Voy a ponerme un traje de mariposa, Mañana cuando llegue mi

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Voy a ponerme un traje de mariposa,
Mañana cuando llegue mi palomita,
En los dedos banderas de tres colores,
y en las pestañas miles de candelillas
Violeta Parra
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(Paloma Ausente)
(Punto de Vista)
L A C U E R D A F L O J A (2). U N A L Í N E A T R A Z A D A
Corrió rápidamente el año 1966. Incluyendo los últimos días del anterior han hecho
menciones de las primeras tomas de fundos, con la inmensa posibilidad de que
aumenten a futuro y la mencionada "chilenización del cobre". Han sido por ahora lo que
más se hablaba por radio.
Importancias habían sobre lo que pasaba allá afuera; cada vez no me preocupaba en
todo caso. Más sobre lo que tenía oculto en mi corazón y dentro de un alhajero de plata
el último mensaje recibido. Esperanzas las mantengo aun sabiendo que no lo he vuelto a
ver desde entonces. A sabiendas que quería insistir, envié otra flor en una parte menos
que en la puerta principal de la casa. Tampoco he vuelto a recibir mensajes; pero sí había
percatado que alguien estaba escarbando los bordes de la ventana de mi cuarto y
dejando margaritas chiquitas. Eran señales claras que el olvido era completamente nulo.
Tampoco quiero olvidar; (<<quiero saber quién eres>>). Cada cierto tiempo, y a
escondidas iba hacia esa casa, manteniéndome de lejos y veía que prevalece su estado
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solitario. Y eso iba también en las casas contiguas, como si fuese un barrio fantasma, o
salitrera abandonada.
A pesar de todo, guardaba las esperanzas; igual imaginaba una solución de haberlo
visto por primera vez sonriendo y no llorando… Yendo a veces hacia el bosque
encontrando absolutamente nada más que flores y pasto marchito. El último mensaje era
la pizca que crecía en mi corazón y mantuve la esperanza en los años venideros.
En 1967 sería el año preludio de los grandes movimientos sociales. También de una qué
cuánta tragedia. La principal fue el fallecimiento de la artista Violeta Parra, del que se
dice que fue un suicidio. Mamma se sintió mal un día entero, pues le encantaba su
música, del que por horas puso los vinilos y cantaba a veces mientras hacía sus artesanías.
No sólo era ella; muchos en el barrio y en el resto de la ciudad.
Volviendo al asunto de los movimientos -además de los tres temblores ocurridos durante
el año, y que también afectó a Argentina-, los de carácter social iban mayoritariamente
al ámbito rural. El presidente publica en Abril una ley que permite la asociación por los
campesinos. De eso no sabría nada más, que desde las bocas de los demás en la
escuela, y molestaban más a los provenientes de escasos recursos, como si fueran los
culpables por enterarse de las tomas y la poca producción. Meses después se hablaría
además de la toma de una universidad por estudiantes, se hablaría de la Reforma
Agraria, del que tiene propósitos benéficos para los campesinos; como la incorporación
a la vida social, cultural y política para el país, además de aportes para mejorar su estado
de vida. O sea… ya era tarde cuando se sabía que a los campesinos los trataban como
estropajo, y ya pusieron su primera solución. Se verá con el paso del tiempo si es
aceptable.
Y la cosa no termina. Hubo protestas por doquier; ni con el apagón de Agosto, que en
realidad significó una furia inmensa de parte del pueblo. En días como esos había que
esconderse de árbol en árbol, o de muro en muro o entremezclados. Sí; era francamente
difícil. Y lo peor, en los meses siguientes se unen las universidades. ¡Tensión total! Todo el
mundo se está manifestando. Por bocas más sabias y despiertas mencionaban a que la
tal DC (Democracia Cristiana) se alzó a favor de los mineros y las universidades no fue la
excepción. Principalmente desde la Universidad Católica que, gracias a Dios esos
movimientos permanecían lejos de la escuela o terminaríamos aplastados por maratones
humanos. Peor; mi hermano, uniéndose a ellos, no asistiendo a clases y quiere que lo
cubra a cambio de mi inocencia. Por ese momento se la aguantaba, mientras veía cómo
se reunía con los mayores del grupo peligroso, del que muchos intentaban mantenerse
alejados o recibirían un golpe por nada, cosas cada vez más preocupantes. Se quedó
pegado en mi mente que los estudios son fundamentales, ¿pero cómo aceptarlo si la
corrupción estaba detrás de ella? Era entendible; y sé que no pierden el tiempo. Todavía
no crezco y ya estoy más al tanto de la sociedad que en mí mismo, pero no podía
hacerme eso o acabaría peor que mi hermano. Eso jamás. Subsistir en este planeta se
vuelve más difícil de lo que creí. Se sabría al final no sólo el ámbito de una mala
educación a base de hechos erróneos y nos harían parecer un culto que universitarios a
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base de cordura. Entre nos, la batalla es: conservadores v/s comunistas (?) ¿Por qué
temer a una clase de cambios desde la fuente del conocimiento? ¡Si esa es la idea!
