la descomposición de las políticas sociales.

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ESTADO, DEMOCRACIA Y GLOBALIZACIÓN: LA
DESCOMPOSICIÓN DE LAS POLÍTICAS SOCIALES.1
Juan Retana Jiménez
[email protected]
Eje: Ciudadanía
Mesa de trabajo:
Democracia y legitimidad
Resumen
La temática a desarrollar, se refiere a las
“reformas” que en la actual coyuntura política,
Palabras claves:
económica y social, vienen siendo ejecutadas
Estado, d emocracia, políticas
en nuestros países latinoamericanos. Se parte
sociales, globalización.
de la descripción de las diferentes posiciones
teóricas sobre los estados capitalistas
contemporáneos, y se enfoca como el proceso
de globalización afecta la estructura del
Estado-nación. Se establece una discusión
sobre la propuesta neoliberal que afecta
directamente la conformación del Estado social,
enfocando el “equilibrio precario” al que está
sometido en relación a los diversos intereses
de las clases sociales y del capital global.
En este contexto se aborda algunas
consideraciones sobre las posibilidades de los
ciudadanos y ciudadanas de mantener,
enfrentar y resistir la pérdida de derechos
sociales, así como la necesaria tarea de
profundizar el proceso de construcción de la
democracia y democratización de la sociedad.
En este sentido se destaca la estrategia de que los
profesionales del sector público en conjunto con las
organizaciones y movimientos sociales enfrenten este
modelo neoliberal y posibiliten el fortalecimiento de la
esfera pública.
Introducción
Establecer una discusión sobre la problemática que envuelve al Estado en
la actual coyuntura histórica, relacionando las diversas manifestaciones, que se
expresan por medio del llamado proceso de globalización y de ejecución del
modelo neoliberal, es importante para comprender su incidencia en el campo de
las políticas sociales.
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1
En este sentido exponemos algunos puntos, que desde nuestra perspectiva
de análisis son presupuestos para comprender la configuración del Estado–nación
en este proceso, considerando las condiciones nacionales y mundiales, así como
los mecanismos de “reforma” que las clases sociales dominantes buscan para
mantener el orden social y a su vez, como esta situación se refleja en el proceso
de descomposición de las políticas sociales dentro del sistema del capital.
La configuración del Estado.
Para analizar la configuración del Estado en la actual coyuntura histórica, se
debe primero conceptuarlo en su estructuración teórica y práctica.
El Estado moderno es analizado como una institución, que según Adam
Przeworsky, se define a partir de tres posiciones teóricas básicas: los Estados que
responden a las preferencias de los y las ciudadanas (democrático), los que
procuran realizar sus propios objetivos (autónomos), y los que actúan de acuerdo
con los intereses de los que poseen medios de producción (capital). (Przeworsky,
1995:8, 9).
Desde nuestra perspectiva, estas posiciones teóricas, en la realidad y en la
práctica, son conducidas por los sectores de clase y clases sociales, que en un
determinado período histórico, poseen la dominación hegemónica en la sociedad.
Hoy en día la hegemonía es claramente neoliberal con matices diferenciados en
los países centrales y periféricos.2
1
Licenciado en Trabajo Social por la Universidad de Costa Rica. Actualmente realizando estudios
de maestría en la Escuela de Servicio Social de la Universidad Federal de Río de Janeiro, con el
apoyo de un beca de estudios del Programa de Intercambio de Estudiantes de la CAPES, Brasil.
2
Ver: “O balanço do neoliberalismo: Anderson, Perry, 1995”, donde el autor realiza un recorrido
histórico sobre esta problemática. (Texto en portugués: Pós -neoliberalismo: As políticas sociais e o
Estado democrático. 1995. Organizado por Sader e Gentile).
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2
El Estado3 se encuentra sumergido en la relación entre intereses públicos y
privados, y procura el control de las contradicciones que surgen de la relación
capital/trabajo en la sociedad. Desde la perspectiva marxista, el Estado esta
identificado con una clase o sector de clase dominante que ejerce el poder político
y económico, por lo que lo orienta sobre la base de principios ideológicos y
políticos que procuran el mantenimiento del status quo.
