Juan - Hdad San Juan Bautista de Alosno

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PREGÓN A
SAN JUAN BAUTISTA
Manuel Martín Barba
Alosno,2014
PRESENTACIÓN
PREGONERO
SAN
BAUTISTA 2014, MANUEL MARTÍN BARBA
JUAN
Juan: buenas noches
Rocío: buenas Noches
Rocío: antes de nada queríamos comenzar con una frase con
la que debería empezar cualquier alosnero al subirse a un
escenario: con el permiso de Don Santiago Osorno…
Juan: hace unos meses nos llego al corazón de mi hermana y
el mío una noticia que superaba cualquier felicidad terrenal,
fue algo divino, un mensaje, un regalo que desde el cielo nos
enviaban para aumentar aún más si cabe el orgullo y el amor
que sentimos hacia nuestro hermano. Él, es nuestro nexo de
unión con San Juan Bautista, sentimos más cerca a nuestro
Patrón viendo su sonrisa cascabelera, su mirada de felicidad
plena… por eso hermano, podemos decir que no hay mayor
devoción que la que sentimos por ti.
Rocío: y ya estamos aquí, tus hermanos Juan y Rocío, que
casualidad… Juan y Rocío. Como no podía ser de otra
manera, los tres juntos, porque nosotros no somos sin ti y tú
no eres sin nosotros. Para presentarte ante nuestro pueblo
para que pregones a nuestro Patrón San Juan Bautista.
Juan: Manuel Martín Barba. Cascabelero descendiente de mi
familia sanjuanera. Bisnieto del cascabelero Nicolás Real,
nieto de Juan Barba y Juana Real, hijo de Manoli Barba y
Manolo Martín, alosnero de adopción, sobrino de Ana Barba,
de Micael y Juan José Real, y del pregonero Sebastián Real.
Rocío: él está protegido por la Virgen del Rocío, por sus
muchos años peregrinando hasta su ermita y por su devoción
sin medida, también está protegido por San Juan Bautista, por
ser cascabelero, siempre con la cabeza alta y su sonrisa
incomparable, y esta noche espera la protección de su pueblo,
de la Alosno.
Juan: porque es alegre como un cascabel, dulce como un
aguaillo, sincero con un fandango de Paco Toronjo, lo hace
todo de frente, siempre de frente, porque su vida no es un
Calvario, su vida es Gloria.
Rocío: ya solo te decimos que tranquilo, que nuestro Cascabel
está con su cigarro en la boca, esperando que termines, para
tirar su primer cohete de la noche.
Juan: pedimos un fuerte aplauso para el pregonero Manuel
Martín Barba
PREGÓN A SAN JUAN BAUTISTA
MANUEL MARTÍN BARBA
ALOSNO, 2014
Enamorado de ti
Aún recuerdo la primera vez que te vi, en mis ojos sigue
reflejada la luz que desprendías en aquel instante, esa luz
que encandila el alma, que espabila los sentíos, yo era un
niño que apenas sabía andar, me enseñaste a caminar y
desde entonces te convertiste en mi camino, no era
consciente de lo que ibas a significar para mi, era el
comienzo de una bonita amistad, de un amor eterno, estaba
empezando a escribir el libro de mi vida y desde ese
momento comprendí que ibas a ser el protagonista de él,
que estarías presente en todos mis capítulos, en todas mis
páginas, y en todas mis frases.
Desde que te conocí ya nada tendría sentido sin ti, todo
giraría en torno a ti, que fuera donde fuese llegaría a ti, que
mirara donde mirase te vería a ti, que pensamiento que me
rondara me recordaría a ti, fui creciendo y fraguándome
contigo y perdiendo esa inocencia de niñez pero no esa luz
que seguía reflejada en mis ojos, me alumbraste con tu luz
de amanecía y el amor que sentía por ti fue creciendo.
Cuando me alejaba de ti mi corazón se perdía, ¡ay! mi calle
perdía, tenía que buscarte por los recovecos de mis
pensamientos y cada vez que vengo a ti y te contemplo
desde el alfeizar de los días me convenzo que soy más tuyo,
me miro el alma y en mi memoria solo te recuerdo a ti, sigo
siendo el mismo chiquillo de siempre puesto de puntillas
para verte entre la gente, que presume de ti allá donde vaya,
que se siente orgulloso de ser tuyo, tuyo como un muchacho
enamorado, enamorado de ti, que yo no siento mariposas en
el estomago, que yo por ti siento cascabeles,
que me imagino paseando contigo, cruzarnos por las
esquinas de mi sueños, que me claves tu mirada y me hagas
sentir escalofríos, verte en el reflejo de las ventanas de mi
vida, adivinarte en las sombras de mis melancolías, saber
cómo es tu tacto comparándolo con el aire cuando me roza
y me mueve como cortina de cortadillo, contarte mis
secretos que los tuyos ya los sé, me los cuentas cada día que
yo te vengo a ver.
Está noche ante mi gente yo declaro mi amor por ti
te entrego mi vida entera, haz con ella lo que quieras
que yo sin ti no quiero vivir
esta noche te alzo mi alma para pregonarte
esta noche que te buscan mis ojos para verte
esta noche te traigo un amor entre los labios a abrazarte,
danzarte y a quererte
no me niegues esa luz que me alumbró que yo solo he
venido para quererte
fuiste mi amor primero, eres el amor de una madre, sigues
siendo mi amor platónico y eres el amor de mi vida.
Te quiero Alosno
Saluda y agradecimientos
Señor Cura Párroco
Excmo. Señor Alcalde y autoridades civiles y militares
Real e Ilustre Hermandad de San Juan Bautista, Patrón,
Protector y Alcalde Perpetuo del pueblo de Alosno
Hermandades y asociaciones de Alosno y pueblos vecinos
Amigos de otras localidades que hoy nos acompañan
Alosneros, alosneras
Amigos todos
Sean las primeras palabras de mi pregón para agradecer a la
Hermandad de San Juan Bautista el haber pensado en mi, en
este joven alosnero para pregonar las fiestas de nuestro
Patrón, espero estar a la altura y devolverles la confianza
puesta en mi.
Quisiera también agradecerle a la Hermandad de San Juan,
a nuestro Párroco, a los costaleros que estaban este
mediodía en la puerta de la Iglesia y nos han ayudado a
colocar las sillas y a Chema del Barco por su ayuda en todo
y en cada momento, debido a las predicciones
climatológicas creo que se ha tomado una decisión acertada.
