Núm. 265 - Publicaciones de Defensa

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EJERCITO
A
»
Revista
ilustrada
¡
de..IasArsnas
Ministério del Ejérrito
se rvieios
e
y
ejércitó
REVISTAILUSTRADA
DE
LASARMASY SERVICIOS
Madrid, Febrero1962—AñoXXIII Núm. 265
—
“Depósito Legal”: M. 1633-195k
SUMARIO
ESTEAÑO EN EL PALACIO DE ELPARDO, EN LÁ PASCUA MILITAR.
PARA LA HISTORIADE LA CRUZADA, LAS HAZAÑAS. LA PASARELADE LA MUERTEEN LA CIUDAD UNIVERSlTÁRI.
(Pág. 3).—GeneralMarhtanyGonzalez.
ACORAZAMIENTO DE LA INFANTERIA.TENDENCIASY VEHICULOS.(Pág.9).—Comandante
DueriasGavilán.
EXÁMENESY PRUEBAS.
(Pág.17).—Cornandante
del Moral Martín.
IDEAS PARA UNA POSIBLEAMPLIACION DE LA MISION DEL EJERCITO.(Pág.21).—Ccmandante
Mora Gonzalez.
COMO EL EJERCITO
CREOLA AVIACIÓN. (Pág.25)—TenienteGeneralKindelánDuany.
CABÁLLERIA Y FUERZASACORAZADAS. PUNTOSDE CONTACTO.(Pág.27).—Comandante
PrietoAlonio.
EN EL DINTELDELESPACIO.(Pág.31).—GeneralRuedaUreta.
LOS CIMIENTOSDE LA VIEJA PATRIA.—DERROTÁ
Y MUERTEDE AMILCAR BARCA.(Pág.39).—CoronelCampoiTurmo.
MOSCU VISTOPOR UN INGENIERO NORTEAMERICANO.
(Pág.45).—EIIot B.Roberts.(Traducción
de la Redacción
de «Ejárcifo»).
ANTOLOGIA INFORMATIVA DE LA CRUZADA (Pág.49).—Recopilación
de la Redacción
¿e «Ejórcilo».
e Ideas y Ref1exione
Información
NUEVAS NORMASDE LA ASOC!ACION MUTUA BENEFICA.(Pág.57).—Comandante
AlvarezVlcent.
REORGANIZÁCION DEI. EJERCITOY PREOCUPACIONES
PARA EL FUTURO.(Pág.60).—M.P. Chaudel.(Traducción
del
General Pórez-Chao).
EDUCACION FISICA.—TABLÁSPARA LA PRUEBADE POTENCIA.(Pág.61).—CapifánRodríguezVidal.
EL SOL COMO FUENTEDE ENERGIAELECTRICA.
(Pág.63). - General F. Cook. (Traducción
del TenienteGarcíaParrado.
LAS ARMAS BASICASINDIVIDUALESDEL EJERCITO
SOVIETICO.(Pág.65).—De«SoldalundTechaik».(Traduccion
del
ComandanteWilhelmij.
LA POTENCIA MILITAR DE LA CHINA ROJA. (Pág.70.—Mayor O’Ballance. (Traducción
extractadadel Coronel Ariza García)
EL ATRACTIVO INICIAL DEL COMUNISMO.(Pág.73).—GeorgSfamüllar.(Traducción
del TenienteCorenelAlonso hierra).
DESARROLLODE LA ACTIVIDADESPÁNOLA.(Pág.75). - Tenieni. CoronelReyde Pablo-Blanco.;1]
s ideas contenidas en los trabajos de esta Revista representan únicament
opinión del respeétivo firmante y no la doctrina de los organismos oficiales
facción y AdmInistración Alcalá, 18, 30
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LAS ARMAS Y SERVICIOS
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ALFONSO FERNANDEZ, Coronel de E. M.
JEFE
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REDACCIÓN
General de Brigada, Excmo. Sr. D. Jósé Díaz de Villegas, Director General de Plazas y Provincias
Africanas.
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General de División, Excmo. Sr. D. Emilio Alama» Ortega, Director General de Acción Social del
Ministerio del Ejército.
General de División, Excmo. Sr. D. Juan Pérez-Chao Fernández, a las órdenes del Ministro del
Ejército.
General de División Excmo. Sr. D. Enrique Gallego Velasco, a las órdenes del Ministro del
Ejército.
General de Brigada, Excmo. Sr. D. Gonzalo Peña Muñoz, del consejo Supremo de Justicia Militar.
Gneral de Brigada, Excmo. Sr. D. Manuel Chamorro Martínez, Jefe de E. M. de la 1. Región Militar.
Coronel de Artillería, del S. E. M., D. José Fernández Ferrer, de la Escuela Superior del Ejército.
Coronel de Ingenieros, del S. de E. M., D. José Casas y Ruiz del Arbol, Jefe Rgto. Zapadores n.° 1.
Coronel Ingeniero de Armamento, D. Pedro Salvador Elizondo, de la Dirección General de Indus
tria y. Material.
Coronel de Infantería, del 5. de E. M., D. Narciso Ariza García, de la Escuela Superior del
Ejército.
Tte. Coronel de Intendencia, D. José Rey de Pablo Blanco, de la Escuela Superior del Ejército.
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al Director.
al Administrador,
D. Francisco de Mata
Díez, Comandante
de Infantería.
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»
PARA
EA
HISTORIA
QE[ACRO/ADA
[ASHA/ANAS
detenerse los camiones, era muy frecuente que Se
atascaran en el barro, teniendo que hundirse los
soldados hasta las rodillas para empujarlos.
Al llegar al tanque ruso destrozado que jalonaba
el cerro de Garabitas, los convoyes descendían có
modamente cara a Madrid por la carretera que,
bordeando este cerro, desemboca en ángulo muy
agudo en otra que atraviesa la Casa de Campo
por su parte baja y es paralela a las tapias que
bordean el río. Este encuentro de carreteras era
la llamada curva de la muerte, por estar enfilada
a muy corta distancia por una ametralladora y
un cañón contracarros que ocasionaban frecuentes
bajas, sobre todo en los camiones de gran tamaño,
Escrito en aI,ril de 1941, por el Teniente Coronel de Ingenieros,
José MARISTANY GONZÁLEZ (hoy General de Brigadade que se veían obligados a hacer maniobras para
pasar.
Ingenierosen situaciónde reserva).
Por la carretera que bordea las tapias, y en
Pon aliclcuies
otro encuentro en ángulo agudo, se alcanzaba la
carretera
que recorre la fachada del edificio de
Los veinte puentes que sucesivamente hubieron “Firmes Especiales”, en donde se desóargaban los
de hacerse en la Ciudad ljniversitaria para soste
materiales, en transporte• a brazo, a través del
ner la comunicación entre esta posición avanzada
sin protección alguna en los primeros
y la Casa de Campo, cuando las fuerzas nacionales terreno,
tiempos
y
más tarde por un camino cubierto que
cercaban a Madrid por el Sur, son, por el espíritu en las primeras
horas de la noche se convertía
de sacrificio y abnegación que obligaron a derro
en un hormiguero de bestias cargadas con muni
char, uno de los orgullos más legítimos de las tro
ciones, víveres, camillas con heridos y material de
pas de Ingenieros.
clases, en medio de cuya batahola el tras-.
El transporte de todo el pesado material de los todas
lado de las viguetas y piezas largas de los puentes
puentes había que hacerlo forzosamente de noche, se hacía penosísimo.
en camiones que, saliendo de Cuatro Vientos al
Cada vez que se iniciaban los trabajos de un
caer de la tarde, penetraban en la Casa de Cam
nuevo puente, por haber sido destruido el anterior,
po por la brecha abierta en la tapia junto al arro
yo de los Meaques.
A partir de este punto empezaba la “peregrina
ción” a través de aquel real patrimonio, verdadero
laberinto, cruzado de caminos en todas las direc
ciones, donde había que guiarse por las rodadas
profundamente marcadas en el fango por los ca
miones de expediciones anteriores; pero como és—
tos no iban todos al puente, sino que muchos ser
vían para el abastecimiento de las distintas posi
ciones de la Casa de Campo, y era preciso hacer
todo el recorrido con los faros apagados, la dii i
cultad de la orientación ocasionaba el peligro iri
minente, sobre todo en los primeros tiempos, de
ir a caer en manos del enemigo al menor descuido.
i/NE4
Fara atravesar aquel infierno cruzado constan
EN[M/c4
ternente por balas perdidas que silbaban en todas
direcciones, hacían falta verdaderó prácticos que,
¿ /N&l
colocados en los primeros camiones, dirigían el
convoy, tomando como jalones los numerosos ve
hículos que yacían destrozados a lo largo de los
caminos e incluso sirvió un momento el cadáver
insepulto de un semoviente...; todo, en fin, servía,
menos los carteles indicadores de caminos y cruces,
que tardaron bastante tiempo en aparecer. Este
importante
servicio de la señalización debe ser
estudiado y organizado con toda minuciosidad en
paz y en guerra.
La marcha se hacía muy lenta, y costaba, apro
ximadamente, una hora llegar al cerro de Gara
MR48/T15
bitas. De vez en cuando, un frenazo en seco de
676
tenía la marcha; otro camión que venía en sentido
contrario surgía de la oscuridad entre los árboles
y lograba detenerse a unos centímetros de distan
cia, cuando no después del encontronazo inevitable.
El cruce de dos convoyes en estas condiciones
CUF?VÁ
01 ¿4
se hacía penosísimo; tanto más cuanto que, al
AIU6A’TE
La pasarela de la
muerte en la Ciudad
Universitaria.
-
EL puente del Generalísimo, visto desde la Casa de
Campo. n primer término, la última pasarela que
se hizó
expuesto, no se comprende a primera vista cómo
pudo realizarse labor ‘tan continuada con tan es
caso número de bajas. Ello fué debido, tanto a las
múltiples precauciones tomadas como a la orga
nización minuciosa para evitar toda confusión y
pérdida de tiempo desde que se entraba por las
tapias de la Casa de Campo hasta el regreso.
Precauciones
todo este flujo y reflujo de hombres y ganado se
acumulaba en ambas ‘orillas, en los espacios muy
reducidos que había disponibles para aparcar ma
teriales, herramientas, armamento y equipos de
las tropas de la compañía de Puentes, dificultando
considerablemente la operación, ya de por sí muy
labórjosa.
Los trabajos tenían que hacerse, la mayoría de
las veces, en la más completa oscuridad, con los
soldados metidos hasta el pecho en el agua con
gelada del río, que arrastraba en algunas ocasiones
pequeños témpanos de hielo, y en medio de los
fuegos cruzados de las ametralladoras, que no ce
saban ni un momento de disparar, como un eco
de los martillazos de nuestros valientes carpinteros.
Pero acaso la labor más penosa y arriesgada era
la de la hinca de pilotes. Hay que tener en cuenta
que algunos median hasta seis metros de altura,
a lo que hay que añadir unos tres metros de mar
tinete de campaña, que se empalmaba en la cabeza
misma del pilote, hasta cuya altura había de tre
par un soldado cada vez que la maza tenía que
ser ajustada a sus guías, o que la cuerda se atas
caba en su roldana. A veces cruzaban las ráfagas
de ametralladora entre los pies del acróbata y las
cabezas de los que abajo contenían el pilote; pero
lo que más provocaba el tiroteo de las máquinas
era el estrépito de los golpes de maza al caer so
bre la cabeza del pilote, hasta que los rojos se can
saban al ver que no conseguían, ni por un momen
to, acallar aquel ruido continuo y monótono, como
el tic-tac de un reloj de cíclopes.
La precisión de los tiros de ametralladora era
bastante aceptable. El enemigo preparaba la pun
tería durante el día, dejando todas las máquinas
perfectamente enfiladas, y en cuanto empezaba el
ruido de los martillos, empezaba también el de las
ametralladoras.
Las chapas de blindaje que se pusieron posterior
mente, en lugar de disminuir el peligro lo iicre.
mentaron, porque la puntería pudo ser rectificada
de noche por el siguiente artificio: tiraban hasta
encontrar las chapas, cosa que reconocían por los
chispazos que producían; entonces, y gradualmen
te, iban corriendo el tiro hacia la derecha, hasta
que dejaban de ver los chispazos; de esta manera
tenían la seguridad de batir, a buena altura, un
tramo del puente que no se había podido blindar.
En estas circunstancias y con todo lo que queda
El puente de pilotes destruido por la artillería íi los
tanques rojos, visto desc1e la Casa de Campo
En primer lugar, los camiones se cargaban en
Cuatro Vientos, en un cierto orden, llevando los
materiales ordenados también dentro del camión.
Este orden era el ‘de marcha, con prohibición
absoluta de pasarse unos a otros, y era el mismo
de descarga, de transporte a brazo y de empleo.
‘Hasta que un camión estaba descargado y trans
portado todo su material no empezaba a descar
garse el siguiente.
La tropa se apeaba de los camiones en la casa
de Ifni, cerca de Garabitas, y desde allí, formada
de a uno, con grandes intervalos, cruzaba en línea
recta la Casa de Campo hasta el emplazamiento
del puente, evitando.el paso por la Curva de la
Muerte.
Para pasar ésta, los camiones se acercaban de
uno en uno, y se paraban, acelerando el motor,
para que el enemigo, creyendo era éste el momento
del paso, hiciese fuego con su ametralladora o
cañón antitanque, lo que ocurría muchas veces.
Entonces se avanzaba haciendo el menor ruido po
sible.
Para no tener que encender las luces durante los
trabajos de tendido de pasarelas, se reçurrió al
siguiente artificio: se prepararon dos cuerdas muy
blancas de cáñamo, con una serie de nudos a la
distancia exacta que tenían que quedar los ejes
de las cumbreras, y se tendían paralelas a través
del río, dejando entre sí la equidistancia justa,
igual a la longitud de las cumbreras. De esta ma:
nera, los encargados de montar los caballetes nci
podían titubear, no había más que correr la mano
por la cuerda hasta tropezar con el nudo; allí
tenía que estar el extremo de la cumbrera. Dos
plomadas, atadas previamente a dos clavos situa
dos en dos caras inmediatas de los pies derechos,
les marcaban la verticalidad de éstos.
Un listón clavado a flor de agua, entre los dos
pies, y una cruz de San Andrés entre éste y la
cumbrera, aseguraban la indeformabilidad del ca
ballete.
1
El puetite de pilotes con el muro de sacos terreros
visto des cíe la Universitaria. Al fondo, la tapia de o
Casa de Cimpo.
La colocación de las viguetas era operación de
pocos minutos. Las cumbreras llevaban señalados
los asientos por medio de ligeros cortes de sierra,
fáciles de reconocer al tacto en plena oscuridad.
Con estas precauciones se comprende cómo una
pasarela impr.ovisada pudo hacerse casi a la mis
ma velocidad que un puente con material regla
mentarlo.
Para la hinca de pilotes se amadrinaron dos pOn—
tones, formando compuerta, sostenida desde ambás
orillas de aguas arriba por dos amarras. Sobre
las proas se trincó un tablero, que soportaba un
verdadero muro de colchones de lana de más de
un metro de altura y de la longitud entera de
los colchones como espesor. Por debajo del tablero
también se rellenaron de colchones las proas, pues
to que las chapas de los pontones eran pasadas
con gran facilidad por las baras de las ametralla
doras. Los hombres trabajaban de pie en el fondo
de los pontones completamente a cubierto.
No se permitía cruzar ni estacionarse en el puen
te más que la gente estrictamente indispensable
para las labores. La gente trabajaba siempre por
escuadras o pelotones completos, con misiones bien
definidas, sin mezclarse jamás.
Para evitar que el enemigo pudiese destruir el
puente lanzando brulotes flotantes desde aguas arri
ba, se cruzaron dos cables de acero a unos 40 y 60
metros de distancia del puente, y de los cuales
se colgaron redes de malla metálica que llegaban
hasta el fondo del río, pero por estar los cables
a flor de agua en el centro del río, una de sus
frecuentes crecidas arrastró un bote del territorio
rojo que, saltando por encima de ambos cables,
vino a incrustarse en el puente, sin que ocurriera
nada irremediable por no contener ninguna má
quina infernal.
El avance
El día 8 de noviembre de 1936 salieron del cam
pamento de Carabanchel las columnas del teniente
coronel Asensio y comandante Castejón. La pri
mera, apoyando su flanco derecho en la carretera
de Extremadura y flanqueada a la izquierda por
la de Castejón, penetró resueltamente en la Casa
de Campo por una brecha producida en la tapia
a unos 400 metros de dicha carretera.
El día 9, después de rudos combates, llegó a ocu
parse el vértice Garabitas y alcanzaron el terra
plén del Ferrocarril del. Norte que cruza la Casa
de Campo, teniendo que volar un trozo de vía para
impedir el acceso de un tren blindado rojo que,
procedente de la Estación del Norte, hostilizaba
las columnas.
En los días siguientes, nuestras fuerzas lograron
llegar hasta las tapias que dominan el río Man
zan ares y, atrincherándose a cubierto de ellas, se
apoderaron también de la casa “Firmes Espe
ciales.
El día 15 se intentó forzar el- paso desde las pri
meras horas de la mañana, a cuyo efecto se abrie
ron con explosivos dos brechas de unos cuatro
metros cada una en las tapias aludidas, por donde
lograron pasar los 16 ó 18 tanques de que se di
ponia, a pesar del nutrido fuego de fusiles, ame
tralladoras y antitanques, que ocasionaron sensi
bles pérdidas. Pero, después de gran forcejeo y
heroismo, los tanques, al intento de cruzar el río,
quedaron casi todos embarrancados en su lecho
arenisco.
A las cuatro de la tarde no se había conseguido
adelantar un solo paso. Sólo quedaba una hora de
día; el número de bajas aumentaba sin cesar y
la situación de los tanques y las tropas se hacía
cada vez más crítica.
En este momento se ordenó a la Infanterí a lan
zarse al asalto; el empuje y brío admirables con
que lo realizó, saliendo al descubierto y atravesan
do resueltamente el río con el agua a las rodillas
y atacando la orilla opuesta con bombas de mano,
consiguió sembrar el pánico y poner en fuga a los
rojos, que no alcanzaron a sospechar que tal ha
zaña pudiera ser realizada. Nuestras tropas se apo
deraron inmediatamente de los primeros edificios
de la Ciudad Universitaria.
Los primeros puentes
Surge inmediatamente la necesidad de tender un
puente sobre el río, lo que realiza por primera vez
5
El puente- del Ge
neralísimo,
en
construcción,
vis
to desde
aguas
arriba”
camu
flado.
el día 16 una compañía de Pontoneros, mandada
por el capitán Gallego, con material reglamentario
de caballetes.
El puente es constantemente bombardeado por
la artillería y aviación rojas. El río, por otra parte,
socava las zapatas en que se apoyan los pies de
los caballetes, se curvan las viguetas, se aflojan
las trincas. El puente tiene oue ser reparado casi
todas las noches bajo un nutrido fuego de fusile
ría y ametralladoras.
Al hacerse estacionaria la situación, hubo nece
sidad de replegar el material reglamentario de Pon
tonéros, con el fin de tenerlo disponible para fu
turas operaciones, y a los pocos días se encargó a
los Zapadores establecer otro puente para sustituir
aquél.
Este segundo puente, hecho por una compañía
del batallón de Zapadores de Sevilla, se elecutó
con pilas de traviesas en cuadrícula, clavadas unas
a otras y apoyadas directamente en la arena del
fondo. Los tramos fueron cuatro: dos de ocho me
tros y dos de seis metros, formados por cuatro
viguetas doble T, de traveseros de tablón de 20X 10
y de un tablero longitudinal clavado a ellas.
El puente que acabamos de citar, lo mismo que
el anterior y todos los que le siguieron, estaba em
plazado en el centro del ónico trozo del Maure
nares oue teníamos en nuestro poder. y cuya lon
gitud era de algo más de medio k ji ó m e t ro.
Sin blindaje ni enmascaramiento eficaz posible y
batIdo por el fuego de la fusilería y por un nido
de ametralladoras situado acuas arrIba, cuya úni
ca misión era hostilizar constantemente el puente.
En estas condiciones, él tránsito se hacía con
mucha dificultad y era obligado esperar a la no
che para dar paso a los interminables convoyes
de mulos cargados con víveres, municiones y ma
terial, al propio tiempo ene se evacuaban los he
ridos y se hacían los relevos de tropas, que la
mayoría de las veces, más aue relevos eran nuevos
contingentes destinados a cubrir las balas.
Aquel flujo y reflujo continuo durante- la no
che hizo pensar al mando en la conveniencia de
establecer otro nuevo puente paralelo e inmediato
al anterior, análogo a él, para oroanizar la circu
lación doble. Se encargó de realizar esta misión,
las noches del 29 y del 30 de noyiembre, la com
pañía de puentes del batallón de Zapadores nú
mero 7, que desde entonces ya quedó encargada
de la misión de recomponer y rehacer la que em
pezó a llarnarse “la pasarela de la muerte”.
Los dos puentes, improvisados de manera- tan
rudimentaria, no podían subsistir por mucho tiem
—
6
po-; y así ocurrió qüe la fuerte crecida del río,
a fines de enero de 1937, los desarticuló por com
pleto, debido principalmente- a la flotabilidad de
las traviesas sobre que se asentaban.
Inmediatamente, una compañía del regimiento de
Pontoneros tendió el cuarto puente con material
reglamentario, como, solución extrarrápida, al mis
mo tiempo que la compañía de puentes del bata
llón de Zapadores núm. 7 construía el quinto, de
iguales condiciones que el segundo -y tercero y con
idéntico carácter provisional. Mientras, un desta
camento de la misma unidad preparaba en Cuatro
Vientos el material para hacer el que se juzgaba
como solución definitiva, que consistía en un ver
dadero puente de 40 metros de longitud, -dividido
en cinco tramos -de ocho metros de luz, de la mis
ma constitución que los de los puentes segundo,
tercero y quinto,;- pe ro sonortado
por cenas
de 10 pilotes de madera- de 20 X 20 centímetros cua
rl r a d o s de escuadría. hincadís do s o t re s
en el lecho del río y de una altura -sobre el aaua
-de un par de metros, para evitar ene en las creci
das el aeua pudiera alcanzar el tablero. Los tramos
extremos se apoyaban en muros d hormigón. Par
te de este puente nuede verse a’ln hoy día y es-.
necialm ente el tramo extremo -de la orilla izquierda
se conserva intacto, con su muro -estribo y capa
de pilotes ane lo sonorta.
Tos trabajos de esta obra semipermanente te
nían que ser forzosamente largos y penosos. Fué
ejecutada -durante unos cuince días del mes de
febrero. trabajando sin interrupción noche y día
con re1evo de tres turnos en las partes menos
visibles por el enemigo. hostilizados continuamente
.por el fueo de nra ametralladora situada aguas
arriba, ene enfilaba perfectamente todo el tramo
del río.
Esto hizo pensar en la conveniencia de poner un
parapeto continuo de sacos terreros de 1.80 de
altura en lugar de -la barandilla de aguas arriba,
para nue el paso pudiera hacerse a cubierto, aun
cuando esto suponía un aumento grande cTe riesgo
y fatiga para su personal: y en plena construcción
se procedió a la reforma, montando una qulnta
vigueta
doble T para s op o r t a r el enorme
peso del parapeto, la cual estaba sostenida, a su
vez, en sus extremos por las cepas de pilotes del
puente y por dos cepos de dos pilotes suplementa
rios, que dividían su luz en tres tramos, de 2,66
metros. Hubo que hincar, por lo tanto, 56 pilotes
en las condiciones más difíciles y penosas que pue
den imaginarse.
Cuando el puente quedó terminado, el seryiciq
i
-
-
-
-
-
-
-
-
.
se hacía con toda comodidad, pudiendo llegar los
camiones cargados hasta la misma Ciudad Univer
sitaria; pero pronto se cansaron los rojos de so
portar este estado de cosas, que constituía una
burla para ellos; y sin abandonar el sistema de
los combates parciales que emprendían a diario,
decidieron montar un ataque general para cortar
las líneas nacionales por la Casa de Campo y en
volver la Ciudad Universitaria.
Este ataque, a pesar del lujo de elementos acu
mulados y del no escaso valor de que hicieron
gala los rojos, se estrelló contra el heroísmo sin
límites de nuestras posiciones, sin conseguir re
sultados apenas sensibles para la situación gene
ral; pero quedó en poder suyo el Puente de los
Franceses y un pequeño trozo de la Casa de Campo,
dnnde instalaron cuatro nidos de ametralladoras,
enterrados a gran profundidad en el terraplén y
blindados fuertemente con hormigón, y otro más
en un socavón de la misma masa del estribo del
puente, que era imposible descubrir desde nues
tras líneas por no tener más señal exterior que la
falta de una pequeña piedra, por cuyo boquete
hacía fuego la ametralladora.
En estas condiciones, el corto tramo del río en
poder nuestro quedaba batido de enfilada por el
fuego cruzado de ametralladoras de aguas arriba
y abajo.
Por si esto fuera poco, avanzaron los tanques
rusos hasta sus trincheras de extrema vanguardia
aguas arriba del puente, y casi a boca de jarro
destruyeron casi por completo el puente que tantas
fatigas y artificios había costado, quedando dos
cepas de pilotes cortadas a ras de agua y conver
tidos en informe montón de viguetas, tablero y
lo que había sido muro protector de sacos terreros.
Este suceso fué considerado definitivo por el ge
neral en jefe de las tropas rojas. Aquella misma
noche hizo instalar un altavoz en sus filas para
intimar la rendición de los defensores de la Ciudad
Universitaria, diciéndoles que su comunicación vi
tal y única quedaba cortada y que pronto morirían
de hambre; no obstante, ofrecía ascensos y pre
mios varios a todos los jefes, oficiales y tropa si
se rendían.
No imaginaba el pobre general Miaja que mien
tras hablaba de esta manera la 4•a compañía del
batallón de Ingenieros nlm. 7 habilitaba un paso
provisional para peatones sobre los escombros del
puente derruido, y que al siguiente día, como ré
plica elocuente a su discurso, se tendían a la vez
dos puentes: uno de material reglamentario de
caballetes hecho por los Pontoneros, y otro tam
bién de caballetes improvisados, hecho por la com
pañía de puentes del batallón núm. 7.
Las
pasarelas
El material reglamentario de Pontoneros fué re
tirado a los pocos días, quedando únicamente pani
el paso el puente de zapadores, que consistía en
una pasarela p a r a Infantería
y mulos car
gados, solución que pareció preferible, por su fácil
reparación, en caso de que fuera destruida de
nuevo por los tanques o el bombardeo de la ar
tillería; como así ocurrió, en efecto, el día 21 de
El puente del GeneraUsirno,
concluido,
abril, en cuya noche, como estaba previsto, se re
construyó de nuevo, llegando a tal grado de. en
trenamiento
la tropa que, habiéndose empezado
los trabajos a las ocho de la noche, a las diez
estaba tendido el puente de nuevo, .a pesar del
nutrido fuego cruzado de las ametralladoras, que
consiguieron herir a dos de los tres oficiales que
mandaban la compafiía;
De nuevo fué destruida la pasarela en mayo y
nuevamente fué reconstruida en la noche por la
misma compañía de puentes de Zapadores, que
construyó también en el mismo mes un muro de
sacos terreros rellenos de hormigón, apoyados en
en el lecho del río y unidos entre sí por piquetes
metálicos, protegiendo. su conjunto la parte más
vista y batida por las ametralladoras y cañones
antitanques.
En el mes de septiembre, para proteger el puen
te contra el fuego de ]as ametralladoras de aguas
abajo, hubo que instalar chapas de acero de 10 mi
límetros de espesor y dos metros de altura, que
los rojos perforaban con sus antitanques, teniendo
aue reponerlas con frecuencia.
El teleférico,
el túnel
y la pasarela corredsa.
En el mes de julio del 37 se montó un teleférico
entre las dos orillas del no aue permitiese, en caso
de destrucción de la pasarela, el paso de víveres
y municiones de uno a otro lado. No llegó nunca
a utilizarse, porque siempre que el enemigo des
truyó el paso, se volvió a restablecer a las pocas
horas.
Se pensó también en la construcción de un tú
nel bajo el río que solucionase definitivamente el
problema. La dificultad de comunicaciones con la
retaguardia, el estar esa zona tan batida y las di
ficultades técnicas que el ipaso. por debajo del
río requiere, hicieron desistir al mando del pro
yecto. Por último, durante el verano de 1937 se
pensó en la construcción de una pasarela que re
sistiese las crecidas del invierno siguiente, dándole
una rasante alta y que fuese corrediza, para poder
ocultarla en las orillas durante el día y evitar así
que colocaban al anochecer y retiraban antes de
que fuese vista por el enemigo. Antes de que es
tuviese construida,. el río se llevó dos veces las amanecer, para. evitar ,su -destruccjón durante el
día -por la artillería. La acción de nuestros arti
pasarelas fijas, seguidamente reconstruidas, y cuan
do en octubre del 38 volvieron a ser deshechas, lleros redujo pronto al silencio a las baterías ene
esta vez por el enemigo, quedaron también fuera migas, y entonces se construyó otra pasarela fija,
de uso los tramos del puente de pilotes sobre los análoga a las colocadas por la unidad de puentes.
La construcción del Puente del Generalísimo se
que había de correr la móvil y no pudo emplearse
recomenzó después del bombardeo enemigo ya ci
entonces.
tado y prosiguió sin interrupciones sensibles hasta
El Puente del Generalísimo
que, construidas a la vez las pistas de acceso por
Servicio de Caminos del Ejército del Centro,
Aproveçhando el estiaje del verano de 1938, un el
pudo
y abrirse al tráfico algunas se
batallón de Infantería de Toledo construyó. un mu— manas inaugurarse
antes de la’ entrada de las tropas naciona
ro de hormigón, armado con carriles, para prote
en Madrid..
ger la pasarela baja en toda su longitud de los tiros lesDurante
la ejecución de las obras, en el invierno
de las ametralladoras del Puente de los Franceses. de 1938-39, varias avenidas se llevaron las pasare
Estaba apoyado sobre. pilares de hormigón, asenta
las existentes. En una de ellas el muro de protec
dos simplementé sobre la arena del fondo.
descendió en cantidad apreciable y hubo de
Con la protección que proporcionaba este muro ción
coronarse. con sacos terreros llenos de paja que,
y colocando además telones metálicos con ramaje
protegiendo de las balas a los zapadores que cons
sobre los restos de todas las construcciones ante
truím el puente, no cargaban apenas peso sobre
riores, para evitar ser vistos, se comenzó la cons
cimentación.
trucción de un nuevo puente que resistiese las suSeendeble
tenían
preparados tramos de pasarela de dos
avenidas y, en lo posible, los cañoneos.
metros
de
anchura
sobre vigas ‘de madera atiran
Para ello había de tener una cimentación ade
tadas
que,
por
flotar
en el agua, eran de muy fácil
cuada, y tanto los apoyos como los muros de con
manejo, a pesar de téner 9,20 metros de longitud,
tención habían de ser de hormigón fuertemente
pues utilizarían los mismos apoyos que el tablero
armados y con dimensiones convenientes.
puente en caso de destrucción de éste por la
Lo construyó una sección de la 23 compañía del del
artillería.
batallón :de Zapadores de Valladolid, en los meses
Qtra avenida derribó el muro, yendo los sacos
de ‘septiembre y siguientes de 1938. Tiene cuatro “terreros”
rodando río abajo hasta las líneas rojas,
tramoscon
8,20 metros de luz libre y pilas de un
todo al descubierto. También estropeó la
metro de espesor. La rasante es b a s t a n t é dejándo
baja para que los vehículos pudiesen circular en pasarela.
colocaron telones metálicos con ramaje para
trinchera en la orilla izquierda, por lo que los noSe descubrir
el puente al enemigo, y una fila de
muros de protección tienen el borde inferior 0,40 chapas de 1 X2
metros y 10 milímetros de espesor
metros más alto que el tablero, para que, en caso sobre soportes de,
madera, en el mismo tablero,
necear1o, el agua pueda pasar por encima de éste. para protegerse de los tiros de ese lado.
Para evitar los tiros por estos huecos, se colocaron
Reconstruida nuevamente la pasarela por la uni
colgados de los muros chapas de acero, que podían ‘dad de puentes, se trasladaron a ella las chapas,
retirarse en caso de avenida.
ejecutándose los muros de protección de hormi
Se. cimentaron el estribo de la orilla izquierda gón armado, previa la colocación de las cimbras..
y. las dos pilas más próximas sobre pilotes de ma
A partir de la inauguración del Puente del Ge
dera de 20 X 20 centímetros. y cuatro metros de neralísimo, los rojos, ya muy desmoralizados, de
longitud hincados totalmente en la arena. Se hizo jaron de hostilizarlo. Días antes de terminarse la
la hinca con machina de 250 kilogramos, manejada
guerra apenas se oía algún disparo suelto.
a brazo y montada sobre caballetes de madera, co
menzando por la orilla donde se podía trabajar de
día. El estribo de la orilla derecha y la pila más
próxima se cimentaron sobre losa de hormlgón
armado, anclada con viguetas clavadas en el te
rreno, pues es en esa parte de arcilla muy dura,
y la hinca de pilotes hubiera sido muy difícil con
los medios de que se disponía.
Al .terminar.de hincar los pilotes de la pila :cen
tral el enemigo cañoneo intensamente durante tres
días, con 12,40 ruso,. desde la Puerta -de Hierro, y
con 17,40 (mortero Mata de Artillería) desde el
Cuartel de la Montaña, destruyendo totalmente to
das las pasarelas También destruyó el estribo de
la orilla izquierda, sobre cuyo hormigón fresco cayó
una granada de 17,40. El muro recibió 17 impactos
del 12,40, quedando en pie, sin embargo. A pesar
de ello, no se interrumpió el paso totalmente nin
guna noche, pues las compañías 23 y 24 del batallón
de Zapadores de Valladolid prepararon rápidamen
te una pasarela provista, de borriquetes de madera,
•
-
8
Acorazamiento de
la Infanteria
Ten ciencias y vehi’cii/os
/
e
-.
Comandantede lnantería, del S. E. M., Francisco
DUEÑAS GAVILAN,de la EcueL de E. M,
Desde que el general Estienne prontinciasé. el 7
de mayo de 1921, en Bruselas, su famosa.conferen
cia profetizando
la enorme ventaja estratégica
y táctica que tendrían sobre los pesados Ejércitos
de la guerra pasada 100.000 hombres capaces de
cubrir 80 kilómetros en una noche, con armamento
y equipo, en cualquier dirección y momento...” has
ta el presente atómico; muchas han sido las ten
dencias que paulatinamente han ido influyendo en
la evolución de la Infantería y de su movilidad
dentro y fuera del campo de batalla, para intentar
aunar esa enorme diferencia de velocidad y radio
de acción que existía entre el fusilero tradicional
y el ingenio blindado (1).
No obstante, y pese al extraordinario auge cine
“...
el motor—acorazado o no, con ruedas o cadenas—
tomó en la guerra pasada, fué el estudio y prepa
ración dé la guerra atómica lo que ha impuesto
de un modo absoluto la consideración de una or
ganización acorazada para todos los elementos de
Infantería, y no sólo para aquellos que actúen nor
malmente con los carros, como ocurría con los ba
tallones de fusileros de las divisiones acorazadas,
sino también para esas otras unidades—batallones
o grupos de combate—utilizados en misiones que
hoy podemos llamar clásicas de Infantería.
Es más, incluso en las situaciones defensivas es
táticas se preconiza la constitución de una reserva
lugar donde se necesite, con buenas velocidades y a cual
quier distancia, fué origen de una serie de discusiones y es
cuelas, entre las que sobresalió como entusiasta partidaria
la alemana. El general Von Seeckt con los Keitel, Rundstedt
y Guderian se identificaron de tal forma con la idea de «ma
niobra y movilidad», que como resultado positivo de sus
experiencias llegaron—como dice Weller—a inventar la mo
derna acometida de la Infantería y Carros (2). Esas magníficas
unidades Panzer, por el’oS creadas, fueron en la G. M. II.
la base fundamental de la «Guerra Relámpago».
(1) El general Estienne—apóstolde los carros, como le
llama en sus «Memorias de Guerra» el general De Gaulle—.
fué el primer inspector de carros del Ejército francés; pro-.
nunció dicha conferencia que puede ser considerada como
punto de arranque de la nueva táctica y cuyos principales
párrafos pueden leerse en la obra del mayor del Ejército
suizo Eddy Bauer «La Guerre des Blindés», de la Editorial
Payot, de París, págs. 18 y siguientes.
Esta inicial concepción del combate autónomo a base de
(2)
Véase «El Ejército de Alemania occidental», por Jac
núcleos acorazados y motorizados, basada en la teoría de Welier en la revista «Ordnance» o su traducción en el nú
que el motor es apto para transportar lo que se quiera al mero 257 de EJERCITO,
Acorazarnien+o.—Acci6n
y efecto de acorazar,(Diccionariode la R. A, E,),
9
lo más fuerte posible, a base de carros y fusileros
acorazados, para buscar en el contraataque la so
lución al difícil problema que un ataque con pre
paración atómica puede crear a un defensor ex
cesivamente anclado al terreno (3).
Como es natural, este acorazamiento, que va
riando sus dosis, todas las tendencias estiman in
dispensable, tiene sus detractores que le van mati
zando hasta, en algunos casos, alcanzar un míni
mo a todas luces insuficiente para llenar esas ne
cesidades de flexibilidad, movilidad y protección
que se consideran indispensables simplemente para
sobrevivir en acciones atómicas.
Modalidades
de aeoraza’iniento
Se
tres
son,
has
puede considerar cristalizado el. problema en
modalidades fundamentales, ya que las demás
en esencia, ligeras variantes de éstas. Aqué
son:
Acorazamiento total.
Acorazamiento de determinadas unidades.
Organización de unIdades de vehiculos para
ser afectados a las de Infanterí a.
Antes de entrar de lleno en el estudio de dichas
modalidades, es conveniente señalar que en la ge
neralidad de los casos se refieren únicamente al
fusilero, es decir, hasta la unidad sección de fu
siles, ya que las planas mayores y armas colecti
vas en las tres modalidades cuentan con vehículos
orgánicos—acorazados o no—para su transporte y
sólo en contadas ocasiones se planteará el proble
ma de sustituir algún vehículo no acorazado de
determinada plana mayor o arma por vehículos
acorazados, cosa que por ser a título de excepción
no modifica la esencia de este estudio.
—
—
—
Acora2anientO
—
total
Esta modalidad, para aquellos países que a una
orografía óptima unen una gran potencia indus
trial, presenta la enorme ventaja de aue siendo
los vehículos orgánicos, el fusilero está más fami
liarizado con ellos, y lo que es ailn más importante,
con sus conductores. Sus oficiales conoceh perfec
tamente ese conjunto “conductor-vehículo” cue tn
fundamental papel juega en el campo de batalla
cuando el combate de la Infantería se desarrolla
desde dichos vehículos o en los momentos inme
diatamente anteriores a abandonarlos para batirse
pie a tierra.
No debemos olvidar que del rendimiento de ese
(3) Véase en el Manual F-M--7-100 «La División de
Infantería», el cap. vIi, sec. vn, núm. 24: Reserva de la Di
visión.
lo
conjunto depende que las, secciones de fusileros lle
guen al combate a pie, que en la generalidad d.e
los casos es el resolutivo, al completo de sus efec
tivos, y lo que supone la destrucción o detención de
alguno de estos vehículos disminuyendo el escalón
de ataque en un mando, plana mayor, pelotón o
arma colectiva.
Como no podía menos de suceder, esta modalidad
presenta sus inconvenientes que vienen a ser, en
líneas generales, la antítesis de aquellas dos ca
racterísticas de orografía fácil y potencial indus
trial elevado, las que le hacen no ser aceptado
plenamente por aquellos países de economía más
débil, orografía más intrincada .o ambas cosas a la
vez, corno también ocurre.
Las razones son obvias, ya que si damos orgá
nicamente a cada fusilero un asiento en un vehícu
lo acorazado, además de que este tipo de vehículos
es de’ elevado costé de ‘adquisición, las necesidades
logísticas de las Grandes Unidades se verían incre
mentadas considerablemente como consecuencia del
aumento que de un modo permanente experimen
tarían los escalones de abastecimiento de carbu
rantes y entretenimiento de material. Además, di
chas Grandes Unidades tendrían mayor fondo con
su influencia en el tiempo de desfile, lo que en
países escasos’ éñ viás de comunicación también
tiene su importancia. No olvidemos ‘que los vehícu
los de cadenas se apoyan por los de ruedas y éstos
van por carreteras.