En este contexto complejo, el Estado “asume una doble forma de actuar”;
por un lado se define como un instrumento al servicio y de uso directo por parte de
la burguesía, y por otro como un organismo “autónomo” donde la burguesía no
toma parte directamente sobre el control del Estado, se abstiene o abdica4, pero,
mientras esto sucede, deja que la burocracia desarrolle su papel de árbitro, debido
a las diferencias que históricamente surgen entre los propios capitalistas
particulares; y con relación a los conflictos antagónicos entre las clases sociales
dominantes y subalternizadas. Esto sin permitir que se den transformaciones
sustantivas contra el sistema del capital, no obstante, puede que se promuevan
cambios en el propio ordenamiento del aparato estatal y en la sociedad civil, que
permita abordar estrategias de participación social y de corte intervencionista, que
hace posible la ampliación del Estado, situación que se dio, en alguna medida,
durante el periodo del Estado de Bienestar Social (con claras diferencias en cada
país de América Latina), o, estrategias de corte (neo)liberal como en la actual
coyuntura (en este caso el Estado tiende a ser mínimo y asume el interés del
capital abiertamente) o, de estrategias mixtas por parte de la clase dominante con
intereses particulares variados, de corte populista o nacionalista, por ejemplo.
3
De acuerdo con la teoría marxista: ”La génesis del Estado se encuentra en la división de la
sociedad en clases, motivo por el cual este existe mientras exista esta división, que es producto de
las relaciones sociales de producción, por lo que la función del Estado es la de conservar y
reproducir tal división, garantizando que los intereses particulares de una clase se impongan como
el interés general en la sociedad”.(Ver: Coutinho, 1981:89)
4
Según Przeworsky, para los marxistas el Estado autónomo es siempre relativo, y además señala
que los marxistas asumen que “ningún Estado autónomo podría o heriría los intereses de la
burguesía, que abdica o se abstiene (...) aunque el propio Estado no sea guiado por los mismos
intereses y objetivos de la clase capitalista, en una economía capitalista cualquier Estado todavía
esta sometido a los intereses burgueses, en este sentido ningún Estado puede amenazar al
capitalismo”. (Przeworsky: 1995: 54)
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3
Otro nivel de autonomía se logra “cuando la lucha entre las clases es
‘congelada’ por la incapacidad de cualquier clase en demostrar su poder sobre el
Estado” (Carnoy, 1986:76). Igualmente esta situación histórica ‘excepcional’
permite que la burocracia gane autonomía frente al control político que ejerce la
clase o sectores de clase dominante. La burocracia no es “dominada
relativamente” por ninguna clase dominante de la sociedad civil, sin embargo,
mismo en este caso, el poder del Estado depende de las condiciones políticas y
de la correlación de fuerzas dentro de la sociedad de clases. (Carnoy, 1986:76)
Depende de las fuerzas sociales en conflicto y de las estrategias que establecen,
que en un determinado momento, el Estado asume un carácter más democrático,
o, por el contrario restrictivo, contra aquellos sectores, que amenazan las
condiciones puestas por el capital.
No se debe confundir Estado mínimo/restrictivo con un Estado no
democrático o, que sea menos democrático que otros; ni por el contrario, el
Estado máximo/ampliado es sinónimo de un Estado más democrático; o sea, el
Estado restrictivo/mínimo puede también ser democrático en otras condiciones,
con el fin de no perder legitimidad ante la sociedad y las clases sociales 5. En
ambos casos, nos estamos refiriendo a ciertas condiciones objetivas, que
asumimos como presupuestos en el orden del capital, donde esta correlación
(mínimo/restrictivo-máximo/ampliado) remite a esa contradicción en las prácticas
del Estado capitalista.
