cirugía palpebral en el hipertiroidismo

Anuncio
CAPÍTULO 6
CIRUGÍA PALPEBRAL EN EL HIPERTIROIDISMO
6.1. ALTERACIONES PALPEBRALES INFERIORES EN ORBITOPATÍA
DE GRAVES
— CUADRO CLÍNICO
— TRATAMIENTO
— MANEJO QUIRÚRGICO DE LA RETRACCIÓN PALPEBRAL
— BIBLIOGRAFÍA
6.2. CIRUGÍA PALPEBRAL EN EL HIPERTIROIDISMO
(PÁRPADO SUPERIOR)
— ALTERACIONES PALPEBRALES
— CIRUGÍA PALPEBRAL
— BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 6.1
ALTERACIONES PALPEBRALES INFERIORES EN ORBITOPATÍA
DE GRAVES
Guillermo Salcedo Casillas, Andrés Laiseca Rodríguez
La orbitopatía distiroidea puede afectar en sus
diferentes etapas prácticamente todos los tejidos
blandos de la órbita, y consecuentemente alterar
tanto la estática palpebral como la fisonomía de
quien la padece. En el presente capítulo hablaremos
de las diferentes alteraciones palpebrales inferiores, y
de sus posibles tratamientos, tocando desde la retracción palpebral que por frecuencia es motivo de atención de todo cirujano oculoplástico, hasta los cambios cosméticos susceptibles de mejoría quirúrgica.
Uno de los problemas que más afectan la vida de
los pacientes con orbitopatía tiroidea es sin lugar a
dudas la retracción palpebral, que aunque como
sucede con frecuencia, no es indicativa de la gravedad del padecimiento, si es el motivo de preocupación, y la alteración más deformante al afectar el
aspecto del paciente, ya sea con la cara de asombro
al tratarse de la retracción superior, o la cara definida como de perro triste al ser el inferior. Las molestias por irritación secundaria a la exposición ocular
varían de acuerdo al grado de retracción y la tolerancia individual, pero pueden representar un riesgo
permanente para la función visual.
La posición anatómica y cosmética normal del
párpado inferior es a nivel del limbo inferior, de tal
manera que la retracción palpebral inferior se presenta al existir una exposición de la esclera debajo
del limbo inferior en posición primaria de la mirada,
por el desplazamiento del borde palpebral inferior.
Un método para cuantificar la retracción inferior
es medir la distancia desde el reflejo de luz corneal
hasta el borde del palpebral inferior, en forma comparativa entre los dos ojos en caso de ser asimétrica
o entre el paciente y del observador en posición primaria de la mirada. La medición más que por su
importancia en un momento dado, es útil para evaluar la progresión del padecimiento.
Aunque la alteración distiroidea es la causa más
frecuente de retracción palpebral, existen otras etiologías que deben ser descartadas para dirigir el
manejo al factor anatómico alterado en forma espe-
cífica. En el Servicio de Oculoplástica del Hospital
«Dr. Luis Sánchez Bulnes» (APEC), se utiliza la clasificación etiológica, basada en el sustrato anatómico
del acortamiento, localizándolo en las láminas palpebrales: anterior, media y posterior.
En relación a las causas que acortan la lámina
anterior (piel y orbicular), la más común es la blefaroplastía por la resección excesiva de piel siendo
más marcada por el manejo del orbicular y del septum por la existencia preoperatoria de laxitud horizontal. Otras condiciones que causan acortamiento
vertical de la piel son las quemaduras (térmicas, químicas o elécticas), enfermedades dérmicas (queratosis actinica, escleroderma, lesiones premalignas, carcinoma basocelular) y trauma por pérdida de piel o
cicatriz retractil.
El acortamiento de la lámina media (septum orbitario y retractores) se da principalmente por enfermedad tiroidea, siendo el motivo de esta revisión,
pero también puede deberse cirugía previa de párpados o músculos extraoculares, principalmente del
músculo recto inferior. También la lesión o sutura del
septum en la cirugía; aumentando el riesgo de retracción palpebral si existe previamente un aumento de
laxitud horizontal.
