IMAGENES PROYECTO Renovación Plaza Cívica de San Felipe

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Renovación de la Plaza Cívica de San Felipe
Infiltración de programas culturales al interior de la manzana
Renovación de la Plaza Cívica de San Felipe
Infiltración de programas culturales al interior de la manzana
Proyecto de Título 2007, Universidad de Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Profesor: Yves Besançon. Estudiante: María Fernanda Martin.
CONTENIDO
0. INTRODUCCIÓN
7
1. ANTECEDENTES DEL PROYECTO
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1.1 San Felipe
11
1.2 La plaza cívica
19
1.3 La manzana
23
1.4 Renovación
27
1.5 Infiltración de programa
31
1.6 Programas culturales
32
2. PROYECTO
37
2.1 Proyecto, vista general
37
2.2 Proyecto, vista particular
40
3. REFERENCIAS
45
0. INTRODUCCIÓN
Asumo que todo proyecto que intente ser crítico, más aún si corresponde a una instancia
académica, no puede sino empezar con una pregunta (o varias). Todo proyecto de
arquitectura implica un ejercicio de anticipación y, como tal, no es más que una apuesta, un
enunciado, una especulación. Más aún: si el proyecto es el último ejercicio académico, éste
debería comprometer interrogantes, ya que estaría marcando el fin de la carrera y la
entrada al mundo profesional. Independiente de las temáticas que se aborden o las
motivaciones que lo originen, detrás de un proyecto arquitectónico siempre habrá más
preguntas que certezas. Como no existe una única solución ni un único problema, la
resolución del proyecto queda sujeto a un procedimiento intrínsecamente vinculado a la
incertidumbre y al apetito qué ésta genera. En este sentido, el desafío de abordar una
problemática e intentar elaborar una respuesta obliga al proceso de diseño a ser
esencialmente reflexivo. Proyectar se vuelve un juego de estrategias y suspenso, una
tentativa de preguntas y posibles respuestas, un ejercicio intelectual. Sin certezas que
puedan justificarlo, el proyecto es entonces una formulación y no una fórmula.
Las preguntas que preceden a la formulación de este proyecto provienen de una
investigación cuyo interés es el contenido político-social de la relación entre la arquitectura
y la ciudad y, más específicamente, por el espacio público como problemática subyacente
en dicha relación. Dichos intereses condicionaron la temática del proyecto, pero fue la
inquietud respecto a las estrategias programáticas y su capacidad o incapacidad de activar
el espacio público la que condicionó la elección de un terreno bajo dos premisas
fundamentales: por un lado, si el objetivo era trabajar sobre la ciudad y el espacio público,
el caso de estudio debía ser el ‘más público’ y el ‘más urbano/ciudadano’ de todos; por otro
lado, si el proyecto quería hacer referencia a la connotación social de la arquitectura y su
capacidad de influir en los comportamientos sociales, el sitio no podía ser sino uno que se
vinculara ampliamente a la cotidianeidad urbana y social.
Estas inquietudes, además del conocimiento personal que tenía de la ciudad, fueron las
que indujeron a considerar la Plaza Cívica de San Felipe como posible proyecto de título.
Dicha plaza –un vacío hacia la calle– se encuentra inmediatamente frente a la Plaza de
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Armas e integra una manzana que, entre los edificios que aloja, incluye los de la
Gobernación y la Municipalidad. En pleno centro de la ciudad y con condiciones urbanas
extraordinarias (que se detallarán más adelante), este escenario urbano resultaba en
extremo seductor. Consciente de las potencialidades del lugar y la oportunidad que éste
representaba para abordar mi interés por la ciudad y el espacio público, la disyunción entre
espacio y acciones como premisa de diseño y el programa arquitectónico como una
estrategia de organización espacial, parecía adecuado definir la propuesta como una
operación sobre el espacio público. Sólo faltaba formular un proyecto que satisficiera esta
problemática, y para ello, la agenda de planificación urbana del gobierno local era bastante
sugerente. Además de la disponibilidad de un terreno fiscal al interior de la manzana que
servía oportunamente al propósito de sumar metros cuadrados para la Plaza Cívica, existía
un debate local sobre qué hacer con el terreno en cuestión y de gestionar en él algunos
proyectos, discusión que se daba no sólo dentro del ámbito de la gestión política, sino
también el de la opinión pública. El laboratorio (para mis intereses) era perfecto, y las
oportunidades, concretas.
Entiendo esta memoria como un instrumento de registro de aquellas preguntas, juicios y
razones que precedieron la formulación del proyecto, o bien, afectaron el desarrollo del
mismo. El documento acompaña el proyecto de arquitectura en el sentido que, por su
naturaleza escrita, permite exponer los intereses que preceden al proyecto, los conceptos
puestos a prueba y las reflexiones que influyen directamente –y podrían explicar en parte–
cómo se tomaron algunas decisiones y que intención hubo detrás de ellas. Asimismo, esta
memoria permite articular verbalmente la postura de esta arquitecto frente a los temas
propios de la disciplina y frente a la ciudad, de la misma manera que el proyecto lo lleva a
la práctica. Memoria y proyecto aluden a las mismas problemáticas aunque con
herramientas diferentes: en una, el argumento se expone en palabras, y en el otro, con
arquitectura.
En términos de su organización, el documento se divide básicamente en dos partes. En la
primera se incluyen las reflexiones que explican la génesis del proyecto y las problemáticas
que aborda (cuáles son y cómo se enfrentan). La segunda parte es donde se presenta el
proyecto en detalle, las intenciones del partido general, cuáles fueron los criterios que se
consideraron y, finalmente, las estrategias del proyecto. En términos de su desarrollo, el
8
argumento se desglosa haciendo un ejercicio que consiste en contestar las preguntas que
plantea la denominación del proyecto: San Felipe, plaza cívica, manzana, renovación,
infiltración y programas culturales son las componentes del proyecto. Al responder aquellas
preguntas, el proyecto debiera develarse en su totalidad, enseñando además mis propias
las preocupaciones y posturas frente a los temas propios de la disciplina y la ciudad.
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ANTECEDENTES DEL PROYECTO
Frente a la inherente complejidad de la ciudad, el arquitecto debe saber identificar las
problemáticas que ésta le presenta y ser capaz de responder a las cuestiones que derivan
de la misma. Sin embargo, no existen soluciones concluyentes, sólo decisiones, y el valor
de un proyecto radica en la capacidad de éstas para develar una problemática, al mismo
tiempo en que caracterizan la propuesta. En ese sentido, una problemática es una
hermosa oportunidad para detonar o activar cambios en la sociedad y, aunque la acción
del arquitecto se limita a un hecho físico, la apuesta es que dichas ‘activaciones’
igualmente pueden afectar el comportamiento social –en tanto que ciudad y sociedad son
dos caras de una misma moneda. En el momento en que un proyecto arquitectónico se
define como una intervención en la ciudad, ésta participa de su planificación, su
configuración y de los criterios con lo que construimos la ciudad. En ese sentido, todo
proyecto es político y no puede omitir este compromiso social.
1.1 San Felipe
San Felipe es una ciudad hispanoamericana clásica que se encuentra en un momento
crítico: la ciudad se encuentra ante la disyunción entre el pasado y el futuro, la divergencia
entre los vestigios de la ciudad fundacional del siglo XIX y los requerimientos de una
ciudad que se proyecta en el siglo XXI. Dicho conflicto queda de manifiesto en el actual
desarrollo de la ciudad. El centro urbano de San Felipe se circunscribe claramente a un
cuadrante compuesto por un total de 49 manzanas y delimitado por cuatro avenidas que,
junto con definir la extensión del centro, también limitan (o resguardan) la expansión de
éste. La mayor cantidad de servicios, oficinas y actividades comerciales se concentran
dentro de este cuadrante específico. Esta situación ha determinado, a su vez, una mayor
concentración de edificios, gente y vehículos, situación que pone en jaque la capacidad de
la ciudad tradicional para asumir los cambios asociados a este paulatino y constante
proceso de densificación. Una segunda problemática (común a otras ciudades, pero
medular para el desarrollo actual de San Felipe), es el conflicto entre los intereses públicos
y privados y cómo esto afecta los procesos de dicho desarrollo: San Felipe pareciera
encontrarse frente a la disyuntiva entre si resguardar su espacio público tradicional o bien
rendirlo ante el nuevo espacio ‘público’-privado del mall. La problemática puede explicarse
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de mejor manera si se revisan algunas de sus variables por separado: su condición de
ciudad fundacional, su desarrollo actual y su centro urbano como el conflicto.