Desde nuestro punto de vista, esto demuestra la correlación de fuerzas
existente entre las clases sociales y sectores de clase que pretenden minimizar el
Estado, en contra de las clases subalternizadas que pretenden mantenerlo como
5
Es preciso aclarar que no compartimos una perspectiva de Estado, donde el control sea de
encima para abajo, y, ni mucho menos la perspectiva del mercado, que supone el poder de la
“mano invisible” que se impone sobre los individuos sociales. Creemos en un tipo de Estado
democrático que promueve la organización y participación de los individuos sociales en la sociedad
civil, donde a través de procesos democráticos propicie el “control progresivo sobre las condiciones
de trabajo, de producción y de vida por parte de la población organizada”. (Machado, 1996:45).
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4
un Estado de bienestar amplio y modernizado, y a su vez luchan por potenciarlo
como estrategia para ahondar el proceso de democratización en la sociedad.
Según Göran Therborn el “Estado de Bienestar se mantuvo, a pesar de
todo, sorprendentemente bien. Él se reveló una institución sólida en cada sociedad
avanzada y moderna. A pesar de los ataques frontales llevados a cabo por los
neoliberales y del poco apoyo de la izquierda clásica, los Estados de Bienestar se
mantuvieron muy bien” (In: Sader e Gentile, 1995:46). Destacamos esta
observación para decir que las nuevas demandas del capital (en la actual
coyuntura), a pesar de los intentos para minimizar el Estado, colocan nuevas
determinaciones
inherentes
al
propio
movimiento
del
capital,
donde
paradójicamente, el Estado juega un papel fundamental y estratégico en el sentido
de legitimar y mantener la cohesión social, política y económica con base en lo s
intereses dominantes del propio sistema del capital.
El Estado y la Globalización.
Otro aspecto a considerar en la actual coyuntura es la condición de los
países en la incorporación al mercado mundial, llamado de globalización. Este
proceso aparece como un fenómeno que impone condiciones objetivas de
subordinación a los países subdesarrollados o periféricos, donde impera la
dirección hegemónica de los países con mayor desarrollo y los intereses de las
grandes empresas transnacionales. Esta condición opera a través de la inversión
de capitales transnacionales en los países menos desarrollados, para lo cual
demandan la atención y apoyo directo del aparato estatal, donde las autoridades
gubernamentales establecen políticas de inversiones y de abertura flexibles a los
intereses del capital externo. Es por esto que se brinda especial atención y apoyo
a proyectos y programas de investigación y desarrollo en el área tecnológica en
detrimento de programas de seguridad social. Muchas empresas transnacionales
demandan protección local para lograr mayor productividad, competitividad
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5
(recuérdese algunos casos de empresas que un día están en un país y al otro día
se mudan al vecino, pues “ofrece mejores” condiciones para invertir), aumento de
la plus -valía y mantener posiciones de vanguardia y destaque mundial.6
De acuerdo con esta situación, también se constituyen los bloques entre
países, aquí cabe mencionar, que la existencia de estos bloques no impide la
consolidación de países que hegemonizam su poder sobre otros (En el caso de
América Latina es de los Estados Unidos, de Asia es el Japón, y de Europa la
Comunidad Europea con fuerte presencia de Inglaterra y de Alemania,
principalmente. Esta vinculación - Estados Unidos, Japón y Europa Occidental - es
conocida como la Tríada.) Sobre esta conformación se establecen los bloques
como el Mercosur, el Mercaribe, la Unión de países Andinos, entre otros, que
están de alguna forma subordinados a los intereses de los primeros 7. En todo este
proceso se aprecia claramente el predominio del grande capital sobre el Estadonación, y la forma como este se reorienta orgánicamente en ese sentido. Como
señala Wim Dierckxsens: “A partir de la integración comercial y financiera, la
supeditación de naciones periféricas al capital transnacional se hizo más
económica”, o sea, ahora es “la subordinación directa de la periferia al capital
transnacional.” (Dierckxsens, 1997:32)
El Estado-nación se supedita de esta forma, al interés de las empresas
transnacionales, mostrando un marco de mayor complejidad en la relación entre lo
6
En realidad lo que sucede en este caso, y compartiendo el análisis de Gómez: “la actual
globalización del intercambio no opera entre países produciendo bienes y servicios
complementarios, sino que se organiza tanto entre países que tienen una misma estructura de
producción y un mismo nivel de desarrollo (...) cuanto entre países industrializados y aquellos con
bajo costo en el precio de la mano de obra, para donde se “desplazan” industrias con alto
componente tecnológico y de productividad”(Gómez, 1997:24 En: Revista Praia Vermelha Vol.1
No.1). (De aquí que la inversión seria recuperada con lucro a cambio de más empleos. Cayendo en
la trampa neoliberal del supuesto que dice que un aumento de inversiones, crea más empleos,
dado que por el mecanismo de la libre competencia y de distribución del “pastel” se permite un
ingreso mínimo estable para los trabajadores empleados, o sea, la “mejor” política social es la
política económica, que a través de las inversiones, crea “más y nuevos” empleos. Únicamente que
no dicen que esta política tiene un límite estructural en el propio sistema, donde unos están
adentro y otros quedan afuera, los “otros” que suman una gran mayoría de excluidos.)
