El peligro del periodismo pseudocientífico: el Aedes

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El peligro del periodismo pseudocientífico: el Aedes aegypti y la borra del café.
Los artículos científicos contienen los resultados y conclusiones de una determinada
investigación. Muchas veces esos trabajos científicos son “traducidos” a un idioma más
popular, perdiéndose en el proceso algunos detalles muy importantes. Un ejemplo de
esto se pudo apreciar en los últimos días en que, sumándose a un tema que capta
tanta atención pública como el dengue, circularon notas en diversos medios acerca del
uso de productos “alternativos” de origen natural para combatir al mosquito - vector
del dengue y de la fiebre amarilla – Aedes aegypti.
Una de ellas, aparentemente novedosa, aconseja que se
pongan algo así como 4 cucharadas soperas de borra de
café en los platos de las macetas, por ejemplo,
asegurando que así se librará de estos insectos sin
necesidad de comprar insecticidas y por supuesto con
una toxicidad muy reducida. Claro, lo que no leyó en el
artículo la persona que escribió la nota –rápidamente reproducida por otras personas,
es que si la dosis es baja, en realidad termina “alimentando” a los mosquitos!
Si no fuera que estamos ante un importante brote de dengue, que en algunas zonas
es realmente grave, la noticia podría hasta parecer divertida o pasar a integrar la larga
lista de historias que sirven para alimentar teorías conspirativas sobre el ocultamiento
de productos buenos y baratos a favor de intereses sectoriales, etc. Sin embargo, en
estas circunstancias, este tipo de notas es altamente irresponsable. Las entidades
supragubernamentales como la OPS o los expertos de diversas universidades y grupos
de investigación especializados de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
UBA como el Grupo de Estudio de Mosquitos, el Laboratorio de Eco-Epidemiología del
Departamento Ecología, Genética y Evolución, la Unidad de Ecología de Reservorios y
Vectores de Parásitos o grupos de la UNNE, entre otros, señalan que la
única
herramienta eficaz para combatir al dengue por el momento es que se extremen
todas las medidas de erradicación de los criaderos de mosquitos.
Pero vayamos al café: se sabe desde por lo menos comienzos de los setenta que la
cafeína y la metilxantinas en general, tienen actividad insecticida. En el año 1984,
James Nathanson, un profesor e Neurología de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Harvard, publicó un artículo en la revista Science1 en la cual describió
1
JA Nathanson. Caffeine and related methylxanthines: possible naturally occurring pesticides.
Science, 1984,Vol 226, Issue 4671, 184-187
la actividad insecticida de la cafeína, atribuyendo la misma a una inhibición de la
actividad de las fosfodiesterasas y a un incremento en el AMP cíclico intracelular.
También concluyó que a concentraciones menores, las metilxantinas exhibían una
poderosa actividad sinérgica con pesticidas que activan el adenilato ciclasa en
insectos. El contenido del artículo se comentó en 1985, en un medio de difusión de la
universidad -
Harvard Crimson: (http://www.thecrimson.com/article.aspx?ref=221314)
“Caffeine Kills Insects, Scientist Says”. Lo que se estaba defendiendo en ese momento,
además de lo interesante de la noticia en sí, era la idea de que los metabolitos
secundarios tenían funciones específicas en la planta, en este caso, contribuían a la
resistencia contra plagas.
En realidad, la mala noticia fue que esta sustancia omnipresente en la dieta humana
diaria, fuera en realidad tan tóxica y durante algunos años se siguió este tema desde
un punto de vista de toxicidad para el ser humano.
Una noticia interesante es que este mismo investigador siguió con su línea de trabajo
encontrando un insecticida aún más potente…. la cocaína.
Volviendo a la noticia del café: el origen de la noticia actual es un trabajo científico
interesante de un grupo de investigadores de Brasil, en el cual se publican los
resultados obtenidos al tratar distintos estadíos del mosquito A. aegypti con cafeína y
borra de café. Encontraron resultados muy prometedores con dosis óptimas de
2mg/ml de cafeína en agua y 25mg/ml de borra de café en agua.