Los problemas en la lámina posterior (conjuntiva,
y tarso) se presentan por trauma, quemaduras químicas y enfermedades cicatriciales de la conjuntiva
como el S. de Stevens-Johnson o el penfigoide ocular.
La retracción palpebral secundaria a orbitopatia
distiroidea puede presentarse aislada, o más frecuentemente asociada a exoftalmos. Generalmente es
debida a la contractura del músculo recto inferior
con su extensión de la fascia capsulo-palpebral. El
mecanismo que se ha especulado es la activación
del AMP cíclico en los sitios de receptores en el músculo de Müller. Por el estímulo de la norepinefrina
activa el adenilciclasa de las membranas de las células foliculares de la tiroides y activa el metabolismo.
Basándose en la teoría de la activación de anticuerpos circulantes contra el receptor para TSH del tiro-
106
cito. Estos anticuerpos estimulan a un fibroblasto
anormal, sintetizando mucopolisacaridos y colágeno. Por la gran hidrofilia de los mucopolisacaridos
(ácido hialurónico) se explica el edema, que es responsable de la alteración muscular y de los tejidos
blandos de la órbita al inicio, y el colágeno producido al hacerse crónico el padecimiento sería la causa
de la fibrosis ocasionando en los dos estadios retracción, que en el primero sería reversible de controlarse la inflamación, y en el segundo irreversible.
CUADRO CLÍNICO
Todos los factores que ocasionan retracción palpebral inferior dan como resultado la exposición
escleral inferior, aumento del espacio interpalpebral,
perdida del soporte palpebral, provocándose el
lagoftalmos y queratitis por exposición. Por lo anterior, el paciente presenta irritación ocular y lagrimeo,
por decremento de la función de bomba lagrimal y
mala posición del punto lagrimal. También puede
existir una alteración o distopia cantal dando una
apariencia poco natural, principalmente si la alteración es asimétrica.
Existe varios signos en los párpados, que nos ayudan al diagnóstico como el Dalrymple (retracción
palpebral en posición primaria de la mirada), Ponchin (Disminución de la amplitud del parpadeo
espontáneo), Enroth (edema palpebral inferior), Griffith (Lagoftalmos inferior en la mirada arriba), etc.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la retracción del párpado inferior esta dirigido a la reposición del borde palpebral
con lo que se espera una reducción de la sintomatología y a la restauración de una apariencia natural
del paciente. El manejo médico se basa en lubricar y
proteger el globo ocular. Inicialmente manejado con
lágrimas artificiales durante el día y la aplicación de
ungüento en la noche, en ocasiones con oclusión
ocular con un parche. La oclusión de los puntos
lagrimales con sutura, radiocirugía (Ellman) o con los
oclusores comerciales, puede ser útil en algunos
casos con sintomatología leve a moderada. En los
casos con retracción palpebral de origen distiroideo
se han manejado medicamentos como la guanetidina, timoxamina, propranolol y reserpina; sin embargo su efecto es transitorio o son poco tolerados como
manejo terapéutico.
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
Las indicaciones para realizar una intervención
quirúrgica de la retracción palpebral inferior incluyen el lagoftalmos, la queratopatía y la conjuntivitis
por exposición que no fueron controlados adecuadamente con el tratamiento medico. Además se indica
en pacientes para dar una apariencia más natural y
así mejorar su aspecto cosmético.
No hay que olvidar la posibilidad de que el cuadro
remita en forma espontánea requiriendo únicamente
de manejo médico para la exposición (figs. 1 y 2).
Para el tratamiento quirúrgico nos basamos como
se menciona anteriormente, en el sitio del defecto
anatómico. Siendo predominantemente la lámina
media la involucrada en la retracción distiroidea, el
manejo estará encaminado a romper la tracción de
los retractores, y colocar un elemento que ocupe el
espacio dejado al desplazarse los retractores hacia la
órbita (espaciador).
