Carta a mis hermanos y hermanas del ARCA Y de FE Y LUZ Jean Vanier Indice Introducción 3 I. El tesoro de nuestras comunidades 4 Il. Reconocidas por nuestras Iglesias 9 III. El Arca y Fe y Luz 12 IV. El sufrimiento 16 V. La formación y la busquedad de la verdad 21 a) b) c) d) La integración entre la filosofía y la Palabra de Dios 23 Cada persona humana tiene un valor y está llamada a la madurez 25 El lazo entre psicología y la espiritualidad 26 Finalmente estamos llamados a profundizar este lazo entre estos tres aspectos 26 Conclusión 27 2 Introducción Con la visión de mis 70 años y el sentimiento que Jesús me da todavía una misión en el Arca y Fe y Luz, con otras personas, naturalmente, tengo la audacia de escribir esta carta a todas nuestras comunidades. Tengo cada vez más el sentimiento que Dios nos ha confiado un tesoro, que esta vida con las personas débiles es un don de Dios. Me siento responsable como fundador del Arca con el padre Thomas y de Fe y Luz con Marie-Hélène Mathieu, de comunicar y volver a comunicar este tesoro. Jesús dice que si alguien encuentra un tesoro en un campo, va a vender todos sus bienes para comprar ese campo. Es lo que trato de hacer. Les envío por lo tanto esta carta cuando deseo volverme más pobre, para dejar más lugar a Jesús y a cada uno de vosotros. Hace dos años, escribí mi primera ÿCarta a los hermanos y hermanasþ, dirigida a los asistentes del Arca, sobre nuestra vocación. Quisiera abrir otras puertas: el tesoro que se nos ha confiado, la unidad entre el Arca y Fe y Luz, la compasión ante el sufrimiento, y la formación y la búsqueda de la verdad. No dudéis en comunicarme vuestras reflexiones. Esta carta quiere ser el inicio de un diálogo. 3 I. El tesoro de nuestras comunidades Desde hace algunos años, he tenido la ocasión de dar retiros a personas con una deficiencia mental. Cada vez, me he maravillado de su apertura y su acogida. Recientemente durante un Katimavik en Bélgica, dos personas con una deficiencia profunda vinieron a verme después de una conferencia que había durado cerca de una hora. Cada una a su manera me dijo: ÿ¡Gracias. Tu palabra me hizo bien!þ Y últimamente en el monasterio de Orval, con las personas de mi propio hogar, hablaba de Dios, el Padre de Jesús, tan diferente de nuestros papás de la tierra que pueden algunas veces ser duros o violentos. Después de mi charla, un joven que acaba de ser acogido en el hogar y cuyo padre es bastante violento vino a decirme: ÿEsto me ayudó muchoþ. No siempre sé lo que las personas comprenden o retienen de una conferencia de una hora, pero es evidente, considerando su manera de escuchar, su silencio y su atención, que el Espíritu Santo actúa en sus corazones y les da luces de paz y de calor interior. Hace algunos años, Didier de mi hogar me dijo: ÿCuando el sacerdote hablaba, mi corazón ardíaþ. Le pregunté lo que había dicho el sacerdote. Me respondió: ÿNo séþ. El Espíritu Santo actúa en un nivel más profundo que los conceptos o las ideas y puede servirse de tal o tal palabra y del tono de voz para tocar y despertar los corazones. Las personas con una deficiencia parecen tener mecanismos de defensa menos complejos, menos sutiles que nosotros, la gente supuestamente inteligente y sana. Sus muros están construidos más bien sobre el sufrimiento interior que sobre el orgullo y el deseo de poder. Sus corazones son por lo tanto más sencillos, más confiados. Estas personas no están invadidas por los mismos deseos de poder. Ellas responden al 4 amor con el amor. No es sorprendente cuando Pablo, en su carta a los Corintios, dice que ¡Dios ha elegido lo mas débil y loco en el mundo para confundir a los fuertes y a los sabios! (1 Co 1, 20). Me gusta esta historia que Marie-Hélène Mathieu narra en su libro ÿDios me ama como soyþ: Emmanuel está afectado de trisomía; tiene doce años y medio. Acabamos de saber que también tiene leucemia. No se lo han dicho, pero él siente muy bien que sus fuerzas disminuyen. El médico anuncia a sus padres que le queda poco tiempo de vida. En la misa el domingo siguiente, habiendo recibido la comunión, Emmanuel permanece en el coro de rodillas, la cabeza entre las manos. A su padre que se preocupa, ÿ¿Qué haces Emmanuel?þ, le dice simplemente: ÿLe rezo a Jesús para que mamá no llore muchoþ. Al debilitarse más Emmanuel, su padre le dice un domingo: ÿPienso Emmanuel, que vas a ver la misa en la televisiónþ. ÿPapá, ¿y la comunión?þ. ÿSabes, yo puedo traertelaþ. ÿNo, quiero ir a ver a Jesúsþ. ÿEstás demasiado cansadoþ. Con un gran esfuerzo, Emmanuel se levanta y se pone de rodillas diciendo: ÿ¿Ves papá?, todavía puedoþ. Aquel domingo, por última vez, Emmanuel fue a misa. Algunos días más tarde en el hospital, durante sus últimos momentos, su padre tiene el valor de decirle: ÿMuy pronto, Emmanuel, verás a Jesúsþ. Entonces Emmanuel tomó de un lado la cabeza de su papá y del otro la de su mamá y des dijo: ÿPapá, ¿sabes?, te quiero, mamá, ¿sabes?, te quieroþ. Era su manera de decirles simplemente adiós. 