7
El ALCA constituy e hoy nuevamente una retomada de los sectores conservadores norteamericanos, bajo la bandera republicana y de la herencia Bush, que procura subordinar intereses
contradictorios con base en el tratado de libre comercio de las Américas, quebrando pequeñas
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6
público y lo privado. En este sentido, la participación del Estado como institución
con alguna “autonomía” se diluye, y se constituye un Estado limitado, que
mantiene un “equilibrio precario”, entre lo que es considerado público y lo que es
considerado privado, entendiendo que lo privado esta dentro de la legalidad del
propio Estado, pero fuera del control político, dado que este no podría ejercer su
“poder soberano” sobre una propiedad privada transnacional. De esta situación se
deriva que la abertura de los mercados y la disminución o desaparición de las
leyes proteccionistas del Estado permitirán como parte de la desregulación y
flexibilización, la inversión de las empresas transnacionales, que de esta manera
actuarán con mayor libertad 8. Los Estados “privados sin fronteras” aparecen
ahora, como señala Wim Dierckxsens, el hecho de la desintegración del bloque
socialista permitió, abiertamente, la repartición del mundo periférico, entre las
transnacionales de las principales potencias, así, se continua fomentando el
neoproteccionismo en el Norte y la abertura simultánea del Sur. Esta política de
globalización desemboca en un “laissez-faire” hacia el sur y la regionalización y
constitución de diferentes bloques económicos. (Ver: Dierckxsens, 1997:32).
Ante este proceso se dan múltiples expresiones de la lucha de clases, entre
sectores y fracciones de clase que se oponen o están a favor de una liberalización
amplia, lo que genera contradicciones en el interior del Estado-nación. Si por un
lado en el interior del Estado-nación se evidencia una “autonomía relativa”, donde
las diversas clases sociales incorporan en la “agenda política” sus demandas,
producto de la dinámica contradictoria de la relación entre capital/trabajo, como
parte de la llamada “cuestión social”. Por otro lado, la construcción histórica del
Estado-nación (en la fase de bienestar social) había incorporado a través de la
legislación laboral y de la seguridad social algunas de las demandas de las clases
subalternizadas, como parte de los procesos de concesión-conquista, en los
conflictos y lucha de clases históricas en el capitalismo. Todo esto genera y
hegemonías de los bloques señalados, y manteniendo la hegemonía de los Estados Unidos sobre
la región.
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7
continua a generar importantes conflictos entre las clases, con la intención de
defender los intereses particulares de cada una y de hacerlos valer ante las otras.
En este sentido se impone la defensa intransigente de los derechos y garantias
sociales ganados en los procesos de lucha social histórica dentro del capitalismo,
derechos sociales que dicho sea claramente, constituyen reales intereses
generales para las mayorias sociales de nuestro continente.
El equilibrio precario del Estado.
Lo anterior muestra que el Estado entre más demandas incorpora como
derechos sociales, mayor es la tendencia a las contradicciones dentro del proceso
democrático en el sistema del capital, esto conforma la base del “equilibrio
precario” existente. No obstante, en la actual coyuntura histórica, la condición
dominante impone lo contrario, o sea, la minimización del Estado y la pérdida de
derechos y garantías sociales, por lo que se da, desde nuestro criterio, un conflicto
ético-político en la dirección actual del Estado, que se expresa en la aplicación de
programas de ajuste estructural neoliberal, que están contra los intereses de la
mayoría de la población y también en la “reforma” del Estado, que esta
significando un retroceso social más que un avance democrático9.