Este momento lo tendré siempre presente, nunca se
olvidará de mi mente, y siempre pensaré que todo ocurrió
porque San Juan quería estar presente
Cuando por Alosno era la Pureza y se recogían gamones,
recibí la gracia de ponerme frente por frente a mi pueblo y
anunciaros con mis vivencias la mañana más bonita de la
Alosno, la mañana de San Juan y en esta noche cascabelera
viene el pregonero con su pobre bagaje y su inexperiencia a
hablarle a Alosno de San Juan Bautista, que osadía, que
ingenuo.
Han sido muchos los momentos de nervios e inseguridad
por la responsabilidad a la que me enfrentaba, pero al
mismo tiempo han sido muchos los recuerdos y emociones
que hacían que ahogaran mis miedos y salieran a flote todos
mis sentimientos, por ello estaré siempre agradecido al
favor y la confianza depositada en mi por la Hermandad de
San Juan Bautista, se que tenéis puestas muchas
expectativas en mi y en mi pregón, al igual que se del cariño
que me tenéis, gracias por estos cinco años, por vuestras
palabras y gestos de cariño y por darme la oportunidad y el
honor de cerrar el periodo más feliz de mi vida con el
broche de oro de estar esta noche ante mi gente, ante mi
pueblo. Gracias por todo, gracias de verdad.
Dar las gracias a la voz de Alosno, Santiago Osorno, por las
bonitas palabras hacia mí y mi familia, cuanto te tiene que
agradecer Alosno, cuanto has hecho por este pueblo con tu
palabra.
Agradecer a todos y cada uno de los pregoneros que han
pasado por este atril, ellos han engrandecido este acto
convirtiéndolo en una tradición y una cita importante para
el alosnero, espero aportar mi granito de arena y ganarme
el honor de pertenecer a tal digno grupo, no podría
nombrar a todos pero gracias en especial a algunos de ellos
que desde el primer día me han ayudado y apoyado.
Como no voy yo a quererte si hasta la primavera y el
verano sienten celos de verte o de no verte al igual que ese
niño que comenzó a quererte cuando te descubrió
bailándote una folía frente a frente.
El primer cohete de este pregón ya ha sido lanzado al cielo
por mis presentadores, mis hermanos, Rocío, la niña de mis
ojos y Juan mi hermano chico, mis protegidos, mi amigos,
los años y vivencias que hemos disfrutado juntos han
servido para que tengamos una bonita historia que contar,
no sé si merezco la generosidad de sus palabras y el cariño
mostrado hacía mi, se que son palabras verdaderas que
nacen del corazón. Gracias hermanos, os quiero.
No sé cómo agradecer a mis familiares y amigos el estar ahí
siempre durante este periodo de nervios, cosquilleos,
ilusiones, recuerdos y emociones, gracias a mis padres por
sus consejos, su calma, por haberme educado y criado como
lo han hecho y sobre todo por haber hecho que naciera en
esta bendita tierra.
Y como no a Gloria, mi mujer, gracias por la comprensión y
saberme llevar en mis altibajos fruto del nerviosismo y
responsabilidad a la que me enfrentaba, gracias por sentirte
alosnera desde el primer día, por amar a este pueblo y vivir
y sentir sus tradiciones, por estar a mi lado en todos los
momentos importantes de mi vida. Te quiero.
Y por último te quiero dar las gracias a Ti, sí a Ti, a Ti San
Juan Bautista, cuando recibí la propuesta de ser pregonero
lo primero que hice fue pensar en ti, y pedirte un favor, que
me cuidaras y protegieras a una persona, gracias a ti hoy
está en primera fila sintiéndose la mujer más feliz y
orgullosa del mundo, viendo a su Manuel pregonando a su
querido Patrón, y gracias también por cuidar a su
compañero que está junto a ti disfrutando de este momento
tirando un cohete desde el cielo. Permítanme que mi pregón
vaya dedicado a estas dos personas, a mi abuela Juana Real
y a mi abuelo Juan Barba.
Sigo soñando
Hoy me presento antes ustedes con los mismos nervios e
ilusión que aquella mágica mañana de junio de hace cinco
años, esta noche la comparo con la espera impaciente a la
salida de San Juan para bailar mi primera folía ante él, la
impaciencia, la ansiedad, el desconocimiento, la
inexperiencia dominaban mi cuerpo al igual que en este
momento, he puesto en este pregón el mismo empeño y
cariño que durante estos cinco años danzando ante San Juan
y llevando muy a gala el ser cascabelero, que lo sigo siendo,
cascabelero nunca se deja de ser.
He cambiado la puerta de la Iglesia por este altar, el paso de
San Juan por este atril, la banda por la corbata, el
chalequillo por el traje, los palillos y cascabeleras por estos
folios y mis palabras, mis compañeros cascabeleros por
todos ustedes, hoy vamos a bailar una larga y bonita folía
y nos fundiremos en un abrazo tras el fandango parao.
Lanzo un cohete al cielo para que calme mis nervios e
imaginar ese instante en el que el ansia por ir en su busca
apresaba mis sentidos, de levantar los brazos al cielo, de por
fin mirarle sonriente con el sudor por la frente, en la
distancia adivinaba la silueta de sus andas, cuando le dé el
sol en la cara, decían los cascabeleros de más años, el sol
que en esa mañana siente celos de ti por que le robas su
resplandor, tranquilos, todavía no, esa espera me consumía,
el movimiento de una vara y al unísono la melodía mágica
de un tambor y una flauta, con un coro de cohetes y repique
de campanas, nos daban el aviso, llegó el momento, a un
mismo compás un grupo de alosneros valientes, zapatazos
fuertes, cuerpos erguidos, brazos al cielo y miradas
sonrientes y en ese momento, solos, tu y yo, no sentía nadie
a mi alrededor, el estruendo de los cohetes me decía que era
real, que no era un sueño tantas veces soñado, me acercaba
a ti, como si la calle se abriera a mi paso como un rio, un río
en el que en su orilla bautizaste a Cristo con una concha de
nácar, y llegué a ti, me arrodillé para que me bautizaras,
cuantas veces imaginé ese momento que anhelaba, cuantas
veces me imaginé bailando una folía, cuantas veces me
imaginé bailando un fandango parao entre los dos paseos, el
levantarme una mañana de San Juan tempranito para que
vieras en tu ventana de yerbabuena un ramito y yo mi ropa
de cascabelero preparada en mi habitación, el danzar por las
calle de mi Alosno y mirar sonriendo a San Juan, el salir de
la calle perdía y oír mis cascabeleras, y se oían cascabeles,
alosneros oír siempre cascabeles.