Conocer este mundo y sobrevivir… con mi objetivo claro ha hecho que salga adelante.
No ignorar, ni estar muy atento. Intentar atravesar mientras logre lo básico y lo pueda
volver a ver, quien de seguro estaría atento (y más) hacia la situación. Me preocupa por
un lado; recordar verle esas marcas moradas en su brazo, desesperan al sugestionar que
deben hacerle ahora algo malo. Por ahora me refugiaba en la poca música que
colocaban en las radios de origen comunista. Sin ser de ningún bando; nada más somos
extranjeros testigos, cada vez más encerrados.
Corre 1969. Apenas empieza el año y ya se registró un desastre en el sur. Por intentar
protestar de manera pacífica ya hubieron consecuencias, que provocó una decena de
muertos, entre ellos una bebé de meses por los gases lacrimógenos. Hasta Víctor Jara hizo
una canción, del que se relata mejor que la radio o el periódico. "La Masacre de Puerto
Montt", terminaron llamándolo, y responsabilizan al Ministro del Interior, por la fuerza brutal
innecesaria hacia un pueblo desarmado. Asqueroso.
Más allá de eso, cuantiosas veces sigo intentando no meterme en problemas, del que
empiezan a notarlo los demás y me apuntarían con el dedo, pero a causa de las
influencias llevadas al límite me han llevado a pelear. La Imagen Eléctrica sólo se asomó
una vez en ese año, causándome desequilibrio en un recreo, y pensaron en un principio
que me daría un colapso, o apoplejía, o como le llamaron, pero hice lo necesario para
evitar que los demás se enteraran, si se trató de una fuerte alucinación y no una
enfermedad. Eso hacía desear querer verlo una vez más, y no sé si alucinaba esa vez
cuando iba directo a casa solo. Lo vi desde el otro lado de la calle entre un montón de
gente que protestaba y hacía sus peticiones a coro. Era el último año del Presidente, y
eso parecería un desahogo y última petición. Hace ver que las próximas elecciones
serán… intensos (?).
Un grupo de otros grados se le iba a unir y lo pensé, aún con el miedo a perderme, pues
las ansias de verlo eran más, y no quería resumir que fue solo sugestión. Como sea;
mantenerme neutro, y tener la oportunidad de buscar al chico, obteniendo el permiso
del grupo para estar con ellos.
Durante media hora -y sin saber en qué calle andaba- no encontraba nada. La gente
gritaba y algunos se empujaban, hasta dar con nosotros. Mientras tanto, los gritos
clarificaban que esta gente estaba al lado de la UP (Unidad Popular), un mero y tardío
descubrimiento, que terminé riendo, sintiéndome contagiado por la alegría de los
pueblerinos. Era bueno; se sentía bien. Expectación al debe. Radicalización dividida, que
aprendí con el paso del tiempo, a causa de las reuniones que hacía mi hermano tanto
en casa como afuera. ¿Por qué? Izquierda liderada por el MIR y la Derecha por la DC,
como un batallón de ajedrez, mientras que el resto de los grupos (los partidos Comunista
y Social, Democracia Radical y Movimiento de Acción Popular Unitario (o MAPU), ya
nacido el año pasado por la división de la Democracia Cristiana) se quedaron en la UP.
La memorización de los grupos se mantiene tal cual. Gracias a ello al menos sé cuándo
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debo salir de un lío.
