Artículosconrespuesta

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42 LA VANGUARDIA
CULTURA
MARTES, 2 OCTUBRE 2007
Màrius Serra reúne 141 textos periodísticos en un libro interactivo
Artículos con respuesta
todo en el periodismo, que tiene
una mayor inmediatez, y he querido subrayarlo en este libro”.
Màrius Serra es, además, de los
que se pasan horas frente al ordenador, procurando responder a todos los que se dirigen a él. “Recibo
opiniones, adhesiones, pero también críticas, e incluso reacciones
con una cierta dosis de beligerancia, como algunas que me llegaron
como reacción a mi artículo Ciutadans d'Espanya, a propósito de la
aparición del partido Ciutadans de
Catalunya”, comenta el escritor,
que reconoce que en muchas ocasiones los mensajes recibidos han
enriquecido sus textos con nuevas
ROSA MARIA PIÑOL
Barcelona
A
lgunos autores confiesan que no piensan en
el lector cuando escriben. Para otros, en
cambio, el hipotético
destinatario del texto es un factor
decisivo e incluso condicionante.
Con el desarrollo de las comunicaciones internáuticas, se ha potenciado la posibilidad de interacción
y, gracias a ésta, el lector deja de
ser en muchos casos un completo
desconocido. Màrius Serra (Barcelona, 1963) puede presumir de conocer por lo menos a una pequeña
parte de los incondicionales de sus
libros. Desde hace unos quince
años, dialoga con muchos de ellos
por vía electrónica. Y ha publicado
ya más de un libro interactivo, como el titulado De com s'escriu una
novel·la (Empúries, 2004), en el
que figuraban las sugerencias que
145 lectores enviaron a La Vanguardia como posibles finales de
su novela inacabada Monocle (Mòbil Books, 2003). Precisamente ha
querido explorar la interacción como un valor añadido en el libro
que ahora publica, cuyo título ya
es revelador: Enviar i rebre (Columna), editado simultáneamente
en castellano por Península.
El volumen –el primero que el
autor dedica a su obra periodística– reúne 141 artículos seleccionados entre los que el autor ha escrito a lo largo de los veinte años que
lleva colaborando en la prensa:
son mayoritariamente textos de la
sección El runrún de La Vanguardia, pero también hay artículos publicados en Avui, así como 141
Enigmàrius de los que plantea en
Catalunya Ràdio (como otra muestra de interacción). Alrededor de
un veinte por ciento de los textos
van seguidos de las reacciones que
suscitaron en los lectores. “Yo escribo de cara al lector, no de espaldas a él –explica Serra–. Hay una
falsa moral que hace que en el
mundo intelectual se hable mucho
del lector en abstracto, pero nunca
se le da voz. Mi experiencia como
escritor ha ido siempre acompañada de una interacción real, sobre
“En el mundo
intelectual se habla en
abstracto sobre el
lector, pero nunca se
le da voz”, dice Serra
ANA JIMÉNEZ
Màrius Serra, fotografiado ayer en el Raval
LAS PRÓXIMAS OBRAS
Una novela y un libro íntimo
]Màrius Serra, novelista y crucigramista en
catalán de este diario, trabaja ahora simultáneamente en dos libros. Uno es una novela
que surge “de uno de los hilos laterales de
Farsa, dos de cuyos personajes se han independizado de ella y son el eje de este nuevo
relato”. El otro es un texto de no ficción en
torno a su hijo de siete años, aquejado de
parálisis cerebral. “Es una vivencia personal
tan intensa que para mí resulta ineludible
escribir sobre el tema”, comenta el escritor,
que en su libro De com s'escriu una novel·la ya
se refería a esta difícil experiencia familiar.
y reveladoras informaciones. En
una de sus columnas, por ejemplo,
se refería al futbolista catalán Vila,
excluido en la canción de Serrat
que cita al quinteto “Basora, César, Kubala, Moreno i Manchón”,
y la carta de un lector le informó
de que Vila se llamaba en realidad
Tomás Hernández y era de Huesca. “En otra ocasión, escribí sobre
una enigmática pintada en el Maresme y se produjo una cadena de
mensajes que finalmente resolvieron el misterio: es como hacer un
reportaje a través de las reacciones”, asegura Serra.
El libro se divide en cuatro partes, cuyos títulos forman una paronomasia (inevitable en un teórico
y practicante de los juegos lingüísticos como él) con la que el autor
se siente identificado: Foc, Joc i
Xoc; la resta és literatura. Foc reúne los artículos de temática social; Joc, los de la vertiente más lúdica, incluyendo los Enigmàrius;
Xoc agrupa columnas de argumento político o religioso, y el apartado La resta és literatura incluye los
artículos en torno a escritores o
cuestiones literarias.c
CR Í TI C A D E T EA T R O
Rehabilitación oportuna
OJOS VERDES
Estreno: Espai Brossa (28/IX/2007)
JOAN-ANTON BENACH
Con la biografía de Miguel de Molina
(1908-1993) y con las coplas que éste
contribuyó a popularizar desde antes de
la Guerra Civil, Marc Vilavella elaboró
su trabajo de fin de carrera en el Institut
del Teatre. Ojos verdes (Miguel de Molina, in memoriam) se titulaba. No es muy
frecuente que un material de esta naturaleza llegue a un escenario, pero la posibilidad de rescatar unas canciones que fueron archifamosas en todo el país y la voluntad de rehabilitar la memoria de un
artista que las pasó moradas por negarse
a ser manipulado por el franquismo pro-
piciaron este musical retro con el que se
estrena la compañía La Barni.
