Lengua (Casals)/Renacimiento

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Lengua /Renacimiento/Poesía
EL RENACIMIENTO: LA POESÍA
1. EL RENACIMIENTO
El Renacimiento es un movimiento cultural que abarca todos los aspectos de la actividad humana. Se trata
de un cambio de mentalidad, una nueva valoración del mundo, la persona y la existencia. Realmente, en su
esencia es un renacer a lo clásico con el resurgimiento de valores sociales y estéticos que se manifiestan
en nuevas formas artísticas y expresivas. Cronológicamente, tiene su inicio a mediados del siglo XIV en las
ciudades del norte de Italia y desde allí se difunde al resto de Europa, donde se desarrolla en el siglo XVI.
1.1. CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO
El Renacimiento es el fruto de una transformación social e ideológica que se sustenta sobre dos pilares
básicos: la imitación de los modelos clásicos y la aplicación de los principios del humanismo.
1.1.1. LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL
El nacimiento y expansión del Renacimiento tiene su origen en una nueva organización social que se
manifiesta en los siguientes factores:
Nacen algunos estados modernos, asciende la burguesía y los ciudadanos participan en las tareas de
gobierno.
Se producen cambios en el sistema de producción artesanal y aparecen indicios de precapitalismo.
Se descubren y conquistan nuevos mundos que amplían el universo y el conocimiento humano.
Surgen grandes inventos (el papel, la brújula, la imprenta…) y son constantes los progresos técnicos (el
molino de viento, etc.)
Se revitalizan nuevas corrientes ideológicas y se crea un ideal de ser humano distinto al medieval. El
modelo renacentista es el cortesano, hombre diestro en armas y letras.
1.1.2. LAS NUEVAS IDEAS FILOSÓFICAS
Se realiza una crítica al pensamiento medieval y se revitalizan ideas filosóficas anteriores:
ESCEPTICISMO
Fomenta la actitud
crítica, frete al
dogmatismo
medieval
EPICUREISMO
Invita al goce
moderado de la
vida y los placeres
ESTOICISMO
Exalta la dignidad
del hombre y
propugna una vida
según el orden
natural.
NEOPLATONISMO
ERASMISMO
Defiende la belleza de Defensor de una
los seres naturales religiosidad
como reflejo de la íntima, centrada
divinidad (lo que en la pureza de
generará la idealización las costumbres.
del
sentimiento
amoroso)
En consecuencia, la persona se sitúa en el centro del universo (antropocentrismo), y el poder de la razón y
el cultivo de la inteligencia la convierten en un ser superior. Con lo cual se abandona el teocentrismo
medieval y la idea del mundo como “valle de lágrimas”, y la naturaleza aparece como lugar de goce y
disfrute.
1.1.3. LA ADMIRACIÓN POR LOS CLÁSICOS
Las ciudades-estado italianas, que anhelan los ideales clásicos, convierten las culturas griega y latina en
punto de referencia y estudio. Por ello, frente a la originalidad, toma importancia la imitación de los
grandes autores de prestigio.
De esta admiración e imitación, y de la defensa del latín, nace la preocupación por las lenguas nacionales,
consideradas como el medio más natural de expresión. Además el latín se convierte en el idioma de la
cultura; en él se escriben las obras de investigación y su conocimiento permite el acceso directo a Homero,
Platón, Cicerón, Virgilio y Horacio, hasta entonces leídos sólo por una minoría culta.
1.1.4. LOS PRINCIPIOS DEL HUMANISMO
Con el Renacimiento se concede importancia a los estudios humanísticos, que comprendían gramática,
retórica, poética, historia y filosofía, y a la preocupación por la cultura clásica.
El humanista es un erudito, un crítico que se basa en estos principios:
Profundo conocimiento de la antigüedad grecolatina.
Anhelo de restauración de los ideales clásicos
Defensa del estudio, lectura y uso de las lenguas clásicas
Valoración entusiasta del mundo y de la dignidad del ser humano.
Este interés por la antigüedad clásica, unido a la preocupación por el desarrollo de las ciencias y el estudio
de la naturaleza crean ese nuevo concepto del mundo y del arte que denominaremos Renacimiento.