MANEJO QUIRÚRGICO DE LA RETRACCIÓN
PALPEBRAL TIROIDEA
La técnica quirúrgica ideal para el manejo de la
retracción inferior por disfunción tiroidea depende
del tamaño de la retracción y de los fenómenos de
exposición ocular asociados.
Consideramos que una retracción pequeña de
menos de 2 mm. que se encuentre estable por un
periodo mínimo de 6 meses puede ser manejada
mediante la liberación de retractores y la reposición
cantal externa con una tira tarsal, sin necesidad de
espaciadores.
Generalmente bajo anestesia local utilizando
lidocaina con epinefrina mezclada con bupibacaína
en una relación de 2/1, infiltrándola 10 minutos
antes de la incisión para lograr una buena hemostasia, se practica una cantotomía amplia y posteriormente cantolisis y corte de retractores por debajo del
borde adherente del tarso inferior, con lo que se sentirá la relajación del extremo del párpado inferior
que tenemos sujeto en la pinza. Hasta este momento la técnica no difiere en nada de la de una tira tarsal convencional. El cambio consiste en que el corte
conjuntival subtarsal, se prolonga hacia el tercio
medio palpebral, y se resecan los retractores a todo
lo largo de su adherencia tarsal, a fin de permitir su
desplazamiento hacia el reborde orbitario. Para que
puedan profundizarse sin retraer consigo a la conjuntiva es necesario que se diseque la unión entre
ambos planos, a fin de que se mantenga la conjuntiva en un plano que pueda ser suturado a su extremo
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
107
Fig. 1. Valorar la distancia entre reflejo corneal y borde
palpebral inferior es útil en el seguimiento del caso.
Fig. 2. Resuelta la retracción palpebral comparamos la
distancia margen inferior reflejo, con la foto anterior.
tarsal mediante puntos separados de catgut 6/0. La
cirugía continúa terminando la tira tarsal en forma
convencional, tratando de mantener una sobre tracción cantal a fin de hacer más efectiva la elevación
del borde del párpado.
En caso de que la retracción sea mayor (3 mm o
más), no bastará con disecar los retractores y permitir su desplazamiento hacia la órbita, sino que tendremos que colocar un elemento que llene el puente entre los retractores y el borde tarsal, a fin de mantener una posición palpebral estable.
Un espaciador ideal debe tener rigidez, maleabilidad, abundancia (sitio donador), bajo rechazo
inmunológico, ser biocompatible con los tejidos palpebrales, en algunos casos poseer epitelio mucoso,
así como brindar una apariencia y una posición palpebral natural y permanente.
Los espaciadores que se han utilizado son de tipo
autógenos (cartílago auricular, cartílago del septum
nasal, fascia del temporal, fascia lata, tarso y paladar
duro), injertos homólogos (esclera de banco, fascia
lata y tarso de banco) e injertos sintéticos (politetrafluoretileno y membrana de colágeno). Últimamente
hemos agregado a nuestra práctica los espaciadores
de dermis acelular (Halloderm). De los espaciadores
mencionados los que más utilizamos son el cartílago
auricular y la mucosa palatina.
Técnica con espaciador de cartilago auricular
Se utiliza cuando la alteración de la posición palpebral es por efecto de los retractores, y las láminas
externa e interna son suficientes. Siendo este el caso
en la mayoría de las retracciones tiroideas, es con el
que más experiencia tenemos en el servicio.
En la zona infraciliar se infiltra lidocaína con epinefrina, mezclada con bupivacaína en relación 2/1.
La incisión puede realizarse transcutánea o transconjuntival, sin embargo preferimos la vía cutánea por
ser más fácil el manejo de los planos anatómicos. Se
coloca un punto de seda 6-0 en el borde palpebral
inferior para traccionar ese párpado hacia arriba. La
tracción nos permite observar mas fácilmente los
retractores conforme progresamos en la disección
por debajo de piel y orbicular. En forma similar a la
108
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
que lo haríamos en una blefaroplastía cosmética, se
abre el septum por debajo del tarso para exponer la
grasa preaponeurótica inferior, y al igual que sucede
en el párpado superior, al retraer esa grasa tendremos
expuesta la fascia cápsulo-palpebral (retractores). Se
separan del tarso inferior observando que cede la
tensión al elevar el borde palpebral. En este momento tendremos expuesta la zona que debe ser ocupada por el espaciador.
