Roma se llena de miles de peregrinos por

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LATERCERA Domingo 27 de abril de 2014
Mundo
Roma se llena de miles de
peregrinos por canonización
de Juan XXIII y Juan Pablo II
R Por primera vez en la historia, dos pontífices
serán canonizados en forma simultánea. La
ceremonia será presidida por el Papa
Francisco y estará presente Benedicto XVI.
Lucía Magi
Roma
En las plazas, en las calles.
Con mapas como acordeones, buscando a un raro
ejemplar de romano autóctono que sepa dar indicaciones. En el bus, interrogando al conductor con aire
perdido o bien organizados
en enjambres siguiendo a
un paraguas levantado por
el cura o la monja que guía
la compañía. Con la mochila en la espalda, un gorrito
para el sol, a veces la guitarra, siempre zapatilla y la
cruz al cuello. Son familias
y grupos de jóvenes, sacerdotes, monjas, parejas recién casadas. El crisol del
peregrino se despliega por
completo en cada rincón de
la ciudad eterna. Sobre todo
en las iglesias, que anoche se
quedaron abiertas para una
velada coral de agradecimiento. Los feligreses -un
millón, según las previsiones- invaden Roma y aquel
pequeño estado que lleva
dentro, en la vigilia de un día
histórico. Un día en el cual
por primera vez dos pontífices -Juan XXIII y Juan Pablo II– serán canonizados
de forma simultánea. Oficiará la ceremonia el actual
Papa Francisco y muy cerca
estará sentado Benedicto
XVI, quien finalmente confirmó su asistencia.
“Es todo un hito: somos testigos de algo excepcional: dos
Papas proclamando santos a
R Se calculaba que más de un millón de
personas, venidas de todo el mundo,
presenciarían la ceremonia que se llevará
a cabo en el Vaticano.
dos de sus predecesores”, evalúa Alfonso Riobo, que llegó
con la diócesis de Madrid y dirige la revista Palabra.
La fila para entrar a la Basílica para visitar las tumbas
de los casi-santos avanza
lenta. Hay que calcular al
menos 45 minutos de espera. “Llegamos 32 desde Trentino, norte de Italia, para estar en este momento especial. Nos preparamos
estando todos unidos”,
cuenta Caterina, 20 años.
Tiziana Brincivalli, 63
años, profesora jubilada, recuerda a Juan XXIII. “El Papa
Bueno fue el Papa de mi infancia, el primero del que
me acuerdo bien. Recuerdo
que en la escuela nos llevaron a la cafetería para ver
en la televisión el principio
del Concilio, con los obispos que llegaban...”.
Cada uno guarda su recuerdo. La gran parte del
pueblo reunido aquí por el
llamado del Papa Francisco
conoció a Juan XXIII por haberlo estudiado, visto en
foto, escuchado en los cuentos de los padres o visto en la
infancia. Pero la mayoría
tuvo una experiencia directa de Juan Pablo II y muchos
le vieron en vivo. Es un hecho generacional: Angelo
Roncalli fue Papa de 1958 a
1963. Y temporal, se podría
decir, ya que Juan Pablo II
ocupó el solio de Pedro durante 27 años.
Polacos, españoles, africanos de decenas de naciones
y matices de piel, hasta indios y muchísimos latinos,
de 17 países distintos: por
una dulce contrapartida, el
Papa viajero reunió en Roma
al mundo entero.
“Juan XXIII le conozco de
cuento. A Juan Pablo II lo vi,
de cerca, estuvo dos veces en
Venezuela”, dice Dolores, 50
años. Norma Aránguiz llegó
con 18 compañeras y un solo
hombre, desde Angol, Chile.
“Tardamos 33 horas en llegar.
Pero merecía el esfuerzo”.
“Estamos aquí porque nos
movió un gran sentimiento
nuestra compatriota Floribeth que fue saneada por Juan
Pablo II”, cuenta Jessica Duarte, 42 años, de Costa Rica, al
referirse al milagro que le valió la aureola al papa polaco.