Todo eso tu lo hiciste posible, y cuando la tristeza y la
melancolía inundaban mi alma por despertar de mi sueño
más anhelado, te has fijado en mi para que este año tenga
mi sitio, no me encontraré perdido y vagando de un lugar a
otro con la mirada perdida sin saber qué hacer, has querido
que no despierte del todo y siga soñando.
San Juan tú te has fijado en mí
que habré hecho para haberlo merecido
que poco puedo ofrecerte
y cuantas cosas te pido
Por eso en esta aventura
del pregón que te confío
me encomiendo al poderío
de tu mirada de dulzura
Te pido que me alumbres
que le des a mi voz vigor
a mis palabras fervor
y a mis labios mansedumbre
Valor a mis pensamientos
a mis acentos cordura
a mis temores ternura
y a mis versos fundamentos
Quiero volver a tu rio Jordán
déjame andar a tu lado
hoy me vengo a bautizar
para que me limpies de pecado
Que todo es por ti San Juan Bautista
que todo un pueblo te adora
que sueña con esa bendita hora
que con tu dedo lo señales y lo asistas
Que todo es por ti San Juan
hoy te vengo a pregonar
no me dejes de mirar
y ayúdame San Juan Bautista
La ilusión de mi niñez
En estos últimos 5 años he tenido el privilegio de poder ser
cascabelero delante de nuestro Patrón, mi ilusión desde
niño y la de cualquier alosnero, el mayor orgullo y lo más
grande que puede sentir y vivir un hombre de Alosno y su
familia, algo que no se puede explicar, que llega a lo
espiritual, a lo sentimental, esa ilusión rondaba mi mente
desde la niñez.
Cuantas veces me imagine danzando ante él, pero eran
ilusiones mías, mi realidad era distinta, iba a ver a mis
amigos ensayar con el coro infantil al colegio, en mis ojos se
podía ver lo que era una envidia sana, cuantas veces le dije a
mi madre que yo quería ir al colegio de Alosno para poder
ser cascabelero infantil, mientras los veía ensayar yo
intentaba grabar en mi mente las mudanzas y cada
movimiento, al terminar el ensayo me quedaba con mis
amigos Pedro Juan el niño del Odiel y la Juani Salguero, Fª
Javier Tacholita, Manuel Carrasco el nieto de Tarugo,
Fernando Rangel el nieto de la María Salguero, Iván el del
Porticuelo y ellos me terminaban de pulir los defectos para
que por la noche me pudiera meter con ellos en el ensayo de
la calle iglesia. Ellos esa mañana del 24 de junio cumplirían
mi sueño y yo tendría que verlos desde fuera y seguir
soñando, era la ilusión y el sueño de un niño alosnero.
Son los recuerdos de mi infancia alosnera, que infancia tan
feliz, al llegar la primavera veía como las tardes de juegos
se alargaban, que los días cambiaban de color, como
cambiaban las caras de su gente presintiendo que algo
grande se iba acercando, esos recuerdos hacen que empiece
a oler a pólvora, la pólvora de los cohetes que tiraba mi
abuelo Juan desde el corral, al mismo tiempo que se oían
explotar en el cielo se escuchaba al fondo de la calle Perdía,
la melodía de un tambor y una flauta, anunciando que se
acercaba el día más bonito de nuestro pueblo. Qué bonito
está mi Alosno cuando se escucha el tambor, anunciando
que se acercan las fiestas de nuestro Patrón.
Qué alegría sentía mi cuerpo cuando llegaba el tambor a mi
casa y me iba detrás con mi abuelo recorriendo las calles de
la Alosno, como iban mi madre y mi tía cuando eran niñas
con mi bisabuelo Nicolás Real.
Al recordar ese tiempo tan feliz, siempre vienen a mi
memoria dos personas a las que tengo que agradecer el
amor que siento por este bendito pueblo, mi abuelo Juan ha
sido para mí de las personas más importante de mi vida y yo
se que por parte de él ese amor era recíproco, al igual que
significo mucho para mi abuela Juana, sé que soy su
Manuel, su ojito derecho, he sido el hijo varón que nunca
tuvieron y yo sabía que la gran ilusión de ellos era verme
algún día danzando ante San Juan Bautista, igual que
cuando yo era pequeño y vestido de Cascabelero me
llevaban de una Folía a otra y mi abuela me contaba con
orgullo como su padre, mi bisabuelo Nicolás Real, había
sido Cascabelero y que quiso y defendió mucho a San Juan,
su historia y sus tradiciones.
Mi familia materna, la alosnera, la cascabelera, ha hecho que
creciera en mí la semilla alosnera y encendieron y han
sabido mantener encendida la llama de ese sentimiento y
que me sintiera alosnero de sentires aunque no de
nacimiento, ha hecho que conozca y respete la cultura de
Alosno, tierra donde nacieron mis antepasados, orgullo de
mi madre y mis abuelos, que por herencia me inculcaron
raíces que en mi espíritu germinaron, que venere sus
tradiciones y folklore, algo que llevo muy a gala, y lo han
conseguido, mi vida gira en torno a Alosno.
De otra parte mi familia paterna, la choquera. Mi padre, que
aunque no sea alosnero también ha hecho mucho para que
sienta este amor por Alosno, que junto con mi tío Isaías y
mi abuelo Manuel el de “El Lagar” han sido los que me han
inculcado mi tierra, me han enseñado a quererla, a
respetarla, a sentirme orgulloso de ser choquero y de
defender todo lo relacionado con Huelva.
A ellos les debo el amor que les preciso a San Juan Bautista
y a la Virgen del Rocío, mis dos amores, mis consuelos, mis
Rocíos y Esperanzas, a ellos les pedí por mis abuelos, que
me los cuidara y sobre todo que no se los llevará sin que me
vieran danzándole una folía a San Juan, yo no quería ser
cascabelero por mí, lo quería ser por ellos y que pudieran
disfrutar con ese momento.
