Principios procesales

Anuncio
UNIVERSIDAD SANTA LUCÍA
SEDE REGIONAL CARTAGO
LICENCIATURA EN DERECHO
PRINCIPIOS PROCESALES
INMEDIACIÓN
CONCENTRACIÓN
PUBLICIDAD
ORALIDAD Y ESCRITURA
CURSO TEORIA GENERAL DEL PROCESO
2007.
INDICE
TÍTULO PÁGINA
INTRODUCCION __________________________________________ 3
PRINCIPIOS PROCESALES__________________________________ 4
1. PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN_____________________________ 4
1.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES_____________________ 4
1.2. LA INMEDIACION COMO PRINCIPIO DEL
PROCEDIMIENTO__________________________________________ 5
1.3. LA INMEDIACION Y EL SISTEMA DE ESCRITURA__________ 5
2. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN__________________________ 5
2.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES_____________________ 5
2.2. EL PRINCIPIO DE CONCENTRACION COMO
GARANTIA DE INMEDIACIÓN_______________________________ 6
3. EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD____________________________ 7
3.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES_____________________ 7
1
3.2. EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD Y SU CLASIFICACIÓN______ 7
4. PRINCIPIO DE ORALIDAD Y ESCRITURA___________________ 8
4.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES_____________________ 8
4.2. IMPLICACIONES DE LA ORALIDAD EN
PROCESOS CIVILES________________________________________ 9
4.2.1. EL JUEZ EN EL SISTEMA DE ORALIDAD________________ 9
4.2.2. EL ABOGADO EN EL SISTEMA DE ORALIDAD___________ 10
4.2.3. LAS PARTES Y SU ACTIVIDAD EN EL SISTEMA
DE LA ORALIDAD__________________________________________ 11
5. PRINCIPIO DE MOTIVACIÓN_______________________________ 11
CONCLUSIÓN_______________________________________________ 12
ANEXOS DE JURISPRUDENCIA________________________________ 14
BIBLIOGRAFÍA______________________________________________ 47
INTRODUCCION
El presente trabajo merece atención a algunos de los principios generales del proceso.
Los principios procesales son directrices a las normas jurídicas, dan las ideas fundamentales al derecho y
además el legislador los incorpora para suplir las lagunas del ordenamiento jurídico. Es por esto que los
principios aunque si bien es cierto no son abarcados en su totalidad en un proceso, se encuentran presentes en
toda función jurisdiccional, ya sea de una materia u otra.
Los principios de oralidad y escritura, inmediación, concentración, publicidad y motivación son los que
desarrollaré en la presente investigación con los objetivos de comprender la definición que la doctrina les
asigna, si hay variación de criterios entre juristas y principalmente, identificar su aplicación en el
ordenamiento jurídico de Costa Rica. Para esto se tomará en cuenta los diversos textos y la jurisprudencia
emanada de nuestros juzgadores
PRINCIPIOS PROCESALES
Los principios procesales son aquellas premisas máximas o ideas fundamentales que sirven como columnas
vertebrales de todas las instituciones del derecho procesal.
Constituyen el origen y la naturaleza jurídica de todo sistema procesal, a la vez que actúan como directrices
que orientan a las normas jurídicas para que logren la finalidad que medió su creación.
Estos principios podemos encontrarlos en la Constitución, en la legislación ordinaria y en la jurisprudencia.
Su valor como fuente del Derecho es vital a la hora de interpretar las normas escritas pues incluso el artículo
quinto de la Ley Orgánica del Poder Judicial les da carácter de ley en ausencia de norma y establece la
2
obligatoriedad de los jueces de aplicarlas e integrarlas al ordenamiento escrito.
Es por esto que los principios procesales, tienen la función de suplir algunas lagunas o ambigüedades que
pueden darse en el Derecho Procesal, y se consideran norma jurídicas semejantes a las normas que integran el
ordenamiento, llegando a constituir el vértice o columna vertebral de una estructura procesal.
• EL PRINCIPIO DE INMEDIACION.