Se parte del supuesto que el Estado de bienestar tiende a promover mayor
participación de la población en la dirección político-social del país, no obstante,
también la lógica moldeada por el neoliberalismo pretende romper las barreras del
Estado-nación. La finalidad de esta lógica es abrir los mercados nacionales al
mundo transnacional y de flexibilizar las relaciones comerciales, o sea, romper con
los espacios de la industria nacional que no tiene capacidad de competir en ese
mundo global, también de romper con el proteccionismo estatal en materia de
legislación del trabajo y del comercio. Así pues, “reformar” el Estado significa
8
Una frase conocida y divulgada en Costa Rica por una organización privada dice: “La empresa
privada produce libertad”, en respuesta los trabajadores añadieron lo siguiente: “...produce
libertad... de explotación”.
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8
convertirlo en un ente de gestión, un instrumento con racionalidad técnica y apolítico, neutral, haciéndolo ágil para la inversión del capital transnacional, el libre
comercio y para permitir contratos de trabajo flexibles y con mínimas garantía s
sociales y laborales. Con esta logica neoliberal el Estado de bienestar es
debilitado y golpeado en sus bases.
Por tanto, un Estado con amplia presencia y promotor de la participación en
los espacios sociales, donde podría “funcionar la iniciativa pri vada o particular”,
constituye para las clases dominantes una barrera que impide el libre juego de las
condiciones del mercado. Ante esta situación, los sectores dominantes entran en
conflicto con las clases subalternizadas. Los primeros procurando reformas y
aplicar la teoría del Estado mínimo, y los segundos resistiendo y luchando para
que se transformen en reformas democratizadoras, en beneficio de las mayorías
sociales.
Esta descripción, conforma sucintamente, el actual “equilibrio precario” del
Estado, que en el sistema del capital esta dado por la dicotomía mínima/máxima
intervención del aparato estatal en todas las esferas de la vida política, cultural,
económica y social. Ciertamente con el predominio de la lógica neoliberal, el
“equilibrio precario” es una de las formas como el Estado se revela en esta
coyuntura, el cual tiende gradualmente para la mínima intervención, no obstante,
la realidad muestra, que los resultados de este movimiento genera graves costos
sociales y políticos, en detrimento de las clases subalternizadas, lo que contradice
las prácticas democráticas de los Estados de bienestar, principalmente en los
países periféricos donde de alguna u otra manera se materializó. Es por este
motivo que la acción del Estado aún debe hacerse presente, para evitar “el
colapso, el caos y la crisis”, aparentando una acción despolitizada, técnicoinstrumental con la intención de disolver y desentramar el conflicto social y
mantener el sistema del capital.
9
En este sentido algunos analistas definen claramente que se trata de una contrarreforma del
Estado, que se viene aplicando a lo largo y ancho de nuestra América.
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9
La salida dentro del sistema, ante este “equilibrio precario”, parece ser la de
conformar un Estado fuerte y pragmático 10, que controle las demandas de las
clases sociales, promueva la abertura de los mercados, controle los conflictos
sociales, intervenga en la economía de forma que agilice y regule las prácticas del
capital privado, sin que esto impida la reanimación de los súper lucros y de la
acumulación del sistema global 11. O sea, se pretende asegurar el control de las
demandas sociales, políticas y económicas dentro de los límites de lo máximo y
mínimo aceptado por el sistema, que permita su metamorfosis y conservación
actual.
La descomposición de las políticas sociales.
