Arte Mudéjar en la Comarca de Campo de Belchite 4

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Arte Mudéjar en la Comarca
de Campo de Belchite
GONZALO M. BORRÁS GUALIS
El principal monumento de arquitectura mudéjar religiosa
de la comarca de Campo de Belchite es la iglesia de
Nuestra Señora de la Piedad de Azuara, que por Decreto
218/2001 de 18 de septiembre del Gobierno de Aragón
(BOA de 8 de octubre) se inscribe como Bien de Interés
Cultural en su categoría de monumento en el listado del
Patrimonio Cultural Aragonés. La fábrica de la iglesia
corresponde en su estado actual a dos momentos o
periodos históricos bien diferenciados: una parte de estilo
mudéjar, que se estaba construyendo en el año 1372 por
el maestro Farax Alvalencí, y una ampliación con cambio
de orientación de todo el templo, que por sus características formales se puede
datar en la última década del siglo XVII.
La parte mudéjar de la iglesia se halla totalmente edificada en ladrillo y responde
de modo perfecto a la tipología de iglesia-fortaleza mudéjar aragonesa. Se trata,
pues, de una iglesia de una sola nave, con el ábside recto, que ha perdido su
triple capilla, que se describe en una visita pastoral de 1550, constando la nave
de dos tramos cubiertos con bóveda de crucería sencilla y separados por bóvedas
de cañón apuntado que apean en las torres-contrafuerte laterales. Tanto sobre
las capillas laterales entre las torrescontrafuerte como sobre la triple
capilla desaparecida del ábside, va
una tribuna, ándito o paseador, de
carácter militar defensivo, que abre
en cada tramo al exterior por medio
de series de cuatro arcos apuntados,
una serie de vanos en todo similar a la
que se da en la iglesia de San Félix de
Torralba de Ribota, con la que ofrece
un estrecho parentesco artístico.
Vista aérea de la parroquial de Azuara
De las Artes 199
Por el exterior, cada lado de la
nave presenta adosadas tres torres-contrafuerte, que separan los
dos tramos, cuyas tribunas ofrecen
en cada tramo series de cuatro arcos apuntados, como se ha dicho.
Todo tiene un carácter fuerte y robusto, de aire defensivo, que se
potencia con la sobriedad externa
de los muros, casi desprovistos de
ornamentación, con la única exNuestra Señora de la Piedad de Azuara.
cepción de unas fajas de ladrillos
Exterior. Muro meridional
dispuestos en esquina y otras de
ladrillos dispuestos en zig-zag, que decoran la torre meridional a los pies. Las series de ménsulas de ladrillo en voladizo para soportar las cubiertas responden a la
tipología formal del siglo XIV, la más antigua.
Debido a este fuerte carácter de sobriedad decorativa destaca inmediatamente un
motivo heráldico o tal vez ornamental, que campea en el exterior sobre el muro
de la nave que se alza por encima de las tribunas. Se trata de una cruz flordelisada
y recruzada, destacada en recuadro, que asimismo aparece en otras fabricas
mudéjares, como en el ábside la iglesia de San Miguel de los Navarros en Zaragoza,
y en la portada norte de la iglesia de la Magdalena en Zaragoza. Cruces flordelisadas
pero sin recruzar aparecen a ambos lados de la puerta de la iglesia de San Juan
Bautista en Herrera de los Navarros. Esta misma cruz flordelisada y recruzada
aparece en la decoración pintada del alfarje del coro alto de la iglesia de la Virgen
en Tobed. Hasta el momento no se ha podido establecer ninguna relación histórica
o interpretación plausible de dicho motivo.María Teresa Ainaga ha establecido los
datos biográficos básicos del maestro moro Farax Alvalencí, documentado entre
1361 y 1374, cuya posición social en la aljama zaragozana le llevó a desempeñar la
función de adelantado en 1367-1368. Esta de Azuara es su obra mudéjar conservada
más relevante.
Nuestra Señora de la Piedad de Azuara.
Parte superior de la fachada
200 Comarca de Campo de Belchite
Es menester aludir a la transformación y ampliación de la iglesia
en época barroca ya que afectó
sensiblemente a la fábrica mudéjar original, que se acaba de describir en sus rasgos esenciales. En
primer lugar la iglesia se reorienta
y se abre entonces la puerta
actual de acceso en el testero o
ábside original, desapareciendo
en este momento la triple capilla
y dejando su lugar al actual coro alto a los pies. La reorientación de las iglesias es
un fenómeno habitual a partir del concilio de Trento en adelante, y ha afectado a
varias iglesias mudéjares, entre las que cabe destacar las de Morata de Jiloca, Ricla,
Illueca, y las zaragozanas de San Gil y de la Magdalena, entre otras.
