el clero republicano, un colectivo olvidado

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DE LA CULTURA Y LA CIENCIA / LIBROS
N
El general Franco fue el represor de estos curas republicanos que la Iglesia católica también relegó al olvido.
Sobre la obra ‘Otra Iglesia. Clero disidente durante la
Segunda República y la guerra civil’
EL CLERO REPUBLICANO,
UN COLECTIVO
OLVIDADO
La Iglesia católica ni fue única, ni monolítica
durante la II República, y en especial, durante la
Guerra Civil. Doblemente represaliado por el
régimen y por la jerarquía eclesiástica, la obra
colectiva Otra Iglesia. Clero disidente durante la
Segunda República y la guerra civil (Ed. Trea,
2013), coordinada por Feliciano Montero,
Antonio Moreno y Marisa Tezanos, rescata del
olvido a un clero “republicano” que luchó por
la democracia y la modernización del
cristianismo en España.
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3–9 de noviembre de 2014. nº 1084
Por Andrea G. de la Puente
i la Iglesia, ni la izquierda creían compatible ser sacerdote y
republicano”, explicó una de
las coordinadoras de la obra,
Marisa Tezanos, durante la reciente presentación del libro en la Biblioteca Histórica
Municipal de Madrid. Doblemente olvidados, tanto por la Iglesia como por la izquierda, estos curas sociales creían que la
religión, la justicia y la democracia eran compatibles. “El catolicismo social fue donde
muchos de ellos comenzaron a comprometerse con el pueblo porque, al fin y al cabo,
vivían con el pueblo”, apuntó el profesor de
Sociología de la Religión en la Universidad
de Granada, José Francisco Carmona. Estos
curas no seguían el dogma de la jerarquía
eclesiástica, ya que consideraban que el modelo defendido por ésta no era lo que la sociedad española del momento necesitaba.
Consideraban el sacerdocio como un compromiso social, y la justicia y la democracia
como valores del cristianismo.
“Hace 25 años me topé con Luis LópezDóriga”, comenta Marisa Tezanos, uno de
los sacerdotes republicanos más conocidos
de la época, “y junto a Luis Gutiérrez comenzamos a investigar sobre el tema”. Un
primer esbozo de una línea de investigación que conforma este libro biográfico sobre “una realidad histórica apenas explorada, necesitada por tanto de una mayor investigación que esperamos estimular y animar, con esta primera entrega”, como señala el historiador Feliciano Montero en la
introducción.
No se trata de una prosopografía
única, sino el inicio de varias publicaciones biográficas sobre el clero “republicano” y el papel de esta “otra
Iglesia”, germen de un proceso de
transformación y modernización de la
Iglesia católica en España. “El hervidero de la modernización de España fueron algunos clérigos, ya en las Cortes de
Cádiz el clero liberal fue el ideológico y
abolió la constitución”, explicaba Juan Sisinio Pérez, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de CastillaLa Mancha.
Su objetivo es saber cuántos y quiénes
eran, y para ello, “contamos con una base
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de datos donde aparecen 80 sacerdotes identificados como republicanos y 120 posibles,
sobre los que estamos investigando”, explicó Tezanos.
“El libro no hubiese sido posible sin el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, Feliciano Montero, que incluyó al tema
del libro en su programa de investigación
Catolicismo y Laicismo en la España del siglo XX”, añadió Tezanos. No pretenden sólo la difusión, sino dar a conocer que existe
este equipo de investigación que estudia
acerca de este colectivo olvidado, a través
de archivos, mayoritariamente eclesiásticos,
para trazar estas trayectorias vitales de la forma más completa posible.
Una minoría de “Iglesia Republicana” representativa de los años 30, ignorada por la
historiografía española de la II República que
considera a la Iglesia Católica como única y
monolítica, ha sido reconstruida en el presente volumen a través de las trayectorias vitales de diez curas rojos, donde se abarcan
desde sus circunstancias sociales y familiares, el marco sociopolítico en el que se desarrollaron, hasta sus trayectorias, en las cuales sus crisis personales e institucionales, como miembros de la Iglesia, los pusieron en
situación límite.
