PREGÓN A SAN JUAN BAUTISTA Manuel Martín Barba Alosno,2014 PRESENTACIÓN PREGONERO SAN BAUTISTA 2014, MANUEL MARTÍN BARBA JUAN Juan: buenas noches Rocío: buenas Noches Rocío: antes de nada queríamos comenzar con una frase con la que debería empezar cualquier alosnero al subirse a un escenario: con el permiso de Don Santiago Osorno… Juan: hace unos meses nos llego al corazón de mi hermana y el mío una noticia que superaba cualquier felicidad terrenal, fue algo divino, un mensaje, un regalo que desde el cielo nos enviaban para aumentar aún más si cabe el orgullo y el amor que sentimos hacia nuestro hermano. Él, es nuestro nexo de unión con San Juan Bautista, sentimos más cerca a nuestro Patrón viendo su sonrisa cascabelera, su mirada de felicidad plena… por eso hermano, podemos decir que no hay mayor devoción que la que sentimos por ti. Rocío: y ya estamos aquí, tus hermanos Juan y Rocío, que casualidad… Juan y Rocío. Como no podía ser de otra manera, los tres juntos, porque nosotros no somos sin ti y tú no eres sin nosotros. Para presentarte ante nuestro pueblo para que pregones a nuestro Patrón San Juan Bautista. Juan: Manuel Martín Barba. Cascabelero descendiente de mi familia sanjuanera. Bisnieto del cascabelero Nicolás Real, nieto de Juan Barba y Juana Real, hijo de Manoli Barba y Manolo Martín, alosnero de adopción, sobrino de Ana Barba, de Micael y Juan José Real, y del pregonero Sebastián Real. Rocío: él está protegido por la Virgen del Rocío, por sus muchos años peregrinando hasta su ermita y por su devoción sin medida, también está protegido por San Juan Bautista, por ser cascabelero, siempre con la cabeza alta y su sonrisa incomparable, y esta noche espera la protección de su pueblo, de la Alosno. Juan: porque es alegre como un cascabel, dulce como un aguaillo, sincero con un fandango de Paco Toronjo, lo hace todo de frente, siempre de frente, porque su vida no es un Calvario, su vida es Gloria. Rocío: ya solo te decimos que tranquilo, que nuestro Cascabel está con su cigarro en la boca, esperando que termines, para tirar su primer cohete de la noche. Juan: pedimos un fuerte aplauso para el pregonero Manuel Martín Barba PREGÓN A SAN JUAN BAUTISTA MANUEL MARTÍN BARBA ALOSNO, 2014 Enamorado de ti Aún recuerdo la primera vez que te vi, en mis ojos sigue reflejada la luz que desprendías en aquel instante, esa luz que encandila el alma, que espabila los sentíos, yo era un niño que apenas sabía andar, me enseñaste a caminar y desde entonces te convertiste en mi camino, no era consciente de lo que ibas a significar para mi, era el comienzo de una bonita amistad, de un amor eterno, estaba empezando a escribir el libro de mi vida y desde ese momento comprendí que ibas a ser el protagonista de él, que estarías presente en todos mis capítulos, en todas mis páginas, y en todas mis frases. Desde que te conocí ya nada tendría sentido sin ti, todo giraría en torno a ti, que fuera donde fuese llegaría a ti, que mirara donde mirase te vería a ti, que pensamiento que me rondara me recordaría a ti, fui creciendo y fraguándome contigo y perdiendo esa inocencia de niñez pero no esa luz que seguía reflejada en mis ojos, me alumbraste con tu luz de amanecía y el amor que sentía por ti fue creciendo. Cuando me alejaba de ti mi corazón se perdía, ¡ay! mi calle perdía, tenía que buscarte por los recovecos de mis pensamientos y cada vez que vengo a ti y te contemplo desde el alfeizar de los días me convenzo que soy más tuyo, me miro el alma y en mi memoria solo te recuerdo a ti, sigo siendo el mismo chiquillo de siempre puesto de puntillas para verte entre la gente, que presume de ti allá donde vaya, que se siente orgulloso de ser tuyo, tuyo como un muchacho enamorado, enamorado de ti, que yo no siento mariposas en el estomago, que yo por ti siento cascabeles, que me imagino paseando contigo, cruzarnos por las esquinas de mi sueños, que me claves tu mirada y me hagas sentir escalofríos, verte en el reflejo de las ventanas de mi vida, adivinarte en las sombras de mis melancolías, saber cómo es tu tacto comparándolo con el aire cuando me roza y me mueve como cortina de cortadillo, contarte mis secretos que los tuyos ya los sé, me los cuentas cada día que yo te vengo a ver. Está noche ante mi gente yo declaro mi amor por ti te entrego mi vida entera, haz con ella lo que quieras que yo sin ti no quiero vivir esta noche te alzo mi alma para pregonarte esta noche que te buscan mis ojos para verte esta noche te traigo un amor entre los labios a abrazarte, danzarte y a quererte no me niegues esa luz que me alumbró que yo solo he venido para quererte fuiste mi amor primero, eres el amor de una madre, sigues siendo mi amor platónico y eres el amor de mi vida. Te quiero Alosno Saluda y agradecimientos Señor Cura Párroco Excmo. Señor Alcalde y autoridades civiles y militares Real e Ilustre Hermandad de San Juan Bautista, Patrón, Protector y Alcalde Perpetuo del pueblo de Alosno Hermandades y asociaciones de Alosno y pueblos vecinos Amigos de otras localidades que hoy nos acompañan Alosneros, alosneras Amigos todos Sean las primeras palabras de mi pregón para agradecer a la Hermandad de San Juan Bautista el haber pensado en mi, en este joven alosnero para pregonar las fiestas de nuestro Patrón, espero estar a la altura y devolverles la confianza puesta en mi. Quisiera también agradecerle a la Hermandad de San Juan, a nuestro Párroco, a los costaleros que estaban este mediodía en la puerta de la Iglesia y nos han ayudado a colocar las sillas y a Chema del Barco por su ayuda en todo y en cada momento, debido a las predicciones climatológicas creo que se ha tomado una decisión acertada. Este momento lo tendré siempre presente, nunca se olvidará de mi mente, y siempre pensaré que todo ocurrió porque San Juan quería estar presente Cuando por Alosno era la Pureza y se recogían gamones, recibí la gracia de ponerme frente por frente a mi