5 Emmanuel revela concretamente lo que dice la Carta del Arca: ÿLas personas que tienen una deficiencia mental tienen frecuentemente cualidades para acoger, para maravillarse. Están llenas de espontaneidad y de verdad. En su despojamiento y su fragilidad, tienen el don de tocar los corazones y de llamar a la unidad. Ellas son así para la sociedad un recuerdo vivo de los valores esenciales del corazón sin los cuales el saber, el poder y el actuar pierden su sentido y se desvían de su finalidadþ (II 3). ÿLa debilidad y la vulnerabilidad de la persona humana, lejos de ser un obstáculo a su unión con Dios, pueden favorecerla. En efecto, frecuentemente es a través de la debilidad reconocida y aceptada que se revela el amor liberador de Diosþ (II 4). Cada vez me doy más cuenta de que en el Arca y en Fe y Luz, estamos viviendo la parábola de las bodas descrita en el evangelio de Mateo (cap.22) y de Lucas (cap.14). Un hombre organiza un gran banquete para la bodas de su hijo. Cuando todo está dispuesto, los servidores van a invitar a la fiesta a toda la gente ÿdignaþ, pero ellos declinan la invitación. Están demasiado ocupados por las cosas que deben hacer. No tienen tiempo. El dueño de la casa irritado envía entonces a sus servidores diciéndoles: ÿSalid aprisa a las plazas y calles de la ciudad, y a los pobres, tullidos, ciegos y cojos, traédlos aquíþ. ¡Ellos corren todos al Banquete del Amor! Nuestras comunidades están llamadas a ser banquetes del Amor preparados para aquellos que frecuentemente han sido puestos a un lado por la sociedad, considerados como 6 inútiles, como una carga. A los ojos de Dios cada persona es única e importante cualquiera que sean sus dones, sus capacidades, sus faltas, su cultura o su religión; cada una tiene un valor, cada una tiene un corazón hecho para amar y ser amado. ¿No es acaso nuestra meta: tratar a cada persona con respeto y amor, como un ser único, escucharlo y ayudarlo a realizarse plenamente en un ambiente cálido hecho de amistad y de confianza mutua? A menudo nuestro mundo se construye para fortificar a los fuertes; Dios, El, quiere una sociedad donde los débiles tengan su lugar. En el Arca y en Fe y Luz, los asistentes, los padres y los amigos son como los servidores de la parábola que invitan a las personas discapacitadas al Banquete del Amor y las conducen a él. Pero una vez en el interior de la sala de fiesta, estamos ahí todos juntos para celebrar. El Banquete del Amor descrito en el Evangelio es ciertamente el banquete eucarístico donde Jesús se da él mismo como alimento; es un evento espiritual. Pero el Banquete del Amor es también el lugar donde los corazones se abren unos a otros. Está en la vida cotidiana de nuestras comunidades. El Banquete del Amor es una realidad a la vez profundamente humana y divina. El corazón humano es el lugar donde se encuentran el cielo y la tierra, donde Dios se manifiesta. En su primera carta, Juan escribe: ÿCarísimos, amémonos unos a otros, porque la caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoceþ (1 Jn 4,7). En el contexto bíblico, ÿconocerþ a Dios quiere decir ÿtener una experienciaþ de Dios, si nosotros nos amamos verdaderamente, estamos en Dios. El Arca y Fe y Luz son comunidades en las cuales el corazón profundo de cada uno es llamado a abrirse y a florecer. Bebemos en la fuente del Amor 7 que es Dios, para ser fuente de amor para todos nuestros hermanos y hermanas. Las personas discapacitadas son elegidas por el Dios de amor a causa de su sed de amor y de amistad, pero nosotros sabemos que pueden también estar perturbadas, ser difíciles y estar angustiadas. Algunas ya no tienen confianza en ellas mismas; se creen malas, malvadas; creen que nadie puede amarlas. Otras son invadidas por la cólera y un sabor a muerte. Su persona profunda parece ocultarse detrás de las perturbaciones psíquicas graves. Vivir con ellas no es fácil y no da siempre la pazý Pueden despertar nuestras propias angustias, nuestra violencia, nuestra impaciencia y nuestras perturbaciones interiores. Se trata entonces de creer en esta persona oculta en ellas y esperar que un día la luz de su corazón pueda manifestarse. Esta apertura del corazón implica en primer lugar que cada persona tome conciencia de su valor y vuelva a encontrar la confianza en ella misma y en su capacidad de dar la vida. Esta confianza se desarrolla cuando uno se siente amado. Cuando siente que otros son felices que exista, cuando recibe la atención y la ayuda humana y psicológica que necesita para desarrollarse y crecer en madurez y en libertad interior. Esta apertura y esta confianza pueden tomar mucho tiempo para establecerse. Amar, es liberarse poco a poco de sus miedos y de sus prejuicios para acoger al otro, ÿal extranjeroþ, al ÿdiferenteþ, entrar en relación con él, vivir una alianza con él. El Arca y Fe y Luz son ante todo escuelas de amor. Suponen un reencuentro con el Dios de amor que revela a cada uno: ÿTú eres mi hija, mi hijo predilecto, en ti he puesto toda mi alegríaþ. El Arca y Fe y Luz son lugares de fe y de celebración, Banquetes del Amor, donde aprendemos a 8 regocijarnos de la presencia de cada persona y a dar gracias a Dios por ella. Estas comunidades de amor no deben cerrarse sobre ellas mismas. Si el miedo encierra, el amor abre; y es fuente de ternura, de perdón, de acogida, de irradiación y de don de si mismo. Por eso nuestras comunidades están llamadas a estar abiertas a los vecinos, en el barrio o la aldea, insertas en la Iglesia local o en los lugares de culto. La Carta del Arca afirma que somos llamados en primer lugar a crear comunidades de amor, pero también a manifestar a la sociedad, por lo tanto a nuestros