–San Felipe como ciudad Hispanoamericana.
La morfología de la ciudad hispanoamericana, como en el caso de San Felipe (fundada en
1740), resulta de un trazado compuesto en base al binomio de calles y manzanas
regulares. En su origen, el plano de la ciudad fundacional no establecía más que un claro y
simple criterio de ocupación del suelo: las calles tenían por objeto garantizar la circulación
y el acceso a cada uno de los solares de las manzanas que éstas delimitaban y la
subdivisión regular de la manzana aseguraba la justa y equitativa distribución de predios
entre los vecinos. Por su parte, la plaza, centro del trazado, sería una manzana que se
dejaría libre y que serviría luego de vestíbulo para aquellas edificaciones que
representarían la institucionalidad de los poderes imperantes –la Iglesia, el Estado, su
aparato administrativo, el poder militar.
Sin embargo, conforme la población crecía y las manzanas se edificaban, ese criterio
determinó algo más que una distribución geográfica. Por un lado, podemos reconocer la
manzana como el patrón de organización del suelo privado y la calle, por contraste, como
el primer elemento del orden público; y si bien no fue hasta el siglo XIX que la distinción
entre lo público y lo privado trascendió a la planificación urbana, es en la planificación
original de la ciudad donde se explica la dependencia que esta distinción mantiene con uno
y otro elemento. Por otro lado, podemos reconocer que la configuración espacial (pese a
que inicialmente no fue un propósito en si mismo) resulta ser una expresión más del orden
impuesto por el trazado original: desde que se la edificó por primera vez y hasta que la
utopía modernista no intervino en este proceso, la manzana parece haber representado ‘el
interior’ de la ciudad en contraste con la ‘exterioridad’ de sus calles, un nuevo binomio,
ahora, entre llenos y vacíos.
No obstante, y pese a que estos aspectos (la clara diferenciación entre lo público y lo
privado y la manzana-compacta como una de las figuras resultantes de dicha clasificación)
continúan regulando el diseño urbano, la manzana tradicional –y esta postura es premisa
del proyecto– parece más susceptible que nunca a encarnar los nuevos valores que
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implica la creciente densidad espacial de las ciudades contemporáneas y, en
consecuencia, la densidad programática de sus espacios públicos.
–San Felipe en la actualidad.
Un rasgo particular de la cotidianeidad de San Felipe es que mantiene viva la relación
entre política y comunidad. El municipio se entiende como la primera y más cercana
entidad del gobierno para el habitante de la comuna, una instancia de responsabilidad
compartida, donde se genera el encuentro más directo entre la institucionalidad estatal y la
práctica organizativa popular. Expuesta como cualquier otra ciudad a las dinámicas de esta
cultura contemporánea globalizada, virtualizada, consumista e individualista, San Felipe
pareciera conservar, pese a ello, un devenir cotidiano mediado esencialmente por el
colectivo. De calles angostas y veredas estrechas, edificación de baja altura en su
mayoría, una extensión total de 185,9 km2 (donde el 50,6% corresponde a zona agrícola) y
un total de 72.147 habitantes (que se traduce en un 91,09% de población urbana, y
significa un poco más que el 50% de la población de la provincia)1, esta ciudad del valle del
Aconcagua se asemeja más a un gran barrio de una gran metrópolis que a una mega-polis
en sí.
La Plaza de Armas conserva su rol originalmente asignado de centro urbano y, sin duda,
destaca como el mayor referente y enclave para la interacción social. Es común ver a
políticos de la zona paseando por la plaza, cerca de los jubilados que pasan tardes enteras
a la sombra de sus árboles y a escolares reunidos cerca de la pileta. No hace mucho no
había grandes tiendas (como las que ahora se instalan, provenientes de Santiago:
Homecenter, Johnson's, Ripley) y perduraban los negocios de comerciantes locales,
tiendas ajustadas al tamaño de las antiguas casas de adobe en el centro de la ciudad. Aún
así, en medio de esta disyuntiva, el centro, su plaza, sus calles, son el correlato más
inmediato de la vida ciudadana, de la práctica social, del encuentro entre ciudadanos.
1
Fuente: SINIM, Sistema Nacional de Indicadores Municipales, año 2006.
15
–San Felipe y su centro en problemas: un conflicto, una oportunidad.
Lo anterior resulta elocuente para explicitar el significado de la plaza como correlato de
aquella experiencia colectiva: propio a San Felipe es que la expresión de lo cotidiano tenga
por base el espacio público. En ese sentido, el centro, su plaza, sus calles, son un foco
social y ciudadanamente arraigado. A su vez, existe también otro aspecto –en este caso,
relativo a su configuración física– que caracteriza al centro como un núcleo urbano
indiscutible y es la clara delimitación de su superficie. Las razones de ello se deben a la
particularidad de su fundación:
La ubicación de la planta de la ciudad en la ribera norte del río Aconcagua
obedece tanto a las virtudes de la tierra y del paisaje, como a razones
estratégicas como resultaban su cercanía con respecto a las vías de tráfico
hacia La Serena, Valparaíso, Santiago y Mendoza (…) Sobre la construcción
material de la villa podemos apuntar que la conformación urbana de ésta se
ajustó al tradicional esquema de plano regular de damero, delineándose una
planta cuadrada de siete cuadras por lado, lo que nos da un total de cuarenta y
nueve manzanas y ciento noventa y dos solares en el trazado original. Las
calles de la nueva villa habrían de trazarse en línea recta y con un ancho de
trece varas (una más que en el caso de Santiago), y cerrarían los costados
norte y sur de la planta de la ciudad los caminos reales, de 65 varas de ancho.
La presencia de estas Avenidas perimetrales a la traza de la ciudad corresponde
a un elemento innovador dentro del trazado fundacional de una ciudad (…)
Estos caminos reales, de mayores dimensiones en los extremos de la traza,
además de ser las más importantes vías de comunicación de la villa, se
establecen como un claro límite entre la ciudad y los campos que la circundan
(…) resultando lo más común encontrar en ellas los locales de recepción e
intercambio de los bienes y productos de consumo generados en los campos.
(Allendes, 2002).
Así también, en última instancia, diremos que el centro de San Felipe constituye un centro
urbano territorialmente consolidado. Sus dimensiones son estrictas y cuenta con una
superficie específica. Esta situación, en principio irrelevante si el propósito fuera discutir
sus dimensiones, se vuelve un problema si proyectamos las implicancias de la progresiva
demanda social, económica y espacial de la que es objeto. Cuando una de sus
características principales es esta delimitación casi infranqueable, hablar de concentración,
congestión y densidad (ya sea vehicular, de edificios, de comercio o de masa social),
puede ser lo mismo que hablar, a futuro, de ‘ahogo’. Sin embargo, este incipiente y
constante desarrollo urbano también representa una oportunidad de ‘desahogo’ para el
17
desarrollo de la vida social. Toda expresión social o política se vincula en algún momento
al espacio público y, mientras más complejo, múltiple y diverso sea éste, mayores son las
probabilidades de encuentro e identificación por parte del ciudadano con su ciudad.
1.2 La plaza cívica
–La plaza
En términos generales, las ciudades concentran múltiples y variados espacios que, a su
vez, concentran múltiples y variados actos de la vida urbana. La calle, la plaza y el parque
vienen a ser porciones de ciudad que nos pertenecen a todos, y por tanto, son espacios
cuya experiencia es, inequívocamente, una de naturaleza colectiva. La importancia de esta
cualidad colectiva del espacio público radica en que éste se constituye como el lugar de
intercambio entre los individuos de una sociedad y de los individuos con el Estado. Cuando
este espacio público se aleja de esa característica el riesgo es perder el mayor canal de
comunicación social, pues “¿dónde sino en los espacio abiertos de la plaza (ágora) y del
mercado va a producirse la convergencia ciudadana –la conciencia ciudadana– y el
encuentro socrático?” (Giannini, 1987, 38). “Las plazas representan casi siempre la mayor
concentración de esfuerzos colectivos para poner la ciudad al día, para adaptarla a nuevos
requerimientos, para ensayar nuevos prototipos. Unas veces con vocación de supercentro
urbano, otras veces como espacio más especializado” (Parcerisa-Rubert, 2000, 96). Las
plazas son los lugares de las ciudades donde se concentran más decisiones y
compromisos. Son lugares de estar, de reunión, de intercambio, de revoluciones; son el
lugar de representación de la comunidad, de acontecimientos sociales, de participación
política y, por ello, el escenario más oportuno para la combinación de cualquier expresión
ciudadana, “en cuanto por ella –en virtud de ella –la comunidad vuelve periódicamente a
congregarse, a converger a propósito de todo lo que pudiese importar a mi experiencia
común: la preocupación política, la devoción, de defensa de sus murallas, etc.” (Giannini,
1987, 69).
