Segunda Venida - iglesiaemanuelsion.org

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LA SEGUNDA VENIDA
UNA EXPOSICIÓN DE LA SEGUNDA VENIDA
DEL SEÑOR JESUCRISTO
D R. B RIAN J . B AILEY
“La Segunda Venida”
Registrado © por Brian J. Bailey
Noviembre 2001
Libro de texto de Zion University
Usado con permiso
Todos los derechos reservados
Traducción: Verónica Losada de Roque
Tercera edición: Equipo de trabajo IBJ - Guatemala
Diseño de portada de la tercera edición: Equipo de trabajo IBJ - Guatemala
Tercera edición
julio 2008
Todas la citas bíblicas de este libro
han sido tomadas de la versión Reina Valera
a menos que se indique lo contrario.
Para mayor información o ejemplares adicionales,
diríjase a esta dirección:
Instituto Bíblico Jesucristo
Apartado Postal 910-A
Guatemala, Centroamérica
Tel.: (502) 5219-0244/5
Fax: (502) 2472-8817
E-mail: [email protected], [email protected]
ISBN # 1-890381-16-0
Í NDICE
Prefacio
Introducción
1
Sinopsis de la Segunda Venida
2
1
La Iglesia de los tiempos del fin
3
2
Los diez reyes
11
3
El Anticristo
17
4
Los dos testigos
25
5
El rapto relectivo
29
6
La Abominación Desoladora
33
7
La Gran Apostasía
43
8
Preparación personal
47
9
El cielo y el juicio eterno
51
10
El reinado milenial de Cristo sobre la tierra
53
11
Reyes y sacerdotes
59
12
Conclusión
63
Apéndice: las fiestas del Señor
AGRADECIMIENTOS
A Verónica Losada de Roque, quien realizó la traducción de este libro.
Al Pastor Enrique Carbajal, Sandra Baker, y Mercy Alarid, por la corrección del manuscrito
de este libro.
A Elizabeth Humphreys, por el formato final de este libro.
A Sarah Humphreys, quien diseñó la portada de este libro.
PREFACIO
Este libro es presentado con la esperanza de proporcionar una guía fácil de leer, que facilite la
comprensión de los eventos que culminarán con la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo.
Muchos han tratado de predecir los días y los tiempos del retorno de Cristo. Al hacer esto, ellos
han causado gran dolor y desconcierto a muchos creyentes y la Iglesia ha sido sometida al ridículo
innecesario del mundo.
La decepción con respecto a la Segunda Venida ha causado en los creyentes una mentalidad
pasiva y la Iglesia ha descuidado sus prioridades de evangelizar y proseguir hacia el blanco y al premio
del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
En este libro he tratado, por la gracia de Dios, de mostrar que existen muchos eventos que
deberán ocurrir antes de la bendita aparición de nuestro Señor. Mi oración es que los cristianos no sean
engañados por doctrinas que buscan extraviarlos; de modo que la Iglesia esté preparada y dispuesta
para recibir al Señor Jesús en Su Segunda Venida.
LA SEGUNDA VENIDA
1
INTRODUCCIÓN
En numerosas enseñanzas acerca de Su Segunda Venida, el Señor Jesús advirtió constantemente acerca
de los falsos profetas y del engaño. Estas advertencias deben ser tomadas con seriedad, especialmente en
nuestros días, cuando muchos están declarando en libros y seminarios, e incluso en visiones, que el Señor
regresará muy pronto.
En las Sagradas Escrituras hay una serie bien fundamentada de los eventos que deben ocurrir antes de
la venida del Señor. Éstos son:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Un gran avivamiento espiritual en todo el mundo.
El surgimiento de diez reyes en el Imperio Romano restaurado.
La aparición de los dos testigos.
La aparición del Anticristo.
La Gran Tribulación.
La batalla de Armagedón.
La Segunda Venida de Cristo.
El último sitio de Jerusalén.
En este libro serán discutidos y examinados todos estos importantes eventos a la luz de las Escrituras.
El estudio minucioso de estos eventos formará un excelente cimiento para un conocimiento más profundo de
los tiempos del fin.
En sí, nos proporciona una guía muy completa para los tiempos que estamos viviendo; y nos ayuda a
evitar los peligros ocultos que Satanás y hombres indoctos han tendido para el peregrino desprevenido que va
en su viaje de la tierra al cielo.
La Era de la Iglesia
2000 años
La Primera Venida
3 1/2
años
1000 años
Atado
El Milenio
La Segunda Venida
La Abominación
Desoladora Satanás es
3 1/2
años
Rapto del
Hijo Varón
Nuevos Cielos
Nueva Tierra
La Nueva Jerusalén
Juicio del
Gran Trono
Blanco
LA SEGUNDA VENIDA Y EVENTOS RELACIONADOS
2
LA SEGUNDA VENIDA
LA SEGUNDA VENIDA
3
CAPÍTULO 1
LA IGLESIA DE LOS TIEMPOS DEL FIN
En este capítulo veremos la Iglesia de los tiempos del fin. Es un hecho que habrá una serie de juicios
asombrosos antes de la Segunda Venida. Sin embargo, la Escritura claramente nos enseña que, antes de estos
juicios, Dios derramará de Su Espíritu sobre la tierra en el más grande avivamiento que jamás se haya visto.
Podemos ver antecedentes de esto en las Escrituras. Los siguientes ejemplos demuestran claramente que el
avivamiento antecede al juicio.
En numerosas ocasiones, la nación de Israel experimentó poderosas manifestaciones de la gloria y del
poder de Dios. Después de que el Señor los liberó de la esclavitud de Egipto por medio de las diez plagas, los
llevó a través del Mar Rojo para que pudieran escapar del ejército de faraón. La nube de la gloria de Dios
descendió sobre el monte Sinaí e Israel participó de esta gloria, pero debido a su incredulidad y desobediencia
en el desierto, toda una generación pereció y nunca llegó a la Tierra Prometida.
En los días de los jueces, Dios asignó a varios hombres a que ejecutaran hazañas poderosas para traer
liberación a los israelitas cuando se arrepentían de sus pecados. Lamentablemente, después de cada ocasión en
que Dios los liberaba, se descarriaban, y volvían a estar sometidos a la servidumbre de naciones extranjeras.
La gloria de Dios se manifestó en el Templo, al principio del reinado de Salomón. De hecho, la gloria
de Dios era tan fuerte que los sacerdotes no podían estar de pie (2 Cr. 5:13, 14). Pero debido a la idolatría de
Salomón, Dios dividió su reino después de su muerte. De esta manera, en estos ejemplos vemos claramente el
patrón de que el avivamiento antecede al juicio. Sin embargo, el mejor ejemplo viene de los tres principales
sitios de Jerusalén.
1. Durante el décimo cuarto año del reinado de Ezequías, el rey Senaquerib de Asiria rodeó
Jerusalén con sus ejércitos. Antes de esto, en el primer año del reinado de Ezequías, hubo un gran avivamiento:
“… porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén”
(2 Cr. 30:26; ver también 2 Cr. capítulos 29-31).
2. El segundo sitio importante de Jerusalén ocurrió durante el reinado de Sedequías, rey de Judá.
La ciudad cayó ante Nabucodonosor de Babilonia en el décimo primer año del reinado de Sedequías, el 586
a.C. Cuarenta años antes de esto, en el reinado de Josías, ocurrió el mayor avivamiento que haya experimentado
Israel: “...Nunca fue celebrada una pascua como esta en Israel desde los días de Samuel el profeta en el año
dieciocho del rey Josías” (2 Cr. 35:1-19).
3. El tercer sitio importante y la consecuente caída de Jerusalén, ocurrió en el 70 d.C. a manos del
general romano Tito. El Templo fue destruido por fuego. Unos cuarenta años antes de este sitio, toda carne
había visto la gloria del Señor manifestada a través de la vida del unigénito Hijo de Dios, nuestro Señor y
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Salvador Jesucristo. Es más, después de la muerte de nuestro Salvador, ocurrió lo que es el comúnmente
llamado “derramamiento pentecostal,” que inauguró la Edad de la Iglesia. En los años que siguieron a este
avivamiento, millares de almas fueron arrebatadas para el Reino de Dios. Los primeros apóstoles trastornaron
el mundo (Hch. 17:6). La gente era sanada cuando la sombra de Pedro los tocaba mientras él pasaba (Hch.
5:15). Fue después de este poderoso avivamiento, que Jerusalén fue arrasada por Tito.
Usted puede ver, todos estos ejemplos son patrones de lo que ocurrirá en los últimos días. La historia se
repetirá. La Segunda Venida del Señor sucederá después del sitio final de Jerusalén. Esto fue predicho por los
antiguos profetas.
Leemos en Joel 3:1-2: “Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la
cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí
entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las
naciones, y repartieron mi tierra”.
Leemos en Zacarías 12:1-4: “Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende
los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho: he aquí yo pongo a Jerusalén
por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en
aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán
despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día, dice Jehová,
heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo
caballo de los pueblos heriré con ceguera”.
La profecía de Zacarías acerca del sitio final de Jerusalén continúa en los versículos 5-8: “Y los capitanes
de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios. En
aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre
gavillas; y consumirán a diestra y siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada
en su lugar, en Jerusalén. Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David
y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá. En aquel día Jehová defenderá al morador de
Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios,
como el ángel de Jehová delante de ellos”. Vale la pena observar que Jerusalén caerá, pero no así el monte de
Sion (Zac. 14:2).
Por lo tanto la Hermenéutica, el estudio de la interpretación Bíblica, nos enseñaría que, antes de la
Segunda Venida del Señor, y antes de la última destrucción de Jerusalén, habrá un poderoso avivamiento.
LA IGLESIA GLORIOSA
Considerando muchas referencias de las Escrituras con respecto a la Iglesia de los tiempos del fin,
encontramos una abrumadora evidencia escritural de que, en los últimos días, el Señor llevará a Su Iglesia
hacia la madurez y la perfección. Habrá también un gran incremento numérico de creyentes. Los graneros
serán llenos hasta rebosar con multitudes aceptando a Cristo como su Salvador.
Consideremos lo que las Escrituras nos dicen respecto a la Iglesia Postrera. Hemos dividido estas
referencias en tres categorías:
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1.
2.
3.
Referencias de la Ley.
Referencias de los profetas.
Referencias del Nuevo Testamento.
1. REFERENCIAS DE LA LEY
Una de las más hermosas verdades doctrinales en la Ley, concerniente a la Iglesia de los tiempos del
fin, está tipificada en Levítico 23 con las siete Fiestas del Señor.
Las siete fiestas más importantes son: la fiesta de la Pascua, la fiesta de los Panes sin Levadura, la fiesta
de las Primicias, la fiesta de Pentecostés, la fiesta de las Trompetas, la fiesta del Día de la Expiación, y la fiesta
de los Tabernáculos.
Estas fiestas eran celebradas por los israelitas cada año. Sin embargo, también tienen una aplicación
espiritual para nosotros. Un importante principio de la Hermenéutica es comprender que las profecías del
Antiguo Testamento que prometen bendiciones para Israel, tienen también un cumplimiento paralelo para la
Iglesia Postrera. En la siguiente página podemos ver un resumen de las Fiestas del Señor.
LAS SIETE FIESTAS DEL SEÑOR
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
La fiesta de la Pascua nos habla de la salvación.
La fiesta de los Panes sin Levadura nos habla de alimentarnos con la Palabra de Dios.
La fiesta de las Primicias nos habla del bautismo en agua.
La fiesta de Pentecostés nos habla del bautismo en el Espíritu Santo.
La fiesta de las Trompetas nos habla de escuchar un llamado fresco de parte de Dios.
La fiesta del Día de la Expiación nos habla de purificación.
La fiesta de los Tabernáculos nos habla del avivamiento del fin, el cual será un tiempo de gran gozo.
La fiesta de los Tabernáculos, la última en el calendario religioso judío, era llamada también la fiesta
de la Cosecha (Ex. 23:16; 34:22).
Este era el tiempo en que los israelitas traían sus cosechas y agradecían al Señor por sus siembras. Esta
es la fiesta que tipifica el gran avivamiento del fin, el cual llevará a la Iglesia a la madurez. Habrá una gran
cosecha y recolección de almas, y ¡millones vendrán a conocer al Señor!
Hoy, estamos en el umbral de la gran Fiesta de Tabernáculos. Desde hace varios años, la Iglesia universal
ha estado experimentando la sexta fiesta, la del Día de la Expiación. Comenzó en 1973 con la guerra de Yom
Kipur, la que, en realidad, empezó en el Día de la Expiación. Esto indicaba que la Iglesia estaba entrando al Día
de la Expiación. Desde entonces, el Señor ha estado hablando acerca de la circuncisión del corazón y de
purificación, porque el Día de la Expiación es el tiempo en el cual Dios trata con el pecado de Su pueblo. Lo
que ocurre en Israel es una señal de lo que Dios está haciendo en Su Iglesia.
El Señor nos visitó de una forma soberana cuando mi esposa y yo estuvimos en el monte de los Olivos,
poco antes de la guerra de 1973. Él nos dijo que la guerra de Yom Kipur estaba próxima, y nos mostró otras
cosas que habrían de suceder. Él nos habló de que comenzaría a revelar el pecado en las altas jerarquías. Entre
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otras cosas, en ese tiempo Estados Unidos estaba atravesando por el escándalo de Watergate. Al año siguiente,
cerca de treinta jefes de estado, alrededor del mundo, fueron removidos de sus puestos.
Entonces Dios nos habló y dijo: “Ahora voy a revelar el pecado en Mi Iglesia”. Lamentablemente, esta
palabra se cumplió, y hubo una gran ola de caídas morales de varios ministros muy conocidos en los años
ochenta. Este fue un tiempo de purificación, cuando Dios puso Su dedo sobre el pecado. El mensaje del
Espíritu a las iglesias de todo el mundo fue el de santidad y purificación de todo pecado.
En 1981, cuando mi esposa y yo estuvimos en Nueva Zelanda, dos ángeles se nos aparecieron. Uno de
ellos tenía una enorme espada en su mano. En la base de la espada estaba escrita la palabra “CIRCUNCISIÓN”.
El Señor me dijo: “He venido a circuncidar los corazones de Mi pueblo, y comenzaré con los líderes. Aquéllos
que atiendan y se sometan a la espada, continuarán. Aquéllos que no lo hagan, serán juzgados”. A lo largo de la
vestidura del otro ángel, estaba escrito: “EL EJECUTOR”. El Señor dijo que los que se rehusaran a dejar que
la espada de la circuncisión purificara sus corazones, serían castigados por el Ejecutor. Sin embargo, esto está
cambiando ahora.
Rápidamente nos estamos acercando a la séptima y última Fiesta, la fiesta de los Tabernáculos. Será un
tiempo de gran gozo y celebración. En Levítico 23:34-43, el Señor ordenó a los israelitas que guardaran la
fiesta de los Tabernáculos por siete días, comenzando en el día quince del séptimo mes. Tenían que reposar y
regocijarse en el Señor su Dios. El Señor les mandó en Levítico 23:40: “...Y os regocijaréis delante de Jehová
vuestro Dios por siete días”.
La fiesta de los Tabernáculos, es la fiesta de la aparición de Jesús. En Juan 7, encontramos que Jesús
hizo Su aparición durante la fiesta de los Tabernáculos y enseñó a la gente acerca del río de vida que fluiría de
los creyentes (Jn. 7:37, 38). Este será un tiempo glorioso.
2. REFERENCIAS DE LOS PROFETAS
Tanto en los libros de los Profetas Menores como en los de los Mayores, abundan las referencias en
cuanto a la Iglesia Postrera. Recuerde, dijimos que las profecías en el Antiguo Testamento que prometen
bendiciones para Israel, tienen también su cumplimiento paralelo para la Iglesia.
Por lo tanto, cuando leemos que Dios promete darle a Israel un nuevo corazón (una promesa que tendrá
cumplimiento para ellos durante el Milenio), podemos estar seguros de que también tiene cumplimiento para
la Iglesia. El apóstol Pablo interpretó esta bendición para la Iglesia en Hebreos 8:10, donde dijo: “Por lo cual,
este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la
mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo”.
Pablo dijo, en Hebreos 10:16: “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré”.
Así, las promesas del Antiguo Testamento para Israel tienen también una aplicación para la Iglesia, y
para nosotros como creyentes individuales. La realidad del Nuevo Pacto es que el Señor toma Sus leyes y las
escribe sobre las tablas de carne de nuestro corazón, no sobre tablas de piedra, para que podamos obedecerle de
corazón. Nos deleitamos en hacer Su voluntad; no nos es cargoso (Sal. 40:8).
Dios prometió multiplicación y bendición para Israel en Ezequiel 36:26, 38: “Os daré corazón nuevo,
y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un
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corazón de carne...Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes, así las
ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo soy Jehová”. Por lo tanto, podemos
concluir que la Iglesia experimentará multiplicación en estos días del fin.
En Isaías 60:1-2, hay una alusión más directa a la Iglesia: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu
luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las
naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria”.
Este tiempo de gran oscuridad no puede referirse al Milenio. Más bien, se refiere al tiempo de angustia
que lleva a la Segunda Venida. Habrá gran oscuridad sobre la tierra, y podemos ver que esto ya está ocurriendo.
Sin embargo, Dios promete que cuando haya gran oscuridad sobre la tierra, Su gloria será vista sobre la Iglesia;
será vista manifiestamente sobre Su pueblo: “Cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y
ser admirado en todos los que creyeron” (2 Ts. 1:10).