Si estudiarnos la influencia que ésta modalidad
de acorazamiento sobre una división de Infantería,
veremos cómo gran parte de sus datos logísticos
se incrementan de un modo considerable:
‘La sección de fusiles se acoraza con cuatro
TOA, S. (4) que hacen necesarios, para las 80 sec
ciones de fusileros que cuenta la división, de 320
vehículos, y como quiera que dicha Gran Unidad
sólo lleva de dotación orgánica las dos compañías
de su batallón de transporte, es decir, 120 vehícu
‘los, necesita una dotación de 200 más.
Al incrementar el ‘parque de la división en 200
vehículos de este tipo—supongamos que es el M-59,
vehículo que sin ser el último modelo es de los
más corrientes—se aumenta el consumo de carbu
rante en 47.000 litros por 100 kilómetros de carre
tera, que si es fuera de caminos, cosa normal en
el empleo de estos vehículos, su consumo se in
crementa notablemente.
El fondo de la división también aumenta en unos
10 kilómetros aproximadamente y como es natu
ral, el porcentaje de averías y volumen de los ele
mentos encargados del entretenimiento y repara
ción.
Con estos datos sólo tocamos el problema de la
(4) Véase «Orientaciones ‘para el combate de pelotón, sec
ción y grupo de combate», cap. xx, núm. 74 a.
Infantería de una división, pero no debemos ol
vidar que existen muchas más unidades de Infan
tería que no están encuadradas en tales Grandes
Unidades, y al efectuar un detallado estudio sobre
el acorazamiento total de dicha Arma habría que
tenerlas en cuenta.
Si sobre todo lo dicho anteriormente considera
mos que existen situaciones, y en nuestra península
con más frecuencia que en otros países, donde de
bido al terreno los vehículos de personal no pod±án
ser utilizados a pleno rendimiento y en muchas
ocasiones tendrán que ser dejados atrás por los
fusileros, quizás se pueda llegar a considerar esta
modalidad de acorazamiento como muy ampulosa,
al menos para nosotros.
Como dato curioso quiero consignar que existen
determinadas unidades en algunos Ejércitos que
considerando una necesidad su total acorazamien
to, al menos en dichas unidades, no se han atrevido
a prescindir del mulo para los casos muy frecuen
tes de abandono de caminos y los transportan
sobre camiones, en número bastante restringido,
hasta el momento de su empleo. Grecia, en su lu
cha contra los guerrilleros, y más tarde Corea, han
sido los escenarios de empleo de este curioso sis
tema.
—.
Acorazamiento
de determinadas un1dndes
Consiste en equipar con vehiculos acorazados al
gunas unidades de Infantería dejando al resto con
sus fusileros pie a tierra.
Como es natural, inmediatamente surge la pre
gunta: ¿A cuáles? No cabe duda en lo referente
a los fusileros de las divisiones acorazadas, por
ser éstos forzosamente Infantería acorazada; pero
el problema se plantea en el marco de las divisio-.
nes de Infantería, porque pueden ser acorazadas
todas las agrupaciones de determinado número de
divisiones o cierto número de agrupaciones dentro
de cada división.
En el primer caso estamos en la modalidad an
terior, por lo que atañe a dichas divisiones, con
el inconveniente de tener que determinar de ante
mano dónde han de estar situadas las zonas de
empleo de dichas unidades y esto a veces no será
tan. fácil. Por lo demás, todo lo dicho anteriormen
te referente al incremento de sus necesidades lo—
gísticas es aplicable a estas unidades.
En él segundo caso se desciende dentro de la divi
sión a una cierta especialización de la Infantería que
oblíga al mando de dicha unidad a utilizar siem
pre las mismas agrupaciones en determinados tipos
11
—
de misión, sin poder efectuar esa rotación que tan
saludables efectos tiene en la moral de infante.
Esto, a pesar de todo, no es un gran inconve
niente, pues incluso dentro de nuestras divisiones
de Montaña lo tenemos al contar dicha Gran Uni
dad con el batallón de cazadores motorizado.
Si en este segundo caso evaluamos en dos el
número de agrupaciones acorazadas que debe tener
una división, resulta que no hay ningún mere
menhí en las necesidades logísticas sobre la di
visión actual, ya que estas necesidades están cu
biertas de una forma que podemos considerar cen
tralizada, pues como hemos dicho anteriormente,
en la división de Infantería, con sus dos compañías
orgánicas, se pueden acorazar hasta dos agrupa
ciones de Infantería.
Organicación de unidades de vehículos para ser
a.entados
—
Este tercer sistema presenta, dentro de su en
cuadre general, las variantes derivadas del nivel
donde se sitúen las unidades de vehículos.
Dichas variantes pueden ser las siguientes:
Orgánicos en división de Infantería.
En la reserva general del Ejército.
Mixta de las dos anteriores.
—
—
—
—
Orgánicos en divi.s*5n de Infantería
Al estai situada la unidad de vehículos en las
divisiones, su capacidad no debe ser suficiente para
acorazar toda la Infantería de dicha Gran Unidad,
ya que de ocurrir así, nos encontraríamos dentro
de la primera modalidad estudiada, con la única
diferencia de afectar los vehículos a las agrupa
ciones que los necesiten y quitárselos en el mo
mento en que pasen a constituir un estorbo. Es
decir, que teniendo cuidado el jefe de la unidad
12
de vehículos de afectar siempre las mismas uni
dades—reccioneS o compañías—a las mismas agru
paciones como se recomiénda efectuar con las
compañías de carros medios del batallen de carros
de la división, tendríamos la ventaja sobre aquella
primera modalidad estudiada de desembarazar de
vehículos y despreocupar de su entretenimiento a
la Infantería.
Esta pequeña ventaja, que a mi modo de ver
no lo es, porque el infante puede desembarazarse
de ellos de igual modo sin dejar por eso de poseerlos orgánicamente, queda superada por la enorme
que les proporciona la dependencia orgánica, den
tro de la cual se incluye su entretenimiento, que
sin pasar del segundo escalón, permite a sus ofi
ciales un perfecto conocimtento del estado de cada
vehÍculo y calidad de su tripulación.
Los problemas logísticos derivados del n1merO de
vehículos seguirían siendo los mismos para la di
visión e idénticas sus consecuencias, por -lo cual
esta solución de acorazamiento total a base de
vehículos orgánicos de dicha Gran Unidad no es
en absoluto aconsejable y creo que en la actuali
dad ningún Ejército lo tiene de un modo perma
nente.
Si la unidad de vehículos sólo es capaz de aco
razar dos o tres agrupaciones, nos encontramos en
el segundo caso de la modalidad anterior para
efectos logísticos, es decir, se reduce éste a un mí
nimo, se disminuye el movimiento de vehículos a
aquellas zonas de empleo determinadas de ante
mano,. pero dentro de la cona de accíón de la di
visión, y aunque la asociación “fusileroCoflduCtOr
vehículo” sea de menor rendimiento que si los
vehículos fuesen orgánicos, su mutuo desconoci
miento no sería absoluto, por efectuarse las agre
gaciones dentro de un número de combinaciones
bastante reducido y, por lo tanto, de fácil repe
tición.
Este sistema preseñta la ventaja, que también
era común al caso anterior, de que al afectar los
vehículos, el mando de la Gran Unidad puede re
servarse aquellos que estime necesarios para los
observadores avanzados de Artillería y otras uni
dades que puedan acompañar a los primeros es
calones de la Infantería, cosa más grata de rea
lizar que el hipotecar determinado número de ve
hículos orgánicos a una agrupación de Infariteria,
que aunque no sea de las del primer escalón, pue
de llegar a serlo si las necesidades del combate lo
requieren.
La actuación de esta unidad de vehículos en el
nivel de la división se ve complementada para
aquellos casos en que el acorazamiento total de
la Infantería de la división sea necesario, si el C. E.
dispone a su vez de otra unidad análoga o quizás
de mayor entidad, para que así el mando de esta
Gran Unidad pueda plasmar su idea acerca del
acorazamiento
de las divisiones sobre aquella o
aquellas que considere necesarias.
casi codos los Ejércitos del mundo y que vamos &
analizar a continuación.
—
Solución mixta
Consiste en dotar orgánicamente a las divisiones
de Infantería normales—algunos lo hacen incluso
extensivo al C. E.—de unidades de vehículos ca
paces de acorazar dci 40 al 60 por lCD de sus fusi
leros y dejaren la reserva general del Ejército un
determinado número de unidades análogas o con
ligeras variaciones, que sirven a modo de depósito
regulador de las necesidades que se vayan presen
tando.
El resultado será indiscutiblemente menos eficaz
que el obtenido por una unidad de Infantería cu
yos vehículos blindados sean de dotación orgánica;
pero teniendo en cuenta que no se incrementan
los problemas logísticos de la división y que se
obtiene una gran economía de vehículos, es por
lo que este sistema es el más generalizado.
En la reserva Qeneral del E$rcito
Como resumen de todo lo anteriormente expues
to,
podemos dejar sentado que este sistema mixto
Este sistema de acorazamiento no goza de casi
y
el
de acorazamiento total son los que llenan más
ninguna aceptación, por presentar una serie de
plenamente—dentro
de las posibilidades de cada
inconvenientes bastante considerables.
país—las
exigencias
orgánicas
de la Infantería ac
Las unidades de vehículos, en la mayor parte
tual.
Las
divisiones
de
Infantería
españolas dentro
de las ocasiones, tendrán que efectuar amplios des
las nuevas divisiones alemanas en
plazamientos; difícilmente serán conocidas por los del primero
fusileros las unidades afectadas y las divisiones que el segundo, son dos típicos ejemplos de dichas mo
les encuadren, al no contar con estos medios en dalidades.
forma orgánica tendrán que ser reforzadas en sus
El vehi lo
órganos de servicios por elementos capáces de ab
sorber las necesidades logísticas que traen Consigo
dichas un!dades.
Lo mismo que sucede en la marina de guerra o
Por todo lo expuesto anteriormente y consideran
aviación de combate, un vehículo acorazado—sea
do necesario que al mismo tiempo qué en la divi carro do combate, transporte de personal o vehícii
Sión existían orgánicamente, el mando de niveles lo especial—no puede ser otra cosa que la relación
más altos disponga a su vez de esta clase de uni de un compromiso entre los diversos elementos
dades, es por lo que se ha llegado a ese tipo de que le aseguren su valor militar bajo el doble as
solución mixta que tanta aceptación tiene entre pecto táctico y técnico.
—
13
Su armamento .y protección, tripulación y. çapa
cidad de carga, velocidad y autonomía,, son ‘los
factores determinantes que, debidamente dosifica
dos, han de ligarse en esa interdependencia que
el almirante Castex en sus “Teorías estratégicas”
define como “el menos malo compromiso posible”.
La visión real del problema es la de satisfacer,
en la medida de las posibilidadés técnicas, las ne
cesidades tácticas del fusilero dentro y fuera del
campo de batalla. Estas necesidades, al estudiar
un determinado prototipo, quedan plasmadas en
una serie de exigencias mínimas que se definen
como “Características determinantes”
y que la
técnica, dentro de sus posibilidades, procura satis
facer lo más plenamente para que su relación nos
dé lo más disminuido posible ese menos malo com
promiso que anteriormente se citaba como solución
óptima, ya que difícilmente la técnica podrá llenar
lo que se llama “Determinantes ideales’,’.
Un ejemplo nos aclarará todo lo dicho anterior
mente.
Un Estado Mayor General fija como Caracte
rísticas determinantes unas necesidades tácticas
que pueden ser las siguientes:
Capacidad del, vehículo, incluida ..o no su tri
pulación.
Limite máximo del blindaje. (protección late
ral o total y hasta contra qué determinado tipo
de armas).
Velocidad máxima en carretera y’ tódb. térreno.
Autonomía.
‘Defensa activa del vehículo (si se estima ne
ceario).
Alguna otra condición que’ se consdre nece
saria como consecuencia del material enemi
go, teatro de operaciones donde se proyecte
utilizar, etc.
Para satisfacer lo más completamente posible
estas necesidades, las “Posibilidades ‘Técnicas” nos
darán como consecuencia:
Dimensiones y silueta del vehículo.
Espesor e inclinación del blindaje.
Potencia del motor, transmisión, caja de cam
bio, etc.
Capacidad del depósito de carburante.
Armamento ‘(caso necesario).
Longitud y anchura de cadenas, tipo del tren
de rodaje, etc.
Posibilidades que tampoco satisfarán plenamente
a los elementos definidores de las Características
Determinantes, lo que obligará a ‘una serie de con
cesioneS mutuas para llegar, finalmente, a una
relación de interdependencia que nos aproximará
al vehículo deseado inicialmente y que será el re—
—
—
—
‘.
—.
—
—
—
—
—
s.tlta.dq. definitivo d ajustar a las Posibilidades
Técnicas las Características Determinantes (5).
Aquí, y para no salirnos de la idea directriz (le
este trabajo, vamos a estudiar única y exclusiva
mente, el’vehiculo destinado para el transporte oru
ga acorazado de personal,. y dentro de sus tenden
cias actuales la incorporación del aluminio a su
blindaje,’ factor que ha permitido ampliar sus ca
cáracterísti,cas determinantes al campo anfibio y
aerptransportabie
incrementando de un modo con
siderable las posibilidades tácticas y estratégicas
del fusilero.
El verdadero estudio estereos.cópico del vehículo
nos lo dará la doble visión táctica y técnica
,
El vehículo en el aspecto táctico
—
Si toda la ‘orgánica de la Infantería está conce
bida para llevar en sí un orden de combate en for
ma potencial que responda a sus necesidades tác
ticas, lo primero que hemos de pedir al vehículo
en cuestión es el ceñirse a esa estructura orgánica
procurando no descomponerla para hacer factible
esa doble aspiración, que hemos de considerar bá
sica, de poder combatir .desde el vehiculo y a pie
sin que al crear soluciones de continuidad se im
ponga por dicha causa detenciones, a los escalones
(le: ataque de los fusileros; y para -lo cual, la. pri
‘mera condición que hemos de exigir al vehículo
es la de poder ilasmar el’ orden de combate de, la
Infantería sindestruir los lazos tácticos de sus uni
dades elementales, que han de ser por dicha razón
los equipos mínimos de embarque de fusileros y
armas colectivas.
¿Cómo puede efectuarse esto? La actuációli de
la sección de’ fusileros en el combate, y como es
natural dentro de la acción coordinadora del gru
po de combate, está caracterizada por la combina
ción de las acciones de sus pelotones y por el apoyo
que a dicha combinación se le presta con los fue
gos del pelotón de arma,s apoyo y agregadas (6).
Dichos pelotones, excepto el ruso y muy pocos
más que aún conservan fusila ametralladores, son
de composición homogénea, oscilando su entidad
entre los 10 y 14 hombres, lo que ha permitido que
la característica determinante de la “Capacidad
de Carga” haya podido ser de fácil satisfacción
técnica, cosa que también se ha conseguido en las
armas colectivas a pesar de que en dichas carac
terísticas se pide además el poder hacer fuego des-
—
14
(5) Para mayor abundamiento
sobre esta tan interesante
la lectura de las conferencias sobre
«Técnica Carrista», de la E. de A. y T. de Infantería, las
cuales he utilizado como base bibliográfica de esta parte del
artículo.
cuestión,
recomiendo
(6)
Ver «Normas’ provisionales para el combate del pelo
tón, sección y grupo de combate», cap. vr, núm. 38 b.
‘4
de el vehículo; esto se ha conseguido plenamente
adaptándole el arma mediante algún dispositivo si
las características del arma lo permiten, como su
cede con el mortero de 81 milímetros, o modifican
do alguna de las secundarias del vehículo, como
se efectuó con el cañón contracarro de 90 milíme
tros. La curiosa familia A-M-X francesa es un in
teresante ejemplo de aprovechamiento de las ca
racterísticas técnicas de un bien concebido vehícu
lo acorazado al servicio de las exigencias tácti
cas (7).
De esta forma se ha logrado dotar al fusilero de
un medio que le permite acompañar, con toda ga
rantía de movilidad, velocidad y seguridad, al ca
rro de combate, que sigue siendo el vehículo al cual
hemos de considerar como la partícula básica de
la célula táctica”, célula que hoy, en los estudios
del determinante atórnico y de su influencia sobre
el campo de batalla estará formada por un carro
de combate corno núcleo fundamental e impres
cindible y una protección activa externa de fusile
ros acorazados, dosificados en tal cuantía, que di
cha dosificación sea una de las principales razones
diferenciativas entre las acciones de las Grandes
Unidades acorazadas y las divisiones de Infantería
normales (8).
(7) El
chasis acorazado AMX, con motor Sofam de ocho
en línea y 270 CV., ha servido de base al carro
de combateAMX-13 armado con caflón de 75 ó de 105 mi
límetros, merced a utilizar un ingenioso sistema de torre
articulada;
también es empleado como P. M,, taller, grúa,
municionamiento,
almacén, transporte de personal, obús de
105 milímetros en casamata fija o en casamata giratoria y
antiaéreo gemelo de 20 milímetros.
cilindros
(8? Para un más detallado estud.io acerca de esta dife
renciación, ver el artículo mío «El Bon. de carros medios en
las divisiones de Infantería» en el núm. 234 de julio 1959
de esta Revista.
Ahora bien, si admitimos como “célula o elemen
to básico” al conjunto formado por el carro de
combate y un determinado número de pelotones
de fusileros montados en sus vehículos acorazados,
con una finalidad común, la misión de estos fusi
leros será inicialmente de protección activa exter
na del carro de combate, para a su vez progresar
y cerrar sobre el enemigo al amparo del potente
armamento de dicho ingenio-.-cañón de 90 milís-ite
tros—, rebasándole después, pie a tierra si es tic—
cesario, para culminar la accion en un asalto, que
únicamente se diferencia del tradicional en la su
perior potencia del armamento, al pasar del fusil
Individual al de asalto en el fusilero y del apoyo
del fusil ametrallador al del cañón del carro, pero
que sigue siendo la acción resolutiva del combate
y clásica de la Infantería como en los tiempos en
que infante era sinónimo de “peatón”.
Vernos, por lo tanto, y siempre bajo el punto de
vista táctico, que al acorazar al fusilero dotándole
de un vehículo capaz de conservar su estructura
orgánica se le aumenta la capacidad de profun
dizar en sus acciones a la vez que su movilidad,
flexibilidad y velocidad, permitiéndole llegar al mo
mento de su empleo activo en el combate, que es
el decisivo, completamente descansado y, cosa hoy
muy importante ante el automatismo de su arma
mento, municionado, porque además de no nece
sitar normalmente hacer fuego para su progresión
montada, pueden transportar en su vehículo un
pequeño depósito de municiones, lo cual repercu
tirá de un modo decisivo en su moral y también
en su potencia de fuego además de permitir aprc
vechar al máximo las cualidades tácticas del ca
rro como elementó básico de ese conjunto armónico
anteriormente señalado que forman dicho ingenio
y uno o varios pelotones—quizás sección—de fusi
leros.
15
Con objeto de no prolongar mds este estudio
táctico del vehículo en cuestión, considero que se
puedo afirmar sin ninguna vacilación gue dicho
vehículo ha llenado plenamente las necesidades
tácticas del infante; una cierta protección ante los
efectos térmico.s y radiactivos de las armas nuclea
res, si se completa con la protección vertical la pe
rimétrica que dichos vehículos tenían. El M-59 ame
ricano os el primer vehículo occidental que cuenta
con dicha ventaja y además se ha logrado que sea
anfibio, con objeto de evitar esas peligrosas de
tenciones que los cursos de agua imponían y que
-,
son consideradas en la actualidad como base de
importantes objetivos atómicos.
El M-113, sucesor del M-59, aún ha ido más le
jos en busca de la movilidad estratégica y táctica,
por ser aerotransportable y poderse lanzar en pa
racaídas, ventajas conseguidas al utilizar en su fa
bricación los blindajes de áluminio, que le han
dado un menor peso y volumen con respecto a su
antecesor (9).
(9) El M-113 tiene sobre el M-59 las ventajas siguien
tes: menor peso al pasar de 21 a 10 toneladas; mayor radio
de acción, dé 192 a 320 kilómetros; mayor velocidad, de
31 a 64 Kin/h.; menor gasto de combustible, de 0,42 a
1,09 Km. por litro, siendo su silueta mucho más reducida.
.
4:
‘
4
IMPRENTAS DEL COLEGIODE HUERFANOS
El Patronatode Huérfanos de Oficiales del Ejército tiene tres imprentas en MADRID,
TOLEDO Y VALLADOLID,que, además de los impresos oficiales, de adquisiciónobliga
toria en dichos establecimientos,también realizan trabajos particulares de esmerada con
fección, garantizando la CANTIDAD, CALIDAD y ECONOMIA. Los ingresos que por
estos conceptos obtienen pasan ÍNTEGRAMENTEa engrosar los fondos del Patronato y
se destinan a MEJORAR la situación de los HUERFANOS. Se encarece a los señores Je
fes y Oficiales efectúen pedidos a esas imprentas a fin de incrementar los recursosde los
HUÉRFANOS.
16
EXAMEN
ES
Comandanfe Vicforiano DEL MORAL
MARTIN, de la Agrupadón de Infan
tería León, n.° 38, de la Divisiónde
InÇanteriadel Guadarrama,n.° 11.
Y
PRUEBAS
DE LA INSTRUCCION
Y ENSEÑANZA
EN LOS CAMPAMENTOS
Todo curso de instrucción termina con los exá
menes, única manera de demostrar los conocimien
tos adquiridos en la materia. Y si los exámenes
son necesarios en todo centro docente, no podían
ser excusados en los Campamentos militares, es
cuelas de preparación para la guerra. Bien es ver
dad que con los exámenes viene el nerviosismo.
Importante “handicap” que ha de tenerse en cuen
ta. Pero más a prueba se ponen los nervios en
el campo de batalla.
Por otra parte, el soldado de hoy no es el de
ayer. Antes bastaba con conseguir que el soldado
llevara el paso, manejara como un autómata el
arma, se fogueara en los ejercicios de tiro y, a lo
sumo, supiera de memoria los artículos del centi
nela; después adquiría su veteranía y solidez en
la rutina de los actos cuarteleros. Ahora, como todo
en la vida, esto se ha complicado. Es la diferencia
entre “servir al rey” y prepararse para una gue
rra atómica. Entre aquel soldado del gorrillo ter
ciado y el “mimetizado’, invisible a los rayos in
frarrojos, qUe hemos visto en el último Desfile de
la Victoria. El soldado actual—refiriéndonos tan
sólo al de Infantería—tiene que hacer uso del fu
sil de asalto “Cetme”, con o sin “bocacha”, la
piola,
el subfusil, la granada de mano, la ame
tralladora, el lanzagranadas, los morteros, el cañón
sin retroceso, los proyectiles dirigidos contracarro,
las minas... Tiene que saber manejar un radioteléfono, un telémetro, un goniómetro, un equipo
de radar... Preparar una espoleta, una trampa con
tracarro, una carga explosiva... Conducir un “Reo”,
un “jeep”... Proteger un carro de combate o ata
carle en su punto flaco... Subir y bajar, con pron
titud y orden, de un “carrier” o de un helicópte
ro... Y aprender cosas tan dispares como los so-
corros de urgencia ante un ataque atómico, de
tectar una mina, orientarse con la brújula, designar
un punto del terreno por las coordenadas del plano,
enmascararse, corregir el tiro y conocer la técnica
de la defensa personal o su comportamiento en
caso de caer prisionero...
Pero si importante y complicado es el papel del
moderno soldado en el caótico escenario del futuro
campo de batalla, no lo es menos, como es lógico,
el de sus Mandos. Innecesario es aclarar que la
profusión de medios, el aumento constante de in
genios bélicos y la aplicación de los últimos avan
ces de la ciencia a fines militares, requieren en el
que manda, aun tratándose de la más pequeña uni
dad táctica, una nueva competencia profesional a
toda prueba, una sólida preparación técnica, estar
al día de las innovaciones y adelantos y, sobre
todo, una práctica constante en el mando directo
de tropas, usando de múltiples cualidades de auto
ridad, carácter, personalidad,, iniciativa, decisión,
prestigio, vocación, ejemplo, celo, capacidad de tra
bajo, puntualidad, amor a la responsabilidad, rec
titud, bondad, tacto, espíritu dg justicia y tantas
otras, que tan difícil hacen el ejercicio del mando.
Por todo ello, no ha de extrañarnos que la ins
trucción del soldado en los Campamentos, e indi
rectamente de sus Mandos, comprenda un apretado
programa, el cual impone la realización de un exa
men al finalizar cada fase o período, revalidándose
después estas enseñanzas con los ejercicios de con
junto o en el campo de maniobras.
ANTECEDENTES
Siempre han existido Escuelas, Academias, Cur
sos y Centros de Estudios para la capacitación de
los Mandos. Así mismo, cada hornada de reclutas
se ha cocido y curtido al aire y sol de los Cam
pamentos. También tradicionalmente en nuetro
17
El programa que la diviión de infantería de
Gúadarrama núm. 11 ha llevado a la práctica este
año en su Campamento de Reclutas de San Pedro
contiene las Siguientes materias: instrucción tc
tica en orden cerrado y de combate, tiro y arma
mento, técnica, especialidades, instrucción sanita
ria, cultura general, educación moral y adiestra
miento fisico-militar. Este programa constituye un
completísimo cuestionario o guión, madurado con
la experiencia de Campamentos anteriores y re
visado este año con todo detalle y cuidado en las
reuniones semanales de una ponencia, integrada
por un oficial de Estado Mayor del cuartel genéral
de la división y los jefes de las agrupaciones de
reclutas que prácticamente lo estaban desarrollan
do. En este Cuesdonario, unidad de doctrina y
guía de los oficiales instructores, se abarcan todas
las materias y conocimientos, que los soldados de
estas nuevas unidades, hasta hace poco denomina
das Experimentales, han de dominar y poseer en
alto grado. Al final de cada fase y periodo de ins
trucción han estado previstos también los exáme
nes, que han sido muy satisfactorios y han venido
a demostrar no sólo el estado de instrucción, la
puesta a punto, de estos soldados de la nueva Era,
sino también la competencia y preparación de unós
Mandos capaces de desenvolverse y enfrentarse,
con probabilidades de subsistencia y victoria, ante
una posible guerra nuclear.
Ejército han existida los exámenes, pues siempre
se han constituido tribunales examinadores de los EXAMENES
Cursos y Academias. ¿Y qué otra cosa son los jui
cios criticas al final de cada ejercicio táctico?
He aquí los exdmenes a que han sido sometidos
Hasta ahora la jornada de los Campamentos de los reclutas del reemplazo de 1960, en el Campa
Reclutas estaba dedicada casi exclusivamente a la mento de San Pedro, de la 11 División del Gua
instrucción táctica propiamente dicha. En la ac darrarna: Una primera prueba con “tests” progre
tualidad ésta sigue conservando su prioridad. Pero sivos para realizar una inicial preselección, un
ya los horarios vienen dando a la instrucción teó examen de cultura general a fin de determinar su
rica tanta importancia como a la práctica o, por grado y servir también de base a la organización
lo menos, dan mucho lugar a la técnica y especia
de las Escuelas y Academias, y tres exámenes más
lidades, educación moral, armamento, teoría del al finalizar cadi una de las tres fases del Primee.
tiro, academias y cultura general: Es la consecuen
Período del 1 Ciclo de Instrucción.
cia del cúmulo de conocimientos que en pocos
‘Tc-st” de matrices progresivas.—Se ensayó una
días hay que proporcionar al recluta.
nueva prueba preselectiva, de tipo gráfico, utiliza
Ya hace tiempo que núestros organism6s rectores ble incluso para los analfabetos absolutos o tota
vienen mostrando su preocupación por estas ense les, con el exclusivo objeto de determinar quiénes
ñanzas. Y, a tal efecto, el E. M. C. dió unas “Normas eran los reclutas mejores dotados para cada espe
y consejos prácticos para oficiales y suboficiales ins cialidad y los más aptos para ser promovidos a
tructores”. corno “Método de enseñanza para la los empleos de las clases de tropa.
instrucción militar”.
Dicha prueba estaba concebida tan sólo para
Anualmente y por los Estados Mayores de las conocer el grado de inteligencia abstracta del fu
Capitanías Generales, se circula una instrucción
turo soldado, tratando de discriminar su poder de
con las normas generales a seguir en el desarrollo comprensión, asimilación y retención de nuevas
del Primer Ciclo de Instrucción. Y esta instrucción
ideas o conocimientos y su facilidad o dificultad de
sirve de base para que las divisiones confeccionen aceptar juicios prácticos ante situaciones impre
el programa que ha de seguirse en los Campamen
vistas, deduciendo así psicotécnicamente sus dotes
de mando.
—
Prueba (Le Cultura general.—con los reclutas
incorporados se formaron tres grupos: analfabetos
absolutos, relativos y aspirantes a cabo.
Para establecer esta selección bastó con some
terlos a un juicio de escritura al dictado, hacerles
leer un párrafo de un texto y explicar a su modo
lo que acababan de leer, plantearies unas sencillas
operaciones aritméticas e interrogarles sobre pre
guntas elementales de Geografía, Historia y Geo
metría.
Sería prolijo entrar en detalle de la organiza
ción y desarrollo de estas interesantes pruebas.
puesto que sólo tratamos de generalizar. Unica
mente hemos de hacer resaltar la utilidad de estos
exámenes,, que atendiendo a la profesión u oficio
del recluta, sus aspiraciones dentro de la vida mi
litar y su gra.do de cultura permitieron establecer
una primera selección del personal del reemplazo
y su encuadramiento en las distintas especialida
des: curso de formación de conductores, de espe
cialistas de transmisiones, de aptitud para el as
censo a cabo, de artificieros y telernetristas ordi
narios, sanitarios, sirvientes de armas colectivas,
etcétera.
Axúmejies periódicos—Al finalizar cada una de
las tres fases del primer período de instrucción,
los reclutas_-e indirectamente sus mandos—fueron
sometidos a determinados exámenes teórico-prác
ticos.
Se constituyó un tribunal examinador, se eligió
un elemento, escuadra o equipo, un pelotón o sec
ción, por unidad táctica inmediata superior, se hi
cieron preguntas individuales sobre cada una de
las materias del correspondiente programa de ms-
trucción y, al final, se le planteo a la unidad un
tema táctico a desarrollar colectivamente.
De esta manera se hizo un resumen del progra
ma desarrollado en cada fase, comprobando Ci
grado de instrucción alcanzado y la capacidad de
cada unidad para Cumplir determinada misión
táctica.
Finalizado cada uno de estos exámenes, se re
dactó un informe, en el que se hizo constar: el
tribunal examinador, número de individuos exami
nados por unidad, porcentaje de preguntas con
testadas, tiempo empleado en el exanen y en la
resolución del tema propuesto a cada unidad, re
sultados obtenidos en las diferentes materias y
sugerencias para años sucesivos.
COMP ARACION
A título de curiosidad y (le comparacion. be aquí
las “Pruebas <le Coneeptuación” del soldado nor
teamericano:
Se desarrolla en tres fases, de un mes aproxima
damente de duración, dos de óllas son (le prepara
ción y terminan con los exámenes finales.
Las fases preparatorias consisten en clases d
media hora, con carácter de orientación, expon
ción de programas y recomendación de los textos
que han de estudiarse en las horas libres. (Hay.
que tener en cuenta que en el Ejército norteame
ricano apenas se da ya el soldado analfabeto.l
Estos programas abarcan las siguientes materias:
cortesía militar, primeros socorros, higiene, des
trucciones, minas y trampas explosivas, patrullas.
lectura de pianos y empleo de la brújula, servicio
de información, protección individual y enmasca
ramiento, corrección del tiro de artillería y mor
teros, transmisiones elementales, guerra química,
atómica y bacteriológica, pruebas de eficiencia en
el campo y pruebas físicas. (Materias todas que
son abarcadas también por nuestros programas.)
Estas pruebas suelen ser escritas, desarrollán
dose generalmente por medio de un cuestionario
de preguntas,. verdaderas unas y otras falsas, que
hay que rellenar. Se complementan con otros
exámenes orales y con ejercicios prácticos.
Los indivjduos examinados tienen que alcanzar
por lo menos un 70 por 100 de puntuación y, de
no conseguirlo, tienen que sufrir otro examen un
mes más tarde.
Para participar en esta “Prueba de Conceptua
ción” es preciso ostentar el título de “experto
infante”, es decir, ser tirador selecto del arma in
dividual o tirador de primera en el arma colectiva.
Además de estas pruebas individuales del SOl
dado, existen otras colectivas de entrenamiento de
unidades (agrupación, grupo, sección y pelotón),
de gran utilidad e interés, que sirven, de emulación
entre. las tropas y sus mandos e incluso, llevados
por su peculiar espíritu deportivo, se conceden tro
feos a las unidades mejores calificadas.
Aparte de estos ejercicios tácticos de conjunto
de pequeñas unidades, el Ejército de los Estados
tfxiidos en Alemania realiza maniobras dos veces
al..año,a más de las de la N. A. T. O., en colabo
ración cen los demás Ejércitos aliados.
bre el ‘plano, cajón de arena, o en el propio terre
no, ya sólo con los cuadros de mando o con la
intervención de tropas, única manera de tener siem
pre las fuerzas dispuestas para cualquier eventua
lidad.
El ideal sería llegar al entrenamiento del Ejér
cito de los Estados Unidos en Alemania. Mas, he
mos de tener en cuenta, que ni estamos en “alerta”,
ni tenemos las posibilidades económicas del Ejér
cito americano.
Sin embargo, se hace lo que se puede dentro de
nuestros modestos medios y disponibilidades. Se
gún hemos visto, en primer lugar nada tenemos
que envidiar en cuanto al plan de instrucción y
preparación de los reclutas en los Campamentos.
Por lo que concierne a nuestra 11 División del
Guadarrama—la citamos por ser a la que estamos
más directamente vinculados—, organiza conf eren
cias como las que tuvieron lugar en la Escuela de
Estado Mayor y a las que asistieron jefes y ofidales de otras Regiones Militares. Edita libros, tal
entre otros, las “Conferencias de la Escuela de In
fantería del Ejército de los Estados Unidos”, de las
que ya hicimos uñ comentario en estas mismas pá
ginas. Realiza constantes ejercicios de agrupación,
con su planteamiento previo y. posterior juicio crí
tico en el amplio sálón de actos de la Agrupación
de Infantería Inmemorial núm. 1. Reciente está
también el ejercicio nocturno con fuego real e ilu
minación artillera en las inmediaciones del Cam
pamento de San Pedro, que’ resultó de una gran
espectacularidad. Y fué esta división, por último,
la que llevó a cabo las maniobras “Dulcinea”, las
PERFECCIONAMIENTO
más importantes de las hasta ahora realizadas en
nuestro suelo, por la profusión de unidadés moto
Resultaría desaprovechado en parte el trabajo rizadas que intervinieron y la participación del
intensivo, desarrollado en los Campamentos. de Re más eficiente y moderno material.
Es uiia manera satisfactoria de tener siempre
clutas,
sl luego.
ya más tranquila
o, al menos,y
monótoia,
vida endelaguarnición
no, se. remozaran
a punto,, sin oxidarse, la máquiná guerrera, capaz
perfeccionara,n los conocimientos adquiridos, me de, hacer frente con probabilidades de éxito y e
diante la asistencia a Cursos o. Centros de Estudios sobrevivir a una posible y temida conflagración
y la frecuente realización de ejercicios tácticos sc atóittica.
.
4
—
Ideas parva una posbIe ampliación
deJa misión de Ejreito
Comndanie de ArFillería,diplomado de E. M., Santiago MORA GONZÁLEZ,
provincial de Proteccióncivil de Santander.
de la Jefafura
Es rara la vez que, al hablar en un sentido ge— Y esta es, a grandes rasgos, la masa de hombres
neral del nivel en que se encuentra España res que España incorpora a sus Ejércitos para que se
pecto al extranjero, no se haga coro a una repetida les forme militarmente. Y es aquí, a mi entender,
conclusión: la causa está en el deficiente grado donde radica la gravedad del error: en formarlos
de preparación de los españoles. Pero en esta ex militarmente nada más. Me explicaré.
presión un tanto ambigua, sólo se encierra (no sé
No deseo caer en la estupidez de explicar a mi
por qué) a la masa formada por aquellos españoles
que, debido a una multitud de causas, no han te
litares en qué consiste la formación militar; sólo
recordar sus rasgos más principales. En primer lu
nido una formación que les libere de la servidum
bre, digámoslo así, de un trabajo más manual que
inteléctual. Dicho de otro modo, se culpa, en ex
gar, inculca un sentido del respeto, de la obedien
cia, de la disciplina, como no se logra en ningún
otro tipo de formación; es decir, que, paso a paso,
vamos imprimiendo un carácter que, por lo pro
fundo de su huella, persise prácticamente a lo
clusiva, a quienes forman la casi totalidad
contingentes de tropa.
de los
Con esa expresión, falta de preparación, se quie
re englobar todo un proceso que abarca desde la
ausencia de una primera enseñanza hasta la au
sencia, también, de la práctica de una especie de
gimnasia mental que se traduce en una pesadísima
rutina o, lo que es lo mismo, en un modo de vivir
y obrar conforme a una práctica que procede de
los años mil, y que sólo se ha visto alterada por
la introducción de métodos o sistemas que, por re
gla general, han sido copiados sin preocupa rse de
la posibilidad de su adaptación ni de su consi
largo de toda una vida. Junto a ello y a la ense
ñanza de estas virtudes militares se forma al hero—
bre en una técnica específica y particular: y así, a
lo largo de un período de tiempo bastante corto.
se produce una serie de milagros a cuál más ma
ravilloso: desde transformar un panadero en tu
pógraf o, un labrador en operador de radio o un
pescador en telemetrista, hasta convertir en una
persona, en ocasiones, a un ser humano rudimen
tario.
De estos éxitos nacen nuestros orgullos, por ia
guiente posibilidad de éxito.
Todo ello, unido a una serie de causas ajenas a
esa masa, ha hecho que ella acuse unás caracterís
simple razón de que nos ha sido posible ejercer.
en toda su plenitud, el ansia de creacion que lleva
consigo todo hombre. Nos sentimos dueños (le a
ticas
obra, porque ha salido de nuestras manos: lorqie
casi de la nada hemos hecho algo útil, teniendo
en esa utilidad ajena el único premio. Y como ese
crear y volver a crear es una auténtica funcion
—
muy definidas:
bajo nivel cultural,
dureza de su ambiente de vida,
desconfianza, y
resistencia a toda innovación,
todo ello ligado por el vicio mezclado con el ren
cor, en dosis diferentes según sea el ambiente de
procedencia.
continua, médula de nuestra profesión, el militar,
en mayor o rimenor grado, está dotado de un im
pulso semejante al del revolucionario que le impide
aceptar, en principio, la monotonía de un “dolce
21
far niente” o del continuo trillar, dia tras día, en
un rutinario lo que sea, porque el militar, en esen
saben, sí, 103 resultados y es posible determinar
con bastante exactitud de qué es capaz cada un
cia, construye su vida sobre un solo concepto:
acción.
Es dentro de estas bases formativas y de forma
de los componentes de esa masa; pero como no
es posible “quedarse para septiembre” o “repetir
dores donde se derrama, más que se vierte, a esa
masa de hombres, para someterla a un proceso de
verdadera Escuela de Formación Profesional Ace
lerada. Y los resultados demuestran claramente, a
mi entender, tres cosas:
1.0 Que esa masa no es tan masa como se creía,
por cuanto de ella se obtiene multitud de indivi
dualidades.
2. Que los casos negativos que se presentan no
demuestran sino que existe una incapacidad de asi
milación respecto a esta técnica militar, supuesta
una igualdad de capacidad de enseñanza.
3° Que el educador, forzado por un objetivo
único, decanta o estratilica sus resultados, pero
prácticamente
deja sin compieta aplicación real
a los productos intermedios.
Los programas de formación son rígidos, han d
cumplirse en forma inexorable, las fases y los ci
clos de instrucción son inflexibles, por lo que la
tónica de la enseñanza es como un rastrillo que
curso”, en el momento del licenciamiento vemos,
con más o menos tristeza, cómo la fuerza de una
ley clestina, abombo y platillo, a una serie de in
capacitados a la noble tarea de continuar haciendó
Patria, aunque fuera de las filas de los Ejércitos.