1.2. LOS PRECURSORES DEL RENACIMIENTO
El Renacimiento tuvo tres precursores, como vimos en la unidad anterior:
Dante Alighieri, autor de la Divina Comedia, es considerado como el primer escritor europeo
moderno.
Francesco Petrarca, primer humanista que, en sonetos y canciones, canta a su amada Laura,
una dama idealizada.
Giovanni Boccacio, prosista y autor del Decamerón, una amarga sátira narrativa contra las
instituciones de su época. Es el continuador de Dante.
En España aparece en 1492 la primera gramática en lengua vulgar, Arte de la lengua castellana,
obra de Elio Antonio de Nebrija; y Juan de Valdés defiende en su Diálogo de la lengua la
naturalidad expresiva.
La lengua española
Durante el siglo XVI, el castellano alcanza una extraordinaria difusión. A ello contribuye la
exaltación que el humanismo hace de las lenguas nacionales y la hegemonía del Imperio español.
Nuestra lengua se enriquece con préstamos italianos (soneto, centinela, fragata,…) y
americanismos de las tierras recién descubiertas (patata, tabaco…), y se introducen muchos
hispanismos en otras lenguas europeas, con lo que el castellano se convierte en lengua de expresión
universal.
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2. EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA
En España, el Renacimiento aparece con características propias y hace coexistir lo tradicional religioso con
la nueva valoración del mundo, y lo nacional con las nuevas corrientes europeas.
2.1. RASGOS PECULIARES
Dos factores, políticos y culturales, contribuyen a que el Renacimiento español tenga una personalidad
propia:
El reinado de Carlos I de España y V de Alemania (nieto de los reyes católicos), es símbolo de
esplendor, plenitud política y prosperidad económica, y permite una apertura a las corrientes
europeas.
El reinado de Felipe II (hijo de Carlos I) sigue el espíritu de la Contrarreforma y, para evitar el
contagio con las ideas protestantes, ejerce una férrea censura con la Inquisición.
2.2. ETAPAS DEL RENACIMIENTO ESPAÑOL
Las peculiares circunstancias de nuestro país generan en el Renacimiento español dos etapas bien definidas:
Primer renacimiento o época de Carlos I: comprende la primera mitad del siglo XVI, un periodo
de recepción de las directrices europeas. Aparecen el neoplatonismo y el erasmismo, y se
introduce la poesía italianizante, de influencia petrarquista. Su máximo representante es
Garcilaso de la Vega.
Segundo Renacimiento o época de Felipe II: comprende la segunda mitad del siglo XVI, donde se
acentúa lo religioso y lo nacional, y se cristianizan los rasgos paganos del periodo anterior. La
fórmula italiana se funde con la tradición nacional. Su máximo representante es fray Luis de
León.
3. LA POESÍA DEL RENACIMIENTO
La poesía española del Renacimiento representa la simultaneidad de dos corrientes: la tradicional, heredada
del siglo XV, y la corriente europea, de influencia italiana. La poesía más escuchada era la popular, de
carácter oral, manifestada en la lírica tradicional y en el Romancero viejo. Con la aparición de la imprenta,
los textos orales son recogidos en antologías, frecuentemente denominadas cancioneros, en los que
conviven la poesía popular y la lírica culta. Los poetas cortesanos, por su parte, siguen cultivando la
canción trovadoresca, centrada en el amor cortés y empleando el octosílabo (8) como forma métrica
esencial. A mediados de siglo, surge el Romancero nuevo o artístico, también de carácter culto.
3.1. ASPECTOS FORMALES
La aportación métrica esencial de esta influencia italiana es el verso endecasílabo (11) que, por su
flexibilidad rítmica, era muy apropiado para la expresión de temas líricos. Lo habían ensayado algunos
poetas del siglo XV, pero lo impulsa Juan Boscán y triunfa más tarde en los poemas de Garcilaso de la
Vega. Sobre la base del verso endecasílabo se cran nuevas estrofas, algunas ya habituales en la lírica italiana:
Terceto
Cuarteto
Lira
Estancia
Octava real
Estrofa de tres versos endecasílabos (11) de rima
consonante (ABA).