En Isaías 4:5, hay una promesa de la manifestación de la gloria de Dios para todas las congregaciones
que moren sobre el monte de Sion espiritual: “Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y
sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche
llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel”.
Así, podemos declarar valientemente que el Antiguo Testamento nos enseña claramente que la Iglesia
Postrera experimentará un gran derramamiento del Espíritu Santo. Muchos se arrepentirán y aceptarán a Jesucristo
como su Salvador, y la gloria de Dios será vista sobre la Iglesia.
Esto es confirmado por Hageo 2:9, que dice: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la
primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”. Esta profecía
fue dada cuando estaba siendo reconstruido el Templo de Salomón, el cual había sido totalmente destruido por
los babilonios en 586 a.C.
Sin embargo, esta profecía no se refiere al Templo de la Restauración. Los jóvenes se regocijaron
cuando el Templo fue restaurado, pero los ancianos que habían visto el Templo de Salomón en toda su gloria,
lloraron porque no se podía comparar con el templo original (ver Hag. 2:3). Literalmente, esta profecía nos
habla del hecho que la casa postrera (el Templo Milenial que vio Ezequiel) será mayor que la casa primera (el
Templo de Salomón). Sin embargo, también representa a la Iglesia Postrera, la cual será más gloriosa que la
Iglesia Primitiva. La Iglesia Primitiva experimentó la fiesta de Pentecostés, pero la Iglesia Postrera experimentará
la fiesta de Tabernáculos. Lo que Dios hará hoy, excederá por mucho lo que Él hizo en el día de Pentecostés.
El profeta Joel nos habla también de un gran derramamiento del Espíritu Santo en el tiempo del fin: “Y
después de esto derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las
siervas derramaré de mi Espíritu en aquellos días” (Jl. 2:28-29).
Como Pedro testificó en Hechos 2:16-21, esto tuvo un cumplimiento parcial en la Iglesia Primitiva,
cuando el Espíritu de Dios fue derramado en el día de Pentecostés. Sin embargo, esto será cumplido en toda su
plenitud en el avivamiento del fin. Habrá profecías y visiones. La Iglesia experimentará cielos abiertos. Así,
podemos decir con seguridad que los profetas del Antiguo Testamento hablaron todos a una voz, declarando
que la Iglesia Postrera experimentará un gran avivamiento.
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3. REFERENCIAS DEL NUEVO TESTAMENTO
El Nuevo Testamento describe a una Iglesia igualmente gloriosa. El Apóstol Pablo declaró en Efesios
5:25-27: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por
ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela
a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin
mancha”. Así que, antes de que el Señor pueda regresar, Su Iglesia debe alcanzar la gloria y la perfección, y
estar preparada para encontrarse con Él en el aire.
Las siete parábolas del Reino nos hablan de un tiempo de gran cosecha en estos últimos días, finalizando
con la parábola de la red. Las siete parábolas en Mateo 13, tienen relación con las siete fiestas de Levítico 23,
con las siete Iglesias de Asia en Apocalipsis 2 y 3 y con las siete eras o períodos de la Edad de la Iglesia.
De esto, vemos que la Iglesia Postrera experimentará la fiesta de Tabernáculos con una poderosa cosecha
de almas, como se ve en la parábola de la red. Pero, desafortunadamente, muchos en la Iglesia Postrera serán
como la Iglesia de Laodicea.
7 Fiestas
7 Parábolas
7 Iglesias
Edad de la Iglesia
1. Pascua
El sembrador
Éfeso
La Iglesia primitiva apostólica
(30-100 d.C.)
2. Panes sin levadura
El trigo y la cizaña
Esmirna
La Iglesia post-apostólica
(100-313 d.C.)
3. Primicias
La semilla de mostaza
Pérgamo
El Imperio Romano “cristiano”
(313-732 d.C.)
4. Pentecostés
La levadura
Tiatira
El oscurantismo
(732-1400 d.C.)
5. Trompetas
El tesoro escondido
Sardis
La Reforma (Lutero)
(1500s-1600s d.C.)
6. Expiación
La perla de gran precio
Filadelfia
El movimiento de la santidad (Wesley)
(1700s-1800s d.C.)
7. Tabernáculos
La red
Laodicea
La Iglesia del fin
Leemos en Mateo 13:47-50: “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el
mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas,
y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo; saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”. La más grande cosecha de almas de
todos los tiempos, ocurrirá en los últimos días; y las redes no se romperán.
El apóstol Santiago nos exhorta: “Por tanto, hermanos, tened paciencia, hasta la venida del Señor.
Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la
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lluvia temprana y la tardía” (Stg. 5:7). La lluvia temprana está asociada a la experiencia pentecostal que
disfrutó la Iglesia del Nuevo Testamento, pero la lluvia tardía representa el gran derramamiento sobre la
Iglesia del fin.
En Israel, la lluvia temprana era una estación de lluvia suave que ablandaba la tierra para que los granos
pudieran ser plantados. La lluvia tardía, era la lluvia intensa que hacía crecer los granos hacia la madurez y la
perfección. Tal como Jesús lo prometió, el avivamiento del fin, el “avivamiento de la lluvia tardía”, llevará a la
Iglesia a la madurez y la perfección.
En Joel 2:23, hay una promesa de que la Iglesia Postrera experimentará la lluvia temprana y la lluvia
tardía: “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la
primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”. La
lluvia temprana puede verse, moderadamente, como el avivamiento carismático de la década de 1960. ¡Lo que
Dios hizo en ese tiempo fue maravilloso, pero ansiosamente estamos esperando algo mucho mayor!
Las palabras de Jesús en Juan 14:12 tendrán cumplimiento en nuestros días: “De cierto, de cierto os
digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al
Padre”. Jesús prometió que Sus seguidores harían mayores milagros que los que Él realizó. En los últimos
días, la Iglesia tendrá el poder de Dios. Sanidades, milagros y resurrecciones serán comunes, porque Jesús nos
prometió una doble porción de Su Espíritu y de Su poder.
Jesús declaró en Mateo 24:14: “Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para
testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. El avivamiento del fin hará que esta profecía se
cumpla; el evangelio será predicado en todas las naciones antes de la Gran Tribulación. El Señor continua
diciendo en Mateo 24:21: “Porque habrá entonces gran tribulación”. Esta es la razón por la que decimos que
el avivamiento antecede al juicio. ¿Qué es lo que Dios está hablando hoy a Su Iglesia? ¡Nos estamos acercando
al tiempo del gran avivamiento, que será global! Hay vistazos de esto aquí y allá. Hay informes del mover de
Dios en esta nación y en aquella otra. Sin embargo, este avivamiento tendrá un impacto universal.
Por lo tanto, en este tiempo el pueblo de Dios debe de prepararse para el avivamiento. Queremos estar
listos cuando Dios se mueva. Queremos tener lista la infraestructura para no perder ningún alma que llegue a la
salvación. Los graneros deben estar listos antes de la cosecha; de otra forma, la cosecha se perderá.
Pablo dijo en 1 Corintios 2:9: “Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. Amado, crea en grandes
cosas para estos últimos días y verá la gloria del Señor, porque todas estas cosas deben preceder al regreso del
Señor. ¡Ore para que esté preparado y listo cuando Dios se mueva en el poder del avivamiento!
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CAPÍTULO 2
LOS DIEZ REYES
El siguiente acontecimiento en el escenario mundial, mientras el avivamiento abarca toda la tierra, es la
aparición (ya sea de forma simultánea con el avivamiento o muy poco después) de los diez reyes que se
levantarán en los confines del antiguo Imperio Romano. Ellos prepararán el camino para el Anticristo, quien es
el onceavo rey.
En la Escritura hay tres pasajes principales que nos hablan de estos diez reyes:
1.
2.
3.
Daniel 2: el sueño de Nabucodonosor.
Daniel 7: la visión de las cuatro bestias.
Apocalipsis 17: los diez reyes.
En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño. El sueño fue de una
imagen con cabeza de oro, pecho y los brazos de plata, vientre y muslos de bronce, piernas de hierro y pies en
parte de hierro y en parte de barro cocido.
El Señor le reveló el sueño al profeta Daniel, quién más tarde lo reveló al rey Nabucodonosor en Daniel
2:31-33: “Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era
muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino;
su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas de hierro; sus pies, en parte de
hierro y en parte de barro cocido”.
Daniel no solamente reveló el sueño del rey, sino también su interpretación: “Y después de ti se levantará
otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto
reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará
todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un
reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en
parte frágil” (Dn. 2:39-42).
Dios dio a Daniel la interpretación del sueño. La cabeza de oro representa al Imperio Babilónico
(actualmente Irak). El pecho y los brazos de plata representan al Imperio Medo-Persa (el moderno Irán).
El tercer reino, de bronce, representa al reino de Grecia. El cuarto reino, de hierro, representa al Imperio
Romano. Los pies y los dedos eran parcialmente de hierro, que corresponden a las piernas de hierro que
representan a Roma. Por lo tanto, sabemos que estos diez reyes se levantarán de los confines del antiguo
Imperio Romano.
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Vienen antes que el Anticristo y le darán su poder a él. Entonces la piedra cortada no con mano
(representando al Señor Jesucristo) los destruirá, y reinará para siempre en toda la tierra (Dn. 2:45).
Ahora, veamos brevemente a cada uno de estos cuatro reyes. Daniel 2:38 nos dice que Nabucodonosor,
rey de Babilonia, era esta cabeza de oro. Primero, es importante entender por qué Dios describe cada reino con
metales de diferente valor y resistencia, y con partes del cuerpo humano. La cabeza es la parte más importante
del cuerpo, y en el sueño era de oro: el metal más preciado y costoso.
En todo el sueño, vemos que los metales que representan a otros reinos disminuyen en valor, pero
aumentan en resistencia. El rey Nabucodonosor tenía completa autoridad sobre su reino. Sin embargo, los
reinos que le sucedieron tenían cada vez menos autoridad, pero cada uno de ellos era más cruel que el anterior.
Daniel 7:4, describe al reino de Babilonia como la primera de las cuatro bestias que subían del mar
Mediterráneo: “La primera era como león, y tenía alas de águila...” Esta no es la única Escritura que describe
a Babilonia como un león. Jeremías nos dice de Babilonia: “El león sube de la espesura, y el destruidor de
naciones está en marcha...” (Jer. 4:7). El león es conocido por su fiereza (ver 1 P. 5:8).
De la cabeza de oro, descendemos ahora a los brazos y al pecho de plata, el reino compuesto por Media
y Persia, según Daniel 2:32. El versículo 39 describe a los medos y a los persas como el pecho y los brazos de
plata. El verso 39 nos dice que este reino era “inferior” al reino de Nabucodonosor.
Así como la plata es de menor valor que el oro, así los medos y los persas eran inferiores a los babilonios.
Aunque su dominio territorial aumentó en tamaño, y la crueldad con la que reinaron fue mayor, su autoridad
LA SEGUNDA VENIDA
13
sobre el reino no fue absoluta. Esto está comprobado por el hecho de que los reyes persas no podían revocar sus
decretos cuando ya los habían firmado y sellado con su anillo real (Dn. 6:8,15; Est. 8:8).
El reino Medo-Persa es la segunda bestia mencionada en Daniel 7:5: “Y he aquí otra segunda bestia,
semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los
dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne”. Los medos y los persas son descritos como un oso
debido a su gran sed de sangre y a su reputación como ladrones.
El tercer reino (que surgió después del Imperio Persa), es descrito en Daniel 2:32,39 como un reino de
bronce. El bronce es inferior a la plata, pero es más fuerte. Así como los metales en el sueño de Nabucodonosor
disminuyen en valor pero aumentan en fuerza, así los reinos incrementan en crueldad, pero disminuyen en
autoridad.
Por la historia sabemos que el reino que reemplazó a los persas fue el Imperio Griego. Daniel 7:6 lo
describe como un leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas. El leopardo es uno de los animales más veloces,
y esta descripción coincide con las conquistas de Alejandro en el mundo entonces conocido.
Después de Grecia, se levantó un cuarto reino que gobernó sobre Israel y sobre el mundo entonces
conocido: Roma. En el 63 a.C., Pompeyo, el general romano, invadió Siria y Palestina y tomó Jerusalén. En ese
tiempo, Roma era una república, pero bajo Octavio César Augusto se convirtió en un imperio que reinó sobre
el área que rodeaba al Mar Mediterráneo. Daniel describe a Roma, el cuarto reino, como las “piernas de
hierro” (Dn. 2:33). Él dijo en Daniel 2:40: “Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro
desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo”.
El metal que describe a Roma es el hierro. El hierro es de menor valor que el bronce, la plata o el oro,
pero es más resistente que todos ellos. Si bien es cierto que el Imperio Romano fue mayor que el imperio
anterior, no tuvo una autoridad absoluta sobre sus provincias. El primer emperador romano, César Augusto, era
considerado “el primero entre sus semejantes en el senado”.
En Apocalipsis 17 vemos nuevamente a estos diez reyes (los diez dedos de Daniel 2 y los diez cuernos
de Daniel 7). Sin embargo, también nos presentan a siete reyes/reinos, mientras que Daniel 2 y Daniel 7
solamente hablan de cuatro reinos. Esto necesita explicarse. Apocalipsis 17:10-11 dice: “Y son siete reyes.
Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve
tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición”.
ROMa
GRECIA
PERSA
ASIRIA
MAR MEDITERRANEO
ISRAEL
EGIPTO
BABILONIA
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LA SEGUNDA VENIDA
Estos siete reyes representan las principales naciones (con sus reyes) que han afligido a Israel: Egipto,
Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y Roma (el reino presente en el tiempo del apóstol Juan). Roma es el sexto
reino. El séptimo reino es el reino de los diez reyes que surgirá en los últimos días.
Usted puede observar que los primeros dos reinos, Egipto y Asiria, no están incluidos ni en Daniel 2 ni
en Daniel 7. La razón de esto es sencilla; los dos reinos habían sido precedidos por Babilonia, que era el reino
que gobernaba en los días de Daniel. La visión que Daniel recibió de los cuatro reinos comienza con Babilonia
(el tercer reino que gobernó a Israel). Así, en la visión de Daniel, el Imperio Romano es el cuarto reino; aunque
históricamente, es el sexto reino que gobernó sobre Israel.
Esta cuarta bestia de Daniel 7, que representa al Imperio Romano, tenía diez cuernos. Daniel 7:24 dice,
“Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el
cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará”. Diez reyes surgirán de los confines del antiguo
Imperio Romano. Apocalipsis 17 habla nuevamente de estos diez reyes, y nos muestra a Roma, la falsa iglesia,
sentada sobre una bestia color escarlata que tiene siete cabezas y diez cuernos.
Por lo tanto, el único reino que falta es el reino de los diez reyes. Será una confederación de diez
naciones que surgirá de los confines del antiguo Imperio Romano. La interpretación de los diez reyes se da en
Apocalipsis 17:12, donde leemos: “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido
reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia”. Estos diez reinos no
existían en el tiempo en que se escribió el libro de Apocalipsis (cerca del año 90 d.C.), pero aparecerán poco
antes que el Anticristo.
Sin embargo, no adelante conclusiones acerca de quiénes son estos diez reyes. Muchas personas creen
que esta confederación de diez naciones es la Comunidad Económica Europea (C.E.E.), fundada en 1958,
también se le llama comúnmente Mercado Común Europeo. Hace muchos años, cuando el Mercado Común
Europeo estaba en formación, nueve eran las naciones miembros. Conocí a muchos ministros que esperaban
ansiosamente que una décima nación se les uniera, para así poder escribir libros que establecieran que estas
diez naciones eran los diez reyes de la Escritura.
A los que me buscaron, les advertí sobre esto; pero, lamentablemente, cuando una décima nación se
unió, algunos de estos ministros comenzaron a declarar que estas diez naciones eran los diez reyes. Entonces,
se unieron un par más de naciones, y ya no fueron diez. Debemos esperar pacientemente, pues en Su tiempo,
Dios mostrará claramente quiénes son estos diez reyes. Las especulaciones interminables no nos van a llevar a
ningún lado. Estos diez reyes son llamados un reino, implicando que evidentemente están muy unidos y
relacionados entre sí; separados pero unidos. Ellos reinan por una hora, o por un tiempo muy breve, y su poder
se deriva del Anticristo.
En Apocalipsis 17:13 leemos: “Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad
a la bestia”. Los diez reyes estarán unidos en su determinación de dar su poder y autoridad al Anticristo. Es
Dios quien pondrá en sus corazones el deseo de entregarle sus reinos a la Bestia. A cambio, el Anticristo
subyugará o someterá a tres de estos reyes, posiblemente porque no lo siguen totalmente (Dn. 7:24). Ellos
ayudarán al Anticristo a pelear en contra del Señor Jesucristo en Armagedón, donde Él los va a derrotar.
Estos diez reyes aborrecerán a la mujer de Apocalipsis, la falsa Iglesia, y la destruirán (Ap. 17:16-18).
Recuerde, estos diez reyes deben aparecer antes que el Anticristo haga su aparición en el escenario mundial.
