Productos orgánicos EN PLENA EXPANSION Si bien es realmente extraordinario el aporte realizado por los sistemas agropecuarios modernos para dar respuesta a las crecientes necesidades alimentarias de la población, tampoco es posible ignorar los efectos perjudiciales que ha deparado en importantes lugares del mundo el uso intensivo y generalizado de los insumos químicos sintéticos. Así, como se tratara de otra cara de una misma moneda, junto con el uso de agroquímicos que han permitido multiplicar cosechas o revertir un panorama de insuficiencia crónica, se han presentado situaciones tales como: • la contaminación ambiental (agua superficial y subterránea, aire, suelos), • la degradación de los suelos (pérdida de fertilidad, procesos erosivos), • la aparición de nuevas plagas y enfermedades con resistencia a los plaguicidas, lo que demanda más y mayores dosis de estos productos, • la producción de residuos tóxicos, perjudiciales para la salud humana y animal. Estos problemas comenzaron manifestarse en los países industrializados cuando los productores rurales intensificaron la producción en el marco de programas de apoyo y subsidios directos, entre otros fuertes estímulos. Tales políticas tornaron sumamente rentable el empleo de grandes volúmenes de insumos químicos dirigidos a incrementar la producción y por ende los ingresos, con un impacto crecientemente negativo sobre el ambiente. Sin embargo este fenómeno no es exclusivo de los países desarrollados, ya que se han observado problemas semejantes en numerosos países en desarrollo debido no sólo al empleo desaprensivo de agroquímicos, sino al mal uso de las técnicas agronómicas disponibles. Nuevos hábitos, nuevo mercado En los últimos años se expandió con fuerza la demanda de alimentos ¨orgánicos¨, ¨ecológicos¨ o ¨biológicos ¨, especialmente en los países desarrollados. Las razones de la aparición y consolidación de este mercado deben buscarse por un lado en la modificación de ciertos hábitos de consumo y en la adopción de formas de vida más sana. El empleo de alimentos carentes de residuos tóxicos y aditivos sintéticos apunta a ello. Por otro lado, la difusión de los efectos que tienen sobre el medio ambiente los sistemas productivos modernos y la conciencia respecto a la necesidad de hacer sustentable el uso de los recursos naturales, ha impulsado adicionalmente la búsqueda de sistemas productivos que cumplan con estos objetivos. Así es como se han redescubierto en algunos casos y desarrollado en otros, sistemas de producción alternativos, que toman en cuenta la preservación del ambiente sin comprometer la seguridad alimentaria ni los objetivos de desarrollo económico. La producción orgánica se inscribe dentro de estos sistemas. Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 1 de 1 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 A grandes rasgos, los sistemas orgánicos son aquéllos que producen y elaboran alimentos en cantidades suficientes, sin emplear productos químicos sintéticos, por lo que no contaminan, protegen la salud humana y mejoran los recursos del ambiente (suelo, agua, diversidad biológica y atmósfera). Desde un punto de vista técnico, algunas de las características diferenciales de la producción orgánica son: • la menor intensidad relativa respecto a los sistemas convencionales en términos de dependencia de insumos químicos sintéticos o externos, • la protección y el mejoramiento de la fertilidad del suelo en el largo plazo (mediante el uso de abonos orgánicos, abonos verdes, rotaciones y barbechos, labranzas conservacionistas, sustancias minerales permitidas, etc.), • el control de malezas, plagas y enfermedades (por medio de variedades resistentes, control cultural, mecánico o térmico, sustancias permitidas, etc.), • ganadería extensiva, prestando atención a las necesidades nutricionales y sanitarias de los animales (consumo de alimentos orgánicos, no uso de promotores de crecimiento y otras drogas). La cuestión de los precios En general, el precio al público de los productos orgánicos es mayor que el de los productos convencionales. Los consumidores de orgánicos están dispuestos a pagar un sobreprecio por estos productos reconociendo así los beneficios ambientales y de salud que reportan. No obstante, este sobreprecio no sólo constituye un reconocimiento parcial de los beneficios sociales que depara el sistema de producción: también guarda relación con los mayores costos que demanda este tipo de producción debido, entre otras cosas, a • menores rendimientos, • gastos de certificación y control, • distribución y logística comercial más compleja en relación con los productos convencionales, debido a que los menores volúmenes comercializados dificultan la obtención de escala y los beneficios que de ella se derivan. Como a primera vista los productos orgánicos no se diferencian de los convencionales, resulta imprescindible contar con un sistema de certificación que garantice al consumidor el origen y la metodología de producción empleada, y al mismo tiempo, proteja al productor de la competencia desleal de productos que están rotulados como orgánicos pero no cumplen con las normativas