Esta reforma barroca de la iglesia de Azuara afectó asimismo a las capillas laterales
entre las torres-contrafuerte, dos a cada lado de la nave, cuyas bóvedas de cañón
apuntado en eje transversal cedieron paso a las actuales de medio cañón con
lunetos, con las embocaduras en arcos de medio punto, de menor luz, y en el
segundo tramo con las capillas de menor profundidad.
Pero, además de estas transformaciones de la fábrica mudéjar, lo más importante
fue, sin duda, la ampliación de la nueva cabecera, hacia occidente, dotando a la
iglesia de planta de cruz latina, edificándose de nueva fábrica tanto el crucero,
cubierto con cúpula sobre pechinas como el nuevo presbiterio. En esta ampliación
se utilizó básicamente la mampostería, además del ladrillo para el tambor, octogonal
al exterior, que enmascara externamente la cúpula y sirve de base a la linterna. Se
trata asimismo de una ampliación bastante frecuente en el periodo barroco, que se
realiza en las iglesias medievales de nave única para convertirlas en tipologías de
cruz latina, un fenómeno litúrgico que es asimismo posterior al concilio de Trento.
Una ampliación similar se realiza en la próxima iglesia mudéjar de Herrera de los
Navarros, sin cambiar la orientación del templo, y también en Illueca, donde se
invierte la orientación primitiva, como en Azuara.
De esta reforma y ampliación barroca, que configuró por completo todo el espacio
interior de la iglesia, ha de destacarse la decoración en yeso tallado, que afecta
básicamente a los capiteles de las pilastras, a las pechinas de la cúpula y a las
guarniciones de las ventanas. Todo ello es de gran calidad, y la presencia abundante
de roleos de acantos apunta a la moda ornamental de la última década del siglo XVII.
De este modo el primitivo espacio interior mudéjar así como su decoración original
desaparecieron tras la transformación barroca. No obstante la transformación respetó todavía al interior el sistema
de abovedamiento original de la
nave, que por encima del entablamento barroco conserva las bóvedas originales, con sus dos tramos
cubiertos con bóveda de crucería
sencilla de nervios diagonales, separados por estrechos tramos en
cañón apuntado que apean en las
torres-contrafuerte laterales.
Con todo, lo más destacable de la
transformación barroca es que no
afectó a la fábrica mudéjar ni en su
Interior. Bóveda original de crucería sencilla y pilastras
barrocas
De las Artes 201
estructura interior ni en su volumetría y aspecto formal exterior de iglesia-fortaleza.
Por ello las torres-contrafuerte conservan en la actualidad y en perfecto estado
los accesos a las tribunas sobre las capillas laterales desde el interior de la iglesia.
Se trata de torres de planta cuadrada, con un machón central también cuadrado
y entre ambos las escaleras que se cubren con las características bovedillas por
aproximación de hiladas de ladrillo. Solamente las dos torres que en origen
flanqueaban el testero recto con su triple capilla y que ahora flanquean la actual
puerta de entrada a modo de gran hastial, fueron recrecidas en la reforma barroca,
superponiéndoles un último cuerpo ochavado, resultando en conjunto toda la
ampliación barroca muy armoniosa, consiguiéndose una perfecta integración de
ambas épocas constructivas y de ambos lenguajes artísticos.
De similar interés artístico, aunque destrozados en gran parte, son los monumentos
religiosos del llamado Belchite Viejo. Como es sabido, la localidad zaragozana
de Belchite fue el escenario de una cruel batalla durante la guerra civil española
de 1936, quedando tanto el caserío como sus monumentos arruinados en parte.
El gobierno de Franco decidió mantenerlos en dicho estado, cuya ruina se fue
acentuando con el transcurso del tiempo, edificando un nuevo Belchite, imagen
del nuevo régimen, al lado del viejo, imagen de la contienda civil. Por Decreto
322/2002 de 8 de octubre del Gobierno de Aragón (BOA de 28 de octubre)
se ha declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico la
villa de Belchite Viejo. Además de todo el conjunto están asimismo protegidos
y catalogados sus más importantes restos monumentales mudéjares, que se
consideran a continuación.