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TABLA COMPARATIVA DE LOS SIETE REYES Y EL ANTICRISTO
Daniel 2
La imagen
Daniel 7
Las 4 bestias
3. BABILONIA
Cabeza de oro
El león
4. MEDIA
Y PERSIA
Pecho de plata
El oso
Vientre y muslos de
bronce
El leopardo
LOS SIETE
REINOS
Apocalipsis 17
Los 7 reyes
1. EGIPTO
2. ASIRIA
6. ROMA
7. DIEZ
EL ANTICRISTO
Piernas de hierro
Diez dedos
La cuarta bestia (de
dientes de
hierro)
Diez cuernos
El cuerno pequeño
Han caído cinco
5. GRECIA
Uno que es
Uno que vendrá
Los diez reyes
(cuernos)
La Bestia—el que fue,
no es y será
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LA SEGUNDA VENIDA
17
CAPÍTULO 3
EL ANTICRISTO
“Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará
otro…” (Dn. 7:24). El Anticristo es claramente identificado como el octavo rey o el onceavo cuerno, quien se
levanta después de los diez reyes: el séptimo reino (Dn. 7:8, 11, 20-21, 24). Es un rey que vivió durante la
época de los primeros cinco reinos (Ap. 17:11).
Las escrituras abundan en referencias, advertencias y descripciones respecto al Anticristo, más
comúnmente llamado “la Bestia”, en la Escritura. Cristo nos advirtió que muchos “falsos cristos” se levantarían
(Mt. 24:24).
En 1 Juan 2:18 leemos: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el Anticristo
viene, así ahora han surgido muchos Anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo”. El apóstol Juan
también advirtió que se levantarían muchos anticristos (o aquellos con espíritu de anticristo). Existen muchos
hoy, y a lo largo de la historia, que han tenido el espíritu de “anticristo”. En otras palabras, se oponen a Cristo.
Sin embargo, solamente hay un hombre que es el Anticristo, la Bestia. Es una figura histórica que ya
vivió una vez y se levantará nuevamente en los últimos días para hacer guerra contra Cristo y Sus santos.
El Anticristo es llamado por diferentes nombres en la Escritura. Algunos de ellos se enumeran a
continuación:
TÍTULOS DEL ANTICRISTO
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
La Bestia (Ap.11:7, 17:8, 20:10).
El Anticristo (1 Juan 2:18).
El Cuerno Pequeño (Dn. 7:8).
El Hombre de Pecado (2 Ts. 2:3).
El Hijo de Perdición (2 Ts. 2:3).
El Príncipe que ha de venir (Dn. 9:26).
El Rey del Norte (Dn. 11:40).
El Anticristo está prefigurado en muchos personajes del Antiguo Testamento. Caín, quien mató a su
hermano Abel, es el clásico ejemplo del Hombre de Pecado. El apóstol Judas habla de animales irracionales
que se corrompen y siguen el camino de Caín (Judas 1:10-11). De hecho, Juan dice que Caín era del maligno,
hablando de Satanás (1Jn. 3:12). El Anticristo entregará su lealtad a Satanás.
LA SEGUNDA VENIDA
18
El Anticristo buscará usurpar la posición de Cristo. Todos aquellos que usurpan (los que ilegalmente, o
en contra de la ley, toman una posición perteneciente a otro) son tipos del Anticristo. Abimelec, el sexto juez,
asesinó a los hijos de Gedeón y se proclamó a sí mismo rey de Israel (Jue. 9:1-6).
Absalón procuró el trono de su padre David, proclamándose rey a sí mismo en lugar de éste, en Hebrón
(2 S. 15:10). Zimri que mató a su amo Ela, rey de Israel, murió por su propia mano solamente siete días después
(1 R.16:10-20). Esto llegó a ser un dicho en Israel: “¿Sucedió bien a Zimri, que mató a su señor?” (2 R. 9:31).
En la Escritura el Anticristo es llamado rey. En Daniel 11:30-45 se le llama “el rey del Norte”. En el
Antiguo Testamento, hay varios tipos del Anticristo como un rey. En Isaías 13:4-22, el rey de Babilonia es
comparado primero, con Lucifer y después, con el Anticristo. En Isaías 14:16, el profeta habla del Anticristo
como el hombre que “hace temblar la tierra”.
En Ezequiel 28:9, el profeta compara al príncipe de Tiro con el Anticristo: “¿Hablarás delante del que
te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios…” El Anticristo no solamente será rey, sino
también proclamará ser Dios.
En Daniel 11 y Apocalipsis 13, el Anticristo es descrito como un poderoso general militar. Será tan
exitoso que el mundo entero dirá: “¿Quién como la Bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Ap. 13:4).
El Hombre de Pecado es también un elocuente orador, si bien, uno blasfemo. Daniel 7:25 dice: “Y
hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos
y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”.
En Daniel 11:36 leemos: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo
Dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque
lo determinado se cumplirá”.
Apocalipsis 13:5-6, también habla del poder de las palabras del Anticristo: “También se le dio boca que
hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca
en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo”.
LA IDENTIDAD DEL ANTICRISTO
En Apocalipsis 13:2 es revelada la identidad del Anticristo, la Bestia: “Y la bestia que vi era semejante
a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y
grande autoridad”. ¿Qué representan estos animales? La Escritura interpreta a la Escritura.
En Daniel 7:3-6 se mencionan cuatro bestias, que representan los cuatro reinos de Daniel 2: “Y cuatro
bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La primera era como león, y tenía alas de águila.
Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los
pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso,
la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue
dicho así: Levántate, devora mucha carne. Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con
LA SEGUNDA VENIDA
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cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio”. La
interpretación la proporciona, en parte, el versículo 17: “Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se
levantarán en la tierra”.
Estos son los reyes mencionados en Daniel 2, en la interpretación de la imagen del sueño de
Nabucodonosor. La primera bestia, el león, representa a Babilonia. Casualmente, grabados de leones alados
adornan los muros de la antigua Babilonia. El oso representa a Persia. El leopardo representa a Grecia.
Por consiguiente, la Bestia de Apocalipsis 13:4, que es el Anticristo, tiene el cuerpo de un leopardo, lo
que significa que es de Grecia. Tiene a Persia (el oso) bajo sus pies, y habla desde Babilonia (el león). Gobernará
sobre un área que se extiende desde Tiro hasta Egipto (Dn. 11:42). También Libia y Etiopía se le subordinarán
(Dn. 11:43).
Otra verdad que no debe pasarse por alto con respecto al Anticristo, es que él es una persona, no es un
sistema o alguna otra cosa. Esto está muy claro en la Escritura. Leemos en Apocalipsis 13:18 “Aquí hay
sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número
es seiscientos sesenta y seis”. El número del Anticristo es el 666, el cuál es el número del hombre. Por lo tanto,
es completamente cierto que el Anticristo es un hombre. Eso no es discutible.
Para entender la identidad del Anticristo, es esencial ver la comparación entre Cristo y el Anticristo en
el libro de Apocalipsis. Al menos cuatro versículos se refieren al Señor Jesús como El que es, que era, y que ha
de venir (Ap. 1:4; 1:8; 4:8; 16:5). La interpretación de este título es fácil de entender. Jesús es, lo que significa
que Él vive hoy. Jesús fue, lo que significa que una vez vivió sobre la tierra. Jesús ha de venir, lo que significa
que Él vendrá de nuevo a la tierra. Apocalipsis 1:7 dice: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá,
y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”.
Hablando del Anticristo, un ángel le dijo a Juan en Apocalipsis 17:8, “La bestia que has visto, era, y no
es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están
escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y
será”. Aquí el Anticristo es descrito de manera similar a Cristo, pero ligeramente diferente.
El Anticristo era, quiere decir que, tal como Jesús, una vez vivió sobre la tierra. El Anticristo no es, lo
que significa que no estaba vivo en el tiempo en que se escribió el libro de Apocalipsis. Por último, el Anticristo
está para subir del fondo del abismo, lo que significa que subirá del infierno, dónde ahora está confinado por
el juicio de Dios. En otras palabras, el Anticristo regresará a la tierra en los últimos días.
El hecho que la Bestia subirá del fondo del abismo, se repite en Apocalipsis 11:7: “Cuando hayan
acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará”.
(Esta Bestia matará a los dos testigos, a quiénes examinaremos en el siguiente capítulo).
Hay una notable diferencia entre las descripciones acerca del Señor y del Anticristo. Ambos vivieron
una vez sobre la tierra, pero el Señor vive hoy y reina arriba, en el cielo; mientras que el Anticristo está en el
infierno. El Anticristo hará su aparición antes del regreso de Cristo y subirá del fondo del abismo; mientras que
el Señor Jesús descenderá del cielo y destruirá al Anticristo.
LA SEGUNDA VENIDA
20
LA DIFERENCIA ENTRE CRISTO Y EL ANTICRISTO
que es
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CRISTO
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ANTICRISTO
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Claramente, la mayoría del mundo será engañada a pensar que la Bestia es Cristo. Cuando estuvo vivo,
el Anticristo debió de haber sido alguien de renombre. Seremos capaces de identificarlo y reconocerlo fácilmente
por la historia.
El apóstol Pablo nos dice que pretenderá ser Dios: “El cual se opone y se levanta contra todo lo que se
llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por
Dios” (2 Ts. 2:4). Podemos asumir que el Anticristo pretendió ser Dios (o un dios) durante su vida.
La edad aproximada del Anticristo puede ser calculada porque sabemos que buscará imitar a Cristo,
Quien fue crucificado cuando tenía cerca de treinta y tres años. Así que el Anticristo será un hombre que está en
la plenitud de su vida, probablemente comenzando los treinta.
Es un general militar que, durante su vida, nunca fue derrotado. Daniel le llama el “rey del norte”,
implicando el norte de Israel. Debió ser un griego gobernando sobre Persia, Babilonia y Tiro, y debió ser
reconocido en Egipto como faraón y dios.
Asimismo, no es probable que el Anticristo haya peleado contra Israel durante su vida, porque Israel
hará con él un pacto, o acuerdo de paz, por siete años. Esto está confirmado en Daniel 9:27 “Y por otra semana
confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está
determinado se derrame sobre el desolador”. (Esto será discutido con mayor profundidad en el capítulo 6).
Otro factor concerniente al Anticristo, es que será fácilmente conocido por su nombre pues, refiriéndose
a él, Jesús dijo en Juan 5:43: “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio
nombre, a ése recibiréis”. El Anticristo vendrá bajo su propio nombre.
LA SEGUNDA VENIDA
21
LA MARCA DE LA BESTIA
Este Anticristo también requerirá que todos que reciban la “marca de la Bestia”: “Y hacía que todos,
pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la
frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el
número de su nombre” (Ap. 13:16, 17).
En las Escrituras podemos encontrar ejemplos en donde Dios puso marcas sobre ciertas personas. Dios
dio a Caín una marca para guardarlo de ser asesinado por los que lo encontraran. Esto, debido a que él había
asesinado a Abel. Génesis 4:15 dice: “Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete
veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara”.
Otra marca fue dada en el tiempo de la destrucción de la ciudad de Jerusalén por los ejércitos de
Nabucodonosor. Dios envió a un ángel en medio de la ciudad, para poner una marca espiritual en la frente de
todos los piadosos que lloraban por los pecados de ésta.
Esto lo leemos en Ezequiel 9:4-6: “Y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de
Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las
abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: pasad por la ciudad en pos de
él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y
mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y
comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo”.
El otro relato de Dios poniendo una marca se encuentra en el libro de Apocalipsis, donde 12,000
escogidos de cada una de las tribus de Israel, son sellados con una marca para protegerlos de los juicios de las
siete trompetas (Ap. 7:3).
El Anticristo tendrá una tremenda influencia y poder sobre la economía mundial. Exigirá que, para
poder comprar y vender, la gente tenga una marca en su mano derecha o en su frente (Ap. 13:17). Esta infame
marca puede ser una insignia en particular, el nombre de la Bestia o el número de su nombre.
Sin embargo, todos los que reciban la marca de la Bestia serán juzgados eternamente, como leemos en
Apocalipsis 14:11: “Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de
noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”.
Recordando que el Anticristo es un hombre que debió haber vivido y muerto antes que Juan escribiera
el libro de Apocalipsis; somos confrontados con el hecho de que el Anticristo es un hombre que vivió y murió
en algún momento, entre la creación y el año 90 d.C. Este es un período de tiempo bastante amplio, por lo cual
necesitamos reducirlo. Es evidente que vivió después del Diluvio, ya que el Anticristo está asociado con las
naciones de Babilonia, Persia, Grecia y Roma, las cuales no son mencionadas antes del Diluvio.
De acuerdo con Génesis 10:9-10, Babilonia fue construida por Nimrod; y, en este mismo capítulo, no se
hace ninguna mención de las otras naciones. Babilonia será el trono de la Bestia. Esto es evidente no solamente
por su historia y fundación, sino también por las profecías que describen su destrucción final, justamente antes
de la Venida del Señor (Ap. 17-19). Es extremadamente importante comprender la historia de Babilonia, para
poder apreciar el gozo que habrá en los cielos cuando sea destruida. Refiriéndose a la destrucción de Babilonia,
22
LA SEGUNDA VENIDA
Apocalipsis 18:20 dice: “Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha
hecho justicia en ella”.
Como hemos explicado anteriormente, Babilonia fue fundada por Nimrod, el impío cazador de hombres
que se oponía a todo lo relacionado con Dios. Su esposa Semiramis, y su hijo ilegítimo Tammuz, introdujeron
el concepto de la adoración a la madre y el hijo. La imagen de la reina del cielo, es la raíz de muchas religiones
paganas y cultos satánicos, astrología y falsas profecías inspiradas por demonios.
Originalmente llamada bab-El, que significa “la puerta de Dios”, Babilonia fue el centro de rebelión en
Génesis 11. Después del juicio de Dios sobre la ciudad, esta fue llamada Babel, que quiere decir: “la ciudad de
la confusión”.
La ciudad no vuelve a aparecer en la Escritura, sino hasta que impresionantes profecías sobre su juicio
y destrucción aparecen en los capítulos 13, 14 y 47 de Isaías. Babilonia fue destruida por el ejército MedoPersa bajo la dirección de Ciro. A su vez, los medos y los persas fueron derrotados por Grecia y su primer rey,
llamado el cuerno notable en Daniel 8:5.
Bajo el rey Nabucodonosor, Babilonia, estando en su cúspide, fue célebre por sus jardines colgantes,
los cuales eran una de las siete maravillas del mundo antiguo. El famoso historiador Herodoto, la nombró la
ciudad más espléndida del mundo. Aunque se sublevó contra el rey persa Jerjes I en el 482 a.C., y muchas
de sus fortificaciones y templos fueron destruidos, la ciudad fue restaurada bajo Alejandro Magno (el
Grande). Babilonia llegó a ser la ciudad capital de Alejandro, donde éste murió en el 323 a.C., en el
palacio de Nabucodonosor.
La reconstrucción de Babilonia se ha intentado desde que estaba en el poder el entonces presidente
iraquí, Saddam Hussein. Gran parte de la ciudad ha sido reconstruida, incluyendo el teatro de Alejandro. La
ciudad de Babilonia está preparándose para su siguiente gobernante, el Anticristo.
El tiempo en que deberíamos buscar al Anticristo en su vida anterior, debería ser el período entre el 600
a.C. y la fecha en que se escribió el libro de Apocalipsis, la época cuando todos estos reinos florecieron.
Como ya hemos dicho, el Anticristo, debió haber sido un griego que conquistó Persia, Egipto, Tiro, y
gobernó Babilonia. Fue un hombre que recompensó a sus fieles seguidores con una marca en la carne, que
declaró ser dios, que fue un excelente orador, y un genio militar que jamás fue derrotado. Fue también un
hombre de extrema y despiadada crueldad, que hizo temblar con su poder a aquellos que lo rodeaban. Una
verdad importante acerca del Anticristo, que los cristianos debemos entender para no ser engañados, es
que él vendrá.
Por un momento, y para ilustrar cuán cuidadosa debe ser la Iglesia hoy, me gustaría considerar brevemente
a Adolfo Hitler. Persiguió a los judíos y fue responsable de aniquilar a unos seis millones de ellos. También
sabemos que aterrorizó a todos aquellos que se opusieron a él y a su régimen, colocando aún a su propia gente
en campos de concentración. Estos hechos por sí solos, que son bien conocidos no sólo en Alemania sino en
todo el mundo, debieron haber sido suficientes para identificarlo como un monstruo.
Sin embargo, debido a que logró eliminar casi por completo el desempleo, a que llevó nuevamente a su
país a una sólida posición económica y a que, además, instituyó un sistema legal y de orden que terminó con
LA SEGUNDA VENIDA
23
toda clase de manifiestas actividades criminales que habían plagado el país, muchos pastores y líderes de la
iglesia lo acogieron como su Mesías. Ellos se convirtieron en camisas-pardas, seguidores de los nazis, cuyo
símbolo fue el de la cruz gamada.
Cuando el Anticristo aparezca, temo que muchos pastores y líderes de la iglesia lo seguirán de la misma
forma, porque no han fijado su mirada en Cristo, y solamente en Cristo, ni han hecho de la Palabra de Dios su
alimento básico diario. Ignorantes de la Palabra, aclamarán junto con las multitudes: “paz, paz, paz” y seguirán
a la Bestia ciega y voluntariamente. Hubo suficiente evidencia para demostrar que Adolfo Hitler y su Tercer
Reich o reino fueron diabólicos, pero muchos escogieron seguirlo por los panes y los peces. Amados, prestemos
seria atención a las advertencias de Cristo y no seamos engañados.
LAS CINCO FUNCIONES DEL ANTICRISTO
1.
2.
3.
4.
5.
Líder político.
Líder económico.
Líder religioso.
Líder militar.
Gran orador.
24
LA SEGUNDA VENIDA
LA SEGUNDA VENIDA
25
CAPÍTULO 4
LOS DOS TESTIGOS
Al mismo tiempo de la aparición del Anticristo, o un poco antes, aparecerán los dos testigos. En
Apocalipsis 11:3 leemos: “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de
cilicio”.