En la toma del injerto de cartílago auricular, se
infiltra de lidocaína con epinefrina que nos ayuda a
hidrodisecar el cartílago y disminuir el sangrado. Se
incide la piel de la zona posterior del hélix. La piel
se diseca, dejando expuesto el cartílago, que se incide con bisturí en una línea paralela al borde libre
auricular siguiendo su curvatura. Se completa con
tijeras la disección del cartílago, y se toma el injerto
de aproximadamente 25 a 30 mm. de largo por 7 de
ancho. La piel auricular se cierra con seda 4-0 puntos separados o surjete continuo.
Previo a la colocación del injerto se debe separar
de su pericondrio y moldearse con incisiones transversales paralelas a fin de que pueda moldearse fácilmente a la forma del párpado inferior. Dado que uno
de los problemas frecuentes de esta cirugía es que el
espaciador resulte muy aparente por su grosor (a
pesar de las incisiones, una buena recomendación es
usar un machacador de cartílago, con lo que se adelgaza y es mas manejable. El espaciador se sutura al
borde adherente del tarso, y al borde de los retractores con vicryl 6-0 puntos separados. Se recomienda
comprobar que el tamaño le de posición adecuada
al párpado, antes de cerrar la piel con nylon o seda
6-0 surjete continuo (figs. 3 y 4).
Técnica con espaciador de mucosa palatina
Fig. 3. Para preparar el espaciador de cartílago se requiere
de cortes en su superficie, o de machacarlo a fin de que se
adapte adecuadamente a la forma del párpado.
Fig. 4. Los espaciadores se encuentran colocados, y se
valora la posición del párpado inferior antes de cubrirlos
con el colgajo mío cutáneo.
Acostumbrábamos recomendar esta técnica
cuando la lámina posterior es deficiente por falta de
mucosa (fondo de saco cortos), sin embargo en los
casos que no han sido previamente tratados esto no
tiene por que suceder. Lo que pasa es que el efecto
exagerado de los retractores hacen perder la elasticidad del fondo de saco, pero la cantidad de conjuntiva no tiene ninguna razón para disminuir. Con la
experiencia aprendimos que el espaciador de mucosa palatina tiene ventajas sobre el cartílago principalmente por el hecho de adaptarse mejor a las
estructuras delicadas evitando que se haga notoria la
presencia del espaciador.
Siendo una cirugía predominantemente posterior
se recomienda el acceso por vía transconjuntival.
Se infiltra lidocaína con epinefrina mezclada con
bupivacaína en proporción 2/1 por vía transconjuntival.
Se evierte el párpado sobre un separador de Desmarres
fijado con un punto de seda 4-0 a nivel de línea gris.
Con tijeras de Westcott se incide conjuntiva de
canto lateral hasta el punto lagrimal y se cortan los
retractores a todo lo ancho, por debajo del borde
adherente del tarso. Se diseca adecuadamente el
lecho, dejando bien expuesta la zona receptora.
Con la ayuda de un abrebocas, se infiltra el
mismo anestésico a nivel del paladar duro dejando
pasar 10 minutos para una adecuada hemostasia. Se
incide con una hoja de bisturí núm. 15, paralelo a la
línea del rafe medio del paladar de aproximadamente 25 a 30 mm, siendo una cirugía frecuentemente
bilateral, se recomienda dejar un puente mucoso sin
tocar en el centro del paladar para favorecer la cica-
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
109
Fig. 7. El espaciador de mucosa palatina se encuentra
suturado ocupando el espacio entre tarso y retractores.
Fig. 5. La toma de mucosa palatina se hace del paladar duro,
respetando una zona central para favorecer la cicatrización.
trización hacia las zonas cruentas laterales de las que
obtendremos los espaciadores (fig. 5).
