Miguel Peromingo Asociación Mundial de Servicios Públicos de Empleo Servicios públicos de empleo y empleadores: una relación crucial, pero con numerosos retos Cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) creó su Convenio para servicios de empleo en 1949, definió que “(…) los servicios de empleo deben obtener de los empleadores información precisa sobre vacantes, notificadas por estos al servicio, y sobre los requisitos que deben cumplir los trabajadores que están buscando". La necesidad de restablecer un mercado laboral que funcionase después de la II Guerra Mundial haciendo que las ofertas de trabajo fuesen transparentes ha permanecido como guía importante hasta nuestros días. Unir las competencias de un solicitante de empleo con un puesto específico es la tarea clave de la contratación y, por lo tanto, de los servicios públicos de empleo como uno de sus agentes principales. Con la tasa mundial actual de tan solo un 20% de empleos anunciados de todos los disponibles, de acuerdo con un nuevo estudio de Yale sobre información asimétrica entre empleadores, la naturaleza de este servicio ha cambiado. El apoyo que deben ofrecer actualmente los servicios públicos de empleo es mucho más complejo que simplemente ayudar a rellenar vacantes. En su lugar, la cartera consiste en apoyo de recursos humanos y colaboración en el mercado laboral. Apoyo a la contratación que atraiga a los empleadores Kim Arys es el Director de contratación de personal de Colruyt Group, una empresa minorista belga con más de 20.000 empleados. Describe como la principal dificultad actual de recursos humanos el adaptar las capacidades y los conocimientos de los candidatos a la cultura específica de su empresa. Los valores y las actitudes de los posibles empleados deben encajar en el espíritu de la compañía. Desde su punto de 1 vista, se trata del elemento clave para cualquier cooperación en el campo de los servicios de empleo y que los socios públicos no siempre cumplen. “Los candidatos sugeridos por los servicios públicos de empleo no presentan estabilidad en sus carreras profesionales, han estado inactivos y, normalmente, carecen de motivación para trabajar (…)”, aclara. Arys encarna una opinión extendida entre los empleadores que han cooperado con servicios públicos de empleo. El director general de una empresa de construcción suiza que cuenta con 200 empleados y que fue entrevistado para un documento de trabajo de la Reconciliation of Work and Welfare in Europe Network (Red de Reconciliación del trabajo y bienestar en Europa) lo expresó de un modo más drástico: “si la persona necesita la ayuda de la agencia pública de empleo, significa que no puede encontrar un trabajo por sí misma. Si eres un buen trabajador, puedes dejar un trabajo a las 8 y encontrar otro a las 10”. Independientemente de si se está de acuerdo o no con las afirmaciones anteriores, parece que las capacidades y actitudes de los candidatos sugeridos por las oficinas públicas de empleo no coinciden con las necesidades de las vacantes. La no correspondencia de capacidades parece inevitable en cierta medida, ya que los servicios públicos de empleo trabajan con una proporción elevada de clientes menos cualificados y vulnerables. Sin embargo, esto no explica por qué en gran medida los solicitantes de empleo más cualificados no figuran en sus bases de datos, a pesar de tratarse del tipo de trabajador más solicitado por los empleadores. Los servicios públicos de empleo europeos luchan por aumentar la proporción en su base de datos de candidatos con formación superior, en lugar de secundaria. Prácticamente la mitad de los perfiles que gestionan son de clientes con un perfil de menos cualificado. El motivo principal de esta situación puede ser la falta de la cualificación adecuada por parte de los asesores laborales. Los servicios públicos de empleo no cuentan con personal para abordar y servir a clientes altamente cualificados o, si disponen de este personal especializado con preparación académica, carecen de las competencias de venta para negociar con los empleadores y adquirir las vacantes para las que cuentan con solicitantes de empleo adecuados. Los países en que se están combinando estas dos competencias para la contratación de nuevos asesores, como Francia o Japón, están 2 obteniendo mejores resultados en lo referente a cubrir ofertas de empleo con un perfil más alto. En general, compensa contar con personal de contratación cualificado en los servicios públicos de empleo. El departamento para la contratación de personal de Colruyt añade que ha mejorado la calidad de los CV entrantes, al existir un asesor público que sirve como persona de contacto para su empresa y que añade valor al proceso de contratación al conocer muy bien las necesidades del minorista. Esos asesores también pueden ayudar trabajando con la otra característica del candidato que en ocasiones hace que los empleadores no cooperen con los servicios públicos de empleo: la actitud. Los asesores públicos formados que conocen las culturas de las empresas de cerca sabrán cómo animar a aquellos solicitantes de empleo que todavía no han sido capaces de mostrar su motivación. Sin embargo, en dos revisiones de expertos europeas recientes realizadas por la AMSPE y la Comisión Europea sobre cooperación con empleadores, solo dos de los encuestados colocaron la función de un asesor laboral para empleadores en la parte alta de su lista de prioridades. Las encuestas también detectaron que algunos servicios públicos de empleo hablaron con clientes empleadores solo una vez al año o incluso cada dos años, de modo que se exige un cambio hacia una colaboración más cercana. Percepción de la colaboración La buena colocación suele ser fruto de la colaboración público-privada, es decir, una buena cooperación entre entidades de empleo financiadas por el estado y empresas proveedoras de empleos. ¿Pero qué se necesita para el éxito de este tipo de