La iglesia y torre mudéjares de San Martín de Tours en el Belchite Viejo por Decreto 230/2001 de 2 de octubre del Gobierno de Aragón (BOA de 26 de octubre) se
inscriben como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento en el listado del Patrimonio Cultural Aragonés. La edificación de esta iglesia de San Martín se
inició en fábrica de piedra sillar, lo que puede apreciarse tanto en el basamento o
zócalo de la torre mudéjar como en las hiladas de cimentación en parte del ábside,
pero es obvio que hubo de abandonarse este material por el condicionamiento
del medio físico, siendo sustituido por la fábrica de ladrillo y por el estilo mudéjar,
como se analizará.
La fábrica mudéjar de la iglesia, que es la que aquí nos interesa, corresponde a
dos etapas constructivas, claramente apreciables a partir de lo conservado haya
hoy. La primera fábrica mudéjar de la iglesia, a la que corresponde asimismo la
torre en su totalidad, fue levantada en las primeras décadas del siglo XV, pudiendo
considerarse coetánea de la iglesia mudéjar y de la torre de Quinto de Ebro. Esta
primera iglesia era más baja que la actual, y sus vanos originales en cada tramo,
Página siguiente:
Belchite viejo. Iglesia parroquial de San Martín de Tours (principios siglo XX)
202 Comarca de Campo de Belchite
De las Artes 203
tanto los ventanales en arco apuntado como los óculos dispuestos sobre ellos,
todavía pueden apreciarse cegados en los muros. Estos vanos originales se cegaron
en una transformación bastante profunda, que se llevó a cabo a mediados del siglo
XVI, todavía en estilo mudéjar, que se analiza más adelante.
La tipología de esta iglesia mudéjar original es de ábside poligonal de siete lados y
con tres tramos en la nave. A ella se adosa en el lado meridional del tramo de los
pies la torre mudéjar de planta cuadrada.
La torre presenta, como se ha dicho, un basamento o zócalo de piedra sillar,
edificándose todo el resto en ladrillo, estando formada por un sólo cuerpo de
planta cuadrada, dividido en tres pisos por series de ménsulas de ladrillo corridas
formando imposta, unas ménsulas cuya tipología formal en forma de pirámide
invertida se adscribe ya al siglo XV. El primer piso de ladrillo esta desornamentado,
salvo en su parte alta, donde aparece una cinta de ladrillos en esquina antes de la
imposta que lo separa del piso segundo. Frente a esta desnudez del primer piso,
explicable por su baja altura y escasa visibilidad, el segundo ofrece una espléndida
Vista aérea de la iglesia de San Martín de Tours
204 Comarca de Campo de Belchite
renacentista, dotando a toda la iglesia
de nuevas bóvedas en crucería estrellada, hoy todas desplomadas a consecuencia del desastre bélico y de su
posterior abandono. Esta transformación afectó al exterior, donde por encima de los nuevos vanos se dispone
una potente serie ornamental mudéjar
de cruces de múltiples brazos formando rombos, de doble resalte y gran
efecto de luces, que va enmarcada
abajo y arriba por cintas de ladrillos
en esquinilla al tresbolillo.
Esta misma serie ornamental aparece
en la torre llamada del reloj, que se
analiza más adelante. Como es habitual en la segunda mitad del siglo XVI,
los tejados no cargaban directamente
sobre las bóvedas de crucería estrellaBelchite. San Martín de Tours. Interior del
da, sino sobre poderosas armaduras de
ábside poligonal (fines de marzo de 1938, tras la
reconquista de Belchite por las tropas de Franco)
madera, lo que obliga a disponer sobre
las bóvedas una cámara o estancia de
ventilación y aireamiento, a la que se dota de una característica galería abierta de
arcos de medio punto doblados en todo su derredor.
Estas son en esencia la dos etapas constructivas mudéjares. La iglesia va a ser objeto
todavía de varias modificaciones y ampliaciones tanto en las capillas laterales,
como en un tramo más hacia los pies, para dotarla de la gran portada monumental
tetrástila de orden toscano, ya en la línea del nuevo gusto ilustrado y clasicista del
siglo XVIII.
Otro de los monumentos mudéjares del Belchite Viejo es la llamada Torre del
reloj, antiguo campanario de la desaparecida iglesia de San Juan Bautista, que
por Decreto 231/2001 de 2 de octubre del Gobierno de Aragón (BOA de 26 de
octubre) se inscribe como Bien de Interés Cultural en su categoría de monumento
en el listado del Patrimonio Cultural Aragonés.