Seguíamos caminando; la gente no para de gritar. Luego de la masacre mencionada
ya quieren un cambio para todos y sin excepciones. Pero ya me estaba cansando no
sólo de caminar, más por evadir empujones, del que decidí separarme del grupo y
quedarme en la acera con otros que también participaban pero buscaban su segundo
aire. Así contemplando los gritos de guerra a favor de la Unidad Popular, del que ya se
me estaba pegando. Hacerlo, o no, debía hacer lo necesario para no demostrar que me
perdí (y lo estaba); no encontraba nada conocido… No se vaciaba la calle, pero sí se
estaba apareciendo cada vez menos gente y podía ver desde el otro lado de la acera…
Hay una silueta conocida, pero la gente aún no me dejaba ver bien y no quería llevar de
nuevo a la sugestión. Crucé de todos modos para asegurarme, y empujar era el protocolo
secundario. Todo me interrumpía; gritos, caminatas de gigantes, gritos y más gritos. Luego
de estar a pasos de la otra acera… ¡ahí estaba! A decenas de metros, ¡pero ahí estaba!
El pequeño rubiecito… ¡luego de tantos años! Y debido a la sorpresa prevalecía
paralizado, pero estaba feliz. Sí; feliz, y más al notar que lo estaba también. Estaba casi
completamente vestido de naranja, y aún por la lejanía podía verle su carita por primera
vez. Seguía bajo la tez de casi asoleado y tenía unas raras marquitas en sus mejillas que
le hacían ameritar a los bigotes de un zorrito. Por la luz de día y la gente atiborrada a ratos
no podía ver bien el color de sus ojos. Traté de acercarme un poco más, y de a poco
estaba oyendo ruidos raros detrás. No quería voltearme todavía; quería aprovechar la
oportunidad de verlo cara a cara. Al estar ya en una distancia discreta la cosa empeora
porque como noté que estaba sacando fotos con una cámara fotográfica chiquita aquí
y allá, parecía apurado. Fijándome también que no estaba solo: había un hombre mayor,
con perfil también de extranjero (demasiado caucásico también rubio, vestía de abrigo
delgado y carga a en el cuello una cámara fotográfica gigantesca) y le estaba
hablando al chico rubio al intentar estar a su altura. No me estaba ya pareciendo buena
idea acercarme, y en el instante se oye un estallido, del que finalmente me volteo hacia
la fuente, donde había un pequeño grupo de gente tirando piedras a los carros policiales
y a los uniformados con armaduras, garrotes y escudos. Vi cómo rápidamente se acercan
para desenmarañar al grupo protestante y cómo creaban más violencia que los mismos
civiles. De niveles, hablaríamos de diez a uno, mostrando una perversidad que asusta.
Me volteé de nuevo para ver si seguía ahí… No. Había desaparecido de nuevo,
causándome tanto desesperación, pero en mayoría alivio por lograr salir de la turba, pero
verlos cargando cámaras significa que no se perderían este detallito y más. Conclusión
obvia, pero rara: ¿mi rubiecito es reportero? ¿A tan corta edad dentro de un perfil de
profesionalismo? Motivos habría, pero que debieron ser sumamente estrictos para
aceptarlo si lo están considerando prodigio, o como se llame. No sé si a ese momento le
estarían evadiendo los estudios, dudas que no son de mi incumbencia, pero raramente
me preocupan. <<¿Qué fue lo que realmente pasó?>>.
(Aun así, podría saber desde el periódico o la radio, a ver si logran publicar su historia.
Sabría los nombres).
La otra pregunta es: ¿tendría que estar en otra turba para poder volverlo a ver?
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(Tal vez; "quien no se arriesga; no cruza el río").
La protesta finalmente termina en una violenta trifulca, del que muchos se esparcieron
como moscas revoloteando en diferentes direcciones. Niveles que me llevaron al miedo,
e inmiscuirme en cualquier refugio, como una tienda sería el último recurso. Aún entre la
acera y la gente corriendo a empujones (del que sufrí un par y casi caigo), siento que
alguien me agarra fuertemente del brazo y me tira a un callejón medio vacío. Por la
brusquedad y fuerza, terminé cayendo finalmente al suelo claro y no en un punto lleno
de escombros. Fijándome al fin quién me agarró… ¡Itachi Uchiha!