Diez mil agentes de las varias fuerzas velan sobre la ciudad, 3.500 más que un día
normal. “Estamos preparados para acoger este gran
evento de importancia mundial para todos los católicos”,
tranquilizó Angelino Alfano,
ministro de Interior. b
ENTREVISTA
STANISLAW GRYEGL
ALUMNO, AMIGO INTIMO Y COLABORADOR DE KAROL WOJTYLA
P ¿Qué rasgo diría que des-
RR Una estatua de Juan Pablo II a la entrada de la Basílica de Santa María, en Wadowice. FOTO: EFE
La espera de Wadowice y Sotto il Monte
Lucía Magi
Karol Wojtyla nació en Wadowice (Polonia) en 1920 y
murió en Roma 85 años más
tarde, tras casi 27 como
Juan Pablo II. Los vecinos,
muy católicos en su mayoría, siempre muy orgullosos
de él, acudían en masa a la
capital italiana, tal y como
hicieron en ocasión de sus
funerales (2005) y de su
beatificación (2011). Quien
se quede en Polonia podrá
celebrar con los dulces que
amaba Wojtyla. Según la
prensa, los produce una
pastelería tradicional que
se asoma a la plaza y para la
ocasión lanza una oferta: te
llevas cinco y pagas cuatro.
Todo adornado por banderitas y retratos del Papa. La
casa natal del nuevo santo
fue transformada en un
museo monográfico, que
abrió sus puertas hace pocos días, tras cuatro años
de obras y seis millones de
euros de inversión.
Unos 1.200 kilómetros
más al sur, otra pequeña
localidad parece esperar
una fiesta popular. Sotto il
Monte, en el norte de Italia,
vio nacer al otro santo del
día, Angelo Roncalli, en
1881. Y hoy saca pecho. No
es sólo cuestión de fe, sino
de pertenencia. Para el
mundo fue “el Papa Bueno”, para ellos es el “Papa
nuestro”. Los 4.300 habitantes esperan a 10 mil peregrinos. “Estamos acostumbrados a recibirlos”,
dijo el párroco Dolcini al
diario italiano La Stampa.
“Llevan 50 años viniendo.
Nuestra iglesia siempre está
llena”. En la plaza, una gran
pantalla emitirá el evento
en directo. El alcalde, junto con el sobrino de Roncalli, llevará al altar la reliquia
de Juan XXIII. b
tacaba más en Wojtyla?
R Fue hombre tan libre que
era potente. Pertenecía por
entero a Dios y por eso profesaba ese particular tipo de
libertad de quien está alejado de sí mismo y del mundo
de opiniones. Un día quise
revelarle unos comentarios
de uno u de otro. El me interrumpió: “No me importa
–dijo–, la gente habla y
hablará. Nosotros debemos
cumplir con nuestra misión”.
P ¿Por eso no tenía miedo?
Es una de sus frases más
célebres...
R Los hombres libres,
pobres y santos no tienen
miedo. A la pregunta: “Si la
Biblia fuera condenada a la
extinción y solo pudiera salvar un versículo, ¿cuál
sería? El contestaba: “La
verdad los hará libres”. Sin
embargo, era también
consciente de que la verdad
no es cómoda. Al revés, a
veces es mortalmente peligrosa. El presentía el atentado. En 1979, tras una misa
en Montecassino donde fue
arrestado un hombre que
había intentado acercarse al
Papa, él me miró y dijo: “Ya
me buscan”.
P Usted fue su consejero en
los temas del matrimonio y
de la familia. Temas importantes en su pastoral.
R El repetía: donde muere el
amor en las familias, allí
mueren las naciones, la
sociedad y la misma Iglesia.
Quien ataca la familia ataca
la Iglesia. Para nosotros, el
amor es hogar, morada.
P Juan Pablo II estuvo muy
enfermo en los últimos
años. ¿Pensó alguna vez en
renunciar a su mandato?
R Cuando cumplió 75 años,
estábamos comiendo juntos. Mi familia, él y yo. De
pronto me llamó y me dijo:
“Veo que mi pontificado,
desde el punto de vista de
las fuerzas físicas, se cae un
poco”. Yo lo paré enseguida:
“No padre. Quizás es ahora
cuando su mensaje se escuchará más claro”. Pero él
siguió, sin terminar la frase:
“Bueno, sabes a lo que me
refiero...”.
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