HH. Mercedarias de la Caridad Plaza de la Concordia, 2 18199 Cájar (Granada) ACCIÓN DE GRACIAS –PALABRAS DE LA SUPERIORA PROVINCIAL Comienzo dando las gracias por incluir a nuestra Congregación en el SUEÑO que tuvieron y fueron realizando vuestros antepasados, sueño a su vez que hizo posible el de nuestro querido PADRE FUNDADOR , el Presbítero granadino D. JUAN NEPOMUCENO ZEGRI Y MORENO. Ellos siguiendo el dictado que su fe cristiana les inspiró, querían hacer el bien a los más desfavorecidos de la sociedad de su tiempo, y así surgió este proyecto, que en sus inicios fue Hospital, Asilo, Colegio, como venían siendo prácticamente todas las Fundaciones Benéficas de aquellos momentos. Eran tres necesidades básicas que no estaban cubiertas por las Instituciones Civiles de la época y que ellos con gran acierto pusieron en marcha, para que aquí en Enguera, este déficit se subsanara. Para atender este establecimiento de caridad, fue solicitada la ayuda de la Congregación de Hermanas Mercedarias de la Caridad, fundada el 16 de marzo de 1878 por el P. Zegrí, en la Ciudad de Granada. Él mismo, como recoge el acta, hizo todos los trámites y acompañó a las primeras hermanas que constituían la comunidad que con entusiasmo y entrega generosa se hizo cargo de esta obra. Expresar un reconocimiento profundo a las personas que a lo largo de estos años han constituido las Juntas Directivas de esta Casa, ahora, Residencia San Rafael. Todos/@ con gran entusiasmo y altas miras han ido mejorando y adaptando esta obra a las necesidades y exigencias de la sociedad de cada época. Agradecer a Dios, que a lo largo de ya casi 129 años que se inicio esta obra, ha sido posible mantenerla, con la ayuda de todos los enguerinos, y de las Hermanas Mercedarias de la Caridad que no han faltado hasta nuestros días. Han sido muchas las hermanas que han pasado, hemos pasado por esta casa, guardando siempre el grato recuerdo de la cercanía y cariño demostrado por todos, tanto en momentos muy gratos como en los difíciles, esto no se puede olvidar nunca. Ahora la Congregación no puede seguir ofreciendo el servicio que venía prestando, todos sabemos que hay crisis de vocaciones, y que las hermanas vamos cumpliendo años y no hay relevos. Como creyentes tenemos que leer los acontecimientos con mirada de fe, tal vez este es el momento en que las Hermanas Mercedarias hemos de entregar el testigo para que ese SUEÑO inicial de vuestros antepasados, siga dando los frutos de caridad que las personas acogidas, en esta casa, merecen, necesitan y esperan. No dejemos apagar el don de la fe que hemos recibido para seguir entregando lo mejor de nosotros mismos y que como decía el Padre Zegrí, sea“Todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios”. ENGUERA – DÍA 25 DE ABRIL DE 2015