correspondientes. Entre los factores que definen las preferencias y las decisiones de compra de los consumidores de productos orgánicos, los de índole no económica están adquiriendo cada vez mayor relevancia, particularmente en los países con mayores ingresos. Algunos de estos factores son: el interés por la salud (certeza en cuanto a la ausencia de residuos tóxicos en los alimentos); la conciencia ambiental (mayor interés por la manera en que los métodos de producción de alimentos impactan sobre el Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 2 de 2 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 ambiente); la preferencia por estilos de vida más ¨saludables¨ (consumo de alimentos naturales, sin aditivos ni otras sustancias artificiales sintéticas); la calidad (hincapié en la mayor riqueza de nutrientes, mejor sabor y aroma de los productos orgánicos) y la información (conocimiento entre los potenciales consumidores acerca de los atributos de los productos orgánicos y su accesibilidad en el mercado). Es también obvia la importancia del precio. La disposición a pagar más por un producto orgánico depende en gran medida del nivel de ingresos del consumidor. Para los consumidores de bajos ingresos, el precio es crucial en la decisión de compra, en tanto que quienes poseen ingresos crecientes otorgan un rol más importante a los aspectos no económicos en la decisión final. En general si el plus de precio de un producto supera cierto valor respecto al similar convencional (diferente según el producto y el país considerado), la proporción de consumidores dispuestos a pagarlo se reduce. Por todo esto, los sobreprecios de los productos orgánicos pueden diferir entre países, y aún entre productos. Sistemas de certificación Aún no existe un sistema de certificación reconocido a nivel mundial que provea la garantía de calidad de los productos orgánicos producidos y comercializados. Algunos países han adoptado requisitos obligatorios de certificación, de modo que los productos comercializados como orgánicos deben cumplirlos. Los problemas aparecen en varias etapas. Durante el transporte y manipuleo puesto que los orgánicos tienen que manejarse separadamente de los convencionales, durante el procesamiento, ya que los bajos volúmenes de materia prima no permiten el uso de maquinaria a una escala eficiente, y durante la comercialización minorista la cual se ve dificultada pues la oferta de estos productos es en general insuficiente e irregular. El Consejo de la Comunidad Económica Europea (CEE) elaboró el Reglamento 2092/91 en junio de 1991, que entró en vigencia el 1º de enero de 1993 para la totalidad de los países miembros. Rige para los productos orgánicos vegetales, ya que la UE aún no estableció una normativa análoga para la producción orgánica de origen animal. Entre otras cosas establece: • los estándares para la producción y preparación de alimentos orgánicos, así como la identificación, comercialización y sistemas de certificación / inspección, • la autoridad para controlar el registro de las agencias de certificación, el cumplimiento de los estándares de la CEE por parte de los alimentos importados desde terceros países (un país interesado en exportar productos orgánicos a la CEE debe poseer un sistema de certificación reconocido como equivalente). Estados Unidos aún no cuenta con una ley federal que regule el comercio de estos productos. De hecho cada Estado fija sus propias normas, y las mismas difieren entre uno y otro, conforme al grado de desarrollo que posea regionalmente este tipo de producción. El acceso de productos orgánicos al mercado norteamericano desde terceros países se realiza por medio de acuerdos entre empresas certificadoras domésticas y sus contrapartes de los países Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 3 de 3 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 exportadores, de modo de establecer que los alimentos han sido producidos bajo un programa de certificación orgánico con estándares equivalentes. En el mundo La mayor parte de los alimentos orgánicos se produce y comercializa en los países desarrollados. Este mercado ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, alcanzando en 1996, para estos países, ventas no inferiores a los 6.000 millones de dólares. Sin embargo esta cifra representa alrededor del 1% del total de ventas de alimentos en los mismos países, con algunas excepciones como Dinamarca, Austria, Alemania y Suecia, donde en ciertos rubros pudo llegarse a una participación del 2% o algo mayor. Evolución de las ventas de productos orgánicos Ventas Variación Año (miles de us$) anual (%) 1991 1.250.000 - 1992 1.540.000 23,2 1993 1.890.000 22,7 1994 2.310.000 22,2 1995 2.800.000 21,2 1996 3.500.000 25,0 Fuente: Natural Food Merchandiser En los Estados Unidos las ventas de productos orgánicos alcanzaron los 3.500 millones de dólares durante 1996. Su comercialización ha manifestado una notable evolución durante el período 1991/96, con ventas que crecieron a una tasa promedio superior al 20% anual. La superficie total bajo certificación orgánica llegó en 1995 a 419.000 hectáreas, de las cuales 297.000 correspondieron