JORGE FEDERICO HAENDEL Esteban: Dentro de los

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JORGE FEDERICO HAENDEL
Esteban:
Dentro de los temas que asumimos aquí en Tierra Firme esta el buscar cimientos de
nuestra cultura, de nuestra manera de encarar la vida a través de lo que dice la música.
De lo que dicen muchas veces, los grandes autores de todos los tiempos que nos han
transmitido hasta el dia de hoy.
Creo que el autor de quien nos vamos a ocupar hoy, no ha sido tan publicitado como
un Bethoven, o un Mozart, entre otros, es Haendel. ¿Por qué? sería una pregunta al
arranque.
Salvador:
Bueno es difícil saber porque unos son populares y otros no. Sin embargo Haendel
nace en 1685 en Alemania en el mismo año que Juan Sebastian Bach. Es indudable que
el aleluya de Haendel lo conoce todo el mundo. Tal vez una de las piezas religiosas
cumbres, si no es la cumbre. Y es notable que los dos músicos que nacen en este año
son dos músicos que se caracterizan por su devocion religosa.
A Haendel se lo llamo el maestro del Oratorio que fue en lo que se destacó, a pesar de
que él hizo Ópera también, hizo unas cuantas operas, más de treinta, pero el oratorio
fue su forma de expresión más acabada y más completa.
Era un hombre de un fuerte carácter (no un mal carácter, sino fuerte) con un gran
talento, una gran capacidad, ética y una apertura muy fuerte hacia todo lo que sea
espiritual. Un hombre conocedor de la Biblia, hasta tal punto que cuando van a coronar
al rey en Inglaterra y le piden a él que haga un oratorio, el obispo anglicano le dice que
le va a dar las porciones bíblicas en las cuales puede basarse y no se si la anécdota es
real o no, pero se dice que Haendel le contestó “no las necesito pues yo conozco muy
bien la Biblia” . Lo que quiere decir que muchas partes de la Biblia con mucha precisión
formaron parte de los oratorios que hacia Jorge Federico Haendel.
Vamos a aclarar a nuestra audiencia que el oratorio es una forma dramática de música
religosa basada en episodios de la historia bíblica y se integra por solistas, coros y
música instrumental. Pero en el oratorio lo que tiene prioridad no es la accion sino la
palabra y la musica. Tanto los solistas como el coro están estáticos y lo que se
jerarquiza es la palabra y la música, por lo tanto, quien escribe un oratorio tiene que
poner toda la emoción en las palabras y la música.
Esteban:
En la opera ya hay más actuación por parte de los cantantes.
Salvador:
Claro, es un hecho dramático.
El “Aleluya” es la más famosa de sus obras, no es el único que escribió, él escribió
varios “aleluyas”. Lo que pasa que el Aleluya del oratorio “El Mesías” que es el gran
oratorio de él es la que tuvo mayor difusión y la que llegó más profusamente a la
gente.
Esteban:
Es parte de una obra, el Aleluya no es entonces una canción aislada…
Salvador:
Por supuesto, forma parte de una obra que narra todas las peripecias del Mesías.
Cuando nació, su padre era un “barbero-cirujano”. En aquel entonces se mezclaban en
forma singular las profesiones. Y tenía una larga prosapia de pastores y músicos, pero
el padre no quería que fuera músico, el padre lo negaba a la música, pues la odiaba. Sin
embargo, a pesar de eso, tuvo que rendirse ante los pedidos de su hijo Jorge Federico,
que fue muy insistente e hizo todo lo que hacían los padres de pueblos pequeños en
Alemania con sus hijos, que es mandarlo a aprender música con el músico de la Iglesia,
en el órganos de la iglesia.
Con 12 años (Haendel), el músico se dio cuenta que no podía enseñarle más nada y
descubre que está ante un genio realmente.
Con 17 años ingresó a la Universidad y fue nombrado organista de la iglesia reformada
y era segundo violín en Hamburgo, quiere decir que fue muy precoz Haendel. Fue un
hombre de gran capacidad y gran talento, que despertó a su alrededor muchas
envidias, muchos celos y muchas mediocridades. Su pasión fue canalizandose hacia los
temas de la Biblia, porque fue un gran lector de esta y conocía todas sus historias en
profundidad. Tiene oratorios sobre Israel en Egipto, sobre Saúl el primer rey de Israel,
sobre Esther, sobre Sansón, sobre Jefté, sobre Athalia, hay historias de la Biblia que no
son tan conocidas, pero formaron parte de los oratorios de Haendel.
Era un hombre muy comprometido con su espiritualidad y expresaba la misma a través
del oratorio.
Esteban:
Un momento de Alemania, netamente efervescente en ese sentido porque Bach lo
expresó de esa manera, como herederos de toda la reforma que habían vivido.