Como ya ha sido enunciado anteriormente, San Felipe se ve enfrentado a una disyuntiva
provocada por la actualidad: el espacio público por excelencia de San Felipe, la plaza,
corre el riesgo de ser reemplazado por el nuevo espacio ‘público’ del siglo XXI, el mall. Más
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concretamente, el terreno fiscal que acompaña y forma parte de la Plaza Cívica se
encuentra bajo la mira de una tienda por departamentos proveniente de Santiago. Este
espacio público, si bien continuaría acogiendo el encuentro con el otro, sería diferente: este
encuentro ya no sería ‘gratis y democrático’ (como es el espacio de la plaza), sino que se
encontraría necesariamente mediado por el consumo.
–La plaza cívica
La llamada Plaza Cívica de San Felipe, no es más que una explanada proyectada a
mediados de los ’60 como un vacío dispuesto en medio de tres edificios aislados
(proyectados en esa misma época): la Gobernación, la Municipalidad y el Banco de Chile.
Justo enfrente de La Plaza de Armas, esta otra plaza es un vacío que permite implementar
actos públicos de diversa naturaleza2; y si bien cumple un rol importantísimo dentro de la
agenda cultural y social de la ciudad, no es más que un área liberada de edificaciones que
la Municipalidad aprovecha (a falta de otro lugar con estas características) para ofrecer
actividades recreativas a la comunidad.
Actualmente, lo que propone la Plaza Cívica es evidente: un espacio dispuesto y disponible
para el uso de la comunidad. La agenda cultural de San Felipe es gestionada, en su gran
mayoría, por el municipio, y cabe señalar que es una agenda tanto amplia como itinerante
(ver punto 4, referencias). Una buena parte de las actividades que se organizan tienen
lugar en la Plaza de Armas (cuando las condiciones climáticas así lo permiten) y otra parte
importante de las actividades culturales y políticas adoptan la Plaza Cívica como escenario.
Sin embargo, las condiciones de dicho escenario, como tal, son precarias y limitadas.
Frente a cualquier actividad que implique butacas, luces, cierros, acústica, salas, estos
lugares resultan totalmente inadecuados. Surge entonces la necesidad de ocupar otras
instalaciones (gimnasios, clubes, sedes sociales), según si las condiciones son más
favorables, pero entonces el problema tiene que ver con la administración, capacidad y
disponibilidad de esas edificaciones. Por ello decimos que la agenda cultural de la comuna
es itinerante, porque no se concentra en un único lugar. En un sentido social, esto puede
2
En ella se ha implementado desde una piscina de arena para jugar volleyball en el verano hasta la
inauguración oficial del aniversario de la ciudad.
21
resultar altamente democrático, sin embargo, la falta de infraestructura adecuada limita la
posibilidad de gestionar una mayor cantidad de actividades.
En vista de la acelerada regeneración del centro que provoca la creciente demanda de
aquellas actividades mediadas por el consumo y la gestión privada, esta plaza es una
oportunidad para desarrollar un espacio público acorde con la complejidad y densidad que
hoy caracteriza al centro de la ciudad. Es por esto que aquí se plantea un proyecto de
espacio público que reconoce el potencial de dicha plaza de ser un espacio
tremendamente más significativo para la comunidad de lo que es actualmente. El rol del
espacio público (en deuda con las características de cualquier ciudad política y
democrática) es potenciar el encuentro social y, en ese sentido, cualquier intervención
sobre el espacio público debería permitir (y no excluir) la posibilidad de mayor intercambio.
De este punto surge el proyecto: dotar a San Felipe de un equipamiento cultural para
desarrollar actos políticos, exhibiciones artísticas y actividades recreativas de asistencia
masiva que por falta de infraestructura, o bien, por lo inconveniente de la infraestructura
disponible, no se realizan. “Para los proyectos que se encuentran en lugares especiales, la
condición de contexto es un dato de mayor relieve [...] Resulta más complejo comprender
el alcance de las determinaciones del proyecto [...] los límites entre lo que se encuentra y lo
que se sustituye, entre lo que se propone y lo que se sugiere, entre el dictado y la
inducción.” (Parcerisa-Rubert, 2000, 11).
1.3 La manzana
Dentro de la evolución de las manzanas céntricas tradicionales, podrían considerarse
cuatro procesos básicos. Primero, el de pasar de la ciudad trazada, a la ciudad edificada,
con la parcelación de la manzana en cruz (cuatro solares) y una edificación de carácter
elemental. De la mano de este proceso, la tipología de estas edificaciones comienza a dar
forma a la ciudad, condicionando a su vez, su uso. Luego, durante los siglos XVII, XVIII y la
primera mitad del siglo XX, el modelo pasa a ser la conformación de la manzana cerrada,
formalizando el tejido urbano (con las casas-patio y sus variaciones), salvo aquellas
manzanas que alojan construcciones militares y religiosas. El tercer proceso ocurre durante
la segunda mitad del siglo XIX, y es el paso de este sencillo sistema de relleno
23
(determinado, básicamente, por las posibilidades de parcelación, subdivisión y ampliación
de las viviendas), a uno más complejo donde la configuración arquitectónica determina un
tipo de espacio más desarrollado. Muchas veces el edifico se integra a la ciudad a través
de galerías, halles públicos o plazoletas interiores que los destaquen (Parcerisa-Rubert,
2000, 86).
Dada la evolución de estos procesos, podríamos decir que la manzana adquiere
gradualmente una dimensión de profundidad en principio inexistente. Una vez que se
interviene su interior, la manzana compacta se vuelve porosa y, por tanto, permeable. A
nivel planimétrico, el proyecto que aquí se plantea es un conjunto que aspira a vincularse
con un conjunto mayor e inmediato: la manzana; un proyecto que es, al mismo tiempo,
recintos, plaza, recorridos, accesos, programas, una rótula, una sutura. Un convenio
explícito entre las calles públicas al exterior a la manzana y el hecho arquitectónico que
pone de manifiesto el interior de la manzana hacia la calle, permite explorar tanto la
profundidad de la manzana como la profundidad del espacio público en sí. En la medida
que el centro de la ciudad experimente un proceso cada vez más acelerado de congestión
y densificación, el interior de la manzana es una dimensión que responde, casi
involuntariamente, a la necesidad de volver a abrir la ciudad y exteriorizar lo que antes
estaba escindido y marginado del ámbito social.
El espacio público complejo es la única garantía de una integración social y, dadas las
características de la manzana donde se funda el proyecto, ésta es una excelente
alternativa para buscar, develar y generar espacios colectivos complejos. Circundada por
las calles Arturo Prat al norte, Merced al sur, Salinas al oriente y Traslaviña al poniente,
esta manzana abierta a la ciudad por tres de sus cuatro caras es comparativamente un
paisaje poco común en relación a otras manzanas del centro donde la edificación es
mayoritariamente de baja altura y de fachada continua. Esta es una de las cuatro
manzanas fundacionales que cuenta con el ‘privilegio’ de enfrentar la Plaza de Armas
(cruzando la calle Salinas), y la única de las cuatro (a excepción de aquella donde se ubica
la catedral) en la que el carácter civil de la vida urbana, por sobre el privado, aún conserva
su tradición histórica. Además de la mencionada Plaza Cívica, los edificios de la
Gobernación, la Municipalidad y el Teatro municipal, la califican como un espacio urbano
eminentemente ciudadano. Los otros edificios notables (por su influencia en los criterios y
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estrategias consideradas para la ubicación del conjunto proyectado), son el Banco de
Chile, el Portal Prat y el Mercado Municipal –los primeros dos con fachadas hacia el interior
de la manzana, y el último, con la posibilidad de tenerla. El resto de la edificación
corresponde a casas-habitación y pequeños locales comerciales sobre las calles Arturo
Prat y Traslaviña, además de otros locales comerciales que ocupan el perímetro de la
primera planta del edifico municipal (también con frente hacia la calle Arturo Prat y
Salinas).