pueblo y anunciaros con mis vivencias la mañana más bonita de la Alosno, la mañana de San Juan y en esta noche cascabelera viene el pregonero con su pobre bagaje y su inexperiencia a hablarle a Alosno de San Juan Bautista, que osadía, que ingenuo. Han sido muchos los momentos de nervios e inseguridad por la responsabilidad a la que me enfrentaba, pero al mismo tiempo han sido muchos los recuerdos y emociones que hacían que ahogaran mis miedos y salieran a flote todos mis sentimientos, por ello estaré siempre agradecido al favor y la confianza depositada en mi por la Hermandad de San Juan Bautista, se que tenéis puestas muchas expectativas en mi y en mi pregón, al igual que se del cariño que me tenéis, gracias por estos cinco años, por vuestras palabras y gestos de cariño y por darme la oportunidad y el honor de cerrar el periodo más feliz de mi vida con el broche de oro de estar esta noche ante mi gente, ante mi pueblo. Gracias por todo, gracias de verdad. Dar las gracias a la voz de Alosno, Santiago Osorno, por las bonitas palabras hacia mí y mi familia, cuanto te tiene que agradecer Alosno, cuanto has hecho por este pueblo con tu palabra. Agradecer a todos y cada uno de los pregoneros que han pasado por este atril, ellos han engrandecido este acto convirtiéndolo en una tradición y una cita importante para el alosnero, espero aportar mi granito de arena y ganarme el honor de pertenecer a tal digno grupo, no podría nombrar a todos pero gracias en especial a algunos de ellos que desde el primer día me han ayudado y apoyado. Como no voy yo a quererte si hasta la primavera y el verano sienten celos de verte o de no verte al igual que ese niño que comenzó a quererte cuando te descubrió bailándote una folía frente a frente. El primer cohete de este pregón ya ha sido lanzado al cielo por mis presentadores, mis hermanos, Rocío, la niña de mis ojos y Juan mi hermano chico, mis protegidos, mi amigos, los años y vivencias que hemos disfrutado juntos han servido para que tengamos una bonita historia que contar, no sé si merezco la generosidad de sus palabras y el cariño mostrado hacía mi, se que son palabras verdaderas que nacen del corazón. Gracias hermanos, os quiero. No sé cómo agradecer a mis familiares y amigos el estar ahí siempre durante este periodo de nervios, cosquilleos, ilusiones, recuerdos y emociones, gracias a mis padres por sus consejos, su calma, por haberme educado y criado como lo han hecho y sobre todo por haber hecho que naciera en esta bendita tierra. Y como no a Gloria, mi mujer, gracias por la comprensión y saberme llevar en mis altibajos fruto del nerviosismo y responsabilidad a la que me enfrentaba, gracias por sentirte alosnera desde el primer día, por amar a este pueblo y vivir y sentir sus tradiciones, por estar a mi lado en todos los momentos importantes de mi vida. Te quiero. Y por último te quiero dar las gracias a Ti, sí a Ti, a Ti San Juan Bautista, cuando recibí la propuesta de ser pregonero lo primero que hice fue pensar en ti, y pedirte un favor, que me cuidaras y protegieras a una persona, gracias a ti hoy está en primera fila sintiéndose la mujer más feliz y orgullosa del mundo, viendo a su Manuel pregonando a su querido Patrón, y gracias también por cuidar a su compañero que está junto a ti disfrutando de este momento tirando un cohete desde el cielo. Permítanme que mi pregón vaya dedicado a estas dos personas, a mi abuela Juana Real y a mi abuelo Juan Barba. Sigo soñando Hoy me presento antes ustedes con los mismos nervios e ilusión que aquella mágica mañana de junio de hace cinco años, esta noche la comparo con la espera impaciente a la salida de San Juan para bailar mi primera folía ante él, la impaciencia, la ansiedad, el desconocimiento, la inexperiencia dominaban mi cuerpo al igual que en este momento, he puesto en este pregón el mismo empeño y cariño que durante estos cinco años danzando ante San Juan y llevando muy a gala el ser cascabelero, que lo sigo siendo, cascabelero nunca se deja de ser. He cambiado la puerta de la Iglesia por este altar, el paso de San Juan por este atril, la banda por la corbata, el chalequillo por el traje, los palillos y cascabeleras por estos folios y mis palabras, mis compañeros cascabeleros por todos ustedes, hoy vamos a bailar una larga y bonita folía y nos fundiremos en un abrazo tras el fandango parao. Lanzo un cohete al cielo para que calme mis nervios e imaginar ese instante en el que el ansia por ir en su busca apresaba mis sentidos, de levantar los brazos al cielo, de por fin mirarle sonriente con el sudor por la frente, en la distancia adivinaba la silueta de sus andas, cuando le dé el sol en la cara, decían los cascabeleros de más años, el sol que en esa mañana siente celos de ti por que le robas su resplandor, tranquilos, todavía no, esa espera me consumía, el movimiento de una vara y al unísono la melodía mágica de un tambor y una flauta, con un coro de cohetes y repique de campanas, nos daban el aviso, llegó el momento, a un mismo compás un grupo de alosneros valientes, zapatazos fuertes, cuerpos erguidos, brazos al cielo y miradas sonrientes y en ese momento, solos, tu y yo, no sentía nadie a mi alrededor, el estruendo de los cohetes me decía que era real, que no era un sueño tantas veces soñado, me acercaba a ti, como si la calle se abriera a mi paso como un rio, un río en el que en su orilla bautizaste a Cristo con una concha de nácar, y llegué a ti, me arrodillé para que me bautizaras, cuantas veces imaginé ese momento que anhelaba, cuantas veces me imaginé bailando una folía, cuantas veces me imaginé bailando un fandango parao entre los dos paseos, el levantarme una mañana de San Juan tempranito para que vieras en tu ventana de yerbabuena un ramito y yo mi ropa de cascabelero preparada en mi habitación, el danzar por las calle de mi Alosno y mirar sonriendo a San Juan, el salir de la calle perdía y oír mis cascabeleras, y