Por
todo ello he dicho que el único error está
en que la formación a dar sea exclusivamente mi
litar, con independencia de que las enseñanzas ad
quiridas, como si fuera por carambola, tengan o no
una futura aplicación civil. Las Fuerzas Armadas
son, a estos efectos, la única Facultad por la que
forzosamente han de pasar todos los españoles cual
quiera que sea su procedencia o su
telectual. En consecuencia, en ningún
to de la vida del cuidadano puede
tado sobre él en mejores condiciones:
capacidad in
otro momen
actuar el Es
lo tiene a su
disposición sujeto a una disciplina y en una edad
en la que es factible sembrar con gran éxito cual
quier clase de enseñanza, como lo demuestra las
pruebas que da en cuanto a su inteligencia, a su
reloj y que
habilidad manual y a otras manifestaciones; digalo, si n, la rapidez con que aprende nombres
sólo arrastra a las piedras que no caben entre sus
dientes, dejando atrás las de menor tamaño. Se
de personas y cosas a cuál más dispares, la facili
dad con que llegan a manejar tablas gráficas y
se mueve imperturbablemente
contra
numéricas, cuánta habilidad demuestran en los
despieces de armamento, etc., para darnos cuenta,
como dije anteriormente, que esa masa no es tan
masa como se cree. Y si esto es así, considero equi
vocado que el Estado desaproveche la oportunidad
que se le presenta.
No basta con impedir el licenciamiento
a quien
no sepa leer ni escribir en la creencia de que con tal
a-
medida se ha combatido y vencido al analfabetismo,
porque, en el fondo, se sigue siendo tan analfa
beto como antes, a más de que con ello no se les
presta, en definitiva, el favor que se les cree pres
tar. Basta con que recordemos el caso del sacristán
de quien nos habla Sommerset Maughan.
•1
La medida práctica del analfabetismo la da el
grado de incapacidad para desenvolverse en la
propia actividad; y éste es, en mi opinión, el anal
fabetismo que hay que combatir. El material hu
mano que se entrega a las Fuerzas Armadas no
está compuesto, ni mucho menos, por universita
rios, sino precisamente por los que componen la
cantera de donde se extrae la totalidad de los ofi
cios; es decir, donde, en palabras del Ministro
de Educación Nacional en Las Palmas de Gran
Canaria, existe la “preocupación por los grados
elementales”.
Puede considerarse como “misión cumplida” al
hecho de darles una formación militar; pero, in
dudablemente, si para el Ejército basta para el
Estado no. Nadie nos puede exigir más, puesto que
cumplimos íntegramente con la faceta docente de
nuestra
profesión. Pero hay una posibilidad, la de
que la Facultad de las Fuerzas Armadas se con
vierta en Univeridaçl,..
No pretendo, Dios me libre, que se transforme
a los oficiales en una especie de ungüento amarillo,
aunque no sea sino por mi profunda repulsa al
tipo de oficial sábelotodo. Al César, lo que es del
César. Pero puede existir una solución, bien sea
con los propios medios de las Fuerzas Armadas
o bien con la colaboración de otros Ministerios. El
problema, pues, so concreta en los siguientes tér
minos:
l. Determinación de las enseñanzas a des
arrollar.
2. Necesidad de un profesorado idóneo y de los
oportunos
medios.
3. Disponibilidad del material humano durante
un tiempo que, en principio, puede conseguirse con
el incremento del que en la actualidad se dispone.
En cuanto a los tipos de enseñanza, podrían Ii
nítarse, en .principio, a aquéllas que se consideren
más necesarias: agrícola, ganadera, marítima, me
cánica automovilista, mecánica general y electrici
dad, por ejemplo. En cuanto al profesorado, no
hay nada que repugne a la idea de que uno o
varios profesores civiles dispongan de un aula en
un Centro militar. Respecto a los medios, podrían
utilizarse las granjas y Escuelas de Aprendices,
por ejemplo, o Solicitar los que poseen otros mi
nisterios. Y en cuanto al tiempo, la enseñanza po
dría desarrollarse, por ejemplo, en dos fases: la
primera, con la inclusión en los horarios norma
les, durante su actual tiempo de servicio, de una
o dos horas dedicadas a sentar las bases de una
primera enseñanza; la segunda, ampliando en dos
o tres meses el tiempo actual de permanencia en
filas. Entonces sí que se podría negar el licencia
miento, en conciencia, por razón de analfabetismo.
Ya sé que un plan de esta naturaleza lleva con
sigo un gasto considerable; lo extraño sería que
no fuera así. Pero lo que es indudable es que será
un gasto productivo y de una rentabilidad a muy
corto plazo. El licenciamiento de estos hombres se
seguirá haciendo a bombo y platillo; pero creo que
nunca sonarán mejor ni con más alegría por par
te de todos, al ver que, al devolverles a sus ocu
paciones normales, a más de ir impregnados de
unas virtudes militares, se llevan consigo una fla
mante preparación que, en el peor de los casos,
les ha ensanchado el horizonte de sus posibili
dades.
Entonces sí que podremos decir: Misión cumplida.
ormas
1
ti1
•1
sobre oIaDOraciOn
EJÉRCITO se forma preferentemente
con los trabajos de colaboración espontá
nea de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oficialidad, sea cualquiera su em
pleo, escala y situación.
También publicará EJFRCITO trabajos de escritores civiles, cuando el tema y su
desarrollo interese que sea difundido en el Ejército.
Todo trabajo publicado es inmediatamente
remunerado con una cantidad no
menor de 800 pesetas, que puede ser elevada hasta 1.200 cuando su mérito lo justifi
que. Los utilizados en la Sección de «Información e Ideas y Reflexiones» tendrán una
remuneración
mínima de 250 pesetas, que también puede ser elevada según el caso.
La Revista se reserva plenamente el derecho de publicación;
el de suprimir lo
que sea ocioso, equivocado o inoportuno. Además, los trabajos seleccionados para pu
blicación están sometidos a la aprobación del Estado Mayor Central.
Acusamos recibo siempre de todo trabajo recibido, aunque no se publique.
ALGIJNAS RECOMENDACIONES A NUESTROS COLABORADORES
Los trabajos deben venir escritos a máquina,
DOBLE ESPACIO entre ellos.
en cuartillas
de 15 renglones, CON
Aunque nó es indispensable acompañar ilustraciones, conviene hacerlo, sobre todo
si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpretación
del
texto son indispensables, bastando que estén ejecutados, aunque sea en lápiz, pues la
Revista se encarga de dibujarlos bien.
Admitimos fotos, composiciones y dibujos, en negro o en color, que no vengan
acompañando
trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para la publi
cación. Las fotos tienen que ser buenas, porque, en otro caso, no sirven para ser repro
ducidas. Pagamos siempre esta colaboración según acuerdo con el autor.
Toda colaboración en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o tra
bajos, deben ser çltados detalladamente
y acompañar al final nota completa de la bi
bliografía
consultada.
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cación de donde han sido tomadas.
Solicitamos la colaboraciOn de la Oficialidad para «Guión», revista Ilustrada de los
mandos subalternos del Ejército. Su tirada, 18.000 ejemplares, hace de esta Re1sta
una tribuna resonante donde el Oficial puede darse la inmensa satisfacción de ampliar
su labor diaria de instrucción y educación de los Suboficiales. Pagamos los trabajos des
tinados a «Guión» con DOSCIENTAS CINCUENTA A SEISCIENTAS pesetas.
24
Cómo el Ejército creó la A iación
Tenienfe General de Aviación, Aliredo KNDELAN
La guerra, en nuestro planeta, comenzó en tie
rra, la parte sólida de nuestro mundo; pasó, su
cesivamente, al mar y a la atmósfera; y puede
suceder que, no muy luego, se extienda al espacio
interplanetario.
Naturalmente,
del Ejército de Tierra hubieron
de salir, tanto las dotaciones de los barcos y de
los aviones como los mandos de las unidades na
vales y aéreas. Una esencial diferencia existió en
tre el tránsito de la guerra terrestre a la naval
y el de una y otra a la aérea: el primero fué obra
de muchos siglos; el segundo, de algunas décadas.
Llevaba ya la guerra terrestre conocida quince
siglos de existencia, desde las batallas prehistóri
cas, cuapdo se inauguró la naval, con el combate
de Salamina, entre persas y griegos. En aquella cl
sica batalla eran terrestres los mandos y las tri
pulaciones de una y otra flota, y veinte siglos des
pués eran todavía jefes del Ejército los vencedores
de Lepanto: don Juan de Austria y don Alvaro
de Bazán; los dos alternaron sus victorias en tie
rra y mar. Y no fueron solos; aquel príncipe egre
gio, de quien dijo el Pontífice: “Fuit horno missus
a Deo, cuit fornen erat Joannes” y su brazo dere
cho don Alvaro, generales de tierra, con mandos
navales, sirio sus colaboradores Doria, Basano, Tre
nos, Sforza y otros, así como los de la escuadra
enemiga: Ah Pacha, Dragut, Ulut Ah, etc.
Ocho años antes de esta batalla de Lepanto in
tentó Felipe II especializar el Mando Naval. Mien
tras el magnífico marqués de Mondéjar es sola
mente general terrestre y sólo en tierra actúa, don
Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, es nom
brado “capitán general de galeras, y de la gente
de mar y (le guerra y del remo de ellas”. Pero la
especialización no se mostró como necesidad ina
plazable hasta treinta años más tarde (1558), al
ocurrir el desastre de la Invencible, que se atribuyó
a la impericia del duque de Medina Sidonia, lego
en cosas del mar, el cual tuvo que tomar el mando
de la escuadra al morir el marqués de Santa Cruz
que lo desempeñaba. Entre las batallas de Micale
y Salamina—siglo y a. J. C.—y la de Lepanto—si
glo XVI d. J. C.—transcurrieron veinte siglos; me
nos de medío ha durado, en contraste, el tránsito
a la guerra aérea, al que hemos asistido.
El tránsito de la guerra clásica a la aérea
Los que hemos presenciado desde cerca el paso,
a ritmo acelerado, de la guerra de dos dimensiones
a la de tres estamos, en cierto modo, obligados a
dejar constancia de lo que hicimos o vimos, para
DUANY.
facilitar la obra de futuros historiadores. Así lo
ha hecho, en un interesante libro que acabo de
leer, el general francés Albert Eteve, uno de los
contados supervivientes del nacimiento de la Aero
náutica Militar, que conmigo seremos quizá los
dos umnicosque quedan.
Por ser coetáneos—le llevo un año de edad y
otro tanto de Milicia—y haber dado los mismos pa
sos iniciales en nuestra carrera aeronáutica, el
libro está lleno, para mí, de recuerdos y añoranzas.
Posee, como yo, los tres títulos de piloto de globo
libre, de dirigible y de aeroplano. Ha constituido
una sorpresa para mí enterarme de que vive aún
otro militar que comparte conmigo lo que yo creía
poseer en exclusiva: el triple título de pilotaje
aéreo, a pesar de que los aviadores de muchos paí
ses en el medio siglo transcurrido han vivido dos
grandes guerras, que han venido a sumarse a los
riesgos aéreos y a las causas naturales debidas al
paso de los años.
El libro que comento sirvió al mismo tiempo para
darme cuenta, no sin satisfacción, del ritmo ace
lerado que siguió el progreso de nuestra Aeronáu
Lica desde los primeros pasos por el mundo, com
parándolo con el de la Aeronáutica francesa, que
era entonces, sin disputa, la primera del orbe: la
de los records del mundo de distancia, del conde
de la Vaulx, y de altura, de Berson y Zurich; la
do las copas Gordon Bennet; la del dirigible La
France, de Renard y Krebs, y los posteriores, de
Lebaudy, Astra y Ciernan Bayard; la del Avión de
Ader y la Demoiselle, de Santos Dumont; la de la
travesía del Canal de La Mancha, por Bieriot...
La aerostación dió comienzo en Francia unos
años antes que en España, donde la creación de
un Parque y una Compañía de Aerostación, en
Guadalajara,
no ocurrió hasta el año 1898; onc
años antes, en 1877, se había organizado en el
hermoso parque de Chalais Meudon un Centro (le
Experimentación y de Construcciones Aeronáuticas,
que dirigia el capitán de Ingenieros Charles Re
nard; su primer fruto fué la construcción y en
sayo del globo dirigible “La France”,rnovido
por
un motor eléctrico accionado por pilas. En este
establecimiento, cuna de la Aeronáutica francesa,
se construyó y ensayó todo el material de Aerosta
ción, corno vino a hacer, desde su creación en 1898,
el Parque de Guadalajara.
Este retraso inicial de nuestra aerostación quizá
no deba considerarse tan grande; desde unos años
antes se venían realizando ascensiones en globo
cautivo en la Casa de Campo, de Madrid, en una
25
de las cuales subió S. M. la reina Cristina. Estos
ensayos los hacía la 4. Unidad del Batallón de
Telégrafos, •de guarnición en Madrid.
Tanto el establecimiento francés como el esDañol
tenían bastante demrrollo y suficiente personal es
pecializado en Aeronáutica; al parecer los aeropla
nos para encargarse de la iniciación del vuelo me
cánico en sus respectivos paises: los elementos di
rectivos y los primeros pilotos fueron aerosteros,
aquende y allende el Pirineo. En aerostación, mien
tras tanto, Guadalajara había recuperado el retraso
inicial y aún superado a Chalais. Habia sustituído
la tela barnizada por la cauchotada y el globo es
férico por el “corneta”, muy superior a aquél.
Estudio cronológico comparativo
Vamos ahora a comparar entre sí, cronológica
mente, las etapas del progreso de ls aviaciones
francesa y española, que -han llevado a edificar
esas magníticas estructuras que son los actuales
Ejércitos del Aire. Comencemos por decir que el
Cuerpo de Ingenieros español demostró mayor es
píritu de comprensión que el francés y supo ir
cediendo sus derechos iniciales a dirigir las cosas
del Aire. También nuestros artilleros demostraron
mayor desprendimiento y discreción que los fran
ceses, no tratando de apoderarse de la Aviación
como órgano de observación y corrección del tiro.
En Francia 1ué creado en 1904 un polígono inde
pendiente del de Ingenieros y rival suyo como ser
vicio de Artillería.
Con un año de diferencia: en enero de 1910 las
francesas, y en marzo de 1911 las españolas, co
mienzan a funcionar las escuelas para pilotos de ae
roplano. Los métodos de instrucción y los aparatos
son idénticos; en España sólo existe una Escuela,
en Cuatro Vientros; los profesores son ingleses,
franceses y. españoles. Lcs franceses aprenden tam
bién a volar en escuelas civiles de las casas cons
tructoras: pero no satisfechos de su rendimiento,
instalan dos escuelas militares: en Chalons y en
Satory.
Al nacer la Aviación éspañola con un año de
retraso con respecto a la francesa-, la situación era
la siguiente. Ambas dependían de un Servicio de
Aeronáutica dentro del Ejército de Tierra: de la
Rama de Aerostación salieron los primeros pilotos
de la de Aviación; unos y otros instruidos en aná
logos aviones-escuelas, por pilotos civiles; el nime
ro 1 de los pilotos militares franceses, teniente-de
Ingenieros Camerman, se hizo piloto en Maurice
Farman; el autor de este artículo, el número 1 de los
hispanos, realizó sus pruebas en el mismo tipo de
ávión Uno y otro, apenas tomado el título, pasan
a dirigir sendas escuelas de vuelo, y con los tres
títulos aeronáuticos, fueron subiendo los escalones
jerárquicos de Aviación.
26
Con la inicial diferencia cronológica de un año
van avanzando, al mismo paso, las dos aviaciones;
en 1909, el Centro de Chalais-Meudon encarga dos
aviones Wright, otros dos Henry Farman y un
monoplano Bleriot; al final del mismo año nom
bra cinco alumnos pilotos, con título aerostero.
Casi al mismo tiempo el Centro de Vincennes en
carga tres El. Farman, dos Wright y dos Antoinette
y nombra a echo oficiales de artillería para pilotarlos; un año después el servicio de Aviación espa
ñola adquiere dos H. Farman, un Maurice Farman
y dos Nieuport y nombra cinco oficiales aeroste
ros alumnos de la primera promoción cJela Es
cuela de Cuatro Vientos. De los cinco hemos vivido
todos hasta hace cuatro años, y aún quedamos
cuatro.
Después han continuado avanzando los dos ser
vicios aéreos, con tendencia a reducir el hispano
su retraso inicial; se adelanta la Aviación francesa
en adquirir autonomía de la Dirección de Ingenie
ros al crearse el 22 de octubre de 1910 la Inspección
Permanente de la Aeronáutica, que pasa a desem
peñar el general Roques, que era director general
de Ingenieros. En otoño de 1911 cuentan ya con dos
escuadril]as orgánicas que actúan en las maniobras
cenerales de este año y del siguiente; este año
nuestra Aviación dió un gran salto, pasó a actuar
en la guerra de Marruecos, inaugurando, nada
menos, que el empleo de la Aviación como arma
aérea, primacía que nadie puede disputarnos.
Se ha intentado, sin embargo, discutir este hecho
histórico, alegando unos supuestos servicios de dos
globos cautivos que prestaron útiles servicios de
reconocimiento al Cuerpo de desembarco francés
en Casabanca en 1907, y unos ligeros y contados
vuelos de aviones italianos en Trípoli, con misio
nes únicamente de observación. Nuestra escuadrilla
actuó desde Tetuán en misones tanto de reconoci
mientocomo
de bombardeo, ylo mismo otra que
se organizó en Melilla; practicando además, una
y otra, el vuelo rasante.
La primera guerra europea de 1914 fué causa
de crisis para nuestra Aviación; pero nuestro re
traso fué compensado por el largo período de gue
rra continua en Marruecos, que fué una gran Es
cuela de Guerra y elevó a gran altura el espíritu
de las Alas Españolas. Tan alto que cuando el ge
nial dictador Primo de Rivera restableció la paz
ón Marruecos el año 1926, la energía moral de los
pilotos buscó expansión a su entusiasmo en gran
des raids trasatlánticos e intercontinentales, colo
cándonos a la cabeza de las naciones en tal aspecto.
y cuando llegó ]a República, el año 1931, salió in
cólume de la “trituración” a que la sometió Azaña
y se cubrió de gloria en el Movimiento Nacional.
creando un magnífico Ejército del Aire mientras
combatía.
-
Caballeria
y Fuer za acorazadas
(Puntog de con(acto)
Comandante da Caballer(a,FedericoPRIETO ALONSO.
De la Escuelade Aplicacióncje su arma.
Por lo
iiablar o
mente se
tomamos
—
general, siempre que nos disponemos a que la experiencia de las grandes conflagraciones
escribir sobre la evolución que constante
nos brinda, y es inútil pretender ser original en
está produciendo en la concepción militar, esto y considerarlo corno un tópico eludible Las
como punto de referencia la gran lección consecuencias duran hasta la siguiente guerra y
es entonces cuando se sab del acierto o error de
nuestras aseveraciones.
Constantem ente se están introduciendo modifi
caciones en lo que poco antes se consideraba como
inmutable. La técnica va tan de prisa en la trans—
formación y creación de medios de combate que
hace necesaria una poderosa industria para poder
seguir su acelerada marcha progresiva. Se escriben
“nbrmas provisionales” para el empleo de tal o cual
ingenio que resultan anticuadas aun antes de que
la ponencia encargada de redactarlas haya termi
nado su trabajo. El concepto básico permanece,
pero los modos de empleo, la forma dé disponerlos
y moverlos en el campo de batalla, sufren una
constante revisión.
Siguen inmutables ciertos principios en el empleo
de la Caballería. La movilidad y enérgicas accio
nes de cheque caracterizan nuestro inconfundible
modo de concebir el combate. “Fuego, movimiento
y cheque” se dice certeramente en nuestros regla
tnentos lo mismo para desempeñar misiones ge
nuinas de la Caballería que con los medios blinda
dos que posee en la actualidad. Las fuerzas aco
razadas, la Caballería actual, utiliza casi los mis
mos modos de acción: gran movilidad y abruma
dora potencia de fuego combinados.
Pero los principios básicos que rigen el empleo
de la Caballería o de cualquier Arma, no son más
que reglas o riornias para poder desarrollar el “arte
de disponer, mover y emplear con eficacia las trc
pas en el campo de hatalJ.a”, llamada Táctica de
la guerra. Como arte que es se dan unas reglas
que el jefe deberá utilizar según su preparación
técnica, pericia y experiencia, pero nunca deberá
someterse a ellas en forma rígida y absoluta. Para
que estas reglas, estos principios, puedan ser apli
cados con garantías de éxito es necesario que los
L
mandos las empleen con gran flexibilidad de es
píritu y una gran imaginación, virtudes éstas que
el jefe de Caballería posee sin apenas esforzarse,
pues más bien se adaptan como un guante a la
mano, a su manera de concebir sobre el campo la
r
27
maniobra adecuada en cada caso y ejecutarla con
certera rapidez. Por esta razón, tenemos por cier
to que todo estudio sobre las fuerzas acorazadas
tiene que ser atentamente considerado por los jefes
de la Caballería, por la similitud y puntos de con
tacto entre sus acciones y decisiones.
Cada vez está más extendida la idea de que una
futura guerra se hará más flúida, más en campo
abierto, mucho más móvil y rápida. La dispersión
se hará cada vez mayor, aunque principalmente
sometida a los límites que permita el enlace. Las
formaciones más elásticas y la posibilidad de cor.
centrar más rápidamente en un punto dado una
gran potencia
ofensiva
dará lugar a que
l penetración profunda a través de las líneas enemigas se una maniobra de más frecuente empleo.
Todo esto hace inevitable la creación y empleo de
masas acorazadas. Las agrupaciones blindadas de
Caballería son una parte vital ei las divisiones.
Ponen al alcance del mando objetivos decisivos, ya
que la deupación rápidS de zonas importantes
para la maniobra poSteiior de la división, la explo
tación de éxitos parciales y la persecución son al
gun
de sus actuaciones más características, sea
con su propios medios o previamente reforzada.
Se adaptan a la mayor parte de acciones ofensi
vas y defensivas previsibles. Pero no entra en nues
tró propósito hablar sobre estas ágrupaciones blin
dadas de Caballería. Solamente •las hemos citado
a título de ejemplo con la intención de ponerlo
en la mente del problemático lector de estas líneas
y le sirva de referencia cada vez que salgan a re
lucir las palabras FUERZAS ACORAZADAS,
de
las que tenemos la intención de hablar, y de este
28
modo podrá seguir el razonamiento que el general
de brigada americano (EE. UU.) Bruce E. Clarke
se hace cuando, algunos años atrás, escribía refi
riéndose a la necesidad de las Fuerzas Acorazadas
y su origen.
“Durante muchos años, los ejércitos han tratado
de organizar fuerzas ligeras de movimiento rápi
do que pudieran perturbar los factores de. tiempo
y espacio del enemigo. Para ello se sacrificaba par
te de su potencia, con objeto de alcanzar la movi
lidad deseada; la Caballería fué organizada según
estos principios. Pero con el empleo de gran can
tidad de pequeñas armas automáticas y de otras
armas nuevas y el de los vehículos automóvil, qtcé
tera, etc.”, y añadamos lo que de esto se dice: Se
consigue una gran potencia de fuego móvil y aco
razada.
Las Fuerzas Acorazadas cónsigúen sus objetivos
por su facilidad de móviminto y por su capacidad
de fuego, pero especialmeñte pór su capacidad de
movimiento.
Ninguna unidad dé tropás a pie permanecerá
tranquila en su posición si tiene noticias de que
una fuerza acorazada se encuentra dispuesta, aun
que sea a muchos Kilómetros de distancia del cam
po de batalla. La facilidad que tiene dé llegar se
calcula por lo menos en un 20 por 100 de menos
tiempo que las tropas á. pié.
Hay que tener eñ cuenta lambién que las fuerzas
acorazadas se mueven en formación de combate,
por 10 que. a su velocidad de movimiento hay qúe
añadir la facilidad para émpeñarse en él combat€
rápidamente desde la posición de marcha.
Aun en la defensiv.a conservan estas fuerzas el
espíritu que les da origen. Se. defienden con fuer
tes contraataques que obligan al enemigo a des
plegar sus fuerzas. Este para asestar la réplica
golpeará e.n el vacío, pues las fuerzas acorazadas,
haciendo, uso de la característica más acusada, la
movilidad, ya se habrán retirado cuando esto ocu
rra, volviendo a efectuar otra acción ofensiva tan
tas veces como sea necesario.
Esta defensa elástica se efectúa en profundidad,
cediendo cianto espacio le permita el mando, o
recuperando zonas que mantendrá en su poder a.
toda costa durante tiempo fio para dar lugar a
que otras fuerzas tengan tiempo de montar, el dis
positivo que e.l mando haya previsto.
Estas fuerzas no están organizadas para el com
.bate defensivo, pero no se debe descartar la pos
bilidad de que en cualquier ocasión se vean foi’
zadas a efectuarlo. De aquí la necesidad de tener
previsto su empleo para tal contingencia.
Estimo, en fin, que el paralelismo que existe en
tre la Caballería y la idiosincrasia de sus mandos
con las Fuerzas Acorazadas y sus mandos es evi
d.ente.
.
.
-
La característica básica de movilidad no se deri
va solamente de la potencia del vehículc-cari o, sino
que va unida estrechamente a una ordenada y efi
caz organización de abastécimientos en todos los
escalones. Aquí los servicios en general cobran es
pecial relieve y de su funcionamiento inteligente
depende en gran parte su existencia como fuerza
actuanie.
El adecuado empleo de las armas es también de
cisivo para el éxito de las acciones donde se cmpeña la fuerza acorazada, concentrando en un
punto toda su potencia con su aplastante superio
ridad de ametralladoras y la proteccion que le
proporciona su coraza. El mejor empleo del cañón
del carro es contra otro carro enemigo, ya que en
realidad no es artillería. Los carros avanzan gene
ralmente bajo la protección que les proporcionan
los fuegos de cobertura de la artillería y otras ar
mas de apoyo, lo que les permite con sus ametra
lladoras atacar al enemigo y destruirle.
De todas las armas del carro de combate po
dríamos decir que la principal es el efecto desmo
ralizador y psicológico que su presencia causa en
las fuerzas que han de resistir su ataque. Este efec
to llega mucho más allá de las fuerzas de primera
línea y empieza a dejarse sentir desde el momento
en que los carros son percibidos.
Cuanto mayor sea el número de carros emplea
dos en la acción mayor será el efecto moralcausa
do y no es aconsejable el empleo de fuerzas aco
razadas demasiado pequeñas, pues lejos de produ
cir efectos decisivos se traducen a menudo en gran
des pérdidas y en resultados inciertos.
El ataque con los carros de combate debe efectuarse lanzándolos rápidamente sobre el enemigo en
un frente relativamente estrecho y proporcionado
a la fuerza atacaríte. Su eficacia dependerá de su
profundidad y no deberá desplegarse hasta que la
oposición del enemigo y su voluntad de resistencia
haya sido vencida o reducida hasta un punto en
que no sea probable una poderosa reacción por
su parte.
Antes de iniciar un ataque será preciso una bue
na información que cubra todas las contingencias
previsibles, ya que durante la acción no es fácil
formarse idea de todo lo que puede suceder du
rante la jornada: cambios de situación, obstáculos,
condiciones del terreno, zonas impracticables o mi
nadas, fuerzas enemigas con que han de encon
trarse los carros y cuantos datos sean previsibles
más allá de la línea de partida.
Es imprescindible gran flexibilidad en la táctica
de las fuerzas acorazadas. Los Estados Unidos pre
conizan para el combate de la división acorazada
el empleo de las dos columnas flexibles en que está
organizada. Una de las dos, dice el general Clarke,
“estará en condiciones, en una ocasión dada, para
llevar a cabo con más ventaja la misión encomen
da-da”. El mando de cada columna (de la categoría
de oficial general por lo menos), ayudado por un
Estado Mayor, será apto para dirigir operaciones
en situaciones que cambian rápidamente y “acos
tumbrado a trabajar con órdenes poco detalladas”,
caso muy corriente en Caballería.
No avanzarán, necesariamente, en un frente es
trecho o siguiendo una sola vía de penetración. Tam
bién podrán—sigue diciendo el general—avanzar en
un frente amplio, pero sólo mientras las formacio
nes tácticas de la división y las agrupaciones de
combate formen en columna, situación ésta que
permite a sus jefes estar en disposición de hacer
frente a cualquier contingencia y de entrar rápi
damente en acción sin esperar la reacción y las
órdenes de los escalones de mando elevados.
Las Fuerzas acorazadas siempre encuentran,
cuando están avanzando, un momento en que su
acción puede ser ariolladora. “Ponerle trabas por
fijarse fases en su movimiento, líneas de objetivos
a •cubrir limitados, y otros factores que exigen de
cisiones del mando superior para continuar el avan
ce es hacerle perder este momento y oponerse a
su éxito más que el propio enemigo.”
Cualquier traba o limitación de movimientos pue
de proporcionar tiempo al enemigo para reaccio
nar y por añadidura puede arrebatarles la inicia
tiva.
Cualquiera que mande fuerzas de la clase que
sean debe planear cuidadosamente su ataque, pero
si se trata de fuerzas acorazadas hay que extremar
hasta límites exhaustivos este planeamiento. Am
plia red de comunicaciones, coordinación de movi
miento, planes detallados de abastecimientos, ajus
tado apoyo de artillería, morteros, aviación, regu
lación y disciplina en el tráfico por las vías de
comunicacion a emplear, cuidadoso plan de repa
raciones, etc., etc. Todas las previsiones serán pocas
para confeccionar el plan de ataque, pero una vez
determinado éste, la ejecución debe llevarse a cabo
con entera libertad. La violencia en la acción debe
ser intensa y enérgica para que no se malogren
los efectos de sorpresa y den máximo rendimiento
la movilidad, potencia de fuego y efecto moral. La
audacia tendrá primordial lugar en la calificación
de la ejecución, y sin ella el resultado que se espera
de la acción de las fuerzas acorazadas será fatal.
Un acertado empleo de las reservas de material
coadyuvará al éxito de la operación, ya que será
conveniente y hasta necesario disponer de tiempo
para las reparaciones del mismo. Las unidades aco
razadas cuentan con medios para estas reparacio
nes, pero no siempre tendrán tiempo y lugar, de
aquí la necesidad de que sea renovado cambiando
el material a reparar de primera línea por el de
reserva en servicio.
29
Aun en la defensiva conservan estas fuerzas el
espíritu que les da origen. Se defienden con fuer
tes contraataques que obligan al enemigo a des
plegar sus fuerzas. Este para asestar la réplica
golpeará en el vacío, pues las fuerzas acorazadas,
haciendo uso de la característica más acusada, la
movilidad, ya se habrán retirado cuando esto ocu
rra, volviendo a efectuar otra acción ofensiva tan
tas veces como sea necesario.
Esta defensa elástica se efectúa en profundidad,
cediendo cuanto espacio le permita el mando, o
recuperando zonas que mantendrá en su poder a
toda costa durante tiempo fijo para dar lugar a
que otras fuerzas tengan tiempo de montar el dis
positivo que el mando haya previsto.
Estas fuerzas no están organizadas para el cciiibate defensivo, pero no se debe descartar la post
bilidad de que en cualquier ocasión se vean for
zadas a efectuarlo. De aquí la necesidad de tener
previsto su empleo para tal contingencia.
Estimo, en fin, que el paralelismo que exite en
tre la Caballería y la idiosincrasia de sus mandos
con las Fuerzas Acorazadas y sus mandos es evi
dente.
-
‘—
.-
30
EN EL DINTEL DEL ESPACIO
General de Aviación,AntonioRUEDA URETA. Tenientefiscaldel ConsejoSupremode JusticiaMilitar
y Director de la publicaciónespaíola Revistade ‘Aeronáutica y Astronutic».
No existe una fórmula matemática y general para
establecer la senda entre dos cuerpos celestes. Y esto
se explica porque esos dos cuerpos no son nunca úni
cas en el espacio, nl están colocados fijos en dospun..
tos invariables, ni influyen ellos dos exclusivamente
sobre el móvil que recorra el trayecto entre ambos;
sino que son muchos los cuerpos celestes que existen
y se están moviendo en nuestro Sistema Solar, en sus
respectivas órbitas, unos alrededor del Sol y otros al
rededor de sus planetas respectivos de los cuales son
satélites, con órbitas que no son circulares sino elíp
ticas, más o menos, excéntricas o alargadas; lo cual
hace que las distancias al foco que ocupa el cuerpo
principal Que obre como centro de atracción res
pectivo, sean en cada momento y en cada caso muy
diferentes, no sólo en cuanto a posiciones sino en
cuanto a influencias mutuas y sobre el citado móvil
o vehículo interplanetario de que se trate.
Para ir de uno a otro planeta, el caso nunca será
el mismo; todos los demás cuerpos celestes influi
rán de distinto modo en cada caso y, sobre todo,
será muy diferente la influencia que ejerza el Sol,
tan predominante en el espacio total de nuestro
sistema planetario, y sobre las diferentes posiciones
combinadas de los diferentes casos.
Simplemente en el caso de un móvil que quiera
moverse entre la Tierra y la Luna, podemos con,si-.
derar que la órbita de nuestro satélite natural se
halla inclinada unos cinco grados respecto al plano
de la Eclíptica (plano de la órbita terrestre alrede
dor riel Sol), y que existen diferencias de unos 22.000
kilómetros entre lo que dista la Luna de la Tierra
Nota al grabado de cabeza,—Satlje artificial«Discovere,».Lleva adheridaa la parte cónicade proa, que es el satélite propia
mente dicho, otra porte posteriorcilíndricaen la cual va el sistemade conducciónde todo el ingenioy un motorpara ese segundopiso
o fase porcohete de combustiblelíquido.
31
movimiento curvo alrededor de un centro de atrac
ción, se provocará una fuerza centrífuga ‘que equi
librará más o menos perfectamente- a la de atrac
ción o peso del satélite (si la entrada es exacta en
todo, se provocará la órbita circular; si hay alguna
pequeña imperfección en velocidad o en cuanto a
la tangenció. inicial, se provocará una elipse más o
menos alargada, dentro de ciertos límites de tole
rancia; fuera de esos limites el intento fracasará).
Si se trata- de trayectorias abiertas (parábola e hi
pérbola) que corresponden a los envíos de vehículos
1
/
espaciales entre Cuerpos Celestes, y que exigen velo
1
¡
1
/
cidades mayores, según luego detallaremos, el que
1
¡
/
resulte la trayectoria que se deseaba, errores tolera
1 1 //
/
1
bies (aquí ménos tolerábles que en las órbitas ce
rradas satelitarias), o un intento fracasado, dep-en
\
de igualmente que en el caso anterior de que desde
/ // / /
el punto en que se termine la fase impulsada y se
/
inicie la trayectoria pasiva en la curva abierta re
sultamie, se hayan logrado la velocidad d.e escape
O’
figura 1
y la dirección exacta precalculadas.
como un caso particular. No obstante, hoy día se
Sin llevar al lector a cálculos complicados, vamos
a ver lo que se entiende por «velocidad de sateliza
simplifican mucho los engorrosos cálculos que exi
giria el análisis, matemático para la resolución del ción» y Satélite Cero.
problema; gracias a las facilidades y rapidez que
Si suponemos un móvil que partiese del punto A
significa el posible empleo de las maquinas calcu
de la superficie terrestre, con una velocidad tal que
por efecto de ella, en un segundo se separase en
ladoras electrónicas, aunque exijan un previo cálcu
lo de los parámetros particulares del caso espe
dirección de la tangente una altura «h» sobre la
cial de que se trate, los cuales le servirán a ese superficie de la Tierra, y que esa altura coincidiese
cerebro electrónico de datos básicos para poder dar
con el valor 9,8-1m/s.2 (1) de -la’aceleración de la
nos terminado y con gran exactitud el resultado o gravedad t’erzest-re a ras del suelo, a nivel del mar,
solución deseada.
D/$TÁNC/43 V4LORE,VDE
Los científicos actuales agrupan las órbitas en
ENRñD/08
£I OR.4VED4D
pasivas y activas. Las primeras son aquellas trayec
TEAWE$TA’E8
torias que una vez totalmente agotado el combus
tible del último estadio o piso del ingenio impulsor,
queda el vehículo móvil del espacio, siguiendo una
curva ya invariable (circular, elíptica, parabólica o
hiperbólica), a -menos que aparezca una de esas in
fluencias gravitatorias del Sistema Solar, al pasar
más o menos cerca de algún Cuerpo; que sería ex
terna y ajena al móvil y a la voluntad de aquellos
que lo lanzaron. En cambio llaman trayectorias ac
tivas a las que, en cualquier momento previamente
supuesto o esperado, se le puede variar su curvatura
y dirección mediante una acción voluntaria, por
medio de impulsiones (aceleradoras, frenadoras o
axiales) que se provoquen desde dentro del propio
fiqura 2?
móvil vehículo o por tele-mando desde el punto de
lanzamiento u otra estación terrestre, controladora
el tal móvil por efecto de esa fuerza de la gravedad
del movimiento y ruta deseada. No parece necesario baj aria esos 9,81 metros, y, por lo tanto, al cabo de
aclarar que, en estas trayectorias activas, entre va
ese segundo de tiempo se hallaría realmente en el
riación y variación, el móvil se mueve en trozos de punto B (otra vez a ras del suelo); lo mismo se
trayectorias parciales pasivas.
repetiría en el segundo siguiente y se hallaría en el
Hemos dicho que las curvas trayectorias pasivas punto C, y lo mismo en el segundo siguiente en que’
podían ser circunferencias, elipses, parábolas o hi
se hallaría en el punto D, siguiendo siempre una
pérbolas. Ello sólo dependerá de la exactitud con
que emprenda su trayectoria el móvil al terminár
sele la última gota del combustible de elevación a
(1) La «VELOCIDAD’ se mide en metros,ó kilómetrospor
órbita e impulsión y dirección inicial en ella. Si se segundo.
trata de órbita cerrada satelitarla (circunferencia o
Como la «ACELERACION» esuna variaciónde aquella «ve
elipse) tiene que entrar en órbita iniciai.mente a la locklad», habráque expresarlacon unasegundacalidaden io-que
altura deseada, en dirécción exacta a la tangente
se refiere al--tiempoen que se modifica.
Por eso se expresala (aCsleraCiófl»de la «gravedád» terresfre
en aquel punto y con la velocidad satelitaria que
corresponda a la altura de la órbita (distancia a la en esia forma: = 9,81 m/s y e lee 9.81 metros,segundop’or
Tierra); pues de la velocidad en órbita que es un segundo.
cuando está en su «perigeo» (mínima distancia), y
lo que dista cuando se- halla en el «apogeo»; unas
veces estará recorriendo su órbita en el trozo que
va por encima del plano de la Eclíptica y otras ve
ces en el trozo que va por debajo de él.
Por todo eso, no existe una fórmula matemática
general, y cada caso hay que estudiarlo y resolverlo
,-
J
-
-
-
,
-
32
órbita ideal a nivel del mar (cota cero). Claro que
eSk movimiento ideal no es posible, puesto que las
niontañas se opondrían a él; pero esta suposición se
cofloce como «Satélite Cero», y a la velocidad que
provocaría ese efecto y que por los cálculos resulta
sór e 7,9 Km/s. (28.440 kilómetros ocr hora) se le
llama velocidad de satelización a coCa cero. En la
práctica se aceptan 8 Km/s. (28.800kilómetros hora).
A eada altura de órbita a que se coloque un satélite
alrededor de la Tierra, para que permanezca en ella
hay que darle una velocidad correspondiente a la
fuerza de atracción de la Tierra a esa distancia o
altura, y como la fuerza de atracción terrestre varia
disminuyendo con la distancia, también la fuerza
centrífuga que provoque el movimiento circular en
la órbita tendrá que ser distinta y cada vez menor;
pero como esa fuerza centrífuga depende de la velo-.
cidad de traslación en la órbita, bastará con que esa
vblocidad vaya siendo cada vez menor, para que
equilibre exactamente siempre al peso del móvil que
és la manifestación ponderable de aquella atracción
terrestre. En la figura 2.a se puede ver en qué pro
porción disminuye la fuerza de atracción según la
sltura; y conviene fijarse que al principio dismi
nuye muy sensiblemente y luego, a mayores distan
cias, se va amortiguando el valor de esa disminu
eón; pero nunca se anulará del todo, como lo de
muestra el hecho de que la propia Luna está en
realidad mantenida en equilibrio en su lejana órbi
ta, por la velocidad de su marcha en ella que pro
voca una fuerza centrífuga igual al valor de la
atracción que la Tierra sigue ejerciendo sobre la
masa de la Luna.