En los últimos días, el Señor enviará a la tierra a Sus “dos testigos”, para ministrar y profetizar por 1260
días, o aproximadamente, tres años y medio. Así, sabemos cuál será la duración de sus ministerios, pero,
¿quiénes son estos dos testigos?
Su identidad nos es revelada en Apocalipsis 11:4 “Estos testigos son los dos olivos, y los dos candelabros
que están en pie delante del Dios de la tierra”. Se habla de ellos como “los dos olivos” y los dos “candelabros”
que están en pie delante del Dios de toda la tierra.
El Apóstol Pablo usa una analogía similar en Romanos 11:17-24, cuando se refiere a la nación de Israel
como el olivo natural y a los gentiles como el olivo silvestre. En la Escritura, con frecuencia se usan los olivos
para designar a los santos de Dios. En el Salmo 52:8, el rey David se describió a sí mismo como un olivo:
“Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios: en la misericordia de Jehová confío eternamente y
para siempre”.
Los “dos olivos” son una alusión directa a Zacarías 4:11-14, donde leemos: “Hablé más, y le dije:
¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda? Hablé aún de nuevo, y le dije:
¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? Y me
respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no. Y él dijo: Estos son los dos ungidos que
están delante del Señor de toda la tierra”.
Cuando el profeta Zacarías tuvo una visión de dos olivos, la interpretación fue que eran los dos ungidos
que estaban delante del Señor de toda la tierra. Esta frase es casi igual a la de Apocalipsis 11:4, la cual nos
describe dos olivos “que están en pie delante del Dios de la tierra”.
Ahora, ¿quiénes son estos dos testigos, llamados los dos olivos, y los dos ungidos? Bueno, primeramente
se nos dice que están delante del Señor. De la profecía de Zacarías, es evidente que ellos debieron haber
existido antes de su aparición en los últimos días. Por cuanto Zacarías los vio en el cielo delante del Señor,
deben haber sido dos hombres que vivieron antes del tiempo de Zacarías, que fue en el siglo VI a.C.
¿En algún lugar de las Escrituras se dice que una persona que haya vivido regresará en los últimos días?
El profeta Malaquías declara expresamente que Elías vendrá nuevamente antes de la Segunda Venida del
Señor. “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará
26
LA SEGUNDA VENIDA
volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga
y hiera la tierra con maldición” (Mal. 4:5, 6). El mismo Señor confirma esto en respuesta a una pregunta hecha
por Sus discípulos. El Señor dijo en Mateo 17:11 “A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las
cosas”. Queda claro que Elías regresará antes de la Segunda Venida del Señor Jesús.
Una descripción más amplia de estos dos testigos se nos da en Apocalipsis 11:5-6: “Si alguno quiere
dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir
él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su
profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga,
cuantas veces quieran”.
Los dos testigos tendrán poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva, y si alguno trata de hacerles
daño, fuego saldrá de su boca y devorará a sus enemigos. Estos milagros se asocian únicamente con el ministerio
del profeta Elías.
En Santiago 5:17-18 leemos: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el
cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto”. Esto claramente identifica a Elías como uno de los dos testigos.
Asimismo, los dos testigos tendrán poder para convertir el agua en sangre y para ordenar que plagas
desciendan sobre la tierra según sea su voluntad. Estos milagros están asociados con el profeta Moisés, quién
convirtió el agua en sangre como se registra en Éxodo 7:19: “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu
vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y
sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de
Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra”.
Asimismo, Moisés ordenó que las 10 plagas descendieran sobre Egipto. Además de eso, su nombre es
mencionado en Malaquías 4:4 antes de Elías, dándole credibilidad a la creencia que, junto con Elías, él será
uno de los dos testigos.
Tal vez la evidencia más fuerte para el hecho de que Moisés y Elías son los dos testigos, es que ellos
están parados delante del Señor de toda la tierra. Ambos, Moisés y Elías, tuvieron comunión con el Señor Jesús
en el monte de la Transfiguración.
Leemos en Mateo 17:3-4: “Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro
dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una
para ti, otra para Moisés, y otra para Elías”. Es imposible que Enoc sea uno de los dos testigos, como algunos
han sugerido, ya que él no es de incidencia para Israel y no realizó ningún milagro que esté registrado.
Después de que Moisés y Elías completen su ministerio de tres años y medio, el Anticristo los matará.
Sus cuerpos yacerán en las calles de Jerusalén por tres días y medio. Luego el Señor los resucitará de los
muertos, y serán llevados al cielo en una nube.
En Apocalipsis 11:7-12 leemos: “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo
hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad
que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los
LA SEGUNDA VENIDA
27
pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean
sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos
a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días
y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor
sobre los que lo vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una
nube; y sus enemigos los vieron”.
Cristo dijo en Mateo 23:29-31: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los
sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de
nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra
vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas”. Como siempre, los hijos de Israel
estarán de acuerdo en matar a Moisés y Elías. Los asesinatos tendrán lugar en Jerusalén, donde nuestro Señor
fue crucificado.
Después de esto, habrá un gran terremoto que destruirá una décima parte de la ciudad de Jerusalén y
matará a siete mil hombres. El resto de los habitantes de Jerusalén se arrepentirán y darán gloria a Dios. En
conclusión, quisiera reiterar que estos dos testigos deben aparecer antes de la Segunda Venida y cumplir su
ministerio de 1260 días. Serán asesinados por el Anticristo antes de que el Señor regrese.
La Segunda Venida no ocurrirá sino hasta después de que estos dos testigos hayan concluido su ministerio.
Por lo tanto, no podemos esperar que nuestro Señor venga en los cielos hasta que Moisés y Elías hayan venido
primeramente a la tierra y hayan profetizado en Jerusalén por tres años y medio aproximadamente.
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CAPÍTULO 5
EL RAPTO SELECTIVO
En Apocalipsis 12:1-2, se nos habla de una Mujer en el cielo que está sufriendo dolores de parto para
dar a luz a un Hijo Varón: “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo
de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto,
en la angustia del alumbramiento”. Está claro que esta mujer representa a la Iglesia.
En Apocalipsis 19:7, se habla de la Iglesia como la Esposa de Cristo. El apóstol Pablo le dijo a los
creyentes de Corinto: “Porque os celo con celo de Dios; porque os he desposado con un solo esposo, para
presentaros como una virgen pura a Cristo” (2 Co. 11:2).
A través de la Palabra de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis, hay dos mujeres. Una representa los
caminos de Dios, y la otra, los caminos del mal. Algunos ejemplos son Sara y Agar, Ana y Penina, la Sabiduría
y la mujer extraña y, en el libro de Apocalipsis, la Iglesia gloriosa y el Misterio Babilonia. Con seguridad,
podemos concluir que esta gran señal en el cielo, la Mujer vestida del sol, claramente representa a la
Iglesia de Jesucristo.
Asimismo, se nos presenta una batalla que está sucediendo en el cielo. Miguel y sus ángeles derrotan a
Satanás y sus ángeles, quienes luego son arrojados del cielo a la tierra. “Después hubo una gran batalla en el
cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no
prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente
antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles
fueron arrojados con él” (Ap. 12:7-9).
Al apóstol Juan le es revelado que el Hijo Varón que la mujer ha dado a luz, es arrebatado para Dios y
Su trono. Este Hijo Varón gobernará las naciones con vara de hierro. “Y su cola arrastraba la tercera parte de
las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a
luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro
a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono” (Ap. 12:4-5).
Este Hijo Varón es también mencionado por el profeta Isaías: “Oíd palabra de Jehová, vosotros los que
tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron:
Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos. Voz de alboroto
de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el pago a sus enemigos. Antes que estuviese de parto, dio a
luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo. ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá
la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos”
(Is. 66:5-8).
30
LA SEGUNDA VENIDA
Después que el Hijo Varón es raptado o arrebatado a los cielos, Satanás procura perseguir a la Mujer,
pero Dios ha preparado un lugar de protección para ella, donde es guardada por tres años y medio. Leemos en
Apocalipsis 12:13-14: “Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer
que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que
volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y
la mitad de un tiempo”.
Cuando Satanás vio que no podía prevalecer contra la Mujer, hizo guerra en contra del “resto de la
descendencia de ella”, como vemos en Apocalipsis 12:17: “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer;
y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios
y tienen el testimonio de Jesucristo”.
Ahora, la pregunta es: ¿A quienes representan el Hijo Varón, la Mujer y el resto de su descendencia?
Bueno, ya hemos visto en las Escrituras que la Mujer representa a la Iglesia. Claramente, el Hijo Varón nace de
la Mujer (la Iglesia). Por lo tanto, el Hijo Varón representa a un grupo selecto de creyentes maduros y piadosos
dentro de la Iglesia. Este grupo de creyentes será raptado y arrebatado al cielo, mientras que la Mujer y el resto
de su descendencia permanecen sobre la tierra. Este Hijo Varón gobernará a las naciones con vara de hierro en
el Milenio. Ellos son coherederos con Cristo, y tendrán parte de la misma promesa que le fue dada al Señor en
el Salmo 2:8-9: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.
Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás”.
Evidentemente, debido a la secuencia cronológica de este capítulo y a los demás eventos de este período,
el Hijo Varón no es Cristo. Satanás es arrojado del cielo a la mitad del período de siete años. En este mismo
tiempo, el Hijo Varón será raptado. De este modo, el Hijo Varón no puede referirse al Señor Jesús. Todos estos
factores apuntan a un rapto selectivo de un grupo escogido de creyentes durante este tiempo.
La siguiente pregunta es: ¿A quien representa el “resto de su descendencia”? Bueno, es claramente la
descendencia de la Mujer, la Iglesia. Por lo tanto, el resto de su descendencia es también un grupo de creyentes.
Sin embargo, mientras que la Mujer es protegida, Satanás persigue a este grupo de creyentes. Muchos de
ellos morirán.
En este pasaje, vemos claramente tres distintos grupos de cristianos. Estos tres grupos de creyentes se
ven en varios tipos diferentes a través de la Escritura:
1. Los tres grupos en los días de Noé: Enoc, Noé y aquéllos que en otro tiempo desobedecieron (1 P. 3:20).
2. Las tres secciones del Tabernáculo de Moisés: el Lugar Santísimo, el Lugar Santo, y el Atrio Exterior.
3. Las tres etapas en el viaje del pueblo de Israel: la tierra prometida, el desierto y Egipto.
4. Los tres niveles de madurez cristiana: padres, jóvenes e hijitos, de acuerdo con el apóstol Juan, en
1 Juan 2:12-14: “Os escribo a vosotros hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes,
porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he
escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros,
jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”.
LA SEGUNDA VENIDA
31
5. Los tres niveles para ser fructíferos: al ciento por uno, al sesenta por uno y al treinta por uno, como
son mencionados en la parábola del Sembrador (Mt. 13:8). También, en Juan 15, el Señor Jesús nos habló de
llevar fruto, más fruto, y mucho fruto.
6. Los tres niveles en el cielo: que mencionó el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:2 “Conozco a un
hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe)
fue arrebatado hasta el tercer cielo”.
7. Las tres unciones: llamados, escogidos y fieles (Ap. 17:14). David es un ejemplo de alguien que
recibió las tres unciones y fue llamado, escogido y fiel (1 S. 16:13; 2 S. 2:4; 5:3).
Los tres grupos de creyentes en Apocalipsis 12 son:
1. El Hijo Varón: quien es raptado al principio de la Gran Tribulación. Apocalipsis 12:5 dice: “Y ella
dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios
y para su trono”.
2. La Mujer: quien es protegida durante la tribulación. Apocalipsis 12:14 nos dice: “Y se le dieron a la
mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde
es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”.
3. El resto de su descendencia: que es perseguida durante la tribulación. Apocalipsis 12:17 nos dice:
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia
de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.
Sin embargo, para que esto sea fidedigno, debe haber una confirmación de ello en el Antiguo Testamento.
El mismo Señor Jesús nos dio una clave muy importante para entender los eventos de los tiempos del fin,
cuando dijo en Mateo 24:37: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. Para que
podamos tener la certeza de que habrá tres grupos de creyentes en los últimos días, debemos encontrar un tipo
de esto en los días de Noé, lo cual hacemos.
EN LOS DÍAS DE NOÉ
EN LOS TIEMPOS DEL FIN
DIVISIONES
Enoc
Noé
Los que en otro tiempo
fueron desobedientes
El Hijo Varón
La Mujer
El remanente
Raptados
Protegidos
Perseguidos
Los tres grupos de creyentes de Apocalipsis 12 (el Hijo Varón, la Mujer, y el resto de su descendencia)
pueden ser tipificados por los creyentes que vivieron en los días previos al Diluvio. Enoc fue raptado antes del
Diluvio. Noé y su familia fueron protegidos en el arca durante el Diluvio. Sin embargo, en ese tiempo hubo
otro grupo de creyentes, pero no calificaron para ser preservados con Noé.
Leemos acerca de ellos en 1 Pedro 3:19-20: “En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé,
mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua”.
LA SEGUNDA VENIDA
32
El apóstol Pedro nos dice que cuando Jesús estuvo en el corazón de la tierra durante tres días y tres
noches, Él descendió al infierno y predicó a este grupo específico de personas que perecieron en el Diluvio.
Ellos creían en Dios, pero no estaban totalmente comprometidos y, a veces, fueron desobedientes. Sin embargo,
Jesús les predicó, y después ascendieron con Jesús cuando fue resucitado.
Así, vemos que un grupo muy selecto de la Iglesia, llamado el Hijo Varón, llegará a la madurez y será
raptado (arrebatado al cielo) a mitad del período de los siete años, la semana 70 que menciona el libro de
Daniel. Aunque el mismo Jesús no habló específicamente de este rapto, sí nos advirtió en Lucas 21:36: “Velad,
pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos, por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de
estar en pie delante del Hijo del Hombre”.
Esta compañía de creyentes maduros será raptada, como lo fue Enoc, quién caminó con Dios. Por lo
tanto, son un pueblo que, como Enoc, tiene una íntima relación con el Señor. Las leyes de Dios están escritas en
su corazón, y son padres en Cristo.
¡Por tanto, no descuidemos, esta verdad, y prosigamos en Dios para llegar a ser padres en Cristo, para
entrar detrás del velo a la presencia de Dios, para que verdaderamente seamos hallados dignos de escapar de las
cosas que están por venir sobre la tierra!
Grupos en los
días de Noé
Los que en
otro tiempo
fueron desobedientes
Noé
Enoc
Secciones en el
Tabernáculo de Moisés
El Atrio Exterior
El Lugar Santo
El Lugar Santísimo
Faces del
Viaje de Israel
Egipto
El Desierto
La Tierra Prometida
Niveles de
madurez cristiana
Hijitos
Jóvenes
Padres
Niveles de fruto
Treinta
Sesenta
A ciento por uno
Niveles en el cielo
Primer cielo
Segundo cielo
Tercer cielo
Unciones
Llamados
Escogidos
Fieles
LA SEGUNDA VENIDA
33
CAPÍTULO 6
LA ABOMINACIÓN DESOLADORA
El Señor Jesús enseñó ampliamente con respecto a Su Segunda Venida, y quizás en ningún otro lado
como lo hizo en Mateo 24, con tantos detalles. Este fue el último día del ministerio público del Señor, el lunes
12 de Nissán, cuando Jesús estuvo en el Templo todo el día. Al salir del Templo, los discípulos de Jesús
atrajeron Su atención hacia los edificios del Templo, bellamente adornados.
En lugar de enfatizar sobre la belleza del Templo, Jesús dijo que vendrían días cuando no quedaría
piedra sobre piedra (Mt. 24:2). (Esto se cumplió en el año 70 d.C., cuando el Templo y Jerusalén fueron
destruidos por el ejército romano, bajo el general romano Tito). Entonces Jesús se sentó en el monte de los
Olivos, y Sus discípulos le preguntaron acerca de Su Segunda Venida (Mt. 24:3).
Deuteronomio 18:15 y 18: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová
tu Dios; a él oiréis... profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su
boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”. Hay una profunda verdad en esta sencilla declaración. Jesús
es el profeta que Moisés profetizó que vendría.
En los tiempos del Nuevo Testamento, los maestros enseñaban mientras caminaban. Este era el método
de enseñanza más común en los días de Jesús. Sin embargo, cuando un maestro tenía que compartir con sus
estudiantes algo de suma importancia, se sentaba.
Jesús se sentó para enseñar a Sus discípulos. Por lo tanto, lo que iba a compartir era de gran importancia.
Más aún, debemos notar que Jesús estaba sentado sobre el monte de los Olivos, el lugar a donde Él regresará,
según declara Zacarías 14:4: “Y se afirmarán sus pies en aquel día, sobre el monte de los Olivos, que está en
frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el
occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad
hacia el sur”.
Los ángeles también confirman esto en Hechos 1:9-12, diciéndoles a los discípulos que Jesús, que
había ascendido desde el monte de los Olivos, regresaría de la misma manera: “Y habiendo dicho estas cosas,
viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos
en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los
cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Entonces volvieron a Jerusalén desde el
monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo”.
Así pues, el monte de los Olivos es el monte de Su regreso, y fue donde Él se sentó para enseñar acerca
de Su Segunda Venida. El Señor Jesús comenzó Su enseñanza sobre la Segunda Venida con una advertencia en
LA SEGUNDA VENIDA
34
contra del engaño: “Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi
nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mt. 24:4-5).
