GUÍA CAPADOCIA CAPADOCIA Desde hace miles de años y hasta la actualidad, ha habido siempre asentamientos humanos en la región. Algunas civilizaciones antiguas florecieron aquí, como la hitita, y otras procedieron de civilizaciones europeas o de otras regiones de Asia Menor, y todas ellas han dejado su huella cultural en Capadocia. Las características geológicas del lugar han dado pie a que sus paisajes se describan a menudo como "paisajes lunares". La tierra del lugar, llamada toba calcárea, ha adquirido formas caprichosas tras millones de años de erosión, y es lo suficientemente débil para permitir que el ser humano construya sus moradas escarbando en la roca, en vez de erigir edificios. De esta forma, los paisajes lunares están llenos de cavernas, naturales y artificiales, muchas de las cuales continúan habitadas. La situación geográfica de Capadocia la hizo encrucijada de rutas comerciales durante siglos, y también objeto de continuas invasiones. Los habitantes de la región construyeron refugios subterráneos (ejemplos que pueden ser visitados son las ciudades de Kaymaklı y Derinkuyu), donde ciudades enteras podían refugiarse en el subsuelo, y subsistir durante muchos meses sin arriesgarse al exterior. Estas ciudades subterráneas estaban construidas de varios niveles (la ciudad de Kaymaklı tiene nueve subterráneos, aunque solamente cuatro están abiertos al turismo, y el resto están reservados para investigación arqueológica y antropológica), y estaban equipadas con respiraderos, caballerizas, panaderías, pozos de agua, y lo necesario para albergar poblaciones que podían llegar hasta 20.000 habitantes. Cuando estas ciudades subterráneas fueron usadas durante el cristianismo bizantino, algunas cámaras fueron adaptadas como templos y decoradas con frescos en las paredes. Origen y significado del nombre Se cree que el nombre "Capadocia" proviene del vocablo Katpadukya, o Tierra de bellos caballos. Los caballos de la región cobraron fama por ser ofrecidos como regalo a los reyes Asurbanipal, de Asiria, y Dario y Jerjes, de Persia. GEOGRAFÍA Y GEOLOGÍA La región de Capadocia puede considerarse un círculo de cincuenta kilómetros de diámetro, donde se encuentran, entre otras, las ciudades de Aksaray y Nevşehir, así como numerosas poblaciones. La población en el área no llega al millón de habitantes, pero los asentamientos están tan cercanos unos de otros, que dan la impresión de tratarse de una sola ciudad extendida por una región muy vasta. En muchos mapas, el nombre de Capadocia no es mencionado ya que no se trata de una demarcación política como tal. Más bien se trata de una región histórica que abarca porciones de varias provincias. El paisaje único de Capadocia es el resultado de la acción de fuerzas naturales a través de los milenios. Hace 60 millones de años, se formó la cadena montañosa del Tauro en Anatolia meridional, al mismo tiempo que se formaba la cadena alpina en Europa. La formación de la cordillera de los Montes Tauro provocó numerosas barrancas y depresiones en Anatolia central. Hace diez millones de años, estas depresiones fueron rellenadas por el magma y otros elementos volcánicos provistos por los numerosos volcanes en erupción de Anatolia central, especialmente los volcanes Erciyes, Keciboyduran, Develi, Göllü dağı y Melendiz. Paulatinamente, las depresiones fueron desapareciendo, transformando la región en un altiplano. Sin embargo, el mineral que rellenó las depresiones no es muy resistente a la acción de vientos, lluvias, ríos y diferencias de temperatura; por lo que la erosión fue "esculpiendo" los numerosos valles por los cuales Capadocia es famosa. • • Algunas de las poblaciones más importantes son Aksaray, Nevşehir, Kayseri, Ürgüp, Uçhisar, Niğde, Gülşehir, Gülağaç Algunos lugares sobresalientes son el Museo al aire abierto de Göreme, la ciudad subterránea de Kaymaklı, la ciudad subterránea de Derinkuyu, el valle de Zelve, Gomeda, Peribacalar vadisi (valle de las chimeneas de hada), Soğanlı vadisi, las ciudades subterráneas de Özkonak, Tatlarin, Mazı y Acıgöl; e iglesias como las de El Nazar y Aynalı. HISTORIA Çatalhöyük y Puruskanda Çatalhöyük es una ciudad que data del período neolítico, en ella fue encontrado lo que se considera el comienzo de la historia de Anatolia. Se trata de un fresco