Si para el Satélite Cero dijimos que la «velocidad
de satelización» (su marcha en la órbita ideal a
nivel del mar) eran 8 Kni/s., para la órbita de la
Luna, que se encuentra a unos 384.400 kilómetros de
distancia de la Tierra, la marcha en su órbita se
verifica a razón de solamente 3.600 kilómetros por
hora (y la velocidad de satelización de la Luna en
kilómetros por segundo resulta ser de sólo un ki
lómetro/segundo). En comparación tenemos: 28.440
k4lómetros hora, para el Satélite Cero a ras del
suelo y en un vacio ideal (puesto que con la densi
dad de la atmósfera baja encontraría una enorme
resistencia al avance y necesitarla mucha mayor
fuerza de impulsión que en el vacio; y suponiendo
se consiguiese esa fuerza y esa velocidad, se que
maría en seguida por el calor del rozamiento contra
el aire).
Entre esas dos velocidades se irán intercalando
en escala descendente (de Km/h.) las velocidades
de satelización de todos los satélites artificiales que
puedan colocarse alrededor de la Tierra; pero siem
pre en la realidad a distancias superiores a los 200
o 250 kilómetros de altura, ya que a más bajas
cotas la atmósfera residual tiene todavía suficiente
densidad para frenar las marchas en órbita y para
producir calentamientos que ponen en peligro y
acortan la vida de los satélites artificiales, tanto
más cuanto mayor sea su tamaño o volumen y más
frágil su constitución.
Lo que acabamos de decir, de que a mayor dis
tancia a la Tierra tanto menor basta que sea su
velocidad en órbita y por lo tanto menor fuerza de
impulsión para su entrada en ella hará falta, no de
be infundirnos a error en lo que Se refiere a que será
tanto más fácil el lograrlo cuanto más lejana sea la
órbita deseada; puesto que, en cambio, cuanto más
lejana sea la órbita tanta mayor fuerza aldespegue
hará falta para llegar a tanta mayor altura de en
trada a la más alta órbita. Como vulgarmente suele
decirse, «lo que no va en lágrimas, va en suspiros»; y
para lograr trayectorias abiertas en curvas de tipo
parábola o hipérbola, que son las de escape y marcha
al espacio exterior en viajes a otros astros, más velo
cidad todavia se hace necesario como luego veremos.
Teóricamente, el Satélite Cero no necesitaria fuer
za de elevación. Puesto que la fuerza de atracción
de la Tierra llega, aunque disminuida, hasta la
Luna y hasta los límites de nuestro Sistema Solar,
un móvil que partiese de la Tierra, lograse la veloci
dad de escape, entrase en una trayectoria abierta
(parabólica o hiperbólica) y se fuese a viajar por el
espacio exterior hacia la Luna, Venus o Marte o
hacia el mismo Sol, cada vez sentirla menos inten
samente la atracción terrestre a medida que su dis
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SOL
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60,5/ RA’D108
TERRE$T/t’ES
.5R 6,? ¿4 D/8MNc/4
‘A $01 -TIERR.4
tE$ 390 VECE6’
¿4 D/STANC/4
7/E/&4 -LUNA
f,qu,’’ 3!
33
en la cual arder; o quedará preso de él, como satéli
te suyo si al pasar a la distancia mínima de cruce
coincide su velocidad con la «satelitaria» correspon
diente a esa distancia de pasada; o solamente se
curvará su trayectoria en forma cóncava hacia el
centro de atracción y aumentará su velocidad hasta
otra vez la velocidad cte escape si la velocidad de
pasada era exagerada, provocándose una nueva
R(GRE$O
rama parabólica o hiperbólica en la trayectoria se
gún fuese el exceso de la velocidad de pasada.
De todo lo anterior y especialmente de la consi
deración de los dos casos que acabamos de exponer,
se deduce clarísimámente que existirá siempre entre
dos cuerpos celestes, una línea o zona en la cual las
mutuas atracciones sobre un cuerpo o móvil inter
medio serán iguales (se equilibrarán), y entonces
tanela iba aumentando. Si su fuerza de impulsión podemos decir que si el vehículo que viaja entre
fuese constante y tamuoco terminase nunca, esa ambos cruza esa línea o frontera, ya. no regresa al
fuerza de impulsión irla dominando cada vez más punto de partida; y si no llega a cruzarla antes de
a la decreciente atracción terrestre y la velocidad que se le agote la «fuerza viva» que lo impulsaba,
se volverá con velocidad creciente hacia el mismo
del móvil sería cada vez mayor. Pero la realidad
punto de donde partió.
no es esa, pues las fases impulsadas se terminan
con el fin del combustible y a partir de ese mo
La línea de equilibrio entre la Tierra y la Luna,
por la diferencia entre sus masas está mucho más
mento el móvil se queda, en cuanto a fuerza y velo
cidad, sujeto exclusivamente a la velocidad que cerca de la Luna que de la Tierra. La fuerza de la
haya llegado a acumular sucesivamente bajo la im
gravedad terrestre es g. = 9,807; la aceleración de la
pulsión de las varias fases del ingenio elevador y gravedad de la Luna es solamente de 1,633 metros
:-undo
por segundo, o sea, aproximadamente, la
lanzador; al término de esas fases impulsadas queda
sexta parte; pero no sólo toman parte las masas,
ya el móvil viajando en trayectoria pasiva invaria
ble y bajo los únicos efectos de su fuersa viva o sno también las distancias.
energía cinética, producto de su propia velocidad
Es curioso que no sólo hay una línea de igualdad
de ambas atracciones entre la Tierra y la Luna, sino
adquirida. Eso ya no aumenta y en cambio el fre
nado continuo de la atracción terrestre, que nunca que también hay otra línea semejante al otro lado
termina, le va restando fuerza y velocidad. En esas de la Luna; pero en ésta, ambas atracciones, se su
condiciones pueden ocurrir dos casos, que son los man en el mismo sentido Luna-Tierra, en vez de
equilibrarse.
que a continuación veremos.
Caso en que no se llegó a entrar en una región
Para ver más claramente dónde estará situada la
celeste en la cual domine sobre la residual atracción línea de equilibrio de las atracciones Tierra-Luna,
terrestre otra atracción de otro astro que la supere tengamos en cuenta que la distancia de unes 384.400
por ser de mucha mayor masa que la tierra o por kilómetros, término medio que dista la Luna de la
hallarse relativamente mucho más cerca al móvil Tierra, equivale a 60,5 radios terrestres. Pues bien,
vamos a ver que la línea de equilibrio estará a unas
en cuestión (vehículo espacial), y en este caso, ha
54 partes de la Tierra y a solamente 6,5 de la Luna.
biéndose agotado totalmente la fuer2a viva o ener
(Dividiendo la distancia Tierra-Luna en 60,5 partes
gía cinética que movía al vehículo, éste llega a dete
nerse; y no habiendo aún salido de la región celeste iguales.)
en que sigue (aunque tenuemente) dominando la
En efecto, respecto a la Tierra la atracción de la
atracción terrestre, se ve obligado a iniciar su re
gravedad allí, estaría reducida a 1/542 g: (según la
greso hacia la Tierra, entrando en zonas de fuerza ley de inversa del cuadrado de la distancia); y como
de la gravedad creciente, por cada vez más próximo la gravedad, «g», vale 9.807, resulta
a nuestro planeta; y en esa caída de regreso la velo
cidad aumenta cada vez más, llega a hacerse hi
1
persónica, al pasar por los mismos puntos en que
9,807 = 3 mm/s.2
pasó en su viaje de ida con esas mismas velocida
2916
das;
al llegar a entrar en la atmósfera terrestre
sufre en las capas bajas y densas enorme frenado,
Y respecto a la Luna (unos 6,5 radios terrestres de
se calienta terriblemente por el efecto del roza
equivalen a unos 23 radios lunares), la
miento con el aire y se incendia y se destruye lo distancia
gravedad
lunar
que es de 1,633 estará reducida a
mismo que les ocurre a los meteoros (o estrellas fu
1/232 (según aquella misma ley de ser inversa del
gaces).
cuadrado de la distancia), o sea,
El caso contrario será aquel en que efectivamente
llegá a entrar en la región o zona celeste en la que
1
la fuerza de atracción de otro planeta, la Luna o el
1,633
3mm/s.2
Sol, predominen sobre la residual de la Tierra; se
529
inicia la caída directa o más o menos tangencial del
vehículo hacia este otro centro de atracción y cho
es decir, lo mismo que para la Tierra.
cará contra él estrellándose si no tiene atmósfera
34
TER4
LUNA
-
— ——
— — ——
Vr 105
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ZRñDIO$
TEM’t$TftIs
54 R
óOi4D/O,
TERRE5’7RE$
yr/Q’4
6 /1’
Esa distancia, pues, de 54 radios terrestres
de la
Tierra y sólo 6,5 de la Luna, es la posición de la
línea o zona de iguales atracciones
de Tierra y
Luna, sobre un móvil que viaje entre ambas; y un
ingenio
lanzado desde la Tierra necesita mucha
fuerza para traspasarla;
pero para el regreso desde
la Luna, se necesita muy poco esfuerzo para llegar a
esa línea y traspasarla.
Es por esta razón que para
el viaje de ida y regreso, se necesita muy poco más
que para el solo viaje de ida a la Luna
El otro punto de igualdad de atracciones
de la
Tierra y de la Luna, que hemos dicho que existe al
otro lado de la Luna, se halla a 27,6 radios lunares
(o sea, a unos 7,5 radios terrestres) a partir de la
Luna.
Si se desease que un vehículo espacial llegase a la
Luna, la rodease y fotografiase la otra cara oculta,
sería necesario que aquella cara estuviese iluminada
por el Sol; entonces la cara que mirase a la Tierra
estaría a oscuras (Luna nueva); y recordando lo que
hemos dicho de las líneas de equilibrio de TierraLuna, y también que existirá una línea de equilibrio
de las atracciones
Sol-Tierra
(que por la enorme
diferencia de sus masas estará muy cerca de la Tie
rra y muy lejos del Sol), tendremos la figura 3.
El Sol tiene 332.270 veces la masa de la Tierra,
y la distancia Tierra-Sol viene a ser 390 veces la
distancia
Tierra-Luna;
por eso la figura 3. no está
dibujada
a escala. El punto de equilibrio de las
atracciones
Tierra y Sol, sobre un móvil que se ha
llase entre ambos queda a dos tercios de la Tierra en
la distancia Tierra-Luna
y allí lo hemos señalado
así.
VIAJES
V =1/
28R
TIERRA-LUNA
Para ir de la Tierra a la Luna mediante órbitas
cerradas elípticas, seria necesario provocar una ve
locidad de satelización con una entrada en órbita
un poco por encima de la tangente a la órbita per
fecta circular, y así en el punto de entrada estaría
el «perigeo» (velocidad máxima) y al otro extremo
de la elipse el «apogeo», máxima separación y míni
ma velocidad. Pero también sería necesario que la
velocidad de sateliración, inicial fuese tal, que ese
«apogeo» coincidiese con aquella línea de equilibrio
figura 5!
de las atracciones
Tierra-Luna,
pues si no llegaba
hasta ella, el móvil en su «apogeo», cuando su velo
cidad se hacía mínima (o se agotaba casi total.
mente)
iniciaría su rama descendente
de regreso
hacia el «perigeo» (o sea, hacia la Tierra).
Supongamos
que se logra eso, y que el vehícu
lo llega a dicho «apogeo» con una velocidad pe
queña de sólo 0,5 kilómetros por segundo. En ese
momento
la trayectoria
que venía siendo pasiva
debe volverse activa y el móvil ha de recibir un pe
queño empuje adicional y axial que le obligue a tras
pasar la línea de equilibrio de atracciones TierraLuna y entrar francamente
con la dirección más
conveniente
en la zona predominante
de la atracción
Lunar. No conviene que llegue a ese punto neutro
con mucha velocidad, pues como a partir de él ya
entra en la atracción lunar, irá aproximándose
de
más en más a la Luna, y la fuerza de la gravedad
cíe ésta irá siendo cada vez más fuerte por cada
vez más cercana;
y en esa caída podría llegar a
aumentar
tanto la velocidad en relación a la mí
nima distancia a que pasase el móvil de la Luna, que
en vez de verificarse la velocidad de satelisación y
curvarse la trayectoria
rodeándola se provocase por
exceso una nueva «velocidad de escape» a la atrac
ción lunar y la trayectoria
del móvil se volviese a
alejar en rama parabólica o hiperbólica, para ir a
caer definitivamente
en la zona predominante
del
sol; como les ocurrió a un «Lunik» ruso y a un «Pio
nero» americano, que se convirtieron en los dos pri
meros asteroides solares artificiales en vez de en sa
télites de la Luna.
Las dos soluciones de la figura 4. son posibles,
pero la de la izquierda tiene gran peligro de choque
con la Luna por entrar a rodearla en dirección con
traria a la marcha de la Luna, y para lograr su dr
cunvalación
y posterior escape hacia la zona de pre
dominio de la atracción terrestre, parece preferible
la solución de la derecha, que le entra a la Luna en
el mismo sentido de su marcha en órbita. En ambas
soluciones, tras la circunvalación,
el vehículo espa
cial necesita un nuevo impulso para lograr «veloci
dad de escape» en buena dirección y traspasar
la
línea de equilibrio Luna-Tierra.
A partir del mo
mento en que haya vuelto a entrar en la zona de
predominio
de la atracción
terrestre, la Tierra lo
hará todo
el único y no pequeño problema estará
35
CUADROSMasLos
NOTA. —Cerca del suelo la “volocidadde satelizaci6n”
decrece 30 nrtra! seg. por cada 50 metrosmAs do
altura; desde1.000 metros ,rnds
lentamente.
En cuantoA las “velocidades
de escape’,cercadel
suelo decrecen5 44 metros! seg.’ por cada 50 metros
ms de a1tura
y desde 1.000 & 34 ats/ seg. por
cada5O mAs de altura 6 distancia
A la Tierra.
Cuadroo’2
en el «frenado» final para no quemarse en la atmós
fera terrestre por exceso de velocidad de arribada y
poder hacer un buen aterrizaje.
Con trayectorias «pasivas» elípticas, el viaje, aun
que posible, se haría muy largo, pues, como hemos
dicho, la velocidad va disminuyendo notablemente y
se obtiene muy poca velocidad media durante el via
je, que puede durar unos diez días, ida y regreso. Las
soluciones con más velocidad inicial y trayectorias
parabólicas o hiperbólicas, pueden lograr mucho me
jores velocidades medias y reducir la duración del
viaje notablemente. Se trata de velocidades superio
res a las de satelizaclón en elipses.
La velocidad media de trayectorias elipticas que
puedan servir para llegar en el «apogeot al punto
neutro o frontera de atracciones equilibradas, es de
1 Km/seg.; y con esta velocidad media, entre la má
xima inicial (perigeo) y la mínima final (apogeo), el
viaje de vehículos espaciales, sólo para la ida, se
alargaría a unos cinco días; y llegarían al mencio
nado punto neutro con velocidades entre 0,2 Km/se
gundo y 0,5 Km/seg.
Eñ la figura 5 pueden verse varias elipses cada
vez más alargadas o excéntricas. Con velocidad 7,9
Km/seg se provoca (si se lanzase horizontalmente)
la órbita circular perfecta del satélite teórico a COTA
CERO; con 9,5 Km/seg. y lanzamiento algo por en
cIma de la horizontal se lograría una órbita cuyo
eje mayor tendría de longitud dos diámetros terres
tres; y así sucesivamente.
VELÓCIDAD DE ESCAPE
Con 11,2 Km/seg. (o sean 40.320 Km/hora inicia
les), se lograría teóricamente una trayectoria de tipo
parabólico, o sea abierta, en vez de una elíptica ce
rrada; esta velocidad es ya de las llamadas de esca
pe, porque conserva al llegar a la «zona neutra» de
atracciones Tierra-Luna sobre el móvil que viaje en
tre ambas, velocidad remanente suficiente para cru
zar aquella frontera y penetrar a la región predo
minante de la atracción lunar, garantizando por lo
u.nRosASEX0S
uadronol
aracteristicas
locideA
ilcial
en
perigeo
8
9
10
10,4
principales
de órbitas
elípticas
usIapogeo
Dídtancia
en
radios terrestres
Excentricidád
0,022
0,293
0,596
0,728
1,04.5
en fmmct6a
de la ve1ocidad’
1
rel ócidad
e kms/seg.
revoluci6n
1 hora27,2 7,656
2 h 22
1,830
4,919
5 h 28,6
3,950
2,532
6,391
1,727
9 h
59,4.
1
elocidades entre10,5 y 11 kms.’/seg.
10,5
10,8
0,760
0,862
0,932
7,344
13,587
28,385
1,430 •11 Ii 59’
1 0,796
dia 3 h 32
3 días
7 612
0,388
‘elocidadesente 11,02 y 11,12 loss/seg.
11,02
11,09
11,10,967
11,12
0,939.
0,964
i’4
31,77
54,07
60,02
76,88
3 días
0,347
21,6 horas
8 días
0,205
11,2 horas
0,1859 días 21
horas
0,145
Ii,. día_a 5,8 horas
e-gua isa ve.Lociaaoes seo-las ,curacion del viaje A la Luna(U. stt’iZn4. D. L&
UQ(.Ci.Dfl)
pc’za e. $zilal
e.
Rssa.Sea
aL. iiuífi
n&
d 2zi.e4ea,e.&.
36:!
Alturas
en kilometros
O
50
loo
Velocidades
7,914
7,883
7,853
250
500
600
7,763
de Satelizacidn
Eme / sag.
“
“
elocidádat de escape
11,191 Ests/aeg.
11,148
‘
11,105
10,979
,621
.7,460
10,550
—
tanto que el vehículo no se nos vuelve hacia la Tie
rra antes de llegar a aquella «frontera de equilibrios
atractivos». Si miramos el cuadro núm. 1 de velocida
des de lanzamiento y de distancias alcanzadas en
órbitas elípticas, quedará más aclarado cuanto diji
mos para aquéllas, y lo que ahora decimos referente
a la «velocidad de escape» y órbitas abiertas. Asimis
mo en el cuadro núm. 2 pueden verse, no sólo las
velocidades necesarias para que, metido un satélite
en órbita a determinada altura, permanezca girando
en ella (velocidad de satelización), sino que, según la
altura o distancia a la tierra, la velocidad de escape
es diferente de la que se necesita para lograr una
órbita o trayectoria abierta parabóilca; y cada vez
menor a medida que la altura o distancia va siends
mayor. Por otra parte, esto era lógico, puesto que le
que hay que vencer para escapar es la fuerza de
atracción de la Tierra, y ésta disminuye con la dis
tancia.
De ahí que exista un modo o técnica para escapar,
que consiste en describir unas vueltas en espiral as
cendente alrededor de la Tierra, hasta lograr cierta
altura o distancia, y desde allí y en la dirección de
seada, verificar el escape, siendo para ello suficiente
una velocidad menor; sirí embargo, no hay que ha
cerse ilusiones de que se ha consumido menos fuerza
de impulsión y menos combustible, ya que en la es
piral de subida se ha empleado la energía que se
haya luego ahorrado en la impulsión de escape; peri
a veces, con sistemas de impulsión que no pueda*
dar de máximo en un momento la velocidad de es
cape a ras del suelo, puede, en cambio, lograrse a
cierta altura con esta u otra técnica o sistema de
la espiral ascendente.
Sabemos que la técnica del despegue inicial exige
una subida vertical, por ser necesario evitar que den
tro de las capas bajas de la atmósfera se provoque
una barrera tdrmica, debida al calor producido por el
rozamiento a enorme velocidad hipersónica del mó
vil contra el aire. Para evitar eso es necesario que
el ingenio elevador del satélite o del vehículo espa
cial se haya salido de las capas bajas y densas antes
de que la velocidad de subida haya llegado a hacerse
hipersónica; cosa que sólo puede lograrse sin peligro,
haciendo que la aceleración inicial sea progresiva
con la altura y que se salga el móvil cuanto antes
de las capas bajas y densas, siguiendo el camino má
corto, que es la vertical. Luego, ya a cierta altura,
fuera de esas capas densas y con menor resistencia
al avance, por ser el aire más flúido y la atracción
t*errestre menor por más lejana, se puede, sin peligro,
violentar la aceleración hasta velocidades hipersó
nicas y, al mismo tiempo, ir curvando la trayectoria
hacia la dirección tangencial de entrada en órbita
a la altura deseada, si se trata de satelizar el móvil,
o bien hacia la exacta dirección tangencial inicial
de la órbita parabólica o hiperbólica, si se trata de
lanzar un vehiculo espacial hacia la Luna o hacia
otro cuerpo celeste...
Vemos, por lo que acabamos de decir, que, no sólo
no está el verdadero punto inicial «perigeo» de una
órbita, o de «escape» de una trayectoria abierta, en
el suelo, en la plataforma de lanzamiento o despe.
gue, sino que tampoco lo está allí donde se termina
la última gota de combustible de la fase impulsada;
sino más allá (en el punto exacto de entrada en ór
bita a la «velocidad de satelización», si es órbita
cerrada, o en el verdadero punto de escape, si es
órbita abierta parabólica o hiperbólica). Y como este
punto está bastante alto y lejano a la Tierra, por
le que se refiere al caso de ser de escape, puede, en
general, bastar una velocidad menor de aquéllos
11,2 Km/seg. (o sean los 40.320 Km/hora) que seña
lamos para la ««velocidad de escape» al nivel del
-»
mar. Es posible a cierta altura, teóricamente, lograr
el escape con solamente Unos 32.000 Km/hora; aun
que, sin embargo, para asegurar el éxito, se vienen
tratando de lograr los 40.000, por lo menos... Pero
eso es también con vistas a icigrar, si es posible,
las órbitas hiperbólicas, que acortan notablemente la
duración del viaje, puesto que mientras mayor es la
«velocidad inicial» (por encima de la mínima cíe es
cape), tanto mayor resulta la velocidad media en el
total del recorrido hasta alcanzar el «punto neu
tro de atracciones» entre dos cuerpos celestes, que
es la «frontera» que hay que alcanzar cuanto antes..
No queremos hablar de ESTACIONES SATELITA
RIAS HABITADAS alrededor de la tierra y puestas
en órbitas distantes 1.500 a 2.000 Km. de altura (para
servirse de ellas, con enormes ventajas, como esta
ciones de partida y de regreso), por considerar ta
les proyectos y propósitos fuera y lejos de las posi
bilidades actuales. Tampoco queremos referirnos a
viajes tripulados hacia Venus o Marte, por la misma
razón y por la demasiada duración que tendrían esos
viajes, la forzosa permanencia allí hasta que vol
viesen a estar en sus máximas proximidades orbita
les a la Tierra, y el tiempo también largo de regreso
cosa que, en cambio, no importa para intentar el
-:
Instalacjojies
en Cabo Cañaveral (Base americana de experimentación
de pro pecliles lalísiicos de
la U. S. A. if.), que se emplean en la conducción de ingenios j localización radar de los Satélites arti
ficiales en sus órbitas.
37
lanzamiento de móviles no habitados, llenos de mstrumentos de exploración hacia ambos planetas, para
llegar a las distancias a que se hallen de la Tierra
los puntos o zonas neutras de las mutuas atracciones
Tierra-Marte y Tierra-Venus.
Pero en cuanto a viajes tripulados por el hombre...
Esperemos primero a lograrlo respecto a la Luna; y
luego ya veremos qué pasa con Marte y con Venus.
Cerraremos estas consideraciones recordando que,
para intentos hacia la Luna, conviene que ésta se
halle en luna nueva (invisible desde la Tierra) para
que asi tenga plenamente iluminada su cara opuesta,
que es la que se pretende conocer y fotografiar; y
también que la Luna se halle en su órbita a la me
nor distancia respecto a la Tierra (en su «perigeo»).
La Luna tiene variaciones de distancia a la Tierra
de unos 22.000 Km. cuando se encuentra en su «pe
rigeo» a cuando está recorriendo su «apogeo».
Entre cada dos «lunas nuevas» transcurren veinti
nueve días y medio terrestres, a cuyo espacio de
tiempo se le llama período sinódico. Y entre cada
dos pasos de la Luna por su «perigeo» transcurren so
lamente veintisiete días y medio, también terrestres.
Cada 14 períodos sinódicos, casi coinciden con 15 pa
sadas sucesivas por el «perigeo lunar»: esto ocurre
cada 413 días terrestres, y son esas fechas y sus
proximidades anteriores y posteriores las más propi
cias para los intentos hacia la Luna. También son
utilizables los límites de un mes antes hasta un
»zosAJXOS
Cuadroa’4
AceleracionesenmovimientosincacoiioCl,iOS.(Unassonrsdlivasyotras
son frene
CUADROSANEXOS
Cuadro3’
•Aceleracidnde la pesantezen las superficies
de diversos Cuerpos Celectea
velocidadesde aatelización
5 cero cote , en los mismos;yvelocidadesde
escapes respectivas en la superficies
de todos ellos.
ASTRO
Aceleraciones
j8peaantez
en fl92
SOL
NERCURIO
VENUS
TIERRA
MARTE
JUPITER
SATURNO
URANO
!upTuso
PLITON
LUNA
274,00
3,60
d,50
,82
3,6
26,00
11,20
9,40
15,00
1,62
de
“g5
en
27,90
0,37
0,86
1,00
0,38
2,65
1,40
0,96
1,53
0,165
Velolocidadea de
satelizaci6n á
cero metros
438 Kiss/
3,0
Ceg.
7,3 ‘
7,9 “
3,6 “
43,0
26,0
16,0 “
18,0
1,7
“
NOrA. — Se tema como básicala acederacionterrestre.
Velocidad
de eccapeA
rda del suelo
618 kma/8eg.
4,2
10,3 C
11,2 “
s,o
61,0
37,0
22,0
25,0
2,38
e
e
C
0,001
0,01
0,10
1,00
2,00
3,00
?gC
“g5
Cgfl
‘g”
“g”
“g”
!?e 2 £ 4 “g”
1800
‘g’
De20á25’g”
Hasta i.000”g”
25.000 y más “g”
—
—
—
—
—
Temblores de tierramedianos.
Tembloresde tierr&violentOs.
Catclis’nos.
Aceleraci6nde la gravedadterrestre.
Enfermedadesdel Aire.
Las aceleraciones
que se provocan en vuelo normal
—
—
Las que se sufren en operaciones de catapultage.
Sambullidas en el agua desde unos 10 metros.
Frenados en abertura de peracaidas.
Las que sufre el piloto€n el lanzami ente de sic
asiento.
Se prvocan fracturas
incluso de huesos ,en cheque
Causan en choques,accidente$
mortales.
Se logran como aceleraciones
radiales en las
experiencias
ultra—centrl:fugas.
—
—
—
—
—
Seta.— Las de sainbullidag ,aperturade paracaidas,y choquesson negatlvma
mes después del paso por el «perigeo», ya que aún
no está demasiado lejana, pero aprovechando la
luna nueva anterior y la «luna nueva» posterior al
«período sinódico», que coincidía con el paso de la
Luna por su perigeo exactamente (29,53 días terres
tres antes, y 29,53 días terrestres después de ese paso
por el perigeo lunar).
El día 12 de octubre de 1958, a las dos de la ma
drugada, se hallaba la Luna en su «perigeo»; y a
las 20 horas 52 minutos era «luna nueva». Si se com
putan las fechas que rusos y americanos aprovecha
ron para sus intentos lunares, se verá que están
dentro de los topes o límites aprovechables a que
nos estamos refiriendo para circunstancias óptimas.
El domingo 25 de septiembre de 1960 corrió la no
ticia de un intento fallido de los norteamericanos,
y muchos rumores rusos de algo sensacional que se
esparaba... coincidiendo con las agitadas sesiones de
la importante reunión de Jefes y representantes de
pueblos y naciones en la O. N. U. También en polí
tica internacional hay coincidencias de otra clase
de «perigeos» y «apogeos», con «períodos sinódicos»,
que no sabemos si considerarlos totalmente indepen
dientes o no de las situaciones de la Luna, pues ya
se sabe lo que influye nuestro satélite natural en la
excitación periódica que sufren aquellos que han me
recido (por eso mismo) el apodo de «lunáticos»... Y
la verdad es que en la Tierra parece que ha cundi
do una nueva locura babilónica (O. N. U. = Torre
de Babel).
e
Los cimientos de
la vieja
Piria
PERROTA
Y MCEKFE DE AMI{LCAR
BARCA
Coronel de Intendencia,RamiroCAMPOS TURMO.de la ComisiónAsesored0 Investigación
Cientdka y T4cnka.
L
res históricos implantando una república unida del
Norte de Africa. Al-.lal el Fassi, en su obra Los
movimientos de independencia del Moçjreb árabe
El ameno escritor, don Luis Antonio de Vega, (El Cairo, i368 de la Hégira = 1948) escribe: “Los
ha publicado una interesante obra sobre Amílcar mogrebíes consideran a Cartago como su patria
Barca, probablemente la única biografía del gene y a los fenicios como sus hermanos. La destruc
ral cartiginés (1). Libro que deben leer todos los cióri de Cartago por los romanos no acabó con la
unidad lingüística y nacional del Norte de Africa.”
investigadores de nuestra Historia que deseen prc
fundizar en las primeras empresas conocidas hacia Nos encontramos aquí ante un movimiento polí
la libertad e independencia de la Patria.
tico que pretende fundarse sobre supuestos ante
Especializado el autor en los estudios norteafri
cedentes históricos.
Comentando estas aseveraciones el señor Vega
canos y conocedor de todos los rincones del Gran
Mogrob, expone con claridad los hechos y suges escribe: “Es decir, que en el Norte de Africa se
tiona su interpretación desde el punto de vista hablaba fenicio, unidad lingüística, hasta que el
idioma fué, en algunos territorios, sustituido por
cartaginés. Querenios recalcar este aspecto de apa
sionada defensa de Cartago, pues hasta ahora las el árabe, pero todavía quedan islotes phonicófonos
guerras púnicas y las campañas cartaginesas en a los que los facilitones, los que de todo quedan
nuestra Península han sido estudiadas por los re informados en un viaje a Melilla o Casablanca,
llaman berebéres. En el Rif, en el Atlas, “n el
latos romanos. Los del Lacio, poco exactos al juz
gar a sus enemigos, escribieron una historia parcial Hoggar...”
y errónea, en la cual examinan los hechos con
Con tal aserto no estarnos conformes. En la pro
paganda política se exponen toda clase de argu
demasiada pasión y poca ecuanimidad. Los archi
vos de Cartago fueron destruidos o entregados a mentos veraces y falsos para captar ingenuos adep
los númidas, que los hicieron desaparecer, y el tos, pero la investigación busca la verdad, y es
señor Vega tuvo que buscar en las ruinas, museos ella su finalidad y razón de ser. Desde el desierto
y en los restos del idioma púnico materiales para de Sahara y Canarias al Mediterráneo y desde
éste hasta la Europa Central, antes de la llegada
su estudio, en una labor penosa digna de todo en
comio.
de los fenicios a Cartago se hablaba una sola len
El mérito principal de la citada obra es situar gua: el viejo ibero, cuyos idiomas derivados son
al general biografiado en el ambiente del Cartago
de aquel tiempo, con la grandeza comercial y la
podredumbre política de la metrópoli.
Se ha progresado bascante en la investigación
arqueológica de la vieja Túnez y, por tal razón,
se conoce con exactitud el plano de la destruida
Cartago y de sus fortificaciones, lo que permite
comprobar bastantes hechos históricos. Desde Bir
sa, en la vieja urbe, marcha el lector en recorrido
ideal por los puertos y mercados, teatro y ágora,
r
templos y piscinas hasta el ensanche de Megara
que limita Con la puerta de Utica. Espacio rodea
do por una muralla cercana al mar y por una
triple fortificación en el istmo de la vieja Cartago.
Los actuales políticos norteafricanos pretenden
glorificar a los cartagineses y ser sus continuadc
POR LOS CAMINOS
LA POLITICA.
DE LA BISTORIA
Y DE
1
(1) Amílcar Barca, Fundado,d. Espaíía,por Dn
nio Vega. Culturaclásicay moderna,1960. Madrid.
Luis Anto
Aguila de bronce ibérica; procede
de un jacimiento
arqueólógico de
Santa Elena (Despeñapcrros).
39
curecido por nuestra apatía, la tendencia a la
desespañolización y por una propaganda mendosa
al servició de ciertas políticas que llega hasta pre
sentar en la O. N. U. proposiciones tan ridículas
como la de solicitar los territorios de Canarias, etc.
Poniendo de manifiesto ante la Asamblea general
•de las naciones la incultura, mendacidad, igno
rancia y estupidez de los firmantes, que después
del ridículo por la plancha quisieron explicar con
enredos políticos la sustitución de nombres en una
sucia maniobra política. La política es otra cosa
y no trapisondas de aduar.
Ya es hora de defender a España de latini&nos,
cartagonismos, arabismos y demás isnos, para im
ponr al mundo la verdad histórica. El señor Vega,
con su gran preparación de los estudios del Mriea
del Norte, puede investigar desde el Sahara hasta
Cartago y desde Arcila a las Syrtes todo este te
mro ibérico soterrado en los actuales idiomas más
o menos arabizados, algunos dé ls cuales, como
el susi, conserva los términos más puros de nues
tra ancestral riqueza lingüística ibera.
II.
LA HISTORIA
QUIERE
SABER.
La mencionada biografía de Amílcar Barca ter
mina con estas palabras: “No se sabe con certeza
dónde, en la paz o en la guerra, falleció Amilcar
Barca, lundador de España.”
Las investigaciones ibéricas pueden en algunos
casos despejar esa incógnita. La Historia quiere sa
ber, escribieron los clésicos, y tal lema constituye
un imperativo para los iberistas. Intentemos des
pej ar el lugar dónde fué derrotado y muerto por
Busto de Amílcar Barca (m. en 228a, de J. C.). Cree
los betones Arnilcar Barca. Pero antes conviene re
mos que esta escultura antigua no debe toniarse
cordar la situación geopolítica mediterránea y el
como un verdadero retrato
Estas esculturas se uti
teatro de operaciones en el. cual iberos y car
lizan más bien con fines documentales.
tagineses tenían que moverse.
Al terminar la contienda en Sicilia, Amílcar sar
el susi, el rifeño, el extinguido guanche, el basco
actual, etc. La antigua unidad lingüística norteafri
ca tuvo la triste misión de evacuar el ejércite y
cana no es fenicia, ni cartaginesa, sino ibérica. Fe trucilar a sus antiguas huestes en la guerra de
nicios y cartagineses son tan intrusos en el Norte los mercenarios. Según los políticos de Cartago
de Africa como los romanos y los árabes. Como deseaban un período de paz para restañar la he
ridas y compensar las pérdidas de las dos con
botones de muestra podemos indicar:
1. El toponímico Cartago, que algunos etimo tiendas, aparte de satisfacer la indemnizaciófl de
logistas derivan de Karta-Hadath
= ciudad nueva,
guerra impuesta por la vencedora Roma. E rea
lidad lo que ansiaban era la conquista de España
es de abolengo ibero como Túnis.
2. La conocida málaga, extendida por el viejo para ocupar las minas de plata y otros xnetaies,
mundo ibero, considerada tal vez como vocablo con objeto de sustituir sus monedas depreciadas,
fenicÍo o cartaginés, es de procedencia ibera. Basta algunas de cuero, por otras argénteas de circula
comprobarlo con las alagas y a1agones, málagas y ción internacional.
malagones peninsulares. Cerca de Madrid tenemos
El alejamiento de Amílcar Barca de la metró
la sierra de Malagón en el limite con Segovia. Y poli debió estar motivada por el peligro que e.rria
podíamos continuar con otras voces consideradas
su vida al intentar establecer el caudillaje en una
fenicias, que figuran en los léxicos norteafricanos,
república de mercaderes. La sombra de Xant4p.,
y son indígenas, es decir, ibéricas.
vencedor de los romanos, vilmente asesinad. por
Al felicitar al autor de Pcr el camiiw cte los dro
los cartagineses para evitar la posibilidad del cau
medarios, y BiogTaf’ía cte Almanzor, .por su nueva dillaje, pesaba demasiado sobre el espíritu de Amíl
publicación, me permito darle un leal consejo de car Barca para correr el riesgo de ser eliminado
modesto investigador: que oriente sus estudios por por cualquier procedimiento. Aunque la famili de
las investigaciones iberoafricanas que tanto éxito los Barcas era influyente, mucho más poderosos
pueden proporcionarle en nuevos trabajos. España, eran sus contrarios en el Senado, pues la repirblica
Portugal y el Norte de Africa tienen el deber de se mantenía por él equilibrio entre familias rivales.
esclarecer la verdad de su origen comin, hoy os— El citado general estaba familiarizado con los
40
—
mercenarios peninsulares y conocía a estos hom
sres belicosos por haberlos mandado en las luchas
de Sicilia, aunque después los crucifícara o dego
llara, como hemos indicado.
En el año 237 a. J. C. aparece en Cádiz para
iniciar la reconquista de los perdidos territorios
de Cartago en el Sur de nuestra Península. Si el
sueño de Amílcar Barca fué organizar una nación
independiente de Cartago, es asunto que descono
cemos. Lo que con certeza sabemos es que le acom
pañaban su hijo Aníbal, de nueve años, y un gru
po de cartagineses y peninsulares, verdadero Esta
do Mayor Económico para explotar el país, según
Baker. Entre ellos figuraba Asdrúbal, su futuro
yerno y sucesor, que algunos sunonen era oriundo
de España, es decir, un punohispano.
Amílcar Barca parte de Cádiz con una hueste
de mercenarios traídos de Africa; recorre la actual
Costa del Sol, paseó triunfal por las antiguas clu
dad’s fenicias de Málaga, Sex, Abdera, etc. Este
territorio estaba plagado de púnicos, que la vieja
Historia conoce con los nombres de libiofenicios,
bastulofenicios, etc.
La ciudad de Mainake, cabe Vélez Málaga, úl
timo baluarte occidental de la cultura griega, ha
bía sido arrasada hacía mucho tiempo y, por tanto,
ningún obstáculo encontraría en su marcha.
Amílcar Barca y los demás accionistas de la so
ciedad para explotar las riquezas ibéricas tenían
fiebre de metales y necesidad de soldados. En aque
llos tiempos ya se conocía y se explotaba por los
iberos el coto minero de Cartagena, cuyos produc
tos compraban los griegos, establecidos entre los
cabos de Palos y San Antonio. Y allí se dirigió
infringiendo el convenio romano-púnico del año
348 a. J. C., que señalaba el cabo de Palos o de
la laguna como mojón entre las dos zonas del re
parto de dicho convenio.
Entre los cabos de Palos y San Antonio existían
tres emporios o factorías griegas—Hemeroscopiori,
Alone y una tercera no determinada que se supone
instalada en Alicante—dependientes de la metrópoli
de Marsella, las cuales fueron destruídas para evi
tar toda competencia comercial. Los cartagineses
y los romanos imponían la política del monopolio
como única fórmula económica para saquear des
piadadamente
al desgraciado país que ocupaban.
Constituían unas nubes de langostas destinadas a
vivir sobre el país apropiándose del trabajo de
los indígenas y de la riqueza total.
Amílcar Barca consiguió con dicha ocupación
dos objetivos económicos:
1g La posesión de las minas de plata del coto
de Cartagena; y
2. Situarse en el puerto de Alicante; con su
vanguardia
marinera en Ibiza, nueva ruta más
beneficiosa para su enlace con Cartago. Cádiz que
daba alejado de dicha metrópoli.
En las proximidades de la actual ciudad de Ali
cante existía un refugio ibérico de guerra usado
por el clan que ocupaba estos lugares. El nombre
de dicho refugio no es conocido por persistir en
la voz Alicante derivada de alicanti = lugar de
los pueblos, es decir, refugio de los mismos (2). En
la costa fundó un poblado u ocupó la factoría grie
ga allí instalada para alojar a su hueste y comer
ciar con Cartago. Para evitar ataques a la nueva
base extendió su dominio hasta las proximidades
(2)
Sobre la etimología de Alicante existen diversas opiniones
erróneas: Primera, las derivadas de Akra-leuca——colina blanca—,
cuyo nombre no tiene nada que ver con la voz Alicante, y segun
d a, las procedenies de la voz Iatinzada Lucenium.