se oían cascabeles, alosneros oír siempre cascabeles. Todo eso tu lo hiciste posible, y cuando la tristeza y la melancolía inundaban mi alma por despertar de mi sueño más anhelado, te has fijado en mi para que este año tenga mi sitio, no me encontraré perdido y vagando de un lugar a otro con la mirada perdida sin saber qué hacer, has querido que no despierte del todo y siga soñando. San Juan tú te has fijado en mí que habré hecho para haberlo merecido que poco puedo ofrecerte y cuantas cosas te pido Por eso en esta aventura del pregón que te confío me encomiendo al poderío de tu mirada de dulzura Te pido que me alumbres que le des a mi voz vigor a mis palabras fervor y a mis labios mansedumbre Valor a mis pensamientos a mis acentos cordura a mis temores ternura y a mis versos fundamentos Quiero volver a tu rio Jordán déjame andar a tu lado hoy me vengo a bautizar para que me limpies de pecado Que todo es por ti San Juan Bautista que todo un pueblo te adora que sueña con esa bendita hora que con tu dedo lo señales y lo asistas Que todo es por ti San Juan hoy te vengo a pregonar no me dejes de mirar y ayúdame San Juan Bautista La ilusión de mi niñez En estos últimos 5 años he tenido el privilegio de poder ser cascabelero delante de nuestro Patrón, mi ilusión desde niño y la de cualquier alosnero, el mayor orgullo y lo más grande que puede sentir y vivir un hombre de Alosno y su familia, algo que no se puede explicar, que llega a lo espiritual, a lo sentimental, esa ilusión rondaba mi mente desde la niñez. Cuantas veces me imagine danzando ante él, pero eran ilusiones mías, mi realidad era distinta, iba a ver a mis amigos ensayar con el coro infantil al colegio, en mis ojos se podía ver lo que era una envidia sana, cuantas veces le dije a mi madre que yo quería ir al colegio de Alosno para poder ser cascabelero infantil, mientras los veía ensayar yo intentaba grabar en mi mente las mudanzas y cada movimiento, al terminar el ensayo me quedaba con mis amigos Pedro Juan el niño del Odiel y la Juani Salguero, Fª Javier Tacholita, Manuel Carrasco el nieto de Tarugo, Fernando Rangel el nieto de la María Salguero, Iván el del Porticuelo y ellos me terminaban de pulir los defectos para que por la noche me pudiera meter con ellos en el ensayo de la calle iglesia. Ellos esa mañana del 24 de junio cumplirían mi sueño y yo tendría que verlos desde fuera y seguir soñando, era la ilusión y el sueño de un niño alosnero. Son los recuerdos de mi infancia alosnera, que infancia tan feliz, al llegar la primavera veía como las tardes de juegos se alargaban, que los días cambiaban de color, como cambiaban las caras de su gente presintiendo que algo grande se iba acercando, esos recuerdos hacen que empiece a oler a pólvora, la pólvora de los cohetes que tiraba mi abuelo Juan desde el corral, al mismo tiempo que se oían explotar en el cielo se escuchaba al fondo de la calle Perdía, la melodía de un tambor y una flauta, anunciando que se acercaba el día más bonito de nuestro pueblo. Qué bonito está mi Alosno cuando se escucha el tambor, anunciando que se acercan las fiestas de nuestro Patrón. Qué alegría sentía mi cuerpo cuando llegaba el tambor a mi casa y me iba detrás con mi abuelo recorriendo las calles de la Alosno, como iban mi madre y mi tía cuando eran niñas con mi bisabuelo Nicolás Real. Al recordar ese tiempo tan feliz, siempre vienen a mi memoria dos personas a las que tengo que agradecer el amor que siento por este bendito pueblo, mi abuelo Juan ha sido para mí de las personas más importante de mi vida y yo se que por parte de él ese amor era recíproco, al igual que significo mucho para mi abuela Juana, sé que soy su Manuel, su ojito derecho, he sido el hijo varón que nunca tuvieron y yo sabía que la gran ilusión de ellos era verme algún día danzando ante San Juan Bautista, igual que cuando yo era pequeño y vestido de Cascabelero me llevaban de una Folía a otra y mi abuela me contaba con orgullo como su padre, mi bisabuelo Nicolás Real, había sido Cascabelero y que quiso y defendió mucho a San Juan, su historia y sus tradiciones. Mi familia materna, la alosnera, la cascabelera, ha hecho que creciera en mí la semilla alosnera y encendieron y han sabido mantener encendida la llama de ese sentimiento y que me sintiera alosnero de sentires aunque no de nacimiento, ha hecho que conozca y respete la cultura de Alosno, tierra donde nacieron mis antepasados, orgullo de mi madre y mis abuelos, que por herencia me inculcaron raíces que en mi espíritu germinaron, que venere sus tradiciones y folklore, algo que llevo muy a gala, y lo han conseguido, mi vida gira en torno a Alosno. De otra parte mi familia paterna, la choquera. Mi padre, que aunque no sea alosnero también ha hecho mucho para que sienta este amor por Alosno, que junto con mi tío Isaías y mi abuelo Manuel el de “El Lagar” han sido los que me han inculcado mi tierra, me han enseñado a quererla, a respetarla, a sentirme orgulloso de ser choquero y de defender todo lo relacionado con Huelva. A ellos les debo el amor que les preciso a San Juan Bautista y a la Virgen del Rocío, mis dos amores, mis consuelos, mis Rocíos y Esperanzas, a ellos les pedí por mis abuelos, que me los cuidara y sobre todo que no se los llevará sin que me vieran danzándole una folía a San Juan, yo no quería ser cascabelero por mí, lo quería ser por ellos y que pudieran disfrutar con ese momento. Por ellos les hice la promesa a mis dos amores, Juan y Rocío, para que me los protegieras, y por ellos me eche a caminar, y pise las arenas marismeñas, acompañado de mis hermanos y amigos, con mi hermandad de Huelva, con mi Simpecao de plata como guía que caminaba por los senderos entre fandangos alosneros, en mi cuello dos medallas, dos cariños diferentes, una con el cordón verde de mi hermandad de Huelva, y la otra con el cordón rojo y blanco de mi hermandad de San Juan Bautista y en cada pisada