mural del año 6200 a. C., que presenta en primer plano, las casas de la localidad, y al fondo, un volcán humeante en erupción; se cree que el volcán es el Hasandağ. El fresco está expuesto en el Museo de las Civilizaciones de Anatolia en Ankara, y es probablemente la pintura paisajística más antigua del mundo. Entre 5000 a. C. y 4000 a. C., Capadocia tenía varios principados independientes. La ciudad más importante durante ese período era Puruskanda. Diecisiete de estos principados se unieron en 2300 a. C. para luchar contra el rey asirio Naram Sin, constituyendo la primera de muchas alianzas en la historia de Anatolia. Período de colonias de comercio asirio Al inicio del II milenio a. C., Anatolia vivió una etapa brillante en la cual atrajo numerosos habitantes. Los asirios, célebres por su habilidad en el comercio, se instalaron en la región atraídos por esta riqueza, y organizaron bazares llamados Kârum. El Kârum más importante es el de la ciudadela de Kanesh (hoy Kültepe). Los asirios llevaban estaño, textiles y perfumes, y compraban oro, plata y cobre en Anatolia. Este tipo de comercio duró ciento cincuenta años, hasta que fue dispersado por las guerras entre reinos de la región. En 1925, un equipo arqueológico descubrió en Kültepe las "Tablas de Capadocia", que describen esta colonia mercantil en tiempos asirios, y que marcan el registro escrito más antiguo conocido sobre la historia de Capadocia. Período hitita Aunque se tiene poca certeza sobre el origen de la civilización Hitita, lo cierto es que esta civilización floreció en Anatolia central en el II milenio a. C.; siendo Hattusas (hoy Boğazköy) su centro de poder en la región, que llamaban Tabal. Los hititas fundaron varios poblados en conjunción con los habitantes de la región, y conformaron un imperio que se extendía hasta Babilonia. El imperio duró de seis a siete siglos, y puso fin al dominio de la dinastía semita de Hamurabi. Especial lugar en la historia hitita tienen los siglos XV y XVI a. C., que marcan el período de mayor desarrollo de la civilización. A finales de milenio, las guerras con Egipto (que culminarían en el tratado de paz de Kadesh, de 1286 a. C.) desgastaron al imperio, que finalmente cayó ante los invasores de Europa oriental. Después de la caída del imperio hitita, Capadocia atravesó el período más oscuro de su existencia, entre los siglos X y VII a. C. Período persa Capadocia cayó en manos persas en el siglo VI a. C., estado que mantendría hasta la conquista por Alejandro Magno dos siglos después. Los persas dividieron Anatolia en provincias, asignando un gobernador (sátrapa) a cada una. Los principados estaban ligados al puerto de Éfeso (cerca de la ciudad turca de Kuşadası) por la "Vía Real", que comenzaba en dicha ciudad, y pasaba por las ciudades de Sardes y Mazaca (hoy Kayseri), llegando a Mesopotamia y a Suze, capital de Persia. Los sátrapas enviaban a Persia los impuestos que recaudaban, en forma de oro, carneros, burros y los famosos caballos de Capadocia. Período helenístico En el siglo IV a. C., el conquistador macedonio Alejandro Magno emprendió la conquista de Asia Menor, después del famoso episodio del nudo gordiano, arrebatando Capadocia de las manos persas. Dejó a su teniente Cabictas para controlar la región, la cual estuvo bajo el dominio macedonio hasta la muerte de Alejandro en 323 a. C. Un año después, Capadocia recuperó su independencia y soberanía bajo el liderazgo de Ariarates I. Período romano Capadocia comenzó su larga historia de relaciones con Roma, bajo el reinado de Ariarates IV, primero como enemigos (apoyando la causa de Antíoco el Grande), y después como aliados, luchando contra Perseo de Macedonia. A partir de entonces, Capadocia se alió siempre con la República. En 130 a. C., Ariarates V marchó junto al procónsul romano Craso contra Aristónico, quien reclamaba el trono de Pérgamo. Al ser liquidado junto con su ejército, trajo consigo luchas intestinas que marcaron el fin de la dinastía. Capadocia entonces eligió un líder local llamado Ariobarzanes I, con el apoyo de Roma, en 93 a. C. Sin embargo, Ariobarzanes no pudo comenzar su reinado hasta treinta años después, cuando Roma le allanó el camino haciendo a un lado a los reyes Armenios. En la guerra civil que Roma sostuvo antes de la ascensión