Por ellos les hice la promesa a mis dos amores, Juan y
Rocío, para que me los protegieras, y por ellos me eche a
caminar, y pise las arenas marismeñas, acompañado de mis
hermanos y amigos, con mi hermandad de Huelva, con mi
Simpecao de plata como guía que caminaba por los senderos
entre fandangos alosneros, en mi cuello dos medallas, dos
cariños diferentes, una con el cordón verde de mi
hermandad de Huelva, y la otra con el cordón rojo y blanco
de mi hermandad de San Juan Bautista y en cada pisada el
cascabel de mi me medalla de San Juan me recordaba mi
promesa, en la noche del camino un fandango en la lejanía y
el rocío de la madrugada me recordaban a la alborá. y
cuando el tamboril me despertaba con el alba mi cuerpo
gritaba un viva a San Juan, las campanillas del Simpecao me
sonaban a folias, los lirios que cogía para gloria y mi
hermana para darles ánimos y fuerzas para caminar eran
como el ramito de yerbabuena puesta en sus ventanas, la
entrada en la ermita era como la entrada en la iglesia,
llegaban los abrazos y las lagrimas como al bailar un
fandango parao, mi hermano tras todo el camino sin hablar
me gritaba un viva a la Virgen del Rocío y un viva a San
Juan Bautista con el dejillo alosnero y de frente la Virgen
del Rocío y a su lado San Juan Bautista, los dos me miraban
y yo apretaba mis medallas, dos sentimientos a la vez, la
misma devoción y fe,
tengo un amor en Alosno y otro tengo en la marisma
uno la Virgen del Rocío el otro San Juan Bautista
Pero no pudo ser, un mes de junio quisieron llevarse a mi
abuelo Juan con ellos, y quisieron llevárselo mientras yo
bailaba en los ensayos de la calle Iglesia, y quisieron
llevárselo cuando San Juan ya estaba en su paso, y entró en
Alosno un día 23, toque de vísperas, cuando sonaban
cohetes, como los que tiraba desde el corral de su calle
perdía.
En esos momentos cuando te asaltan las dudas, no
encuentras respuestas a tus preguntas, ese pensamiento que
todos hemos tenido alguna vez, ese enfado con él, sí enfado,
lo sentimos tan cercano y es una relación tan especial, la
que tenemos con él, que también nos enfadamos, le pides
que te aclare las dudas, por qué lo había permitido, por qué
ese día lo apartó de mi vera, no había consuelo para mí, era
un calvario que me atormentaba, me encontraba en el
desierto en el que él se encontró, al igual que aquel día de
mi cumpleaños que nos dejó mi amigo Rafael, yo ese día
solo hacia mirarle, buscando una explicación, por qué te lo
llevaste si tenía toda la vida por delante, y no me
contestaba, le mantenía la mirada y me la apartaba, como
dándome la razón y sabiendo que se había equivocado, por
qué te llevaste a Hernández a quien le hacía mal, siempre
con su sonrisa no tenía nada suyo todo era para los demás.
Y en el trascurrir por ese desierto de dudas y preguntas,
cuando el corazón se calma, es cuando llega su fe, en medio
de ese desierto encuentras un rio, el rio que es San Juan
Bautista, para alentarte, darte ánimos y fe, con su agua te
refresca las ideas, y empiezas a pedirle perdón, cómo me he
podido enfadar con él, entonces él te mira sonriendo,
entendiendo tu dolor, es cuando encuentras las respuestas y
se aclaran tus dudas y entiendes que se fueron para estar
junto a él, que se los llevó para tenerlos a su lado y que
desde los cielos disfrutan de su Alosno y los alosneros,
siguen presentes porque no los olvidamos y desde allí nos
cuidan y protegen, son nuestros ángeles cascabeleros.
Cascabeles
Y llegó el gran día, el día del sorteo, día que todo hombre
alosnero tiene marcado como un día importante en el
almanaque de sus sentimientos, en el que tiene puestas
todas sus esperanzas, cuantas ilusiones depositadas y
cuantas desilusiones tras no escuchar tu nombre, cuantos
días pensando que ese año sería el tuyo y no fue así, y
piensas que nunca llegará el día en el que salga tu papeleta,
digan tu nombre y poder gritar a los cuatro vientos con
toda la fuerza del mundo un Viva a San Juan Bautista.
Pero San Juan tiene marcado tu momento y te va avisando
de cuándo será, ahora es muy fácil decirlo, pero el año que
me tocó creo que me avisó de que ese año sí sería el mío,
sentía dentro de mi cuerpo un tronar de cohetes y un
timbreo de cascabeles que me hacía presagiar que ese año sí,
que ese año saldría mi nombre, que al ir como cada 18 de
junio a la ermita a hablar con ella y a la iglesia a hablar con
él noté que me miraban diferentes, me sonreían, como si
guardaran un secreto y quisieran contármelo para que lo
supiera antes que nadie y así fue, cuando me encontraba en
la casa de hermandad entre mi hermano y Gloria y viendo a
mi tía Ani en su lugar de siempre, sucedió, mi papeleta, mi
nombre, el día más feliz de mi vida, mi primer viva San Juan
Bautista en voz alta, siempre habían sido para mis adentros,
por vergüenza o porque lo tenía guardado para ese
momento nunca lo había gritado ante la gente, fue como un
te quiero, no se dice por decir, se dice porque se siente.
Y en ese momento en el que dijeron mi nombre se oían
cascabeles,
Cascabeles de alegría
Cascabeles de mis sueños
Cascabeles de melancolía
Cascabeles de recuerdos
Cuando salí corriendo a buscar a mi abuela para abrazarme
a ella se oían cascabeles
Cascabeles de ilusiones
Cascabeles de esperanza
Cascabeles de nuestros corazones
Cascabeles de añoranza
Y los dos abrazados solo nombrándote y pensando en ti y
seguían oyéndose cascabeles
Cascabeles de mi alma
Cascabeles de amanecía
Cascabeles de alborá
Cascabeles de folía
Y se oían cascabeles porque estabas tú y te sentíamos,
Cascabel.
Mi amigo alosnero
Desde el momento que te nombran cambia tu vida, ese
ensayo es diferente, la gente te felicita, vas en una nube, un
familiar va corriendo a su casa para dejarte sus palillos para
que ensayes con ellos, yo los hice con los de mi primo
Alonso que fue mi prima Macarena a por ellos nada más
enterarse, lo que hubieran disfrutado Alonso el cartero y
Juan Barba, lo que hubiesen llorado.