Salvador:
Yo creo que fue un momento en que la espiritualidad estaba en su apogeo y por eso se
dieron estos dos genios de la música. Bach es una cima inalcanzable, levantaba
catedrales de sonido, pero Haendel en el oratorio fue realmente un maestro.
Esteban:
Pero no se quedó solamente en Alemania, tomo otro rumbo…
Salvador:
Yo hace unos años estaba en Londres visitando la zona más antigüa de Londres y entro
a una de las iglesias y veo que al lado de un órgano antigüo de tubos, había un cuadro
con la cara de Haendel y descubro que allí era donde tocaba Haendel, sin darme cuenta
estaba en ese lugar. Ese lugar no es una gran catedral sino que es una iglesia pequeña,
pero es realmente emocionante poder decir aquí estuvo Federico Haendel tocando y
mirar el ámbito, ver lo que él vió, lo que lo rodeaba y sentir también que aquel hombre
se expresaba a través del órgano cuando se sentaba en aquel lugar, no solamente
artísticamente sino tambien espiritualmente.
Esteban:
No era una mera interpretación…
Salvador:
No de ninguna manera…
Esteban:
¿Te parece que escuchemos algo de música de Haendel? Y por medio de esto nos
ambientamos con lo que el autor alemán quizo transmitir en su música “El largo de
Xerxes”. Explícanos un poco que vamos a escuchar Salvador.
Salvador:
Bueno, es una opera Xerxes, es una de las piezas más repetidas de Haendel, creo que
luego del “Oratorio Mesías” es lo más conocido de él y es una música conmovedora. A
mi me paso con el largo de Xerxes algo increíble, estaba tratando de conseguir música
de Haendel y llegué a una disquería y pedí que era lo que tenían de Haendel. Me
mostraron uno de los cd´s y cuando uno llega a ese lugar uno solamente escucha un
segmento y puso el largo de Jerjes en esa version duraba 6 minutos el largo de Xerxes,
yo empezé a escucharlo y la señorita que me quería vender el cd se me quedó mirando
y yo le dije “por favor yo voy a llevarlo pero no lo interrumpa” y lo escuché hasta el
final porque tiene un magnetismo muy especial la música, quedé fascinado al
escucharlo, es una música profunda, melancólica, pero que realmente tiene una
tremenda carga de paz y serenidad.
Esteban:
Escuchamos entonces “El largo de Xerxes” interpretado por la orquesta filarmónica de
Berlín.
Música-“EL LARGO DE XERXES”
Esteban:
Escuchábamos “El largo de Xerxes”, obra de Haendel aquí en Tierra Firme. Como
decíamos Salvador, Haendel se traslado para realizar su tarea a Londres y allí es donde
nace este famoso oratorio que es “El Mesías” que incluye el “Aleluya”.
Salvador:
Claro, lo que sucede es que el Mesías tiene toda una historia detrás, porque Haendel
tenía la oposición del clero protestante. El oratorio “El Mesías” no se estrenó en una
Iglesia, se estrenó en un teatro, porque tenían miedo que este compositor, como había
escrito opera llevara la opera a la Iglesia, así que prohibieron el oratorio el Mesías. Esta
fue una lucha que tenía permanentemente con el clero protestante y por otro lado la
envidia de los compositores mediocres que siempre estaban alrededor de él. Esto lo
pone muy mal y en 1737 a los 52 años (él muere a los 74 años) se agravó todo eso por
una apoplejía. Durante 4 meses vivió sin fuerzas y el costado derecho del cuerpo no lo
podía manejar, no tenía fuerza en su mano derecha, no podía tocar ni componer. No
podía hablar, cuando lo intentaba sacaba tan sólo un balbuceo, no podía caminar,
entonces su vida en esos momentos sintió que se había acabado definitivamente.
Quedaba dentro de él el caudal creativo, pero no lo podía expresar. Entonces los
médicos le indicaron que viajara a Francia, para tomar algunos baños termales a ver si
podía en algo reponerse.
Le dijeron que no podía tomar más de 2 o 3 horas al día porque sino era
contraproducente. Entonces se trasladó a Francia, comenzó a tomar baños termales,
pero no le hizo caso a los médicos, estuvo durante 8 a 9 horas por día en un afán de
querer recuperarse. Allí estuvo algunos meses, tratando y viendo que había alguna
posibilidad de recuperación y cuando estaba a punto de salir de Francia intentó ver que
sucedía con su mano y con su capacidad creativa. Entonces entró en una Iglesia que
estaba solitaria y fue directamente al órgano, colocó la mano derecha sobre él y se dio
cuenta de que si podía tocar. La crisis de salud sin embargo, dejo una gran secuela en
él, una gran depresión, porque en medio de todas esas tensiones que vivía, más las
tensiones económicas que se sumaron a raíz de su enfermedad, hizo que pensara que
su labor creativa y su producción había acabado.