Sin embargo, en realidad, también observaron que cuando las dosis de borra de café
fueron menores, los mosquitos no sólo no se murieron, sino que prosperaron al poder
alimentarse con esta borra que contiene amino ácidos, grasas, lípidos ,etc. de los
cuales se pueden nutrir los mosquitos. De esta manera la acción insecticida (que se
debe al remanente de cafeína de la borra, es superada por el aporte de nutrientes de
la borra. “….However, at very low concentrations of UCG,(Used coffee grounds) some
of these components could “feed” the Aedes, overcoming, at least partially, the
harmful effects.” según los autores del trabajo.
¿Cómo se dosificará la borra de café en las casas de las personas, cómo evaluaran
tamaño de maceta, frecuencia, etc. para no terminar teniendo un criadero de
mosquitos y larvas?
Mientras tanto, un grupo colombiano también publicó resultados sobre la acción
insecticida de la cafeína, no sobre el mosquito A. aegypti pero sobre otros insectos. En
este caso, no encontraron ninguna actividad con soluciones acuosas de cafeína, pero
si con suspensiones oleosas (20% aceite, 2 % surfactante 0.04% cafeína, 0-05 % ácido
oleico)2
En cualquier caso, es muy irresponsable proponer la utilización de un producto no
desarrollado en el medio de una situación con alto riesgo epidémico. El desarrollo y
registro de un insecticida implica una gran cantidad de evaluaciones desde la
perdurabilidad, la dosificación, el impacto ambiental, etc.
Y este planteo de ninguna manera implica dudar del trabajo ni de las plantas como
fuente de sustancias potencialmente utilizables como insecticidas. De hecho, los
insecticidas más vendidos actualmente derivan de una
planta:
el
piretro.
Los
piretroides
-
permetrina,
cipermetrina, butóxido de piperonilo, etc.- son derivados
sintéticos de las piretrinas, compuestos insecticidas que se
encuentran en la flor del Piretro, una especie de margarita,
Chrysanthemum(o Tanacetum) cinerariaefolium.
Piretro(C. cinerariaefolium)
Otros ejemplos son la rotenona, un pesticida, insecticida y piscicida extraído de las
raíces de plantas del género Lochocarpus y Derris; la sabadilla, un compuesto de baja
toxicidad aguda, obtenido de las semillas maduras de un lirio tropical, Schoenocaulon
officinale (contiene alcaloides y está clasificado por la EPA en EEUU como pesticida
Categoría III para exposición dérmica y Categoría IV para las demás vías) que se utiliza
como pesticida en cultivos orgánicos o piscicida en criaderos de peces para especies
no deseadas. Por supuesto a esto se le puede agregar otros alcaloides como la
nicotina del tabaco aunque ya no se utiliza demasiado como insecticida.
2
Pedronel Araque,Herley Casanova,Carlos Ortiz, Beatriz Henao,Carlos Peláez.Insecticidal Activity of
Caffeine Aqueous Solutions and Caffeine Oleate Emulsions against Drosophila melanogaster and
Hypothenemus hampei. J. Agric. Food Chem., 2007, 55 (17), pp 6918–6922DOI: 10.1021/jf071052b
A estos se les suma la recuperada citronella, extraída de especies del género
Cymbopogon – prácticamente atóxico aunque irritante dérmico en algunos casos; el
limoneno y el linalool, obtenido de aceites esenciales de citrus provenientes de la
cáscara de naranja u otros cítricos.
En los últimos años se ha popularizado el uso del aceite de Neem, obtenido de frutos
y flores del árbol del Neem - Azadirachtin indica, un árbol autóctono de India y que
contiene azadiractina, un triterpenoide, entre otros compuestos bioactivos.
Erica Wilson para PROFITOCOOP.
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