1.1 CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El desarrollo de un proceso jurisdiccional, implica comunicación entre aquellos que intervienen en él. Esa
interacción se da normalmente en un proceso escrito entre el demandante y el Juez por medio de la demanda
entre el demandado y el juez en la contestación y entre el juez los peritos y testigos cuando llega el momento
de recibir o apreciar la prueba. Cuando la comunicación es por escrito o por cualquier otro medio que no
implique presencia inmediata decimos que la comunicación es mediata, cuando esa relación se da entre
presentes es decir cara a cara entre el juez y las partes testigos o peritos decimos que la comunicación es
inmediata. Según Chiovenda en la sentencia el principio de inmediación quiere que el juez que debe
pronunciar la sentencia haya asistido al desarrollo de las pruebas de las cuales debe derivar su convencimiento
esto es que haya entrado en relación directa con las partes con los testigos con los peritos y con los objetos del
juicio de modo que pueda apreciar las declaraciones de tales personas y la condición de los lugares a base de
la inmediata impresión recibida en ellos.
• LA INMEDIACION COMO PRINCIPIO DEL PROCEDIMIENTO
La inmediación, es un principio del procedimiento por cuanto, una vez implantada en un tipo de proceso
determinado rige la forma en que deben actuar las partes y el órgano jurisdiccional, establece la forma y
naturaleza de la relación entre los intervinientes y le da una nueva concepción a la sucesión temporal de los
actos procesales.
Igual que la oralidad, la inmediación no constituye un principio procesal, por cuanto carece de la radicalidad
general, necesaria para adquirir esa connotación. Aplicar la inmediación depende del tipo de proceso, de la
pretensión que se deduzca y de si es o no necesario palabras, no es un principio procesal, porque su falta en
aquellos procesos para los cuales no ha sido prevista, por ser innecesaria, no implica incumplimiento del
derecho fundamental a la tutela efectiva
1.3 LA INMEDIACIÓN Y EL SISTEMA DE LA ESCRITURA
La doctrina no parece ponerse de acuerdo en lo que se refiere a la posibilidad de la combinación,
inmediación−escritura. Algunos juristas consideran que el principio de inmediación se halla estrictamente
vinculado con el de oralidad, en cuanto solo en el proceso oral puede ser plena y eficazmente aplicada.
En un proceso oral la escritura solo funciona como medio de documentación− no de comunicación− las actas
no pueden ser esenciales para la decisión y para efectos de dictar la sentencia, el juez debe limitarse a lo visto
y oído. El sistema de la escritura es aquel en que la forma de comunicación es exclusivamente por escrito.
• EL PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN
2.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El actor interpone la demanda, el juez la admite, emplaza al demandado, después de que éste es notificado
tiene un plazo para contestar, una vez que contesta, viene la etapa probatoria y después de recibidas todas las
pruebas, el juez dicta sentencia.
3
Las dificultades surgen porque un litigio casi nunca tiene la sencillez del que se acaba de señalar. Como
consecuencia de los principio de igualdad, contradictorio y debido proceso, es necesario que las legislaciones
procesales rodeen al procedimiento de una serie de oportunidades de alegación y defensa− excepciones,
incidentes e impugnaciones− que en el sistema escrito dividen al proceso en múltiples etapas, para cada una
de las cuales es necesario un tiempo, igual que se requiere plazo, para que el juez resuelva las gestiones que se
le formulan.
El proceso es un fenómeno que necesita tiempo y en donde la rapidez no puede sustituir la justicia, sin
embargo tendiendo presente que la justicia tardía es de tan deficiente calidad se ha buscado la forma de
establecer un procedimiento mas o menos temporal, con el fin de que la dilación del proceso sea la necesaria
para brindar una tutela judicial efectiva. Para ello el sistema de oralidad ofrece una solución, ella es, el
principio de concentración, que constituye conjuntamente con la inmediación, pilar fundamental de ese
sistema y que no tiene como único fin la celeridad del proceso.
La concentración supone el examen de toda la causa en un período único que se desarrolla en una audiencia
(debate) o en pocas audiencias muy próximas, de tal modo que los actos se aproximan en el tiempo y se
suceden ininterrumpidamente.
Este principio está relacionado con el de celeridad, y tiene como finalidad reunir actividades procesales en un
espacio de tiempo lo más corto posible. Nuestro Código Procesal Civil menciona expresamente a este
principio en relación con la materia probatoria, en el artículo 316, párrafo 2º se dispone claramente: Cuando la
prueba sea abundante y su naturaleza lo justifique, el juez señalará fechas continuas para las audiencias en las
que será practicada, dentro del plazo respectivo, con la finalidad de que se produzca la adecuada
concentración en ellas.