Esta intensa superposición de actividades y situaciones intermedias, tan diversas como
notables, hacen de esta manzana un contexto en extremo complejo. En ella se alternan
instancias públicas, semipúblicas y privadas que dejan entrever la realidad de un proceso
urbano donde se diluye la clásica zonificación (planificada) de funciones públicas y
privadas dando paso, incluso, a una combinación de las mismas. Sin embargo, algo sigue
diferenciando estos dos aspectos y es en relación a su valor ciudadano: el espacio privado
es particularmente excluyente mientras que el espacio público es, necesariamente, un
medio para la interacción, participación e identificación ciudadana. Sobre el espacio
privado existe propiedad; sobre el espacio público, existe apropiación. El interior del la
manzana como un espacio recuperado para el ámbito de lo público, parece una estrategia
siglo del XXI donde un espacio abierto al interior de la manzana queda rodeado por
arquitectura, versus la estrategia del siglo XVII donde la arquitectura de la manzana se ve
rodea por espacio público.
La apuesta de este proyecto pasa, justamente, por buscar la complejidad de la
superposición de programas ya que así podrían develarse una mayor variedad de lecturas,
mayores posibilidades de apropiación del espacio urbano, y por lo tanto, mayores
posibilidades de identificación. La complejidad del tejido urbano y sus espacios públicos
significa una oportunidad para una mayor manifestación de lo social. De ahí que el
argumento central a este proyecto sea el de la intervención urbana desde la perspectiva de
buscar y engendrar nuevos escenarios para dichas dinámicas, para proliferar el escenario
urbano para lo eventual. Cada vez que en un espacio público ‘el paso’ no es lo dominante,
sino las funciones ligadas a éste, ligadas al acceso de los edificios que lo circundan y
delimitan, el vacío (o el espacio abierto) tiende a tomar un tono particularmente local y
específico como escenario de actividades (y no mera circulación). Si la calle se vuelve
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cada vez más específica en su función de circulación y paso vehicular, la manzana puede
volverse eco de aquello que ha sido desplazado.
1.4 Renovación
Como dice el título de una de las referencias de esta memoria, la ciudad nunca es una hoja
en blanco. Antes de que la arquitectura se concrete como una nueva condición en la
ciudad, la ciudad es la condición anterior al hecho arquitectónico. Todo proyecto de
arquitectura se enfrenta a situaciones con historias acumuladas, a un contexto,
independiente de si éste significa una preexistencia tangible o intangible. Generalmente, se
entiende que este contexto brindará información y antecedentes (tanto cuantitativos como
cualitativos) que serán esenciales para el proyecto. Esta información, sin embargo, será útil
para la formulación de proyecto sólo en la medida que genere preguntas y no cuando se la
interprete como un pie forzado donde buscar las justificaciones del proyecto. En ese
sentido, la precariedad de la Plaza Cívica de San Felipe como espacio público y la
potencialidad del interior de la manzana como una alternativa más para la expresión
pública de la ciudad, son la mayor información para hablar de un proyecto ‘adecuado’ o
‘hecho a la medida’. Si así lo fuese, sería por haber atendido las problemáticas de la
ciudad. Juzgar el éxito o fracaso del proyecto, debiera pasar por evaluar si supo combinar
lo existente con lo nuevo, en si lo propuesto hace eco de lo insinuado, si logra re-significar
y potenciar las condiciones existentes y en si logra generar impacto y movimientos en la
ciudad-sociedad.
Cuando un proyecto se propone ‘crear’ espacio público, no puede sino comenzar por
asumir que lo público y el espacio existen incluso antes que exista la arquitectura. De
hecho, ambos aspectos no existen tanto como hecho físico, sino como acto humano. Ese
acto humano no puede verse disminuido. Si este proyecto deriva de la pregunta sobre el
contenido social de la arquitectura y su capacidad de volverse un escenario para lo posible
y lo eventual, no puede sino asumir la escena urbana a la cual se enfrenta como una
variable insustituible. La Plaza de Armas fue (y sigue siendo), la escena primaria para la
vida social, política y cultural de San Felipe. Lugar de encuentro por excelencia, es lejos el
lugar más cargado de actividades, el más denso en términos de programas, el más
multifacético y esta situación es en extremo relevante para la confección del proyecto: si la
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propiedad de centro urbano y social se la adjudica la Plaza de Armas, se propone la
extensión de la Plaza Cívica. como un espacio más especializado y temático,
El propósito, sin embargo, no es recrear el sentido de la plaza fundacional de la ciudad
tradicional, sino fundar un nuevo sentido para el futuro desarrollo del espacio público. La
renovación de una pieza clave en la trama urbana del centro de San Felipe pasa por la
intervención del interior de una manzana notable, cargándola con un programa cultural que
busca ofrecer un campo de acción para la descarga de eventos y hacer reconocible, por
medio del mismo, una mayor expresión/extensión del espacio público/social. “La manzana
actúa como elemento de mediación entre el edificio y la ciudad”, (Parcerisa-Rubert, 2000,
84) y aquello delata la contingencia de componer programas que aceleren las
combinaciones, o bien, las develen, les den lugar. Por ello, uno de los prerrequisitos para la
organización del proyecto es concertar un equilibrio entre lo edificado (cerrado) y el espacio
público (abierto). Inscribir el interior de una manzana dentro de los referentes de
percepción colectiva, obliga a cierta continuidad. Lo que antes era anónimo, hoy se registra
como un espacio comunitario.
En resumen, el objetivo de renovar el espacio público se refiere, específicamente, a asumir
lo existente como materia fundamental del proyecto, haciendo de la propuesta una
oportunidad para reorganizar y diversificar la escena urbana al mediar las relaciones tanto
espaciales como programáticas que hacen de dicha escena una experiencia social. Esta
renovación pasa por rescatar (y destacar) un predio disponible al interior de la manzana,
abrirlo y conectarlo a las calles exteriores, permitir la extensión de la plaza, ampliar
aquellos espacios estrechos y acotar aquellos otros que quedan indeterminados, proyectar
recorridos y pasajes interiores, conceder fachadas a los medianeros ciegos y dotar de
arquitectura a un espacio indefinido por medio de programas culturales que activen dicho
espacio. En definitiva, estas operaciones intentan administrar espacialmente la Plaza
Cívica, hacer extensible su impacto a una mayor escala, diversificar el programa urbano,
agregar el concepto de ‘plaza cultural’ al de ‘plaza cívica’. Junto con el teatro Municipal, el
Municipio, la Gobernación y el Mercado Municipal, el proyecto es una pieza más dentro de
la manzana que pretende establecer el vínculo necesario para terminar de componer un
conjunto de programas sociales. El proyecto pretende se un medio, un servicio, un
programa diverso, un espacio colectivo.
29
1.5 Infiltración de programas
El proyecto de intervención para la Plaza Cívica de San Felipe se define como una
estrategia programática de infiltración debido a que busca vincularse/adoptar lo existente y
necesita de ello para completarse. Por ello, la acción se considera mínima y busca, bajo la
perspectiva de combinaciones, los máximos resultados (diversificar el programa público de
la calle). Los edificios que componen el proyecto no pretenden configurarse en sí mismos
como el espacio de encuentro, sino que intentan participar de un conjunto mayor como una
nueva situación para que nuevas cosas sucedan en el espacio abierto. Infiltrar implica no
invadir, ni sustituir, ni separar; más bien, alude a una condición de suma, de adaptación, de
ajuste.