Entonces trató de elaborar un último concierto, con todas las obras que había hecho
antes, para recaudar fondos y así sanear su economía pues era un músico que estaba
acabado. El hecho de un oratorio que le llevaba más o menos un año desarrollarlo hizo
que fuera una labor que no quería encarar. Ya había clausurado su etapa creativa.
En la noche del 21 de agosto del año del año 1741, cuando hacia ya 5 años que había
superado su enfermedad, llegó a su casa cansado y desanimado, como siempre. Era un
estado depresivo permanente el que tenía, y cuando llegó encuentra que hay un sobre,
era de un libretista que había trabajado con él que le decía si no quería agregarle la
música de un oratorio en base a ese texto que él había dejado. No tenía ganas de
escribir el oratorio, por lo tanto lo abrió y lo tiró en un rincón y se fue a dormir. En el
momento en que él lo abre lee la primera palabra del oratorio que era “Consolaos”,
entonces él se fue a dormir y empieza a pensar en esa palabra y al otro dia toma el
oratorio y empieza a escribir la música. El oratorio era el Mesías y la empieza a escribir
frenéticamente, a tal punto que el Mesías lo escribe en 14 días…
Esteban:
Cuando por lo general demoraba un año…
Salvador:
Si, él en 14 días escribe inspiradamente “el Mesías”. Era el comienzo de su
recuperación anímica y en “el Mesías” toda la espiritualidad y toda su emocion se
funde en lo que sería su obra cumbre. Es tan importante “El Mesías” pues trata todo el
tema de la redención y la exaltación de Jesucristo, la reflexión sobre el precio de la
redencion…Es tan importante “El Mesías” que a pesar de que el clero lo calificó de
“farsa religiosa” porque no querían que entrara a las iglesias y lo calificó a Haendel
como el “gran pagano” porque hacía hablar a los personajes en el oratorio y muchos
ministros religiosos estaban escandalizados. A pesar de eso él lo estrenó y lo hizo con
un éxito tremendo. La gente se conmovía y una vez solamente durante la vida de
Haendel fue presentado en la catedral de Bristol, sino nunca él lo vió presentarse en un
ambiente religioso.
Era tan importante esta obra para Haendel y la relación anímica que él tenía con “El
Mesías”, que a pesar de que lo dirigió varias veces en su vida (más de treinta veces),
nunca cobró un solo centavo por el, pues decía que ese era el homenaje que le dejaba
a Dios.
El 14 de abril del año 1759, a los 74 años de edad, Haendel murió. Él decía: “yo he
vuelto del infierno” recordando a su enfermedad, y realmente “el Mesías” fue la forma
en que el “resucitó”. Por eso el “Aleluya” se escucha con tanta unción, porque el
“Aleluya” es parte de la obra que hizo que Haendel resucitara a la música y diera lo
mejor de él.
Creo que la experiencia de Haendel, es una auténtica experiencia de resurrección del
talento y de la espiritualidad. No fue un hombre religioso Haendel, fue un hombre de
fe, que es muy diferente. No fue un hombre ritualista, fue un hombre de fe.
En la abadía de Westminster, donde se encuentran las personas destacadas en el arte
en Inglaterra están los restos de Haendel y allí se lo representa a él teniendo en su
mano un manuscrito de un solo de “El Mesías” ese que se titula “Yo se que mi
Redentor vive”, elijieron justo lo que para Haendel fue motivo de su fortaleza y
resurrección.
Esteban:
Tremenda vida. Una de las cosas que me impacta sobre este oratorio y sobre el
“Aleluya” específicamente, es que tradicionalmente no se escucha sentado por el
auditorio…
Salvador:
No, porque cuando lo presentaron en el palacio delante de la reina y comenzó a sonar
“el Aleluya”, la reina, que por lo general escucha todas las obras sentada, se puso de
pie, pues dijo que se le estaba cantando “a un Rey que estaba muy por encima de ella”
y cuando la reina se ponía de pie, con ella se debía poner de pie toda la corte. Desde
allí se ha hecho costumbre que cada vez que suena “el Aleluya” el público se ponga de
pie y se escuche de esta manera.
Esteban:
Así que cuando termina el oratorio y llega “el Aleluya” todo el auditorio se pone de pie.
Nosotros en este momento estamos en un programa de radio y no sabemos que están
haciendo nuestros oyentes, quizás estén manejando, o caminando pero…¿Te parece
que culminemos este homenaje que le hacemos a Haendel escuchando “El Mesías”, el
“Aleluya”?
Salvador:
Creo que esa es la mejor forma de homenajear a Haendel y así culminar este programa.
MÚSICA - Del Oratorio “El Mesías” es emite el ”Aleluya”.
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