El Señor les habló de varias cosas que ocurrirían antes de Su Segunda Venida: “Y oiréis de guerras y
rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el
fin. Porque se levantarán nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres y terremotos
en diferentes lugares.” (Mt. 24:6-7). Él dijo que habría:
1.
2.
3.
4.
5.
Guerras.
Rumores de guerras.
Hambres.
Pestes.
Terremotos.
Todas estas cosas serían el “principio de dolores” (Mt. 24:8). Así, el tema de los eventos que conducen
a la Segunda Venida es tribulación. Esto confirma la profecía de Amós 5:18, que el día del Señor es tinieblas y
no luz. Amós 5:20b nos dice: “Oscuridad, que no tiene resplandor”. Culminarán con la Gran Tribulación, que
también es llamada “la angustia de Jacob” (Jer. 30:7). La razón para que el juicio aumente, es que el pecado
abundará y los corazones de muchos se enfriarán hacia Dios (Mt. 24:12).
Después, Jesús declaró en Mateo 24:14, “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Este es un versículo muy importante. La
cronología en este capítulo indica que el Evangelio debe ser proclamado en el mundo entero, para que todos
tengan una oportunidad de escuchar la verdad, antes de la aparición del Anticristo.
Por lo tanto, debemos concentrarnos en la verdad presente y tratar de propagar el Evangelio por
dondequiera que vayamos. Es tiempo de orar para que Dios mande un gran avivamiento mundial, acompañado
de señales prodigiosas y poder, para que muchos vengan a la salvación.
En Mateo 24:15, encontramos el tema de este capítulo: la abominación desoladora: “Por tanto, cuando
veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entiende)”.
La abominación desoladora, la cual establecerá el Anticristo, marca el comienzo de la Gran Tribulación.
Esta es una referencia directa a Daniel 9:27, que dice: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a
la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones
vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.
Daniel 11:31 también nos habla de la abominación desoladora: “Y se levantarán de su parte tropas que
profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora”.
Y Daniel 12:11, que dice: “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación
desoladora, habrá mil doscientos noventa días”.
Primero, y antes de estudiar la abominación desoladora, debemos considerar el trasfondo y la época de
este evento. Por la Escritura, es claro que el Anticristo pondrá esta abominación que causa desolación pero,
¿cuándo ocurrirá esto? Todo esto nos lleva de regreso a las “setenta semanas”, de las que nos habla Daniel
capítulo 9.
LA SEGUNDA VENIDA
35
LAS SETENTA SEMANAS
Al principio de Daniel 9 encontramos que, junto con el resto de los judíos en la cautividad de Babilonia,
Daniel había estado leyendo la profecía de Jeremías 25:11-12: “Toda esta tierra será puesta en ruinas y en
espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. Y cuando sean cumplidos los setenta años,
castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos;
y la convertiré en desiertos para siempre”.
Jeremías profetizó que la cautividad duraría setenta años. Los setenta años de la cautividad babilónica
no comenzaron en el año 586 a.C. con la destrucción de Jerusalén, sino con la primera deportación a Babilonia
en el año 605/606 a.C. Terminó en el 536 a.C. con el decreto del rey Ciro de Persia, el cual declaraba que los
judíos podrían regresar a la tierra de Israel y reedificar el Templo.
En el año 539 a.C., tres años antes del decreto de Ciro, mientras leía las profecías de Jeremías, Daniel
fue visitado por el arcángel Gabriel. Gabriel dio a Daniel entendimiento acerca de algunos de los eventos que
conducen a la Segunda Venida del Señor Jesús.
Leemos en Daniel 9:24: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,
para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable,
y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”. Aquí, en el hebreo, las semanas designan un
período de siete años. Por lo tanto, 70 períodos de siete años son determinados para el pueblo de Dios. Esto
suma 490 años.
Estas setenta semanas fueron determinadas sobre Israel para lograr los siguientes propósitos:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Para terminar con la trasgresión.
Para poner fin al pecado.
Para expiar la iniquidad.
Para traer justicia eterna.
Para sellar la visión y la profecía.
Para ungir al Santo de los santos.
En efecto, Gabriel decía que al final de los 490 años, el Señor anunciaría Su reinado milenial de justicia eterna.
Leemos en Daniel 9:25: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a
edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”. Las setenta semanas están divididas en tres partes:
1.
2.
3.
7 semanas.
62 semanas.
1 semana.
Se nos dice que los 490 años (las setenta semanas) comenzaron cuando se dio la orden reedificar a
Jerusalén. Pero, ¿cuándo se dio esta orden? Primero, debemos aclarar que esto no se refiere al mandamiento
dado por Ciro en el 536 a.C. (Esd. 1:1-2). Él le dio permiso a los judíos para que regresaran a Jerusalén, y ellos
comenzaron a reedificar el Templo, el cual fue terminado en el 516 a.C., en el sexto año del reinado de Darío
(Esd. 6:15).
LA SEGUNDA VENIDA
36
Por lo tanto, transcurrió un período de veinte años desde el momento en que Ciro dio el decreto para
que los judíos regresaran a Jerusalén y el tiempo cuando el Templo fue terminado. Sin embargo, esto no fue el
fin del proceso de reconstrucción de Jerusalén. Las calles y los muros de la ciudad no fueron reparados sino
hasta mucho después.
Cerca del 457 a.C. en el séptimo año de su reinado, el rey Artajerjes I de Persia promulgó un decreto
para que continuara la reedificación y el embellecimiento de Jerusalén (Esd. 7:8). Junto con muchos otros
judíos, el escriba Esdras emprendió viaje hacia Jerusalén. Los muros de Jerusalén fueron reedificados bajo la
dirección de Esdras y Nehemías, los cuales llegaron unos doce años después de que los muros de Jerusalén
fueron reconstruidos (ver Esd. 9:9).
Por la Escritura, está bastante claro que las setenta semanas (los 490 años) comenzaron con la orden de
reedificar Jerusalén, que fue dada por el rey Artajerjes cerca del 457 a.C. (Dn. 9:25), No puede referirse al
edicto inicial de Ciro, en el 536 a.C.
Lo siguiente que se nos dice, es que después de las 69 semanas (7 semanas más 62 semanas), que da un
total de 483 años (69 x 7 = 483), le será quitada la vida al Mesías. “Y después de las sesenta y dos semanas se
quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el
santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones” (Dn. 9:26).
Desde el comienzo de las 70 semanas en el 457 a.C., debemos sumar 483 años a esa fecha. Esto nos
llevará al 26 d.C., recordando que no hay año cero a.C. / d.C.
457 a.C.
26 d.C.
El decreto de Artajerjes.
69 semanas para el Mesías (483 años).
¿Qué ocurrió en el año 26 d.C.? Mediante el estudio de la historia y de la cronología de la vida del
Señor Jesús, podemos determinar que aproximadamente, fue este el año en que Jesús fue bautizado por Juan y
comenzó Su ministerio público. Jesús fue crucificado en la primavera del 30 d.C., cerca de tres años y medio
después. (Esto es examinado con más detalle en nuestro libro titulado La Vida de Cristo).
LA SEMANA SETENTA
Entre la semana 69 y la semana 70 está la dispensación de la Era de la Iglesia, la cual culminará en un
gran avivamiento. Después, furioso, Satanás pondrá en escena al Anticristo. El cual confirmará un pacto por
siete años con la nación de Israel, la cual es la semana 70 de Daniel.
El Anticristo romperá el pacto a la mitad los de siete años, erigiendo una imagen suya y sacrificando un
cerdo sobre el altar, delante de la imagen. Esta es la última semana, la semana setenta, que serán los últimos
siete años de esta Era.
En Daniel 9:26 leemos: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no
por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación,
y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.
Se nos dice que después de que se le quite la vida al Mesías (el 30 d.C.), “el pueblo del príncipe que ha
de venir” destruirá la ciudad de Jerusalén y el santuario. ¿Quién es el pueblo de un príncipe que ha de venir?
LA SEGUNDA VENIDA
37
De la historia, sabemos que los romanos destruyeron la ciudad de Jerusalén y el Templo en el 70 d.C. bajo el
general romano Tito. El “príncipe que ha de venir”, se refiere claramente al Anticristo. Su pueblo son los
romanos. Esto también está claro en las Escrituras, pues ya hemos visto que la confederación de las diez
naciones que surgirá de los confines del antiguo Imperio Romano en los tiempos del fin, le dará su lealtad y
poder al Anticristo.
En Daniel 9:27, leemos acerca del Anticristo estableciendo la Abominación Desoladora: “Y por otra
semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y
lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.
La Nueva Versión Internacional, nos da una traducción más fácil de entender acerca de Daniel 9:27: “Y
por otros “siete” confirmará el pacto con muchos; a la mitad de los “siete” pondrá fin al sacrificio y la
ofrenda. Y sobre un ala del templo pondrá la abominación desoladora, hasta que el fin decretado se
derrame sobre él”.
¿A quién se refiere con “él”, en el versículo 27? Obviamente, se refiere al “príncipe que ha de
venir” del versículo 26, quien, como hemos visto antes, no es otro que el Anticristo. Él hará con Israel, un
pacto (o acuerdo de paz) de siete años. La palabra hebrea para “confirmar” también puede significar
“imponer” o “forzar”.
LA ABOMINACIÓN DESOLADORA
Luego, el Anticristo cometerá un acto horrendo al poner la Abominación Desoladora “sobre un ala del
templo”, como se lee en la NVI. El Anticristo pondrá la Abominación Desoladora sobre uno de los extremos
del Templo en Jerusalén. Jesús habló sobre la Abominación Desoladora en Mateo 24:15 y en Marcos 13:14.
Leemos en Marcos 13:14: “Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta
Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes”.
El Señor habló de la Abominación estando puesta (refiriéndose a una imagen) donde no debía. Por cuanto
Jesús dijo que estaría puesta en el “lugar santo”, esto solamente puede referirse al Templo.
Entonces, la pregunta es: ¿qué es la Abominación Desoladora? Ya que Jesús nos dijo que esta
abominación “estaría puesta” en el Templo, nos parece claro que será la imagen idólatra de sí mismo que el
Anticristo pondrá en un ala del Templo. Él ordenará que todo el mundo la adore.
Después, tal como lo hizo Antíoco IV Epífanes en el II siglo a. C., el Anticristo probablemente sacrificará
un cerdo sobre el altar delante de la imagen (Dn. 8:11-14). Estos dos actos de sacrilegio traerán al Templo
contaminación y desolación, marcando el inicio de la Gran Tribulación. Apocalipsis 13:14, nos habla de la
imagen del Anticristo: “Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en
presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la
herida de espada, y vivió”.
El Falso Profeta ordenará a la gente adorar la imagen de la Bestia. En el Antiguo Testamento, la imagen
del Anticristo fue prefigurada con la imagen erigida de el gran Nabucodonosor, como registra Daniel 3:1: “El
rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la
levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia”.
LA SEGUNDA VENIDA
38
Teniendo en mente que en hebreo cada letra tiene un valor numérico, casualmente, cuando se calcula el
valor numérico de las palabras de Daniel 3:1, el resultado es 4662, que equivale a 7x666: el número de la
Bestia (Ap. 13:18). Recordemos que cada letra del alfabeto hebreo tiene un valor numérico. Así, la imagen de
Nabucodonosor fue sombra de la imagen de la Bestia.
El Falso Profeta hará hablar a la imagen del Anticristo, y tratará de matar a los que no adoren la imagen.
Esto es lo mismo que ocurrió en Daniel 3:4-6: “Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros,
oh pueblos, naciones y lenguas, que al oir el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del
salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro
de un horno de fuego ardiendo”.
Se darán órdenes de matar a todos los que no adoren la imagen de la Bestia. Amado, solamente recuerde
que Dios nos puede preservar exactamente como protegió a Sadrac, Mesac y Abed-nego.
LA GRAN TRIBULACIÓN
En Mateo 24:15-21, Jesús dijo claramente que la Abominación Desoladora marcaría el inicio de la
Gran Tribulación. “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mt. 24:21). La Gran Tribulación será la peor época en la historia del mundo.
En Mateo 24:22, Cristo continúa diciendo: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo;
mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”. Jesús dijo que aquellos días serían acortados
por el bien de los escogidos. Esta es una declaración muy importante, y que causa problemas a las personas que
apoyan el rapto antes de la tribulación. Jesús dejó suficientemente claro, sin lugar a dudas o discusión, que la
Iglesia, los escogidos (los redimidos), pasarán por la Gran Tribulación. Los “escogidos” son aquellos que Dios
ha elegido y llamado para la salvación (Ro. 8:33; 1 P. 1:2).
Excepto por el Hijo Varón de Apocalipsis (un grupo selecto de creyentes maduros que son raptados
antes de la tribulación), la Iglesia estará aquí, sobre la tierra, durante el reinado de terror del Anticristo. Esta no
es una doctrina muy popular, pero es la verdad que Jesús enseñó. Por lo tanto, debemos prepararnos y preparar
a otros, porque este tiempo viene pronto.
El Señor Jesús nos advirtió que, durante este tiempo, muchos falsos cristos y falsos profetas se levantarán
y engañarán a muchos, si es posible, aún a los escogidos. Esta es otra clara indicación de que la Iglesia de
Jesucristo estará sobre la tierra en la época del Anticristo.
Ciertas cosas acontecerán después de la Gran Tribulación, como dijo Jesús en Mateo 24:29:
“Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,
y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.
Los siguientes eventos ocurrirán después de la Gran Tribulación:
1.
2.
3.
4.
El sol se oscurecerá.
La luna no dará su resplandor.
Las estrellas caerán del cielo.
Los poderes de los cielos serán sacudidos.
LA SEGUNDA VENIDA
39
Esto también lo dice el Apóstol Pablo, en Hebreos 12:25: “Mirad que no desechéis al que habla.
Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si
desecháremos al que amonesta desde los cielos”.
Aquí se refiere a cuando Dios conmovió el monte Sinaí y habló desde la cima del monte: “Todo el
monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un
horno, y todo el monte se estremecía en gran manera” (Éx. 19:18).
En Hebreos 12:26 leemos: “La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido
diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo”. Esta es una cita de Hageo
2:21, que dice: “Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra”. Es
solamente después de que hayan ocurrido estos asombrosos eventos, que Jesús volverá a la tierra.
LA SEGUNDA VENIDA
La Segunda Venida será un evento impresionante. Será un fenómeno tal, que todo ojo Le verá cuando
Él regrese. Alrededor del mundo, todos Lo verán al mismo tiempo.
Citemos varios versículos relacionados con ¡la bendita y segura esperanza de la Segunda Venida de
nuestro Señor!
·
Mateo 16:27 - “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará
a cada uno conforme a sus obras”.
·
Mateo 24:27 - “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será
también la venida del Hijo del Hombre”.
·
Mateo 24:30 - “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus
de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.
·
Mateo 24:44 - “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora
que no pensáis”.
·
Mateo 25:31 - “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se
sentará en su trono de gloria”.
·
Juan 14:3 - “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis”.
·
Colosenses 3:4 - “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados
con él en gloria”.
·
1 Tesalonicenses 4:15-16 - “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que
habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo
LA SEGUNDA VENIDA
40
con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero”.
·
2 Tesalonicenses 2:8 - “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su
boca, y destruirá con el resplandor de su venida”.
·
1Timoteo 6:14 - “Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro
Señor Jesucristo”.
·
2 Timoteo 4:1 - “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos
en su manifestación y en su reino”.
·
Tito 2:13 - “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios
y Salvador Jesucristo”.
·
Hebreos 9:28 - “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá
por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
·
Santiago 5:8 - “Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del
Señor se acerca”.
·
1 Pedro 1:7 - “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero
se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
·
1Pedro 5:4 - “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona
incorruptible de gloria”.
·
1 Juan 2 :28 - “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para
que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”.
·
Judas 1:14-15 - “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con
sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas
sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han
hablado contra él”.
·
Apocalipsis 16:15 - “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para
que no ande desnudo, y vean su vergüenza”.
·
Apocalipsis 22:7 - “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de
este libro”.
JESÚS VENDRÁ EN LAS NUBES
·
Mateo 26:64 - “Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del
Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo”.
LA SEGUNDA VENIDA
41
·
Marcos 13:26 - “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria”.
·
Marcos 14:62 - “Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de
Dios, y viniendo en las nubes del cielo”.
·
Lucas 21:27 - “Entonces verá al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.
·
Hechos 1:9-11 - “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le
ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se
pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos,¿
por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo”.
1 Tesalonicenses 4:17 - “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
·
·
Apocalipsis 1:7 - “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los
linajes de la tierra harán lamentación por él. Si, amén”.
Otro factor muy importante respecto a la Segunda Venida, es que Jesús dijo claramente que nadie sabría
el tiempo exacto de Su regreso, diciendo en Mateo 24:36: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los
ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”. A pesar de esta severa declaración, la gente aún trata de predecir y
calcular la fecha de la Segunda Venida. Jesús habló de esto en Mateo 24:48: “Pero si aquel siervo malo dijere
en su corazón: Mi señor tarda en venir” (comparar con Lucas 12:45). Queda claro que cuando el Señor no
regresa cuando lo predijeron, dirán que Él ha retrasado Su venida.
Mucha gente ha escrito libros erróneos, declarando que Jesús regresará en cierta fecha; muchos de ellos
predijeron que Jesús regresaría antes del año 2000. Bueno, en capítulos anteriores hemos visto que ciertos
eventos deben ocurrir antes de la Segunda Venida. Deben levantarse los diez reyes, y el Anticristo debe surgir
y hacer un pacto de siete años con Israel. Entonces, después de tres años y medio lo romperá, marcando el
inicio de la Gran Tribulación. Los dos testigos también deben venir. El Señor no puede regresar sino hasta
después de que todos estos eventos sucedan. Por lo tanto, no sean engañados por falsas predicciones. Dios
dejará todo muy claro a Su tiempo.