vecinos, que el valor del ser humano reside esencialmente en su capacidad de amar y no en sus capacidades de acción. Nuestras comunidades quieren dar testimonio de la importancia y del valor de las personas débiles. Su vida tiene un sentido; ellos tienen una misión como fuente de comunión. Dios está presente no solamente en la belleza y la grandeza del universo, sino también en la debilidad, la pequeñez, el sufrimiento y las crisis que puede convertirse en momentos de profundización y de conversión. Nuestras comunidades quieren dar testimonio de la importancia de escuchar con benevolencia a cada persona, sobretodo las mas desprovistas. Frente a la violencia y las divisiones de nuestro mundo, nosotros queremos dar testimonio de la compasión que transforma el corazón de cada uno. II. Reconocidas por nuestras Iglesias Los tres encuentros que he vivido este año, en primer lugar con el Consejo Ecuménico de las Iglesias, después con Juan Pablo II durante la reunión de las nuevas comunidades 9 laicas, finalmente con los Obispo de la Comunión Anglicana me han confirmado mucho en esta visión del Arca y de Fe y Luz. Estos encuentros nos animan a ser todavía más fieles a esta pequeña vía que nos ha sido dada. Tenemos necesidad de esta confirmación de las Iglesias, como nuestras Iglesias tienen necesidad de las personas más débiles. Pablo dice: ÿLos miembros del cuerpo que parecen más débiles son los más necesarios; y a los que parecen más viles los rodeamos de mayor honorþ (1 Co 12). Estos encuentros me han confirmado en el hecho que los pobres y los débiles son, en su pobreza, signo de la presencia de Dios y tienen la misión de crear la unidad entre los cristianos. En el encuentro internacional de la gran familia de Fe y Luz en julio de 1998, di una conferencia sobre mis visión del ecumenismo surgida de estos años de experiencia en el Arca y Fe y Luz: ÿJuntos hacia una tierra de unidadþÿ . Creo que nuestra experiencia de vivir juntos, nosotros cristianos de diferentes tradiciones, puede ser un signo profético para nuestras Iglesias. Pero nuestras comunidades pueden ser signos de unidad, para nuestras Iglesias y para el mundo, únicamente si cada uno de nosotros trata de vivir el Evangelio. Nuestras comunidades están fundadas sobre esta Carta de amor que son las bienaventuranzas. Para vivir el amor hay que acoger el amor, lo que implica cierta pobreza y abandono a Dios. Vivir el Evangelio y un compromiso de amor, no es fácil. Para hacerlo bien tenemos que ser alimentados por la paz y el silencio de la oración. La mayor parte del tiempo, el silencio interior pide un silencio exterior, lugares de oración, pequeñas casas de oración y de acogida donde cada uno puede encontrar el descanso y ÿ Esta conferencia ha sido publicada en La Ferme (Trosly). 10 rehacer sus fuerzas. Es una alegría ver nacer casas de oración en diferentes comunidades del Arca por el mundo. Era la intuición del padre Thomas al crear ÿLa Fermeþ en Trosly. Esto me lleva a hablar de nuestros lazos con las Iglesias. El Arca ha sido fundada por el padre Thomas y yo mismo. El padre Thomas ha estado en el origen de mi vocación. Él ha estado en el corazón del Arca como sacerdote. El Arca y Fe y Luz no quieren y no pueden ser comunidades aisladas, autosuficientes o encerradas en ellas mismas. Nuestras comunidades forman parte de esta gran corriente que surge del corazón de Dios, llamado al amor y al don de sí mismo. Nosotros somos una de las múltiples manifestaciones de la lucha entre la muerte y la vida, la esclavitud y la libertad, la opresión y la Buena Nueva. El Arca y Fe y Luz son los lugares donde luchamos por los derechos humanos, para manifestar que el amor es mas fuerte que el odio, la paz y la unidad mas fuertes que la guerra y las divisiones. Somos solidarios de todos aquellos que creen en el amor. Solidarios de todos aquellos que creen en el Dios del Amor. ¿No es esto la Iglesia? Por eso la Carta del Arca dice: ÿCada comunidad es una comunidad de fe. Arraigada en la oración y la confianza en Dios, quiere dejarse guiar por El y por el mas débil que revela su presencia. Cada miembro de la comunidad es incitado a descubrir o a profundizar su vida espiritual y a vivirla según la fe y la tradición que le son propias. Los que no tienen una fe explícita son igualmente acogidos y respetados en su libertad de concienciaþ (III 1.1). Nuestras Iglesias son como el Templo santo visto por Ezequiel de donde surgen aguas que sanan, vivifican, vuelven fecundo (Ez 47). Doy gracias por tantos sacerdotes, pastores, ministros ordenados, hombres y mujeres enviados por sus 11 Iglesias para acompañarnos, para anunciar y revelar el misterio que nosotros vivimos y ayudarnos a ser fieles a nuestra vocación. Ellos nos ayudan a encontrar nuestro lugar en nuestras Iglesias locales. Ellos nos alimentan con la Palabra de Dios que nos recuerda el sentido de nuestra vida juntos en el Arca y en Fe y Luz. Ellos nos llaman a avanzar siempre más en ÿaguas profundasþ. En efecto, prisioneros de nuestras múltiples preocupaciones, podemos rápidamente perder el sentido de nuestra vida comunitaria, estancarnos o rehusar crecer a un mayor amor. Tenemos necesidad de estas personas, enviadas por nuestras Iglesias, que hacen a Dios presente a través de su amor, su palabra, los sacramentos y especialmente el sacramento del cuerpo y