Y peor: lo veo cargando una bolsa harapienta con olor a gasolina, del que se ve que
carga algo variadamente pesado. Por la rabia lo lancé al muro para que me dé una
explicación.
-¡¿Qué estás haciendo aquí y qué cargas?!
-¡¿Qué estás haciendo tú aquí?! -del que no me convenció y traté de matarlo con la
mirada, y retractara su respuesta.
>>Estaba claro que habrían tomas y quise venir a ayudar, en el que veo que tú también
te perdiste entre tus amigos comunistas, del que no me quería perder de toda la acción.
No deberías estar aquí de todos modos.
-Y tú tampoco –repliqué-, del que es la última vez que te oiga hablar así…
>>¿Se ha vuelto tu profesión lanzar piedras o bombas caseras?
-Lo hacemos para que aprendan. Ahora dime tú por qué estás aquí.
Negué con la cabeza. Aunque sé que dijo la verdad y me corresponde como hermano
no guardarle secretos, esto lo consideré delicado e inentendible para él. Que use la
táctica de la mala impresión ya se ha visto antes.
-Ahora -empezó mientras me agarra brusco la cabeza y hace que mire el fondo del
callejón-; esta cosa se solapa hacia una sola calle. Camina derecho y encontrarás la
avenida a nuestra casa, ¿entendiste? Ahora largo y déjame en paz.
Y se va, perdiéndose de vista entre los grupos violentistas. Veo atento las reacciones y
contrareacciones entre ambos bandos. Cada vez más no podía creer que presenciaba
a mi hermano mayor como a un vándalo. Si mamma y pappa llegaran a enterarse de
esto -ni aunque fuera por terceros-, no querría atestiguar una probable batahola que se
crearía dentro de la casa.
Hice caso a la sugerencia de irme. Debido a que un idiota tuve la ideota de lanzar una
lata de gas lacrimógeno en el callejón y todos debimos de arrancar. Como no estaba
muy abrigado, la camisa no evitó del todo y durante el resto del día estaré apestoso a
ácido. Bajo la convicción a medias de que el pequeño rubiecito haya logrado huir, a
pesar de que lanzaron los espantapájaros y ellos sacando fotos. Me preguntaba también
si ellos dos podrían ser familiares o simplemente compañeros de trabajo, como no debería
ser del todo. Corrí y corrí sin parar, hasta llegar a una calle que prevalecía tranquilo. Así
al menos pude caminar, tomar un segundo aire, toser lo que debía toser, y resumir que
mi camisa apestaba. Pero a pesar de todo estaba feliz. Feliz; en absoluto… Lo pude volver
a ver, y que lo estaba también. Dándoselas de fotógrafo profesional, es algo que no
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cuadra del todo, tratándose de alguien chiquito. La única desventaja es que no le pude
verle bien la cara, principalmente los ojos. Eran sólo esas marquitas raras; esa simulación
de los bigotes de un zorrito, que lo hacían ver…
(Diferente).
De la nada volví a rezar; pidiendo una pista para poder verle los ojos, pero… ¿por qué
estaba sintiendo esto? Apenas lo veo; o lo siento, me hace sentir completo. ¿Por qué esa
importancia de ese chico para mí? ¿Por qué, generalmente?
Al haber llegado a la avenida que da a mi casa, tomé la decisión de desviarme e ir a
la otra casa, por si se aparecía. Las emociones estaban al debe; corrí con todas las
energías que me quedan. Finalmente llego a la calle, del que se ve un ambiente tan
fantasmagórica como siempre. Ni un alma; silencio, nada que percatase de la noticia
del día. Un mero barrio muerto. Aun así, ideal para pasar desapercibido si tendría una
idea de dejarle un mensaje; siquiera una nota u otra flor. Tenía aún en mente lo que me
dijo la última vez de no mandarle nada más, del que sospechaba descubrimiento y temor
de su parte. A muchos les gusta esa especie de afecto, del que siento que no es su
intención y está… como está. Todos escondemos secretos, y él no es la excepción.