Es después de que ocurran los eventos de Mateo 24:4-29, que el Señor Jesús regresará. En Mateo
24:30-31 leemos: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas
las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un
extremo del cielo hasta el otro”. Cuando el Señor venga en las nubes, enviará a Sus ángeles a juntar a los
escogidos. Jesús vendrá con el sonido de una trompeta.
Esto fue profetizado por el patriarca Enoc, como leemos en Judas 14-15: “De éstos también profetizó
Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer
juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente,
y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”.
Tanto el apóstol Pablo como el Señor Jesús (Mt. 24:40-41), ubicaron claramente el rapto de la Iglesia
en lo último de los tiempos. Leemos en 1 Tesalonicenses 4:16-17: “Porque el mismo Señor con voz de mando,
42
LA SEGUNDA VENIDA
con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
En Su venida, los santos que estén sobre la tierra se reunirán con el Señor en el aire, después de la
aparición del Anticristo y de la Gran Tribulación. Permítame reiterar el hecho de que la Iglesia pasará por la
Gran Tribulación. Esto es confirmado en muchos pasajes de la Escritura.
En Apocalipsis 6:9, 11 leemos: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían...Y se les dieron vestiduras
blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus
consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”.
Después, Apocalipsis 7:13-14 dice que estos santos han salido de la Gran Tribulación: “Entonces uno
de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han
venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han
lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Indiscutiblemente, son creyentes que
fueron martirizados durante la Gran Tribulación.
Otro hecho que no se debe pasar por alto es que, en la cúspide de su poder, el Anticristo hará guerra en
contra de los santos y los vencerá, como leemos en Apocalipsis 13:7: “Y se le permitió hacer guerra contra los
santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación”. Por lo tanto, los
santos estarán sobre la tierra en la época del Anticristo (Ap. 12:11). Ciertamente, si al Anticristo le está permitido
matar a Moisés y a Elías, también tendrá poder para matar a los santos del Señor.
Así que amados, ¿cuál es la importancia de este mensaje para nosotros? Necesitamos conocer la verdad
para no ser engañados cuando el Hombre de Pecado venga, y todas estas cosas sucedan. No es un tiempo de
entrar en pánico o de esconderse, sino un tiempo de buscar mansedumbre y justicia, para que podamos ser
guardados en el día de la ira del Señor (Sof. 2:1-3).
LA SEGUNDA VENIDA
43
CAPÍTULO 7
LA GRAN APOSTASÍA
En el capítulo siete, nos vamos a enfocar en la gran apostasía y decadencia moral que tendrán lugar
antes de la aparición del Anticristo. Debido a que la iglesia de los tesalonicenses había malinterpretado su
primera carta, el apóstol Pablo se vio en la necesidad de escribirles una segunda epístola.
En su primera epístola a esta iglesia, escribió en 1 Tesalonicenses 4:13-18: “Tampoco queremos,
hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no
tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que
habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los
muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
También dijo en 1 Tesalonicenses 5:1-9: “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis
necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor
vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Más vosotros, hermanos, no
estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz
e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino
velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se
embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y
de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para
alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Estas declaraciones hechas por Pablo, hicieron que los creyentes tesalonicenses pensaran que la Segunda
Venida podía ocurrir en cualquier momento. Este error invadió no sólo a la iglesia de Tesalónica, sino que
también es frecuente en nuestros días, cuando muchos pastores despiden sus servicios en la iglesia con estas
palabras: “Los veré a todos el próximo domingo, si es que el Señor no viene antes”. Esto se deriva de una falta
de entendimiento de lo que enseñan las Escrituras con respecto a la Segunda Venida.
La tradición y la historia nos dicen que el resultado de esto en los cristianos de Tesalónica, fue que
pasaban el tiempo mirando hacia el cielo, caminando de arriba a abajo con blancas “vestiduras para el rapto”.
LA SEGUNDA VENIDA
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He podido presenciar una actitud igualmente lamentable en tiempos de avivamiento. Muchas personas
e iglesias viven sólo para el momento, se olvidan de planes y metas a largo plazo. La tendencia es que los
jóvenes no asistan a la universidad y que no se preparen para tener un oficio en la vida. Su único deseo es vivir
por fe, lo que, a menudo significa vivir de la caridad de otros.
He conocido congregaciones enteras que, debido a esta mentalidad, han perdido el propósito que Dios
tenía para ellas. En particular, estoy pensando en una iglesia en Europa, a la cual se le ofreció que usara
gratuitamente el sótano de un gran edificio de apartamentos. Aunque en ese momento estaban en una vieja
construcción de madera, con una tremenda necesidad de nuevas instalaciones, el pastor rechazó la oferta porque
consideró que el Señor vendría muy pronto. ¡Bueno, esto sucedió en 1936!
Diez años más tarde, cuando finalmente la congregación tuvo que abandonar el edificio porque ya no
era habitable, se mudaron al mismo sótano que les habían ofrecido gratuitamente años atrás. Sin embargo, las
circunstancias habían cambiado y tuvieron que pagar una renta muy elevada. Además de esto, para ese entonces
el sótano ya no era el lugar ideal para una iglesia. Por todas partes había columnas que obstruían la visibilidad
del disertante.
Debido a la mentalidad de que el Señor podría regresar en cualquier momento, ellos se perdieron de la
perfecta voluntad y del plan de Dios para sus vidas. Esta mentalidad nos impedirá tener una visión a largo plazo
y, en consecuencia, no cumpliremos con la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas.
En su segunda epístola, el apóstol Pablo trató de corregir el malentendido que causó su primera carta:
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Ts. 2:3). El apóstol Pablo estableció claramente que el Señor no
regresaría hasta después de que ocurrieran dos eventos muy importantes y significativos:
1.
2.
Una gran apostasía.
La aparición del Hombre de Pecado.
UNA GRAN APOSTASÍA
La gran “apostasía” que Pablo dijo que ocurriría antes de la Segunda Venida, se puede dividir en
dos partes:
1.
2.
El colapso de los valores morales.
El cambio de las leyes de las naciones.
Es obvio que necesitamos de instituciones que nos mantengan firmes y que estructuren la sociedad.
Estas instituciones incluyen respaldo gubernamental para la ley y el orden, y cortes jurídicas que impartan
justicia para todos.
En el pasado, las escuelas no sólo enseñaban a los estudiantes sobre lectura, escritura, aritmética, etc.,
sino también la virtud de ser industriosos y la importancia de la vida en el hogar. En su mayoría esto ha
LA SEGUNDA VENIDA
45
cambiado. Incluso escuelas en países cristianos como Estados Unidos, que una vez enseñaron la Biblia como
un cimiento para la vida, ahora la prohíben con una ley.
En algunos países, la educación superior está cimentada y basada en las enseñanzas ateas de la evolución.
Esto conduce a una irresponsabilidad moral. Hacer lo correcto y decir la verdad han sido remplazados, y en su
lugar ha sido promovida la “ética situacional”, la cual dice que dependiendo de las circunstancias, se puede
suplantar la verdad a conveniencia de la persona interesada.
En generaciones pasadas, especialmente cuando yo estaba creciendo, a la gente se le enseñaba que su
palabra era su garantía. Hoy, la palabra de la gente no significa nada, porque la mayoría de las personas no
cumplen con sus promesas. La gente vive en pecado sin ninguna vergüenza, no solamente en naciones paganas,
sino también en las naciones que una vez fueron cristianas.
Durante mucho tiempo, los Diez Mandamientos han sido reconocidos como los cimientos de los
gobiernos y de la sociedad en conjunto. Hoy, estos mismos mandamientos están siendo anulados por leyes
gubernamentales. Por ejemplo, el adulterio ya no se reconoce como un delito penado.
Los homosexuales están presionando para que sus representantes en el gobierno, los protejan como
individuos y como organizaciones. Divorcio y nuevo matrimonio, algo que el Señor Jesús condenó, hoy no
sólo es permitido, sino incluso fomentado por algunos clérigos.
El día de reposo ha sido reemplazado por el deporte y el ocio, en lugar de los estudios devocionales y la
adoración. Nehemías, el justo gobernador de Jerusalén, condenó comerciar en el día de reposo (para nosotros
el día del Señor, el domingo), y hoy esto es fomentado. En algunos casos, los empleados están obligados a
trabajar el domingo para poder conservar sus empleos.
Todas estas cosas no deberían sorprendernos, pues el Señor nos dijo que en los últimos días el pecado
se multiplicaría y que se enfriaría el amor de las personas hacia Dios (Mt. 24:12). Esta decadencia moral y
cambio de las leyes que una vez sostuvieron la justicia y protegieron a los justos, son el preámbulo para la
aparición del Anticristo.
El apóstol Pablo dejó muy claro que esta “apostasía” y abandono de la fe, deberían ocurrir antes de que
apareciera el Hombre de Pecado.
LA MANIFESTACIÓN DEL HOMBRE DE PECADO
La Escritura nos dice que el Anticristo, el Hombre de Pecado, aparecerá antes de que el Señor regrese.
En Daniel 7:8, el Anticristo es llamado el “cuerno pequeño,” el cual habla grandes cosas en contra del Altísimo
(Dios el Padre). Este Hombre de Pecado exterminará a los santos del Altísimo.
En sí, esto confirma nuevamente que la Iglesia estará aquí, durante la época del Anticristo y la Gran
Tribulación. Apocalipsis 13:7 nos dice: “Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También
se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación”. El apóstol Pablo continúa haciendo varias
observaciones acerca del Anticristo en 2 Tesalonicenses 2:4-11:
LA SEGUNDA VENIDA
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EL ANTICRISTO
1. Se opondrá al único y verdadero Dios.
2. Se exaltará por encima de Dios.
3. Se sentará en el templo de Dios, aparentando ser Dios (esto
significa que el Templo de Dios en Jerusalén será reconstruido, antes
de la manifestación del Anticristo o poco tiempo después).
4. Llegará con todo poder, señales y prodigios mentirosos a la
manera de Satanás.
5. Obrará mentira, y Dios mismo enviará gran engaño para que
aquéllos que no aman la verdad crean la mentira.
6. En Su aparición, el Señor consumirá al Anticristo con el espíritu
de Su boca.
7. El mundo entero, aquéllos cuyos nombres no están escritos en el
Libro de la vida del Cordero, se maravillarán ante el Hombre de
Pecado, pues ningún hombre ha regresado jamás de la sepultura
(Ap. 13:3-8).
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CAPÍTULO 8
PREPARACION PERSONAL
En lo que respecta a los tiempos del fin y a la Segunda Venida, la verdad más importante para los
creyentes es que, en lo personal, debemos estar preparados y listos para la Venida del Señor.
En 2 Pedro 3:1-9, el apóstol Pedro habló de la certeza de la Segunda Venida del Señor. También nos
advirtió que en los últimos días habría burladores que dirían: “¿Dónde está la promesa de Su Advenimiento?”
Luego, Pedro continúa diciendo en los versículos 10-12: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón
en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos,
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la
venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados se fundirán!”
Sabiendo que todas estas cosas ocurrirían, Pedro pregunta: “¿Cómo no debéis vosotros andar?” Después,
continúa diciendo en los versículos 13-14: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y
tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad
con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles en paz”. En el versículo 14, Pedro nos da tres
cualidades que son la clave para nuestra preparación personal. Tenemos que ser hallados por el Señor:
1. En paz.
2. Sin mancha.
3. Irreprensibles.
Para estar personalmente preparados para la Segunda Venida, tenemos que ser hallados por el Señor en
paz, sin mancha e irreprensibles. Con reverencia, examinemos estas tres claves para estar preparados para la
Segunda Venida:
1. SER HALLADOS POR ÉL EN PAZ
Tanto en el griego como en el hebreo, la palabra paz tiene el sentido de “unidad” o “ser uno con Dios”.
También puede significar “plenitud” y “prosperidad”. Para estar en paz con Dios, tenemos que caminar en
obediencia a Sus mandamientos y a Su voluntad revelada para nuestras vidas.
Pablo nos exhorta en Hebreos 12:14: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor”. En la Escritura existe una constante exhortación a estar en paz con Dios y los hombres. Las consecuencias
de una vida de paz se pueden ver en Santiago 3:18 que dice: “Y el fruto de justicia se siembra en paz, para
aquellos que hacen la paz”.
LA SEGUNDA VENIDA
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La paz no es solamente un acto de nuestra voluntad; es un don de Dios. Jesús declaró en Juan 14:27:
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo”. El Señor prometió que nos daría Su divina paz, la paz que sobrepasa todo entendimiento.
También existe la senda hacia la paz, como nos muestra Filipenses 4:6-8: “Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos
en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en
esto pensad”.
La paz es muy poderosa, e involucra cada área de nuestra vida. En el ámbito de la dirección espiritual,
Colosenses 3:15 nos dice: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. De modo que la paz de Dios en nuestro corazón, nos
permitirá saber si estamos o no en la senda correcta. Mientras tengamos paz, sabemos que estamos en la
voluntad de Dios.
La paz nos santifica, como leemos en 1 Tesalonicenses 5:23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por
completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo”. La paz unifica nuestro cuerpo, alma y espíritu, alineándonos con la voluntad de Dios en
cada área de nuestra vida. La paz de Dios trae reposo a todo nuestro ser, para que no debemos lugar a los deseos
de la carne, las emociones del alma o un espíritu airado. El poder de la paz vence a Satanás, como leemos en
Romanos 16:20: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con vosotros”. Satanás no puede resistir a la paz de Dios, como fue evidente en el relato de la
tormenta en el lago en Marcos 4:39: “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece, y
cesó el viento, y se hizo grande bonanza”.
También debemos recordar que la paz es uno de los nueve frutos del Espíritu Santo mencionados en
Gálatas 5:22. Por lo tanto, cuando alimentamos la paz por medio de la oración, el estudio de la Palabra y la
práctica de los preceptos de Filipenses 4:6-8, el fruto de la paz se desarrollará en nuestra vida.
2. SER HALLADOS POR ÉL SIN MANCHA
La segunda cualidad necesaria para estar preparados para la Segunda Venida es “ser hallados sin mancha”.
Este concepto se deriva de una palabra griega que literalmente significa: “Sin mancha ni pintura”. Esto nos
habla de estar sin mancha. Pedro usó estas palabras para describir al Señor Jesús: “Sino con la sangre preciosa
de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 P. 1:19). En la Escritura, “sin mancha” se
refiere a un vestido que está perfectamente limpio, sin ninguna mancha. Nuestras vestiduras espirituales
representan nuestra caminata, y son reflejo de nuestra condición espiritual. Cuando el Señor nos inspeccione,
queremos ser hallados sin ninguna mancha o contaminación.
El profeta Zacarías, tuvo una visión del Sumo Sacerdote Josué estando delante del Señor con vestiduras
viles (Zac. 3:1-3). Esto no significaba que sus vestiduras físicas estuvieran sucias, sino que sus vestiduras
espirituales estaban manchadas. En otras palabras, había un área de inmundicia en la vida de Josué.
Una mancha en nuestras vestiduras espirituales, habla de las obras de la carne mencionadas en Gálatas
5:19-21: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,
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hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
El apóstol Judas dijo en el versículo 23 de su epístola: “...aborreciendo aun la ropa contaminada por
su carne”. Por lo tanto, prestemos atención a las palabras del sabio rey Salomón en Eclesiastés 9:8: “En todo
tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza”.
Si cometemos faltas y nuestros vestidos espirituales se manchan con las obras de la carne, no nos
rindamos, sino pidámosle al Señor una limpieza nueva. Deberíamos practicar la exhortación del profeta en
Isaías 1:18: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la
nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.
Para ser limpiados de nuestras impurezas, debemos acudir al Señor y confesar nuestros pecados. Si lo
hacemos, seremos lavados y limpiados con la sangre del Cordero. Sabemos que: “Si confesamos nuestros
pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn. 1:9).
El Señor Jesús quiere que seamos cuidadosos en mantener nuestras vestiduras espirituales sin mancha,
así como nos esforzamos en lo natural para que nuestros “buenos trajes” no se manchen. Consideremos lo
cuidadosa que es una mujer cuando está usando un vestido nuevo. Ella hará todo lo posible para evitar mancharlo.
De la misma manera, debemos tener especial cuidado y atención para evitar la contaminación de este mundo.
No queremos presentarnos delante del Señor con vestiduras espirituales contaminadas, como lo hizo Josué, el
Sumo Sacerdote.
Por lo tanto, procuremos guardar sin mancha ni contaminación nuestras vestiduras espirituales, las
cuales son las vestiduras de salvación y el manto de justicia (Is. 61:10). Teniendo en mente que esto sólo es
posible mediante la gracia del Espíritu Santo, como leemos en Hebreos 9:14: “¿Cuánto más la sangre de
Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias
de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
3. SER HALLADOS POR ÉL IRREPRENSIBLES
El tercer aspecto de nuestra preparación personal para la Segunda Venida, es ser hallados “irreprensibles”.
La palabra griega “ammometos”, significa “no poder ser acusado por alguna falta o error en nuestro trabajo o
conducta personal”.
El profeta Daniel manifestó esta cualidad. Leemos en Daniel 6:4: “Entonces los gobernadores y sátrapas
buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o
falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él”. Los enemigos de Daniel, desesperadamente
querían encontrar algo en su vida de lo qué poder acusarlo o hacerlo quedar mal, pero después de toda su
búsqueda, no pudieron encontrar nada. ¡Daniel era irreprensible ante el Señor su Dios!