de la sangre de Jesús. Por eso fue por lo que me impactó particularmente el reconocimiento de nuestras Iglesias en el curso de este último año. Necesitamos que ellas nos confirmen que las personas más débiles están en el corazón de la Iglesia, que les son necesarias y que deben ser ÿhonradasþ. Nuestras comunidades deben encontrar su lugar en nuestras diferentes Iglesias. Es bueno que pertenezcamos a diferentes tradiciones cristianas y diferentes religiones para dar testimonio juntos del Amor de Dios por nuestro mundo. III. El Arca y Fe y Luz El Arca y Fe y Luz son dos realidades diferentes pero complementarias, profundamente unidas por la gracia y por la historia. Tienen algo que dar y que recibir una de otra. Debemos dar gracias unos por otros y hacer todo para conservar lazos que nos animen mutuamente. El Arca ha sido fundada en agosto de 1964, inspirada por el padre Thomas Philippe. Los dos hemos sido el origen de 12 la comunidad: dos testigos de Jesús y del Evangelio unidos juntos. Teníamos dones y temperamentos diferentes. Nuestra unidad a pesar de nuestras diferencias, o gracias a ellas, ha sido fecunda. Podría decir lo mismo de Fe y Luz entre MarieHélène Mathieu y yo. El Arca y Fe y Luz están arraigadas en la misma espiritualidad, fundadas sobre el amor de Dios para los más débiles y los más pobres y sobre sus capacidades para abrir los corazones a la compasión y al mensaje del Evangelio. Las metas fundamentales de estas dos comunidades son los mismos: acoger y revelar la vocación de las personas discapacitadas, trabajar para el reconocimiento de sus derechos humanos y su inserción en la sociedad y en la Iglesia. La historia y el caminar del Arca y de Fe y Luz a nivel ecuménico son muy similares. Nuestras estructuras se parecen. Nuestras vidas comunitarias diferentes, a menudo culminan en las mismas celebraciones. Nuestras dificultades son las mismas: búsqueda de fondos, falta de asistentes en el Arca y falta de amigos en Fe y Luz. Los peligros también son muy semejantes: olvidar el valor espiritual de las personas discapacitadas, su capacidad de unión con Dios, olvidar las exigencias de la vida comunitaria y ya no ver más que los aspectos de pedagogía, de ocio y de trabajo. Al mismo tiempo, el Arca y Fe y Luz son muy diferentes. Bajo muchos puntos de vista, Fe y Luz es un movimiento familiar donde los padres ocupan un lugar muy grande. El Arca acoge a personas con una deficiencia que ya no pueden vivir en familia o que ya no tienen familia. Existen todas las diferencias que pueden haber entre comunidades de vida y comunidades de apoyo donde uno se reúne una o dos veces al mes. En Fe y Luz, los padres se preocupan a menudo por el porvenir de su hijo o de su hija, por lo que sucederá con 13 él cuando ellos ya no estén aquí. Aspiran a que sea acogido en un Arca. Y si es imposible, algunos se preguntan entonces si Fe y Luz no podrían ayudarlos a crear un Arca o un hogar semejante, y naturalmente, eso no es siempre posible. Sin embargo a través de los años, el Arca y Fe y Luz han estado a menudo cerca una de otra. Miembros del Arca han sido llamados a jugar un papel importante en la animación de las peregrinaciones de Fe y Luz. En algunos países, ellos han sido los que han organizado la peregrinación a Lourdes de 1971. El Arca ha estado en el origen de Fe y Luz y algunas veces, a la inversa, Fe y Luz ha dado nacimiento a una comunidad del Arca. Nuestra proximidad, pues somos hermanos y hermanas o por lo menos primos hermanos, ha engendrado también malentendidos, celos o conflictos frecuentemente provocados por una ignorancia mutua. En ciertos países, el Arca es una realidad muy pequeña, tratando bien que mal de sobrevivir a nivel económico mientras que Fe y Luz tiene muchas comunidades, una buena organización, sesiones de formación, etc. Otras veces sucede lo contrario, el Arca tiene dinero, un buen consejo de administración, muchos asistentes, sesiones de formación y retiros, mientras que Fe y Luz parece frágil. Algunas veces jóvenes comprometidos en Fe y Luz se vuelven amigos de la comunidad del Arca en su país, lo que puede crear tensiones y malentendidos, ¡sobretodo si el Arca les pide un servicio el día que hay una sesión de formación para Fe y Luz! Las posibilidades de tensiones son numerosas entre las dos organizaciones. ¡Hace falta entonces ÿecumenismoþ entre el Arca y Fe y Luz! Estando en el origen a la vez del Arca y de Fe y Luz y siendo miembro de los dos Consejos internacionales, me doy cuenta que cada uno puede estar tan metido en sus propios asuntos que se olvida que los dos son complementarios, que las 14 Iglesias y las sociedades tienen necesidad de los dos. El Arca y Fe y Luz tienen las mismas metas fundamentales, la misma espiritualidad, las mismas aspiraciones, la misma fe, aunque sus metas inmediatas sean diferentes. Cada uno tiene excelentes documentos de los cuales todos podrían beneficiarse. Fe y Luz tiene un carnet de ruta para cada mes del año que podría ser útil al Arca. En los dos, hemos trabajado sobre el ecumenismo. A nivel local, regional, nacional, internacional y de las zonas ¿cómo organizar encuentros en los que podamos compartir juntos y estar al tanto del crecimiento y de las dificultades de nuestras comunidades? ¿Cómo suscitar lugares de encuentros donde podríamos compartir nuestros sufrimientos y