LA ESPAÑADEL22 4NTEJDEJC
de los cabos de San Antonio, San Martin y la
Nao, pero no avanzó más para evitar luchas con
la tribu de los edecanos, que ocupaban territorios
por las zonas valencianas.
Roma estaba, en aquellos tiempos, muy ocupada
en su frontera septentrional, con objeto de impe
dir la invasión de los pueblos del Norte de la Pen
ínsula itálica, y se limitó a enviar una embajada
en el año 231 a. J. C. para quejarse de la infrac
ción del convenio. Amílcar Barca recibió a los co
misionados con humildad; el autor de la biografía
emplea la frase africana “con palabras de miel y
almendras dulces”. Y con argucia le contestó que
necesitaba buscar recursos para abonar la indem
nización a Roma.
Nos encontramos ante una conferencia entre la
loba romana y el chacal de Cartago con todas las
falacias empleadas en aquel mundo de injusticia,
despotismo y barbarie creado por ello.
Los indígenas se preguntarian: ¿qué derecho tie
nen para trocear y repartirse un territorio que
no era suyo, y además sin ningún motivo de agre
sión? Tal vez su respuesta la podían encontrar
en su política de taifas, causante de todas las des
gracias peninsulares antiguas y modernas.
*
**
La recluta cartaginesa en la zona peninsular
ocupada no debió constituir un éxito por conocerse el trato inhumano empleado por Cartago con
sus mercenarios. Además estos territorios tenían
un elevado índice de vida para aquellos tiempos.
País rico, vacío absoluto para recluta extranjera.
El ejército cartaginés, como después el romano, no
inteesaba
más que a una minoría de aventureros.
En vista del fracaso del alistamiento indígena idea
ron los cartigeneses guerrear contra la Meseta para
imponer a los vencidos la conocida contribución
de soldados, levas en sustitución de impuestos e
indemnizaciones.
No conocemos los detalles de la primera cam
paña conocida por la libertad e independencia de
la Península. La Historia, en retazos, nos ha trans
mitido el nombre de Istolacio, que combatió en. sus
vastos campos contra Amílcar Barca, conjeturamos
que fué en La Mancha, a pesar de que algunos his—
toriadores indican que mandaba a las tribus tur
detanas en la Bética. La voz turdetani significa
los del país con agua y, por tanto, puede aplicarse
a cualquier terreno, además del indicado bético.
Istolako es un nombre ibero que se traduce como
secta para indicar la idea de rápido, raudo o veloz,
y Barca, en cartaginés, indica rayo. En la lucha
el Rayo derrotó al Veloz e Istolacio fué crucifica
do, según la bárbara costumbre púnica.
Tal campaña debió poner en estado de alarma
a todas las tribus del centro peninsular. Los car
petobetónicos debieron unir sus huestes y enco
mendar el mando a Indortes, nombre ibérico que
a la letra indica cav4ilio con. soberanía1, es decir,
jefe soberano. Al avanzar los cartigineses por la
Meseta, probablemente en cualquier lugar próxi
mo a la cordillera central, dentro del territorio de
la Carpetania, encontraron al ejército de Indor
tes, al cual derrotaron. Indortes sufrió igual pena
que Istolacio, pero los prisioneros fueron puestos
en libertad, como medida política.
Los historiadores antiguos son muy exagerados
al indicar los efectivos de los ejércitos, pues asig
nan la cifra de 50.000 combatientes ibéricos. Cal
culamos que entre carpetanos y betones no llega
rían a 20.000, comparando con las huestes de los
arébacos y otras tribus de la Meseta.
No debió de obtener Amílcar Barca un éxito com
pleto, pues regresó a Aera-leuca, su base de opera
ciones, para reorganizar al ejército y volver a lu
char contra carpetanos y betones en su segunda
campaña.
III
MUERTE DE AMILCAR
GAÑZA
DE ANIBAL.
BARCA
Y LA VEN
Corne!io Nepote, el historiador romano más in
formado de este asunto, asegura que habiéndose
sublevado una población llamada HéliKe o Bélike,
situada entre los betones, Amílcar Barca se dirigió
contra ella para castigarla. Es curioso estudiar la
méntalidad de estos bárbaros invasores: Roma y
Cartago se reparten la Península sin consentimien
to de los indígenas ni motivo de agresión y sin
fuerzas suficientes para ocupar los territorios re-
EL MEDITERRÁNEO
OCCIOENTA
L ENELAÑO
226A.DEi.C.
Triizjq1iLD
gpZilfrü antesd
& 2. gurrii pncz.
Zoiza iisigiiadtz ¿
LAMIit /11HIPAMIL/1
ANOS
22f-SZOA.
BEJC.
partidos. Los indígenas de las zonas no soinotidas
desarrollaban
actividades bélicas con objeto de
mantener la independencia de sus tribus. Estas
actividades recibieron el nombre de sublevaciones
por los enemigos. Nos encontramos ante una pala
bra de propaganda usada por unos déspotas para
desconcertar a todos.
El nombre de Hélike o Blike, objetivo militar de
Amílcar Barca, ha sido estudiado por varios au
tores:
l.
Romy, Pericot y otros vários señalan a Ilike
(Elche, Alicante) el lugar a donde se dirigió el ci
tado general. Es un error suponer que a poca dis
tancia de su base pudieran ocurrir tales sublevacio
nes, tan importantes para exigir la movilización
de todo el ejército cartaginés. Por otra parte, no
era territorio betónico.
2. Otros localizan tal ciudad en Belchite (El
Elche aragonés) sin pensar que Amílcar Barca no
avanzó más allá del cabo de San Antonio, aunque
suponemos ocuparía Denia como puesto avanzado
militar. La hipotesis que fundó Barcelona por la
semejanza de nombres sólo puede ser mantenida
por etimologistas de sonsonete; la voz barcino y
su sucesora Barcelona son nombres ibáricos pu
ros; y
3•e
La población buscada corresponde a la Abu
la de los vetones, pues Bélike, aféresis de Abélike
(tal vez por desgaste fonético) indica en ibero
los pueblos de la boca. Como la voz Abuli, Abolí o
Abii ha sido estudiada en el artículo Arquitectura
militar y espiritual (véase el núm. 255 de esta Re
vista) nos limitamos a deducir los hechos si
guientes:
a) Los abili, clan de los betones, como conse
cuencia de la derrota de Indorces, trasladaron su
refugio de guerra desde Ulaca a la actual Avila,
lugar más fuerce para su defensa, situado en el
centro del clan.
b) Estaba mejor comunicado con los refugios
de guerra de Las Co2otas, Osera o Arbucale, Cas
tro de Miranda, etc., en la vereda •de Salamanca,
y con Toledo, uno de los refugios de guerra de los
carpetanos.
Examinado el teatro de operaciones de esta se
gunda campaña y la posición militar sic Avila, el
camino que probablemente siguió el ejército car
taginés fué la ruta de La Mancha hasta las cerca
nías de Toledo, allí atravesó el Tajo y continuó
por la vía castrense de esta ciudad •a la Abula de
los botones.
Los carpetobetónicos, a la vista del ejército de
Amílcar Barca, fueron retirándose atravesando la
Parameda hasta Avila, punto de concentración de
las tribus aliadas. En dicho lugar esperaron la
llegada de la hueste de Amílcar Barca, compuesta
de pñnicos e indígenas del Sureste. Entre ellos fi
guraba Orisson, gentilicio de la ciudad de Orisso,
no localizada aún. Otros afirman que el nombre
del jefe indígena procede de la tribu de los Oreta
nos, territorio por donde debió pasar el ejército
cartaginés antes de invadir la Carpetania.
Las derrotas de Istolacio e Indortes fueron de
bidas al empleo de un nuevo elemento de guerra:
la elefante ría. Precisaban los iberos neutrali7arla
mediante algún ardid para convertir el ejército
invencible en una hueste eluctable.
Los ejércitos debieron quedar avistados en el
valle de Amblés. Los betones apoyados en la for
tificada Avila y los cartagineses dando espalda a
la Parameda su ruta de invasión. Durante el pre
cinto los betones reunieron todo el ganado vacuno
y los carros. Colocados frente a frente los dos ejér
citos en el citado valle, cuando la ele fantoría iba
a iniciar su labor de destrucción, se precipitó sobre
las formaciones cartaginesas un alud de carros
arrastrados
por animales enloquecidos, en cuyas
43
cabezas ardían haces de paja y leña embreados,
causando horrible espanto y destrucción entre com
batientes, caballos y elefantes cartagineses.
El desorden cundió en la hueste de Amílcar Bar
ca. En tales circunstancias Orisson y sus comba
tientes se pasaroñ al enemigo casi victorioso, con
sumándose el desastre. Amílcar murió en el com
bate o en la huida al cruzar el río Adaja. La vic
toria de los betones fué completa, habían vengado
a Istolacio e Indortes.
La noticia de la rota fué llevada a Acra-leuca
por los escasos supervivientes y debió consternar
a los cartagineses. Aníbal, de diecisiete años de
edad, lloró amargamente el aciago final de su pa
dre y en su ánimo germinó la idea de venganza
para exterminar a la tribu que había matado a
Amílcar ¡Betón! ¡Betón! sonaría en sus oídos co
mo un trágico recuerdo de odio imborrable.
Este odio acumulado durante años nos explica
que apenas cumplidos los ve i n ti e i n e o, al su
ceder a su cuñado Asdrúbal en el mando del ejér
cito, organiza una campaña de exterminio contra
los betones, como algo ineludible y jurado.
Puso en marcha la formidable máquina del ejér
cito atravesando La Mancha para batir a los olca
des, dirigiéndose a la sierra de Gata, Salamanca,
Osera o Arbucale, Las Cogotas, Castro de Miranda,
Avila, etc., arrasando refugios y burgos betónicos.
Nada dejó en pie, sólo quedó un cementerio de
ciudades, algunas de las cuales ni la Historía re
cuerda sus viejos nombres (3).
Llama la atención que las tribus colindantes de
Betonia no acudiesen a la defensa. Probablemente
hubo una previa acción diplomática de halagos,
promesas de territorios y regalos por parte de Aní
bal para comprar la neutralidad, asegurando que
era una operación de castigo por la muerte de su
progenitor.
Los betones debieron sufrir muchas bajas, pues
entre las ciudades arrasadas quedaron no sólo com
batientes, sino mujeres y niños. Los que pudieron
escapar de la matanza, una escasa minoría en
relación con la población total, se refugiaron en
los valles de la Cordillera central, espinazo penin
sular, país pobre y frío.
Todos unidos habrían derrotado al ejército de
Aníbal y tal vez cambiado el curso de la Historia
peninsular, pero rivalidades y traiciones entre her
manos siempre acaban en el propio castigo.
Unos años después, cuando los romanos invaílie
ron el territorio de los arébacos, los betones no
acudieron en su defensa. Numancia sucumbió ante
la mirada de todos los betone. Fatal destin,.
(3) Véase los artículos«Laicampai3asde Aníbal en laMesei
hispnica y «Arbucale», publicadosen esta revsfa en los nú
meros 102, 103 y 108.
Jinete ibérico de PaLericia
(Esiavz ita de bronce).
Mosik
e
VistO
ing ernero
flor te amen
i;1]
-
caiio.];0]
Eliot B. ROBETS. D. la puIicación norteamericana
«Th0 Mili
tary Engir’eer».—(traducciónd0 la Redacciónde «Ejórcifo»).
La asistencia como delegado a la conferencia de
Moscú del Año Geofísico Internacional me pro
porcionó la oportunidad de celebrar reuniones con
los científicos soviéticos, visitar sus centros de in
vetigación,
pasear por las calles y observar la
potencia industrial de la Unión Soviética.
Impresiones
y contrastes
Al llegar al gran aeropuerto de Moscú, la pri
mera impresión que recibe el viajero es un sen
timiento de incredulidad ante el número de gran
des aviones a reacción TU 104 A, aparcados en
las pistas laterales del campo. Cuando les toca su
turno, estos aparatos se aproximan a los lugares
de embarque para cargar pasajeros con destino
a Teblisi, Tashkent, Kief y otras ciudades de la
Unión, y para Paris, Copenhague, Estocolmo y
Helsinki; estos aviones se elevan rápidamente has
ta una altura de 35.000 pies y surcan los cielos
a la velocidad do 900 krn. por hora. Cada asiento
va provisto •de un robusto cinturón de seguridad
y todos los pasajeros disponen de una máscara
para oxígeno. Son unos aviones excelentes, que
han poseído durante mucho tiempo la marca in
ternacional de capacidad de carga. No podemos
por menos de pensar que estos aviones constituyen
una formidable flota aérea capaz de transportar
contingentes elevados de tropas, prácticamente a
cualquier lugar del mundo en un plazo breve de
tiempo. Los rusos construyen y utilizan esta clase
de aparatos porque les son necesarios para sus
planes.
En contraste con ello, en los almacenes y en las
oficinas de cambio se utilizan, en lugar de cajas
registradoras,
unos ábacos anticuados, debido a
que las fábricas están ocupadas en producir ar
tículos que se consideran más necesarios que las
caj as registradoras.
También en contraste con los aviones ultramo
dernos, el edificio principal del aeropuerto tiene
el sello de un almacén o de una vulgar estación
de ferrocarril del siglo XIX, lo que, por otra par
te, constituye la adecuada introducción a la mez
quindad y lobreguez del conjunto de la ciudad.
Moscú produce una sensación de profunda y cons
tante depresión que, incluso la vista de los par
ques florecidos en el veráno, no es capaz de ali
viar.
Fuertes contrastes en todas partes. Hay una ex
traña mezcla de casas de madera, centenarias, que
la Policía no deja fotografiar a los extranjeros;
bloques de casas lisas, sin adornos arquitectónicos,
con sus paredes desconchadas y picadas, y siete
resplandecientes
rascacielos de grandiosidad difí
cil de describir. El estilo arquitectónico más en
boga es el d€.l siglo XIX, con amijas rematadas
con estrellas que centellean rojizamente durante la
noche como glorificación de la grandeza del Es
tado soviético.
Uno de estos grandes rascacielos es la Univer
sidad de Moscú, compuesta por seis mil locales
arracimados alrededor de un capitel central, de
45
una altura superior a la de cualquier edificio de
Europa, excluida la torre Eiffel. Los mármoles,
ornamentos y decoraciones de los amplios vestí
bulos y aulas de este edificio son fabulosos. Dando
frente a una larga alameda que se prolonga hasta
el foso del rio Moscow, este impresionante edificio
domina la parte sudoeste de Moscú.
El hotel más moderno de Moscú, el Ukraine
inaugurado hace dos años, es también el más mo
derno de estos siete rascacielos. Tiene salones con
mármoles, alfombras orientales y frescos sobre las
paredes de los dormitorios; sus suelos, de parquet,
no resultan suaves por estar mal cepillados; los,
cuartos de baño son bastante deficientes, y las po
sibilidades de obtener agua caliente, muy remotas.
Un capricho de la gerencia obliga a veces a ce
rrar las puertas de la escalera, lo que exige espe
rar a los ascensores, que en algunas ocasiones tar
dan hasta diez minutos en llegar.
Todos los taxis y los autobuses llevan su reloj,
que funciona perfectamente. Esta pequeña mara
villa está a tono con las calles de la ciudad, qui
zás las más anchas del mundo y, desde luego, las
más limpias, gracias a que unas mujeres viejas,
con sus correspondientes escobas, las barren sin
cesar. Sin embargo, pocas pueden competir con la
grandiosidad de las cincuenta y tantas estaciones
del Metro, palacios de mármol resplandecientes de
estatuas, pinturas, dorados, mosaicos y arañas de
cristal. A través de tan lujosas estaciones, bullen
los trabajadores de Moscú yendo y viniendo de
sus casas, en las que varias familias enteras vi
ven hacinadas en una sola vivienda y utilizando
un cuarto de baño y una cocina para todas.
La instrucción elemental es obligatoria para todo
el mundo, y el Estado sostiene haber conseguido
disminuir en alto grado el tanto por ciento de
analfabetos.
Los obreros deben comprar sus prendas de ves
tir y artículos de primera necesidad en los alma
cenes del Estado, donde siempre hay largas colas
y el olor es a veces insoportable. Como si se sin
tiese intimidado por la ciudad, el pueblo de Mos
cú discurre a través de la vida, impasible y apa
ticamente. Las últimas horas de las tardes y los
días libres, deambulan generalmente por las ace
ras de las calles y paseos, en los que se encuentran
menos apiñados y más agradablemente que en sus
pobres alojamientos. Al paso de un extranjero le
dirigen miradas furtivas, y raramente le miran
con franqueza o le dirigen la palabra, excepto al
gunos jóvenes que han aprendido que los ameri
canos pueden tener goma de mascar, lo que es
mucho de su gusto.
El vestido de la mujer es, generalmente, feo y
sin ajustarse a las formas. Cuando se exhiben en
los escaparates algunos artículos exóticos, tales
como zapatos de tacón alto o modelos de vestidos
46
de una casa de costura, una multitud de mujeres
curiosas se agolpan ante los mismos para contem
plar el espectáculo inusitado. Mujeres y mucha
chas de todas las edades trabajan cavando, trans
portando ladrillos, conduciendo camiones y auto
buses y manejando las grúas en los edificios en
construcción o segando el césped de bis parques
públicos. Algunas llevan mono de trabajo, pero
la mayoría llevan faldas.
Maravilla el contraste entre la vida triste del
pueblo y la grandiosidad de algunos edificios pú
blicos, el ornato de las estaciones del Metro y la
fantasía de los pabellones alamedas, jardines, es
tanques y fuentes de la exposición industrial. Uno
no puede menos de poner en duda si el Estado so
viético tiene derecho a ser tan pródigo en sus ex
hibiciones cuando los trabajadores tienen tan poco.
La U R. S. S., sometida a un poderoso esfuerzo
para lograr la supremacía industrial, no malgas
ta en modo alguno sus recursos en bagatelas. La
razón de esta suntuosidad hay que buscarla, pues,
no en un simple afán de exhibicionismo producido
por un complejo de inferioridad y que trata de con
seguir la admiración del turista extranjero, ya
que, por otra parte, el turista era desconocido has
ta hace muy poco tiempo, sino en la exigencia de
llenar una• necesidad del pueblo que, aunque es
clavizado, le es necesario tener siempre a la vista
estas muestras de prodigalidad como una promesa
de futuros lujos que algún día llegarán a ser su
yos si trabaja lo suficiente para derrotar a Amé
rica.
Viviendas
Dejando a un lado el efecto de los siete rasca
cielos y de las barracas de madera, la nota predc
minante de Moscú es la masa de innumerables blo
ques de viviendas, de una monotonía y falta de
gracia solamente comparable a las largas filas de
casas de vecindad en los barrios bajos de la ciu
dad. Desde el torreón del hotel Ukraine, la ciudad
es un mosaico de bloques que varían desde el gris
oscuro hasta el amarillo ocre de los edificios más
nuevos. Este color, tan característico de Moscú, se
extiende hasta el último rincón donde alcanza la
vista. Aterra pensar lo que debe ser la vida en
estos bloques de viviendas, en cada uno de cuyos
apartamentos se apiñan una o más familias, que
viven sin saber lo que es el goce del aislamiento
y la tranquilidad. Actualmente hay casi ocho mY
llones de trabajadores en el gran Moscú y la po
blación sigue creciendo rápidamente.
Está en marcha un plan para resolver el proble
ma de la vivienda. Aunque sus previsiones quedan
muy por debajo de las necesidades, este plan sig
nifica una tarea gigantesca. Milla tras milla en la
0
urbe van surgiendo edificios de color ocre, tan ca
racterísticos de Moscú; conejeras de siete pisos
con varios centenares de viviendas en cada uno
de ellos. No se ven andamiajes, y la construcción
se hace uniendo planchas de hormigón prefabri
cadas y vigas que se izan por medio de grúas y
se ajustan unas contra otras, interviniendo en es
tas labores obreros de ambos sexos. Sea cual fue
re la opinión que puedan tener los arquitectos res
pecto a este sistema, es rápido y económico, lo que
representa
una gran ventaja cuando se intenta
conseguir alojamiento para 600.000 familias, a un
promedio de más de 50.030 por año.
Estos miles de celdas y compartimientos serán
las futuras casas de los moscovitas que tengan la
suerte de haberlas conseguido. Sin embargo, la be
lleza y el estilo se sacrifican a la utilidad, y el pre
maturo deterioro de estos edificios es evidente, in
cluso antes de estar terminados. Nos dicen que el
proyecto es construir apartamentos de tres o cua
tro habitaciones, pero lo cierto es que solamente
las familias muy favorecidas, quizá la de un es
critor o la de un científico, logrará más de una
habitación. Las plantas bajas están ocupadas por
tiendas.
Los bloques están separados entre sí por peque
ños jardines, y hay también terreno para que jue
guen los niños, que permanecen vigilados mientras
sus madres acuden al trabajo. Las nuevas zonas
de edificación están enmarcadas por amplios bu
levares, muchos con parques en el centro, y el
tendido de cables para trolebuses promete trans
porte para los enjambres d.c trabajadores que no
tienen coche propio. Todo está tan reglamentado
que resulta tristemente feo.
Indusl ría
Los periódicos y las revistas recuerdan con5tantemente al pueblo las altas cifras de producción
obtenidas en las diversas ramas de la industria,
los Kilómetros de ferrocarril recientemente electri
ficados, el tamaño y peso de los cohetes y “Sput
niks” soviéticos y la gloria de las realizaciones so
viéticas. Esta propaganda se da tan profusamente
ilustrada con diagramas y fotografías, que incluso
el obrero más torpe puede comprenderla y darse
cuenta de lo que significa esta labor
Hay amplias zonas industriales cerca de Moscú.
Los trabajadores afluyen a las fábricas, que se des
tacan con sus chimeneas siempre en funcionamien
to. No hay parados. Los trenes subterráneos cir
culan con intervalos de cuarenta segundos. Se
están prolongando los túneles, se está construyendo
un nuevo puente sobre el rio Moscow y por todas
partes se ve material pesado de construcción.
La producción de energía está aumentando rá
pidamente. En Kuibyshev, a orillas del Volga, está
proyectada la central hidroeléctrica más grande del
mundo, destinada a producir 2.020.000de kw. Du
rante el año 1955 se fabiicaron 25 millones de
aparatos de radio y casi un millón de receptores
de televisión.
La instrucción elemental está sometida a una ri
gurosa disciplina; los muchachos han de superar
duros cursos de matemáticas y física, de acuerdo
con los programas establecidos por el Kremlin, con
vistas a obtener hombres preparados para la in
dustria. Los expertos norteamericanos dicen que:
“El sistema soviético, en conjunto, es una herra
mienta muy efectiva para lograr progresos econó
micos.”
La adecuada reglamentación de los recursos, es
fuerzos y trabajos del pueblo sovLtico han conse
guido una producción industrial que, aunque toda
vía inferior a la de América, está creciendo con
un aumento anual de un 11 por 100.
Tr anspor te
El transporte, arteria vital de la industria, mar
cha al mismo paso que ésta. La Acreí lot, una de
las compañías del transporte aéreo más importan
tes del mundo, cuenta en su flota de aviones, ade
más de una gran cantidad de reactores, con el
TU-114, avión a turbcpropulsión capaz de trans
portar 220 pasajeros o de volar sin escalas desde
Moscú a Pekín o a Nueva York. El sistema ferro
viario, destrozado cuando la retirada de las tropas
alemanas en 1944, ha sido reconstruido, y los
190.000 kilómetros de que actualmente dispone, es
tán siendo prolongados sin cesar. La energía eléc
trica y los motores Diesel se extienden por tcdas
partes. El metro de Moscú, que comprende unos 80
kilómetros de túnel a una profundidad de casi
103 metros, constituye un excelente ferrocarril
urbano.
Se está prolongando el sistema de canales que
unen los principales ríos de la Rusia europea, desde
el océano Artico al mar Negro. Por estas vías
fluviales circulan gran número de barcos acciona
dos por motores Diesel, que transportan enormes
tonelajes de mercancías. Para la navegación e el
Artico se ha construido el ‘Lenin”, rompehielos
atómico de 16.000 toneladas.
Los camiones, que se emplean con gran profu
sión, constituyen la principal masa de vehículos
que circulan en las zonas urbanas. Se construyen
anualmente casi 500.000 vehículos, algunos de los
cuales son coches de turismo para empleados del
Gobierno y especialistas. Los coches recuerdan a
los americanos de hace diez o quince años; son
ligeros, sencillos y económicos, bastante diferentes
47
de los recargados modelos que circulan por las
carreteras americanas.
La Academia soviética de Ciencias mantiene más
de 90 Institutos especializados. Los laboratorios de
investigación cuentan con instrumentos que, aun
que quizás no sean iguales a los de América, de
muestran, en algunos casos, una técnica muy avan
zada. En Dubno, por ejemplo, cerca de Moscú, hay
un synchroton que consigue 10.000 millones de
electrones-voltios En las conferencias de carácter
internacional, los delegados rusos llevan minúsculos
radio-receptores
de transistor con conmutadores
selectores para escoger el lenguaje deseado.
Rusia no es un gigante postrado. Moscú y sus
suburbios, salpicados de fábricas, están despertan
do casi explosivamente de su antiguo letargo. La
voluntad de Rusia y su industria le han dado una
fortaleza que le ha permitido, pocos años después
de terminada la segunda guerra mundial, colocar
sus “sputniks” en el espacio, a la cabeza de las
demás naciones del mundo. Puede sobrepasar a
América, a menos que nosotros tengamos una de
cielón igual o mayor que la de ellos. La batalla
está empeñada, y ante el esfuerzo fanático y sa.
criticio desplegado por los rusos, aun a costa de
su felicidad, para lograr la superioridad, debemos
reflexionar y preguntarnos si América puede pe
mitirse continuar con su economía basada en un
lujo tan pródigo como el actual, en el que costo
sísimos modelos de automóviles, por ejemplo, s
renuevan cada año y los del año anterior quedan
anticuados. ¿Puede América continuar permitlé
dose unas leyes restrictivas para la industria eon
gran perjuicio para su economía? ¿Puede América
continuar consumiendo las tres cuartas partes de
su capacidad productiva en la confección de ar
ticulos de consumo, frente a la competencia rusa
tan reglamentada?
Descuidamos en atender a las señales de peli
gro puede significar para nosotros la pérdida de
nuestros mercados internacionales, de nuestros ami
gos y aliados y de nuestra posición en el mundo.
América no debe caer a causa de su lujo en un
precipicio sin esperanza de volver a salir de él,
como le sucedió a la antigua Roma en el apogeo
de su vitalidad, sino que con renovados esfuerzos
debemos permanecer fuertes y alerta ante las iie
cesidades del mundo.
/
(
rs’
.
7
—:
48
ANTO[OGIA
ÍORMATIYA
DELA
CRUZADA
TRASCINDENCIA DE LA CRUZADA
(Del discurso pionuneiado por el Caua’illo el 1 de octubre de 1961 en Bv.rgos
ante el Coneo Nacional del Movimiento.)
Sobre nuestra geografía descargó el primer asalto del imperialismo comu
nista a Europa. El gesto heroico de un pueblo en armas junto a su Ejército,
alzado en defensa de la nusión suprema que le impone la misma Ley consti
tutiva de las instituciones armadas, los caídos y los mártires de nuestra Cru
zada, “que pr2ferían morir con honra a vivir con vilipendio”, alumbraron
para la Cristiandad el Único camino que conduce a la victoria. Para ellos,
todos los honores y la gloria de estas efemérides jubilares. Para mí, la noble
servidumbre de continuar sirviendo a la Patria sin descanso.
Con violencia rencorosa, utilizando hasta la calumnia, la difamación y la
falsedad a escala internacional, se movilizaron contra el Régimen y el Movi
miento Nacional todas las fuerzas que pública o secretamente, de un modo
directo o indirecto, fueron siempre hostiles a España. Estas fuerzas eran ahora
gobernadas y dirigidas, en la mayor parte de las naciones, por el comunismo
internacional, que hoy asedia a los mismos pueblos en que radican esos poderes
y que acabará yugulando a Occidente si sus equipos rectores continúan tratan
do de detener la dinámica ofensiva del sistema comunista con procedimientos
que, en lugar de frenar, amplifican sus posibilidades de expansión y de avan
ces sin mayores riesgos; mientras que en las zonas que, contra todo derecho,
les fueron entk-egadas por torpeza o maquiavelismo diabólico, construyen una
sociedad a imagen y semejanza de la soviética y tratan de consolidar los
dispositivos de ataques y resistencia que sirvan de escudo, en caso de conflicto,
a sus fronteros naturales.
Pero si esa prolongada hostilidad al Régimen nacido en la Cruzada y al
Movimiento Nacional, nos ha obligado a mantener, como los obreros bíblicos,
en una mano la espada y en la otra las herramientas con las que asentábamos
los sillares de nuestro resurgimiento nacional, también actuó como estimulante
de nuestras propias energías, como acelerador de nuestro proceso de madu
ración política, como aglutinante de nuestra solidaridad y nuestra unidad in
terior, como palenque en el que fuimos templando y depurando la originalidad
y la eficacia de nuestras soluciones doctrinales, jurídicas y prácticas.
Se había venido abajo el edificio entero de nuestra vida política nacional.
En más de un siglo de ensayos y experiencias fracasados se habían agotado las
fórmulas alternativas del sistema político con vigencia en el mundo, y si re
sultaba imposible el mero transplante a nuestro momento de los usos y solu
ciones de la tranición antigua de España, porque la tradición no es mera copia
y pétrea inmovilidad, el fracaso experimental reiterado descartaba las solu
ciones de constitucionalismo habituales a partir del siglo XIX.
Nació el Régimen español como sustitutivo conveniente de biro régimen
torpe, incapaz e inadaptado a la personalidad histórica de España y de sus
49
•
\
1
Ii á’i
necesidades. En 1936 había quebrado la Legalidad republicana, al conver
el mismo
tirse Poder en promotor de la más radical subversión de los derechos
fundamentales. Al ordenar el Gobierno a la Policia del Estado el asesinato
del jefe de la oposición parlamentaria y entregarse a los designios de Moscú,
dejaban
de existir los uit mos restos del que se decia un Estado de derecho
DE CRUZADA
(De la cónfereneta pronunciada en la cátedra “General PaZaJoX”, d.c la
Universidad de Zaragoza, por /rwJ Ju.sto Pérez de Ur’bel, el 25 de
febrero de 1961.)
Es admirable el espectáculo que por aquellos días ofrecían los pueblos e
la España nacional. ¡Qué estallido de entusiasmo! ¡Qué desprecio a la muerte!
Qué fervorosa exaltación! En vez del incendio de las iglesias, el falangista
lleno de entusiasmo que entraba a encomendarse al Santo de su devoción an
tes de incorporarse a su Centuria,, o el requeté que recibía de rodillas la ben
dición de su padre, prometiendo volver muerto o vencedor, y la multitud acOR
pañando a los héroes hasta la salida del pueblo, cantando himnos y pidiendo
para los voluntarios la protección del cielo. Y por todas partes la insignia
nacional, la medalla religiosa. Alguien que estaba en Pamplona el 18 de julio
de 1936 podía escribir estas frases: “Jamás se conoció en la •ciudad tal afluer4cia de fieles a las misas de la primera hora. A la Sagrada Mesa se acercaba
el gentío por grupos familiares, con los abuelos encanecidos y temblorosos al
frente, después los hijos y, cerrando el cortejo, los nietos, con la boina rOja
prendida en la tirilla de la hombrera de la camisa caqui,, que ya cruza un
correaje militar. Tres generaciones que representan tres momentos de la 1ucla
carlista, se confunden para conforfar sus almas ante las horas de crisis que
se esperan.” Ningún pueblo se levantó nunca con un impulso tan unánime.
Ni la Vendée contra el terror de la Revolución frañcesa, ni la misma Navarra
en las guerras carlistas del pasado siglo. Por Navarra y por España, todos
firmes, decían los que par.Lían. El pensamiento puesto en Dios y en la Patria:
en Dios, para que nos ayude; en la Patria, para salvarla, pues, Dios mediante,
la salvaremos entre todos.
Eras rasgos característicos del cruzado antiguo, que renacían con toda su
grandeza en la España del siglo XX. Jamás una juventud ha corrido hacia
el peligro y hacia la muerte con tanta alegría y decisión. Era el fuego de ‘la
fe, era convicción de que se luchaba por Dios y que se moría por una España
mejor y por una vida que no acababa. Este pensamierto estremecía a los
corazones y llenaba las cartas íntimas que venían del frente. Nunca se ka
ido en busca de la muerte con una confianza tan luminosa, con una alegría
tan emocionante. Como único testimonio escogeremos, entre mil, la descrip
ción que hacía un falangista sobre la marcina hacia Somosierra: “A mi lado
iban varios muchachos de Navarra—ninguno de ellos llegaría a, los veinte
años_que cantaban jubilosos, empuñando unas veces el acordeón, otras la
bota. Habían dejado sus casas al oír el son de los clarines y el redoblar de
los tambores, anunciando días de Cruzada. Salieron cantando y cantando ea
trarian en la muerte. Venían también los mozos de la tierra de Burgos, pe
queños y resecos, que se incorporaron a las Banderas sir’ despedirse de sus
familiares. Vieron cruzar por el pueblo la caravana gueriera y se subieron
a los coches, sin acordarse siquiera de ir a buscar la chaqueta. Falangistas
casi niños, como aquel pilluelo—el “Magis”—hijo de un carnicero de Aranda,
que se metió de polizón en la columna, recibirán la explicación del manejo
de las armas. Los requetés daban al aire de la sierra todos sus cánticos reli
giosos y militares. En todos los pueblos del camino, las muchachas nos colga
ban al pecho medallas y escapularios. Había quien llevaba hasLa media docena
de medallas prendidas en la camisa. Todo el fervor religioso de los viejos
romances militares empujaba a los hombres hacia la Guerra Santa.” Otro
tanto podi decirse de los que luchaban en el Alto del León, en Oviedo, en
Huesca, en Fuenterrabía, en Villarreal de Avila.
Así pasaron las cosas. Igual cuando se sale de las montañas pirenai
cas, que cuando se sube a Somosierra y al Alto del León, cuando se avanza
sobre Oviedo, cuando se conquistan las ciudades cantábricas, cuando se com
bate en el Ebro, hasta el momento en que los sin Dios tienen que declararse
vencidos por aquellos cruzados de nuevo cuño, tan generosos en el triunfo
como infatigables en el esfurzo. Toda aquella epopeya está impregnada del
mismo espíritu religioso; todos aquellos hechos gloriosos, todos aquellos epi
sodios inenarrables, pruebas de un valor y de un heroismo que pusieron al
hombre español a la altura de los mejores tiempos, y que fueron el asombro
del mundo. El Alcázar de Toledo, el Cuartel de Simancas, la Ciudad Universi
taria, Santa María de la Cabeza, Belchite, Alcubierre, el crucero “Baleares”,
Brunete, Teruel y el Ebro, son una prueba evidente de cómo se junta en el
alma española el heroismo con la religiosidad, el amor a la Patria con las
más puras esencias de la fe. Había una Convicción general, y es que Dios
marchaba con los guerreros que luchaban en el frente, y les ayudaba y les
empujaba hacia la victoria. En la retaguardia les acompañaban las madres
con sus rezos y sus penitencias, las madrinas de guerra con sus cartas y
escapularios, y todo el pueblo con sus aplausos entusiastas, que estallan en
cánticos estruendosos en funciones religiosas, en acciones de gracias, cada
vez que llega la noticia de un nuevo avance, de una ciudad liberada, de un
puesto difícil conquistado y rebasado.
(Fragmentos
del djsuro
cia José Antonio Primo de Rivera el 29 de octubre
de 1933 en el acto fundacional de la Falange Española.)
El Estado liberal, mero espectador._E, Estado liberal vino a constituirse,
no ya en el ejecutor resuelto de los destinos patrios, sino en el espectadcr
de las luchas eectorales, Para el Estado libre sólo era lo importante que en
las masas de votación hubiera sentados un determinado número de señore,;
que las elecciones empezaran a las ocho y acabaran a las cuatro; que no se
rompieran las urnas..., cuando el ser rotas es el más noble destino de todas
las urnas. Después, a respetar tranquilamente lo que de las urnas saliera,
como si a él no le importase nada. Es decir, que los gobernantes liberales
no creían ni siquiera en su misión propia; no creían que ellos mismos estu
viesen allí cumpliendo un respetable deber, sino que todo el que pensara lo
contrario y se propusiese asaltar el Estado, por las buenas o por las malas,
tema igual derecho a decirlo y a intentarlo que ‘os guardianes del Estado
mismo a defenderle.
De ahí Vino el sistema democrático liberal, que es, en primer lugar, el nás
ruinoso sistema de derroche de energías, Un hombre dotado para la altísima
función de gobernar, que es, tal vez, la más noble de las funciones humanas,
tenía que dedicar el 80, el 90 o el 95 por 100 de su energía a sustanciar recla
maciones formularlas a hacer propaganda electoral, a dormitar en los esca
ños del Congreso, a adular a los electores, a aguantar sus impertinencias,
porque de los electores iba a recibir el Poder; a soportar humillaciones y ve
jámenes de los que, precisamente por la función casi divina de gobernar,
estaban llamados a obedecerle, y si después de todo esto le quedaba un so
brante de algunas horas en la madrugada, o de algunos minutos robados a
un descanso tranquilo, en este mínimo sobrante es cuando el hombre dotado
51
A11
\\‘.
‘
para. gobernar podía pensar seriamente en las funciones sustantivas de go
bierno.
Perdida de unidad y esclavitud econórnicaEI
sistema democrático funcio
naba sobre el logro de las mayorías; todo aquel que aspiraba a ganar el siste
ma tenía que procurarse la mayoría de los sufragios. Y tenía que procurárselos
ro’oándolos, si era preciso, a los otros partidos; y para ello, no tenía que vacilar
en calumniarlos, en verter sobre ellos las peores injurias, en faltar delibera
damente a la verdad, en no desperdiciar un solo resorte de mentira y de
envilecimiento. Y así, siendo la fraternidad uno de los postulados que el Es
tado liberal nos mostraba en su frontispicio, no hubo nunca situación de vida
colectiva donde los hombres injuriados, enemigos unos de otros, se sintieran
menos hermanos que en la vida turoulenta y desagradable del Estado liberal.
Y, por último, el Estado liberal vino a depararnos la esclavitud económica,
porque a los obreros, con trágico sarcasmo, se les decía: “Sois libres de traba
ar lo que queráis; nadie puede obligaros a que aceptéis unas y otras condi
ciones; ahora bien: como nosotros somos los ricos; os ofrecemos las condicio
nes que nos parecen; vosotros, ciudadanos libres, si no queréis, no estáis
obligados a aceptarlas; pero vosotros, ciudadanos libres, si no aceptáis las
codiciones que nosotros os impongamos, moriréis de hambre, rodeados de la
máxima dignidad liberal.” Y así vemos cómo en los países donde se ha llegado
a tener Parlamentos más brillantes e instituciones democráticas más tinas, no
había más que separarse unos cientos de metros de los barrios lujosos para
encontraros con tugurios infectos donde vivían hacinados los obreros y sus
familias en un límite dé decoro casi infrahumano. Y os encontraríais traba
jadores de los campos que de sol a sol e doblaban sobre la tierra, abrasadas
las costillas, y que ganaban en todo el año, gracias al libre juego de la economía
liberal, setenta u ochenta jornales de tres pesetas.
Ni de derechas ni de izquierdas.—El Movimiento de. hoy, que no es un par
tido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartidó, sépase
desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas. Porque, en el fondo, la dere
cha es la aspiración a mantener una organización económica, aunque sea in
justa, y la izquierda es, en el tondo, el deseo de subvertir una organización
económica, aunque al subvertirla se arrastren muchas cosas buenas. Luego
esto se decora en unos y otros con una serie de consideraciones espirituales.
Sepan todos los que nos escuchan de buena fe que esas conSideraCiones espi
rituales caben todas en nuestro Movimiento; pero que nuestro Movimiento
por nada atará sus destinos al interés de grupos o al interés de claseS que
actúan bajo la división espiritual de derechas e izquierdas.