el cascabel de mi me medalla de San Juan me recordaba mi promesa, en la noche del camino un fandango en la lejanía y el rocío de la madrugada me recordaban a la alborá. y cuando el tamboril me despertaba con el alba mi cuerpo gritaba un viva a San Juan, las campanillas del Simpecao me sonaban a folias, los lirios que cogía para gloria y mi hermana para darles ánimos y fuerzas para caminar eran como el ramito de yerbabuena puesta en sus ventanas, la entrada en la ermita era como la entrada en la iglesia, llegaban los abrazos y las lagrimas como al bailar un fandango parao, mi hermano tras todo el camino sin hablar me gritaba un viva a la Virgen del Rocío y un viva a San Juan Bautista con el dejillo alosnero y de frente la Virgen del Rocío y a su lado San Juan Bautista, los dos me miraban y yo apretaba mis medallas, dos sentimientos a la vez, la misma devoción y fe, tengo un amor en Alosno y otro tengo en la marisma uno la Virgen del Rocío el otro San Juan Bautista Pero no pudo ser, un mes de junio quisieron llevarse a mi abuelo Juan con ellos, y quisieron llevárselo mientras yo bailaba en los ensayos de la calle Iglesia, y quisieron llevárselo cuando San Juan ya estaba en su paso, y entró en Alosno un día 23, toque de vísperas, cuando sonaban cohetes, como los que tiraba desde el corral de su calle perdía. En esos momentos cuando te asaltan las dudas, no encuentras respuestas a tus preguntas, ese pensamiento que todos hemos tenido alguna vez, ese enfado con él, sí enfado, lo sentimos tan cercano y es una relación tan especial, la que tenemos con él, que también nos enfadamos, le pides que te aclare las dudas, por qué lo había permitido, por qué ese día lo apartó de mi vera, no había consuelo para mí, era un calvario que me atormentaba, me encontraba en el desierto en el que él se encontró, al igual que aquel día de mi cumpleaños que nos dejó mi amigo Rafael, yo ese día solo hacia mirarle, buscando una explicación, por qué te lo llevaste si tenía toda la vida por delante, y no me contestaba, le mantenía la mirada y me la apartaba, como dándome la razón y sabiendo que se había equivocado, por qué te llevaste a Hernández a quien le hacía mal, siempre con su sonrisa no tenía nada suyo todo era para los demás. Y en el trascurrir por ese desierto de dudas y preguntas, cuando el corazón se calma, es cuando llega su fe, en medio de ese desierto encuentras un rio, el rio que es San Juan Bautista, para alentarte, darte ánimos y fe, con su agua te refresca las ideas, y empiezas a pedirle perdón, cómo me he podido enfadar con él, entonces él te mira sonriendo, entendiendo tu dolor, es cuando encuentras las respuestas y se aclaran tus dudas y entiendes que se fueron para estar junto a él, que se los llevó para tenerlos a su lado y que desde los cielos disfrutan de su Alosno y los alosneros, siguen presentes porque no los olvidamos y desde allí nos cuidan y protegen, son nuestros ángeles cascabeleros. Cascabeles Y llegó el gran día, el día del sorteo, día que todo hombre alosnero tiene marcado como un día importante en el almanaque de sus sentimientos, en el que tiene puestas todas sus esperanzas, cuantas ilusiones depositadas y cuantas desilusiones tras no escuchar tu nombre, cuantos días pensando que ese año sería el tuyo y no fue así, y piensas que nunca llegará el día en el que salga tu papeleta, digan tu nombre y poder gritar a los cuatro vientos con toda la fuerza del mundo un Viva a San Juan Bautista. Pero San Juan tiene marcado tu momento y te va avisando de cuándo será, ahora es muy fácil decirlo, pero el año que me tocó creo que me avisó de que ese año sí sería el mío, sentía dentro de mi cuerpo un tronar de cohetes y un timbreo de cascabeles que me hacía presagiar que ese año sí, que ese año saldría mi nombre, que al ir como cada 18 de junio a la ermita a hablar con ella y a la iglesia a hablar con él noté que me miraban diferentes, me sonreían, como si guardaran un secreto y quisieran contármelo para que lo supiera antes que nadie y así fue, cuando me encontraba en la casa de hermandad entre mi hermano y Gloria y viendo a mi tía Ani en su lugar de siempre, sucedió, mi papeleta, mi nombre, el día más feliz de mi vida, mi primer viva San Juan Bautista en voz alta, siempre habían sido para mis adentros, por vergüenza o porque lo tenía guardado para ese momento nunca lo había gritado ante la gente, fue como un te quiero, no se dice por decir, se dice porque se siente. Y en ese momento en el que dijeron mi nombre se oían cascabeles, Cascabeles de alegría Cascabeles de mis sueños Cascabeles de melancolía Cascabeles de recuerdos Cuando salí corriendo a buscar a mi abuela para abrazarme a ella se oían cascabeles Cascabeles de ilusiones Cascabeles de esperanza Cascabeles de nuestros corazones Cascabeles de añoranza Y los dos abrazados solo nombrándote y pensando en ti y seguían oyéndose cascabeles Cascabeles de mi alma Cascabeles de amanecía Cascabeles de alborá Cascabeles de folía Y se oían cascabeles porque estabas tú y te sentíamos, Cascabel. Mi amigo alosnero Desde el momento que te nombran cambia tu vida, ese ensayo es diferente, la gente te felicita, vas en una nube, un familiar va corriendo a su casa para dejarte sus palillos para que ensayes con ellos, yo los hice con los de mi primo Alonso que fue mi prima Macarena a por ellos nada más enterarse, lo que hubieran disfrutado Alonso el cartero y Juan Barba, lo que hubiesen llorado. Sientes que continuas una tradición antigua, te sientes el hombre más afortunado del mundo, ya nada es igual, ves y sientes las cosas de diferente manera, se te graba una sonrisa que no borrarás en la vida, caminas con el son de los cascabeles y una de esas tardes paseando por Alosno, cuando ya resonaban el tambor y la flauta por sus calles e íbamos a los ensayos, me encontré con un gran amigo que todos conocéis bien, y tuve una buena conversación con él, empezamos a hablar