Se ha utilizado para la toma del injerto de paladar el equipo de radiocirugía (Ellman) con buenos
resultados. Ya tomado el espaciador se recomienda
adelgazarlo con tijeras.
Se coloca el espaciador en el lecho receptor con la
superficie mucosa hacia el ojo. Se sutura en el borde
adherente del tarso en la parte superior y a los retractores en la inferior del espaciador con vicryl 6-0 puntos ocultos separados o catgut 5-0 surjete continuo. Se
deja el punto de tracción, fijado a la frente por 5 a 7
días con parche compresivo (figs. 6, 7, 8 y 9).
Fig. 6. Retracción palpebral que ha causado úlcera corneal.
Fig. 8. La misma paciente 10 años después de la colocación del espaciador de mucosa palatina.
Fig. 9. Exposición escleral inferior severa. Se planteó la
colocación de espaciadores de polietileno poroso, y debilitamiento de retractores superiores.
110
Fig. 10. Los espaciadores se han suturado a tarso y retractores.
Fig. 11. El aspecto postoperatorio inmediato es muy adecuado.
Fig. 12. A partir de la cuarta semana inicia una reacción
inflamatoria que hace evidente el borde del espaciador en
el párpado inferior derecho, por lo que se recortó en una
reoperación, siendo el resto bien tolerado.
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
La diferencia fundamental entre ambas técnicas
además del tipo de tejido usado como espaciador, es
que en el caso de la mucosa, no se hace disección
amplia entre la conjuntiva y los retractores como
cuando se usa cartílago, ya que la mucosa desplazada
hacia la órbita, será suturada junto con los retractores
en el fondo de saco formando de hecho un fondo de
saco más profundo que con el uso de cartílago.
Entre las nuevas posibilidades quirúrgicas disponibles con el fin principalmente de evitar una segunda zona quirúrgica en el sitio de la toma del espaciador, existen las placas delgadas de polietileno
poroso, y las placas de dermis acelular. De las primeras podemos decir que aunque disminuye el tiempo quirúrgico, y por supuesto las incomodidades del
post operatorio temprano, en nuestra experiencia el
índice de rechazo resultó alto, probablemente relacionado a la delgadez del párpado con la consecuente falla de tejido para cubrir y vitalizar al espaciador (figs. 9, 10, 11 y 12).
La asimetría representa un problema especial en
la orbitopatía de graves, ya que no solo se establecen
diferencias notorias entre ambos ojos, sino que frecuentemente es evidente entre el párpado superior y
el inferior. Una observación que se repite desde el
punto de vista de la cirugía palpebral es que en los
pacientes sean previamente operados o no, el párpado superior es grueso y pesado mientras que el inferior se ve adelgazado. Este adelgazamiento inferior se
debe en parte al efecto de tracción que sobre la grasa
producen los retractores hiperactivos, y al exoftalmos,
que ocasionalmente da la impresión de que el ojo
sale del reborde orbitario apenas cubierto por la piel.
Para estos casos hemos diseñado una cirugía en la
que tratamos de resolver las alteraciones cosméticas
aprovechando el tejido que sobra para reponer donde
falta a la vez que diseñamos un nuevo espaciador
para elevar la posición palpebral inferior (fig. 13).
La técnica inicia con infiltrar anestésico con vaso
constrictor. Se realiza un incisión en el párpado superior tipo blefaroplastia prolongada lateralmente hasta
un punto en donde puedan confluir esta incisión y una
subciliar del párpado inferior a unos 3 mm. del canto
externo. Se diseca exclusivamente piel hacia el reborde orbitario, dejando expuesto el músculo orbicular.
Se procede a la disección del paquete de grasa suborbicular (SOOF superior), que quedará adherido al
orbicular. Esta disección se hace a todo lo largo del
párpado superior. Este complejo músculo-adiposo se
separa de su unión medial y superior, quedando fijo
de su extremo temporal, con lo cual tendremos un
colgajo mio-graso pediculado. En el párpado inferior
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
Fig. 13. Este es un aspecto común del paciente, en donde
el párpado inferior muy retraído se hace sumamente delgado, mientras que el superior se observa pesado.
