1 FRUTAS TROPICALES: Una apuesta económica estratégica Keith

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FRUTAS TROPICALES: Una apuesta económica estratégica
Keith L. Andrew
“Hemos decidido subirnos a este barco. Es todavía una canoa, pequeña y
vulnerable. Hemos zarpado y tendremos que ir ampliando el tamaño del barco
mientras estemos en el agua; lo haremos en medio de turbulencia y peligro. Sin
embargo, lo haremos como un equipo unido. Cada miembro de la tripulación
trae talentos necesarios para lograr la transformación de la canoa en un barco,
y algún día en un naviero frutícola similar a los de los grandes jugadores”
Dr. Keith L. Andrews
Fragmento de Discurso Pronunciado en la inauguración del II Foro Internacional: Agronegocios
de Frutas Tropicales. 24 de noviembre 2004.
La fruticultura combina varias ventajas que no se logran con ninguna otra
actividad económica.
Un sector frutícola genera divisas y empleo. Si en El Salvador invertimos en
ella agresiva e inteligentemente en este quinquenio, a los 10 años tendremos
una industria que generará anualmente más de 325 millones de dólares de
divisas y dará empleo a casi 50 mil personas. Considérese esa importante cifra
sembrando solamente 1.5% del área del país. Si llegáramos a 3 ó 6% del país
las divisas y el empleo tendrían un crecimiento impresionante.
La fruticultura provee oportunidades para la participación de todos los
salvadoreños. En ella encontramos opciones para inversionistas medianos y
grandes; también hay atractivas alternativas para pequeños y micro
productores, por ejemplo pueden producir para el autoconsumo y para el
segmento de mercados locales o asociarse para comercializar
internacionalmente sus productos.
Es actividad como ninguna otra genera una cantidad grande de trabajos
permanentes en zonas rurales, tanto en actividades de campo o en las
cadenas de valor agregado y la comercialización. En muchos de esos últimos
trabajos predomina la mano de obra femenina. Además, la fruticultura requiere
mano de obra más calificada y por ende los trabajadores rurales pueden
esperar y justificar salarios relativamente buenos.
De todas las formas de agricultura, la fruticultura es una de las más
beneficiosas ambientalmente. Practicada en una forma responsable protege los
suelos, aumenta la biodiversidad, ayuda en la infiltración de agua, y protege los
proyectos hidroeléctricos. Por esa razón, se puede crear un país verde en dos
sentidos: La cobertura vegetal permanente (verde) trae grandes beneficios
ambientales, y los billetes (dólares verdes) circulando entre todos los sectores
aún más.
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Sin embargo, lograr enverdecer este país no es fácil, no es un asunto simple
que consiste en sembrar arbolitos y aprovechar pasivamente las bondades del
clima y los suelos. No podemos hablar de una agricultura artesanal, ésta etapa
ya pasó a la historia. Es esencial enfocarnos en los agronegocios competitivos
de categoría mundial.
Es preciso considerar que en fruticultura hay cualquier cantidad de problemas
potenciales y áreas en que podríamos fallar. Debemos identificar factores
limitantes y enfrentarlos sistemáticamente.
No se pueden abarcar todos los rubros de una sola vez. Se tienen que
escoger -- dos y no más de cinco rubros frutícolas -- a los cuales apostar en
grande. En fruticultura establecer prioridades es clave. Enfocarse en unos
pocos rubros permite concentrar la capacidad investigativa incipiente presente
en el país, la limitada asistencia técnica disponible, y los pocos recursos
financieros aprovechables en este momento. Así se logra competitividad.
Los países vecinos también pueden concentrar sus esfuerzos en otros rubros
frutícolas y junto a El Salvador ofrecer una variedad de delicias
mesoamericanas a los consumidores mundiales.
Asegurar canales de comercialización confiables y fuertes. Los esfuerzos
no deben enfocarse en la producción primaria – el enfoque tradicional -- sino en
las agro-cadenas. Se podría desarrollar una capacidad nacional o ser más
rentable y eficaz al entrar en alianzas con comercializadores de los países
vecinos para aprovechar sus canales de comercialización existentes. Bajo el
marco del Plan Puebla Panamá, la asociatividad con nuestros colegas
mesoamericanos sería ideal para formar sistemas de comercialización más
competitivos. Los beneficios son de doble vía: Al asociarse con El Salvador, se
podría ofrecer más variedad y lograr economías de escala, utilizando la
excelente infraestructura existente y futura del país.
Pensar más allá de las capacidades estrictamente nacionales en la
investigación, la asistencia técnica y la formación de recursos humanos.
En esos aspectos, no debemos inevitablemente limitarnos en El Salvador y en
los demás pequeños países. En países vecinos hay programas buenos
“atrapados” en sus fronteras. ¿Por qué no convertir estos buenos programas
nacionales en excelentes programas bi- o tri-nacionales? Por ejemplo, la
investigación de la FHIA en Honduras, o los programas de apoyo a la empresa
privada de AGEXPRONT en Guatemala, o las grandes capacidades de
formación de recursos humanos en países como Costa Rica son algunas de las
diversas oportunidades para aliarnos con instituciones ganadoras, con
programas comprobados. Así podríamos lograr un impacto inmediato y
simultáneamente fomentar la integración regional.
En El Salvador debemos -- a corto plazo -- desarrollar por lo menos una
institución de alta calidad en materia frutícola, de categoría regional, para poder
aportar en forma recíproca algo que nuestros vecinos requieren.
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El Gobierno y el sector privado salvadoreño han decidido invertir fuerte y
decisivamente en el fomento de un sector frutícola de categoría mundial, por
los beneficios que representa.
El IICA, a través de la Oficina en El Salvador y todos los integrantes del equipo
regional, estamos dispuestos a trabajar como un facilitador de este gran
proceso, proporcionando apoyo técnico y asegurando coherencia de acciones.
Recuadro:
Resumen
• La fruticultura tiene todas las bondades que podríamos buscar en una
actividad económica
• Existen mercados y ventajas comparativas
• Aunque existen innumerables maneras en que podríamos fracasar, si
trabajamos de forma inteligente, deliberadamente, y en equipo, podemos
anticipar y evitar los problemas y lograr grandes beneficios económicos,
sociales y ambientales para este país.
• En lo posible, debemos trabajar en conjunto con nuestros vecinos bajo el
enfoque de una iniciativa Mesoamericana.
• Para lograr la complementariedad regional, podemos competir
exitosamente como país con base en alianzas regionales.
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