Pero no solo existe la concentración de la actividad procesal sino que también se enfoca desde el ángulo de la
concentración del contenido del proceso. Lo primero se analiza además desde el punto de vista de si las
actuaciones han de quedar encomendadas a un juez y la decisión a otro. Lo segundo, concentración de
contenido, alude al rechazo que debe hacerse de peticiones improcedentes e impertinentes, y a lo que debe
discutirse como fundamento de un recurso
2.2 EL PRINCIPIO DE CONCENTRACION COMO GARANTIA DE INMEDIACION
Como garantía para el justiciable y conforme al principio de inmediación, el proceso debe estar concebido de
tal manera, que la sentencia sea dictada por aquel juzgador que mejor conozca los hechos y las vicisitudes de
la litis y ese será el que se ha mantenido en contacto directo con los elementos del juicio.
En un proceso dividido en muchas etapas y excesivamente largo, el principio de inmediación está expuesto a
dos peligros fundamentales: al cambio en la figura del juez y al olvido de lo percibido en la audiencia.
El principio de concentración como garantía de la inmediación, no sólo previene los inconvenientes que
produce el cambio del juzgador, también garantiza que las actividades procesales estén lo más cerca posible
de la decisión del juez para evitar que por transcurso del tiempo la impresión obtenida por éste se borre y de
que la memoria lo engañe.
• EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD
3.1 CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Con la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, el 10 de diciembre de 1948, el
principio de publicidad se establece como una obligación para la comunidad internacional, al señalar esta
proclama. En su artículo 10 dice que Toda persona tiene derecho en condiciones de plena igualdad, a ser oída
4
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial para la determinación de sus derechos y
obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal, toda persona tiene derecho
a que su causa sea vista equitativa y públicamente en un plazo razonable por un tribunal independiente e
imparcial ,establecido por la ley, que decidirá sea sobre sus derechos y obligaciones civiles,
El principio de publicidad nació como una garantía para los ciudadanos frente al poder de los gobernantes y
aunque modernamente tiene otros objetivos que la doctrina y la jurisprudencia se ha ocupado de precisar, su
fin esencial sigue siendo, que el pueblo tenga la oportunidad de controlar el ejercicio de la potestad
jurisdiccional el principio de publicidad, bien entendido, constituye un instrumento de democratización de la
justicia que contribuye a su mejoramiento.
Este principio es un complemento de la oralidad que sirve para dar a conocer los conceptos jurídicos a toda la
sociedad, en lo cual, desde luego, ésta tiene interés. Desde ése ángulo la opinión pública será un medio de
control de los órganos jurisdiccionales. Ésta funciona en la misma forma en un proceso escrito, cuyos
ejemplos claros son las vistas en los recursos de casación y en los procesos de responsabilidad civil contra los
jueces.
3.2 EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD Y SU CLASIFICACION
Así, se habla, entre otras clasificaciones, de publicidad general y publicidad para las partes, publicidad
absoluta y relativa mediata e inmediata, activa y pasiva. En primer lugar tenemos la distinción entre
publicidad general que es aquella que pone al alcance de todos los ciudadanos, el conocimiento de la actividad
judicial y publicidad para las partes que permite a estas o sus defensores el acceso al expediente para su
examen.
Entendemos por principio de publicidad, aquel que se refiere a los terceros, a los ciudadanos que no son parte
en el proceso, al público; para la garantía de los que participan en el proceso, existen todos los principios que
lo rodean.
La publicidad general puede ser absoluta o relativa. Se considera del primer orden, cuando todas las
actuaciones del proceso se desarrollan frente al público, y relativa, si la presencia se admite solamente con
respecto a ciertos actos o fases del proceso.
La publicidad mediata e inmediata, la entiendo de si los ciudadanos observan el desenvolvimiento del proceso
personalmente, en cuyo caso sería inmediata o si siguen su desarrollo a través de otro medio como por
ejemplo la televisión.
• PRINCIPIO DE ORALIDAD Y ESCRITURA.
4.1 CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Constituyen un par de opuestos y consiste el primero de ellos en el predominio de la palabra hablada sobre la
palabra escrita. Es innegable que la palabra hablada produce un entendimiento más rápido de los hechos que
cuando éstos se narran en fríos escritos.
No obstante la escritura es necesaria en el proceso oral para preparar el tratamiento del proceso; así, la
demanda es el acto procesal típico de iniciación que debe constar por escrito pues en ella se fija la pretensión
del actor y los medios de prueba, con lo cual se garantiza la defensa de ambas partes.