El proyecto considera el programa como la oportunidad de establecer una relación entre el
espacio y las acciones que tienen lugar en dicho espacio. Como postula Bernard Tschumi,
sin espacio, sin acciones y sin programa, no existe arquitectura. El espacio (público o
privado), se constituye como arquitectura mientras hay algo que sucede en él, cuando es el
soporte para alguna actividad. Sin esta condición ‘activa’, hablaríamos de escultura y no de
arquitectura. Sin embargo, es importante considerar el conflicto que esto representa. La
arquitectura no puede (como sí puede hacer el cine, por ejemplo) controlar el guión de la
escena que se desarrollará en determinado escenario; para la arquitectura, las acciones
sobre el espacio son algo impredecible. De ahí que la relación entre uno y otro término
representa un problemática central a la disciplina: por definición, la arquitectura debe
atender ambas variables, pero una de ellas escapa enteramente a su control. Una
alternativa a esta paradójica ecuación de dos variables, es incluir una tercera: el programa.
Aún cuando la relación entre espacio y acciones es una relación disyuntiva, el arquitecto
puede intentar intervenir dicha relación por medio de la programación.
De esta manera, el interés del argumento es definir el programa en términos de una
operación que, más allá de elaborar ciertas reglas, describe una manera de ejecutarlas; es
decir, como una estrategia de diseño y no como el catálogo de recintos de un proyecto
(menos aún como aquello que nombra a un edificio: el teatro, el museo, pues aquello no
hace más que denotar su función más específica). Por un lado, uno de los aspectos del
‘programa arquitectónico’ hace referencia a la temática que abordará el proyecto –en este
31
caso, programas culturales– y que regirá los aspectos más específicos y técnicos del
edificio (un supermercado, en principio, no necesita butacas, a menos que la propuesta sea
hacer de la compra al interior de un supermercado un espectáculo). Sin embargo, hablar
de programas culturales (en genérico) significa referirse también, ya no a la especificidad
de uno u otro recinto, sino a la oportunidad de combinación conjunta entre cada uno de
esos elementos (combinación que es esencial para los objetivos de este proyecto).
En resumen, programa y espacio son las premisas de diseño bajo las cuales se
confecciona el proyecto que intenta renovar la organización espacial y programática (valga
la redundancia) de la Plaza Cívica. El programa, como estrategia, es el plan de relaciones
entre espacios y acciones, e implica superponer al proceso de diseño otro tipo de sistema
que complemente y diversifique las posibilidades que otorgaba el primer sistema de
requerimientos espaciales específicos, “cuando un arquitecto recibe la información e
instrucciones acerca de los espacios y lo que ha de ocurrir en ellos, tiene un poder
increíble, el de disponer la manera en que las actividades se localizan y cómo se
relacionan entre sí. El poder último del arquitecto es el de crear una nueva serie de
relaciones, de diseñar las condiciones de la relación y, eventualmente, de proponer una
relación en sí misma” (Walker, 1994). El programa organiza las relaciones, el intervalo, el
in-between (la interfase): en definitiva, es una operación de montaje.
1.6 Programas culturales
Las intenciones de este proyecto, como se ha ido postulando, son entonces, renovar la
Plaza Cívica de San Felipe como un espacio público. El espacio público de San Felipe
tiene, sin embargo, la característica de ser un espacio cargado políticamente –en el sentido
de ‘político’ como referente a la polis, a la ciudad– por lo que el proyecto planteado para
esta Plaza Cívica debía ser necesariamente el de una plaza política.
Construir una plaza política implicaba una intervención que estresara la relación entre las
instancias estatales y sociales (populares). Construir más espacio público significaba
respetar los acontecimientos urbanos existentes, proyectarlos ahí donde aún no existían,
componer una intersección para aquellos que no se topaban y generar nuevas instancias
para nuevos acontecimientos.
32
–La cultura como mediadora del espacio público
La cultura es, en esencia, un vínculo entre sociedad y política. Y mientras la arquitectura
influya tanto en la configuración tangible como en la experiencia intangible de las ciudades,
ese vínculo puede traducirse también a un hecho físico. La importancia del espacio público
como plataforma de participación social es un tema central para la formulación del
proyecto, así como también se vuelve importante la existencia de voluntades políticas que
respaldan la noción de la cultura como un agente de interacción social: “el motivo de
considerar la cultura como política de Estado, dice relación con la convicción del actual
gobierno de que la cultura es un indicador en el desarrollo humano y, por tanto, de la
calidad de vida. Así, su difusión y promoción, se las entiende como un componente
determinante en el desarrollo social y económico de un país.”3 Construir una plaza cultural
significaba una infraestructura flexible a nivel espacial y programático para lograr promover,
exhibir y educar la práctica de lo social y la cultura simultáneamente.
En el año 2003 se aprobó el proyecto de ley que creó el Consejo Nacional de la Cultura y
las Artes. La labor del Consejo es apoyar y fomentar la producción, reproducción y la
difusión del patrimonio cultural del país, y promover la participación de la comunidad en las
distintas etapas de su desarrollo. La unidad de Infraestructura Cultural es la encargada de
asignar fondos tanto para la creación de equipamientos culturales, como para apoyar la
gestión cultural de los municipios con más de 50 mil habitantes. La atención de estas
políticas públicas apunta básicamente a regiones, financiando proyectos que contribuyan
tanto al fomento y difusión de la creación local, como a la formación de un público que
aprecie la cultura.
Otro ejemplo de la gestión estatal en materia de cultura es la Campaña Nacional de
Alfabetización Digital (iniciada hacia 2003). Este programa pretende capacitar a medio
millón de chilenos mayores de 15 años que están fuera del sistema escolar para que
obtengan formación práctica en el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación.
Se trata de preparar a la ciudadanía para vivir en una sociedad globalizada y aprovechar
las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías digitales. La iniciativa está dirigida a
3
Discurso de José Weinstein Cayuela, Subsecretario de Educación, en reconocimiento a los 50 años
de actividad artística de Claudio di Girólamo quien entonces fuese director de la División de Cultura.
33
aquellos sectores de la población que hasta hoy no han tenido acceso a la computación e
Internet, especialmente trabajadores, microempresarios y madres.4 Por medio de la
educación y fomento en el uso de esta tecnología, este programa vuelve a expresar la
voluntad política del gobierno de concretar un proyecto de culturización.
Es dentro de este marco político-estatal que se busca gestionar este proyecto, contando
con el apoyo y las voluntades de los gobiernos locales y la ciudadanía.
4
Fuente: página web oficial del Fondef (Fondo de Fomento al desarrollo científico y tecnológico).
34
36
2.
PROYECTO
Es interesante la construcción de un sistema, la organización de un territorio, la elaboración
de un conjunto de respuestas a necesidades específicas, pero lo es aún más, la agenda de
un proyecto (o el programa). Programar implica adelantarse a ciertas situaciones que
parecen previsibles (aunque no sean más que una especulación) y, al mismo tiempo,
concertar un plan que considere las situaciones que sabemos que son reales. El título del
proyecto hace referencia a los componentes de la propuesta y no a su función específica
de sus elementos, o sea, es un enunciado que denota las preocupaciones que son
transversales a la propuesta: la ciudad (San Felipe), el espacio público (plaza cívica), los
alcances de la problemática (el interior de la manzana), el hecho arquitectónico
(renovación), las estrategias de proyecto (infiltración), las herramientas de diseño
(programa) y su contenido social (cultura).
2.1 El proyecto, vista general
El proyecto se trata de la intervención de un espacio público y de ensayar la manzana
como soporte genérico para la proyección de dicho espacio. El plan de organización
espacial de la manzana considera expandir la plaza hacia el sitio ubicado en el centro la
manzana (actualmente, de propiedad fiscal y utilizado como estacionamiento en superficie)
y la expropiación de un predio (actualmente, comercial) para proyectar el programa de la
Plaza Cívica hacia el oriente, enfrentando el cine Aconcagua y cautivando de manera
directa el movimiento de la calle Salinas.
Dado el interés de infiltrar programas al interior de la manzana, el objetivo no podía ser otro
más que el de impulsar el proyecto desde la complejidad, sin esquivar los conflictos. El
contexto es instrumental y no sensitivo: operativo para la composición del conjunto con una
dependencia formal considerable (no en términos de la composición de la forma en sí
misma, sino de las formas que resultan de las consideraciones que se tiene con lo
preexistente), pero más aún, con una dependencia programática en cuanto la propuesta se
plantea como un enlace de situaciones existentes y probables.