apoyarnos en la oración? ¿Cómo desarrollar el sentido de nuestra unidad mucho mas profunda que nuestras diferencias, el sentimiento que luchamos por lo mismo, que somos llevados por el mismo Dios de Amor? Siento profundamente en mi corazón este deseo de unidad y espero que en diferentes niveles puedan nacer lugares de diálogo y de encuentros regulares. Si nos encontramos en un ambiente de comunión, de oración y con el deseo de apoyarnos mutuamente, Dios nos bendecirá y estoy seguro que surgirán cosas hermosas. La unidad en el respeto de la diferencia es siempre fuente de una gran fecundidad. Los retiros son uno de los lugares de unidad más importantes. Muchas vocaciones personales y numerosas comunidades han nacido a partir de retiros. Se han recibido muchas gracias en estos retiros que son uno de los mejores lugares de anuncio de nuestra espiritualidad. Si nosotros queremos que nuestras comunidades sigan respondiendo a los designios de Jesús y sean signos de resurrección, de vida y de esperanza en un mundo donde hay tantos signos de 15 desesperación y de muerte, si queremos que las personas discapacitadas reciban la Buena Nueva de Jesús y la proclamen con su vida, estos retiros vividos juntos son irremplazables. Ya en ciertos países, se han organizado retiros comunes. Se han hecho a veces por medio de una estructura autónoma que incluye a personas del arca y de Fe y Luz o que están cerca de ellas. Existe una ligera estructura en América del Norte, en Irlanda y en los países escandinavos: ÿFe y Compartirþ que nació después del primer retiro que di en Marylake en 1968; en Francia, hay una estructura ÿKatimavikþ que organiza retiros durante los fines de semana. Las personas más débiles son un tesoro para las Iglesias y para el mundo. ¿No fue eso de lo que dio testimonio san Lorenzo martirizado en 258, cuando querían obligarle a dar a las autoridades romanas todas las riquezas de las iglesias de Roma? Llegó con todos los pobres de la ciudad y dijo: ÿLos pobres son el tesoro de la Iglesia!þ Es importante desarrollar entre nuestras dos formas de comunidades una unidad nueva que permita revelar aún más este tesoro a las Iglesias y al mundo. IV. El sufrimiento El Arca y Fe y Luz, fundadas sobre el sufrimiento, quieren ser una respuesta al sufrimiento. Existimos para aliviar la carga de las personas discapacitadas, su sufrimientos físicos, su sentimiento de fracaso o de rechazo, sus dificultades para darse a comprender y comprender lo que se les dice, su sufrimiento al no poder responder a las esperanzas de los demás. Para aliviar también el sufrimiento de los padres que se sienten algunas veces culpables de cara a la sociedad por tener un hijo ÿasíþ, que se sienten solos, incomprendidos y que viven en la vergüenza y algunas veces con grandes dificultades con 16 su hijo. En ciertos países, existe poco apoyo médico, psicológico y pedagógico para las personas discapacitadas; no hay ni escuelas ni talleres, únicamente instituciones poco humanas. Algunos padres viven un infierno real, sin ningún apoyo, sin amigos, en apartamentos muy pequeños con su hijo perturbado. Me siento fuertemente conmovido por tales sufrimientos. Y todos los sufrimientos que veo a mi alrededor. Ciertamente el sufrimiento siempre existió, pero hoy tomo más conciencia de ello: los accidentes, la muerte de seres queridos, los suicidios, las rupturas en las relaciones, los divorcios, el desempleo, el desprecio y el rechazo de los emigrantes, el rechazo a acoger a personas frágiles a quienes les cuesta salir adelante solas en la sociedad. Y todo el sufrimiento de las guerras, de los campos de refugiados, de las catástrofes naturales. ¿Cómo situarse, cómo reaccionar frente a esta masa de sufrimiento humano? ¿Huir? ¿Tratar de olvidar? ¿Pretender que eso no existe? ¿Deprimirse? ¿Sentirse culpable de la desgracia de los demás? ¿Lanzarse con frenesí en la acción creyéndose obligado a responder a todos los sufrimientos humanos, tratando de ser salvador hasta que uno se derrumbe? Cada uno de nosotros debe situarse frente al sufrimiento humano: sufrimiento fuera de nosotros y sufrimiento dentro de nosotros. Es tanto más difícil situarse ante el sufrimiento cuando vivimos en una época en la que tratamos de hacer como si no existiera; se busca a todo precio la comodidad, el placer y el éxito; se huye de todo lo que es difícil, sobretodo en el ámbito de las relaciones. Sin embargo, a pesar de toda la tecnología y de todos los medicamentos de los que disponemos, el sufrimiento permanece. Si el Arca y Fe y Luz aportan una pequeña respuesta a algunas personas que sufren, sabemos también que no podemos 17 responder a todos sus sufrimientos, y aún menos a todo sufrimiento. Los padres están marcados y heridos por lo que han vivido. Las personas discapacitadas no sanarán jamás; ciertamente, gracias a nuestras comunidades, algunos llegan a aceptarse mejor, a tener amigos, a encontrar un sentido a su vida e incluso una real alegría de vivir. Pero muchos siguen sufriendo. Los asistentes se sienten frecuentemente atraídos por las personas que han alcanzado una madurez del corazón, que comunican con cierta facilidad. Pero ¿no debemos confesar que a todos nos cuesta hacer frente a personas que siguen angustiadas y que gritan su sufrimiento? ¿No forma eso parte de nuestra vocación? Cuando se puede aliviar el