La demanda debe indicar de manera precisa los fundamentos de hecho, los fundamentos de derecho y por
supuesto, la pretensión propiamente dicha. La escritura sirve también en el proceso para documentar lo que
ocurre en la audiencia.
5
Hay quienes opinan que la oralidad no debe aplicarse en todo caso. Debe verse la utilidad práctica que de ello
pueda derivarse, pues de no ser así, es preferible sacrificar el principio doctrinario. En nuestro ordenamiento
se le ha dado prioridad al principio de oralidad en el proceso penal y en el proceso agrario; en el proceso
laboral podemos hablar de una verbalidad; pero en los procesos familiar y civil, predomina el principio de la
escritura. La razón para que estos tipos de proceso no sean orales ha sido la del costo para el Estado en
momentos en que no era oportuno imponerle ese cargo.
Cabe advertir que el problema de la oralidad no camino solo, sino que, por el contrario, hay que relacionarlo
con el problema de la organización judicial y en consecuencia, debe entonces pensarse fundamentalmente en
el número de tribunales que deben existir para que el sistema funcione como corresponde.
Debe reconocerse, sin embargo, que aunque en el nuevo Código Procesal Civil no se introdujo la oralidad
como sistema, lo cierto es que hay algunos actos procesales que dentro del proceso se rigen por la oralidad
que son: las pruebas de declaración de parte, confesional y testimonial, pero eso no basta. No se puede dejar
de lado el problema de la preparación de los jueces, pues si los jueces tienen buena preparación, el proceso se
irá desenvolviendo con celeridad, lo que no ocurre en el caso contrario.
4.2. IMPLICACIONES DE LA ORALIDAD EN LOS PROCESOS CIVILES
El principio−sistema procesal de la oralidad, en virtud de sus principios de inmediación− concentración y
publicidad, además de combinar la expresión oral con la expresión escrita, tiene una serie de implicaciones
sobre el proceso que determinan no solo la forma en la que se va a llevar el proceso sino la forma de actuación
de quienes intervienen en él, como son la actuación del juez, las partes y de los abogados.
La influencia de la oralidad implica necesariamente modificaciones al sistema de impugnación, a la iniciación,
desarrollo y terminación de los procesos civiles.
4.2.1. EL JUEZ EN EL SISTEMA DE LA ORALIDAD
La posición del juez debe verse desde dos perspectivas: desde la óptica de los poderes que la ley debe
conferirle y desde el punto de vista de sus condiciones personales.
Los poderes del juez en la oralidad
Es indispensable darles el mando y la autoridad, es decir, los atributos mismos de su investidura y la medida
exacta de sus posibilidades materiales de realización.
Como consecuencia del reconocimiento del carácter público de la función jurisdiccional, la doctrina desde
hace mucho tiempo ha venido considerando técnicamente inadecuado a los fines de la justicia, un sistema en
el que el juez asiste como espectador impasible que se limita a señalar los puntos y a controlar la observancia
de las reglas del juego.
Modernamente y fundamentalmente en un proceso influenciado por la oralidad, es necesario dotar al juez de
verdaderos poderes disciplinarios de dirección y de instrucción que le permitan en cada una de las audiencias
mantener el orden, auxiliar a las partes para definir correctamente el objeto del juicio, sanear el proceso en
cualquier momento para evitar vicios que en el fututo puedan causar nulidades, desechar impedimentos que
considere improcedentes, asegurar a las partes igualdad de tratamiento, limitar el ámbito de discusión,
rechazar pruebas inadmisibles, admitir todo tipo de prueba que considere indispensable para la solución de la
controversia etc.
Desde mi punto de vista el aumento de los poderes del juez no debe manifestarse de tal manera que atente
contra los principios de debido proceso, sin embargo no hay duda que, sin llegar al juez dictador del proceso,
6
debemos alejarnos de la figura del juez espectador, para volcarnos a la del juez director o protagonista del
proceso.
Las condiciones personales del juez en la oralidad
Existe consenso en la doctrina en hacer del juez una figura diligente en tiempo; sanador en patologías,
concentrador en trámites, frecuentador en audiencias, moralizador en conductas, conciliador en pretensiones y
repartidor en soluciones reales y justas.