a tierras agrícolas. Las explotaciones dedicadas a esta producción fueron unas 4050. La Unión Europea constituye otro de los mercados importantes del mundo para productos orgánicos. Dentro de estos países Alemania es el mercado líder en producción y consumo, con ventas superiores a los 1.500 millones de dólares. Merced al fortalecimiento de la demanda y a programas gubernamentales que estimulan con subsidios directos la reconversión de explotaciones convencionales, la superficie dedicada a la producción creció de modo sensible. Considerando los países miembros de la UE (15) y Suiza, la superficie certificada y en transición dedicada a la producción orgánica alcanzaba a comienzos de 1996 1.230.000 hectáreas, correspondientes a 57.500 explotaciones. Los países europeos con mayor superficie dedicada a esta producción eran Alemania, Austria, Italia y Suecia, con 310, 252, 202 y 105 mil hectáreas, respectivamente. En general, la oferta doméstica de productos orgánicos en los principales mercados (la Unión Europea, Estados Unidos y Japón), no ha seguido el ritmo de crecimiento de la demanda, por lo que una considerable cantidad de estos productos son importados, tanto desde otros países industrializados como desde países en desarrollo. Panorama en la Argentina Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 4 de 4 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 Las condiciones agroecológicas y el manejo practicado en la producción primaria (alternancia entre ciclos agrícolas y ganaderos, ganadería extensiva, escasa utilización de fertilizantes y plaguicidas -al menos históricamente-) brindan a la Argentina posibilidades de convertirse en proveedor de alimentos orgánicos con fuerte potencial para incrementar esta producción. Nuestro territorio no sólo dispone de condiciones naturales y de producción, sino que además cuenta con un marco legal que regula los aspectos vinculados con la producción orgánica. Fue el primer país americano en ser reconocido por la UE como proveedor aceptado de esta clase de productos. Históricamente nuestra producción agropecuaria se realizó de modo extensivo (en particular la agrícologanadera asentada en la pampa húmeda), basándose en la fertilidad de las tierras y en la rotación agricultura/ganadería, lo que implicó un escasísimo empleo de agroquímicos. Durante los últimos años, en el contexto de las profundas transformaciones y de la apertura de la economía de nuestro país, la producción agropecuaria a intensificó la utilización de agroquímicos y otros insumos, pero sin asomarse siquiera a los niveles de la Unión Europea y los Estados Unidos. Cabe destacar que por el inadecuado manejo de las prácticas agronómicas, buena parte de las mejores tierras del país ha sido afectada por graves procesos de degradación (pérdida de la fertilidad física y química de los suelos e incluso procesos erosivos de diversa intensidad). Por lo tanto, se requiere estimular la difusión de sistemas de producción agropecuaria sustentable que preserven y mejoren la dotación disponible de recursos naturales. La producción orgánica es uno de ellos. En resumen, Argentina cuenta con algunas ventajas comparativas que le brindan un gran potencial como abastecedor de alimentos orgánicos, con características saludables y obtenidos de manera ambientalmente inocua. Algunas de ellas son: • aptitud ecológica para diversos cultivos, • suelos naturalmente fértiles en términos relativos, • bajo empleo de pesticidas y fertilizantes, • existencia de explotaciones mixtas agrícolo-ganaderas, • fuerte presencia en los mercados mundiales de productos agropecuarios y • producción en contraestación en relación al Hemisferio Norte. Normativa legal La producción, transformación y comercialización (empaque, fraccionamiento e identificación) de productos orgánicos de nuestro país se encuentra reglamentada por medio de la Resolución Nº 423/92 de la ex SAGyP para productos orgánicos de origen vegetal, y por la Nº 1286/93 del ex SENASA para productos orgánicos de origen animal. Por medio de las resoluciones Nº 82/92 del ex IASCAV y la Nº 68/94 del ex SENASA, fueron creados los registros nacionales de empresas certificadoras de productos orgánicos para los de origen vegetal y animal, respectivamente. Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 5 de 5 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 La existencia y cumplimiento de estas normativas, permitió que Argentina fuera uno de los primeros cinco países (junto con Austria, Australia, Israel y Suiza) en cumplir con los requisitos para ser admitido como país con sistema de certificación equivalente al de la entonces Comunidad Europea. 