Los tercetos encadenados alternan series de tercetos (ABA
BCB CDC…)
Estrofa de cuatro versos endecasílabos (11), de rima
consonante (ABBA)
Estrofa de cinco versos, dos endecasílabos (11) y tres
heptasílabos (7) con el siguiente esquema métrico: aBabB
Su rima es consonante.
Estrofa que combina un número variable de versos
endecasílabos (11) y heptasílabos (7) de rima y distribución
variable.
Estrofa de ocho versos endecasílabos (11), de rima
consonante, con el siguiente esquema métrico:
ABABABCC
[La introdujo Boscán en su poema Octava rima, por lo que
es conocida también como “octava rima”]
También aparecen dos composiciones características del Renacimiento: el soneto, que es la forma
emblemática de la nueva poesía, y la canción petrarquista:
El soneto es un poema que combina dos cuartetos y dos tercetos. La rima de los cuartetos es
siempre la misma (ABBA ABBA), la de los tercetos presenta variantes (CDC DCD; CDE CDE;
CDE DCE; etc.)
La canción petrarquista está constituida por un número variable de estancias, pero el esquema
métrico de la primera debía repetirse en todas las demás.
Además se recuperar varios géneros poéticos de tradición grecolatina:
Églogas
Composiciones en lasque el poeta manifiesta sus sentimientos a
través de pastores, en el marco de una naturaleza idealizada
Oda
Poema lírico de tono elevado y variedad de temas y asuntos
Epístola
Trata temas doctrinales en forma de carta y a veces tiene carácter
confidencial y familiar
Elegía
Muestra los sentimientos ante una circunstancia dolorosa
(muerte de un ser querido)
Esta revolución métrica en la poesía renacentista se apoya en diversos recursos literarios como el
hipérbaton, que recrea la sintaxis clásica, o la metáfora, que plasma la belleza sensorial. Pero el poeta
se atiene siempre al precepto clásico de ajustarse a las leyes de la naturaleza, huyendo de la afectación, con
lo que consigue un estilo poético marcado por la sobriedad, la naturalidad, la selección y la elegancia.
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3.2. TEMAS Y MOTIVOS POÉTICOS
Los poetas del Renacimiento emplean en sus creaciones diversos motivos o tópicos de la literatura
grecolatina, entre los cuales podemos destacar:
Carpe Diem (goza el día de hoy), que invita a gozar del momento presente.
Collige, virgo, rosas (recoge, doncella, las rosas), exhortación a una joven para que disfrute del
amor de que el tiempo marchite su belleza.
Locus amoenus (lugar agradable), que recrea un prado verde de aguas dulces y claras, que sirve
de solaz o refugio al peta para expresar su sufrimiento amoroso.
Aurea mediocritas (mediocridad dorada) que ofrece una alabanza a la vida moderada, alejada
de toda ambición.
Beatus ille (feliz aquél) que manifiesta la añoranza de una vida apartada del caos del mundo en
busca de la paz y la armonía de la naturaleza.
Junto a estos motivos literarios, de influencia clásica, aparecen en la primera mitad del siglo los tres
grandes temas de la lírica renacentista: la naturaleza, el amor y la mitología. A ellos se unen, en la
segunda mitad, otros temas esenciales: la huida del mundo, eje de la poesía ascético-moral; el amor a
lo divino, centro de la poesía mística; y el ideal patriótico, que conforma la épica culta.
3.2.1. LA NATURALEZA
La naturaleza renacentista es apacible y armoniosa; está poéticamente idealizada y tiene como centro el
locus amoenus, tópico que se remonta al poeta latino Virgilio. Este “lugar agradable” suele servir de marco
para las escenas amorosas o para los relatos mitológicos. Se trata de un prado verde que llena de frescor el
suave murmullo de aguas cristalinas o la brisa de árboles frondosos, y que ejerce de testigo mudo a quien el
poeta cuenta su sufrimiento por la indiferencia o los desdenes de la amada.
Esta naturaleza, remanso de paz y armonía, cumple en la poesía ascética de la segunda mitad del siglo otra
función: es el refugio que acoge al poeta en su huida en busca de sosiego y descanso espiritual.