La Patria es una unidad total en que se integran todos los individuos y
todas las clases; la Patria no puede estar en manos de la clase más fuerte
ni del partido mejor organizado. La Patria es una síntesis trascendental, una
síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros, lo que qeremOS
es que el Movimiento de este dia, y el Estado que cree, sea el instrumento
eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible; de esa unidad per
manente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria.
Una irrevocable unidad de destino.—Y con eso ya tenemos todo el motor
1e nuestros actos futuros y de nuestra conducta presente., porque nosotros
seríamos un partido más si viniéramos a enunciar un programa de soluciones
concretas. Tales programas tienen la ventaja de que nunca se cumplen. En
cambio, cuando se tiene un sentido permanente ante la Historia y ante la
vida, ese propio sentido nos da las soluciones ante lo concreto, como el amor
nos dice en qué casos debemos reñir y en qué casos nos debemos abrazar, sin
que un verdadero amor tenga hecho un mínimo programa de abrazos y riñas.
He aquí lo que exige nuestro sentido total de la Patria y del Estado que
iha de servirla.
Que todos ios pueblos de España, por diversos que sean, se sientan armo
nizadoS en una irrevocable unidad de destino.
LA
CROL
AM
...\‘
52
—
Que desaparezcan los partidos políticos. Nadie ha nacido nunca miembro
ie un partido político; en cambio, nacemos todos miembros de una familia;
somos todos vecinos de un municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de
un trabajo. Pues si éstas son nuestras unidades naturales, si la familia y el
municipio y la corporación es en lo que de veras vivimos, ¿para qué necesitamos
de instrumento intermediario y pernicioso de partidos políticos que para unir
nos en grupos artificiales empiezan por desunirnos en nuestras realidades
auténticas?
EL GENERALMOLA
(Del
líbro
de este título,
escito
por el general
cLon Jorge
Vigón,
págs. 212,
213, 232, 233 y 231.)
Era franco, sencillo, jóvial, ecuánime y severo cuando la ocásión lo pedia.
Tódas estas cualidades estaban servidas con una inteligencia clara y por una
memoria sorprendente.
Era esto lo que hacía de él, cuando las preocupaciones le abandonaban, o
también cuando quería enmascararlas, un conversador amenísimo e infatiga
ble, frecuentador de temas siempre interesantes y pródigo de anécdotas reco
gidas en el curso de una vida accidentada como pocas.
Se dijo entonces que los rojos asniraban a entrar en negociaciones. Yo no
creo que fuera cierto. Probablemente será más exacto pensar que ya entonces,
de uno y otro lado, se dejaban oír gentes que servían de discreto altavoz
a proposiciones que inpiraba su propia conciencia turbia y acobardada. Su
pongo que a esta misma convicción responden las palabras que Iribarren
pone en boca de Mola, de cuya esencial fidelidad estoy cierto:
“e,Parlamentar?
¡Jamás! Esta guerra ha de terminar con nuestro triunfo
y con aplastámiento absoluto y total de los enemigos de España. Una guerra
es una lucha entre dos voluntades y el que pierde la voluntad de vencer,
pierde la guerra. Fatalmente. Es batalla perdida la batalla que se juzga per
dida. Esta guerra la ganamos, seguro, porque están Dios y España de nuestra
parte; pero si, por hipótesis, la perdiésemos, nos costaría el cuello a tádos,
a los fuertes y a los blandos, a los optimistas y a los acoquinados. Yo les
diría a los tímidos que miren el ejemplo reciente. ¿Qué ha ocurrido en el
Alzamiento? Pues que allí donde hubo decisión y audacia se ganó la partida.
Pero donde hubo vacilación, demora calculista hasta ver de qué lado caja la
balanza, el Movimiento fracasó y los irresolutos pagaron con la vida su debi
lidad. Que lo digan Patxot, en Málaga, y Carrasco en San Sebastián.”
No se puede, en realidad, decir que su sistema de. trabajo estuviera carac
terizado por el orden. Despacha sin esfuerzo, se da cuenta de los asuntos rá
pidamente, y deja luego que la máquina mental vaya devanando, casi a
espaldas suyas, los datos de la cuestión. De pronto, en medio de la conver
sación, del silencio, de la aparente distracción en una faena puramente formal,
o en apariencia desprovista de preocupaciones trascendentales, deja escapar,
mordiendo literalmente las palabras, una orden breve, imperiosa, urgente, por
lo general, que quien la recibe ha de interpretar no siempre sin dificultad,
quizá por estar desprevenido, acaso porque la orden venga expresada dema
siado esuemátícamente,
un poco también porque todos saben que le gusta
ser atendido sin necesidad de muchas aclaraciones y sin demasiadas palabras.
Si se terciaba, vestía apresuradamente de paisano e invitaba a alguno de
los que trabajaban a su inmediación a acompañarle. Las calles de Valladolid
53
•
.
\\\\\\\\
‘k
.
e,
(
“
‘
aquellos
en
días tan colmadas de gentes, para quienes la figura del general
apenas era conocida, le deparaban una distracción pasajera, como un alivio
momentáneo asu pesada carga.
Informarse
personal y directamente, in situ, de lo que ocurre en los frentes,
dela actividad de los mandos subordinados, de la preparación de las tropas
que se incorporan, de la exactitud de los servicios, y muy especialmente de
de los
Sanidad, daba también una facilidad de escape a su permanente inquie
tud. Los heridos hospitalizados en Valladolid, en Burgos, en Avila. en Vitoria
o en Palencia, se sabían comprendidos por aquel singular visitante, cuyos
ojos, extrañamente familiares, descubrían a través de unos gruesos cristales
cuando él se detenía a su cabecera, y que, como milagrosamente, adivinaba la
agudeza de su dolor, la tristeza de su soledad, o su angustia ante el porvenir,
porque él había sufrido muchas veces de este mismo dolor, de idéntica tristeza
y de muy parecida angustia.
Las tropas de instrucción, los establecimientos militares—fábricas, talleres,
parques—y las mismas autoridades civiles sabían que en cualquier momento
podía aparecer el general, que si para algunos_para algunos priodistas ex
tranjeros, singularmente—podía ser “el general invisible”, para, ellos podía
pasar muy bien por “el general omnipresente”.
MARTIRESDE LA CRUZADA.
LA TRAGEDIADE RAFELBUÑOL
(“La persecución religiosa en España (1936-1939)”. Fragmentos del libro así
titulado de Antonio Montero AIonso. director de la publicación española
“Ecclesia”
Dentro de las crueldades que dió de sí la gran persecución desencadenada
por los rojos a partir del 18 de julio de 1936, no se encuentra otro caso como
el ocurrido en el pueblo valenciano de Rafelbuñol, en el que perecieron a la
vez nueve hermanos.
Se trataba de los hijos todos de don Onofre Mestre Castellar y doña Mer
cedes Iborra Sancho, matrimonio ejemplar que, segñn todas las referencias,
les dió una profunda educación cristiana. Santiago, el quinto entre los varo
nes, había ingresado en los frailes menores capuchinos en 1924. Acabó sus
estudios eclesiásticos en Roma, donde recibió la unción sacerdotal. Allí siguió
hasta su investidura como doctcr en teología por la Universidad Gregoriana
de Roma, y vuelto a España íué nombrado vicerrector del seminario seráfico
de Masamagreli (Valencia).
Estrenado apenas el ministerio sacerdotal recién cumplidos los veintiocho
años, el padre Santiago de Rafelbuñol fué uno más de la lista de jóvenes
inmolados en plena primavera de sacerdocio. Había llegado a su pueblo natal
a raíz de estallar el Alzamiento con el propósito de alojar en casas particula
res a los jóvenes seminaristas seráficos. De poco sirvió la acreditada religio
sidad de la población añte los refuerzos revolucionarios que Valencia iba
destacando para sacudir la lentitud que, según los rojos, regia en Rafelbuñol.
A partir del día de Santiago, la atmósfera se fué espesando de día en día y el
joven capuchino optó por pasar el día en el campo y venir a la casa paterna
bien entrada la noche. Así hasta el 26 de septiembre.
Al edificio denominado “El Sindicato” fueron llegando, bajo custodia de
milicianos, hasta 22 personas, significadas fundamentalmente por sus costum
bres religiosas. Entre ellas los ocho hermanos del padre Santiago. Supo éste la
noticia en su escondite campestre de “El Secano” y se dirigió al pueblo sin
dilaciones para ofrecerse espontáneamente al comité, por si con ello libraba
a sus hermanos. En el camino se encontró con un sacerdote, fugitivo también
por aquellos campos, con quien se conf esó y a quien absolvió a su vez. Se
animaron ambos. Se enfervorizaron mutuamente.
54
E! padre Santiago acudió al comité y ofreció su persona pidiendo la libertad
de sus hermanos. Pué prendido y encarcelado con los otros ocho y se sabe
que los dos días que mediaron entre su llegada y el fusilamiento le sirvieron
para volcar su celo sacerdotal en el angustioso ambiente de los condenados
con él. Tuvo, pues, su muerte todo lo que un cristiano y más un sacerdote
puede desear para esa hora: libertad de entrega, últimos sacramentos, ejerci
cío heroico de la caridad hasta el último minuto. Al filo de la medianoche,
entre el 28 y el 29 de septiembre, caían los nueve hermanos, con seis com
pañeros más, sobre una fosa profunda del cementerio de Masamagrell cavada
al efecto poco antes de las descargas. Exhumados el 9 de julio de 1939, los
nueve hermanos fueron perfectamente identificados y trasladados al cemen
terio de Rafelbuñol.
HOLOCAUSTOSDE LAS ESPOSASDE CRISTO
Es el caso que en Albacete, como en tantas otras ciudades donde impe
raba la revolución, fuéles intimada a las Hijas de la Caridad orden de aban
donar la Casa de la Misericordia, donde en número de 12 y bajo el cetro benigno
de sor Dolores Caro, desempeñaban su abnegada labor. Tuvo lugar lo dicho
el 23 de julio de 1936, y como primera providencia las hermanas acordaron
instalarse en el hotel España. Estarían en la creencia, tan comón por enton
ces, de que el conflicto bélico iba a decidirse, en una u otra dirección, al cabo
de chas o de semanas. Pero ya habían pasado tres de estas últimas y las
perspectivas eran abiertamente pesimistas para cuantos pensaran así. Se ago
taba o estaba exangüe la bolsa de la comunidad. Siendo verdad que no recibían
en su refugio molestias especiales; la simple permanencia era un problema
grave. En Madrid, pensaron, será más fácil encontrar nuevas ayudas y hacer,
sin eomprometerse, algún trabajo remunerado. Y sin pensarlo más, con la
sola precaución de cambiar el hábito por un atuendo femenino corriente,
tomaron el tren.
No bien llegaron a la estación madrileña de Atocha, en el mismo vagón
registran sus enseres, descubren en los equipajes rosarios, cruces y libros
devotos, y no hace falta más para que la patrulla de turno las lleve a un
centro socialista cercano. Más preguntas, más registros, más sustos. Pero sep
tiembre no es el mes de las matanzas con sello oficial, y las dejan salir a la
calle, sabedores de que con ello no les hacen excesivo favor. Las bandas in
controladas realizan por cuenta propia lo que en noviembre será poco menos
que un acto de servicio.
Cuatro hermanas se alojaron con sus respectivos familiares, y sor Dolores
fué a parar con las siete restantes a un sótano de Olavide, 4, generosamente
cedido por su sobrino Santiago que ocupaba la portería. Tampoco allí se
podían sostener indefinidamente y empezaron a estudiar soluciones parciales.
Sor Concepción Pérez pensó en un amigo de su padre, vecino del Picazo,
más allá de Vallecas; porque no fuera sola, la superiora, sor Dolores, se brindó
a acompañarla; porque ésta no volviera sola, se sumó a ellas sor Andra Calle.
Las tres tenían contadas sus horas.
Pacientes índagaciones del padre Elias Fuente han logrado sacar en claro
que, cuando se dirigieron al Picazo, pidieron orientación por Vallecas y En
trevías, levantando entre la chiquillería sospechas sobre su condición de reli
giosas. Cuando llegaron a la casa de destino iban rodeadas de mozalbetes que
gritaban: “Monjas! ¡Monjas! ¡Monjas!” No las admitieron en el domicilio.
Volvieron sobre sus pasos y fueron detenidas por algunos socios del Ateneo
Libertario establecido en el hotel de don Carlos Orioles.
Hubo allí ofensas y escarnios, pero no torturas físicas ni abusos de mayor
monta. Horas después, hacia las dos de la tarde del 2 de septiembre, sacaron
a sor Dolores y a sor Andra juntas en un coche, y algo más tarde a sor Con-
55
cepción en otro. Las primeras fueron muertas en el Lérmino de los Toriles,
y la segunda en el Pozo del tío Raimundo, junto a la vía férrea MadridZaragoza.
El juzgado de Vallecas guarda el acta de defunción de las tres y quedan
testigos de los hechos por haber ocurrido éstos en paraje concurrido y en
pleno día.
EL PÁRROCODE BELLPRAT
(VICH)
Más que una odisea fué un verdadero vía crucis lo que tocó padecer al
párroco de Beliprat (Vich), don Francisco Güeli Albert. Rechazó todas las
ofertas y consejos de evasión que le fueron propuestos al estallar el Alzamién
to. Insistía siempre en que su obligación era regir la parroquia y que, si esto
le acarreaba la muerte, sería un mártir de Dios. Cuando- estaba revistiéndose
para celebrar la santa misa el 27 de julio en su domicilio particular, cayó en
la casa una turba de milicianos que se apoderaron de él y lo maltrataron
físicamente. Luego lo sacaron a las afueras hacia el lugar llamado “flocas
d’en Paratge” y alli tras hacerle subir a una piedra le dispararon a la cabeza
y al vientre. Luego fué empujado por un barranco lleno de maleza y qiied.ó
tendido en el fondo. Ño murió, empero, todavía. Ei afecto de algunos vecinos
de Bellprat se apercibió de su situación désgraciada, y bajo pretexto de scar
una tartána fuera del pueblo lo tomaron del precipicio, llamaron a un médico
de Santa Coloma de Queralt y luego lo condujeron con todo disimulo hasta
el hospital de Igualada. Su primera preocupación al llegar fué recibir los San
tos Sacramentos, que le administró el capellán, disfrazado con bata de médco.
Las curas fueron dando buenos résultados, hasta el punto de que quince
días después se encontraba cási completamente restablecido en víspera de re
cibir el alta. Fué entonces cuando oportunamente asesorados, se presentaron
en el hospital unos milicianos brindando su compañía a don Francisco GüelI
hasta el destino que eligiese. El escogió inocentemente el pueblo de Tona, y, una
vez subido al auto, la pequeña comitiva siguió rumbo a Bellprat y se detuvo
en ‘Prat de les Malles”, dos kilómetros antes de la primera casa. Aquí fu&
asesinado definitivamente y enterrado poco después en el cementerio local.
-
56
o
Nuevas
D© B©
o
normas de lá Asociación Mutua Benéfica.
Ccmandanfe Infervenfor,Julio ALVAREZ VICENT, Licenciadoen Derecho.
La publicación del Reglamento provisional de la Asoelación Mutua Benéfica del Ejército de Tierra, aprobado
por Orden de 29 de diciembre de 1961 (‘C. L.” núm. 3),
ha suscitado, como era de esperar, gran cantidad de co
mentarios dentro del Ejército, que no solamente se han
refléjado en éste, sin.o que ha llegado a constituir motivo
de polémica alrededor de otras mutualidades militares
actualmente existentes en los otros Ejércitos y Unidades
o Institutos armados.
Mérece destacarse en el nuevo Reglamento la simpli
ficación llevada a efecto en dos cuestiones fundamenta
les, como son las de Cotización y la de Prestaciones.
En el Reglamento de 29 de diciembre de 1948 se reali
zaba el cómputo de cuotas a satisfacer por medio de la
aplicación de un tanto por 100 (últimamente el 3,25
por 100) sobre la totalidad de los devengos de los asc
ciados, siendo, por lo tanto, variadísima la gama de
cuotas a satisfacer por cada uno, y sin que el propio
asociado pudiera nunca determinar qué descuento men
sual debía satisfacer, ya que cualquier cambio de des—
tino, con la percepción de distintas gratificaciones, sig
nificaba un cambio igual en el volumen de la cuota
correspondiente. Dábase el caso de que oficiales proce
cientes de la misma promoción, con el mismo nómero
de trienios, igual en años de servicio, y muy semejantes
en todas las vicisitudes de su vida militar, satisfacían
cuotas muy dispares, según la índole del destino que
desempeñaban.
Con el Reglamento provisional de 29 de diciembre de
1961 se ha unificado el sistema de cuotas para el per
sonal en activo, de tal forma que ya no influye en el
mismo no sólo el destino, sino tampoco la posesión de
un diploma o título que suponiendo mejora actual sobre
los, devengos no repercutía sobre las pensiones o presta
ciones a percibir de la Asociación en su momento. Esta
unificación de cuotas significa no sólo beneficio de con
trol para el funcionario de la Asociación, sino también
una gran simp]iíicación para las unidades en el mo
mento de rendir las cuotas de lOS asociados. Se ha sim
plificado igualmente el trabajo de las unidades, al des
aparecer las llamadas cuotas extraordinarias por cual
quier aumento en los devengos, fueran éstos de cualquier
índole, y facilitado por la Asociación se ha entregado
a todas las unidades el cuadro de descuentos que re-
producimos, y por el que basta conocer el número de
trienios de cada asociado para inmediatamente fijar la
cuota correspondiente.
Ha parecido poco equitativo que del personal del Ejér
cito, alguno como el perteneciente a los Cuerpos de s
tado Mayor y C. 1. A. C., por no citar más, vinierafl
satisfaciendo unas cuotas superiores al resto del Ejército,
y con arreglo a sus devengos, para en el momento de
llegar a la situación de retirado, o a su fallecimiento, las
pensiones o prestaciones a percibir fueran exactamente
iguales a las de lOS mismos casos. en las Armas genera
les, habiendo satisfecho una cantidad global muy supe
rior a ellos.
Desaparece también en las cotizaciones las correspon
dientes a las dos pagas extraordinarias ahora existentes,
cosa lógica igualmente, ya que las pensiones que satis
facía la Asociación lo eran siempre por doce mensuali
dades al año y verificaba el descuento sobre catorce
mensualidades.
Ha habido necesidad de fijar dos situaciones distintas
de cotización, acogiendo al personal al Reglamento del
año 1948, o al de 1961, según se tratase de aquellos que
se encuentran en situación de reserva o retiro en él
momento que se fija de 31 de diciembre de 1961, que
siguen acogidos al antiguo Reglamento en sus partes
esenciales, y aquellos que se encuentran en situación d&
actividad en dicha fecha y a los que les es de anlicación
en toda su ‘amplitud el Reglamento Provisional de 2
de diciembre de 1961. Para ello se han congelado las
cuotas a satisfacer por aquellos retirados que venían
abonándola en 31 de diciembre de 1961, y se fija en el
nirmero de catorce mensualidades las que han de sufrir
descuento de cuota, aunque sólo perciban doce. Al ser
les concedido a todo el personal retirado por edad o en
reserva el percibo de la pensión complementaria de la
Asociación, sobre esta misma pensión complementaria s&
verificará el descuento de cuotas sin GUC, por lo tanto,
tengan que etar pendientes de las fechas de vencimiento
aquellos que anteriormente no percibían la pensión com
plementaria.
Para el personal en situación de actividad, cualquiera
que sea su situación, se fijan unos tantos por ciento’ de
cuota, que son muy semejantes a los que venían satis
57
PORSUELDO
SUELDO DEL EMPLEO
Capitán General
Teniente General
General de División
General de Brigada
Coronel
Teniente Coronel
Comandante
Capitán
Teniente
Alférez
Subteniente
Brigada
Sargento primero
Sargento
POR
GRAT)FICAC)ON
DE
MANDO
DEVENGO
DEL
PLUS
PORTRIENIOS
0
DeI 50
391.33
318,—
278.33
236,16
212,33
191.—
165,16
133,16
95,33
85,83
85 83
79,83
74,50
8,33
262.50
198,33
16829
141,45
121,04
108,20
91,29
72 91
55 41
47,10
47,10
4710
44,18
40,83
De) 1000/
525,—
396,66
336,58
282,90
242,08
216,40
182,58
145,82
110,82
94.20
94,20
94,20
88,36
81,66
.
.
1 acléndose con el antiguo Reglamento, o las cantidades en
que varian son tan exiguas que no suponen mermas de
ingresos que puedan ser consideradas como importantes.
Basta para comprobarlo hacer el calculo contando como
se hacía anteriormente con catorce imensua’lidades y
uniendo a estas cantidades el descuento extraordinario
deI 50 por 100 cuando se trataba de aumento de deven
gos, por ascenso, concesión de un nuevo trienio, aumento
de gratificaciones, etc.
Igualmente, y como antes decíamos, en el Reglamento
de 1948 se seguía cotizando al pasar a la situación de
retirado o reserva, y con el nuevo Reglamento Provi
sional cesa la cotización al pasar a ser socio pasivo,
e inmediatamente se tiene derecho a la pensión com
plementaria de retiro o reserva, se desempeñe la fun
ción que se desempeñe en cualquier aspecto de la Ad
ministración estatal, provincial, local o privada. Se ha
salvado con ello la desigualdad que antes existía entre
dos retirados, uno de ellos situado en un excelente aspec
to económico dedicado a actividades particulares y que
percibía la pensión complementaria, con independencia de
su situación económica, y otro retirado al que los ava
tares de la existencia le habían situado en un cargo,
muchas veces exiguamente pagado, al servicio de la
Administración, y que por el mero hecho de esta pres
tación de servicios le era denegado el percibo de la
pensión complementaria.
También en el aspecto de las prestaciones a satisí a
cer por la Asociación se ha ido a una simplificación,
tanto para la propia Mutua como para los asociados,
al fijar una cantidad total para ser percibida por la
viuda, en caso de fallecimiento del asociado. Se achaca
por algunos que desaparece para ella la seguridad de
una pensión mensual por entender que este sistema era
preferible. Pero hay que tener en cuenta que a la viuda
DeI 1500
DeI 2000!
787.50
595.
504,87
424,35
363,12
324,60
273.87
218,73
166,23
141,30
14130
141,30
13254
122,50
1.050.
793.32
673,16
565,80
484,16
432,80
365,16
291,64
221,64
188,40
188,40
.
188,40
176,72
163,32
mpore
13,33
26,66
310,
413,33
5.
620
723.33
826.56
930.—
10.. ..
1136.66
1240,—
- 13
..
.
1446,66
1550,—
‘1653,33
1756,66
16,66
—
33.33
43,33
siempre le queda la puerta abierta de solicitar la divi
sión del capital a percibir, con arreglo a las tablas de
vida probable, en una pensión anual divisible en men
sualidades por petición al presidente de la Comisión
Ejecutiva de la Asociación. Pero podemos razonar la
hipótesis de la percepción de la totalidad del capital,
presentando los dos casos siguientes: Una viuda joven,
al fallecimiento de su marido, y si opta por la percep
ción de pensión, se encuentra con que con arreglo a las
tablas de vida probable la cuantía mensual será mínima,
y, por el cóntrario, recibiendo todo el capiial, con él puede
iniciar una nueva vida, o servirle para encauzar a sus
hijos en cualquier actividad, eso sin contar con el caso
probable de que contraiga segundas nupcias, en el cual
perdería el derecho al percibo de la pensión, lo que no
le ocurrirá si ha percibido la totalidad de su capital.
Independientemente
de ello, se incline por la solución
que se incline, sus hijos percibirán hasta la edad límite
las pensiones de orfandad correspondiente.
En el caso de una viuda de cierta edad, es bien cierto
que al ser mayor el capital, por razón de su edad (me
dia mensualidad por cada año de edad que exceda de
veinticinco), las posibilidades de aumentar la cuantia
de la pensión serán mayores, pero también tiene la
.
probabilidad
de que ocurra su deceso antes de lo que las
tablas de vida probable nos digan y entonces queda
una cantidad apreciable de la que no se ha beneliciado.
La percepción de la totalidad del capital, en este caso.
supone para la viuda no ser una rémora ni una carga
a cualquier sitio que fuera a fijar su residencia, en el
supuesto de que no tenga familiares directos; igualmente
puede signific’ar la iniciación de un medio de vida con
arreglo a su categoría, ayudado .por la pensión de Cla
ses Pasivas, hoy en día humanamente actualizadas, o
simplemente la situación de este capitaL en una activi
dad comercial o industrial que le suponga el percibo
de una renta, que aunque fuera pequeña, no supondría
nunca disminución de ese mismo capital, sino, proba
elemente, un aumento del valor del mismo.
La fijación de edades para el percibo de la pensión
de orfandad viene derivada •de la aplicación del Código
Olvil, al señalar los topes de mayoría de edad para todos
l.s sexos, y también a la actual situación de la mujer
en el desenvolvimiento de las actividades y que la sitúa
en el mismo nivel de lucha que a los hombres. Con el
antiguo Reglamento y al fijarse la pensión de orfandad,
ésta era única y a dividir entre todos los huérfanos
fuera el nqmero de éstos el que fuera; y, sin embargo,
en el Reglamento de 2 de diciembre de 1961 se fija
ei cuantía determinada y con carácter personal a cada
uno de los huérfanos que hayan quedado, se admite
la compatibilidad de estas pensiones con la que perciba
la viuda, cosa que anteriormente no existía, ya que la
jensión era única, y en los casos de desavenencia fa
miliar la pensión era dividida entre los posibles copar
tíñipes, pero sin aumentar la cuantía de la misma.
Todo esto por lo que se refiere a las cuestiones de
pensiones de viudedad y orfandad; pero hay otro aspecto
si no nuevo, sí muy modificado, y es el considerar
las pensiones de orfandad compatibles con cualquier otra
.restación
que pueda ser concedida (en presente o en
fu1uro) por la Mutua, sean éstas del tipo de pensión
ríe viudedad o de auxilio especial para aquellos en que
la viuda no reúne los requisitos necesarios para que le
sea otorgada la pensión de viudedad, y que son funda
mnta1mente
los que• se refieren a los casos en que
el causante no ha cubierto el período de carencia (exi
gido en todos los Montepíos y Mutualidades) de minima
cotización para cubrir sus posibles beneficios, y que es
fijado en diez años de cotización, o los casos de matri
monio con posterioridad al cumplimiento de los sesenta
años de edad por el mutualista al contraer matrimonio,
exigiéndose en el primer caso el período de mínima co
tización o, en su defecto, la aplicación de esta norma
por la cual la subvención de deceso queda reducida a
dece mensualidades del último sueldo del causante
—como no tiene igual en ninguna otro Mutualidad pro
fesional, en que si no se ha cubierto el período de ca
refleja, el socorro de fallecimiento es mucho más re
ducido—, igualmente en los casos de matrimonio de sexa
genarios, y de acuerdo con las últimas normas del Código
Civil, correspondientes a las más elementales del de
recho natural, se conceden estas doce mensualidades,
pero únicamente en el caso de que no haya descendencia
del matrimonio o que no haya transcurrido un año na
tural desde que se llevó a efecto dicho matrimonio. Creo
sería conveniente un •estudio por nuestros compañeros
del Cuerpo Jurídico Militar sobre este punto, ya que
en nuestra modesta opinión supone esta apreciación un
notable avance en la legislación social de todos los paí
ses, no sólo de nuestra patria, puesto que aquí, aunque
sea por una Asociación profesional (como es nuestra
Mutua) se reconocen los derechos de unos posibles hi
jos, y al mismo tiempo la posibilidad—para evitar la
sorpresa-_de que haya transcurrido más de un año desde
la fecha de celebración del matrimonio hasta el dece.
del beneficiario, porque, desde luego—y creemos que es
opinión general—, es muy difícil que un enfermo resista
doce meses, y si los resiste el gasto de enfermedad no
compensa el beneficio imaginario.
Constituye también una variación sensible, y que igual
mente ha originado numerosos comentarios, el aumento,
en su cuantía, de los premios de nupcialidad. Se basan
todas las críticas en que muchos, muchísimos de los mi
litares en activo, no hemos percibido premio alguno en
el momento de contraer matrimonio.
Paro todos estaremos de acuerdo al. reconocer, no
desde estas páginas, sino desde el fondo de nuestras con
ciencias, que era realmente injusto que un suboficial u
oficial del Ejército (son los casos más corrientes) per
cibiesen como premio de nupcialidad una cantidad sin
gularmente inferior a la que podría percibir un obrero
al servicio del Ejército, por intermedio del Montepío
de Previsión Social de Productores Civiles del Ejército.
No se trata de cuestiones de clases, sino de una equipa
ración de la que nos encontrábamos muy lej os.
A partir de este nuevo Reglamento, cuya fecha de
promulgación tantas veces hemos repetido, se sitúa al
personal del Ejército de Tierra, por lo menos en una
situación de igualdad con el resto de las actividades
productivas de la nación, fijándose los premios de nup
cialidad en las cantidades de 5.000 pesetas para gene
rales, jefes y oficiales, y 4.000 para suboficiales.
Según el nuevo Reglamento los premios de natalidad
no han sufrido variación en su cuantía, y siguen con
cediéndose igual que hasta la fecha, y por los mismos
métodos de apertura de cartilla con capital inicial de
500 ó 300 pesetas, segúñ se trate de oficiales generales
y particulares o suboficiales, y por los sistemas de ca
pital fijo o reservado, tan conocidos en todos los ámbitos
de seguros y en la propia vida corriente.
Para las posibles dudas que pudieran surgir, las in
terpretaciones a título particular, etc., brindamos nues
tra cooperación en la Sección de Consultas de la revista
GIJION, siempre al más alto nivel, y con la seguridad
de llevar al ánimo de todos que la reforma verificada
no supone más que beneficios, y si algún caso, muy par
ticular, resultara perjudicado, bastaría la reclamación
del mismo, por la vía normal y jerárquica, para que
inmediatamente pueda ser solventado dentro de ta má
xima equidad.
Congratulémonos todos, dentro de la pequeña o gran
familia militar, de que haya sido nuestra Mutualidad la
primera que haya sentido ansias de renovación y se
coloque a la cabeza de las actualmente existentes en
el ámbito de la justicia social, pensando en la generali
dad del Ejército, que es como podremos asimilar el
avance social que supone el Reglamento provisional de
la Asociación Mutua Benéfica del Ejército de Tierra
de 29 de diciembre de 1961.
ReorganizacióndelEjércitoypreocupacione.sparaelfuturo.
Da la alocución pronunciadapor M. P. CHAUDEL. Consejero Federal en la Asamblea General de la So&edad
Suiza de Oficiales, en Friburgo.Publicadoen la Revue Milifaire Susse».—(Traduccióndel General PEREZ_CHAO).
Con frecuencia escuchamos la afirmación de que
nuestro esfuerzo militar será vano, si no se apoya en
la personal decisión de cada uno de nuestros concuida
danos y la firme resolución de reivindicar su derecho
a la existencia. Invirtiendo el razonamiento y. dando
prioridad ál Íáctor preparaión
técnica, he querido salir
al paso en contra de la actitud de los que siendo parti
darios de la defensa nacional siembran dudas, que fun
dan en la. insuficiencia de nuestros medios. En las ac
tuales eircuistancias, el argumento. se apo.dera con faci
lidad de los espiritus inclinados a ceder ante lo sencillo
Las apariencias pueden jugar y juegan contra nosotros
eehténite
y a fiñe •politidbs, se olvida la noción
de• fuérzá i’éla.tivá; razoñado, como si I dsibiiidad de
evitar una guerra estuviese estrictaiñente ligada a la
de impedir a invasión .0 la de aniquilar a1,aØversario.
Es necesario—por. este-recórdar
sin cesar que el pro
olema que se plantea es el del precio que seriamos ca
paées’de hacer agár ‘al’ agresor; un précio’ que debe ser
costoso, a la vista del posible rendimieritol dé la defénsa.
El juego de los partidarios, de la ideología totalitaria
es pérfectamente claro. nte
el esfuerzo que supone
equipar e instruir un ejército modernó; hacen resaltar
la’ insuficiencid inevitablé •de tal ejército y la imposibili—
dad de: alcanzar un: estado de peparación
ideal. Tan
locas inversiones—dicen—tendrían mejor aplicación en
obras de éaridad o ayuda al prójimo, y si no se acepta
resueltahiente el esfuerzo con los medios más modernos,
no merece lá pena •de realizar un inútil sacrificio.
¿Cuáles serán, pues, en consecuencia, nuestras preocu
paciones en el porvenir?
independientemente
de las cuestiones que afectan al
constante perfeccionamiento del Ejército, de su equipo
y métodos de combate, estas preocupaciones se dirigirán
eséncialmeúte a las acciones de orden psicológico y
moral.
Nuestra vigilancia debe ser constante, ya que toda de
bilidad trae consigo el riesgo de ietraso o ineficacia. Está
claro que en estos momentos de inseguridad gen eral, de
multiplicación de’ focos de conflicto, la firmeza de las
posiciones políticas nos dará alientos, contribuyendo a
facilitar la realización de los proyectos militares.
¿Cuáles serán las circunstancias susceptibles de per
turbar imestra preparación militar? Encontraremos sus
origenes, tantó en el aspecto económico como en el po.lítico.
La extraordinaria prosperidad de. que disfrutamos, el
hábito de lujo y confort, una manera de vivir que lleva
en si misma los gérienes propicios a la disminución de
nuestras resistencias físicas y morales. ¿No estaremos in
clinados a considerar el alto nivel de vida que henios
alcanzado. como una cosa natural, una especie de fin
por SÍ misma, un estado ideal que estaríamos tentado3
de mantener a cualquier precio?
Nadie puede predecir, por ejemplo, el sentido en que
se orientará la integración económica europea. Las de
cisiones que hemos tomado en este. aspecto han sido
inspiradas cuidadosamente uniendo a la política de neu
tralidad el complemento necesario de solidaridad. Aso
ciarnos a una empresa que conduce a crear una nueva
Europa ¿será compatible con las condiciones y exigencias
de la neutralidad? No podríamos afirmarlo. Si la cuestión
que se plantease algún día a ciertos paises fuese decidir
formar parte o no de una organización subordinada a
una autoridad supranacional o ligada política y territo
rialmente a un bloque de alianza militar, ¿cuál sécía
nuestra reacción? Tendríamos fuerza de voluntad para
sacrificar intereses materiales en salvaguardia de nues-.
tra independencia?
En otros términós, en la hipótesis de que fuésemos
iñvitados a elegir, ¿podríamos resistirr a una corriente
que algunos estiman como el sentido inmutable de la
historia, siendo fieles al principio que informa nuestro
origen y a la razón de ,ser de la Confederación?
En hipótesis, hipótesta que el curso de la vida puede
encargarse de modi,ficar lo ,que acabo de señalar, es una
de las formas de la amenaza que podria pesar sobre la
vida nacional. Es, sin’ érrí’bargo, otra la que vzños a súb
rayar: la de unaexpansiórlideológica
qtmee eittendiera
sobre 4odo el, continente—por no ‘decir sobre el mundo
entero—y a lo que seriamos, finalmente, los únicos en
oponernos. Ainq’ue estratégicamente, como objetivo n4litar, ñuestro ai s podría despertar menos interés qué’
en el. cáso. de una guerra generalizáda, no podría decirse
aue no fuese algún día esencial objetivo para las fuerza
políticas que desearían abatir su resistencia. Podríamos
encontrarnos en una situación de paradoja ante la cual
el ejército—preparado para prevenir una invasión del
país—,por el hecho de su existencia, fuese la razón única
de tal amenaza. Es necesario tener el valor de considerar
los acontecimientos de frente y prevenir hasta las más
lejanas consecuencias del alcance de las medidas que
juzguemos necesario adoptar.
En la situación que acabo de exponer y por la misma
razón que en todas las que nos podamos imaginar, no
ofrece duda de que nuestro deber es combatir. Una re
sistencia—aunque fuese sin esperanza alguna aparente—
a las presiones más poderosas será siempre la condicion
que nos permitiría—en el momento oportuno y cualquie
ra que sean la duración y el peso de las pruebas que
hayamos sufrido_el reconocimiento de nuestro derecho
a la existencia.
Ante la tendencia general a la formación de grandes
conjuntos económicos y políticos, muchos entre nosotros
se preguntan sobre el destino de Suiza y si es justo el
que nos mantengamos en la actitud de neutralidad.
Lejos’de nuestro ánimo el pensar qúe podríamos vivir
actualmente encerrándonos en nuestro propio hogar. Po
sibilidades inmensas se nos ofrecen para extender nues—
tra influencia en vastos espacios y muchos pueblos., El
ejemplo de nuestra organización federal puede servir
de ejemplo en un mundo tan falto de los factores: de
equilibrio.
Sin embargo, y en ‘la medida en que seamos dueños
de ampliar nuestra actividad, está claro—debemos estar
convencidos—de que nuestro papel será función directa
de nuestros recursos, de nuestra fuerza interna, de nues
tro genio, de nuestros medios físicos, intelectuales y es
pirituales, que habremos de empeñar para salvaguardar
nuestra independencia y mantener intacta la idea de la
verdadera libertad. Nadie puede considerar que nuestra
fuerza relativa rebasa en proporción a la importancia
del país o su cifra de población.
Ello lo debémos en gran parte al Ejército, que ha con
solidado los lazos federales y que ha dado a nuestra ju
ventud una esouela incomparable de virtudes cívicas y
.
.
, .
sociales. Lo debemos, de un modo mas general, al es
fuerzo del pueblo suizo en su conjunto, que se apoya
en principios de inmutable valor. Si nos mantenemos
vigilantes, si permanecemos en guardia contra ciertas
ilusiones, nada nos separará de las empresas de humani
dad y de paz. Por el contrario, desóamos asociarnos pie
iamente, bajo una forma que da a nuestra participación
el valor de una empresa personal. Para obrar de esta
suerte, es necesario ser libre, resistir ante toda potencia
feudal de las tiranías que no desmerecen en nada a las
que ejercían nuestros antepasados.
Resistiremos a las formas modernas de la coacción y
de la servidumbre si sabemos no cambiar de actitud,
al lado del Ejército, y en todo caso cumpliremos el de-
ber a que obliga una canviccion moral y una civilización.
El porvenir exigirá que nos mantengamos unidos y
disciplinados ante cualquier eventualidad y singularmen
te ante las fuerzas invisibles de la guerra psicológica.
“Para dominar la técnica, ha dicho Bergson, se pre
cisa un suplemento de alma.” Esto será verdad para el
nuevo Ejército y para la lucha de nuestro pueblo contra
las potencias subversivas.
Propongámonos en la póxima etapa de nuestra carrera
de oficiales tener como objetivo la ayuda al país para
cumplir su misión. Nosotros seremos como tantas gene
raciones que están consagradas a ser artistas de su gran
deza.
EducaciónFísica. Tablasparalapruebadepotencia.
-
Capitán de lnantería. FranciscoRODRIGUEZ VIDAL, de la Agrupaciónde InÇan$ería
Badajoz,n.0 26.
El vigente Reglamento de Educación Física para el
ejército señala en su primera parte que a todos y cada
uno de los individuos que se incorporen a filas debe
i’iacérseles una ficha médica y prueba física cuyo formu
lario se expone en el capítulo 3Ç del citado Reglamento.
Es en su capítulo 59 donde se explica el modo de ob
tener la prueba física, que consta de cinco ejercicios
denominados pruebas de:
Potencia.
Coordinación.
Valor del tren inferior.
Velocidad.
Valor del tren superior.
De todas estas pruebas, la que exige más cálculos al
profesor de Educación Física es la primera, o sea la de
potencia. Copiamos textualmente:
“La prueba de potencia consiste en una carrera de
200 metros lisos con carga igual a la mitad del peso
del ejecutante. La salida ha de efectuarse en pie, con el
co
previamente cargado, anotándose el tiempo desde
la señal de partida hasta el momento de rebasar la línea
de llegada. Se aprecia en segundos, hasta fracciones de
—
—
——
—
—
2ie2o
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
Tabl*X paraaa
51
52
6,83. 6,9
6,63.6,75
oa 2 5]. a55Kg
(Peso elsa
5.
53
54
55 Tisapo
7,03.
6,8
6,4& 6,54 6,62
6,26 6,34 6,42
6,O
5,90
5,74
5,58
5,44
5,5
5,11
5,04
4,92
4,83.
4,3Q
4,59
7,24
7,15
6,92 7,01
6,73.
6,79
6,50
6,1k 6,23 6,31
5,98 6,0k 6,13
5,81
5,85 5,96
5,6k 5,7 5,80
5,53.5,55 5,6k
5,33. 5,43 5,50
5,23 5,30
5,32.