dolor de alguien, se siente que se ha hecho algo. Pero cuando se siente que no se puede hacer nada, es mucho más difícil. Hay sufrimientos físicos intolerables, con el progreso de la medicina, se logra calmarlos algunas veces. Los sufrimientos psíquicos son más complejos de curar: la angustia, el sentimiento de ser culpable de existir, el miedo a los demás, la confusión, la inseguridad, la pérdida de confianza en sí mismo, el sabor de la muerte... Existen calmantes, pero estos pueden poner a la gente en un segundo estado. Si los medicamentos son necesarios, una respuesta importante al sufrimiento es la presencia de alguien que revela a la persona que sufre que no es malvada, que no está sola, que alguien se vuelve un amigo y que está simplemente ahí con ella. La amistad ayuda a comunicar la vida, a sacar a la gente de la depresión y de las tinieblas y volver a darle el gusto por la vida. Pero la amistad necesita ser probada. Se necesita tiempo para crear la confianza y poder creer en la fidelidad de una amistad. Frente a alguien que tiene un dolor de muelas, no hay 18 que decirle simplemente que estamos con él y que le queremos, tenemos que llevarle a un buen dentista. Así mismo frente a alguien que tiene hambre, es necesario darle alimentos, o los medios para que él mismo pueda procurárselos con dignidad. Existe una forma de compasión que es la de luchar con todas sus fuerzas, con toda su inteligencia y toda su capacidad frente al sufrimiento humano. Ante ciertos sufrimientos, sin embargo, no hay nada que hacer. Cuando una madre acaba de perder a su hijo, lo que necesita es a una amiga que permanezca con ella. Es la compasión en el sentido fuerte de la palabra ÿestar conþ. ¿No es este el corazón del Arca y de Fe y Luz? ¿Cómo permanecer de pie cerca de la persona que sufre? Bajo muchos puntos de vista, el Arca y Fe y Luz están muy cerca de los cuidados paliativos. Durante mucho tiempo, mi hermana Teresa ha sido médico en un gran centro de cuidados paliativos en Londres, el Hospicio San Cristóbal. Me introdujo ella en este campo y me enseñó mucho. El enfermo en fase terminal necesita de una competencia médica, necesita de un máximo de comodidad, de no estar demasiado molesto con las máquinas y los tubos; necesita de una persona que pueda contestar sus preguntas, de un amigo que lo quiera y lo ayude a vivir hasta el final. Estamos llamados a vivir estos dos aspectos de competencia y de amistad. Es difícil vivir la Alianza con una persona angustiada, sobretodo si rehusa su estado de debilidad, si está enojada con la vida, con los demás y con Dios. Para vivir una amistad fiel con ella, necesitamos una fuerza nueva. Hace falta una madurez de corazón y de espíritu que necesita que hayamos aceptado nuestros propios sufrimientos interiores, nuestras angustias y nuestros fracasos. Esto toma tiempo. Necesitamos la ayuda de un buen acompañante y de profesionales competentes para llevar a cabo todo un trabajo sobre nosotros 19 mismos. Necesitamos una buena formación humana y espiritual. Es necesario que las condiciones de vida en la comunidad o en el hogar sean viables a largo plazo, sin demasiado estress ni fatigas exageradas. Necesitamos esta fuerza dada por el Espíritu Santo. Cuando nos sentimos amados y elegidos por Dios a pesar de todas nuestras debilidades, nuestras dificultades para relacionarnos, nuestras rupturas interiores e incluso nuestros pecados, podemos estar presentes con las personas que viven en la angustia y la confusión. No estoy ignorando la importancia de las celebraciones en el Arca y Fe y Luz, ni las alegrías de la comunión entre nosotros; no quiero ser dolorista. Pero la experiencia de treinta y cuatro años en el Arca me demuestra que para durar y para trabajar por la unidad, es necesario saber permanecer de pie delante del sufrimiento y llevarlo con amor. Es necesario descubrir la compasión. Jesús pone la compasión en la cumbre de la vida nueva que vino a traernos: ÿSed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados: adsolved y seréis absueltosþ (Lc 6,36). La compasión, es caminar con los que sufren, tratar de comprenderlos, aliviarlos, pero sobretodo amarles y permanecer con ellos como María permaneció con Jesús, de pie cerca de la cruz (Jn 19). No huyó como los apóstoles. Había en ella una fuerza de amor que le permitió quedarse cuando todos los demás se iban. Me siento todavía lejos de esta forma de compasión. Tengo todavía muchos miedos y angustias en mi que hacen que me sea algunas veces difícil permanecer tranquilamente con alguien que sufre sin agitarme. La Alianza que anunciamos en el Arca es a la vez dulce y dolorosa; es un camino para entrar en comunión con Dios. Implica que nuestros corazones se formen, se estructuren, se fortifiquen para permanecer cerca de 20 los que sufren. Dios quiere darnos corazones de compasión, dones del Espíritu Santo, para que podamos permanecer con los que sufren, en el amor y la esperanza de la Resurrección. Sólo si tenemos corazones de compasión podremos ser instrumentos de paz, trabajar para la unidad en nuestras comunidades y entre nuestras comunidades, pero también entre el Arca y Fe y Luz, entre nuestras diferentes Iglesias y entre todos los hombres y mujeres de la tierra, cualquiera que sea su religión. Si a menudo se rompe la unidad es porque se tiene miedo del sufrimiento