de nuestro pueblo, de su gente, sus tradiciones y él me contaba como no podía vivirlas como un alosnero más, me contaba que él no era de salir mucho, que era muy casero, pero que desde su casa disfrutaba de su pueblo y veía como todo se iba transformando y su gente lo vivía. Me contaba como notaba los cambios de estaciones, quizás por la edad, que la luz que entraba por sus ventanas le anunciaba que su pueblo iba cambiando, que todos los años al entrar la primavera le iba a visitar un familiar suyo con el que tiene una gran relación, ese familiar suyo es mi vecino, y de alguno de vosotros también, que a poco de esa visita empezaba a oír guitarras y panderetas, que llegaba la Cruz de mayo, que le encantaría poder algún día salir con una reunión de hombres y poder bailar en una colá como un alosnero más, de cantar un fandango por sus calles, pero aunque no podía lo vivía y lo sentía, que le encantaría montar a caballo acompañando a San Antonio de Padua y ser un romero más. Que al poco de aquello el viento le traía hasta sus oídos la música celestial de un tambor y una flauta que le hacía recordar momentos de su vida, notaba un revuelo y un bullicio especial, un ir y venir de gente, aceleradas, nerviosas, esperando algo importante, que cerca de su casa se reunían de noche para ensayar una danza ancestral que rememoraba la alegría que sintió al conocer una noticia, que en esos días recibía muchas visitas, que le llevaban flores los niños, que su casa se engalanaba y preparaba como la de un alosnero más, que un día llegaban vecinos de tierras lejanas solo para estar con él en esos días, que presentía que un tronar de cohetes repique de campanas y toques de tambor y flauta era la antesala de lo esperado, la víspera de lo deseado, que no podía evitar que se le saltaran las lagrimas y cantar para sus adentros cuando sus vecinos le iban a cantar a su casa, y después, el silencio, su casa queda vacía, en penumbra, la noche se le hace larga ya que sabe que llegó el gran día, en el silencio de la madrugada nota que vienen a buscarlo, que es el día, que sale por su pueblo a estar con sus vecinos, sus amigos, sus hermanos, que San Juan es un alosnero más. San Juan es nuestro amigo nuestro hermano el que en un mal momento te tiende una mano San Juan se siente de Alosno y Alosno se siente San Juan como unos buenos amigos uno sin otro no podrían estar Es en quien pensamos en nuestros pensamientos siempre está por mucho que nos alejemos el siempre volverá Los alosneros lo tenemos siempre presente lo tenemos en nuestras casas en nuestras almas, en nuestros mentes es nuestro consuelo y esperanza Le pedimos consejo, le contamos nuestros secretos es que San Juan Bautista eres nuestro guía por eso Alosno te quiere, San Juan Bautista Alborá de mis sueños Qué bonito está mi Alosno cuando suena la alborá una copa de aguardiente ya va a salir mi San Juan. Tranquilos mis impacientes paisanos para tocar el cielo con las manos solo nos queda una alborá. Noche de Alborá, noche de magia y embrujo, el silencio de la madrugada nos estremece y nos contagia unos recuerdos de tiempos pasados, el aroma a aguardiente nos endulza nuestros recuerdos, caminamos todos en silencio, con nuestros pensamientos, en la noche callada el toque de la alborá hace que todos tengamos presentes a nuestros antepasados que nos trasmitieron estas tradiciones y nuestro sentir alosnero. Cuando el tambor y la flauta interpretan ese sonido tan maravilloso a las puertas de una casa alosnera parece que lo están haciendo ante las mismas puertas del cielo, para que todos los alosneros que allí habitan estén presentes en ese instante, compartiendo con nosotros una copa de aguardiente. Y esta noche tendré el honor de poder oír la mágica melodía de la alborá tras las puertas de mi casa, y podré abrirlas de par en par, como si se las abriera al mismo San Juan y poderle gritar cara a cara un viva que rompa el silencio de la madrugada y llegue al pueblecito de Alosno que hay allá en el cielo para que desde allí todos los alosneros que se fueron me respondan a través del claro que se abrirá en el cielo. Y al llegar la alborá a las puertas de su casa lo estarán esperando sus hijos. Tranquilos mi hermanos costaleros para tocar el cielo con las manos solo os queda una alborá. Que llevan varias horas esperando para poder sentir en sus hombros el peso de San Juan, tal como lo hicieron sus padres y abuelos, la llama de San Juan sigue viva en el alosnero, y no importan las horas de espera, el frio de la madrugada, el cansancio, el sueño, por que al ver llegar al tambor todo eso se transforma en ilusión, fuerzas, ánimos, alegría, se abren las puertas de la Gloria, en la que solo está iluminada la cara de San Juan, en la penumbra del templo el toque de la alborá despierta todos los sentíos y los nervios adormecidos, y a quién no se le estremece el corazón al mirarte si hasta los suspiros rompen el silencio y las miradas se convierten en viva oración, San Juan, el tiempo se detiene ante tu presencia y ya Alosno sueña con ser tu cascabelero en nuestra mañana eterna, en nuestra mañana de San Juan. En esta madrugada de siglos de memoria antes que los rayos del sol despierten los amores de corazones alegres de recuerdos antiguos, aún no sé por qué esquina de los suspiros llegará el amanecer del día más luminoso y nos dará un andar con mudanzas que no se pierden cuando esta noche se mire en el espejo de aguaillos y aguardientes que me saben a dulzura vendrá rompiendo el tiempo y el silencio de anochecía una sinfonía que mis labios se saben de memoria. El toque de la alborá recorrerá los rincones de nuestros corazones por las calles de nuestras almas se romperá el silencio las puertas de nuestros sentimientos se abrirán con sus sones en las esquinas de los sueños se espabilaran los recuerdos Y tu pueblo te irá a buscar a tu casa como a un alosnero más te despertará de tu letargo que te ha