5,10 5,17 5,23
4,98 5,0
5,11
4,83 4,93 4,99
4,75 4,82
4,88
4,65 4,7]. 4,77
6,58
6,39
6,2].
4,49
4,63. 4,72
4,40
4,51
48
49
4,94
60
4,85
.,
4.55 4,63.
4,45 4,51
4,30
4,36 4,43.
4,22
4,27 4,3k
4,13 4,], 4,24
4,05 4,10 4,16
3,97 4,02 4,0
4,00
3,
3.9
3,8 3,68 3,92
3,85
3,7k 3,
3,69 3,74 3,78
3,62 3,67 3,7
3,56 3,6]_ 3,65
3,50 3,55,3,59
3,44 3,42 3.53
—
—
-—
4,62
4,47 4,5
4,38 4,43
4,29 4,35
4,21
4,26
4,1
4,1.5
4,05 4,10
3,97 4,02
3,95
3,90
3,83 3,88
3,73. 3,81
3,70 3,75,
3,64
3,68
3.55
3,62
—
(P+’)
Potencia
—
200
75
-=
T”
Ya aclara el citado Reglamento que el peso normal
de los individuos oscila entre los 50 y los 85 kilogramos,
y que para evitar el crecido nflmero de sacos que sería
necesario preparar para hacer la prueba con toda exac
Tabla
55
47
5,57
5,43
5,30
5,17
5,05
5,72
26’5 Eg)
53
54
46
50
5].
52
53
54
55
56
57
58
5
5,87
coE’..’
52
medio segundo. Esta prueba nos da el trabajo realizado
(peso del individuo más el peso del saco que transporta,
multiplicado por la distancia). La potencia en kilogramos
por metro lineal se obtiene dividiendo el producto an
terior, que indica trabajo, por el tiempo reducido a se
gundos. Y para obtenerlo en una unidad corriente (aun
que no son caballos de vapor) se dividirán los kilogramos
por 75, obteniéndose de este modo la potencia de un
trabaj.o considerable de poca duración, en una unidad
cómoda, aunque arbitraria.”
Todo lo cual puede expresarse con la siguiente fór
mula, en la que llamamos P al peso del individuo, P’ al
peso del saco y T al tiempo medido en segundos:
II
pax pao
2 — 56 a 60 Kg (Peao4.1 aaso2’ 29’O Kg)
59
60
Ti.po
56
57
58
57
58
59
Ticapo
56
30
31
7,55
32
33
34
35
56
37
38
39
40
4].
42
45
44
45
7,64 7,73
7,82
7,91
7,31
7,4
7,48
7,53. 7,65
1,08
7,11 7,25 7,53 7,43.
6,83. 6,
7,03 7,117,19
6,61
6,74 6,82 6,90 6,94
6,4v
6,55 6,65 6,70 6,78
6,
6,37 6,44 6,52 6,59
6,34 6,43.
6,17 6,24
6,03. 6,08
5,73
5,80
5,83.5,93
5,59 5,65 5,72 5,79
5/49, 5,46 5,52 5,52 5,65
5,27 5,33 5.39 5,45 5,53.
5,15 5,2]. 5,27 5,33 5,59
5,04 5,9, 5,15 5,23. 5,27
645
5,96
5,81
5,67
5,55
6,
6,03
5,48
6,27
6,10
5,9
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
51
58
59
60
..
4,98 5,04
5,
4,884,94 4.99
4,72
4,78 4,83 4,8
4,62
4,68 4,73 4,72
4,53 4,52 4,64 4,69
4,44
4,9, 4,55, 4,60
4,34 4,41 4,46 4,51
4,2k 4.35 4.SQ 4.45
434
4,3.9, 4,25, 4,
4,12, 4,3.1 4,23. 4,23.
4,05
4,09 4,14 4,19
3,98
4,02 4,07 4,33.
3,93. 3,95 4,00 4,04
3,84
3,83. 3.93 3.9
3.7
3,82 3.81 3,93.
5-’
4,
4,95
4,02
4.
4,
4,
4,
4,
4,
4,
4,
4,
4,
4
3
—
61.
Tabla
Lesp.
30
31
III para pesos P
6].
8,22
7,99
7,70
33
34
35
36
37
58
39
48
41
42
43
44
45
1,47
7,25
62
8,31
8,04
7,79
7,55
7,33
7,12
7,05
6,85
6,92
6,61 6,74
6,49
6,32
6,56
6,39
641 6,23
6,01 6,08
5,87 5,94
5.79
5,.
5,61
5,61
5,48 5,54
63
—
61 a 65 rs
64
65
8,40 8,49
8,13 8,2].
7,87 7,99
7,64
(Peso 4e1 saco 2’
Tieipo
46
47
8,58
8,30
8,04
48
7,72
61
5,36 5,42
5,23 5,30
5,14 5,19
7,
7,41 7,49 7,57
7,20 7,2k 7,35
49
50
51
5,03
4,93
7,00
52
4,74
4.65
7,07
7,3.3
6,81 6,88 6,95
6,63 6,70
6,46 6,53
53
54
55
6,77
6,
6,30 6,3j 6,43
6,25,6,21 6,29
6,00 6,06 6,13
5,86 5,92 5,98
5,73 5,79 5,83
5,60 5,69
5,71
56
57
58
59
80
62
5,09
4,99
4,89
4,79
4,70
4,89
31’5
5g)
63
64
5,48 5,59
5,36 5,41
5,25 5,30
5,1.4 5,20
5,04
4,94
4,83
5,60
5.47
5,36
5,25
5,2.3
5,09
4,.99 5,04
4,.
4,93
4,51
4,75
4,61
4,48
4,40
4,58 4,63 4,68
4,50 4.53 4.59
4,62
4,53
4,45
4,33 4,37
4,25 4,
4,18
4,11
4,80
4,85
4,71
4,76
4,42
4,34
4,41
4,39
4,22 4,27 4,31
4,15
4,20 4,24
-
—
—
IV para peaoa
266a70
66
67
68
69
Tabla
Iteapo
65
4,51
4.44
30
31
32
33
‘4
35
36
37
38
39
40
43.
42
43
4,36
4,22
44
—
45
8,60
8,33
7.84
8,98
8,69
9.01
8,77
9,15
8,86
9,24
8,95
8,58 8,61
8,32 8,40
8,08 8,16
7,85 7,92
8,42 8,50
8,16 8,24
8,00
7,71
7,40
70
7,55
7,35
7,63
7,42
6.48
6,59
6,60
6,32
6,39
6,24
6,10
6,43
7,70
7,49
7,02 7,09 7,16 1,23 7,3Q
6,86
6,90
7,04 7,11
6,80
6,82 6,93
6,50 6,51 6,63 6,22 6,76
7,21
6,20
6.06
5,92
6,3.2
5,98
6,18
6,04
6,30
(Peso Sol saco 2’
Tierspo 1 66
67
46
47
48
49
50
5].
52
53
54
55
56
57
58
59
60
5,
34’G 2)
68
5,85
5,67 5,73
5,55
5.44
5,61’
5.92
5,33 5.32
5,23 5,28
5,13 5,18
5,03 5,08
4,99 4,93
4,85 4,
4,76 4,81
4,6
4,60
4,51
4,72
4,64
4,56
4.44 4.49
69
70
5,91
5.79
5,61
5,55
5.44
5,33
5,23
5,13
5,04
4,94
4,86
4,77
4,69
4.61
5,49 5.55
5.38 5,44
5,28 5.33
5,18 5,23
5,02 5,13
4,99 5,04
4,90 4,95
4,8
4,86
4,73 4.76
4,65 4,70
4,57
4,59 4,623
6,16
5,97
6,05
5,84
5,90
5,72
5,78
5,60
5,66
titud, ésta se puede realizar sin gran error utilizando
una serie pequeña de sacos tarados en una diferencia
de 2,5 kilogramos.
Así, pues, y acorde con la tabla que da el Reglamento,
podemos hallar (P + P’) fácilmente:
profesor de Educación Física dediqué ‘a ellás una áonsi
derable cantidad de tiempo precisamente en las circuns
tancias—tales como incorporación de los reclutas del
reemplazo o de los contingentes de voluntarios__en que
más agobiado está de trabajo.
Con el fin de facilitar la labor de estos compañeros,
Peso del individuo
del
Pesosaco
hemos confeccionado unas tablas. de manejo elemental.
que confiamos puedan serles de gran utilidad por eí
ahorro de tiempo que su manejo puede proporcionarles.
P = 50 KgP’
= 26,5 Kg
P+P’r=
76,5
La forma de utilizar las tablas es obvia: son tablas de
P = 51 Kg.P’
= 26,5 Kg
P+P,=
77,5
doble entrada, figurando en la primera fila los pesos del
P = 52 KgP’
=
28,5 Kg
P+P’=
78,5 individud y en la primera columna los segundos que éste
pueda tardar en hacer la prueba. En. la concurrencia de
la columna y la fila correspondiente a cada caso se halla
P
66Kg=
34,— Kg.
100
el resultado de la prueba de potencia.
P = 67 K.g;P’
= 34,— Kg.
101
Naturalmente, en el cálculo de las tablas (cuidadosa
mente revisadas) hemos trabajado con la suma de P + P’,
F. = 84 KgP’
= 41,5 Kg.
pero solamente citamos P, o sea el peso del individuo,
125,5
P = 85 KgP’
= 41,5 Kg.
por ser éste el dato al cual está supeditado P’. No obs
126,6
tante, y a título de simple recordatorio, en cada tabla
Esa suma es la que hay que multiplicar por 200; el ponemos entre paréntesis el valor de P’, peso del saco.
producto dividirlo por el tiempo (que oscila normalmen
Aunque en la escala de notaciones qúe indica el Re
te entre un mínimo de 30” y un máximo de 60”) y este glamento, las marcas de la prueba de potencia son nú
cociente dividirlo a su vez por 75 (1).. Todas estas senci meros enteros (del 3 al 10, ambos inclusive), los resul
llas operaciones requieren, a pesar de su sencillez, que el tados los expresamos hasta las centésimas, no sólo para
que el profesor de Educación Física que así lo desee
(1)
La división por 75 nos originará casi siempre (es decir,
tenga más datas de juicio respecto. a la potencia de los
excepto en los cases en que la división sea exacta) un cociente pe
hombres a él encomendados, sino también para que pue
riódico n]ixto, ya que 75
352
da equiparar esas marcas y las nolas que esas originan
=
Tsbla 7 pax pesoaP — 7]. a 75 42 (PesoSe]. saco P’= 36’5 K)
sapo 71
72 73 14
75 Tieapc 71
72
734
30
31
2
93
54
55
96
57
98
99
0
1
2
3
4
5.
62
9,55
9,23
8,96
8,69
8,43
8,19
7,96
7,75,
7,54
9,64
9’j3 9,82 9,91
9,33 9,429,50 9,59
9,04 932
94
949
46
8,71
47
48
49
8,85 8,93
8,5]. 8,59 8,62
8,21 8,34 8,4&
8,09 8,11 8,18
7,82
7,89 7,96
9,01
8,74
8,49
8,29
8,09
7,61
7,68 7,15 7,82
7,35
7,42 7,49 7,55 7,62
7,17
7,23 7,307,31 7,43
6,99
7,06 7,22 7,19 7,25
6,82
6,89 6,95 7,01 7,09
6,61
6,71 6,79 6,85
6,91
6,51
6,57 6,64 6,22 6,79
6,37. 6.43 6,49 6,53 6,61
51
52
6,23
6,33 6,406,46
6,21 6,21 6,33
6,29
640
6,19
597
693
5,85 5,90
5,73 5,79
5,62
5,67
5,51
53
54
55
5,41
5,31
56
5,12
5,2].
5,03
6,08 6,14
5,96 6,01
5,84 5,89
5,725,78
5,56
5,46
5,36
5,26
5,11
5,61 5,67
5,51 5.56
5,41 5,46
5,315,36
5,21 5,26
5,3.2 9,11
5,03 5,08
58
4,94
5,09
4,99
59
4,86
4,76
4.90
4,95, 4,99
4,82. 4,81 4,91
60
—
Tabla
75
..
—
6,19
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5.93
5.83
5,72
5,61
5,51
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30
31
32
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35
36
37
38
39
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5,22
41
5,17
5,04
.42
4,95
43
44
45
Vi para pesos
76 77
816a8042(Peso
78
79
80
del saco 2’
Tiespo 16
7
10,22
10,31 10,40 10,49 10,58
46
9,89
9,98 10,06 10,15 3.0,24
.9,61 9,75
9,83 9.91
6,62
4.7
48
9,37 9,45 9,53 9,62
40
9,18 9,25 9,33
8,84 8,91
8,99 9,02
8,59 8,61.8,14 8,81
49
50
51
6,52
6,39
6,29
6,13
6,01
9,58
9,29
9.01
8,76
8,52
52
8,43 8,50
8,58 53
8,21 8,28 8,35 54
8,00 8,07 8,14 55
7,80 7,Bj 7.93 56
7,54
7,62 7.67.7,74 57
7,36 7,43 7,49 7,55 58
7,19 7,25 7,32 7,38 59
8,29. 8,36
8,07
8,14
7,86
7,93
7.67
7,73
7.49
7,30
7,13
6,97
6,81
7,03 7,09
6,87 6,93
7,15 7,21 60
6.99 7,05
5,
5,79
5,69
82
6,78 6,84 6,
6,58 6,69 6,69 6,75
6,44 6,50 6,55 6,6]
6,31 6,3j 6,42 6,48
6,19..
6,24
6,29 6,,35
6,06 6,3.2 6,12 6,2
5.93
5,84
5.73
5,62
5,48
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5,43
5,33
5.1].
79
6,72
5,57
5,38
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5,20
39’OK)
78
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5,24
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6,10
5,99
5,8
S.71
9,61
5,5.1
5,29 5,3.3 5,38
5,
3124 5,29
a las notas de Velocidad y Trepa a pulso, que vienen
expresadas en centésimas.
Los cocientes fueron calculados hasta las milésimas,
con el fin de que cuando éstas excedieran de 5, poner las
las centésimas por exceso. Hemos subrayado las cifras
obtenidas por exceso.
Sólo nos resta aclarar que los tiempos no los hemos
calcplado en fracciones de medio segundo, dado que el
error que pueda cometerse interpolando en la tabla
(aunque esa interpolación se haga “a ojo”) será siempre
menor que los errores que autoriza el Reglamento al
ordenar que se tomen por exceso o por defecto los quin
tos de segundo y al señalar series de sacos con una dife
rencia de 2,5 kilogramos, errores a todas luces despre
ciables.
Si aprovechando la gran difusión de nuestra Revista
logramos que estas tablas lleguen a manos de todos los
profesores de Educación Física, el saber que a estos com
pañeros les ahorraremos tiempo y trabajo varias veces
cada año nos compensará con creces del tiempo y del
trabajo que nos ha supuesto la confección de estas sen
cillisimas tablas.
Tb1a
TiempO
VII
para
81
pesos
82
P=8].a85g
83
(Peao
___________
Tiempo
85
84
30
31
10,87 10,97 11,07 11,15 11,24
10,5k 10,62 10,71 10,79 10,88
46
47
32
10,21 10,29 10,37 10,47 10,54
9,7Q
9,9 10,06 10,14 10,22
48
33
34
9,61
35
9,33
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37
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9,62
9,41
9,12
9,76 9,84
9,92
9,48
9,56 9,6
9,22
9,7Q 9,37
49
50
51
52
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44
7,91
7,77
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7,42
8,90
8,97
9,04 9,12 53
8,67
8,74 8,8]. 8,88
54
8,44 8,51 8,58 8,62
55
8,23 8,30
8,31
8,43 56
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8,03
8,10
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7,84
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7,72 7,78 7,84 59
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1,67 60
45
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41
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8]
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6,16
6,02
6,52 6,64
6,47 6,51
6,33 6,38
6,23. 6,26
6,10
6,12
5,97
5,97
6,04
5,92
6,696,72
6,566,61
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6,33.
6,36
6,20 6,22
6,086,13
5,97 6,02
5,72
5,63
5,57
5,78 5,82 5,87 5,92
5,68 5,72 5,77 5,12
5,58 5,67 5,69 5,72
5,44
5,42
5,53
5,57 5,
7,7k
Elsolcomofuentedeenergíaeléctrica.
General Earle F. Cook. D. la publicadónnorfeamoricane Army».—(Tracliccióndel T.nienfe cje Artillería, FranciscoGARCIA
PARRADO, de la Escuelade Aplkación y Tiro del Arma (Seccón de Costa).— Exfrad*il. por le Redacciónde Ekci4o)
¿Qué está consiguiendo la tecnología del espacio en
apoyo del soldado de tierra?
El día 17 de mayo de 1958, los Estados Unidos situa
ron en órbita un diminuto satélite, era una esfera de 6,75
pulgadas de diámetro y un peso de 3,25 libras (1,589 Kg.).
Fué nuestro segundo satélite. El primero, llamado “Ex
plorer 1”, había sido lanzado con todo éxito POCO más
de un mes antes, y con él se consiguió, entre otras cosas,
el descubrimiento del cinturón de radiación Van Allen.
La significación del esfuerzo espacial para nuestras
operaciones terrestres no podríamos prácticamente espe
cificarlas todas en el breve espacio de un sólo artículo.
Propongo, pues, examinar un punto importante con im
plicaciones de largo alcance.
El segundo satélite, conocido oficialmente como el
“Vanguard 1”, estaba equipado con radio. Y el sol, con
su energía ilimitada, era el poder alimentador de la
radio. Un año de permanencia en el espacio era la meta
a alcanzar; sin embargo, cuando estas líneas se esrriben,
el minúsculo satélite todavía continúa sus viajes y misio
nes a través del espacio.
Dos meses después del lanzamiento de esta pequeña
esfera la Unión Soviética puso en órbita su tercer sa
télite, tui vehículo de forma cónica que pesaba 3.000 li
bras (1.362 kg.).
Nada pudo expresar mejor la alegría de Jruschef que
sus propias palabras, cuando decía: “Necesitarán mu
chos apelsinsputniks para compararse con el nuestro.”
Esa fué la nueva palabra con la cual designaba al re
ducido satélite americano, cuya etimología procedía del
vocablo naranja, y su propio satélite.
Dudo que hoy nadie se preocupe particularmente del
gigantesco satélite ruso, quemado ya en la atmósfera
terrestre. En cuanto a la diminuta “naranja” americana,
es otro cantar. El día 17 de marzo de 1961, su tercer ad
versario ha completado, aproximadamente, 11.750 reco
rridos orbitales, y ha viajado a través del espacio unas
408.004.164 millas. Otros satélites han permanecido den
tro de una órbita más amplia, pero, por varias razones,
éste ha sido algo especial para nosotros. El pequeño r
dio-transistor que lleva en el interior de la esfera trans
mite sus débiles pero permanentes señales. Esto sól.
podría considerarse de un extraordinario
alcance de
ejecución. Sin estas señales no podríamos seguir el re
corrido de la esfera en el espacio y seria imposible la
utilización de otros aparatos fijos en el satélite. Corn.
los componentes y la eficacia de la radio han sido bien
demostradas, nosotros, los soldados, sacaremos provecI
de ello al diseñar el futuro equipo militar, lo mismo qüe
sacaremos de los “Explorers”, los “Dicoverers”, “Scor9”,
“Tiros 1” y “Courier I-B”.
El “Vanguard 1” se mueve en determinada órbita,
que varía en distancia de la tierra desde 404 millas .én
su punto más próximo hasta 2.466 millas en el más le
jano. El grad9 de seguridad con que esta órbita fué
calculada y es mantenida, que por primera vez el Ser
vicio Cartográfico ha podido hacer uso de un satélite
para determinar la posición de muchas islas del Pacífie.,
cuya exacta situación no había sido definida antes eso
seguridad.
La órbita establecida ha sido utilizada, también, pr
los geofísicos, tanto militares como civiles. Ahora so
muchos los convencidos de que la Tierra tiene más la
forma de una pera que la de un esferoide achatado pr
sus polos, como pensamos. Numerosas formas y teorías
han sido expuestas en diferentes partes del mundo. Qui
zá con el “Vanguard 1” tenemos el medio de determi
nar cuál es, en realidad, la verdadera forma de la Tie
rra. Por lo menos, contamos con los medios de obtener
mayor seguridad para conseguirlo que hasta ahora he
mos tenido. Conocer las exactas dimensiones del epa
cio, con sus muchas implicaciones a los sistemas de
63
85
armamento en el presente y futuro de nuestras fuerzas
combatientes, es una obligada necesidad.
Estas tres razones pudieran ser merecedoías de un hi
gar bajo el sol para el pequeño “Vanguard 1”. Sin em
bargo, de más directo interés para nosotros es que el
“Vanguard 1”, literalmente, exige un lugar al sol. Los
transformadores
solares en este satélite convierten los
rayos sólares en energía eléctrica, facilitando corriente
al radio transmisor durante estos tres años pasados.
Debido a este continuo éxito, las células solares han
sido admitidas como el más eficiente y seguro medio de
energía eléctrica para los satélites y vehículos espacia
les. Son ya numerosos los ingenios que, con todo éxito,
han sido enviados con sus racimos de células solares.
Este primer uso de la energía solar es una caracte
rística desdeñada por los que miden el éxito de una
empresa espacial en razón del tonelaje, y está siendo
el más importante aspecto del triunfo de esa “naranja”.
Hubo considerable ansiedad entre los científicos ante
el temor de que los micrometeoritos chocando con el sa
télite en el espacio, enturbiasen o dañasen el espejo que
cubre las células solares. Se pensó que la vida de su
funcionamiento sería breve relativamente. En la actua
lidad, las señales de radio son tan fuertes como lo eran
hace tres años. A causa de esa efectividad, continúan
estas células solares suministrando energía al transmi
sor cada vez que el satélite está bajo la luz del sol.
Este éxito no ha sido debido a cuestión de suerte ni
a juego cte azar. En los comienzos del año 1957, los cien
tíficos del Servicio de Transmisiones experimentaron la
demostración de su teoría, según la cual las células so
lares, generando energía, resolvían los problemas de los
misiles y vehículos espaciales. Entonces varios racimos
de células solares, amparados por espejos, se adaptaron
a un cohete Aerobee-Hi, que fué disparado a una alti
tud de 190 millas. Las células solares facilitaron la ener
gía para que la radio operase, enviando señales a la
Tierra. El cohete, a una velocidad superior a una milla
(1,609 Km.) por segundo, a travs de la atmósfera, ge
neró un calor intenso, y no obstante el efecto adverso
de su giro y rápida aceleración, pudieron soportarlo las
células. En algunos aspectos, estas condiciones fueron
más severas que las que las células tendrían que sopor
tar como parte del satélite, pues, por lo menos, el saté
lite, durante su recorrido por la atmósfera, va protegido
del calor y la fricción por el cono del vehículo lanza
dor.
Ahora podemos refrescar aquí nuestra memoria res
pecto a lo que son estas células solares. Estas son ‘el
resultado de la misma investigación que produjo el tran
sistor”, un pequeño y al parecer sólido ingenio que sus
tituye a muchas lámparas. Las radios tácticas las po
seen.
En términos simplificados, diremos que los científi
coz descubrieron en la práctica que un pedazo de sili
cón puro, prensado con una delgada capa de silicón do
tada de ciertas impurezas, resultaría una composición
sensible a la energía del sol. Esto es, la unión entre los
dos componentes de silícón reaccionaría emitiendo ener
gía eléctrica. Un circuito eléctrico podía ser conectado
a esta unión y cuando quedara expuesta a la luz solar
u otros rayos de luz, ésta se convertía directamente en
corriente o energía eléctrica. Esta es, pues, la célula so
lar.
Por sus dimensiones, resulta aparente que es un ver
dadero problema trabajar metales de tan escaso gro
sor. Por ejemplo, se requiere fabricar una lámina cte sili
cón, con un grueso de una dicamilésima de pal gada
(0,000254 mm.) y con resistencia a calorías del orden de
los 1.400 grados centígrados. Sin embargo, estas deman
tías exigidas fueron satisfechas y la célula solar produ
jo en el año 1954 una mayor eficiencia en la conversión
64
,e luz que cualquier otro transformador directo luz-elec
tricidad conocido por entonces, con una eficacia de un
seis por ciento. Esta célula básica fué mejorada por la
industria.
Todavía los científicos militares del Army no están
satisfechos con las eficientes células solares. Teorías y
experimentos, así como pruebas nucleares de gran al
titud indicaron que en cualquier vehículo espacial o sa
télite expuesto a la radiación nuclear, las células so
lares pueden ser dañadas por tal radiación. Los cien
tíficos fabricaron y rriejoraron la célula solar, que “es
quizá el más importante adelanto en este campo de la
ciencia desde oue la primera célula solar fué fabricada
en 1954”. Estas células resistirán cuatro veces más la
radiación durante mayores períodos de exposición, sien
do también fabricadas a unos 950 grados centígrados,
lo que da un más alto porcentaje de buenas células, a
un coste menos elevado. Nuestras perspectivas sobre
energía solar, para misiles y vehículos espaciales, aumen
ta y promete como nunca.
Ahora puede hacerse una razonable pregunta: ¿todo
esto le da a nuestro Ejército una mayor capacidad com
bativa?
En junio de 1957, un portavoz del Ejército dijo a la
prensa: “En breve, el radio-casco Sólo necesitará ser ex
puesto a los rayos del sol para obtener el poder eléctrico
suficiente para operar como transmisor y como recep
tor.” Los ingenieros utilizaron un modelo de casco para
comprobar que las células solares podían hacer funcio
nar el más pequeño transmisor-receptor del mundo. To
davía no hemos conseguido el radio-casco de energía
solar, porque su coste aún no se ha ceñido a los límites
razonables, pero creo que ese problema también será
resuelto.
Esta célula solar puede ser utilizada algón día por
nuestros combatientes en las radios tácticas de tipo li
gero.
El día 21 de junio de 1960, un operador de radio del
Ejército, estacionado en Fort Monmouth, Nueva Jersey,
llamaba a otra estación de radio, situada sobre la costa
oeste. La respuesta llegó fuerte y clara. Es práctica co
rriente, .podrá alguien decir. Sí, lo es, excepto en que
cada estación utilizaba, como fuente de energía, una
manta de unos 20 pies cuadrados, de pequeñas células
solares. Para la prueba, cada estación funcionó con una
potencia media de 100 watios; como puede notarse, no
era una potencia de grado reducido. Desde entonces, la
estación de radio de Monmouth ha estado operando y
en contacto con Europa, Africa y Oceanía.
Este experimento demuestra que en la actualidad el
Army puede utilizar también la célula solar y la ener
gía natural del sol para la radio comunicación a larga
distancia.
En Los Angeles, el día 3 de marzo de 1960, un auto
móvil era conducido, llevando en la parte superior de
la carrocería un panel de células solares que facilitaban
la energía con que el coche marchaba. La revista “News
letter”, de la Association for Applied Solar Energy, in
cluía esta significativa observación: “Aunque el vehícu
lo, de extraña apariencia, no parece tener un uso prác
tico, ciertamente, por el momento, su aspecto no es más
raro que el de los coches de gasolina de 1900.”
He aquí, únicamente, tres ejemplos de uso terrestre,
en los cuales las células solares fueron puestas en el
campo de la investigación y el experimento. La célula
solar está ganando utilidad para su uso donde el poder
eléctrico comercial es escaso o donde las fuentes de
energía, como baterías y generadores, no pueden ser uti
lizados por razones prácticas. Con toda certeza, las apli
caciones militares son evidentes.
En estos ejemplos de aplicaciones terrestres, la ener
-gía eléctrica procedente de células solares era almace—
-
nada en un ingenio que servía de receptáculo, y de don
de se suministraba energía cuando era necesario.
Pero volvamos de nuevo a nuestro pequeño satélite.
Mencionaba que la corriente llegaba al transmisor
cada vez que el satélite pasaba ante la luz del sol. En
el instante en que el satélite surgía de la sombra de
la Tierra, en ese previsto segundo, la energía radiante
del sol sacudía las células solares y el transmisor em
pieza a lanzar sus señales de nuevo.
Contrariamente
al caso del automóvil, por ejemplo,
no existe el ingenio que almacena energía a bordo del
satélite, pues no había espacio suficiente en el interior
de tan minúscula esfera. Las células solares se encuen
tran acopladas directamente al transmisor y, por lo
tanto, la radio permanece silenciosa cuando viaja el
satélite a través de la sombra de la Tierra. El “Cou
rier I-B”, de 500 libras, del Army, fué equipado con un
medio en el cual se almacenaba la energía producida
por las casi 20.000 células solares que llevaba alrede
dor de su superficie. Baterías en miniatura obtenían su
carga y facilitaban corriente cuando el satélite de co
municaciones estaba dentro del círculo de sombra de
la Tierra.
El método más práctico y capaz de almacenar ener
gía eléctrica del sol es el acumulador. Pero éstos son
demasiado pesados y voluminosos si queremos que con
tengan bastante corriente. Muy limitado número de ve
ces que pueden ser cargadas, si es que pueden serlo más
de una. Su costo es elevado para el provecho que de
vuelven.
No es que las baterías sean innecesarias o que no hayan
mejorado. Lejos de ello, durante varios años, el Ejército
tuvo la responsabilidad de la investigación y progreso
le las baterías y el esfuerzo de investigación por los
científicos del Ejército y por contrato con la industria,
ha conducido a muchos progresos en las bateríaS, que
merecen la pena tenerse en cuenta.
Por ejemplo, durante los últimos doce años, se ha des
arrollado en siete veces la capacidad de la pila común
de linterna. La batería recargable también ha sido me
jorada, así como las baterías atómicas y las de tipo mi
niatura de níquel y calamina han progresado, siendo
este último modelo el utilizado en el sistema de baterías
de prueba de la mayoría de los misiles del Army.
¿Y dónde nos encontramos con relación a la conver
sión directa de la luz solar en energía eléctrica? Vea
mos en algunos ejemplos concretos lo que hemos he
cho. En el “Vanguard 1” (1958) produjimos y utilizamos,
intermitentemente,
unos 10 milewatios; en el “Expio
rer VII” (1959) utilizamos 5 watios; en el “Tiros” (1960),
unos 19 watios. El progreso no puede ser más seguro.
Estamos muy lejos todavía de donde debemos estar,
pero muy distantes de donde nos hallábamos hace sólo
tres años. Los científicos de los Servicios y de la Indus
tria continúan investigando los hornos de fundición so
lar, los concentradores solares, etc., y experimentando
con células de alimentación por combustible con capa
cidades de reactivación, así como explorando reversibles
reacciones químicas. Se estudian métodos químicos, me
cánicos y térmicos para el almacenamiento de energía.
Todo esto son hechds que para nosotros tienen indivi
dual relación como soldados. Representan otros cami
nos y otros medios que afectarán nuestra capacidad com
bativa, algunas quizá mañana, otras en los años futuros.
Las armas básicas individu&les del ejército soviético.
Resumen y comentarios
de varios arfículosde la publicaciónalemanaSoIdaf
und Technik».— (Traduccionesdel ComandanfeWILHELMI, del C. 1. A. C.)
INTRODUCCION
les” o “metralletas”, capaces también de hacer fuego en
ráfagas, pero disparando, generalmente, munición “f lo
Desde la terminación de la última guerra mundial, ja”, de tipo pistola.
los países más importantes de ambos bloques, oriental
Se comprende que, a base de estos tres tipos de armas
y occidental, hán tratado de modernizar el armamento
y jugando además con las características de las muni
ligero individual de sus combatientes, adaptándolo a las ciones antes señaladas, los diferentes países hayan adop
exigencias de la guerra moderna.
tado soluciones que difieren entre sí.
Fáctor común de esta tendencia, en todos los países,
Así, los paises del bloque occidental, que están equi
es la desaparición del clásico fusil o mosquetón repeti
pados, o se están equipando con armas ligeras modernas,
dor, en el que es necesario accionar a mano el cerrojo tienden a mantener dos armas individuales: un fusil
cada vez que se quiere hacer un nuevo disparo.
automático o •de asalto y un subfusil. El primero para
Para sustituir es arma individual clásica, que, en las tropas normales y el segundo para algunas unidades
una u ótra ‘versión, ha ubierto siglo y medio de Histo
especiales, como dotaciones de carros, etc. Para la pri
ria Militar, surgieron, primeramente, los fusiles semiau
mera de las armas se emplea el conocido cartucho tipo
tomáticos, es decir, los que realizan la carga automáti
NATO dé 7,62 X 51 (calibre 7,62 y 51 milímetros de lon
camente, pero disparando tiro a tiro. Y más tarde, los gitud de vaina); para la segunda arma, un cartucho
fusiles individuales automáticos, a los que se dió en lla tipo pistola (análogo a nuestro 9 milímetros largo), que
mar “de asalto”, los cuales no sólo cargan automática
suele ser el de 9 X 19 milímetros.
mente, sino que pueden también disparar en ráfagas.
El ejército soviético, por el contrario, ha seguido un
Estos dos tipos de armas, los fusiles semiautomáticos
camino diferente. Ha desarrollado un cartucho del tipo
y los automáticos o de asalto, están proyectados para que hemos llamado “fuerte” o de fusil, pero más
disparar munición “fuerte”, es decir, munición de tipo corto, menos potente y pesando aproximadamente 7,5
fusil, aunque no tan potente como la de los fusiles re
gramos, menos que el NATO. Para este cartucho de
petidores y no de tipo pistola. Pero, paralelamente a 7,62 X 39 milímetros ha desarrollado dos armas: una
estas armas, se han conservado y se han ido mejorando
carabina semiautoqniítica, denominada “SKS”, y otra
y transformando, también, las armas llamadas “subfusi
automática (tipo fusil de asalto), llamada “Kalaschni
65
Fig. A.—1usi1 ruso semiautomático
kow” o simplemente “AK”. De esta última arma hay
una versión, con culatín rebatible, para ser empleada
por aquellas unidades especiales que iban antes equipa
das con subfusiles o metralletas. Es decir, que han idu
a la constitución de una familia de dos armas indivi
duales homogéneas, con munición unificada. También
parece que disponen de un fusil ametrallador para ese
cartucho. Esto, unido a que llevan estas 1rma% no
sólo el ejército soviético, sino también muchos país?s
satélites (al menos la carabina semiautomática, de la
que han suministrado incluso a países del Oriente Medio),
representa una gran ventaja para la fabricación y su
ministros.
A continuación se expone una ligera descripción de
los dos fusiles soviéticos que parece van a constituir ] 1
base de su armamento individual, así como de su común
cartucho, completado, a título orientativo, con los datos
del cartucho NATO de 7,62 X 51.
LA
CARABINA
SEMIAUTOMATICA
“SKS”
La carabina semiautomática “SKS” construida, como
ya se dijo, para disparar el “cartucho corto” de 7,62 )< 39
milímetros, viene a sustituir, en el ejército soviético, al
fusil “Mossim-Nagant” modelo 1891/30 y a la carabina
del mismo sistema, modelo 1944. Estas armas disparaban
el cartucho ruso normal de 7,62 X 54 milímetros, mode
los 1908 y 1930. Aun cuando la carabina semiautomática
“SS”
se emplea ya én el Oriente Medio, en los países
que han recibido ayuda militar rusa, hasta ahora sólo
se han publicado muy pocas notas sobre este arma y
han sido de tipo general.
DATOS
TECNICOS
Peso delarma
DEL ARMA
(sin portafusil
Y SU MUNICION
ni cartuchos):
Con bayoneta normal3,85
Kg.
punzante3,70
Longitud del arma1.020
con bayoneta n o r m a 1
abierta
1.260
Longitud con bayoneta punzante
1.325
del cañón
518
Calibre
7,62
.
Fig. B.—Cortedel
66
fusisemiautomátjco
«S. K. S.
con bayoneta
rebatida.
Longitud de la línea de mira
480
Graduaciones de alza (de 1 a 10),
o sea de
100 a 1.000mt.
Alza fija
300
Tiro apuntado hasta
1.000
Distancia útil de combate hasta
400
Velocidad práctica de tiro
30/40 disp/min.
Cartucho
7,62 X 39 mm.
*
*
La carabina semiautomática “SKS” (iniciales de sa
masarjadnyi Karabin Siminow) es un arma que funcio
na por toma de gases, con cierre basculante, accionada
a mano para la primera carga. Dispone de un cargadbr
fijo con capacidad para 10 cartuchos. Los cartuchos es
tán dispuestos en dos filas en este cargador y el muelle
de lámina que llevaba el arma anterior ha sido susti
tuida, en ésta, por un muelle en espiral. Aun cuando
en la descripción rusa no se menciona la forma de recarga, puede suponerse que se utilicen cartuchos engar
zados en cargadores de chapa, sencillos (del tipo de los
el mosquetón Mauser). Naturalmente
también podrá
cargarse el cargador fijo del arma, a base de cartuchos
sueltos. Al terminarse el cargador, el cierre es retenido
en su posición retrasada, por medio de un trinquete,
indicando al tirador que debe recargar de nuevo su arma.
Como puede desprenderse de su denominación, este arma
está dispuesta solamente para realizar fuego tiro a tiro,
aunque con carga automática. Se observa también que
los rusos no han renunciado al uso de la bayoneta n
este arma, habiéndose previsto dos tipos de cuchillo,
uno de ellos rebatible y cortante y otro que se recoge
hacia un costado y es sólo punzante.
El cañón va fijo por medio de rosca al cajón de me
canismos y lleva en su parte anterior el soporte del
punto de mira, siendo este último regulable en altura
y lateralmente. Dicho punto de mira va protegido por
un arco. La bayoneta va fija a la parte inferior del
soporte del punto de mira, el cual deja pasar también
la baqueta de limpieza. A un tercio de la boca del cañón
va colocada la cámara de gases que comunica por un
taladro inclinado con el ánima. A través de dicho tala
dro inclinado penetran los gases que actúan sobre el
émbolo de accionamiento del sistema de cierre. La cá
ruso cS. K. S. con bayoneta
atinada.
-
mara de gases tiene unos muñones que sujetan el cilin
dro de gases.
En el centro del cañón va un anillo al cual se fija
la parte anterior de la caja de madera del arma.
En la parte posterior del cañón va montado el alza,
de tipo normal, con corredera desplazable sobre una
curva y con graduaciones de 1 a 10 (100 a 1.000 metros).
La particularidad de este alza es que tiene una muesca,
señalada con una “A”, que corresponde a la graduación
de 300 metros. Con sólo tirar hacia atrás de la corredera
del alza, y hasta que quede encastrada en dicha muesca,
llamada alza normal, pueden batirse todos los blancos,
hasta una altura de 50 centímetros, dentro de una dis
tancia de 350 metros. El soldado soviético recibe instruc
ciones en el sentido de que cuando tiene el alza en esta
posición normal apunte aprovechando el borde inferior
del alza hasta distancias de 300 metros; desde 300 me
tros en adelante debe apuntar sobre el borde superior
del alza.
El cilindro de toma de gases lleva unas aberturas para
eliminar los gases sobrantes. Se desplaza sobre los mu
•ñones de la caja de gases y está protegido, por encima,
con un pequeño guardamanos de madera.
El pistón de accionamiento se mueve en el interior
del cilindro de toma de gases y transmite su movimiento
a través de una varilla sobre el soporte de cierre y su
muelle, que arrastran hacia atrás a todo el sistema de
cierre. El muelle recuperador de la varilla empujadora
del pistón es el encargado de volver a su posición pri
mitiva a todo el sistema de accionamiento del arma.
El cajón de mecanismos aloja en su interior el cierre,
el muelle recuperador, el mecanismo de disparo y per
cusión y el cargador. En la parte inferior de dicha cajón
de mecanismos van unas guías para el cierre, así como
unos alojamientos para la colocación del arco de guar
damonte, el expulsor, los alojamientos del bloqueo del
cierre o la pieza de retenida del mismo. En la parte
posterior del cajón va roscada una tapa.
El sistema de cierre, que se mueve a lo largo del ca
jón de mecanismos, se compone del soporte y la cabeza
del cierre. El empujador conectado al pistón del cilindro
de gases empuja contra la cara anterior del soporte del
cierre y lo pone en movimiento.