37
El proyecto sería un hecho programático que articula (y se articula) con las condiciones
existentes, potenciando los cruces programáticos en el espacio abierto, albergando los
eventos ocasionales, las ocasiones solemnes y las celebraciones extraordinarias,
intentando representar el sentido comunitario del gobierno localista y la sociedad civil (la
clase política y la clase social). Para ejecutar esta operación y enfatizar el carácter plural y
diverso del espacio público como un escenario de acciones posibles, las relaciones de uso
y accesibilidad entre los nuevos edificios culturales y las edificaciones ya existentes debían
ajustarse de manera tal que siempre compartiesen un espacio común. Entra en un juego
de camuflaje-emergencia: hay cosas a las que se asocia, situaciones a las que se
mimetiza, límites a los que se adosa, y otras/otros sobre los cuales emerge y se distingue.
La propuesta intenta responder a la integración de usos y funciones aparentemente
desarticuladas, evitar el abuso de des-uso, reorganizar el interior de la manzana, formalizar
la gestión cultural. De esta manera, se plantean los siguientes programas culturales:
museo/galería, auditorio/teatro y mediateca, los que pueden entenderse como
arquitecturas que estimulan nuevas formas de sociabilidad mediadas por el fomento, la
producción y la exhibición de cultura. En otras palabras, el proyecto intenta la
programación de una nueva condición para un espacio público que, junto a las condiciones
existentes, predisponga la manzana a nuevas contingencias.
Los criterios espaciales considerados son permeabilidad y exhibición dentro de una
plataforma libre, es decir, una mínima expresión que provoca la máxima interrelación, el
interior de la manzana como extensión de la calle. Como criterios programáticos se busca
la combinación y superposición de programas (nuevos y existentes) en pos de una
densidad que provoque transferencia de usos, todo alimentado por una accesibilidad
múltiple, donde se reserva el espacio libre para actos al aire libre.
El trazado de las circulaciones considera la reserva de ciertos espacios para la futura
agregación de proyectos al interior de la manzana o en el exterior de la misma y cada
tramo es multidireccional. La lógica de utilización el campo permite disponer siempre de
una cantidad de espacio de intercambio. La plaza intenta ser un subsistema renovable que
re-administra el uso de la manzana. La Plaza Cívica Renovada funciona como un ‘hall
urbano’, es decir, como un conjunto de edificaciones semipúblicas al interior de la
39
manzana, que administra un auditorio, una galería de exposiciones itinerantes y
permanentes (que corresponde la muestra completa del Museo de Historia y Arqueología),
una mediateca comunal, una cafetería y, por último, locales comerciales destinados a
actividades culturales asociadas (librerías, objetos artesanales, etc.).
La manzana, infiltrada, se desarrolla como otro tipo de ordenación por medio de la
implementación de la temática de la movilidad y el cruce de programas; las opciones se
multiplican. El edificio barra aparece como fachada de la plaza cívica y como portal de
acceso desde la calle que da hacia el cine; el edificio compacto aparece al borde de la
manzana como sutura al perímetro de la misma; el edificio particulado aparece con la
expresión de dispositivos aislados que ayudan a establecer los referentes de la
organización del conjunto. Los edificios existentes aparecen vinculados a la plaza a través
de un circuito de recorrido que establece nuevas accesibilidades. Aparece, finalmente, el
conjunto de edificios como tal y aparece también su doble: el espacio vacío que ya no es
vacío. Más que acoplarse, ajustarse, ceñirse a una matriz predeterminada, el proyecto
genera la suya propia como si fuera un sistema de mosaico que explicita la estrategia de
agregación.
2.2 El proyecto, vista particular
El proyecto es, entonces, la amalgama de diferentes tipos de intervenciones
arquitectónicas, siendo las principales construir, dejar existir y combinar. Dentro de la parte
construida del proyecto se encuentran los tres edificios principales, el edificio-aéreo, el
edificio-interior y el edificio-exterior, más una cinta que enhebra los edificios anteriores. Se
asignó un volumen particular a cada uno de los principales programas: el edificio del
Museo y Galería, el de el Auditorio, la Mediateca y Comedores/restaurant/cafetería. Hacer
que cada edificio respondiese adecuadamente a los requerimientos específicos de sus
instalaciones, junto con el objetivo de destinar la mayor parte del nivel-plaza como espacio
abierto, llevó necesariamente a la aparición de diferentes alturas en sus plantas. Para la
ubicación de estos edificios (de superficie, niveles y alturas diferentes) se tuvieron en
cuenta factores como la accesibilidad a la manzana, la distancia a las construcciones
vecinas, el tipo de relación que se quería lograr con el nivel plaza. La forma exterior del
edificio resultó, simplemente, de la cabida de cada uno de ellas.
40
- EDIFICIO AÉREO: esta barra despegada del suelo es la fachada de la plaza que recorre
casi todo el ancho de la explanada, cubre por completo una de las calles interiores
(proporcionando un área intermedia para el cobijo) y contiene la Galería. En términos
espaciales, la galería es básicamente un corredor-sala del que se desprenden unas salas
menores. Es decir, la sala principal es, al mismo tiempo, la circulación principal.
- EDIFICIO INTERIOR: acompaña las calles interiores y busca activarlas y consiste en un
despliegue continuo y lineal de puntos programáticos menores urdidos como una fachada a
nivel de la plaza. Se propone una cafetería como el punto mayor dentro de esta línea,
consolidando en carácter público comercial del mismo ,
- EDIFICIO EXTERIOR: Elemento que se ubica al borde de la manzana por reconstituir
(aún cuando su acceso da hacia la plaza), en parte, la fachada de la calle y a su vez,
permitir liberar el espacio de la explanada. Este edificio cobija la caja del Auditorio, el cual
se posa sobre la plaza con la intención de aprovechar el nivel cero como antesala o foyer.
- CINTA: A la vez, existe un elemento que articula todos los niveles de aquellos edificios y
salva la diferencia de los mismos y se compone tanto por las circulaciones verticales como
las horizontales, sean mecánicas o automáticas. Esta cinta a veces cruza el interior de las
salas y, en otras oportunidades, también se exterioriza, de modo que el uso del edificio y
quienes lo recorren son parte de las exhibiciones y el espectáculo que ofrece el conjunto.
Por otro lado, para quien recorre, lo exhibido no se encuentra sólo al interior del edificio,
sino que la misma ciudad, la plaza, el conjunto, son parte de la exhibición.
La separación de los volúmenes genera una mayor cantidad de relaciones con el exterior,
multiplicidad de relaciones con su entorno, porque era deseable y porque eran las
condiciones de trabajar en un lugar tan estrechamente cohesionado. En términos de los
recorridos propuestos, cada uno de los volúmenes puede relacionase con el otro,
directamente con la plaza, o bien, independizarse. La independencia de las plantas,
aunque unidas por un sistema de recorridos común (la cinta), hace que la relación con el
exterior no sea única, ni en dirección ni en programa.
Al ajustar el acceso a dichos edificios según los criterios del conjunto global (plaza y demás
edificios), hace que existan diferentes distancias desde el exterior y desde los accesos
42
(independientes o compartidos). Esto hace que el edifico pueda accederse desde
diferentes puntos.
Los edificios establecen diferentes relaciones con la cota de la plaza y la calle, diferencia
de niveles entre ellos, al tiempo que permite tener en todo momento diferentes ángulos de
visión. Existen también unos pequeños apéndices que sirven al conjunto global (quioscos,
agua, pasto, luminaria concentrada, vestíbulo, accesos al subterráneo, estacionamiento de
bicicletas, puntos de información, baños públicos, bodegas) que apoyan el sistema mayor
de la plaza.
Para hacer de la intervención una mínima expresión formal, se decidió estrechar al máximo
el interior (requerido) de los edificios (recintos únicos en cuanto a su función específica), de
manera que la circulación previa o posterior al tiempo-estático de quien visita las distintas
salas de exposición, música, teatro, medios digitales, se diese en el exterior de ellas, sobre
la plaza. El sistema de volúmenes se organizaría longitudinalmente por el límite de altura
que dicta la ordenanza municipal.
43
4. REFERENCIAS
4.1 Referencias bibliográficas
-Andrés Allendes (profesor: Patricio Duarte). Re-Visión de la vivienda colonial urbana
chilena, Seminario de Investigación, Depto. Historia y Teoría, FAU, U. de Chile, 2002.