hecho soñar con cascabeles con un toque de alborá mágico que te hará temblar el alma tu cuerpo está impaciente, ansioso por recorrer sus calles Qué bonito esta mi Alosno cuando suena la alborá una copa de aguardiente ya va a salir mi San Juan. La mañana de San Juan La mañana de San Juan levántate tempranito y verás en tu ventana de yerbabuena un ramito Yo no me levanté tempranito, es que ni siquiera dormí, una noche de nervios, de inseguridades, de imaginar en mi mente la procesión, de levantarme de madrugada para colocar en la ventana los ramitos de yerbabuena y claveles, de esperar la amanecía con la ilusión de un niño, de desear que el sol empezará a despertar el día, de tomar la copa de aguardiente en el corral, y ver mi ropa de cascabelero preparada. Mi casa ya empezó a despertar con la ilusión de toda casa alosnera, los nervios ya se notaban en nuestras caras, en nuestros movimientos, y comenzaba el ritual de vestirse de cascabelero, tradición antigua que heredamos de nuestros mayores. Mi tía y mi madre comenzaron a vestirme, camisa con su gemelos, y sus primeros imperdibles, ¡que de imperdibles! “para que no se salga nada” me gritaba mi tía, las medias y los pantalones, me apretaban los machos, camisa por dentro y el chalequillo, ¡y más imperdibles! la faja apretada a la cintura, la banda cruzando el cuerpo, que se vea bien lo bordado que es un Viva a San Juan Bautista, los palillos preparados con sus lazos, el pañuelo bien planchado y reluciente de blancura al cuello, y por último las cascabeleras para llenar cada rincón de la Alosno con su soniquete. En ese momento todo eran nervios y alegría, mi abuela gritándome vivas a San Juan, mi madre y mi tía vistiéndome, mi hermana vestida de Jueves de Comadre, y viene a mi memoria la sorpresa que me dio, cuando un San Juan que no la vería por estar en tierras suizas me la encontré en un ensayo cara a cara, no pude reaccionar, la miraba como si de un espejismo se tratara, Gloria mirándome emocionada con la ilusión de una alosnera más como si lo hubiera vivido y sentido desde niña. Las mujeres de mi casa… ¡qué sería de mí sin ellas! y que sería de la Alosno sin sus mujeres, sois el centro y guía por la cual giran todas las tradiciones alosneras, sin vosotras no hubiera llegado a nuestros días tal y como las conocemos, ni se mantendrían con tanta fuerza, sois las guardianas y defensoras del pozo de sabiduría de la cultura alosnera, por todo eso gracias, gracias por rezar cantando tras los pasos en Semana Santa, gracias por esas miradas nerviosas desde el escaño antes de echar la bailailla en el llano, gracias por despertar despavoridas e ilusionadas cuando una guitarra y un cante os llaman en una noche de ronda, gracias por acompañar con pandereta al Simpecao de San Antonio, gracias por vestirnos de cascabeleros, por colocarnos la banda y el pañuelo, por apretarnos los machos y ponernos las cascabeleras, gracias por bailar el pino y transportarnos a tiempos lejanos, gracias por vestiros de mantilla y Jueves de Comadre, gracias por cantarle las Coplas al Niño, por todo esto y mucho más, gracias mujer alosnera! Qué sería de Alosno sin sus mujeres, sin sus miradas y sonrisas sin su compresión y quereres Qué sería de Alosno sin vosotras sin vuestra amor y apoyo que sois luchadoras, sufridoras y soñadoras Qué sería de Alosno sin sus mujeres sin vuestra belleza y simpatía sin vuestro arte y alegría Por todo ello Alosno pone en vuestras ventanas un ramito de yerbabuena porque sois buenas un clavel porque os quiere bien una pera porque os quiere entera una rama de peral porque os quiere más y no os pondrá olivo porque nunca hay olvido y un ramito de guadapero, porque os quiero Mi primer coro Y al terminar de vestirme comenzaba mi camino hacia lo desconocido, la salida de mi casa se convirtió en algo mágico, el sonido de mis cascabeleras se entrelazaban con los vivas que me lanzaban desde mi casa, era como un viaje en el tiempo que me trasportaba al pasado, Parecía que la calle Perdía se había vestido de fiesta con aroma antiguo como si fuera en blanco y negro, era una unión entre lo terrenal y lo divino, veía como desde el umbral de mi casa entre mi abuela y mi madre estaban mi abuelo Juan y mi bisabuelo Nicolás que me despedían entre sonrisas y lagrimas, en la casa de los piñates me daban un beso sus hijas, y yo recordaba a padrino, en la esquina de la colá de la calle vallegrande me esperaba el Papu para darme un besillo y cantarme las sevillanas del Pali, pueblecito de Alosno cuanto te quiero, bendito sean tus bailes cascabeleros, hermoso día, 24 de junio, San Juan Bautista, y yo escoltado como cada año por mi padre, mi hermano y mi gran amigo Iván, caminábamos en silencio, no hacía falta hablar, sin hablarnos nos lo decíamos todo, miradas cómplices y solo nos acompañaba el sonar de cascabeles y el compás que nos marcaba el tambor de nuestro corazón. Y al final del mágico camino, el encuentro con mis compañeros cascabeleros en la casa de hermandad, miradas nerviosas, pulsos temblorosos, abrazos, besos, ánimos, los que ya habían bailado otros años nos aconsejaban, nos intentaban tranquilizar, que buen ambiente y cuanto cariño entre todos, el lazo que nos une es muy grande, es San Juan, nos convertimos en uno solo, somos hermanos, es un lazo que nos mantendrá unidos de por vida, no sé cómo daros las gracias a todos con los que he tenido el honor de compartir el ser cascabelero, con los que he derramado lagrimas, sudor, sonrisas, abrazos, cansancio y alegría. Carlos Mora gracias por ser mi maestro, por aconsejarme y enseñarme a estar en el sitio, Jose Jesús el del bar el cruce el hermano de la Antoñi, Sebastián Borrero, Pedro Salguero el de la Alborá, Manuel Carrasco, mi amigo de la infancia, cuantos juegos de niñez compartidos y San Juan nos unió, Plácido, Toni Rastrojo, Antonio Gallego San Juan estuvo contigo y te ayudó en tu momento más difícil, Manuel