Esta Torre del reloj es de planta cuadrada y de un sólo cuerpo muy elevado, dividido en pisos. En su estructura interior presenta un machón central cuadrado hueco
con la rampa de escaleras entre la torre exterior y el machón central, recordando
la disposición del alminar andalusí, aunque aquí, dado lo avanzado de la construcción, ya a mediados del siglo XVI, ya no se emplean las bovedillas por aproximación de hiladas de ladrillo, sino las bóvedas en arco rampante de la época.
206 Comarca de Campo de Belchite
Por el exterior la decoración se
concentra como es habitual en la parte
más alta, destacando dos series muy
potentes de cruces de múltiples brazos
formado rombos, de doble resalte
y gran contraste de luz, como en la
reforma de la iglesia de San Martín, ya
descrita, a cuyo momento constructivo
en las décadas de 1550 o de 1560 hay
que adscribir asimismo esta antigua
torre de la iglesia de San Juan. Una
restauración reciente ha consolidado
su parte más elevada.
Toda la villa del Belchite Viejo respira un aire mudéjar en su maltrecho
urbanismo y se pueden detectar por
doquier pervivencias arquitectónicas
mudéjares ya de época barroca. Tal
es el caso de las yeserías de lazo de
tradición mudéjar que ornamentan el
interior del Arco de San Roque, de acTorre del Reloj, recientemente consolidada
ceso a la villa vieja, o también las decoraciones agramiladas de las capillas laterales de la iglesia del convento de San
Agustín, que sirvió de parroquial de Belchite tras la guerra civil.
Además de los monumentos mudéjares del Belchite Viejo también pertenece a la
localidad de Belchite el santuario de la Virgen del Pueyo, cuya torre mudéjar que
corresponde a la primitiva fábrica del
santuario por Orden de 30 de julio de
2002 del Departamento de Cultura y
Turismo (BOA de 16 de agosto) se inscribe como Bien catalogado en el listado del Patrimonio Cultural Aragonés.
En efecto, a unos tres kilómetros de
Belchite, en dirección a Cariñena,
sobre el cerro donde estuvo emplazada la antigua Belia romana, se alza
el Santuario de Nuestra Señora del
Pueyo, dotado con un espléndido
templo barroco de planta central, de
cruz griega inscrita en un cuadrado,
con cúpula central y cuatro laterales,
Belchite. Decoración agramilada, de tradición
mudéjar, del convento de San Agustín
De las Artes 207
de fines del siglo XVII. Aquí interesa tan sólo la torre mudéjar, que no pertenece
a esta fábrica, sino a la iglesia antigua, un conjunto del siglo XIII, a cuyos pies se
construyó esta torre mudéjar en el siglo XVI.
Esta torre consta de dos cuerpos construidos en ladrillo sobre un zócalo
o basamento de piedra sillar; el primer cuerpo, muy elevado, es de planta
cuadrada y tiene en alzado tres pisos, separados por impostas, de los que los
dos primeros se decoran con series de tres arcos ciegos por cada lado de la
torre, mientras que en el tercer piso se abren los vanos para las campanas. La
planta baja de este cuerpo cuadrado alberga en su interior una capilla, abierta a
la antigua iglesia, una solución para optimizar la parte baja de las torres utilizada
desde el siglo XIV, y todavía muy en boga en el siglo XVI, época de este primer
cuerpo de la torre.
El segundo cuerpo es de planta octogonal y de escasa altura, con pilastras en las
esquinas y un vano en arco de medio punto por lado. Este segundo cuerpo es
ya de época barroca y pudo construirse a la vez que las obras del nuevo templo
barroco del Santuario a fines del siglo XVII.
Asimismo conservan testimonios de
arquitectura mudéjar religiosa otras localidades de la comarca, como Lécera,
Almonacid de la Cuba y Moyuela, que
han sido estudiados por Carlos Lasierra
Gómez en su tesis doctoral, realizada
en 1987 y editada en 2008.
Iglesia parroquial de Lécera. Ventanal mudéjar
aparecido bajo la decoración barroca
208 Comarca de Campo de Belchite
Por lo que se refiere a la iglesia de la
Magdalena de Lécera, con una primera
etapa constructiva del siglo XIV, su fábrica original mudéjar, que merece un
estudio monográfico, ha quedado muy
enmascarada por las ampliaciones y
modificaciones posteriores del templo,
a partir del siglo XVI. Por su lado los
testimonios mudéjares de las iglesias
parroquiales de Almonacid de la Cuba
y de Moyuela son fragmentarios, reduciéndose a algún cuerpo de sus torrescampanario con decoración en ambos
casos sencilla y tardía de la segunda
mitad del siglo XVI.
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