Del monte en la ladera,
por mi mano plantado, tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Fray Luis de León
3.2.2. EL AMOR
Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura,
toda de hiedra revestida y llena
que por el tronco va hasta el altura
y así la teje arriba y encadena
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido,
alegrando la hierba y el oído.
Garcilaso de la Vega
El amor en el Renacimiento está influido por la filosofía neoplatónica y tiene una concepción
petrarquista; es decir, se muestra desligado de los apetitos carnales y aparece como una virtud del
entendimiento que eleva al hombre de lo material a lo inmaterial, superando la sensualidad.
La amada posee una bondad y una belleza que son destellos de la divinidad, por lo que su contemplación
permite acceder a la contemplación de la Belleza Absoluta. Esa divinización de la amada convierte al
amor en un acto de adoración, de culto casi religioso.
Rasgos de la amada: Cabellos rubios de oro, piel de lirio, cuello blanco, erguido y frágil como el cristal,
mejillas sonrosadas… todo ello conforma el ideal de belleza femenino del Renacimiento, donde la dama es
objeto de contemplación pues se muestra esquiva y distante ante las palabras de su amado. Ante su desdén,
el poeta muestra su profundo, pero gozoso, sufrimiento.
Todos los elementos del proceso amoroso pueden sintetizarse en el cuadro anterior.
No obstante, el amor aparece también como fuente de frustración, porque el enamorado lo considera
imposible de alcanzar, y sólo recibe de su amada indiferencia o desdén. El poeta experimenta un dolor
insufrible y se ve obligado a reprocharle su carácter esquivo (que concreta en antítesis: fuego/hielo,
día/noche, paz/guerra), a rehuir otra compañía y a refugiarse en la naturaleza o a recluirse en sí mismo
(introspección).
La belleza de la amada se plasma en un retrato físico, repetido de manera similar por los poetas. Para ello
utilizan imágenes o metáforas –que los escritores van repitiendo- extraídas de la naturaleza: piel de lirio,
cabellos rubios de oro, labios rojos como el rubí, el clavel o el coral; dientes de perlas; cuello blanco, erguido, frágil como
cristal; mejillas sonrosadas, reflejadas en la rosa, la azucena, la aurora o la púrpura. Se trata de imágenes
ascendentes, en las que la belleza de la amada compite con las cualidades de la naturaleza.
3.2.3. LA MITOLOGÍA
Las obras renacentistas se llenan también de dioses, ninfas, héroes y otras figuras inspiradas en la mitología
grecolatina. Estos motivos, tomados de la Metamorfosis, obra del poeta latino Ovidio, cumplen no solo
una función estética u ornamental: el poeta los actualiza y los emplea como símbolos de su propio
conflicto sentimental. Podemos verlo especialmente en Garcilaso de la Vega.
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3.2.4. LA HUIDA DEL MUNDO
El tema de la huida del mundo, entendida como un ansia de trascendencia, aparece en la segunda mitad del
siglo, dentro de una poesía de carácter moral que desarrolla el beatus ille y el aurea mediocritas. el ser
humano vive encarcelado en la prisión del mundo, donde impera el caos, la discordia y los bienes
engañosos. Para evadirse de esa cárcel debe iniciar un recorrido purificador utilizando diversos medios:
la práctica y desarrollo de determinadas virtudes: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
la dedicación al estudio y al trabajo intelectual
el contacto directo con la naturaleza
la percepción del arte musical
Este proceso produce en el hombre una paz espiritual que le permite atisbar el Bien, la Belleza, la Bondad y
la Armonía como realidades absolutas y universales, que participan de la divinidad.
El tema de la huida del mundo es una de las bases de la poesía ascética, que cristianiza corrientes paganas y
se concreta en el deseo del individuo de trascender y fundirse con la divinidad.
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada. […]
Ve cómo el gran maestro,
aquesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro
produce el son sagrado,
con que este eterno templo es
sustentado.
Fray Luis de León, Oda a Francisco
Sainas
3.2.5.LA UNIÓN MÍSTICA
La unión mística es un concepto de raíz religiosa que surge en la segunda mitad del siglo XVI. Esta
literatura mística en la experiencia de la unión del alma con Dios con el que los místicos aspiran a
comunicarse.
