Introducción. - Regimiento "Numancia"

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MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX
INTRODUCCIÓN
Antes de la PGM se habían realizado en Alemania diversos proyectos de vehículos
acorazados, aunque la inmensa mayoría no llegaron ni a la fase de prototipo, dado el escaso
interés que suscitaron. Sirva como ejemplo el tractor oruga ideado, en 1870, por el Capitán de
Ingenieros Julius Schneider, que se movería por medio de unas “grandes ruedas dentadas que
reposaban sobre una banda de rodadura sin fin” y que, según su diseñador, se podría utilizar
como tractor de artillería, vehículo de carga, o como portador de armas. Fue rechazado en varias
ocasiones, no construyéndose ningún ejemplar. Algo similar pasó en 1880 con el “acorazado
móvil” del Teniente Coronel prusiano Schuman, que era una especie de “fortaleza acorazada y
armada con cañones”, con capacidad para moverse por el campo de batalla según las
necesidades del combate.
Al principio de la PGM se pensaba que el único modo de conseguir la victoria era utilizando
grandes concentraciones de artillería.
A partir de 1906, fueron construidos diferentes prototipos de blindados que, en la mayoría
de los casos, se desarrollaron a partir de chasis comerciales, sobre los que se colocaban planchas
de coraza remachadas. Sin embargo, cuando comenzó la PGM, sólo había en servicio algunos
modelos diseñados expresamente para lucha anti-globos, ya que existía una gran desconfianza
para el uso de este tipo de vehículos para el combate terrestre.
En el terreno de los vehículos oruga, la historia se repite de forma más dramática, si cabe,
dado que, cuando los británicos emplearon por primera vez sus carros Mark I, en septiembre de
1916, el Alto Mando alemán todavía no había efectuado ningún estudio serio sobre el tema, a
pesar de los numerosos proyectos que habían sido presentados desde 1911.
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Francisco P. Fernández Mateos
Tras los fracasos iniciales de los carros franceses y británicos, algunos técnicos alemanes
llevaron a cabo una serie de estudios, llegando a la conclusión de que eran unos ingenios poco
eficaces y muy deficientes técnicamente, si bien fue creado el comité A7V con la finalidad de
diseñar un carro propio.
Carro Mark I británico. Las deficiencias técnicas iniciales de los carros, llevaron a los alemanes a
pensar que eran unos ingenios muy poco eficaces.
Conforme fueron solucionados los problemas técnicos y las tripulaciones cogieron
experiencia, los carros aliados comenzaron a cosechar victorias, lo que llevó a los alemanes a ir
corrigiendo su postura en contra del nuevo ingenio; sin embargo, lo hicieron de forma tan
indecisa que cuando quisieron reaccionar ya era demasiado tarde. De hecho los carros alemanes
no entraron en combate hasta marzo de 1918 y, además, en una cantidad tan reducida que poco
o nada podían hacer.
Terminada la guerra, el Tratado de Versalles impuso la destrucción de todos los carros del
Ejército alemán, siendo desguazados 56 vehículos, parte de los cuales eran vehículos capturados
a los británicos.
Carro británico capturado y expuesto en Berlín.
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MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX
Durante el período entreguerras, el Ejército alemán no dejó caer en saco roto las
experiencias obtenidas y, basándose en buena parte, en las conclusiones de algunos de sus
oponentes como Fuller y Liddell Hart, espoleado por hombres como Guderian y Hans von Seeckt
(la “cabeza pensante” de la Reichswehr), consiguió unas unidades acorazadas que, años más
tarde, asombraron al mundo con su “blitzkrieg” o “guerra relámpago”, aunque para ello tuvo
que emplear las más variadas artimañas y utilizar grandes dosis de imaginación.
Desde los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, las empresas alemanas
trabajaron sin descanso en el diseño de nuevos carros y vehículos acorazados, muchos de los
cuales no llegaron a construirse. Sin embargo, sus esfuerzos no fueron en vano, y culminaron
con modelos como el Panther o el Tiger, que sembraron el pánico entre sus adversarios, si bien
finalmente sucumbieron frente a la aplastante superioridad numérica de los vehículos aliados.
Las lecciones aprendidas de la PGM permitieron que el Ejército alemán asombrara al mundo con su
guerra relámpago o blitzkrieg.
Tras la SGM, le fueron impuestas a Alemania grandes restricciones en la fabricación de
armamento, por lo que, hasta la década de los 60, el Ejército alemán no pudo dotarse de medios
acorazados de fabricación nacional. Pero, a pesar de esos años de inactividad, las industrias
alemanas han sabido ganarse un prestigio internacional fuera de toda duda. Baste citar los
nombres de los carros Leopard, los vehículos de tracción orugas Marder, TH-301, Wiesel,
Puma…, así como los de ruedas Fuchs, Fennek, Boxer, etc.
Y sin más preámbulos, pasemos a ver los diferentes avatares por los que ha pasado el
Ejército alemán, desde el punto de vista de los blindados, durante todo el siglo XX. Para ello,
dedicaremos los 9 capítulos del Tomo I a describir la organización y el empleo de las unidades
Panzer, mientras que los 8 capítulos del Tomo II incluirán las fichas técnicas de los vehículos.
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