Los sacerdotes biografiados en la obra no
son los más importantes, sino los que más
representan a la sociedad de la época. Aparecen sacerdotes de todos los estamentos
sociales, unos más conocidos como LópezDóriga y Jerónimo García Gallego, que fueron diputados en el primer bienio; Leocadio Lobo, diputado durante la Guerra Civil;
Tomás Gómez Piñán, catedrático de Historia del Derecho y miembro de la Comisión
Jurídica Asesora de la República, o Joan Vilar i Costa, que realizó propaganda de la
Generalitat de Cataluña durante la guerra.
Por otra parte, encontramos a curas del clero medio, tanto urbano como rural, como
Cándido Nogueras, que fue miliciano, o
Francisco González Fernández, que se dedicó a la docencia. Por su parte, Matías Usero Torrente y Régulo Martínez Sánchez dedicaron su vida a la política. El primero se
confesó socialista, mientras que el segundo fundó un Sindicato Católico Agrario, en
contra de los caciques de su pueblo, de
unos 400 habitantes. Juan García Morales,
pseudónimo de Hugo Moreno, fue colabo-
rador en numerosos periódicos de izquierda de la época.
Los sacerdotes que apoyaron y colaboraron con la Segunda República sufrieron la
represión del régimen franquista durante la
Guerra Civil. Un final trágico para todos,
Es en el catolicismo
social donde comienzan
a comprometerse con el
pueblo
Religión, justicia y
democracia eran
compatibles para ellos
Usero fue asesinado en la guerra civil española.
Matías Usero, un
cura socialista
El socialismo y su oficio sacerdotal no eran
incompatibles para Matías Usero, que creía
que socialismo y cristianismo tenían múltiples
puntos en común. En 1930 se afilió al PSOE,
y posiblemente perteneció a UGT, como deja
entrever en su libro La Iglesia católica y la política, dedicado a sus excamaradas de UGT.
desde el asesinato de Matías Usero y Francisco González, al encarcelamiento y posterior ostracismo de Cándido Nogueras y
Régulo Martínez, el exilio de López-Dóriga, García Morales, García Gallego, Vilar i
Costa y Leocadio Lobo, que durante la posguerra superaron el trauma vivido y lograron recuperar su identidad, el primero mediante la docencia y los demás volviendo a
la actividad pastoral, hasta el paso por prisión de Tomás Gómez, que posteriormente
consiguió la secularización.
Además la mayoría de las comunidades de
aquel entonces también están representadas
por estos sacerdotes biografiados. Aparece
Cataluña representada por Vilar i Costa; Galicia por Matías Usero; Andalucía por Francisco González, García Morales, y LópezDóriga, quien, aunque de nacimiento asturiano, desarrolló su carrera eclesiástica en
Granada; ambas Castillas por Tomás Gómez,
Régulo Martínez y García Gallego; Madrid
por Leocadio Lobo; Aragón por Cándido Nogueras, quedando excluido de la obra el clero vasco, porque la iglesia vasca, según los
autores, ha monopolizado el clero republicano. No obstante, no descartan incluirla en
próximas publicaciones.
Estos religiosos consideraron antinatural
la relación Iglesia-Estado y no se diferenciaron tanto por su ideología republicana,
roja, como por su disidencia,que entendía
una Iglesia junto a la sociedad, creando un
nuevo compromiso social con el pueblo.
En su conclusión final, Luis Gutiérrez destaca la Guerra Civil como una consolidación de estas disidencias, donde los biografiados sufrieron la represión del régimen
franquista y de la propia Iglesia por su fidelidad a la República. Destaca el caso de
Usero, que fue detenido en los primeros
días de la guerra, o Leocadio Lobo que consideró la Guerra Civil como una lucha entre ricos y pobres. Cándido Nogueras explicó que el pueblo veía al clero “como su
enemigo secular”, y que, por tanto, entendía la violencia anticlerical. Tomás Gómez,
después de su paso por prisión, se pasó al
bando franquista, único caso entre los protagonista de la obra.
Un colectivo desconocido has el momento, doblemente olvidado, apenas estudiado
por los historiadores, que rescata este grupo
de investigación en esta primera entrega. l
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