-Adrian Forty. Words and Buildings: A vocabulary for Modern Architecture, Thames &
Hudson, New York, 2000.
-Humberto Giannini. La reflexión cotidiana, hacia una arqueología de la experiencia.
Editorial Universitaria, Santiago, 1987.
-Rem Koolhaas. ‘Imagining Nothingness’, en S M L XL, Monacelli Press, New York, 1995.
-M. Fernanda Martin, profesor Enrique Walker, El espacio escrito en Bernard Tschumi,
Seminario de Investigación, Depto. de Diseño, FAU, U. de Chile, 2004.
-Josep Parcerisa Bundó y María Rubert de Ventós. La Ciudad no es una hoja en blanco,
Ediciones ARQ, Santiago, 2000.
-Fabio Opicci y Enrique Walker, 12 entrevistas con Arquitectos, Ediciones Arq, Santiago,
1998.
-Enrique Walker. ‘El evento Tschumi: entrevista con Bernard Tschumi’, en Summa nº57,
p.36-40.
4.2 Referencias proyectuales
O-Museum / Kazuyo Sejima – Ryue Nishizawa (Japón)
Musée du Quai Branly / Jean Nouvel (París)
Mercado Santa Catalina / Enric Miralles (Barcelona)
BBC’s Music Theatre / Foreign Office (Londres, 2004) >interiores.
ICA Boston / Diller+Scofidio (Boston, 2001)
45
4.3 Anexo
Transcripción del folleto del Programa del Aniversario de San Felipe.
“PROGRAMA OFICIAL ANIVERSARIO 267 San Felipe de Aconcagua (2007)
I. Municipalidad de San Felipe
Saludo de Jaime Amar, Alcalde:
“Innumerables acontecimientos de carácter histórico y ciudadano confluyen en el diario
acontecer de nuestra comuna, reafirmando que la herencia ligada por nuestros
antepasados, hoy constituye un pilar fundamental de probidad y servicio público. Es por
ello que en este mes de agosto, San Felipe de Aconcagua, rememora con afecto y gratitud
la figura de nuestro fundador, José Antonio Manso de Velasco, un caballero de noble
estirpe, él que con su ejemplo honra a todos los sanfelipeños que han construido las bases
del progreso y el desaroolo de nuestra comuna.
Celebrar un nuevo aniversario fundacional, si bien es cierto constituye un motivo de
legítimo orgullo para todos los aconcagüinos de corazón, también es un desafío seguir
construyendo nuevos espacios para el San Felipe de mañana donde cada habitante se
sienta que es partícipe de lso destinos de nuestra ciudad.”
actividad
lugar
organizador
–Plaza de Armas
Municipalidad
–Club Árabe
–Municipalidad
–Plaza Cívica
–Municipalidad
–Plaza Cívica
–Municipalidad
CONCIERTO ORFEÓN ACONCAGUA
–Odeón Plaza de Armas
Municipalidad
SHOW INFANTIL DE TÍTERES
–Plaza Cívica
–Municipalidad
–Plaza de Armas
–Club de Montaña
Plaza de Armas
–Municipalidad
FERIA DE ARTESANOS
CEREMONIA
Estrategia
DE
Salud
con
APERTURA:
la
Gente,
promoción de la salud
EXPOSICIÓN
TALLERES
FEMENINOS
ACTO
CÍVICO
MILITAR
(desfile,
esquinazo, honores a las autoridades)
EXPOSICIÓN
FOTOGRAFÍAS
DE
MONTAÑA
CEREMONIA NATALICIO BDO.
O’HIGGINS
47
CEREMONIA Entrega de Distinciones
–Teatro Municipal
–Municipalidad
CEREMONIA DISTINCIÓN
–Teatro Municipal
–Municipalidad
–Iglesia Catedral
–Municipalidad
FESTIVAL RANCHERO
–Gimnasio Curimón
–Diario “El Trabajo”
CONCIERTOS “DE INVIERNO”
–Teatro Municipal
–Municipalidad
BALLET FOLKLÓRICO
–Gimnasio Curimón
Municipalidad
GALA Aniversario: show “María José
–Gimnasio
Quintanilla y sus Mariachis”
Politécnico
SHOW Cooperativa de Ahorro y
–Teatro Liceo Politécnico
–Coop. Ahorro y Crédito
SHOW Caja de Compensación Los
–Gimnasio
–Caja Comp. Los Andes
Andes
Politécnico
GALA DE DANZA FOLKLÓRICA
–Teatro Municipal
Municipalidad
REUNIÓN AMPLIADA DE
–Salón Tesorería
–Municipalidad
–Teatro Municipal
–Soc.
VOLUNTARIADO para programas
sociales municipales
TEDEUM de ACCION DE GRACIAS
POR LA CIUDAD
Liceo
–Municipalidad
Crédito
Liceo
DIRIGENTES
CONFERENCIA “Dos grandes líderes
del S. XX”, de Germán Gamonal
CHARLA: El periodismo, las relacione
Historia
Arqueología
Salón Municipal
–Colegio Prov. R.R.P.P.
–Salón Municipal
–Municipalidad
EXPOSICIÓN DE ÓLEOS LOCALES
–Salón Municipal
Municipalidad
EXPOSOCIÓN DE PINTORES
–Sede Club Aucas
–Municipalidad
–Salón Tesorería Municipal
–Municipalidad
EXPOSICIÓN Talleres Adulto Mayor
–Plaza Cívica
Municipalidad
INAUGURACIÓN PETROGRIFOS del
–Salón Tesorería
–Municipalidad
–Plaza Cívica
–U. Discapacidad
spúblicas y el efecto en la opinión
pública”
ENCUENTREO DE BECARIOS
Presidente de la República
ACONCAGÜINOS
EXPOSOCIÓN de pintura de Mario
Torres
Aconcagua (expone: María Gloria Días
de Valdés)
PRESENTACIÓN U.Comunal de la
Discapacidad
48
y
CELEBRACIÓN DÍA DEL NIÑO,
–Gimnasio
Liceo
–Municipalidad
Talleres infantiles
Politécnico
CONCURSO DIBUJO INFANTIL
–Plaza Cívica
Municipalidad
ACTIVIDADES CLUB DE LEONES
–Club de Leones
–Club de Leones
ACTIVIDADES Recreativas proyecto
–Plaza Cívica
–Comuna Segura
MÚSICA folklore local
–Odeón Plaza de Armas
Municipalidad
JAZZ
–Teatro Municipal
Municipalidad
Inauguración CENTRO
–Curimón
–Municipalidad
–Salón Municipal
–Club Arturo Prat
Buenas Prácticas Comunitarias
(música en vivo)
COMUNITARIO CURIMÓN
LANZAMIENTO CAMPEONATO BabyFútbol
49
SANTO DOMINGO
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROYECTO DE TITULO
2007
ARTURO PRAT
MUNICIPALIDAD
EDIFICIO
PRAT
MERCADO
MUNICIPAL
GOBERNACION
PLAZA CIVICA
PLAZA DE ARMAS
BANCO CHILE
MERCED
ESCALA
1 : 500
CONTENIDO
PLANTA DE
CONTEXTO
FREIRE
L AM I NA
1
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROYECTO DE TITULO
2007
+-0.00
+0.28
+0.42
+-0.00
ESCALA
1 : 250
CONTENIDO
EMPLAZAMIENTO
L AM I NA
EMPLAZAMIENTO 1 : 250
PERFIL PLAZA CÍVICA Y PLAZA DE ARMAS
2
10
10
10
5.5
10
8
9
10
8
4
8
4
7
7
5
6
8
8
D'
8
4
3
8
8
2
1
7
4
C'
0.2
0.2
1.6
1.6
2
14
15
16
17
18
0.15
1.65
0.15
1.9
0.2
3.4
0.2
8.4
3.2
0.2
2.7
0.2
19
13
20
12
21
11
22
10
23
9
24
0.1
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
8
7
CAFETERIA
6
5
PROYECTO DE TITULO
2007
4
3
LOCAL 01
LOCAL 02
LOCAL 03
LOCAL 04
2
LOCAL 05
1
0.15
0.15
4.9
5
0.15
0.15
5
0.2
5
0.2
6.9
NUEVO
ACCESO MERCADO
5.1
ACCESO MUSEO
A
A
B'
B
9
8
7
6
5
4
GALERIA CUBIERTA
3
2
1
+0.42
+-0 .00
10
11
12
13
14
15
16
17
18
B
B
10 11 12 13 14 15 16 17 18
+0.42
1
C'
2
9 8 7 6
3
5 4
3 2 1
1.2
-3.10
2
13.85
ESCAPE
7
6 5 4
3 2
1
BODEGA
D'
+0.42
BODEGA
1
2
3
4
E'
0.2
0.2
A'
5.7
3
10.8
-1.39
RETIRO ESCENARIO
EXPOSICIONES
DESCUBIERTAS
0.2
6.75
1
1.2
1.75
A
0.9
ESCENARIO
-0.39
+-0 .00
HALL ACCESO
AUDITORIO
+0.28
6
1.2
7
8
9
10
11
12
13
14
BODEGA
15
F'
BOL.