Sientes que continuas una tradición antigua, te sientes el
hombre más afortunado del mundo, ya nada es igual, ves y
sientes las cosas de diferente manera, se te graba una
sonrisa que no borrarás en la vida, caminas con el son de los
cascabeles y una de esas tardes paseando por Alosno,
cuando ya resonaban el tambor y la flauta por sus calles e
íbamos a los ensayos, me encontré con un gran amigo que
todos conocéis bien, y tuve una buena conversación con él,
empezamos a hablar de nuestro pueblo, de su gente, sus
tradiciones y él me contaba como no podía vivirlas como un
alosnero más, me contaba que él no era de salir mucho, que
era muy casero, pero que desde su casa disfrutaba de su
pueblo y veía como todo se iba transformando y su gente lo
vivía. Me contaba como notaba los cambios de estaciones,
quizás por la edad, que la luz que entraba por sus ventanas
le anunciaba que su pueblo iba cambiando, que todos los
años al entrar la primavera le iba a visitar un familiar suyo
con el que tiene una gran relación, ese familiar suyo es mi
vecino, y de alguno de vosotros también, que a poco de esa
visita empezaba a oír guitarras y panderetas, que llegaba la
Cruz de mayo, que le encantaría poder algún día salir con
una reunión de hombres y poder bailar en una colá como un
alosnero más, de cantar un fandango por sus calles, pero
aunque no podía lo vivía y lo sentía, que le encantaría
montar a caballo acompañando a San Antonio de Padua y
ser un romero más.
Que al poco de aquello el viento le traía hasta sus oídos la
música celestial de un tambor y una flauta que le hacía
recordar momentos de su vida, notaba un revuelo y un
bullicio especial, un ir y venir de gente, aceleradas,
nerviosas, esperando algo importante, que cerca de su casa
se reunían de noche para ensayar una danza ancestral que
rememoraba la alegría que sintió al conocer una noticia, que
en esos días recibía muchas visitas, que le llevaban flores los
niños, que su casa se engalanaba y preparaba como la de un
alosnero más, que un día llegaban vecinos de tierras lejanas
solo para estar con él en esos días, que presentía que un
tronar de cohetes repique de campanas y toques de tambor
y flauta era la antesala de lo esperado, la víspera de lo
deseado, que no podía evitar que se le saltaran las lagrimas
y cantar para sus adentros cuando sus vecinos le iban a
cantar a su casa, y después, el silencio, su casa queda vacía,
en penumbra, la noche se le hace larga ya que sabe que llegó
el gran día, en el silencio de la madrugada nota que vienen a
buscarlo, que es el día, que sale por su pueblo a estar con
sus vecinos, sus amigos, sus hermanos, que San Juan es un
alosnero más.
San Juan es nuestro amigo
nuestro hermano
el que en un mal momento
te tiende una mano
San Juan se siente de Alosno
y Alosno se siente San Juan
como unos buenos amigos
uno sin otro no podrían estar
Es en quien pensamos
en nuestros pensamientos siempre está
por mucho que nos alejemos
el siempre volverá
Los alosneros lo tenemos siempre presente
lo tenemos en nuestras casas
en nuestras almas, en nuestros mentes
es nuestro consuelo y esperanza
Le pedimos consejo,
le contamos nuestros secretos
es que San Juan Bautista eres nuestro guía
por eso Alosno te quiere, San Juan Bautista
Alborá de mis sueños
Qué bonito está mi Alosno cuando suena la alborá
una copa de aguardiente ya va a salir mi San Juan.
Tranquilos mis impacientes paisanos
para tocar el cielo con las manos solo nos queda una alborá.
Noche de Alborá, noche de magia y embrujo, el silencio de
la madrugada nos estremece y nos contagia unos recuerdos
de tiempos pasados, el aroma a aguardiente nos endulza
nuestros recuerdos, caminamos todos en silencio, con
nuestros pensamientos, en la noche callada el toque de la
alborá hace que todos tengamos presentes a nuestros
antepasados que nos trasmitieron estas tradiciones y
nuestro sentir alosnero.
Cuando el tambor y la flauta interpretan ese sonido tan
maravilloso a las puertas de una casa alosnera parece que lo
están haciendo ante las mismas puertas del cielo, para que
todos los alosneros que allí habitan estén presentes en ese
instante, compartiendo con nosotros una copa de
aguardiente.
Y esta noche tendré el honor de poder oír la mágica melodía
de la alborá tras las puertas de mi casa, y podré abrirlas de
par en par, como si se las abriera al mismo San Juan y
poderle gritar cara a cara un viva que rompa el silencio de
la madrugada y llegue al pueblecito de Alosno que hay allá
en el cielo para que desde allí todos los alosneros que se
fueron me respondan a través del claro que se abrirá en el
cielo.
Y al llegar la alborá a las puertas de su casa lo estarán
esperando sus hijos.
Tranquilos mi hermanos costaleros
para tocar el cielo con las manos solo os queda una alborá.
Que llevan varias horas esperando para poder sentir en sus
hombros el peso de San Juan, tal como lo hicieron sus
padres y abuelos, la llama de San Juan sigue viva en el
alosnero, y no importan las horas de espera, el frio de la
madrugada, el cansancio, el sueño, por que al ver llegar al
tambor todo eso se transforma en ilusión, fuerzas, ánimos,
alegría, se abren las puertas de la Gloria, en la que solo está
iluminada la cara de San Juan, en la penumbra del templo el
toque de la alborá despierta todos los sentíos y los nervios
adormecidos, y a quién no se le estremece el corazón al
mirarte si hasta los suspiros rompen el silencio y las
miradas se convierten en viva oración, San Juan, el tiempo
se detiene ante tu presencia y ya Alosno sueña con ser tu
cascabelero en nuestra mañana eterna, en nuestra mañana
de San Juan.
En esta madrugada de siglos de memoria
antes que los rayos del sol despierten los amores
de corazones alegres de recuerdos antiguos,
aún no sé por qué esquina de los suspiros
llegará el amanecer del día más luminoso
y nos dará un andar con mudanzas que no se pierden
cuando esta noche se mire en el espejo
de aguaillos y aguardientes que me saben a dulzura
vendrá rompiendo el tiempo y el silencio de anochecía
una sinfonía que mis labios se saben de memoria.
El toque de la alborá recorrerá los rincones de nuestros
corazones
por las calles de nuestras almas se romperá el silencio
las puertas de nuestros sentimientos se abrirán con sus
sones
en las esquinas de los sueños se espabilaran los recuerdos
Y tu pueblo te irá a buscar a tu casa como a un alosnero
más
te despertará de tu letargo que te ha hecho soñar con
cascabeles
con un toque de alborá mágico que te hará temblar el alma
tu cuerpo está impaciente, ansioso por recorrer sus calles
Qué bonito esta mi Alosno cuando suena la alborá
una copa de aguardiente ya va a salir mi San Juan.