Dicha comunicación presenta unos caracteres típicos:
Exige un proceso previo de purificación (ascética) en el que el alma se desentiende del
mundo, por la renuncia y la penitencia, y aspira a la perfección moral.
Es una gracia divina, que sólo se concede a unos pocos. No depende, por lo tanto, de la
voluntad humana.
Produce un estado de embelesamiento, de éxtasis, que desconecta del mundo
circundante.
No se puede expresar con el lenguaje humano; el poeta místico no puede encerrar con palabras
sus vivencias, por lo que recurre al empleo de símbolos, alegorías, paradojas o antítesis, ó
Los dos místicos más notables de la literatura en lengua castellana son San Juan de la Cruz y santa Teresa de
Jesús.
[…]
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba
allí quedó dormido
y yo le regalaba
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena
cuando yo sus cabellos esparcía
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme
el rostro recliné sobre el amado;
cesó todo, y dejéme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
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3.2.6. EL IDEAL PATRIÓTICO
El ideal patriótico es un reflejo del espíritu nacionalista que aparece en España en tiempos de Felipe II
(segundo Renacimiento). Este tema exalta el heroísmo nacional y se manifiesta en canciones a gestas
gloriosas: Canción a la batalla de Lepanto, de Fernando de Herrera. Este autor, perteneciente a la escuela
sevillana, fue llamado El Divino y escribió varios poemas heroicos de carácter patriótico.
3.3. LENGUAJE POÉTICO
Frente a la concepción utilitaria del arte que dominaba en la Edad Media, el Renacimiento nos ofrece un
afán esteticista. Los poetas prestan atención a los recursos expresivos del lenguaje, pero huyen de la
afectación y se rigen por cuatro ideales clásicos: sobriedad, naturalidad, selección y elegancia.
Este ideal clásico persiste a lo largo del siglo XVI. Sin embargo, en la segunda mitad algunos autores
intensifican los recursos formales, complican la expresión y adoptan ciertas “maneras” o formas
poéticas que derivan hacia la tendencia estilística denominada manierismo, precursora del culteranismo
barroco posterior.
4.1. GARCILASO DE LA VEGA
Garcilaso (1501-1536) es el prototipo del caballero renacentista, soldado y poeta, que armoniza los ideales
de las armas y las letras.
Su trayectoria poética, que culmina el proceso de asimilación de las formas renacentistas y de las tendencias
italianas iniciado por otros autores, tiene tres etapas creativas:
La influencia de la poesía del cancionero, en la que alterna composiciones en versos octosílabos (8) con las
primeras formas italianas. Sus versos carecen aún de elementos petrarquistas, abundan los tópicos
amorosos de la poesía cancioneril y es usual el empleo de juegos de palabras.
La etapa petrarquista en la que, a imitación de Petrarca, interioriza el amor, describe sus sentimientos
amorosos y emplea la naturaleza como marco de reflexión y medio para retratar a su amada.
La plenitud creadora, fruto de su estancia en Italia y su acercamiento a los autores clásicos, que nos ofrece
unas composiciones de sobriedad formal y naturalidad expresiva.
OBRA, TEMAS POÉTICOS Y ESTILO
OBRA
La obra poética, preparada por su amigo Boscán y publicada en 1543 es escasa. Abarca una epístola en
verso, dos elegías, tres églogas, cinco canciones, treinta y ocho sonetos y algunas muestras
de poesía tradicional.
Sus sonetos significan la aclimatación de esta composición a la literatura española y son, en su mayor parte,
de tema amoroso. Destacan, entre otros, En tanto que de rosa y azucena, Pasando el mar Leandro el animoso,
hermosas ninfas, que en el río metidas y A Dafne ya los brazos le crecían.
Con todo, las obras que revelan una mayor perfección artística son la Égloga I y la Égloga III. En la primera,
escrita en estancias, el pastor Salicio se queja del desdén de su amada Galatea, mientras Nemoroso llora la
muerte de su amada Elisa. En la Égloga III, escrita en octavas reales, el poeta recrea su propia experiencia
amorosa y la convierte en el tema del bordado de una de las cuatro ninfas que, a orillas del Tajo, plasman
en sus telas historias de amor y muerte.