Cuando nos referimos a la descomposición de las políticas sociales lo
conceptuamos como el proceso de fragmentación y de disoluc ión que atraviesa a
la sociedad como un todo, donde se crean diversas formas e iniciativas de atender
lo social, tanto desde lo público como desde lo privado. En este sentido, para ir
creando las condiciones de un Estado mínimo, se recurre a la estrategia de
fortalecer las organizaciones de la sociedad civil12, las cuales conforman un
abanico de múltiples actividades, tipos y negocios, dentro de las cuales se
encuentran las organizaciones filantrópicas, de apoyo a la micro y mediana
empresa, entre otras; empero, estas se encuentran inmersas dentro de la lógica
10
Estado fuerte y mínimo para los trabajadores, que focaliza las demandas de la asistencia social,
salud, educación, etc; y máximo para el capital, sin prescindir del presupuesto general que le
asegure las condiciones de producción y reproducción de lucros.
11
Obsérvese que, esto puede generar una confrontación con la teoría neoliberal, sin embargo,
podemos señalar el carácter compulsivo de algunas medidas intervencionistas - proteccionistas y
otras donde el Estado asegura las condiciones de producción y reproducción de plusvalía, a través
de mecanismos de control de las tasas de interés y de crédito, garantías fiscales e impuestos al
capital, entre otros.
12
La estrategia de promover organizaciones en la sociedad civil y crear ese espacio del “Tercero
Sector”, fundamentalmente a través de ONG’s, fundaciones, etc, conforma parte de la onda
privatizadora, por medio de la cual el Estado se des-responsabiliza frente a la sociedad civil. Es
importante tener claro que también existen movimientos sociales que luchan y resisten contra la
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10
del capital y sus fines aún no trascienden13 la dinámica de “prestar servicios
sociales particulares” dentro del sistema. De cierta forma, son las encargadas de
dar al sistema el “rostro humano” que precisa, se constituyen como el lado heroico
de la vida y de la política burguesa. (Harvey, 1993). Algunas de sus consignas de
orden son la solidaridad, la cooperación, el apoyo mutuo, la responsabilidad social,
la organización autogestionaria y sustentable, e tc.
Con esta visión, la clase dominante alcanzaría su objetivo de consolidar,
aunque sea gradualmente un Estado mínimo, corolario de la reestructuración
productiva y del padrón de acumulación flexible, acordes con el modelo
globalizado neoliberal. La presencia del Estado en este sentido seria para
intervenir y atender las demandas “residuales” y los costos sociales “imprevistos”
en el actual patrón de acumulación capitalista. El Estado actuaría para mantener,
conjuntamente con la sociedad civil y el mercado, la estabilidad del sistema. De
este modo, se conforma una política social fragmentada, se consolida su función
de “apaga incendios”, lejos de abarcar una real dimensión universalista, se
descompone en políticas focales precarias. Esta condición teóricamente discutible,
en la práctica está alcanzando una desproporción gigantesca, que se evidencia,
con el aumento de la pobreza, de los excluidos y del desempleo estructural, entre
otras implicaciones reales.
La descomposición de las políticas sociales también se expresa en el
proceso de su propia ejecución, como parte de los límites estructurales que el
sistema del capital impone al Estado, que irónicamente aparece como neutral al
servicio del interés general de toda la sociedad. Vemos como se intenta a cada
cierto plazo “nuevas” estrategias de operacionalizar políticas para atender las
demandas sociales, producto de la dinámica antagónica de la relación
lógica del capital y por fortalecer los procesos de construcción democrática, los cuales expresan en
su acción política las contradicciones inherentes del sistema.
13
La posibilidad de que trascienda al “Tercero sector” la mayor parte de las demandas de las
clases subalternizadas es una estrategia que se esta intentando implementar en la actual
coyuntura, por parte de las clases dominantes, siempre con el apoyo del Estado como garante de
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11
capital/trabajo, hasta el extremo de mostrar “renovadas” formas o, en el lenguaje
de moda formas “recicladas” para enfrentar los puntos críticos que podrían
constituirse como semillas o “caldos de cultivo” de conflictos y de luchas sociales
que atenten contra el sistema.