al poder de Julio César, Capadocia cambió de bandos entre Pompeyo y César. Posteriormente, la dinastía Ariobarzanes terminaría, y la región mantendría su independencia tributaria hasta el año 17, cuando el Emperador Tiberio reduciría a la región a ser una provincia romana. Dos legiones romanas formarían guarniciones permanentes bajo el Emperador Vespasiano, quien buscaba proteger su provincia de Levante. Las guarniciones aumentaron y se convirtieron en fortalezas bajo Trajano, quien además construyó vías militares en la región. En el siglo III, las relaciones comerciales entre Capadocia y las regiones de Izmir y Éfeso estaban tan desarrolladas, que fueron emitidas monedas con los nombres de estas ciudades. Período bizantino A partir del siglo IV, Capadocia comenzó una transformación más, esta vez influenciada por los monasterios de Palestina y Egipto, cuyos modelos fueron seguidos en la introducción de la religión cristiana, bajo el patrocinio del Imperio Bizantino. En los siglos VI y VII, aparecieron las primeras iglesias pintadas. Estas iglesias, al igual que la mayoría de las casas de la región, no eran construidas como edificios, sino "excavadas" en la roca. Estas cuevas artificiales eran después decoradas y acondicionadas. Existen más de seiscientas iglesias de estas características en la región. El período iconoclasta de Bizancio (años 725 a 843) tuvo su repercusión en las iglesias de Capadocia, y numerosas pinturas murales sufrieron daños, pues se prohibió la representación de todas las figuras sagradas. Período selyúcida Los selyúcidas, considerados antepasados directos de los turcos occidentales, comenzaron a llegar a Capadocia a partir del siglo XI, después de la Batalla de Manzikert en 1071 donde derrotaron al ejército bizantino, y comenzaron la conquista paulatina del territorio. Después de la toma de Kayseri en 1082, los selyúcidas iniciaron una gran expansión urbanística en la región, construyendo mezquitas en Kayseri, Aksaray, Niğde y otras ciudades, y una academia de medicina en 1206. Además, construyeron numerosos caravansarays o caravasares (literalmente, palacio de caravanas), una especie de refugio para que las caravanas que transitaban la Ruta de la seda, pernoctaran de forma segura en su trayecto; algunos tenían servicios adicionales al de hostelería, como enfermería, caballerizas y mezquitas. Los caravansarays están dispersos por toda Anatolia, distanciados a unos 30 km entre sí, y en tiempos de guerra, servían como puestos de defensa del territorio. Destaca el caravansaray de Agzikarahan, construido en el siglo XIII. En los siglos que siguieron, Anatolia fue escenario de conflictos entre los selyúcidas, Bizancio y los cruzados. Estos últimos tomaron la capital selyúcida Iznik, y obligaron a los selyúcidas a emigrar hacia Konya, en el centro de Anatolia. Los selyúcidas sentaron las raíces del Imperio Otomano, que vendría a existir a partir del siglo XV pues no en vano los turcos otomanos procedían de uno de los sultanatos —núcleo originario del futuro Imperio otomano— escindidos del estado selyúcida bajo el mando de un líder llamado Osmán I Gazi— que daría el nombre de la dinastía otomana u osmanlí). Siglos XX y XXI Capadocia siempre ha sido una zona de atractivo turístico importante, con afluencia de visitantes de la región y de países vecinos. La región llamó la atención de Europa y del resto del mundo en las décadas de 1930 y 1940, con la difusión de la obra del sacerdote francés Guillaume de Jerphanion, quien publicó los estudios que había hecho de las iglesias en Capadocia. Éstos hechos llevaron a un dramático crecimiento en la demanda turística en la segunda mitad del siglo XX. Durante las décadas de 1970 y 1980, Capadocia enfrentó una explosión de turistas que no podía ser satisfecha con la veintena de hoteles existente en la región. Los pobladores comenzaron a rentar cuartos y transformar sus propiedades para poder acoger a los visitantes, mientras nuevas instalaciones eran construidas, respetando a los paisajes y la naturaleza, y sin contradecir al folclore local. Según las cifras oficiales, en 2005 visitaron la región 850 mil turistas extranjeros y un millón de turistas nacionales. Esta demanda ha revitalizado la actividad económica en la región, pues no sólo la industria del turismo