Descubrirlo es el gran objetivo; saber quién es, qué guarda para sí mismo… Qué siente en
estos momentos. Pero al final no quería considerarlo una pérdida de tiempo por no pasar
nada luego de no-sé-cuánto esperando, del que rendido volví a casa.
Cae la tarde; mamma y pappa estaban esperando afuera desde la puerta principal.
Esperé el sermón de parte de los dos del porqué llego tarde. Igual tenían claro que la
protesta pasó por la escuela y la opción era unírseles para salir. ¿Pero qué hay de Itachi?
Todavía no ha vuelto; en el que todos temíamos que haya terminado detenido. En tanto,
hicieron que entrara y aprovechara de escuchar la radio. Busqué entre todas las emisoras
sobre lo ocurrido hoy; pero no hubo ninguno que lo dijera claramente, excepto los de
origen comunista y alternos. El origen de la trifulca fue provocada por la fuerte presencia
policial y no por terceros que estaban presentes en la protesta. Creíble o no, en cualquier
momento las cosas se intensificarán.
Sonó el teléfono una hora después; me inmiscuí a escondidas desde mi cuarto para
saber de quién se trataba. La cosa fue corta, pero alcancé a oír desde mamma y pappa
lo sucedido. Era lo que se temía previsto: Itachi fue detenido. Pero tenía la ventaja de ser
aún menor de edad (lo será en tres años más) y lo liberarán de inmediato. Eso me dio
cierto temor, tratándose un problema más que grave al tratarse de que te detengan.
Pappa accedió a traerlo; mientras tanto me quedé solo con mamma y esperamos hasta
la noche, hora en que llegarán. Al ocurrir, mamma hace que me quede en mi cuarto, del
que me encerraría más que en ese lugar… en el armario; decidido a taparme los oídos
por si acaso. Pasa el rato; el silencio se mantiene al tenerlos semi tapados. Al soltarlos, de
a poco estaba oyendo solo regañadientes de origen ético, dándome cuenta que fue
inútil esconderse. Salgo airado del armario, abro la puerta de mi cuarto lento y veo pasar
a mi hermano al pasillo, a encerrarse en su cuarto y quedarse ahí hasta el resto de la
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noche. Permanecía asustado, sí. Un extraño miedo hacia el futuro.
Quedándonos todavía en 1969, entre toda boca de la escuela nos hemos enterado de
noticias, que aumentaron luego de aquella protesta. La Derecha quiere mantener las
propuestas de Frei bajo la campaña de Tomic, un próximo candidato. Mientras que la
Izquierda y la UP consigo, no se deciden aún a poner en la lista de candidatos; si Allende,
o finalmente pondrán a Neruda como único candidato por apoyo populista. Nadie está
bajo una decisión concreta, y ya en la escuela parecía que se estaban dividiendo entre
todos, como intento de apoyar un lado y otro; apuestas y casi juegos de guerra… Como
testigo me quedé tal cual y no quedarme en ningún bando, convirtiéndome en un
blanco de nuevo y trataba de pasar desapercibido, algo cada vez más difícil. Pasa el
tiempo y logré promoverme al siguiente año. Las vacaciones de verano ya no serían
como uno espera. Todo el mundo atento a las noticias en los diarios y la radio (y no somos
la excepción). 1970 sería el año decisivo en cuanto a elecciones, del que muchos
entrevistadores dieron evidencias sobre los candidatos. Ganaban y perdían la fe en cada
uno; todos prevalecen con los nervios de punta, emoción que nunca creí que duraría
gran parte del año hasta el día de las elecciones. El 22 de Enero se vuelve toda una fiesta
para el lado de la Unidad Popular, en el que quise ir a ver. <<¿Era algún concierto o
qué?>>. Era la felicitación de su nuevo candidato. Paga de apuestas hubo, y los presencié
en la plaza de juegos, del que también oía conversaciones serias de las dudas y cómo
sería el progreso si dicho movimiento ganaba. También se hablaba de otros movimientos
que eran tratados como un miserable grupo de idealistas, inmaduros o como se les llame.
Sólo que los estaban considerando cada vez más como una amenaza… ¿Por qué? ¿A
qué le tienen miedo porque los tildan de marxistas? ¿Una amenaza para los capitalistas?
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