Anticipándose al primer centenario
del cantante que se cumplirá el próximo
año, y a tenor del éxito rotundo con que
cada noche es acogido en el Espai Brossa, al espectáculo le espera un feliz y dilatado recorrido. Como autor, Marc Vilavella ha sabido dosificar los datos esenciales del personaje biografiado, desde
su mísera infancia andaluza hasta su triste exilio argentino. Allí vivió, olvidado
de su país, a partir de una temprana posguerra, hasta que en 1992, un año antes
de su muerte, recibió un tardío reconocimiento oficial del gobierno español.
La dramaturgia de Ojos verdes dibuja
una línea ondulante, con altibajos, con
alguna nota escolar un tanto ingenua– el
soldadito peleón que evoca la resistencia republicana– y otras que necesitan
una seria revisión, como el número de
títeres muy confuso y glosado por la voz
vacilante del “general” Mariona Blanch.
El aspecto militante de la propuesta queda, con todo, muy bien expuesto y el homenaje a De Molina alcanza el tono adecuado, incluso en el estallido final e indignado de Vilavella, recordando que
Concha Piquer, que estuvo con los que
ganaron, contribuyó a la apropiación de
canciones cuya celebridad se debía al artista homenajeado.
Como director, Marc Vilavella demuestra el olfato necesario para crear
un discurso de un creciente interés dramático y de una intensidad musical cada
vez mayor, aun cuando, la otra noche,
las cinco primeras canciones y su narrativa correspondiente estuvieron un tanto apagadas. Con la copla humorista El
gazpacho, en la que Vilavella se acompaña por vez primera de Manoli Nieto,
una gran figura y una mejor voz, el espectáculo adquirió el vigor requerido y
ya no lo soltó hasta el final.c
Josep Maria
Ruiz Simon
Amos y
maestros
A
mediados de los años setenta
abundaban las traducciones del
francés que alertaban que tanto
la palabra maître, como la latina
magister, de la que proviene, tenían, además de otros, el doble sentido de maestro
y de amo. Esta indecorosa información solía encontrarse tras uno de esos asteriscos
que, por lo común y para diferenciarlas de
las notas (numeradas) del autor, daban entrada a esas notas a pie de página de traducción que actualmente, en los casos de
fuerza mayor que hacen imposible su
inexistencia, tienden a ser reemplazadas
por una única y módica advertencia inicial con aclaraciones diversas. Una vez
efectuado el tal vez innecesario aviso, el
traductor, ejerciendo por unas líneas la autoría a cara descubierta, procedía a lamentarse por la inexistencia de esta dualidad
en castellano, informaba de que, por esta
razón, y para evitar el uso de la barra, se
había visto obligado a usar en cada caso
una de las dos acepciones y recomendaba
encarecidamente al lector que, cada vez
que se encontrara el vocablo maestro, no
dejara de pensar en el amo que le acompañaba, y viceversa.
Exagerando un poco más de lo justo, podría decirse que estas repiqueteantes y tópicas notas al pie actuaron como albaceas
impremeditados y accidentales en España
del difunto Mayo del 68, minando con cierta eficacia el mal llamado principio de autoridad. Quienes las leían acabaron no pudiendo dejar de buscar y a menudo de encontrar en la mirada de los maestros el brillo de las cadenas y la avidez de esclavos.
La etimología no sólo parecía explicar la
lógica de fondo de los pasados tortazos y
malos tratos en la escuela y el indudable
Como dijo un viejo filósofo,
la autoridad sólo se da
cuando existe la posibilidad
de oponerse
aire de familia que compartían los centros
escolares con los penitenciarios. Tampoco se limitaba a dar razón de la conversión
de la palabra del maestro en palabra de
Dios que, como toda fe, exigía demasiado
a menudo aquel sacrificio del intelecto
que, según nos dijo san Ignacio, es el tercer y más alto grado de la obediencia. También prevenía, a quienes tenían oídos para
escuchar, contra los profesores universitarios que sólo promocionaban a los estudiantes dispuestos a convertirse en sus fieles discípulos, a llevarles servilmente la
cartera y a escribir, como negros, sus trabajos de investigación. No sé si ésta es la
autoridad de la que hablan quienes, confundiéndola con el poder del profesor, dicen que hay que recuperar, en la enseñanza, la autoridad perdida. El caso es que ésta es mayormente la presunta autoridad
que había. Pero la autoridad real es otra
cosa.
Para encontrar la autoridad hay que saber distinguirla tanto del poder a secas como del derecho a decidir con legitimidad.
Como dijo un viejo filósofo, la autoridad
sólo se da cuando existe la posibilidad de
oponerse a lo que ésta pretende y cuando
el que la reconoce renuncia consciente y
voluntariamente a llevar a cabo esta posibilidad. Es por eso que siempre ha sido y
seguirá siendo un bien mucho más escaso
que el poder.
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