provocado por la diferencia. La compasión, como el perdón, es fuente de unidad. Implica una sabiduría. Esto me lleva a hablar de la formación. V. La formación y la búsqueda de la verdad El Arca y Fe y Luz son escuelas de amor y de compasión. Tomo cada vez más conciencia de que para ser escuelas de amor, deben ser escuelas de verdad: un lugar donde podamos discernir la verdad, anunciarla, ser sus vivos testigos. En un mundo en mutación continua y rápida, un mundo pluralista, unificado por los medias y los transportes, existe un peligro de relativizarlo todo, de no ver la realidad más que a partir de lo que ella puede procurarnos como placer, dinero..., de dudar incluso de la existencia de la verdad. ¿Cómo hacer renacer el gusto por la verdad? ¿No es necesaria toda una vida para ir mas allá de nuestras ilusiones, nuestros subjetivismos y aprender a amar la realidad y a maravillarse ante ella? Huimos tan a menudo de la realidad porque nos molesta; revela nuestras carencias, nuestras deficiencias, y algunas veces el mal que está en nosotros. Entonces, tratamos de arreglarla a nuestro gusto para protegernos. Pero existe una verdad humana y filosófica como 21 existe también una verdad científica. Nuestro mundo es tan complejo que parece algunas veces ir a la deriva. Tiene una inmensa necesidad de compasión y de sabiduría. Nuestras comunidades y cada uno de nosotros, tenemos necesidad de descubrir la importancia de la verdad. Es necesario que nuestras cabezas y nuestros corazones se unifiquen para que podamos amar inteligentemente con el fin de ayudar a cada uno a ser más libre. El corazón está llamado a guiar a la inteligencia y recíprocamente. Una inteligencia mal o poco formada guiará mal al corazón, se separará de él; y un corazón separado de la inteligencia será guiado únicamente por emociones subjetivas. Si nosotros no desarrollamos nuestra inteligencia, no tendremos certezas, ni fundamentos de nuestra acción, ni visión del ser humano. Corremos entonces el riesgo de dejarnos llevar por los valores del momento y las emociones vehiculadas por los medias, todo lo que está de moda. La verdad nos estructura, nos da esta visión necesaria para vivir humanamente en nuestras sociedades. Se puede evidentemente desarrollar la propia inteligencia y utilizar los propios conocimientos para su propia gloria, creyéndose superiores a los demás. Pero la verdad no está ahí para encerrarnos en nosotros mismos; tiene como misión abrirnos a la realidad y a los demás, para escucharles, comprenderles, servirles, acoger lo que piensan y viven, con el fin de permitirnos entrar todavía más profundamente en el misterio de la vida con corazones maravillados. Nosotros no poseemos jamás la verdad, pero podemos humildemente dejarnos poseer por ella. La verdad no se fabrica; se busca y estamos llamados a acogerla como un don. 22 Esta búsqueda de la verdad es esencial para la vida de nuestras comunidades. No pienso que algunos asistentes puedan comprometerse a largo plazo sin ese gusto por la verdad. David Ford, profesor de teología en la universidad de Cambridge, dijo a un grupo del Arca: ÿTenéis una espiritualidad en el Arca, pero para que esta espiritualidad se profundice, es necesario basarla en una teologíaþ. Nuestras comunidades no podrán seguir, profundizarse, encontrar nuevos caminos en los años venideros si nosotros no tenemos ese gusto por la búsqueda de la verdad que nos ayuda a avanzar en el camino que Dios nos da. Para crecer en esta búsqueda, necesitamos la ayuda de pensadores: teólogos, filósofos, psicólogos, sociólogos, antropólogos, etcý exteriores a nuestras comunidades. Con ellos, podremos discernir mejor el sentido del Arca y de Fe y Luz en nuestro mundo actual. Sabiendo que estamos en el plan de Dios, sabremos la dirección que hay que tomar, tendremos una visión y una luz. Todos debemos buscar a estas personas que pueden ayudarnos a dejarnos poseer por la verdad y, además a comprender el valor y la visión del Arca y de Fe y Luz. Esta visión es importante para nosotros pero también para nuestra sociedad y nuestras Iglesias. Todo un trabajo ha sido hecho ya en diferentes países a nivel de la formación, pero todavía queda mucho por hacer. Quisiera evocar cuatro aspectos que debemos profundizar. a) La integración entre la filosofía y la Palabra de Dios Tuve la suerte de conocer al padre Thomas y de vivir cerca de él. Fue para mí, no solamente un maestro espiritual que me llevó a escuchar al Espíritu Santo y a descubrir las vías 23 de Dios para mi, sino también un maestro de pensamiento filosófico y teológico. Él fue quien me aconsejó hacer una tesis sobre Aristóteles. Jamás lamenté este trabajo arduo. Aristóteles me enseñó a distinguir lo que es esencial de lo que es accidental o secundario en todas las cosas. Se dice que Aristóteles se apasionaba por todo lo que es humano, por lo real; él quería acoger humildemente lo real y tratar de comprenderlo. Aristóteles ha abierto mi inteligencia y me ha enseñado a maravillarme ante la verdad. La verdad ayuda, pero no nos ayuda solamente a actuar y a tener buen éxito en nuestras vidas; se deja también contemplar humildemente. Contemplando la belleza, la armonía y la inteligencia inscritas en nuestros seres y en el universo, podemos caminar hacia la contemplación de la fuente de este universo. El Evangelio nos hace descubrir que esta Fuente se hizo hombre en Jesús: ÿAl principio era el Verbo y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios. El estaba al principio en Dios. Todas las cosas fueron hechas por El, y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho... Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotrosþ (Jn 1) Con la Revelación, descubrimos el Verbo, Jesús que se hizo débil para convertirse en el amigo de los débiles y anunciarles una Buena Nueva. Se trata de descubrir la verdad sobre el Verbo que se oculta ahora entre los débiles y en nuestra propia debilidad. Juan dijo en su Evangelio que ÿEl Verbo vino entre los suyos y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron, les dio el poder de ser hijos de Diosþ. ¿No es esta la historia de las personas débiles que no son recibidas por nuestras sociedades? 24 En el Arca como en Fe y Luz, estamos llamados a conocer a la vez las verdades que vienen del mundo, de nuestras experiencias y las que vienen del cielo, de la Palabra de Dios. La luz viene de estas dos fuentes. Es por eso que es importante reconocer y poner palabras sobre nuestra experiencia, de iluminarla con la aportación de profesionales, pero también de profundizar nuestro conocimiento del misterio del Verbo que se hizo pobre para enriquecernos. b) Cada persona humana tiene un valor y es llamada a la madurez Estamos en una época particular. Hay mucha opresión, caos, pero también un mayor reconocimiento, por lo menos teórico, del valor de cada ser humano. Descubrimos cada vez más nuestra pertenencia a una misma raza humana, nuestra humanidad común. Al mismo tiempo, reconocemos los miedos y los prejuicios que existen en nosotros. Y nos cerramos rápidamente sobre nosotros mismos. No es fácil discernir en nuestras diferentes culturas lo que alimenta esta cerrazón sobre nosotros mismos y lo que ayuda nuestro crecimiento hacia la libertad interior, una madurez mas grande y la capacidad de acoger y de amar a cada persona. Hoy se habla mucho de aceptar a cada uno tal y como es. Hay algo hermoso en esta actitud: un respeto del otro, un rechazo a juzgar. Esta tolerancia es una reacción contra un moralismo exacerbado que acusaba y juzgaba. Ella puede sin embargo ocultar un rechazo a la verdad: todo es bueno; todo es posible. ¡No todo es bueno! El mal existe. Hay guerras, genocidios, droga. Los fuertes oprimen frecuentemente a los más débiles. Por dinero o poder, se puede hacer mucho daño. 25 Es importante distinguir la moral y la psicología. La moral se funda sobre el valor intrínseco de cada ser humano, cualesquiera que sean sus limitaciones. Para vivir esta moral, es necesario saber lo que es el ser humano, cómo a través de las diferentes etapas de su vida, es llamado a crecer hacia la libertad y la unidad interiores. Es necesario profundizar lo que es la libertad, la conciencia y la madurez. Para volverse plenamente humanos, no se trata únicamente de actuar según nuestras emociones o nuestra voluntad de poder ni obedecer ciegamente a unas leyes; se trata de desarrollar nuestra conciencia para elegir la madurez. Para nosotros, se trata no solamente de la madurez de los asistentes sino igualmente de la de las personas discapacitadas. Ya no es una cuestión de ÿnormalizaciónþ sino de ÿpersonalizaciónþ. Ayudar a cada persona a ser ella misma, la más libre, la más abierta, la más feliz posible. c) El lazo entre psicología y espiritualidad Estamos llamados a comprender cómo la psicología se distingue de la espiritualidad, y al mismo tiempo, cómo nuestro carácter, nuestra psicología, nuestra humanidad forman la tierra en la cual se ha depositado el Espíritu Santo. Psicología y espiritualidad no se oponen sino que son llamadas a completarse. d) Finalmente estamos llamados a profundizar el lazo entre estos tres aspectos: una visión de la persona humana iluminada por el lugar que debería ser el de los más débiles en nuestras Iglesias y en el mundo. Esto nos obliga a mirar nuestras propias debilidades de una manera nueva. Nosotros descubrimos así que la debilidad nos abre un camino nuevo en la búsqueda de la unidad en nosotros mismos, en nuestras comunidades, entre nuestras comunidades, entre nuestras Iglesias y en nuestras sociedades. 26 Conclusión Día tras día me maravillo ante nuestras comunidades y ante aquello y aquellas que son su corazón. Ellas están haciéndome descubrir una nueva sabiduría, la sabiduría del corazón y por ende, la sabiduría de Dios que no es mas que corazón. Nuestras comunidades están guiándome hacia una nueva antropología, una nueva manera de leer la Palabra de Dios, mas especialmente el evangelio de Juan, una nueva manera de ver las desigualdades del mundo, una nueva manera de responder a los conflictos y una nueva manera de ejercer la autoridad. Doy gracias a Dios que en 1950 me llevó a conocer al padre Thomas que estuvo siempre ahí para guiarme. Doy gracias a Dios por haberme invitado a acoger en 1964 a Raphaël y Philippe y a iniciar la aventura del Arca, y después de Fe y Luz. Doy gracias por cada uno de ustedes que leerán esta carta. Juntos estamos llamados a seguir el camino, a luchar por la vida y el amor en nuestro mundo tan herido, a crecer en la verdad y a maravillarnos ante el tesoro que Dios nos confía. Disponible en « Foi et Lumière international » 3, rue du Laos 75015 Paris Francia 27