Padilla, Mario el sobrino de mi tío Silvestre, Diego Morgado, Rodrigo el nieto de la Sánchez, Nicolás Cerrejón, mi querido Medina, San Juan te dio las gracias por lo hermoso que lo engalanabas y quiso que lo vieras bailándole una mañana clara, Gonzalo Comino, Posito, Juan Carlos Limón, siguen la tradición tus descendientes, los hermanos Naranjos, Manolín Torrado, Juan Fernando, gazapete, sigo recordando mi primer año y mi primer abrazo dentro de la Iglesia como si fuera ayer, los hermanos pájaros, Román Pechuga, Pedro Bowie, Santiago Serrano, mi ahijado peregrino, he compartido contigo las arenas del camino y folías ante San Juan, y se abrieron las puertas de la Gloria, Juan Bautista el de Aquilino, Santiago Salguero el de la Era Bola, José Comino, Juan Jesús Garrote, Antonio José el Rubio, Sergio Carbajo, Fernandito gazapo, Juan Nicolás Carbajo, Miguel Borrero, a mis tamborileros, Fran Barragán y Benito Serrano con los que también he compartido abrazos como cascabelero, Juan Bautista el chiquillo de Antonio Blanco, Donato el de los gatos, Antonio María, jarilla, que bien nos lo pasábamos de niño poniendo la liria y jugando por el enriaero, y como no a nuestro maestro de ceremonia, Francisco, el de la Inés de Pepito, por sabernos llevar, por entendernos, por tener siempre una palabra de ánimo y siempre una buena cara, gracias a todos, compañeros, hermanos, por tantos momentos vividos. Y con todos ellos al entrar en la casa de hermandad viví algo especial mi primer coro de cascabelero, que cosa más bonita que jamás pude imaginar las mismas caras de siempre año tras año puestas en el mismo lugar las mismas palabras de ánimo, los mismos gestos de complicidad la misma estampa de San Juan guardada para rezar los primeros cascabeles al suelo con su mágico rodar el sonido del tambor y la flauta retumbaban de una forma especial los cascabeleros nos miramos cara a cara y rompemos a sudar sonrisas nerviosas ya no podemos disimular que se acerca el momento, es la mañana de San Juan La mañana de mis sueños Qué bonito está mi Alosno y al amanecer el día en las puertas de la Iglesia sonando está una folía Y llega el momento que Alosno espera con impaciencia, cuando el sol empiece a iluminar nuestro pueblo, llegaremos a la Iglesia a la puerta de San Juan bautista, con la ilusión de siempre, siempre nueva, un año más, siempre igual y siempre diferente, iremos a renovar nuestra fe y nuestro compromiso con él. Será el momento del encuentro, del encuentro repetido durante toda una vida, Alosno estrenará el aire, la luz, el sol, la mañana, el viento, los cohetes, cascabeles y palillos, y todos estrenaremos, estrenaremos ilusiones, sueños y emociones, que serán las mismas de siempre, la misma mirada de admiración los mismos abrazos fraternales los mismos vivas sentimentales las mismas lágrimas de compasión Las mismas pero a la vez diferentes, cada San Juan es diferente aunque con los mismos sentimientos. Al igual que el San Juan de cada uno de ustedes es diferente pero en realidad es el mismo, porque todos vamos a beber a la misma fuente, para revitalizarnos con el agua bendita que San Juan nos derrama, tal y como él la derramó sobre nuestro Salvador. Nos vestiremos de alegría, nos llegarán recuerdos, lloraremos y sonreiremos al amanecer el día y oír una folía, es cuando los nervios tienen sonido, sonido a campanas, traca de cohetes, a palillos y cascabeles. Alosno se arremolinará esperando la salida de su Patrón, y mientras tanto en el interior de la Iglesia, San Juan ya impaciente mira a sus costaleros animándolos a salir, que lleva un año esperando el poder ver a su pueblo y pasear por sus calles, San Juan se acercará al comienzo de todo, bajo el dintel, sombra y luz, luz y sombra, fuera del templo sus valientes cascabeleros esperan nerviosos e impacientes a que San Juan se asome para recibirlo con folías, y un pueblo entero te mirará ilusionado como si fuera la primera vez que te ve, y aún recuerdo la primera vez que te vi, en mis ojos sigue reflejada la luz que desprendías en aquel instante. En ese momento en el que el cielo de Alosno se pinta con colores vivos y alegres de un azul bonito, trazados con el vuelo de golondrinas y vencejos y con el humo de las tracas de cohetes, ese humo que forman nubes aborregadas que nos recuerdan al cordero de Dios postrado antes sus plantas, esa sombra y luz que se mezclan hacen que el cielo de Alosno se dibuje formando un cielo de cortadillo, esa traca de cohetes que hace que Alosno estalle de alegría. Comienza su paseo por su pueblo, para estar con sus paisanos y llega al paseo y le miran desde un balcón lo miran en el cielo o en la tierra con la misma admiración el se fija en la gente que se arremolina junto a él sus caras están alegres que te dicen que pasa algo han visto a su patrón cara a cara sonriendo con su tez tan juvenil el alosnero lo siente hermano la mujer su hijo y quisieras darle un beso y abrazarlo El cuerpo se empieza a relajar, los cascabeleros empezamos a bajar de la nube de emociones de nuestra primera folía, comenzamos a sonreír, de esos que van sonriendo con el sudor por la frente, que el cascabelero es la representación de un pueblo y tiene que darlo todo por San Juan e ir sonriendo. Hincaremos nuestras rodillas ante la cruz de la casa de Borreguilla saldrán las primeras miradas y sonrisas relajadas los primeros vivas lanzados al aire de la mañana esos vivas que provienen de debajo de sus andas cada vez que te acercas y ves como tus amigos te miran felices y sonriendo y veo a mis primos Silvestre y Juan Nicolás con las lagrimas “saltás” un viva y un abrazo y un recuerdo para los que no están. Los primeros niños en brazos para subirlos a su paso esos niños que ni lloran que se quedan hipnotizados ante la mirada de San Juan y su cordero divino no dejan de mirar a su alrededor, el sonido y el colorido los niños se presentan ante él y comienzan a sentirlo y empezaran