Garcilaso de la Vega, que había nacido en Toledo en 1501, fue hombre de confianza del
emperador Carlos I y participó en varias campañas bélicas. Fue un poema intimista que para
reflejar su relación amorosa con Isabel Freyre, casada posteriormente con otro y muerta a raíz de
un parto, se identificó emocional y expresivamente con la lírica de Petrarca.
TEMAS POÉTICOS
El tema predominante en Garcilaso es el amor, que muestra rasgos neoplatónicos, con huellas
petrarquistas: indiferencia de la amada, dolor del amante, oscilación entre esperanza y desesperanza, y
amor secreto. Otro de sus temas es la naturaleza: un entorno estilizado en el que los personajes muestran
sus cuitas amorosas, y que aparece como confidente que escucha y consuela a los pastores en su dolor.
ESTILO
La primera etapa de Garcilaso está marcada por los recursos típicos de la poesía del cancionero: antítesis,
oposiciones, juegos de palabras. Posteriormente busca la armonía y ajusta su lengua poética a los
ideales renacentistas de naturalidad y elegancia. Para ello emplea bimembraciones, paralelismos
sintácticos, enumeración de elementos, etc., que dan a sus versos una expresión sencilla y fluida.
4.2. FRAY LUIS DE LEÓN
Fray Luis de León recogió la herencia poética anterior pero, en lugar del espíritu laico y europeo de
Garcilaso, impuso un humanismo platónico y cristiano, consiguiendo conciliar las formas clásicas y
renacentistas con los temas religiosos.
La obra poética original de fray Luis es bastante breve, menos de cuarenta poemas, que circularon
manuscritos hasta que Quevedo los publicó en 1637, y que suelen agruparse en tres periodos:
Poemas escritos antes de la prisión (1572), entre los que se encuentran la Oda a la Vida Retirada y
la Profecía del Tajo. En ellas aparece un fray Luis moralista en el sentido clásico, que muestra el
ansia de soledad y el desprecio de los placeres mundanos.
Versos compuestos en la cárcel: Noche Serena y En la Ascensión, dos obras de contenido religioso;
o la décima falsa Al salir de la cárcel en la que se queja de la injusticia de su encarcelamiento.
Obras escritas tras la prisión, como la Oda a Salinas o la Oda a Felipe Ruiz, que nos revelan un
cierto misticismo espiritual, un anhelo de armonía o nostalgia de paz interior y de infinitud
universal.
IDEAS POÉTICAS E INFLUENCIAS
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Los motivos predominantes en la poesía de Fray Luis de León son la naturaleza, la añoranza del
campo, la noche y la música. Todos ellos tienen origen en la tradición clásica neoplatónica, pitagórica o
estoica:
Del neoplatonismo adopta la visión ideal de un universo, regido por una armonía, una “música
divina” de la que la música humana es sólo imitación. Por eso algunas creaciones están guiadas por
el deseo de armonía, paz y serenidad, que sólo se halla en la naturaleza, donde el hombre percibe
la obra del creador. es lo que nos trasmite en su Oda a Francisco Salinas.
De los pitagóricos acepta que todo puede reducirse a números, también los cuerpos celestes, y
que el universo es una perfecta armonía.
De la filosofía estoica adopta el aurea mediocritas, el vivir según el orden natural y la capacidad
para afrontar las dificultades de la vida.
De estas ideas surge la búsqueda de la vida descansada que hace en su Oda a la vida retirada, en la que, a
imitación de Horacio, desarrolla el tópico del beatus ille y el tema de la huida del mundo. Y este anhelo
de perfección, sus ansias de unirse con la divinidad lo acercan a la experiencia de los místicos, pero sin
alcanzar el éxtasis que veremos en san Juan de la Cruz. Lo que sí alcanza es una sublimación intelectual, un
clímax marcado expresivamente pro medio de exclamaciones, como ocurre en la Oda a la vida retirada.
La oda es el reflejo más genuino de la imitación de la lírica grecolatina. El término procede del
griego y significa “canto”, porque se cantaba acompañado de la lira y, a veces, de danzas. Fue
típica de los poetas griegos Anacreonte y Píndaro, y del latino Horacio.