La mañana de San Juan
La mañana de San Juan levántate tempranito
y verás en tu ventana de yerbabuena un ramito
Yo no me levanté tempranito, es que ni siquiera dormí, una
noche de nervios, de inseguridades, de imaginar en mi
mente la procesión, de levantarme de madrugada para
colocar en la ventana los ramitos de yerbabuena y claveles,
de esperar la amanecía con la ilusión de un niño, de desear
que el sol empezará a despertar el día, de tomar la copa de
aguardiente en el corral, y ver mi ropa de cascabelero
preparada.
Mi casa ya empezó a despertar con la ilusión de toda casa
alosnera, los nervios ya se notaban en nuestras caras, en
nuestros movimientos, y comenzaba el ritual de vestirse de
cascabelero, tradición antigua que heredamos de nuestros
mayores.
Mi tía y mi madre comenzaron a vestirme, camisa con su
gemelos, y sus primeros imperdibles, ¡que de imperdibles!
“para que no se salga nada” me gritaba mi tía, las medias y los
pantalones, me apretaban los machos, camisa por dentro y
el chalequillo, ¡y más imperdibles! la faja apretada a la
cintura, la banda cruzando el cuerpo, que se vea bien lo
bordado que es un Viva a San Juan Bautista, los palillos
preparados con sus lazos, el pañuelo bien planchado y
reluciente de blancura al cuello, y por último las
cascabeleras para llenar cada rincón de la Alosno con su
soniquete.
En ese momento todo eran nervios y alegría, mi abuela
gritándome vivas a San Juan, mi madre y mi tía
vistiéndome, mi hermana vestida de Jueves de Comadre, y
viene a mi memoria la sorpresa que me dio, cuando un San
Juan que no la vería por estar en tierras suizas me la
encontré en un ensayo cara a cara, no pude reaccionar, la
miraba como si de un espejismo se tratara, Gloria
mirándome emocionada con la ilusión de una alosnera más
como si lo hubiera vivido y sentido desde niña.
Las mujeres de mi casa… ¡qué sería de mí sin ellas! y que
sería de la Alosno sin sus mujeres, sois el centro y guía por
la cual giran todas las tradiciones alosneras, sin vosotras no
hubiera llegado a nuestros días tal y como las conocemos, ni
se mantendrían con tanta fuerza, sois las guardianas y
defensoras del pozo de sabiduría de la cultura alosnera, por
todo eso gracias, gracias por rezar cantando tras los pasos
en Semana Santa, gracias por esas miradas nerviosas desde
el escaño antes de echar la bailailla en el llano, gracias por
despertar despavoridas e ilusionadas cuando una guitarra y
un cante os llaman en una noche de ronda, gracias por
acompañar con pandereta al Simpecao de San Antonio,
gracias por vestirnos de cascabeleros, por colocarnos la
banda y el pañuelo, por apretarnos los machos y ponernos
las cascabeleras, gracias por bailar el pino y transportarnos
a tiempos lejanos, gracias por vestiros de mantilla y Jueves
de Comadre, gracias por cantarle las Coplas al Niño, por
todo esto y mucho más, gracias mujer alosnera!
Qué sería de Alosno sin sus mujeres,
sin sus miradas y sonrisas
sin su compresión y quereres
Qué sería de Alosno sin vosotras
sin vuestra amor y apoyo
que sois luchadoras, sufridoras y soñadoras
Qué sería de Alosno sin sus mujeres
sin vuestra belleza y simpatía
sin vuestro arte y alegría
Por todo ello Alosno pone en vuestras ventanas
un ramito de yerbabuena porque sois buenas
un clavel porque os quiere bien
una pera porque os quiere entera
una rama de peral porque os quiere más
y no os pondrá olivo porque nunca hay olvido
y un ramito de guadapero, porque os quiero
Mi primer coro
Y al terminar de vestirme comenzaba mi camino hacia lo
desconocido, la salida de mi casa se convirtió en algo
mágico, el sonido de mis cascabeleras se entrelazaban con
los vivas que me lanzaban desde mi casa, era como un viaje
en el tiempo que me trasportaba al pasado, Parecía que la
calle Perdía se había vestido de fiesta con aroma antiguo
como si fuera en blanco y negro, era una unión entre lo
terrenal y lo divino, veía como desde el umbral de mi casa
entre mi abuela y mi madre estaban mi abuelo Juan y mi
bisabuelo Nicolás que me despedían entre sonrisas y
lagrimas, en la casa de los piñates me daban un beso sus
hijas, y yo recordaba a padrino, en la esquina de la colá de la
calle vallegrande me esperaba el Papu para darme un besillo
y cantarme las sevillanas del Pali, pueblecito de Alosno
cuanto te quiero, bendito sean tus bailes cascabeleros,
hermoso día, 24 de junio, San Juan Bautista, y yo escoltado
como cada año por mi padre, mi hermano y mi gran amigo
Iván, caminábamos en silencio, no hacía falta hablar, sin
hablarnos nos lo decíamos todo, miradas cómplices y solo
nos acompañaba el sonar de cascabeles y el compás que nos
marcaba el tambor de nuestro corazón.
Y al final del mágico camino, el encuentro con mis
compañeros cascabeleros en la casa de hermandad, miradas
nerviosas, pulsos temblorosos, abrazos, besos, ánimos, los
que ya habían bailado otros años nos aconsejaban, nos
intentaban tranquilizar, que buen ambiente y cuanto cariño
entre todos, el lazo que nos une es muy grande, es San Juan,
nos convertimos en uno solo, somos hermanos, es un lazo
que nos mantendrá unidos de por vida, no sé cómo daros las
gracias a todos con los que he tenido el honor de compartir
el ser cascabelero, con los que he derramado lagrimas,
sudor, sonrisas, abrazos, cansancio y alegría.