y la gastronomía se benefician, sino que además los productores locales de cerámica, textiles y artesanías encuentran un mercado amplio y receptivo. Cristianismo en Capadocia Capadocia tiene un papel especial en la tradición cristiana, por varios motivos. • • • Durante los primeros años de la religión cristiana, Capadocia fue una región fértil para su expansión, en parte por su cercanía a las Siete Iglesias de Asia Menor, (mencionadas en el libro del Apocalipsis), y en especial de Antioquía, la primera comunidad cristiana, fundada por San Pedro. Muchos de los primeros cristianos habitaban Capadocia durante los siglos II y III, y para el siglo IV, cuatro santos habían nacido en Capadocia: San Mamés, San Basilio el Grande (nacido en Cesarea de Capadocia), San Gregorio de Nacianzo, el Viejo y San Gregorio de Nacianzo, el Joven. Pablo de Tarso efectuó tres viajes a través de Capadocia, entre los años 44 y 58. Aunque controvertida históricamente, la tradición dice que San Jorge fue un nativo de Capadocia, hijo de un soldado del ejército romano del siglo III. En la Edad Media, la leyenda de San Jorge y el dragón tomó forma, y el santo se convirtió en patrono de múltiples estados y coronas en Europa, incluyendo, entre otras, a la Corona de Aragón, y los reinos de Portugal e Inglaterra. La cruz de San Jorge se encuentra todavía en las banderas de Georgia e Inglaterra, y también en el escudo de Barcelona y de Aragón. ATRACTIVOS TURÍSTICOS Museo al aire libre de Göreme Göreme o Goreme es el nombre de una serie de valles, y de una población de este valle, en la región de Capadocia en Anatolia central, Turquía. Se encuentra 12 km al este de Nevsehir (Nevşehir), y pertenece a la provincia del mismo nombre. Cerca del pueblo, se encuentra el Parque Nacional de Goreme (Göreme Milli Parklar), conocido también como Museo al aire libre de Goreme. Este parque nacional es quizás el territorio más famoso de todos los paisajes de Capadocia. El parque fue listado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1985. Los asentamientos en el área comenzaron en los siglos III y IV, cuando los cristianos del período romano fundaron varios monasterios. Como la mayoría de las construcciones en Capadocia, no se trataba de edificios, sino de sitios excavados en la roca, en forma de cuevas artificiales. Aún existen restos de monumentos, capillas, alcobas, almacenes e iglesias, muchos de ellos decorados con frescos de los siglos XI y XII. Fuera del Parque Nacional, algunas de las cuevas continúan habitadas y hay unas cuantas que han sido transformadas en pensiones o pequeños hoteles. Iglesias y monasterios En el parque nacional, se pueden visitar varios recintos religiosos. La Iglesia de la sandalia (Çarıklı kilise), es llamada así por las cavidades existentes en el suelo que semejan huellas de pies. En esta iglesia hay un fresco que representa la traición de Judas. La Iglesia oscura (Karanlık kilise), es llamada así por sus escasas ventanas, y cuya falta de luz interior ayudó a la preservación de sus frescos. La Iglesia de la serpiente (Yılanlı kilise), tiene frescos de San Jorge y el dragón los cuales le dan nombre a la iglesia, y también frescos del emperador Constantino el Grande y su madre Helena. Además, hay frescos que respresentan a San Onofrio, Santo Tomás y San Basilio. La Iglesia de la manzana (Elmalı kilise) tiene una impresionante colección de frescos, es una iglesia con cuatro columnas y tres ábsides, y tiene un gran domo y ocho pequeños; los frescos originales conviven con frescos iconoclastas, sin representaciones de gente o animales. El monasterio de monjas (Rahibeler manastırı) es un complejo monástico de cuatro niveles, con vestigios de cuatro iglesias en su interior. Otros recintos religiosos son la Capilla de San Basilio (Aziz Basil Şapeli), y la Capilla de Santa Bárbara (Azize Barbara Şapeli). Ciudad subterránea de kaymakli Kaymaklı (también conocida Kaymakli) es una de varias ciudades subterráneas (Mazi y Özkonak) y abandonadas en la región de Capadocia, en Anatolia central, Turquía. Se piensa que fue probablemente construida entre los siglos V y X. Aunque la falta de decoración y documentación hacen difícil fijar estas fechas, y ha sido ocupada por diversas culturas a través de los siglos. Su función principal era