Durante buena parte de la segunda mitad del siglo XVI, fray Luis de León impartió clases en la
Universidad de Salamanca. Uno de sus compañeros docentes. Bartolomé Medina, le acusó ante la
Inquisición de haber traducido libros de la versión hebrea de la Biblia. Tras pasar cinco años en
una cárcel de Valladolid, reanudó sus clases como si ese tiempo no hubiera pasado con la célebre
frase: “Dicebamus hieri…” (Decíamos ayer)
ESTILO
Fray Luis aprovecha los logros métricos anteriores y emplea la lira, inventada por Garcilaso, en la mayoría
de sus poemas. Esta estrofa le permite las múltiples variaciones rítmicas que aparecen en sus odas.
Varios de sus poemas están dirigidos a una segunda persona (Y dejas, Pastor Santo…) recurso que aporta
un carácter conversacional, con enumeraciones, exclamaciones o interrogaciones retóricas. Existe,
además, una perfecta simetría en la construcción de las estrofas y una cuidada selección léxica
o formal, con asíndeton, polisíndeton, aliteraciones o hipérbatos, pero todo ello dentro de la elegancia y
la sencillez.
4.3. SAN JUAN DE LA CRUZ
La poesía de san Juan de la Cruz es muy breve, pero ocupa un lugar preponderante de la lírica universal.
OBRAS, TEMAS POÉTICOS Y ESTILO
OBRAS
Su producción poética desarrolla el tema de la experiencia de la unión mística del alma con Dios. Esa
unión apare expresada de manera simbólica: una mujer, (el alma) inicia la búsqueda del amado (Dios) a
través de la naturaleza, que es reflejo de ese amado, al que encuentra y con el que se funde en un éxtasis
amoroso.
La tradición teológica reconoce tres etapas o “vías” n el proceso místico: la vía purgativa, la
vía iluminativa y la vía unitiva. A las dos primeras corresponden dos formas de
relacionarse con Dios a través de la oración: el recogimiento y la quietud. Estas formas de
acercamiento a Dios, acompañadas de la purificación moral y una práctica de las virtudes,
constituyen el objeto de la ascética. El final de ese “camino de perfección” es la “unión” con Dios,
forma o estado de oración objeto de la mística.
TEMAS POÉTICOS
Entre sus obras destacan varios poemas breves de carácter popular, y tres grandes poemas: Cántico
espiritual, Noche oscura del alma y Llama de amor viva.
El Cántico espiritual sigue de cerca el Cantar de los cantares de la biblia y se organiza como un diálogo
pastoril entre la amada y el amado, al que ella ha buscado por valles y montañas.
La Noche oscura consta de ocho liras en las que la amada, tras salir disfrazada de su casa, por la
noche, se une al amado en un éxtasis místico.
La Llama de amor viva expone las sensaciones amorosas que experimenta la amada en la unión.
ESTILO
En el estilo de la poesía de san Juan de la Cruz se aprecian tres influencias: la de la poesía popular y de los
cancioneros, la culta italianizante y la de la poesía bíblica. De la popular acepta temas, motivos, formas y
estribillos: de la italiana, la utilización del endecasílabo y de la lira, o el empleo de algunas imágenes; de la
bíblica el sentido religioso de esta “poesía a lo divino”
Las características formales de esta poesía son el empleo del sustantivo y la escasez de adjetivos, que
aparecen casi siempre pospuestos. El léxico alterna entre el vocablo de raíz italianizante y los vocablos
populares; es básico el símil del amor humano, ante la imposibilidad que tiene el poeta de transmitir
la experiencia de la unión con Dios, que es la esencia de la poesía mística.
San Juan de la cruz utiliza símbolos poéticos que tienen su origen en la tradición religiosa y
mística de la Edad Media y del Renacimiento y también se inspira en el Cantar de los cantares,
poemas de esponsales que aparecen en la Biblia y que se interpretan como un reflejo de la unión
del pueblo de Israel con Yahvé. Por ello, aunque estas obras puedan ser interpretadas como
poemas amorosos, dentro de su contexto, y según fueron leídos desde su época, van más allá e
intentan expresar un contenido espiritual trascendente.
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