111
Fig. 15. El colgajo pediculado mio-adiposo superior se ha
tallado, y se dirige al párpado inferior.
Fig. 16. El colgajo se sutura como espaciador entre retractores y tarso, manteniendo tensión en la base del pedículo, a fin de producir tracción superior del párpado inferior
y el canto externo.
Fig. 14. La cirugía consiste en formar un colgajo pediculado de orbicular y grasa sub orbicular superior, y descenderlo para dar volumen al párpado inferior al colocarlo
entre tarso y retractores, a la vez que se produce tracción
hacia arriba para elevar el borde palpebral.
se diseca por debajo del orbicular hasta el tercio nasal,
dejando expuesto el septum hasta el reborde orbitario
inferior. Se cortan los retractores permitiendo su desplazamiento hacia el reborde. Se traspone el colgajo
pediculado del párpado superior al inferior cuidando
que además de dar volumen produzca tensión hacia
arriba, lo que se logra manteniendo tenso el punto de
soporte temporal del colgajo. El colgajo es suturado
con puntos separados de ácido poliglicólico 6-0,
dejando la cara orbicular al frente y la adiposa hacia
el espacio dejado por los retractores desinsertados
(sitio anatómico de la grasa preaponeurótica inferior).
Se sutura la piel con material no absorbible mediante
un surgete continuo, cuidando que el canto externo
quede sin abultamientos (que se producirán si se rota
el colgajo al transponerlo). Se mantiene tracción en el
postoperatorio con un punto en la línea gris del párpado inferior, que se mantendrá por aproximadamente 4 días (figs. 13, 14, 15, 16, 17 y 18).
112
6. Cirugía palpebral en el hipertiroidismo
Cantoplastia externa
En algunos casos seleccionados es posible elevar
la posición del párpado inferior mediante una cantoplastia externa. Esta técnica puede usarse sola o
como adyuvante de otra técnica, ya sea descompresión o cirugía del párpado superior.
BIBLIOGRAFÍA
Fig. 17. Aspecto final de la cirugía.
Fig. 18. 10 días postoperatorio, nótese la posición de párpados
inferiores y superiores, así como el volumen inferior ganado.
1. Pérez-Moreiras J, Prada-Sánchez MA. Salcedo-Casillas G. Tratamiento quirúrgico de la Retracción Palpebral. En: Oftalmopatía distiroidea, Sociedad Española
de Oftalmología. 1997; pp. 203-214.
2. Bartley GB. The Differential Diagnosis and Classification of Eyelid Retraction. Ophthalmology 1996; 103:
168-176.
3. Glatt HJ, Putterman AM. Manegement of Eyelid
Retraction. En: Surgery of the Eyelid, Orbit and Lacrimal Sys tem. American Academy of Ophthalmology.
Chapter 17, pp. 135-161.
4. Kersten RC, Kulwin DR, et al. Management of LowerLid Retraction with Hard-Palate Mucosa Grafting.
Ophthalmology 1990; 108: 1339-1343.
5. Putterman AM. Treatment of Lower Eyelid Retraction
with Recession of Lower Lid Retractors and HardPalate Grafting. En: Chapter 25, pp. 249-249.
6. Pater BC, Patipa M, Anderson RL, McLeish W. Management of Postblepharoplasty lower eyelid retraction
with hard palate grafts and lateral tarsal strip. Plast
Reconstr Surg, 1997; Apr 99(5): 1251-60.
7. Salcedo G, Molina J. Retracción palpebral inferior, en
Cirugía Cosmética Periorbitaria. Publicaciones oftalmológicas de la Asociación Para Evitar la Ceguera en
México. pp. 229-238. 2001.
8. Tyers AG, Collin JRO. Eyelid Retraction. En Colour
Atlas of Ophthalmic Plastic Surgery, Second edition,
2001; pp. 199-228.
Descargar