16
3
17
15 14 13 12 11 10
3
4 5 6
7
8
2
-0.39
-0.39
1 2
12.05
6 5 4 3 2 1
6 5
4 3
-1.39
9
8
7
6
5 4
2
1
3 2 1
+0.42
ESCAPE
2 1
0.3
1
2
3
4
5 6
7 8
14
9 10 11 12 13
13
12
11
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
+0.42
0.6
0.6
+0.42
PEND. 18 %
G'
12 13 14 15 16 17 18 19 20
11
10
9 8 7 6 5 4 3
+-0.00
2 1
PEND. 18 %
8
1
7
2
6
3
5
2
4
3
1
4
3
2
ESCALA
1 : 100
4
1
5
CONTENIDO
ESCENARIO
PLANTA
PRIMER NIVEL
PLAZA
LA M I NA
+-0 .00
C
D
3
2
1
3
13
14
12
5.5
8
9
11
8
4
8
4
7
7
8
8
D'
2.2
5.8
3
4
8
8
2
8
1
7
4
C'
14
8.75
5
6
15
16
17
18
19
13
20
12
21
11
22
10
23
9
24
VENTAS
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
8
2.4
7
PROYECTO DE TITULO
2007
BODEGA
ACCESO
A ADMIN.
2.2
A
A
SS. HH.
ESPACIO EXPOSICIÓN ITINERANTE
B'
VIDEO-AUDIO
RECEPCIÓN
BOLETERÍA
B
10
11
12
13
14
15
16
17
18
+4.00
+4.00
B
ACCESO A
MEDIATECA
B
0.2
4
1.5
0.2
4
1.6
0.9
0.2
0.2
3.25
0.2
2.5
1.5
HALL
ACCESO
4
5.4
0.2
1.55
0.2
MUESTRA FIJA 3
MUESTRA FIJA 4
2.2
2.2
0.2
0.2
5.6
0.2
MUESTRA FIJA 1
9.05
0.4
0.2
MUESTRA FIJA 2
MUESTRA FIJA 5
C'
12.65
2.25
4.4
1.5
4.4
0.9
4.420.05
2.2
5.8
1.55
6
9.45
+3.12
JARDÍN
INTERMEDIO
D'
1
E'
3
4
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
+3.4
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
A'
2
5
16
0.251.25
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
SALA
PROY.
HALL ACCESO
MEDIATECA
A
ESCENARIO
0.2
0.2
3.95
3.6
0.2
5.7
0.2
F'
+0.42
0.3
0.3
0.3
ZONA POLEAS
28.3
0.6
G'
ESCALA
1 : 100
CONTENIDO
PLANTA
SEGUNDO
NIVEL
LA M I NA
D
C
4
10
10
10
5.5
8
10
8
9
10
4
4
8
7
7
8
D'
5
6
8
8
3
4
8
8
2
7
1
4
C'
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
0.2
PROYECTO DE TITULO
2007
8.35
0.2
ADMINISTRACIÓN
14 13 12 11 10 9
8
7 6 5 4
3 2
1
A
A
B'
B
B
B
C'
0.1
0.1 1.4
8.6
A
A'
0.1
0.2
3.7
6.2
F'
0.1
0.2
1.6
1.2
0.1
1.2
0.35
1.4
0.2
G'
ESCALA
1 : 100
CONTENIDO
PLANTA
TERCER
NIVEL
0.0
LA M I NA
D
C
5
UNIVERSIDAD DE CHILE
NIVEL 2
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
ARCHIVO
NIVEL 3
PROYECTO DE TITULO
2007
RECEPCION
+0.42
NPT
NIVEL 1
RETIRO ESCENA
13
12
11
10
9
8
7
6
5
4
3
NIVEL -1
ENSAYOS
PROFESOR : YVES BESANÇON
BAÑOS / CAMARINES
NIVEL -2
ESTACIONAMIENTOS
NIVEL -3
CORTE
A - A' 1 : 100
ESTUDIANTE : M. FERNANDA MARTIN
2
1
-0.42
NPT
ESCALA
1 : 100
-3.10
NPT
CONTENIDO
CORTES
A-A´ y B-B´
-6.20
NPT
-9.30
NPT
LAMINA
CORTE
B - B' 1 : 100
6
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROFESOR : YVES BESANÇON
PROYECTO DE TITULO
2007
ESTUDIANTE : M. FERNANDA MARTIN
C O R T E C - C' 1: 100
MUSEO
ESCALA
1 : 100
CONTENIDO
LOCALES COMERCIALES
CORTES
C-C´ y D-D´
VEHICULOS
DE CARGA
ACCESO
ESTACIONAMIENTOS
LAMINA
C O R T E D - D´ 1: 100
7
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROYECTO DE TITULO
2007
FACHADA
S U R 1 : 100
ESCALA
1 / 100
CONTENIDO
ELEVACIONES
NORTE Y SUR
L AM I NA
FACHADA
NORTE
1 : 100
8
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROFESOR : YVES BESANÇON
PROYECTO DE TITULO
2007
ESTUDIANTE : M. FERNANDA MARTIN
F A C H A D A P O N I E N T E 1: 100
ESCALA
1 : 500
CONTENIDO
ELEVACIONES
ORIENTE
PONIENTE
LAMINA
F A C H A D A O R I E N T E 1: 100
9
UNIVERSIDAD DE CHILE
D'
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
C'
9
10
8
4
7
7
6
8
5
8
4
8
3
8
8
2
PROYECTO DE TITULO
2007
1
7
4
A
A
21
B'
20
B
PAGO
ESTACIONAMIENTO
BAÑO
9
8
7
6
5
4
3
2
1
22
19
SALA MAQUINAS
10
11
12
13
14
15
16
17
CL. BODEGA
B
18
17
16
15
14
13
12
11
10
B
9
8
10 11 12 13 14 15 16 17
-3.47
-3.10
9
8 7 6 5 4
-3.10
3 2 1
C
C
DUCHAS
17 16 15 14 13 12
-1.39
-3.10
11 10 9
8
7
6 5
4
3
2
1
19 18 17 16 15 14 13 12 11 10
9 8
7
6
5
7
4
3
2
1
BAÑOS
6
D
7
6
5
4
3
2
1
CAMARIN
-3.10
D
5
SALA DE ENSAYO
BAJO ESCENARIO
A'
A
-3.47
4
1
2
3
4
5
CAMARIN
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
52
51
50
49
48
47
46
45
44
43
42
41
40
39
38
6
7
3
E
E
2
DUCHAS
-1.39
1
2
3
4
5
6
1
3.8
4.25
F
F
60
10 11 12 13 14 15 16 17
9 8 7
6 5 4 3
2 1
53
54
55
56
57
58
61
59
-3.10
62
4
10
7
9
8
8
8
8
8
6
7
5
4
0.15
0.15
0.2
5.00
8
4.10
3.85
7
3
4
2
8.6
1
0.15
3.7
ESCALA
1 : 100
CONTENIDO
-1.26
PLANTA
SUBTERRANEO
NIVEL -1
L AM I NA
D
C
10
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROYECTO DE TITULO
2007
ESCALA
1 : 100
CONTENIDO
PLANTA
SUBTERRANEO
NIVEL -2
L AM I NA
11
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE
ARQUITECTURA Y URBANISMO
PROYECTO DE TITULO
2007
ESCALA
1 : 100
CONTENIDO
PLANTA
SUBTERRANEO
NIVEL -3
L AM I NA
12
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