2 Consultar al respecto el artículo "El sistema argentino de control", de Alimentos Argentinos Nº 3 El mercado argentino En nuestro país la producción orgánica ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años. Si se considera la superficie bajo certificación orgánica como un indicador de la evolución del sector, basta señalar que la misma pasó de unas 7.300 hectáreas en 1993 a 351.050,75 a fines de 1996. De este total, alrededor del 95% fue destinado a producciones orgánicas de origen animal, y el 5% restante a producciones de origen vegetal. Año Superficie Variación (ha) anual (%) 1993 7.389 - 1994 9.836 33,12 1995 12.162 23,65 1996 18.482 51,97 Fuente: SENASA El cuadro permite observar la evolución de la superficie certificada con destino a producciones orgánicas de origen vegetal, y comprobar que entre 1993 y 1996 tuvo un incremento de alrededor del 150%. De la superficie total de 1996, el 60.7% se destinó a cereales y oleaginosas; 27.4% a cultivos industriales; 5.8% a hortícolas; 4.75% a frutales; 0,6% a cultivos aromáticos, y el 0.75% restante a otros cultivos. Considerando cada cultivo individualmente, el liderazgo corresponde al olivo con 2.867 hectáreas cultivadas. Le siguieron el trigo (2.642,3 ha), girasol (2.327 ha), girasol confitería (2.072 ha), soja (1.212,5 ha), maíz (1.068 ha), viñedos (490,5 ha), cítricos (347,5 ha) y manzana (291 ha). Cinco provincias concentraron alrededor del 75% de la superficie certificada: Buenos Aires (38%), Córdoba (13%), Salta (10%), Santiago del Estero (8%) y Entre Ríos (5%). San Luis, Corrientes, Misiones, Santa Fe, San Juan, Río Negro, La Pampa, Tucumán, Catamarca y Chubut mostraron porcentajes menores. Con relación a las producciones orgánicas de origen animal, el país contaba en 1996 con algo más de 332.567,8 hectáreas bajo certificación. De éstas, los pastizales naturales, pasturas implantadas y verdeos abarcaron el 75% (251.804 hectáreas). En este caso, cuatro provincias concentraron algo más del 75% de la superficie: La Pampa (27%), Santiago del Estero (19%), Buenos Aires y San Luís (15% cada una). El valor bruto de la producción orgánica de nuestro país alcanzó en 1996 alrededor de 52 millones de pesos, de los cuales aproximadamente el 55% provino de productos de origen vegetal, en tanto que el 45% restante provino de animales. Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 6 de 6 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 Cabe resaltar el todavía escaso desarrollo relativo del mercado interno de productos orgánicos. La mayor parte de la producción se destina a mercados externos. En términos cuantitativos, aproximadamente entre el 85 y el 95% de la producción local parte al exterior. Evolución de la exportación productos orgánicos Año Volumen Variación (ton) anual (%) 1993 712,0 - 1994 1.531,3 115,07 1995 4.757,2 210,66 1996 6.950,4 46,10 Fuente: SENASA Las exportaciones orgánicas, si bien constituyen una fracción muy reducida de las totales, han protagonizado un sostenido crecimiento. En términos de volumen, durante 1996 los envíos al exterior superaron las 6.900 toneladas. Respecto a los destinos de las exportaciones en 1996, el principal mercado fue la Unión Europea con alrededor del 82% del total. Le siguieron los Estados Unidos con algo más del 16%, en tanto que "otros destinos" apenas superaron el 1% del total. Considerando rubros agregados exportados, los más importantes fueron cereales y oleaginosas con casi el 48,8%, seguido por frutas frescas con el 41,4%. Hortalizas y ¨otros¨, participaron con el 3,2 y 6,5% respectivamente. En conclusión • El mercado mundial de productos orgánicos crece de manera incesante, impulsado por las pautas de consumo de los países desarrollados. Es dable esperar un bajo crecimiento del mercado total de alimentos en estos países, no obstante lo cual y dada una mayor tasa de crecimiento relativa, la participación de los alimentos orgánicos será creciente. Se espera que para el año 2000 la participación de los orgánicos en el mercado de alimentos ascienda al 5 10% o más, según los países y productos considerados. • Argentina posee un gran potencial como proveedor de productos orgánicos. Una mención aparte merecen los productos cárnicos, donde a la buena imagen del producto se le suma el status sanitario de país libre de aftosa con vacunación. Por esta razón, las posibilidades de consolidar y ganar nuevos mercados para estos productos son inmejorables. • Dado el escaso desarrollo del mercado local de productos orgánicos, la mayor parte de la producción se destina a la exportación. • Si bien en términos absolutos la importancia de la producción orgánica local es pequeña, si se tiene en cuenta la evolución tanto de la superficie bajo certificación como los volúmenes producidos y exportados se percibe que la evolución del sector es constante. Desde 1992 la producción argentina de alimentos orgánicos creció a una tasa promedio anual del 181%, lo que refleja cabalmente la confianza del sector privado en el sistema implementado por las autoridades. Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 7 de 7 Revista Alimentos Argentinos Nº 5 La amplia difusión que ha cobrado este tema a nivel local señala que ese proceso seguirá expandiéndose y, por si algún elemento faltara, cabe destacar el reconocimiento internacional que implica la designación de la Argentina como sede de la 12ª Conferencia Científica de la IFOAM (International Federation of Organic Agricultural Movements) que se realizará en 1998 en Mar del Plata. Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/alimentos/inicio.htm [email protected] Pág. 8 de 8 Revista Alimentos Argentinos Nº 5