Para poder ser hallados irreprensibles en la Venida del Señor, debemos hacer todo para la gloria de
Dios, y no por la alabanza de los hombres. Pablo nos dice en Efesios 6:6-7: “No sirviendo al ojo, como los que
quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo
de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres”.
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LA SEGUNDA VENIDA
Una de las últimas declaraciones en el libro de Apocalipsis, es una advertencia respecto a nuestra
propia vida. Apocalipsis 22:11 nos dice: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea
inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía”.
Este versículo significa que la manera como caminemos, determinarás nuestra condición espiritual cuando el
Señor regrese.
Si tomamos la decisión de caminar en impiedad, olvidando las sendas del Señor, seremos más y más
impíos y perversos; y esa será nuestra condición cuando el Señor regrese. Sin embargo, si por la gracia de Dios
escogemos caminar en justicia, seremos cada vez más justos.
Este libro está escrito para cristianos; por lo tanto, la advertencia es para la Iglesia. Tal vez una visión
que tuve hace algunos años ayude a ilustrar esta verdad. Vi un río de luz, que representaba el camino de justicia.
Después, el río se dividía en dos arroyos. Un arroyo corriente iba hacia la derecha, y el otro hacia la izquierda.
Ambos eran arroyos de luz, pero el de la derecha era de una luz centellante e inestable, parecida a las señales
iluminadas por luces de neón.
Primero, fui llevado en el Espíritu hacia esta senda de luz tenue. Gradualmente, perdía su brillo y se
volvió muy oscura. El arroyo se oscureció y se llenó con toda clase de serpientes. Finalmente, ví que su fin era
el abismo. El arroyo del lado izquierdo, se volvía cada vez más claro hasta llegar al trono de Dios, en el monte
de Sion celestial.
Amados, en los últimos días la Iglesia se dividirá. Muchos han tenido visiones y profecías acerca de
esto. Aquellos que son injustos, serán expuestos y cada vez serán más viles e inmorales. Los que son justos,
mientras continúen corriente arriba, serán más santos cada vez. Recordemos, la amonestación en Hebreos
12:14: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. A medida que nos aproximamos
al tiempo del regreso del Señor, esta advertencia se vuelve cada vez más importante (He. 10:25).
Concluimos este capítulo con la amonestación del amado apóstol en 1 Juan 3:1-3: “Mirad cual amor
nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no
le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel
que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”.
LA SEGUNDA VENIDA
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CAPÍTULO 9
EL CIELO Y EL JUICIO ETERNO
En este capítulo consideraremos el cielo y el juicio eterno. Pablo nos dice en Hebreos 9:27: “Está
establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” Después de morir nos
encontramos con el Señor y, basados en nuestra forma de vida en la tierra, iremos ya sea al cielo o al infierno.
Después, en el tribunal de Cristo, los libros serán abiertos y seremos juzgados de acuerdo a lo que hay
en ellos. ¿Qué son estos libros? Bueno, en el cielo hay libros que registran todas nuestras acciones. Hay un
libro para registrar la vida de cada persona.
Seremos juzgados de acuerdo a las obras que hicimos en la carne sobre esta tierra (Mt. 16:27). Leemos
en Apocalipsis 20:11-12 : “ Y ví un gran trono blanco y al que estaba sentado ante él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.
El Señor Jesús nos advirtió en Mateo 12:36: “… de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de
ella darán cuenta en el día del juicio”. Cuando nos presentemos delante del Señor, tendremos que dar cuentas
de todo lo que hayamos hecho en nuestra vida. Seremos castigados por toda palabra ociosa que hayamos
hablado. ¡Imagine eso! Hay un registro de cada palabra que hablamos. Sólo esto debería ser suficiente incentivo
para hablar únicamente cosas rectas. Para contrarrestar esto, seremos recompensados por cada pequeño acto de
bondad. Jesús declaró en Mateo 10:42: “Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría
solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. ¡ En el cielo se
recompensará cada sonrisa, apretón de manos, palabra de ánimo y pequeños actos de bondad!
Quiero enfatizar que, si se arrepiente, también hay esperanza para el impío. Leemos en Ezequiel 33:1416: “Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el
derecho y la justicia, si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los
estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno de sus
pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente”.
La naturaleza de Dios es perdonar nuestros pecados y transgresiones. El profeta Miqueas declaró:
“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para
siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará
nuestra iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Mi. 7:18-19).
Me gustaría dar mi testimonio personal con respecto al juicio eterno. He experimentado la muerte.
Hace muchos años, y debido a la oposición que estaba enfrentando, le pedí al Señor que tomara mi vida. Dios
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LA SEGUNDA VENIDA
respondió mi oración. El Ángel del Señor se me apareció una noche mientras dormía. Cuando desperté, lo vi
parado sobre mi cama. Me salí de mi cuerpo y me paré al lado del ángel. Por un breve momento, que pareció
una eternidad, miré hacia abajo y vi mi cuerpo acostado al lado de mi esposa, que dormía apaciblemente. El
darme cuenta de que mi vida había acabado, me sobrecogió. Ya no podía hacer nada más en esta tierra para
servir al Señor. Fue un sentimiento impresionante de que todo había acabado.
El ángel se volteó, y yo volteé al mismo tiempo que él. No hablamos ni una palabra entre nosotros.
Entonces, pareció como si el techo de la casa pastoral hubiese desaparecido y viajamos más rápido que la luz
en dirección al cielo, el cual podía ver en la lejanía. Cuanto más nos acercábamos al cielo, más triste me sentía.
Aunque sabía que era salvo, bautizado en agua y en el Espíritu Santo, y que estaba viviendo en la luz que había
recibido, extrañamente, ya no buscaba ir al cielo.
Llegamos a las puertas del cielo, ante un río de agua pura. Parado allí, en una serie de escenas una tras
otra, en cuestión de segundos se me mostró toda mi vida, desde mi nacimiento hasta ese momento. La cosa más
sorprendente es que algunas de las escenas estaban en blanco. Comprendí que estas escenas fueron épocas de
mi vida en las que le había fallado a Dios, pero, debido a que había pedido perdón, la sangre de Jesús había
lavado todo recuerdo y registro de ellas.
El Señor me reveló el propósito de Dios para mi vida. Me di cuenta que no lo había cumplido, porque
estaba muriendo antes de tiempo. Estando en agonía de espíritu, le supliqué al Señor que me enviara de regreso
a la tierra y me diera otra oportunidad para cumplir mi llamado y dar en el blanco para mi vida. El ángel debe
haber recibido una orden del Señor, ya que en ese preciso momento, sin hablar ni una palabra, él y yo nos
volteamos nuevamente y descendimos a la tierra a una velocidad increíble.
Al llegar a mi cama, vi mi cuerpo yaciendo allí. Entonces el ángel me tocó y regresé a mi cuerpo.
Después de algunos días, le pregunté al Señor por qué me había dado esa experiencia. El Señor me respondió
que era para que advirtiera a Su pueblo cómo sería en el tribunal de Cristo. No solamente tendremos que dar
cuenta de las obras hechas en la carne, sino también si hemos cumplido o no con el llamado de Dios para
nuestras vidas.
Otra verdad muy importante con respecto al juicio eterno, es que en el cielo, los creyentes no son todos
iguales. El apóstol Pablo señaló esto en 1 Corintios 15:41-42: “Una es la gloria del sol, otra la gloria de la
luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la
resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción”. Así como las estrellas del
cielo difieren en gloria y resplandor, así, en la resurrección, los creyentes diferirán en gloria.
De la misma manera en la que el Señor creó diferentes ángeles para cumplir diferentes tareas y funciones,
así Él nos hizo diferentes a cada uno de nosotros, con diferentes habilidades, para que estemos equipados para
cumplir con nuestro ministerio terrenal y completar la misión eterna que Él ordenó para nosotros. Por lo tanto,
tenemos la responsabilidad de recurrir a la gracia de Dios para poder ser la persona que el Señor quiere que
seamos, tanto en carácter como en habilidad. Al desarrollarse estas habilidades, cumpliremos con el ministerio
que Él nos ha enviado a desempeñar en este mundo.
Por la gracia de Dios, luchemos para dar en el blanco del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús,
para que, en aquel día, podamos ver Su hermosa sonrisa, y escuchar esas palabras: “¡Bien, buen siervo y fiel,
entra en el gozo de tu Señor!” (Mt. 25:21).
LA SEGUNDA VENIDA
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Capítulo 10
EL REINADO MILENIAL DE CRISTO SOBRE LA TIERRA
La Segunda Venida del Señor Jesucristo anunciará Su reinado de mil años de paz sobre la tierra. Esto es
llamado el Milenio. Por 1,000 años, el Señor Jesús reinará en persona sobre toda la tierra desde Jerusalén.
Reinará sobre las naciones con “vara de hierro”. Esta es la bendita esperanza de Israel y también de todo creyente.
El Milenio es un tema muy importante. La falta de comprensión de esta verdad ha hecho que muchos
crean que ya estamos viviendo en el Milenio. Esta creencia es llamada amilenialismo. Los amilenialistas creen
que el reinado milenial de Cristo es espiritual, produciéndose en los corazones de Su pueblo. No creen que
literalmente habrá un reinado terrenal de Cristo durante mil años.
Hace muchos años, estaba en el claustro de un Instituto Bíblico, donde uno de los principales maestros
creía en el amilenialismo. Él enseñaba a los alumnos que ya estábamos en el Milenio. Después yo entraba al
salón de clases y enseñaba que el Milenio comenzará con la Segunda Venida del Señor. Esta creencia es
comúnmente llamada premilenialismo. La diferencia entre nuestras enseñanzas estaba causando una gran
confusión en el Instituto. Entonces, el Señor me reveló el gran error que hay detrás de las enseñanzas del
amilenialismo. Muchas personas han sido engañadas a creer esto, y en este capítulo, y desde la Escritura,
quiero mostrarles que el Milenio comienza después de la Segunda Venida del Señor Jesús. Necesitamos observar
que existen tres aspectos básicos del reino de Dios:
1.
2.
3.
El reino de Dios dentro de nosotros.
El reino milenial de Dios sobre la tierra.
El reino de los cielos, nuestro estado eterno.
Jesús dijo en Lucas 17:21: “Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre
vosotros”. Por lo tanto, en un sentido, el reino de Dios está dentro de nosotros. El reino de Dios está dentro de
todo creyente. Cristo en nosotros, es la esperanza de gloria (Col. 1:27).
Sin embargo, en el Milenio el reino de Dios también será literal y externo. El reino de Dios estará sobre
la tierra por 1,000 años. En lo que se conoce como La Oración del Señor (el Padre Nuestro), Jesús nos enseñó
a orar: “Venga Tu reino” (Mt. 6:10). Cuando el Señor Jesús regrese, Su reino vendrá sobre la tierra.
El tercer aspecto es que el cielo es el reino de Dios. Después del Milenio, Dios creará un nuevo cielo,
una nueva tierra y una nueva Jerusalén, y los justos vivirán para siempre con Dios en Su reino eterno.
Por lo tanto, lo que estamos considerando ahora es el reino literal de Dios sobre la tierra, cuando Cristo
reina en persona. Esto es lo que todos los judíos estaban esperando ansiosamente: su Rey, que restauraría el
reino a Israel (Hch. 1:6).
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LA SEGUNDA VENIDA
Ahora, analicemos algunos hechos acerca del Milenio. La palabra “milenio” viene del latín “mille” que
significa “mil”. La palabra “milenio” no se encuentra en la Biblia, pero la Biblia nos enseña que el reinado
terrenal del Señor durará mil años.
En Apocalipsis 20:6 leemos: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con
él mil años”. Esto debe interpretarse como mil años literales. No es simbólico. Apocalipsis 20 menciona seis
veces un periodo de mil años (Ap. 20: 2, 3, 4, 5, 6, 7).
También está claro que es un reinado literal y no uno espiritual en los corazones del pueblo de Dios.
Sucederá sobre la tierra, no en el cielo. Jesús reinará en persona sobre la tierra por 1,000 años. En el Salmo 2:69, existe una promesa de que Jesús reinaría sobre la tierra:
“Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho:
Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los
confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás”. El
profeta Isaías, nos dice, que el Milenio será un reino de justicia: “He aquí que para justicia reinará un rey, y
príncipes presidirán en juicio” (Is. 32:1). El Señor reinará en justicia y juicio (Jer. 23:5).
Leemos en Isaías 9:6-7: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado
de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo
en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. Está claro que
cuando regrese, el Señor Jesús se sentará sobre “el trono de David”. Este será el cumplimiento de la promesa
hecha a David (2 S. 7:12-18; Sal. 132:11).
El profeta Daniel también tuvo una visión del reino terrenal del Señor: “Miraba yo en la visión de la
noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días,
y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,
naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será
destruido” (Dn. 7:13-14).
Isaías dice que en el Milenio, el Señor reinará desde el monte Sion: “Acontecerá en lo postrero de los
tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre
los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al
monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová” (Is. 2:2-3).
Isaías 2:4 también nos dice que el Milenio será un tiempo de paz universal: “Y juzgará entre las
naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no
alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”. Todas las armas de guerra se
volverán herramientas de labranza.
Durante el Milenio incluso habrá un cambio en la naturaleza de los animales. Leemos en Isaías 65:25:
“El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento
de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová”. La naturaleza carnívora de
los animales será cambiada y el cordero y el lobo apacentarán juntos.
LA SEGUNDA VENIDA
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Isaías 11:6-8 ilustra un cuadro similar del Milenio: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con
el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La
vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho
jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora”.
Creo que esta es una de las pruebas más grandes de que aún no estamos viviendo en el Milenio, como
sugieren los amilenialistas. Si tuviera que salir a caminar y pusiera su dedo en el nido de una serpiente, ¿qué
cree usted que ocurriría? Obviamente, la serpiente lo mordería. Esta es una prueba real de que no estamos
viviendo en el Milenio aún, porque será un tiempo glorioso de paz y seguridad. En Su Segunda Venida, el
Señor liberará al reino animal de la maldición bajo la cual ha estado desde la caída de Adán y Eva.
El apóstol Pablo señala este punto en Romanos 8:20-21: “Porque la creación fue sujetada a vanidad,
no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma
será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.
Como se describe en Isaías 65:20, también se aumentará la longevidad. Será un tiempo de prosperidad
y abundancia. Leemos en Jeremías 31:12-14: “Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al
bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas; y su alma será como huerto de riego, y
nunca más tendrán dolor. Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y
cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor. Y el alma del sacerdote satisfaré con
abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová”.
ISRAEL EN EL MILENIO
Para la nación de Israel, será el cumplimiento de todas sus profecías. Israel será restaurado a su antigua
gloria, y experimentará una gloria aún mayor. Poseerán toda la tierra que le fue prometida a Abraham. Jerusalén
será el centro de adoración del mundo entero (Zac. 14:16-17). Jerusalén experimentará paz y habitarán
confiadamente (Zac.14:11). Las dimensiones de la ciudad de Jerusalén serán cambiadas, y será construido el
Templo milenial que vio Ezequiel (Ez. capítulos 40-48).
Durante el Milenio se cumplirá la profecía de Ezequiel 37:21-28. Dios levantará a David para que sea
su príncipe. El pueblo de Israel morará en la tierra que Él prometió a su padre Jacob. Más aún, el Señor hará un
pacto de paz con ellos, y se sentará en medio de ellos en Su santuario.
SATANÁS SERÁ ATADO
Durante este tiempo, Satanás será atado. Apocalipsis 20:2-3 nos dice: “Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello
sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto
debe ser desatado por un poco de tiempo”.
Aunque Satanás será atado durante el reino milenial de Cristo sobre la tierra, aún habrá rebelión, pues
la naturaleza carnal del hombre todavía existirá en los que nazcan y vivan sobre la tierra en esa época.
En Isaías 65:20 leemos: “No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no
cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito”.
LA SEGUNDA VENIDA
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En Zacarías 14:17-19, el profeta también habla de naciones que se rebelan en este tiempo: “Y acontecerá
que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no
vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá
la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será
la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los
tabernáculos”. Las naciones que se rehúsen a subir a la ciudad de Jerusalén para celebrar la Fiesta de
Tabernáculos, serán castigadas con falta de lluvia.
SATANÁS ES SOLTADO
Al final del Milenio, Satanás será suelto por un breve tiempo. Apocalipsis 20:7-9 nos dice: “Cuando
los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los
cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es
como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la
ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió”.
Algunos preguntan: ¿cómo será posible esto? Bueno, usted notará que en la Segunda Venida, hay
diferencia entre el juicio sobre el Anticristo y el Falso profeta, y el juicio sobre Satanás. Apocalipsis 19:19-20,
nos dice que en Su Venida, el Señor Jesús arrojará al Anticristo y al Falso Profeta al lago de fuego. Este es un
juicio permanente.
Sin embargo, en ese tiempo Él atará a Satanás en el abismo por mil años (Ap. 20:1-3). El abismo es una
prisión donde Satanás estará atado hasta que terminen los mil años. Luego, será liberado para tener una última
oportunidad para llevar a cabo su maldad en la tierra. Tendrá una oportunidad más para reunir todos los seguidores
que pueda, y luego todos ellos serán juzgados por la eternidad.
Después de su última rebelión, Satanás recibirá su juicio final y será atormentado por los siglos de los
siglos. Leemos en Apocalipsis 20:10: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.
EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO
Es entonces que sucederá lo que es llamado El Juicio del Gran Trono Blanco de Cristo. Leemos en
Apocalipsis 20:11-12: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la
tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante
Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Después del Milenio, todos, vivos
y muertos, comparecerán ante el Señor Jesucristo y recibirán su juicio eterno.
Esta escena continúa en Apocalipsis 20:13-15: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y
la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito
en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Aquéllos cuyos nombres no estén escritos en el Libro de la
Vida del Cordero, serán arrojados al lago de fuego; la morada eterna de Satanás y de los impíos. Aquéllos cuyos
nombres estén escritos en el Libro de la Vida del Cordero, pasarán su eternidad con el Señor Jesús, en el cielo
nuevo y la tierra nueva que serán creados después del juicio del Gran Trono Blanco.
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EL CIELO NUEVO Y LA TIERRA NUEVA
En Apocalipsis 21:1-2, leemos acerca del cielo nuevo y la tierra nueva: “Vi un cielo nuevo y una tierra
nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa
ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”.
El cielo nuevo y la tierra nueva son mencionados en muchos otros lugares de la Escritura, de manera
que conozcamos su autenticidad. En Isaías 65:17 leemos: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”.
Isaías 66:22 dice: “Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante
de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre”. El apóstol Pedro, también habló
de ellos en 2 Pedro 3:13: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia”.
RESUMEN DEL MILENIO
1. Será un reinado de justicia.
2. Será un tiempo de paz universal.
3. El reino animal será transformado.
4. David será el príncipe de Jerusalén.
5. Todas las armas de guerra se volverán herramientas de labranza.
6. Satanás será atado en el abismo.
7. El Señor Jesús reinará desde Jerusalén.
8. Un nuevo Templo será construido.
9. Jerusalén será la capital del reino del Señor.
10. Los judíos reanudarán los sacrificios.
11. Israel será restaurado y volverá a poseer todo la tierra prometida a Abraham.
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CAPÍTULO 11
REYES Y SACERDOTES
Apocalipsis 20:6, llama bienaventurados y santos a todos aquellos cristianos que gobernarán y reinarán
con el Señor Jesucristo en el Milenio: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con
él mil años”.
Esta verdad con respecto a los reyes y sacerdotes se desarrolla por primera vez en Éxodo 19:6, cuando
el Señor le dice a Moisés: “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras
que dirás a los hijos de Israel”. El plan original de Dios para la nación de Israel consistía en que ellos fueran
un reino de sacerdotes para el Señor. Sin embargo, debido a su desobediencia, la nación de Israel no cumplió su
destino. Sólo la tribu de Judá recibió los derechos al trono, y sólo los de la tribu de Leví llegaron a ser sacerdotes.
Sin embargo, los planes del Señor nunca son frustrados. Al final, siempre se cumplen en su debida
forma. Esos privilegios le fueron dados a la Iglesia. El apóstol Pedro escribe en 1 Pedro 2:5-9: “Vosotros
también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciés las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas
a su luz admirable”.
Primero, debemos de considerar que Melquisedec y su sacerdocio fueron precursores de Cristo y Su
sacerdocio (He. 6:20). En Hebreos 7:1-2, Pablo describió a Melquisedec, quien fue rey de Jerusalén (Salem) y
sacerdote de Dios: “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a
Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de
todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz”.
Ser un rey del Nuevo Testamento, significa que reinamos en victoria sobre todas las circunstancias de
esta vida, como escribe el apóstol Pablo en Romanos 5:17: “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la
muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del
don de la justicia”. Para reinar en vida, debemos recibir la abundancia de la gracia (para la abundancia de las
pruebas) y el don de la justicia, que es la justicia impartida de Dios obrada en nuestras vidas.
Mediante la abundancia de gracia y de justicia de Dios, podemos ser “más que vencedores” en toda
situación (Ro. 8:37). Apoyándonos en la gracia de Dios en cada situación de nuestra vida, podemos reinar
sobre nuestras circunstancias; en lugar que ellas reinen sobre nosotros.
Ser un sacerdote del Nuevo Testamento, significa ofrecer los mismos sacrificios que el Señor mismo
ofreció cuando estuvo en la tierra. Hebreos 10:5 dice: “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y
ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo”.
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De igual manera, el apóstol Pablo nos exhorta en Romanos 12:1: “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional”.
Debemos ofrecer nuestros cuerpos a Dios como sacrificio vivo. Debemos hacer todas las cosas para la
gloria de Dios, alabándolo y adorándolo en todo momento, haciendo todo sin quejarnos. Debemos ver que
todo, o proviene del Señor, o es permitido por Él para nuestro beneficio.
LA PRIMERA RESURRECCIÓN
Aquéllos que gobiernen y reinen con Cristo en el Milenio, tendrán parte en la Primera Resurrección.
Sin embargo, primero debemos examinar brevemente qué es la Primera Resurrección. El apóstol Pablo dijo en
Filipenses 3:10-11: “A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,
llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos”.
El más profundo clamor en el corazón del apóstol Pablo era poder ser apto para la Primera Resurrección,
de la que habla Apocalipsis 20:6: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán
con él mil años”.
Hay dos resurrecciones específicas para los santos: La Primera Resurrección que ocurre en la Segunda
Venida de Cristo, y la resurrección general que ocurre después de los 1,000 años de reinado de Cristo sobre la
tierra. No todos los cristianos tendrán parte en la Primera Resurrección. Es sólo para los santos que han vencido,
quienes serán resucitados y recibirán su cuerpo glorificado para vivir y reinar con el Señor durante Su reinado
de mil años sobre la tierra.
La Palabra que Pablo usa en Filipenses 3:11 para “resurrección” es una palabra griega compuesta.
Significa: los que se levantarán de entre los muertos. Esto implica que sólo algunos de los muertos serán
levantados en este tiempo, no todos. Pablo quería estar entre este grupo selecto y especial de “llamados de
entre los muertos”. Obviamente, si se pudiera asumir automáticamente que uno resucitaría en esta época,
Pablo nunca habría tratado de calificar para estar en este grupo.
Así, sólo un selecto grupo de creyentes que son santos resucitarán en el momento de la Segunda Venida.
Ellos recibirán sus cuerpos glorificados y gobernarán y reinarán con Cristo durante Su reinado Milenial.
Serán reyes y sacerdotes que enseñarán a las naciones los estatutos del Señor. El resto de los salvos y de
los no salvos no serán resucitados sino hasta después de los 1000 años de reinado del Señor, cuando todos
comparecerán delante del Señor para dar cuenta de sus vidas (Ap. 20:12-15).
En Filipenses 3:10, Pablo nos da cuatro requisitos que deben ser trabajados en nuestras vidas para que
podamos tener parte en la Primera Resurrección:
1.
2.
3.
4.
Que pueda conocerle.
Que pueda conocer el poder de Su Resurrección.
Que pueda conocer la participación de Sus padecimientos.
Que pueda ser semejante a Él en Su muerte.
LA SEGUNDA VENIDA
61
Ahora, examinemos brevemente estos cuatro requisitos para poder tener parte en la Primera Resurrección,
y ser reyes y sacerdotes con Cristo durante el Milenio.
1. QUE PUEDA CONOCERLE
El primer requisito es conocer al Señor. Para conocer al Señor verdaderamente, tenemos que conocer
cómo es Él. Esto incluye conocer Sus atributos. Cinco de los atributos del Señor son mencionados en Éxodo
34:6: “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso;
tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”.
En Mateo 11:29, el Señor Jesús mencionó otros dos atributos Suyos, mansedumbre y humildad: “Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas”. Para conocer verdaderamente estos atributos, deben ser obrados dentro de nosotros. Mientras
más se trabaje la naturaleza de Dios en nuestras vidas, más Le podremos conocer.
2. EL PODER DE SU RESURRECCIÓN
El segundo requisito es conocer el poder de la Resurrección del Señor. Pablo dice en Efesios 1:17-22:
“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación
en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza
a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual
operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino
también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia”.
¡De modo que creamos que, en estos últimos días, Dios hará que Su pueblo experimente y manifieste el
poder de Su resurrección!
3. LA PARTICIPACIÓN DE SUS PADECIMIENTOS
También es necesario experimentar la participación de los sufrimientos de Cristo. La Biblia nos dice
que: “si sufrimos, también reinaremos con él” (2 Ti. 2:12). En la medida que suframos, en esa misma medida
reinaremos con Cristo. A continuación, enumero algunos de los sufrimientos de Cristo que experimentaremos
si presionamos en seguir conociéndolo:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Sufrió en el área de los apetitos de la carne (Mt. 4:3).
Sufrió en Su alma (Mt. 4:6).
Sufrió en Su Espíritu (Mt. 4:8).
Sufrió en Su cuerpo (Is. 50:6; 52:14).
Sufrió oprobio (Sal. 69:20).
Sufrió en el área de Su voluntad (Lc. 22:42).
Sufrió en el área de Su reputación (Jn. 8:41).
Fue abandonado por aquéllos que amaba (Jn. 6:66).
Experimentó la traición (Mt. 26:48-49).
LA SEGUNDA VENIDA
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4. SER SEMEJANTES A ÉL EN SU MUERTE
Esto significa experimentar la vida crucificada. Pablo dijo en Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Como dijo Jesús, debemos cargar nuestra cruz diariamente
“y morir diariamente” (1Co. 15:31).
Amados, si por la gracia de Dios procuramos vivir esta clase de vida, ciertamente calificaremos para
tener parte en la Primera Resurrección, y ser reyes y sacerdotes con el Señor en el Milenio. Por lo tanto,
¡concentrémonos en estos cuatro requisitos, para que podamos reinar y gobernar con Cristo en el Milenio!
LA SEGUNDA VENIDA
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CAPÍTULO 12
CONCLUSIÓN
En conclusión, detallamos en orden cronológico aproximado, los eventos que deben ocurrir antes de la
Segunda Venida:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
El avivamiento final (la fiesta de los Tabernáculos).
La Iglesia llegando a la madurez.
Los diez reyes.
El Anticristo.
La firma del pacto de siete años con Israel.
Los dos testigos.
La Abominación Desoladora.
La Gran Tribulación.
El sol y la luna se oscurecerán y las estrellas caerán.
La batalla de Armagedón.
El sitio de Jerusalén.
La Venida del Señor en las nubes.
Algunos de los eventos anteriores podrán ocurrir simultáneamente. Sin embargo, todos deben ocurrir
antes que termine esta era, con la gloriosa Venida del Señor en el cielo.
Mi oración es que este libro haya sido de bendición para usted, y que le haya ayudado a entender los
eventos que conducirán a la Segunda Venida del Señor, y los eventos que ocurrirán después. Sobre todo, espero
que este estudio le haya animado a vivir una vida santa en Cristo Jesús, y a estar preparado para Su Segunda
Venida. ¡Dios le bendiga, querido lector!
64
LA SEGUNDA VENIDA
APÉNDICE:
LAS FIESTAS DEL SEÑOR
SIETE FIESTAS DE ISRAEL
CONMEMORACIÓN DE LA HISTORIA
DE ISRAEL
1. PASCUA
El día 14 del primer mes.
• Israel fue liberado de la esclavitud de Egipto.
Levítico 23:4-5
Éxodo 12
• La sangre del Cordero aplicada a los dinteles de
la puerta.
• El Señor “pasó sobre” Israel y protegió al pueblo
cuando el destructor mató a los primogénitos
de Egipto.
2. PANES SIN LEVADURA
El día 15 del primer mes y los siguientes seis
días.
• Israel limpió sus casas de la levadura antes de
dejar Egipto.
Levítico 23:6-8
Éxodo 12:15-20
• Ellos comieron panes sin levadura durante siete
días.
3. PRIMEROS FRUTOS
El día después del Reposo (sabath).
• Dios abrió el Mar Rojo e Israel pasó en seco.
Levítico 23:9-14
Éxodo 14
• Israel fue libertado de los Egipcios para siempre.
Egipto no volvió a tener mas dominio sobre
Israel.
4 PENTECOSTÉS
50 días después de la fiesta de las Primicias.
Levítico 23:15-21
Éxodo 19-20
• Israel se encontró con Dios en el Monte Sinaí,
donde tuvieron manifestaciones de la gloria de
Dios y de Su poder cuando Él descendió.
• Israel recibió la ley de Dios.
• Dios quería que Israel escuchara Su voz de
manera contínua.
• Israel se rehusó a escuchar la voz de Dios.
CUMPLIMIENTO EN
EN LA IGLESIA
CUMPLIMIENTO EN NUESTRA
EXPERIENCIA
• Jesús, el Cordero de Dios, es nuestro
Cordero Pascual.
• Somos liberados del Egipto espiritual (la muerte
eterna) por la sangre del Cordero.
• Su muerte ocurrió en la víspera de la
celebración de la Pascua.
• Jesús ha completado la obra para que podamos
experimentar la salvación plena y proseguir a
poseer nuestra herencia espiritual.
• Su sangre cayó sobre Israel y sobre sus
hijos (Mt. 27:25).
• Jesús comió panes sin levadura con los
discípulos en la Pascua.
• El pan es un símbolo de Su cuerpo que fue
partido por nosotros.
• Jesús se sometió a la muerte en la cruz y fue
resucitado.
• Jesús tomó las llaves y derrotó a la muerte y
al infierno.
• 1 Corintios 15:20 Cristo se convirtió en los
primeros frutos.
• 1 Corintios 5:6-11
• Los pecados y las iniquidades comienzan a ser
purificados en nuestras vidas y en la Iglesia.
• Obedecemos al Señor al ser bautizados en agua.
• Romanos 6:1-18. El poder del pecado es roto
en nuestras vidas.
• Sepultamos al viejo hombre y resucita el hombre
nuevo.
• Estamos sujetos al poder y a la gracia de Dios.
• Jesús dio la promesa del bautismo en el
Epíritu Santo.
• Somos bautizados en el Espíritu Santo,
evidenciado por el hablar en otras lenguas.
• Los discípulos fueron bautizados en el
Espíritu Santo con tremendas manifestaciones
cuando Dios descendió.
• El Espíritu Santo viene para ayudarnos a vivir
en una relacion con Dios al escuchar Su voz.
SIETE FIESTAS
CONMEMORACION DE LA
HISTORIA DE ISRAEL
5. TROMPETAS
El primer día del séptimo mes.
• Israel había vagado en el desierto durante 38
años hasta que murió la generacíon incrédula.
Levítico 23:24-25
Deuteronomio 31:1-8
Josué 1:1-9
• Dios anunció un nuevo llamado para entrar a su
herencia.
6. EXPIACIÓN
• Israel cruzó el Río Jordán.
El día 10 del séptimo mes.
• Llegaron a Gilgal, donde fueron circuncidados.
Levítico 23:27-32
Josué 3-5
• Los Israelitas afligieron sus almas y ofrecieron
ofrenda encendida a Jehová.
7. TABERNÁCULOS
Del día 15 al 21 del séptimo mes.
Levítico 23:34-43
Josué 12
2 Samuel 6:1-18
• Israel comenzó a poseer la tierra de Canaán bajo
el liderazgo de Josué.
• Dios ungió a David, quien guió a Israel a poseer
la tierra y desposeer a sus enemigos.
• David derrotó a los jebuseos, tomó posesión de
Sion, y trajo el Arca del Pacto al Monte Sion.
CUMPLIMIENTO
EN LA IGLESIA
• Desde mediados de 1960, Dios ha estado
moviendo a la Iglesia por todo el mundo para
que avance y posea su herencia.
• Los judíos entendían esto como un periodo de
preparación para la más grande fiesta que habría
de venir: La Fiesta de los Tabernáculos.
• Ellos pasaban los siguientes 10 días (Días de
reverencia) poniendo las cosas en orden para el
nuevo año.
CUMPLIMIENTO EN NUESTRA
EXPERIENCIA
Atravesamos por la experiencia del desierto
después del bautismo en el Espíritu Santo.
• Dios da un nueva llamado para avanzar con
Él, vencer, y poseer la herencia que Él ha
ordenado para nosotros.
• Experimentamos un nuevo arrepentimiento
en nuestra vida para continuar con Dios.
• Hoy, Dios quiere restaurar el mensaje de
arrepentimiento a la Iglesia, para que
muchos avancen con Dios.
• Dios está llamando a la Iglesia en estos tiempos,
a un tiempo de arrepentimiento, una nueva
limpieza y preparación.
• Experimentamos una nueva revelación del
Señor que nos hace ver áreas de nuestra vida
que necesitan ser transformadas.
• Esta es la más solemne de las fiestas preparando
a la Iglesia para vencer y poseer su herencia
• La bondad de Dios nos guía al
arrepentemiento.
• Experimentamos victorias sobre nuestra
vieja naturaleza, y comenzamos a derrotar
a nuestros enemigos y a poseer la herencia
que Dios ha ordenado para nosotros.
• Esta fiesta aún debe de ser experimentada por
la Iglesia.
• Dios está haciendo preparativos en este tiempo
para que la Iglesia pueda entrar a la plenitud de
Sus propósitos.
• Este es el tiempo del más grande avivamiento y
cosecha de almas que el mundo jamás haya
visto.
• Habrá un tremendo derramamiento del Espíritu
de Dios con enorme poder.
• Dios quiere que derrotemos a todos nuestros
enemigos y reinemos sobre la herencia que
Dios ha escogido para nosotros.
• Dios quiere manifestar Su gloria a las
naciones de la tierra por medio de nosotros,
y producir una abundante cosecha de almas.
• Conforme entremos a la madurez espiritual,
un gran gozo y una gran unción serán
derramados sobre nuestras vidas.
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