Carlos Mora gracias por ser mi maestro, por aconsejarme y
enseñarme a estar en el sitio, Jose Jesús el del bar el cruce el
hermano de la Antoñi, Sebastián Borrero, Pedro Salguero el
de la Alborá, Manuel Carrasco, mi amigo de la infancia,
cuantos juegos de niñez compartidos y San Juan nos unió,
Plácido, Toni Rastrojo, Antonio Gallego San Juan estuvo
contigo y te ayudó en tu momento más difícil, Manuel
Padilla, Mario el sobrino de mi tío Silvestre, Diego
Morgado, Rodrigo el nieto de la Sánchez, Nicolás Cerrejón,
mi querido Medina, San Juan te dio las gracias por lo
hermoso que lo engalanabas y quiso que lo vieras bailándole
una mañana clara, Gonzalo Comino, Posito, Juan Carlos
Limón, siguen la tradición tus descendientes, los hermanos
Naranjos, Manolín Torrado, Juan Fernando, gazapete, sigo
recordando mi primer año y mi primer abrazo dentro de la
Iglesia como si fuera ayer, los hermanos pájaros, Román
Pechuga, Pedro Bowie, Santiago Serrano, mi ahijado
peregrino, he compartido contigo las arenas del camino y
folías ante San Juan, y se abrieron las puertas de la Gloria,
Juan Bautista el de Aquilino, Santiago Salguero el de la Era
Bola, José Comino, Juan Jesús Garrote, Antonio José el
Rubio, Sergio Carbajo, Fernandito gazapo, Juan Nicolás
Carbajo, Miguel Borrero, a mis tamborileros, Fran
Barragán y Benito Serrano con los que también he
compartido abrazos como cascabelero, Juan Bautista el
chiquillo de Antonio Blanco, Donato el de los gatos,
Antonio María, jarilla, que bien nos lo pasábamos de niño
poniendo la liria y jugando por el enriaero, y como no a
nuestro maestro de ceremonia, Francisco, el de la Inés de
Pepito, por sabernos llevar, por entendernos, por tener
siempre una palabra de ánimo y siempre una buena cara,
gracias a todos, compañeros, hermanos, por tantos
momentos vividos.
Y con todos ellos al entrar en la casa de hermandad viví
algo especial
mi primer coro de cascabelero, que cosa más bonita que
jamás pude imaginar
las mismas caras de siempre año tras año puestas en el
mismo lugar
las mismas palabras de ánimo, los mismos gestos de
complicidad
la misma estampa de San Juan guardada para rezar
los primeros cascabeles al suelo con su mágico rodar
el sonido del tambor y la flauta retumbaban de una forma
especial
los cascabeleros nos miramos cara a cara y rompemos a
sudar
sonrisas nerviosas ya no podemos disimular
que se acerca el momento, es la mañana de San Juan
La mañana de mis sueños
Qué bonito está mi Alosno y al amanecer el día
en las puertas de la Iglesia sonando está una folía
Y llega el momento que Alosno espera con impaciencia,
cuando el sol empiece a iluminar nuestro pueblo, llegaremos
a la Iglesia a la puerta de San Juan bautista, con la ilusión
de siempre, siempre nueva, un año más, siempre igual y
siempre diferente, iremos a renovar nuestra fe y nuestro
compromiso con él.
Será el momento del encuentro, del encuentro repetido
durante toda una vida, Alosno estrenará el aire, la luz, el
sol, la mañana, el viento, los cohetes, cascabeles y palillos, y
todos estrenaremos, estrenaremos ilusiones, sueños y
emociones, que serán las mismas de siempre,
la misma mirada de admiración
los mismos abrazos fraternales
los mismos vivas sentimentales
las mismas lágrimas de compasión
Las mismas pero a la vez diferentes, cada San Juan es
diferente aunque con los mismos sentimientos. Al igual que
el San Juan de cada uno de ustedes es diferente pero en
realidad es el mismo, porque todos vamos a beber a la
misma fuente, para revitalizarnos con el agua bendita que
San Juan nos derrama, tal y como él la derramó sobre
nuestro Salvador.
Nos vestiremos de alegría, nos llegarán recuerdos,
lloraremos y sonreiremos al amanecer el día y oír una folía,
es cuando los nervios tienen sonido, sonido a campanas,
traca de cohetes, a palillos y cascabeles.
Alosno se arremolinará esperando la salida de su Patrón, y
mientras tanto en el interior de la Iglesia, San Juan ya
impaciente mira a sus costaleros animándolos a salir, que
lleva un año esperando el poder ver a su pueblo y pasear
por sus calles, San Juan se acercará al comienzo de todo,
bajo el dintel, sombra y luz, luz y sombra, fuera del templo
sus valientes cascabeleros esperan nerviosos e impacientes a
que San Juan se asome para recibirlo con folías, y un pueblo
entero te mirará ilusionado como si fuera la primera vez que
te ve,
y aún recuerdo la primera vez que te vi, en mis ojos sigue
reflejada la luz que desprendías en aquel instante.
En ese momento en el que el cielo de Alosno se pinta con
colores vivos y alegres de un azul bonito, trazados con el
vuelo de golondrinas y vencejos y con el humo de las tracas
de cohetes, ese humo que forman nubes aborregadas que
nos recuerdan al cordero de Dios postrado antes sus
plantas, esa sombra y luz que se mezclan hacen que el cielo
de Alosno se dibuje formando un cielo de cortadillo, esa
traca de cohetes que hace que Alosno estalle de alegría.
Comienza su paseo por su pueblo,
para estar con sus paisanos
y llega al paseo y le miran desde un balcón
lo miran en el cielo o en la tierra con la misma admiración
el se fija en la gente que se arremolina junto a él
sus caras están alegres que te dicen que pasa algo
han visto a su patrón cara a cara sonriendo
con su tez tan juvenil el alosnero lo siente hermano
la mujer su hijo y quisieras darle un beso y abrazarlo
El cuerpo se empieza a relajar, los cascabeleros empezamos
a bajar de la nube de emociones de nuestra primera folía,
comenzamos a sonreír, de esos que van sonriendo con el
sudor por la frente, que el cascabelero es la representación
de un pueblo y tiene que darlo todo por San Juan e ir
sonriendo.
Hincaremos nuestras rodillas ante la cruz de la casa de
Borreguilla
saldrán las primeras miradas y sonrisas relajadas
los primeros vivas lanzados al aire de la mañana
esos vivas que provienen de debajo de sus andas
cada vez que te acercas y ves como tus amigos te miran
felices y sonriendo
y veo a mis primos Silvestre y Juan Nicolás con las lagrimas
“saltás”
un viva y un abrazo y un recuerdo para los que no están.
Los primeros niños en brazos para subirlos a su paso
esos niños que ni lloran que se quedan hipnotizados
ante la mirada de San Juan y su cordero divino
no dejan de mirar a su alrededor, el sonido y el colorido
los niños se presentan ante él y comienzan a sentirlo
y empezaran pronto a hablar, San Juan le dará el habla
y lo primero que saldrá de su garganta será un viva
igual que su padre Zacarías, un Juan y un viva.