pronto a hablar, San Juan le dará el habla y lo primero que saldrá de su garganta será un viva igual que su padre Zacarías, un Juan y un viva. Y recuerdo con cariño a mis sobrinas y a mi ahijado, por la mañana eran mudos y por la tarde unos mirlos, ¿verdad Ana? O a mi sobrina Marta que aunque no la pude subir en su paso San Juan te protegió. Al final de la calle nueva nos esperan nuestros abuelos, con sus miradas ilusionadas que nos recuerdan a esos niños que hemos subido antes al paso, allí los llevan los trabajadores y trabajadoras del asilo, un ejemplo para todos, luchadoras y sufridoras que también quieren que nuestros mayores estrenen ese día miradas e ilusiones. En la calle el cabecillo ponte la ropa con arte porque corre un vientecillo que los corazones parte. y para ponerse la ropa con arte como la mujer alosnera no hay nadie cuando se viste de Jueves de Comadre los zapatos y las medias, las enaguas y la falda el lazo a la cintura, la cochinilla y el corpiño la toquilla, el galápago y los ajorcaeros, esas mujeres como mi prima Loli que no sienten el calor ni el cansancio que con su sonrisa van acompañando al paso. En la calle el Barrio vivo, en el Alosno nací aquí tengo mis amigos y aquí quisiera morir. Al pasar por la Vegacha nos llega el olor a azucenas agua bendita de la fuente para mezclar con el aguardiente El sol se nos pone en frente quiere ver a San Juan de cara la calle se empieza a estrechar y no podemos pasar es cuando los niños cascabeleros nos tienen que ayudar aguantan a la gente para que tengamos hueco para danzar que la calle se estrecha y no hay sitio para bailar tras la folía los cascabeleros entramos en una casa para podernos refrescar y descansar es cuando le dejamos el sitio a un niño cascabelero para que se sienta un cascabelero grande que me hubiera gustado poder sentir esa sensación en mi niñez te miran alegres como si fueras su héroe. Entramos en la calle la chinche con su fuente del piano, empieza a apretar el calor, y quisieras refrescarte con el agua que derrama, es cuando el cascabelero agradece el refrigerio, limonada, aguaillo y el aire abanicado por las mujeres que lo acompañan, y se acerca mi primo Alonso para refrescarme con agua el cuello y la garganta. Y bailando la folía me trasporto en el tiempo, y vuelvo a ser un niño recordando en la casa en la que bailo, gran amigo de mi abuelo, en la casa de Mario Al final de la calle, la casa de la Inesita en frente mi Cruz de la calle vallegrande y al fondo, mi calle perdía quisiera coger de la mano a San Juan y conmigo llevarlo para con él en la calle perdía llegar danzando. Subimos la calle rico, las piernas ya pesan pero al mirarlo se vienen arriba y zapatean con más fuerza. En el convento nos arrodillamos y recordamos a sus hermanas, y empezamos a prepararnos para la folia de la calle hermana pilar, vamos entrando en la calle iglesia es cuando empiezas a recordar los ensayos, donde le danzamos desde el más chico al más grande, alosneros y forasteros, esos forasteros que se sienten alosneros, que se meten en el ensayo o bajo el paso de San Juan como un alosnero mas, es cuando recuerdo a mis amigos Kuki y Lopa que han estado siempre conmigo en los momentos importantes de mi vida o a mis suegros que como cada año no faltan a la cita con su San Juan, como ellos dicen se sienten alosneros y se emocionaban como el que más. En la puerta de su casa nos espera la junta de la hermandad, en ese momento le agradecemos lo que hace por nosotros y por San Juan, un recuerdo a anteriores juntas y cada una de las personas que han luchado por nuestro Patrón. La folia en la casa de hermandad se hace con el pensamiento en la entrada los nervios empiezan a aflorar, queremos alargarlo que no llegue el final aunque te encuentres cansado y tu cuerpo ya no pueda más acortas las pisadas para no entrar, al llegar al umbral vuelves hacia atrás quieres comenzar de nuevo que la folia sea eterna y el paso de calle sea el compás en tu caminar San Juan va entrando en su casa cruza el dintel y allí lo espera su pueblo, para admirar la entrada de nuestro protector, sus costaleros lo alzan al cielo para que desde lo alto nos proteja a todos señalándonos con su dedo, brazos levantados al cielo, suenan palillos y cascabeles al compás de unos tamborileros, los cascabeleros se abren paso entre el gentío marcando el camino al Bautista, forman un río colorido por donde navega San Juan Bautista. Los vivas se entremezclan con los aplausos, el bullicio, el estruendo de cohetes rebotan en la bóveda de su casa. Los alosneros lloramos sonriendo, nuestras lágrimas se convertirán en una sola, nos abrazaremos en un abrazo sentío como un fandango y tras la gloria, el silencio, la rodilla en tierra me despertó de ese sueño de cinco años del que no quería despertar, que fuera eterno, triste por espabilarme y ver cómo te ibas, pero alegre por haber estado en la gloria contigo, por haber vivido lo más grande y bonito que puede vivir un alosnero. Al igual que me despierto de este sueño del pregón en el que te he tenido a mi lado en cada momento, y siempre oyendo cascabeles, alosneros, cerrar los ojos y oír siempre cascabeles. VIVA SAN JUAN BAUTISTA VIVA SAN JUAN BAUTISTA QUE VIVA SAN JUAN BAUTISTA Manuel Martín Barba Alosno, 23 de junio de 2014 Quiero dar las gracias a todo el pueblo de la Alosno por el apoyo y cariño recibido en todo momento. A mis familiares y amigos por haber vivido conmigo esta ilusión, este pregón es vuestro. A Gloria por el diseño de este libro y a Jesús Vieira por su encuadernación. Agradecer a Antonia Márquez Osorno, Ramón Jesús Díaz, Sebastián Gómez, mi tío Sebastián Real y a Sebastián García, los consejos recibidos desde sus experiencias como pregoneros. A Chema del Barco por su ayuda desinteresada. Y a Sergio Rodríguez Vázquez por la preciosa foto que ilustra la portada. Gracias Alosno VIVA SAN JUAN BAUTISTA VIVA SAN JUAN BAUTISTA ALOSNO