Si nos quedamos con este análisis, estaríamos “naturalizando” las
condiciones de desarrollo socio-histórico del sistema capitalista colocando las
posibilidades de su reproducción entre lo máximo y lo mínimo posible, aceptando
el triunfalismo posterior a la guerra fría y las muestras de su capacidad de
metamorfosis que le permite avanzar en su auto reproducción y no, en su
superación; sin embargo, recordemos que continua latente en su propia dinámica
constitutiva las crisis económicas, sociales y políticas recurrentes que lo afectan
en su totalidad, y que a nuestro criterio, son el germen de procesos de resistencia
y de lucha que permitirán profundizar la democracia en todas las esferas de la vida
societaria.
Consideraciones finales.
Desde la perspectiva neoliberal, el Estado es un organismo de gestión,
promotor de iniciativas particulares no universales, en aquellas regiones y
poblaciones donde predominan espacios habitacionales de precarios, barrios de
clase media-baja, sectores rurales de campesinos sin tierra, entre otros. También
se caracteriza a partir de las demandas de los sectores de clase y clase
dominante, que bajo el poder del Estado, intentan beneficiarse de las condiciones
impuestas por el capital externo (transnacional o multinacional) y por la forma en
que se lleva acabo la globalización, sea por la vía de prácticas de inversiones en
otros países, o de la financierización: vía capital especulativo, alianzas
estratégicas e representaciones comerciales. En este sentido se muestra como los
la calidad de los servicios prestados. Sobre esta temática apenas recientemente, se ha comenzado
a estudiar con mayor interés y seguimiento sistemático.
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intereses particulares se presentan como generales ante la sociedad. En el fondo
es la guerra de todos contra todos, el “laissez-faire”en su máxima expresión.
Lo que se pretende actualmente es consolidar el Estado sobre la
perspectiva neoliberal. En este sentido, la propuesta de la “reforma” del Estado
señala este cambio, conforme los lineamientos del “sistema global”. La cuestión
esta entre si es posible constituir un Estado fuerte pragmático al estilo neoliberal,
o, si es posible, establecer un proceso gradual de transformaciones, donde la
estrategia de “reforma” del Estado constituya por una parte una arena de luchas
sociales para fortalecer la esfera pública y por consiguiente la consolidación de la
democracia, fortaleciendo la sociedad civil, a través de procesos sociales donde
las organizaciones, corporaciones y movimientos sociales comprometidos con la
democracia política y económica, propongan acciones para el beneficio de la
colectividad. En esta segunda posibilidad, consideramos que al fortalecerse la
sociedad civil, el Estado pierde autonomía en la relación con las clases y grupos
de presión. Ante lo cual la clase dominante y las organizaciones políticas de la
sociedad civil tienden a una búsqueda de nuevas estrategias de control del
Estado, lo que propiciará otros conflictos sociales y procesos de continuidad y de
ruptura con el orden establecido.
Se establece de esta forma, una dinámica de integración-desintegración del
Estado-nación tradicional en relación al mundo-global: por un lado el Estado,
aunque mantiene su tradicional función de soberanía del espacio territorial, pierde
soberanía en la toma de decisiones de política económica interna para integrarse
al mercado global, y por otro se ve envuelto en conflictos con movimientos
sociales y clases subalternizadas, que luchan ante el Estado para su incorporación
económica y política en el ámbito de la globalización, pero que no encuentran
espacios de integración global, debido a las condiciones de “exclusión” que el
propio sistema-mundo coloca.
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13
Conforme la experiencia histórica reciente, no debemos caer ni en la falsa
ilusión conformista de que “esto es así”, ni tampoco en la falsa imagen de que la
“evolución” humana es siempre para mejor. Desde nuestra perspectiva, debemos
explicitar las condiciones que el sistema intenta poner y reponer como posibles,
comprendiéndolas en su real dimensión como formas de abordar la cuestión
social, política y económica para reproducir las estructuras de dominio y
hegemonía funcionales al capital.
Esperamos
que
los
elementos
mencionados
en
este
documento
contribuyan para la comprensión de la coyuntura actual, que consideramos
necesario seguir profundizando en otros estudios, que sin duda alguna no agotan
esta temática. La coyuntura social, política y económica, siempre trae consigo
nuevas determinaciones que evidencian procesos de continuidad y de ruptura
historicos, como parte constitutiva del proceso de producción y reproducción de
las relaciones sociales en el capitalismo.
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