• EL ABOGADO EN EL SISTEMA DE LA ORALIDAD
La intervención del abogado en los procesos jurisdiccionales, encuentra justificación en tres razones
fundamentales:
• La complejidad de las leyes positivas que dificultan su conocimiento y comprensión
• La aplicación del principio de igualdad ante la ley equilibrando las desigualdades entre las partes
mediante asesoramiento profesional
• La ayuda innegable e insustituible que prestan a los órganos jurisdiccionales como colaboradores de
éstos.
En el proceso de escritura, el abogado prepara las alegaciones en su oficina, no comparece a los juzgados
porque generalmente envía los escritos con un asistente o con el mismo cliente. Precisamente por esa
desvinculación, su colaboración directa con la justicia es mínima, su percepción del caso disminuye
notablemente y las dificultades de comprensión entre el juez y el abogado crecen diariamente.
El sistema de oralidad requiere que el abogado tenga un contacto directo con el juez y las partes, que se
exprese verbalmente ante ellos y ante el público presente en las audiencias. Como consecuencia debe conocer
profundamente el caso y la legislación procesal y sustantiva para realizar bien su defensa y fundamentalmente
para mantener su prestigio como profesional. Esto lo obliga a observar las reglas de ética que rigen su labor;
necesita grandes condiciones intelectuales y de dominio del derecho, debe ser claro y breve en la exposición,
ágil mentalmente para saber cuando guardar silencio, renunciar a una prueba o proponer un arreglo
respetuoso, paciente, imperturbable, saber interrogar y exponer breve y convincentemente las razones que
asisten a su cliente.
Este sistema tiene como consecuencia otro perfil de abogado, más colaborador con la justicia, desplazando a
aquel que desde las aulas de las universidades perfila como fines supremos, ganar dinero, enredar el proceso
en beneficio de su cliente, triunfar a toda costa y atacar personalmente al juez que no concuerda con su
criterio.
• LAS PARTES Y SU ACTIVIDAD EN EL SISTEMA DE LA ORALIDAD.
Este sistema necesita que la actividad de las partes, se sustente en el deber de colaboración para la búsqueda
de la justicia. Todos los participantes deben aportar los elementos necesarios para la solución de la litis, es
decir, que no sólo implica la omisión de actuaciones que atenten contra los fines del proceso, es necesario
además que actúe en concordancia con esos fines.
Este deber de colaboración o principio de moralidad, se manifiesta en el cumplimiento de los requisitos de los
actos procesales, en la no alegación de hechos falsos, en no omitir datos, en la asistencia puntual a las
audiencias y en general, en la omisión de conductas que atenten contra la búsqueda de una solución.
• PRINCIPIO DE MOTIVACIÓN
7
El juez no puede limitarse a declarar con lugar la demanda, la contrademanda o las excepciones, o a imponer
la condena al encartado, sino que debe razonar su solucióncon la motivación el juez desciendo a la posición de
las partes y al mismo tiempo que ordena o que resuelve, le explica a éstas la razón, el motivo de dicha orden.
Con su razonamiento, el juez persuade a las partes de que su sentencia está bien dictada, lo que a la vez le
sirve a la parte vencida impugnarla. Una correcta motivación, hará que la sentencia se mantenga incólume.
De esta manera se evitan arbitrariedades y se permite a las pares, usar adecuadamente el derecho de
impugnación, contra la sentencia para los efectos de segunda instancia, planteándole al superior las razones
legales y jurídicas que desvirtúan los errores que condujeron al juez a su decisión. Porque la resolución de
toda sentencia es el resultad de las razones o motivaciones que en ella se explican
CONCLUSION
En la sección introductoria a este trabajo planteé los objetivos a alcanzar en él.
Espero que el lector de dicho texto, haya comprendido el contenido que la doctrina dicta en cuanto a estos
principios procesales.
Según lo investigado, hay consenso en la doctrina con los conceptos. Se define el principio de inmediación
como la circunstancia de que el juez actúe junto a las partes en tanto sea posible en contacto personal con
ellas, prescindiendo de intermediarios; el principio de oralidad es aquel en donde los actos procesales se
realizan a viva voz; el principio de concentración como aquel que pugna por aproximar los actos procesales
uno a otros concentrando en breve espacio de tiempo la realización a ellos; el principio de publicidad sirve
para dar a conocer los conceptos jurídicos a toda la sociedad, en lo cual, desde luego, ésta tiene interés. El
principio de motivación es aquel que dice que el juez tiene la obligación de sustentar eficientemente las
sentencias basándose en todas las herramientas a su alcance para que sea lo más clara posible (tales como el
ordenamiento jurídico, la jurisprudencia y la doctrina).
