudalismo,
más de lo mismo” y otra así como “Ay, Santa María, Santa María, pan comería, y si
fuera blanco mejor me sabría”.
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