guarecer a los habitantes de la región en caso de invasiones. Su posición estratégica en el centro de la región de Capadocia (20 kilómetros al sur de Nevşehir), la hacía un refugio fácilmente alcanzable por los moradores. La ciudad fue escarbada en el débil subsuelo ceniciento de Capadocia. Esta alcanzó un tamaño tal que podía recibir a cientos de personas, guareciéndolas por espacio de hasta seis meses. Tiene nueve niveles subterráneos descubiertos hasta ahora, de los cuales los cuatro superiores están abiertos al turismo. Los inferiores permanecen parcialmente obstruidos, o reservados para investigadores. Fue descubierta en 1964. Tiene una sola entrada; pero una vez en el subsuelo, se extiende por 2,5 km². En el interior se encuentran áreas destinadas a almacenes de alimentos, establos, cisternas, cavas, cocinas, iglesias e inclusive sepulturas dispuestos en un laberinto de túneles y escaleras. En las cocinas, se aprecia que las paredes y el techo están impregnados de hollín. En las iglesias existen restos de los frescos bizantinos que las adornaban. La ciudad cuenta con pozos de ventilación. La entrada es protegida por una piedra en forma de disco que se hacía girar para bloquear el paso por completo, y que solamente podía hacerse girar desde dentro. Un segundo disco protege la ciudad, unos metros más adentro sobre el túnel de entrada: como "doble seguro" en caso de que la primer entrada fuese franqueada. Existe un túnel subterráneo en dirección a vecina ciudad subterránea de Derinkuyu (9 km al sur), aunque el túnel no ha sido completamente liberado por lo que no se sabe si en la práctica existía comunicación subterránea entre estos dos refugios. Ciudad subterránea de Derinkuyu Derinkuyu es una ciudad y distrito de la provincia de Nevşehir en Anatolia central, Turquía. En el censo de 2000, la población del distrito era de 24.631 habitantes, de ellos 11.092 correspondían a la ciudad de Derinkuyu. El distrito posee un área de 445 km2, y la elevación media es de 1.300 m, con el monte Ertaş de 1.988 m como punto más alto. Localizada en la región de Capadocia, Derinkuyu es conocida por ser la de mayor atracción turística de las 37 ciudades subterráneas abandonadas de esta región. Derinkuyu se encuentra 29 km al sur de Nevşehir, y su nombre significa pozo profundo. Antiguamente llamada Melengübü, se cree que el lugar fue ocupado desde el siglo VII, aunque algunos arqueólogos especulan que es más antigua que Kaymaklı, otra famosa ciudad subterránea de la zona; ya que el primer nivel pudo haber sido escarbado por los hititas alrededor del año 1400 a. C. Valle de Zelve El valle de Zelve se encuentra en Capadocia, una región de Anatolia central, en Turquía. Al igual que en otras zonas de Capadocia, en Zelve se pueden encontrar bellos ejemplos de moradas trogloditas excavadas en el débil subsuelo de la región. Zelve consiste en tres valles dispuestos secuencialmente, a los cuales se puede acceder por una sola entrada, formando un recinto natural donde se estableció el Museo a Cielo Abierto de Zelve. Las rocas del valle son más rojizas que en el resto de Capadocia, lo cual le da al museo un aire de paisaje marciano, por las formas caprichosas de las rocas y la coloración natural de las mismas, además de que el primer valle se encuentra prácticamente desprovisto de vegetación. El valle tiene varias iglesias, las cuales tienen la peculiaridad de no poseer frescos murales, a diferencia de Goreme y otras áreas de Capadocia. La razón supuesta es que los habitantes de Zelve ya estaban en contra de las imágenes, aún antes de que en Bizancio se impusieran las tendencias iconoclastas. Destaca la iglesia del venado (Geyikli Kilise), cuyo techo está cubierto por una cruz en relieve. Zelve permaneció habitado hasta mediados del siglo XX, cuando la población fue desalojada por el gobierno, debido a los peligros de derrumbes en la frágil estructura de las cuevas; la cual se continuaba debilitando por la erosión natural de la zona. Este contunuo peligro de colapso lleva al gobierno a cerrar temporalmente algunas de las atracciones turísticas, en un constante esfuerzo de mantenimiento y preservación. La mezquita localizada en Zelve es el rastro dejado por los últimos pobladores, que se dedicaban a la agricultura y la ganadería para subsistir.