cooperación? En primer lugar, para que una colaboración funcione debe contar con dos socios que realmente deseen estar juntos. La búsqueda de empleo sostenible y orientada a objetivos cumple ese criterio. Sin embargo, algunos de los empleadores a quienes se dirigen los servicios públicos de empleo no están muy interesados en cooperar con ellos. A pesar de 3 que las grandes empresas con su gran número de vacantes son claramente clientes de gran calidad desde el punto de vista de los servicios públicos de empleo, son las medianas empresas las que cuentan con el mayor potencial de crecimiento laboral y con más necesidades de apoyo en materia de recursos humanos. Las empresas con plantillas muy amplias a menudo cuentan con sus propios y potentes departamentos de personal o externalizan el servicio a agencias privadas. Si solicitan servicios a agencias públicas, aparte de incentivos financieros, puede no suponer más que la oportunidad de poner un puesto en una feria de empleo con pocas posibilidades de que el organizador mida el impacto a posteriori. Con frecuencia, las medianas empresas carecen de capacidad de recursos humanos organizada y no conocen el apoyo que podrían obtener de los servicios públicos de empleo. Los empleadores con buenas perspectivas de crecimiento y disposición para contratar, pero con poco tiempo para esta actividad, pueden ser un cliente de asesoramiento de servicios de empleo profesionales, especialmente si viene sin costes adicionales y con poca burocracia. En segundo lugar, los trámites burocráticos no son un buen elemento para que una colaboración funcione. El estudio Employment Regulations through the Eyes of Employers: Do They Matter and How Do Firms Respond to Them? del Instituto de Estudio del Trabajo (IZA) revela que a pesar de que numerosos empleadores aprecian la existencia de legislación laboral, a menudo la consideran como un ejercicio innecesario en cuanto a carga administrativa. Los directores responden a las respectivas encuestas de modos muy diferentes dependiendo de si su empresa disfruta de un buen momento o de si se enfrenta a tiempos de crisis. Además, la percepción de las normas depende en gran medida de la cultura del país, de modo que lo que algunas culturas (empresas) consideran engorroso puede resultar bastante leve en una comparación global. En India, el sector de la contratación externa para el trabajo flexible, que se encuentra entre las cinco capacidades principales de empleo del mundo, no disfruta de ningún reconocimiento estatal y opera como sector no regulado, con todas las ventajas y los inconvenientes que conlleva. En el otro extremo de la escala, en países con normas laborales estrictas, no todas las empresas se ven afectadas del mismo modo. Las pequeñas empresas y microempresas 4 permanecen a menudo invisibles para las autoridades normativas, mientras que los grandes empleadores y las corporaciones pueden compensar los costes de contratación y despido, y de otras consecuencias reglamentarias, con mayor facilidad gracias a sus cómodas líneas presupuestarias. De este modo, una vez más, son las medianas empresas las que pueden enfrentarse a mayores dificultades derivadas de normativas laborales estrictas, las cuales, en el peor de los casos, pueden obstaculizar su capacidad de innovación y de creación de empleo. Por último, las colaboraciones requieren un sentido mutuo de derechos y responsabilidades. Tanto empleadores como servicios públicos de empleo tienen una función de responsabilidad en los mercados laborales globalizados para garantizar la transparencia, la honradez y la sostenibilidad. Este principio puede significar que los empleadores también contraten a solicitantes de empleo vulnerables, pero no porque reciban incentivos para ello, sino porque crean de verdad en las capacidades del candidato. Soledad Grafeuille, Directora de la Sección de empleadores del servicio público de empleo sueco, al preguntarle por la función de las colaboraciones público-privadas en la creación de empleo, afirma: “cuando ayudamos a los empleadores a cubrir sus necesidades de contratación y recursos humanos, también los ayudamos a que realicen una aportación a la sociedad y a que cumplan su responsabilidad social corporativa”. En Holanda y Brasil, entre otros países, las agencias públicas de empleo ofrecen servicios de contratación complejos, como preselección de CV y contacto regular en persona, solo a aquellas compañías que estén dispuestas a contratar a solicitantes de empleo con una desventaja en el mercado laboral, como los casos de primer empleo. El camino por delante Los servicios públicos de empleo deben reconocer que las compañías son entidades de lucro, de modo que buscan soluciones rentables. Destacar la obligación legal de registrar vacantes y mencionar sanciones, en caso de no cumplir con dicha obligación, no debe ser nunca el modo de acercarse a los empleadores. 5 Las colaboraciones con los empleadores ayudan a obtener información sobre necesidades de competencias, y ayudan a transformarlas en puestos disponibles y a disfrutar de una estrategia a largo plazo para el mercado laboral. Edgar Nienhuys, Director de recursos humanos de la empresa mayorista alemana Bartels-Langness lo describe así: "para continuar con nuestra línea de trabajo y enfrentarnos a la competencia, resulta imprescindible invertir en nuevas capacidades". Si los servicios públicos de empleo logran convertirse en un colaborador visible, fiable y de calidad para ayudar a los empleadores a valorar sus necesidades de personal actuales y futuras, podrán realizar su tarea más significativa, ayudar a las personas a volver al mundo laboral. Seguro que a la OIT también le gustará. Para obtener más información sobre cómo los servicios públicos de empleo prestan servicio a los empleadores en Europa, lea aquí el conjunto de herramientas. Consulte aquí la encuesta de miembro de la AMSPE de 2011 para obtener una idea general 6