Y recuerdo con cariño a mis sobrinas y a mi ahijado,
por la mañana eran mudos y por la tarde unos mirlos,
¿verdad Ana? O a mi sobrina Marta que aunque no la pude
subir en su paso San Juan te protegió.
Al final de la calle nueva nos esperan nuestros abuelos, con
sus miradas ilusionadas que nos recuerdan a esos niños que
hemos subido antes al paso, allí los llevan los trabajadores y
trabajadoras del asilo, un ejemplo para todos, luchadoras y
sufridoras que también quieren que nuestros mayores
estrenen ese día miradas e ilusiones.
En la calle el cabecillo ponte la ropa con arte
porque corre un vientecillo que los corazones parte.
y para ponerse la ropa con arte
como la mujer alosnera no hay nadie
cuando se viste de Jueves de Comadre
los zapatos y las medias, las enaguas y la falda
el lazo a la cintura, la cochinilla y el corpiño
la toquilla, el galápago y los ajorcaeros,
esas mujeres como mi prima Loli
que no sienten el calor ni el cansancio
que con su sonrisa van acompañando al paso.
En la calle el Barrio vivo, en el Alosno nací
aquí tengo mis amigos y aquí quisiera morir.
Al pasar por la Vegacha nos llega el olor a azucenas
agua bendita de la fuente para mezclar con el aguardiente
El sol se nos pone en frente quiere ver a San Juan de cara
la calle se empieza a estrechar y no podemos pasar
es cuando los niños cascabeleros nos tienen que ayudar
aguantan a la gente para que tengamos hueco para danzar
que la calle se estrecha y no hay sitio para bailar
tras la folía los cascabeleros entramos en una casa
para podernos refrescar y descansar
es cuando le dejamos el sitio a un niño cascabelero
para que se sienta un cascabelero grande
que me hubiera gustado poder sentir esa sensación en mi
niñez
te miran alegres como si fueras su héroe.
Entramos en la calle la chinche con su fuente del piano,
empieza a apretar el calor, y quisieras refrescarte con el
agua que derrama, es cuando el cascabelero agradece el
refrigerio, limonada, aguaillo y el aire abanicado por las
mujeres que lo acompañan, y se acerca mi primo Alonso
para refrescarme con agua el cuello y la garganta.
Y bailando la folía me trasporto en el tiempo,
y vuelvo a ser un niño
recordando en la casa en la que bailo,
gran amigo de mi abuelo, en la casa de Mario
Al final de la calle, la casa de la Inesita
en frente mi Cruz de la calle vallegrande
y al fondo, mi calle perdía
quisiera coger de la mano a San Juan y conmigo llevarlo
para con él en la calle perdía llegar danzando.
Subimos la calle rico, las piernas ya pesan pero al mirarlo se
vienen arriba y zapatean con más fuerza.
En el convento nos arrodillamos y recordamos a sus
hermanas, y empezamos a prepararnos para la folia de la
calle hermana pilar, vamos entrando en la calle iglesia es
cuando empiezas a recordar los ensayos, donde le danzamos
desde el más chico al más grande, alosneros y forasteros,
esos forasteros que se sienten alosneros, que se meten en el
ensayo o bajo el paso de San Juan como un alosnero mas, es
cuando recuerdo a mis amigos Kuki y Lopa que han estado
siempre conmigo en los momentos importantes de mi vida o
a mis suegros que como cada año no faltan a la cita con su
San Juan, como ellos dicen se sienten alosneros y se
emocionaban como el que más.
En la puerta de su casa nos espera la junta de la hermandad,
en ese momento le agradecemos lo que hace por nosotros y
por San Juan, un recuerdo a anteriores juntas y cada una de
las personas que han luchado por nuestro Patrón.
La folia en la casa de hermandad
se hace con el pensamiento en la entrada
los nervios empiezan a aflorar,
queremos alargarlo que no llegue el final
aunque te encuentres cansado y tu cuerpo ya no pueda más
acortas las pisadas para no entrar,
al llegar al umbral vuelves hacia atrás
quieres comenzar de nuevo que la folia sea eterna
y el paso de calle sea el compás en tu caminar
San Juan va entrando en su casa cruza el dintel y allí lo
espera su pueblo, para admirar la entrada de nuestro
protector, sus costaleros lo alzan al cielo para que desde lo
alto nos proteja a todos señalándonos con su dedo, brazos
levantados al cielo, suenan palillos y cascabeles al compás
de unos tamborileros, los cascabeleros se abren paso entre
el gentío marcando el camino al Bautista, forman un río
colorido por donde navega San Juan Bautista.
Los vivas se entremezclan con los aplausos, el bullicio, el
estruendo de cohetes rebotan en la bóveda de su casa. Los
alosneros lloramos sonriendo, nuestras lágrimas se
convertirán en una sola, nos abrazaremos en un abrazo
sentío como un fandango y tras la gloria, el silencio, la
rodilla en tierra me despertó de ese sueño de cinco años del
que no quería despertar, que fuera eterno, triste por
espabilarme y ver cómo te ibas, pero alegre por haber
estado en la gloria contigo, por haber vivido lo más grande
y bonito que puede vivir un alosnero. Al igual que me
despierto de este sueño del pregón en el que te he tenido a
mi lado en cada momento, y siempre oyendo cascabeles,
alosneros, cerrar los ojos y oír siempre cascabeles.
VIVA SAN JUAN BAUTISTA
VIVA SAN JUAN BAUTISTA
QUE VIVA SAN JUAN BAUTISTA
Manuel Martín Barba
Alosno, 23 de junio de 2014
Quiero dar las gracias a todo el pueblo de la Alosno por el
apoyo y cariño recibido en todo momento.
A mis familiares y amigos por haber vivido conmigo esta
ilusión, este pregón es vuestro.
A Gloria por el diseño de este libro y a Jesús Vieira por su
encuadernación.
Agradecer a Antonia Márquez Osorno, Ramón Jesús Díaz,
Sebastián Gómez, mi tío Sebastián Real y a Sebastián
García, los consejos recibidos desde sus experiencias como
pregoneros.
A Chema del Barco por su ayuda desinteresada.
Y a Sergio Rodríguez Vázquez por la preciosa foto que
ilustra la portada.
Gracias Alosno
VIVA SAN JUAN BAUTISTA
VIVA SAN JUAN BAUTISTA
ALOSNO
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