En lo que la doctrina no parece coincidir es que el principio de inmediación y el de oralidad sean principios
procesales. Algunos autores creen que no son principios generales del proceso, sino principios del proceso,
esto por cuanto no se aplica a todos en general, sino a aquellos que lo requieran. Para esto se hace referencia
al proceso agrario donde ambos se complementan. Tomando la posición de quienes afirman lo anterior,
considero acertado que no son principios de todos los procesos y que por lo tanto, se aplican en algunos casos
como mencione anteriormente; por ejemplo, por lo complejo de un proceso civil, es difícil hallar un sistema
de oralidad como se da en el agrario o una aplicación de la inmediación como se da en un proceso de familia.
La aplicación de estos principios en nuestro ordenamiento jurídico no son la norma estricta, principios como
el de concentración dista mucho de ser aplicado, como ocurre en materia contencioso administrativa en donde
los procesos duran de dos hasta nueve años, la publicidad no es tan avanzada como en Argentina por ejemplo,
donde medios de comunicación se dedican a transmitir audiencias, y aun tenemos la problemática de un
sistema de escritura muy arraigado que no contribuye a la celeridad de los procesos. Esta situación no solo
perjudica al usuario judicial y al sistema judicial
como tal; también estanca el crecimiento profesional del abogado quien se acostumbra al trabajo oculto tras
un escrito y no desarrolla su conocimiento jurídico por la falta de agilidad mental para actuar en los procesos.
Espero que no nos conformemos en esperar que el Sistema de Administración de Justicia evolucione y que
cada estudiante aporte investigación, cree doctrina y en el momento que seamos profesionales no solo demos
lo mejor de nosotros sino que además seamos contribuyentes a que nuestra legislatura mejore en aras de cada
usuario que confía en nuestros servicios, sea como funcionarios judiciales, como abogados, jueces o, porqué
no, como magistrados.
8
BIBLIOGRAFÍA
Arguedas Salazar, Olman. Teoría General del Proceso. Editorial Juritexto. San José 2007.
López González Jorge Alberto. Teoría general sobre el principio de oralidad en el proceso civil. San José
2001.
Chiovenda, José. Principios de Derecho Procesal Civil. Instituto Editorial Reus, Madrid.
Couture, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Ediciones Palmar, Buenos Aires.
Antillón, Walter. Teoría del Proceso Jurisdiccional. Editorial Investigaciones Jurídicas.
Brenes Vargas, Rodolfo. El principio de oralidad en el nuevo Código Procesal Penal. 2007.
Picado Vargas, Carlos Rodolfo. Revista Judicial. Desarrollo del principio de inmediación en el proceso
agrario y la unificación procesal costarricense en el siglo 21. Revista #24. 2001.
Devis Echandía, Hernando. Nociones generales de derecho procesal civil. Bogotá 1970.
Devis Echandía, Hernando. Teoría General del Proceso aplicable en toda clase de proceso. Volúmen 2.
Código Procesal Civil.
Jurisprudencia
www.rincondelvago.com
www.monografías.org.
www.wikipedia.com
www.lexjurídica.com
www.poder−judicial.go.cr
Citado por Jorge Alberto López González en teoría general sobre el principio de oralidad en el proceso civil,
página 38. San José, Costa Rica.
López González, ob. Cit. Página 47
Arguedas Salazar, Olman, Teoría general del proceso, página 112, Editorial Juritexto, San José Costa Rica.
Citado por Chiovenda José, en Principios de derecho Procesal Civil, pagina 144−145., tomo 2, Instituto
Editorial Reus.
Chiovenda, ob. Cit. Página 159, tomo 2.
Ver Anexo Nº1. Jurisprudencia sobre Alcances y Naturaleza del Principio de oralidad.
López González, ob. Cit. Página 80.
9
López González, ob. Cit. Página 85.
Devis Echandía: Nociones generales de derecho procesal civil, páginas 58−59, Bogotá, 1970
UNIVERSIDAD SANTA LUCIA
LICENCIATURA EN DERECHO
CURSO TEORÍA GENERAL DEL PROCESO
Página 2
10
Documentos relacionados
Descargar