El sistema de cierre dispone de una palanca exterior
para montarlo a mano y dentro del cajón de mecanis
mos van unas muescas que hacen que la cabeza del cie
rre salga de sus alojamientos de bloqueo al ir hacia
atrás y que luego, al avanzar de nuevo para cerrarse,
vuelva a quedar bloqueado. En el interior del sistema
de cierre va alojado el percutor con su muelle y el ex
tractor. La cara anterior de la cabeza del cierre lleva
la forma adecuada para adaptarse al culote del cartu
cho. En su parte superior lleva la cabeza del cierre una
ranura transversal que lo une al soporte de cierro.
El sistema del recuperador va alojado en el cajón de
mecanismos, sobre el sistema de cierre y se compone
Fi.
1.—Fusil automático
del muelle recuperador, el tubo-guía exterior y la varilla
guía interior. El mecanismo de disparo y percusb5n va
montado sobre la placa de disparo, siendo sus piezas
principales: el martillo, que impulsa al percutor hacia
adelante golpeando sobre él; el muelle del martillo, que
le hace dispararse; el disparador, compuesto de palanca
de disparo; guías de la misma, y muelle disparador, que
hace volver a la palanca de disparo a su posición pri
mitiva cuando se suelta el gatillo. El martillo lleva un
trinquete que impide su disparo si el arma no está ace
rrojada. El seguro del arma fija el disparador de tal
manera que, limitando su movimiento, impide el dis
paro involuntario.
El cargador va fijo al arma y tiene una capacidad para
10 cartuchos, Consta de la caja del cargador, la tapa de
fondo, el elevador y el muelle del elevador.
Para el manejo del arma lleva ésta una caja, de tipo
normal, construIda en madera contrachapada.
La construcción del arma permite montarla y desmon
tarla, para su cuidado y limpieza, sin necesidad de he
rramientas especiales.
Para desmontar el arma se procede de la siguiente
forma: Comprobar si el cañón está libre; quitar la ba
yoneta; retirar la tapa del cajón de mecanismos; des
montar el dispositivo de recuperación; sacar el sistema
de cierre, separando luego la cabeza del soporte; quitar
el cilindro de gases y el guardamanos, separando tam
bién el pistón del interior del cilindro. Para montarla
se procede en forma inversa.
Si el arma se cuida en su manejo, funciona sin in
terrupciones. La mayoría de las interrupciones que se
presentan pueden eliminarse, simplemente, por un rear
me a mano. Si el arma está excesivamente engrasada,
es necesario limpiar el aceite o la grasa sobrantes, antes
de disparar.
Es de observar que tanto la cámara de gases como
el taladro del cañón están totalmente exentos de grasa,
para evitar posibles abarrilamientos del cañón. El arma
no tiene posibilidad de graduar el sistema de toma de
gases para la regulación del funcionamiento.
La carabina semiautomática “SKS” es corta, maneja
ble y aproximadamente un kilo más ligera que las ca
rabinas o fusiles automáticos. Hay que suponer que la
carabina “SKS” responda a todas las exigencias impues
tas por el ejército soviético, ya que seguramente ha
brán tenido en cuenta su amplia experiencia en este
tipo de armas semiautomáticas durante la segunda gue
rra mundial.
EL FUSIL AUTOMATICO
(Tipo fusdi asalto)
“KALASCHNIK.OW”
(AK)
El fusil automático “AR” del ejército soviéLico ha siclo
proyectado con arreglo a los más modernos conocimien
tos técnicos rusos. Se le puede comparar con el antiguo
KALASCFINIKOW
(AK) tiro juszl de asalto.
fusilde asalto alemán MP-4de la segunda guerra mun
dial, .esando diseñado como aquél para un cartucho cor
to y teniendo también bastante analogía en su forma.
Puesto que la designación de “fusil de asalto” no quiere
decir. nada. desde el punto de vista técnico, sería mejor
emplear para este tipo de armas el nombre de “carabina
ametr ailaora”.
Fig. 3: Guardamanos.
Tipo .constructvo
(fig. 1)
1. Envuelta metálica;
3. Apojos.
.
—
2. Madera;
ridad de poseer una muesca que corresponde a la gra
El fusil “AK” funciona por toma de gases, con el ca
ñón taladrado y con el dispositivo de toma de gases duación de 350 metros, pudiendo el soldado con un sim
ple movimiento de la carredera colocarlo en este punto.
por encima. de dicho cañón. Dispone de un cierre gira
Con el arma asi graduada pueden batirse todos los blan
torio con acerroj amiento por tetones. El muelle recupe
rador va alojado por ‘su parte anterior en un húeco cos hasta la altura del pecho, en una distancia de 35
del portacierre, siendo guiado posteriormente dentro de metros.
El guardamanos superior (fig. 3) se compone de una
un tubo que’ va acoplado al cajón de mecanismos. El
arma se construye en dos versiones, una de ellas con semienvuelta metálica (1) y de una parte de madera (2).
Su objeto es proteger el cañón de suciedades y las ma
Culata fija de madera y ótra con cuiatín metálico reba
tible. Tiene un dispositivo para poder pasar del fuego nos del tirador para que no se queme. El guardamanos
tiro a iro a fuego ametrallador. La alimentación se se monta metiendo a corredera la envuelta delantera
sobre el cilindro de gases. Esta envuelta está taladrada
realiza ‘por medio de un cargador de petaca para 30 car
tuchos; curvo, que se introduce por la parte inferior para permitir el paso del calor del cañón y también de
del arma. Puede acopldrsele una bayoneta. También es los gases de pólvora después de haber accionado sobre
posible :disparar con cartuchos de fogueo, colocándole en el pistón dentro del cilindro.
la boca del cañóñ el correspondiente brocal. En una des
cripción rusa del arma se habla de un alza óptica noc
turna que puede colocarse sobre el arma. Los útiles de
limpieza pueden ir alojados en un hueco practicado en
la culata de .madera.
Este arma está construida para disparar el cartucho
corto de.762 X39, cuyos datos se darán más adelante.
Fig
Descsipción del arma
Sus parte8 princiales
son: cañón, guardamanos, caja
antrir
.cajón.de:mecanismos con el dispositivo de dis
para, sistema ;dé cierre, portacierre con pistón para la
torna.dc:gases,dispositivo
de recuperación, culatín, car
gador.yaccesorios.:
El cañón ‘fig. 2) lleva hacia la zona de boca el so
porte del punto de mira encajado sobre él a presión.
Dicho sçporte lleva ‘el punto de mira (3) regulable en
altura,la
protección del punto (4) y también un taladro
para paso’de la baqueta de limpieza. El soporte del
punto de mira se sujeta al cañón por medio de una
tuerca. Cuando quiere dispararse con cartuchos de fo
gueo se separa dicha tuerca y se la sustituye por el
brocal. adecuado..
En el primer tercio a partir de la boca lleva el cañón
un taladro inclinado sobre el cual va colocado el dis
posityo de toma de gases (5) con Su cilindro de gases (6).
Aproximadamente hacia la mitad del cañón va una bri
da de unión. (7) que sirve para la sujeción de la caja
de madera anterior.
En la parte posterior del cañón y sobre la recámara
va colocado el soporte del alza (8) y el alza de corredera
sobre resbaladeras curvas. Este alza tiene la particula
4
6
.-
Ji
Fig. 2: Cafi6a.
1. R’’sca; 2 Soporte del punto de mira:
3. Punto de mira; 4. Protección del punto de mira; 5. Dis
positivo de toma de gases; 6. Cilindro de toma de gases;
7. Brida de unión; 8. Pie de alza.
68
—
Caía anterior de madera.
La caja anterior (fig. 4) cubre al cañón por su parte
inferior. Sirve para el manejo del arma y como guar
damanos. Se Sujeta entre la brida media del cañón y el
soporte del alza por ambos extremos.
£l cajón de mecanismos (fig. 5) aloja el sistema de
cierre, que consta de cabeza y soporte de cierre. En su
interior van practicados los rebajes (1) p.ara que en
cajen los tetones de acerrojamiento de la cabeza de
cierre. También lleva montado lateralmente el expul
sor (2). Detrás y en la parte superior lleva el cajón dos
ranuras. Una longitudinal (3) que aloja el muelle re2
/
...__,
Fig 5: Cajón de mecanismos con mecanismo de disparo.—
1. Alojanientos
de bloqueo; 2 Exoulsor; 3 Guía ion gítu
dina!; 4. Ranure tren versal.: 5. Palanca de seguro e in
verió.nde
tiro a tiro y ametraIador.
cuperador y otra fransversal (4) donde se fija la tapa
del cajón..de mecanismos: La palanca (5) colocada en el
costado externo derecho del cajón sirve al mismo tiempo
para pasar de tiro a tiro a ráfaga y para poner el arma
en seguro. En la cara externa del cajón van practicadas
unas muescas para fijar las tres posiciones anteriores
cJe la palanca del seguro. Cuando la palanca está en la
posición de seguro cubre la ventana de expulsión, con
lo cual se pretende que, llevando el arma en esta posi
ción; no. entre polvo o suciedad en su interior.
El mecanismo de disparo y percusión también va alo.
-
4.
Fig. 6: Cabeza de cierre.— 1. Tetones de bloqueo; 2. Levas
de mando; 3. Alojamiento del extractor.
jado en el cajón de mecanismos y se compone de: mar
tillo, muelle del martillo, disparador, pestillo interrup
tor y palanca de disparo en fuego ametrallador y palanca
del seguro.
El cierre (fig. 6) lleva alojado en su interior el per
cutor y en su cara externa va conformado de acuerdo
con el culote dei cartucho. En la cabeza del cierre y
en su parte anterior van dos tetones (1) y las levas de
mando (2) para el bloqueo. Los tetones se introducen
en las ranuras de bloqueo del cajón de mecanismos y
las levas de mando actúan sobre las correspondientes
curvas del soporte del cierre. Lateralmente lleva la ca
beza del cierre un alojamiento para el extractor (3). En
la parte frontal inferior va una nariz con la cual son
arrastrados los cartuchos al intérior de la recámara.
El culatín (flg. 8) rebatible consta de dos brazos late
rales (1) y la placa de apoyo (2). Este culatín puede
rebatirse hacia adelante (fig. 9), •para lo cual es nece
sario presionar sobre el botón (3).
El cargador, de forma •de petaca, es curvo y tiéne ca
pacidad para 30 cartuchos. Consta de la caja del carga
dor, el elevador y el muelle del elevador. Los cargadores
los llevan los tiradores en unas bolsas adecuada.
Como accesorios lleva el arma una baqueta, pna fe
minela, un destornillador, una aceitera y otros, elemen
tos de limpieza y desarme. La baqueta va coloçada de
bajo del cañón y todos los demás elementos, a exqepción
de la aceitera van colocados dentro de un, bote,.. cuya
Fíg. 9.
Fig 7: Sor,orte del cierre on pistón de toma de gases.
1. Cogida para la cabeza del cierre; 2. Palanca de montafe; 3 Desviador del martillo.
El soporte de cierre (fig. 7) hace girar a la cabeza
del cierre y la arrastra además hacia adelante y hacia
atrás. La parte cilíndrica de esta pieza es conducida en
el alojamiento (1) del sistema de cierre. Lateralmente
lleva la palanca (2) de montar a mano. En su parte
posterior, el soporte de cierre lleva un, resalte• (‘3.) que
sirve para impedir que el martillo golpee sobre el per
cutor cuando el arma no está completamente acerro
jada. Este resalte sirve al mismo tiempo para iniciar el
montado del martillo al comieñzo del retroceso del sis
tema de cierre. El automonatismo del arma, incluido el
bloqueo y desbloqueo del cierre, se realiza por medio
de una leva en forma de •curva tallada en el soporte
de cierre, sobre la que acti’an las levas de mando de
la cabeza. Por ‘su parte anterior, el soporte de cierre
se prolonga en forma de pistón (5), que penetra en el
cilindro de torna de gases.
del arma
El fusil (AK) es sencillo en su construcción y también
en su manejo. El cargador puede’ llenarse metiendo car
tucho a cartucho. Para cargar el: arm’a se’ introduce el
cargador, enganchándolo primero en su parte ‘anterior
y tirando luego de él hacia atrás y hacia arriba hasta
que quede sujeto por el retén del cargador. Para las
dos modalidades de fuego, tiro a tiro o ametrallador,
se colocará la palanca de seguro en una u otra de las
anteriores posiciones. Para la carga a mano se procede
como corrientemente.
Datos técnicos
3,470 Kg.
Peso del arma sin cargador
3,800
con cargador vacío
4,300
con cargador lleno
0,330
‘del cargador vacío
0,830
lleno
de la bayoneta
0,370
Longitud’ del arma con caja de made
ra y sin bayoneta870
“
mm.
Longitud del arma con caja de made
ra con bayoneta1.070»
:
Longitud del arma con culatín reba‘ :
tido
:6.45
Longitud del cañón
‘413’
Calibre7,62
Graduaciones del alzaDe
100 a 800 mts.
Alcance máximo‘
: 1.5.00
rtts.
“
‘
“
,
,
‘...‘
Distancia
máxima
normal
Zona
tiro
1
Fig:
8: Culatín rebatible. — 1, Brazos; 2. Placa de apojo
en el hombro; 3. Botones de retenida.
hacia ad’elate.
tapa sirve al mismo tiempo de tapabocas’ del arma, para
proteger el ánima durante la limpieza. El. conjunto del
bote con los aparatos de limpieza puede introducirse’en un
alojamiento practicado por detrás del culatín de madera
y tapado con una chapa que se mantiene cerrada auto
máticamente.
Manejo
4
El arma coa el culatíri rebatido
—
Zona
tiro
de
800
empleo
de
empleo
la
altura
400’”’’
batida
hasta
del
50
a tiro
por
100.
a
100
metros,
en
del
por
100,
a
100
metros,
en
50
del
ametrallador
Velocidad
teórica
Cadencia
práctica,
de
tiro
en
Velocidad
...
inicial
tiro
..
a tiro
ráfagas
pecho.
350”’
10 X ‘10 cm.
•‘1’9
600
40
100’
X ‘19cm.
d.is/min.
dts/mia.
dis/min.
70
mt.s/.seg.
69
Mecaulsm,o del disparo
Para el tiro a tiro, el martillo queda retenido por el
interruptor de tal manera que sólo puedé volAl accionar el disparador se libera el martillo y sale pestillo
verse a disparar dejando libre el gatillo y volviendo a
impulsado hacia adelante por la acción de su muelle, gol accionario. Al pasar a la posición de fuego ametral1ador,
peando contra el percutor y produciéndose el disparo.
pestillo interruptor se retira completamente de tal
Parte de los gases de la car2a de propulsión en ira en el
manera que no pueda enganchar al martillo. El martillo
el cilindro de toma de gases a través del taladro prac
queda cogido solamente por el diente correspondiente
ticado en el cañón e impulsan bruscamente, durante
al fuego ametrallador, y liberándose de él automática
un corto recorrido, al pistón hacia atrás.
mente, cuando el cierre alcanza su posición más ade
El soporte de cierre unido a dicho pistón recorre al lantada y el arma ha sido acerrojada.
principio, él sólo, un pequeño camino hacia atrás, arras
trando con su nariz inferior al martillo hacia atrás, con
lo cual libera al percutor de la presión que dicho mar
Arme y desarme del arma
tillo estaba ejerciendo sobre él. Después, la curva de
dicho soporte de cierre hace que la cabeza de cierre
Para la limpieza y cuidado del arma sólo se precisa
sufra un movimiento de giro en virtud de sus levas al
apoyarse sobre aquella curva, con lo cual los tetones un desarme parcial, debiéndose proceder de la forma
siguiente:
de bloqueo de la cabeza se zafan de los correspondientes
alojamientos del cajón de mecanismo. A partir de este
Quitar el cargador; para lo cual se presiona con
mornentó el sistema de cierre está ya desbloqueado y
el pulgar sobre la palanca del retén, basculando el
libre de continuar su retroceso durante el cual extrae
cargador hacia adelante y hacia fuera.
la vaina de la recámara, la expulsa y comprime el mue
Se tira hacia atrás del cierre por medio de la pa
lle recuperador, así como el del martillo. El retroceso
lanca de montar, comprobándose que la recámara
del sistema de cierre termina cuando se comprime has
está vacía. Después se suelta de nuevo el cierre.
ta un cierto punto el muelle recuperador.
Se presiona sobre el tubo-guía del muelle recupera
Dicho muelle recuperador impulsa de nuevo hacia ade
dor y se rebate la tapa hacia arriba.
lante el sistema de cierre, la cabeza arrastra un nuevo
cartucho .y le introduce en la recámara, terminando el
Se quita el muelle recuperador.
avance del cierre cuando llega a tope con el plano de
Por último se sacan el soporte y la cabeza del cie
culata deI cañón; pero el soporte del cierre continúa
rre, tirando para ello hacia atrás de la palanca de
aún su recorrido hacia adelante un pequeño trayecto,
montar que arrastrará el soporte del cierre, hasta
durante el cual vuelve a obligar a la cabeza del cierre
encontrar el tope, y levantando después la palanca
a girar sobre su eje y a que e introduzcan sus tetones
hacia arriba uno o dos milímetros hasta que pueda
en los correspondientes alojamientos de bloqueo del ca
sacarse todo hacia atrás. Una vez sacado el sistema
jón, quedando el arma montada, bloqueada y dispuesta
de cierre, se separan entre sí la cabeza y el soporte.
para un nuevo disparo.
El armado se realiza en sentido inverso.
—
—
—
—
La potencia militar de la China roja
De la revs+a Military Raview’. Por el Mayor Edgar O’BALLANCE.—(Traduc
ción extractadade la «Rivisfa Militare». Por el Coronel ARIZA GARCIA).
La China comunista es el único país del mundo que
afirma no temer una guerra atómica; también, a dife
rencia del otro coloso comunista, Rusia, no tiene inte
rés alguno en la coexistencia pacífica.
No se conocen datos precisos sobre las Fuerzas Armadas chinas, pero. las noticias que con ciertas garantías
están disponibles, nos permiten trazar un cuadro gene
ral de la situación militar del pais.
visiones más, tan pronto posean el material correspon
diente.
También existen tres divisiones aerotransportadas
y
unas 15 divisiones con relativa instrucción anfibia. Sin
embargo, Ja masa pincipaI
lo forman divisiones de
Infantería. Para completar el cuadro de las “unidades
especiales” tienen algunas divisiones y regimientos de
Infantería motorizados, así como un reducido nñmero
de unidades de Ingenieros especializadas.
Se ignora el número de divisiones de Infantería, pero
FJ1ejército regular chino
hasta hace poco disponían de cerca de 150, independien
temente de unos 300 regimientos y batallones autónomos
Probablemente
alcanza un total de cuatro millones de Infantería. La división de Infantería, que cuenta con
y medio de hombres, de los cuales cerca de tres millones unas 14.000 hombres, es de estructura ternaria, similar
pertenecen a unidades combatientes y el resto a los a la rusa, pero carece de unidades integradas por ele
servicios y órganos administrativos.
nientos acorazados o blindados y de medios de trans
El 90 por 100 de la fuerza combatiente pertenece a porte suficientes; es digno de señalar que la escuadra
Infantería, y, por tanto, sólo un pequeño tanto por ciento de fusileros, dada la enorme cantera de material hu
encuadra las unidades de las restantes Armas.
mano disponible, tiene un número de hombres muy su
Cuenta al menos con 10 divisiones acorazadas, de ellas perior a la escuadra de Infantería soviética.
cinco o seis de Artillería; pero el inmediato objetivo
En 1959 fué anuncIada la reorganización de la divi
para el futuro parece ser la constitción de unas 30 di- Sión para asumir la estructura pentómica, según patrón
70
americano. Se sabe que se está desarrollando la trano
formación, pero no se conocen sus resultados. La susti
tución de todas las divisiones viejas por las nuevas sig
nificaría que la China roja, con sus tres millones y medio
de hombres, podría disponer de 240 a 250 divisiones pen
tómicas.
Desde el punto de vista orgánico todas las divisiones
pertenecen a uno de los llamados “Ejércitos del frente”,
repartidos por todo el territorio chino. El Cuerpo de
Ejército se compone de tres divisiones y cada tres de
aquéllas constituyen una agrupación.
Para el abastecimiento de este enorme ejército se pre
cisan en tiempo de paz un millón de hcanbres (una
media de tres por cada cuatro hombres combatientes).
Para ello el territorio está dividido en 40 distritos y
el cuerpo de Abastecimientos utiliza toda clase de mediosautomóviles, material ferroviario, barcos para el trans
porte fluvial y elementos locales, como mulos, carretas,
carros e incluso hay zonas donde ha de recurrirse al
transporte a hombro o en bicicleta.
EJ reclutamiento anual, por cupo forzoso, puede dar
un contingente de unos 50 millones de reclutas; normal
mente sólo una pequeña parte es llamada a filas, donde
permanecen un período de tres años. Ello permite la
posibilidad de alimentar continuamente una reserva de
17 millones de hombres al áño.
La milicia Jopalar
Con independencia de las unidades del ejército regu
lar, China dispone de una fuerte milicia, que según
Mao-Sto-Tung cuenta con unos 250 millones de chinos.
Sin embargo, aun admitiendo como cierta esta cifra, para
no engañarse, diremos que sólo una pequeña parte re
cibe instrucción adecuada desde el punto de vista mili
tar, y aún es menor la parte que dispone de armas. En
realidad, esta enorme masa de hombres re destina en
caso de emergencia a recoger informes, formar unida
des de reserva y desarrollar una actividad de guerri
lloros.
Las deficiencias del armamento de la milicia se debe
no tanto a la escasez de material, sino a la poca fe que
las autoridades tienen en la masa de la población, sobre
todo de la campesina.
La milicia está dividida en dos partes: militar y civil.
La primera comprende hombres y mujeres entre los die
ciocho y veiniticinco años de edad, que tras un período
de dos meses de instrucción, cumplen diariamente dos
horas de instrucción militar. La milicia civil se com
pone de hombres de menos de cincuenta años y de mu
jeres de menos de treinta y dos, que reciben sólo un
elemental grado de instrucción, con miras sobres todo a
la actividad guérrillera.
La milicia militar, caso de guerra, tiene por misión
proporcionar unidades de refuerzo al ejército regular;
a la milicia civil se le asignaría la misión de defender
el territorio nacional y desarrollar acciones de guerrilla,
en zonas eventualmente invadidas por el enemigo.
Armamento
y material
La industria propia produce para el ejército chino
fusiles, ametralladoras, morteros, municiones, granadas
y minas. El material pesado, como los carros y las pie
as de artillería, son suministrados por la ayuda exterior.
Dos de sus divisiones acorazadas están dotadas del
Carro Stalin y las demás del T-34, así como de cañones
autotransportados
soviéticos. Las divisiones de artillería
están armadas con piezas rusas.
Gran parte de las divisiones de infantería están ar
madas con bocas de fuego procedentes del botín de la gue
rra ClVli. El material técnico, como radios, radares y
aparatos de precisión proceden de la URSS. Se nota una
falta bastante acusada de medios automóviles. Gran par
te de los regimientos no disponen más que de un limitado
número de vehículos, incluso algunos carecen totalmente
de medios automóviles.
Instrwción
y doctrina
La instrucción de las unidades chinas difiere de la que
se sigue en los ejércitos modernos. En la práctica, la
instrucción se limita al empleo de las armas individua
les, lanzamiento de granadas de mano, colocación de mi
nas, prácticas de infiltración y combate nocturno, y ata
ques en masa; estos últimos realizados con las primeras
luces del alba.
Tal programa de instrucción no sólo es debido a la
falta de material, sino que depende de la mentalidad de
los jefes chinos, que ven en el Ejército un instrumento
apto esencialmente para la guerra de guerrillas. Así se
observa una rígida economía, sobre todo en municiones
y carburantes. El soldado, en efecto, no llega a disparar
más de 50 cartuchos en su adiestramiento para el com
bate, y la práctica de cooperación entre Infantería y
Carros raramente se realiza.
Las escuelas son todas de factura soviética, como la
de paracaidistas y cinco o seis de instrucción anfibia.
Parece ser que se han realizado cursos atómicos, pero
se desconoce su naturaleza.
Los mandos militares chinos, acostumbrados a los mo
vimientos y ataques en masa, tardarán tiempo en ad
mitir la nueva doctrina, basada en los conceptos de dis
persión y concentración rápidas.
Un importante papel del Ejército lo realiza en materia
de trabajos civiles. Durante el verano, muchas unidades,
al completo, se dedican a la recolección de las cosechas;
en algunas zonas, divisiones de Infantería se han em
pleado para la construcción de canales, carreteras y, en
particular, ferrocarriles, así como a la ejecución de tra
bajos para contener las inundaciones.
Oficiales y tropa
Tanto durante la guerra civil como después de ella,
los oficiales chinos, aun ejerciendo las normales funcio
nes de mando, eran considerados en igual nivel que la
tropa: carecían de distintivo especial y no gozaban de
privilegio particular alguno. Pero después de algunos
años se ha llegado a formar un cuerpo de oficiales con
prerrogativas propias (distintivos de grado, sueldo, etc.).
Tales diferenciaciones fueron interpretadas por el par
tido comunista chino como incentivo a una desviación
doctrinal; en 1958 y para eliminar “esta peligrosa ten
dencia”, se ha establecido la obligación, para cada of i
cial, de servir un mes al año como simple soldado. Así
en el indicado año cerca de 150.000 oficiales, entre olios
150 generales, debieron someterse a esta heterodoxa prue
ba. En la práctica, sin embargo, muchos oficiales logran
sustraerse a tal obligación, que, naturalmente, repercute
en su moral y daña la disciplina del Ejército, donde
el oficial debe encontrarse frente al doble problema de
ser “igual al soldado” y estar obligado a mantener la
disciplina.
Los cursos de la Escuela de Oficiales tienen una du
ración de dieciocho meses, en los que van unidas la ins
trucción militar y la política. Al finalizar el curso, el
alumno que consigue el nombramiento de oficial debe
seguir un período de seis meses, antes de poder asumir
la función de mando en una unidad con el simple grado
de soldado.
,
7i1
El soldado chino procede casi todo de la clase cam
pesina, de la que conserva buenas y malas cualidades.
Es elemento rudo, sobrio, adaptado a la fatiga, pero con
escasa iniciativa y poca cultura. Está imbuido de la
ideología comunista y cree ciegamente cuanto le dicen
los comisarios políticos.
El llamamiento se hace al cumplir los dieciocho años
de edad y permanece en servicio áctivo tres años. Luego
pasa a la milicia comunista.
El soldado tiene dos uniformes, de verano y de invier
no. Recibe una paga en dinero y cuando está fuera de
su guarnición dos ranchos diarios. No puede contraer
matrimonio.
-También existe el personal de más larga duración ac
tivá, como los instructores y los suboficiales, en gran
parte veteranos de la guerra civil y todos ellos simpa
tizantes o miembros del partido comunista. Este perso
nal. ejerce una acción supervisora sobre los oficiales,
de los cuales sólo una pequeña parte pertenece a orga
nizaciones del partido.
Capacidad nuclear
Se ha asegurado que China posee ingenios atómicos
y que está en trance de experirnentarlos. Sin asegurar
la certeza de ello, si es evidente que •tarde o temprano
terminará por figurar entre las potencias atómicas. Ru
sia, por razones. varias, no ve con buenos ojos tal even
tualidad, y siempre ha rechazado suministrarle armas
nucleares. Por otra parte, no han escatimado ayudá al
Gobierno de. Pekín en el sector del desarrollo pacífico
del átomo.
En la provincia de Sikiang existen ricos yacimientos
de uranio, y el día en que la China comunista esté en
disposición de explotarlos para la construcción de in—
genios nucleares, las potencias mundiales se encontrarán
con una gran nación a la que no será fácil invitar a
razonábles coloquio&
En la régión de Fukien y a lo largo de la frontera
se han instalado rampas de lanzamiento de cohetes, bajo
la supervisión y con la ayuda soviética. Sin embargo,
hasta ahora, parece ser que China comunista no está
en posesión de cabezas atómicas.
tales directivas, pero existe una lucha sorda entre los
oficiales y los funcionarios políticos, que continuamente
invaden las prerrogativas de aquéllos.
La Avíac1Ón
La Aviación comunista china ocupa el tercer puesto
entre las fuerzas aéreas más potentes del mundo, estan
do dotadas de 3.000 reactores de combate y de 1.500 avio
nes de tipos anticuados.
Tienen cerca de. 50 regimientos de caza-reactores y
unos 20 de bombardeo, además de un cierto ntimero de
escuadrones de transportes y de helicópteros. Está en
período de organización una agrupación. aérea de bom
bardeo estratégico. Tanto los aparatos como el combus
tible provienen todos de Rusia.
Los efectivos comprenden cerca de medio millón de
hombres entre pilotos, técnicos y personal administrativo.
También disponen de un escuadrón especial de com
bate, cuyos aparatos están pilotados por mujeres, con
fines de propaganda.
En pocos años la aviación c orn u ni st a ha reali
zado importantes progresos, aunque no tantos como los
obtenidos por las unidades aéreas de la China naciona
lista de Formosa.
La. Marina
En pr.oporcióh al Ejército y a la Aviación, la Marina
china aparece relativamente, pequeña, ya que -tan sólo
cuenta con 340 unidades navales y unos 5D.000hombres.
Las unidades de superficie comprenden dos cruceros,
i8 caza torpederos, 32 fragatas y un nimero impreciso
de lanchas costeras. Dos tercios de tales unidades son de
fabricación soviética. Aarte cuenta con unas 300 uni
dades de désembarco, y otras que están en construcción,
en vista dél posible desembarco en Formosa.
Las unidades subacuáticas están representadas por
24 sumergibles, también rusos, y cuyos mandos, hasta
hace paco tiempo, eran oficiales de la Marina rusa.
-
Co-oclusión
PoliUca
El comunismo se ha difundido en el aparato militar
chino. En las Fueizas Armadas existe una doble depen
dencia, puesto que a cada jefe militar se le afecta un
comisário pdlitico, con su propio estado mayor, respon
sable del adoctrinamiento comunista.
Los comisarios tienen poder absoluto en el sector de
su competencia, hasta el punto de poder suspender cual
quier decisión de los oficiales contraria a la propaganda
o doctrina- política. Al parecer la tropa sigue fácilmente
72
Las Fuerzas Armadas de la China comunista pueden
ser rpresentadas
por un enorme dragón, provisto de
Pocos cólmillos y tentáculos afilados, y que por su mole
iía.stodóntica y maciza no está én condiciones de’ reco
rrer muého camino.
Los mandos militares, con mentalidad anticuada, se
han aferrado al concepto de guerrilla y son muy caitos
para afrontar el progreso militar
La maquina militar ofrece limitada posibilidad ofen—
siva, pero tiene ventajas diversas por cuanto respecta
a su, actuación en la..defensa.
, .
El. atractivo
inicial del comunismo.
-
Por
Georg STADMÜLLER. De la publicaciónalemana.Estudiossobre la Unión soviéfica»,del íns+ifutc
para el estudiode la U. R. S. S.—(Traduccióndel Tte. Coronel de Artillería, ALONSO INARRA).
Aunque a primera vista resulta difícil hallar una ex
plicación que justifique la indudable atracción emanada
de las doctrinas y sistemas totalitarios; es indispensable
buscar las causas de lo que, sin duda, constituye la
enfermedad política, de nuestro tiempo.
Al analizar este tema resulta difícil renunciar a la idea
de comparar los sistemas soviético y nazi, pero aunque
no lo hagamos, hemos de admitir como cierto el hecho
de que ambos regímenes poseen características psicoló
gicas comunes y el que tanto en Alemania como en la
Unión Soviética una gran parte de la población se vió
arrastrada con fuerza incontenible hacia un movimiento
organizado de masas. ¿Cuál es la naturaleza de esta
atracción?
El poder de fascinación es un fenómeno bien conocido
de los psicólogos. Su significado es el de suspensión de
las facultades racionales como consecuencia del fuerte im
pacto producido por un hecho imaginario, exterior que
crea en el alma del individuo una imagen falsa que aca
ba convirtiéndose para él, por la intensidad con que en
su interior se ha grabado, en una realidad del mundo
exterior.
El máximo efecto de fascinación se logra en nuestro
cáso. sobre aquellos individuos que por no poseer creen
cias u opiniones firmes, no están en condiciones de ofre
cer resistencia a los símbolos y slogans de la ideología
totalitaria. Por ello, el vacío espiritual es el factor clave
en el éxito y expansión de una ideología totalitaria. Du
rañte el régimen nazi se puso en evidencia que todos
aquellos que poseían profundas convicciones religiosas
constituyeron la parte de población relativamente in
mune a la ideología hitieriana, que en cambio actuó con
gran ventaja sobre aquellos que sentían la necesidad de
téner fe en algo. Ante esta necesidad no satisfecha por
ninguna fórmula filosófica o religiosa, el ser humano se
aferra a un sustituto, a la pseudo-fe que tiene por base
la propaganda y persuasión masivas. Sólo en este senti
do cabe explicarse la atracción ejercida por el sistema
soviético. El comunismo es, pues, para ellos una satis
factoria respuesta a su inquietud, más convincente aún
pdr el hecho. de apoyarse en términos científicos. La ideo
logía soviética afirma que en la gran sucesión de ideologias es la. primera que. en sí misma constituye ura
ciencia que sustituye a los falsos paraísos de la utopia
Dcía.iista de Marx y Engels, por un socialismo científico.
or
primera vez aparece una ideología que blasona de
autoridad, científica.
Otra importante fuente de atracción del comunismo
es su naturaleza monolítica. Una filosofía que admite
la discusión, encuentra dificultades para imponerse, pero
el comunismo aduce poseer respuestas irrefutables y de
finitivaá para cualquier cuestión relacionada con las
ciencias naturales o la historia de la sociedad humana.
Estas respuestas se asientan siempre en bases materia
listas. y en el postulado de que existe un proceso evolu
tivo gobernado por leyes inflexibles. Desde tal punto
de vista, la historia está mediatizada por esas leyes, y
no sólo el pasado puede ser analizado con ayuda de
la dialéctica, sino que también cabe predecir con pre
cisión la trayectoria futura de la historia. Por primera
vez, como Marx y Engels vaticinaban, resulta posible
descubrir cómo los procesos históricos se van sucediendo
de un modo lógico, obedientes a leyes naturales, hasta
alcanzar el triunfo total del comunismo universal. Esta
pretensión de doblegar la historia a formas previstas
constituye otro de los atractivos del comunismo, que
no pierde oportunidad de hacer patente la inevitabili
dad de su triunfo sobre el capitalismo.
S ha dicho que el comunismo presenta rasgos carac
terísticos muy similares con los de carácter religioso
y hasta se ha dicho si no podría constituir un sustitutivo
de la religión. Lo primero no parece demasiado apartado
de la realidad, pues el sistema soviético posee sus jerar
quías, autoridades doctrinales, dogmas, cónclaves de par
tido y organización y funcionarios que recuerda a los de
las organizaciones religiosas, poseyendo incluso “textos
sagrados” para lectura de lós “creyentes”. El partido
compendia la esencia del sistema soviético y su doctrina
de salvación. Más aún, los fervorosos comunistas hacen
gala de su total entrega al partido, como lo demuestran
las memorias de Wolfgang Leonard, y de un modo más
estremecedor aún, las de Jan Valtin. En ellas hablan
de seres humanos en los que la capacidad para pensar
y actuar libremente ha sido atrofiada hasta tal punto,
que para ellos el valor supremo existente es el partido.
En uno de sus párrafos, dice Valtin:
“El partido es lo primero; Infinidad de seres humanos
permanecen enterrados bajo este epitafio. Quien entra
en el partido’ se entraga a él en cuerpo y alma. Pese
al cinismo que se apodera, cada vez más, de aquellos
que dedicaron sus vidas a la causa, nosotros amamos
al partido. Nos sentímos orgullosos de su poder y de
nuestra servidumbre, porque a él hemos sacrificado todo,
-juventud, esperanzas, todo el entusiasmo y libre albe
drío
tuvimos.”
Estoquenosantes
da idea
de un estado mentál que representa
una clave para poder entender el comunismo, el ansia
por abrazar una causa común, desruyéndose a sí mis
mo en su servicio. El entregarse a la comunidad, o
como se dice en la Unión Soviética, a la colectividad,
parece ser el objetivo de la existencia individual, que
se siente así libre de la responsabilidad personal. El in
dividuo es así relevado de la pesada carga que significa
el buscar la verdad a costa de su propio esfuerzo, de
decidir de acuerdo con su conciencia, de actuar bajo
su responsabilidad. Esta ilusoria solución de sus pro
blem as le da un nuevo significado a la vida y crea un
nuevo concepto de libertad. Como la historia, según los
comunistas, es un proceso predeterminado, al individuo
únicamente le cabe el dejarse arrastrar por la marea,
convertido- en una partícula infinitesimal en la potente
corriente de la historia. Unicarnente cabe ograr un
determinado grado de libertad, compatible con el’ pro
ceso y el determinismo social y económico, aceptando
las cosas de. conformidad con las leyes eternas de- la
historia.
=
¿Cuál es la fuerza de la ideología soviética, al enfren
tarso con otras ideologías? Los escritos de autores ex
comunistas ponen de relieve que el individuo que ha sido
formado en el materialismo dialéctico e histórico, que
en éi ha pasado su juventud, que por él ha luchado,
es menos probable que pierda su fe por desilusionadoraS
experiencias dentro de su propia sociedad, que pzr el
contacto con el mundo exterior. En consecuencia, nada
más vital para preservar la ideología soviética,, que’.‘elevitar a su adheridos tales contactos. Aun entre- aquellos
que han abjurado del comunismo la fe en- el destino
de la Unión Soviética, como salvadora del género hu
73
mario, tarda en detáparecer. Una revolución rara vez general, en-tablar discusiones con los representantes de
‘evora a todos sus hijos y por ello resulta imposible Occidente.
desarraigar
por completo las ideas inculcadas por una
Observemos la situación mundial actual y la de la
ideologia, aunque ésta haya sido abandonada. La maycr Unión Soviética y de todo su imperio. Vemos que este
parte de los ex comunistas parecen experimentar la poderoso bloque de Estados, que cuenta con cuarenta
misma duda; tratan de conservar su fe en el marxismo, años de existencia, ha costado, la vida a millares de in
pero no pueden explicarse cómo, si sus premisas son dividuos, ha arrastrado a otros mediante su poder de
correctas, fué posible el encumbramiento de Stalin. Sun fascinación basado en su mesidnica misión, sumiéndolos
incapaces de comprender cómo el comunismo se sallo
el error y la desilusión. Ha transformado a personas
-de la senda del marxismo-leninismo, para caer en la en
idealistas en cínicas, a fanáticos en incrédulos, a lucha
1egradación staliniana, ni de cómo de premisas correc
dores en esclavos, a asesinos en víctimas, pero conser
tas pudieron extraerse conclusiones tan falsas.
vando en posiciones de inigualado poder oficial a un
Aquí cabe preguntarse hasta qué punto aprueban el pequeño grupo de supervivientes. Este grupo utiliza para
-actual sistema los que viven bajo el comunismo, y en gobernar el terror, la propaganda, las promesas de un
qué aspectos lo hacen. La minoría que se unió a los bol— futuro esplendoroso como ciudadanos de la poderosa na
cteviques en los primeros años de la revolución, pud- ción que ha iniciado la conquista del universo con las
-haber sido sincera y desinteresada, pero los frutos de trayectorias de sus sputniks. Este bloque de Estados, pese
sus sacrificios les fueron usurpados por la clase buro
a su repugnante historia, no sólo ha logrado mediante
crática que les sucedió y que hace gala de sus convic
su potencia militar y su propaganda mantener en vilo
-clones comunistas como un medio para conservar sus a Europa y América, sino que continúa conservando un
privilegios materiales. Cuesta trabajo admitir que esta notable poder de fascinación, especialmente en aquellos
“nueva clase” crea verdaderamente en el sistema so paises en período de desarrollo.
viético. Por el contrario, parece que dentro del bloque
Este es el problema político fundamental de nuestro
soviético se tiende cada vez más a disfrutar de un sis tiempo. Los antiguos territorios coloniales de las gran
tema de vida al estilo burgués, como una recompensa des potencias europeas se enfrentan con graves dificul
-a su docilidad en doblegarse a las exigencias del partido. tades específicas: cuando un pueblo que ha permaneci
Este aspecto pasa en muchas ocasiones inadvertido para do estático ante el avance social de nuestro tiempo, con
-el. mundo exterior, que por el contrario se ve afectado scrvando -durante siglos sus míseras condiciones de vida,
por el impacto que representa la monolítica estructura
comprueba tras su contacto con las naciones industria
del sistema soviético. Pero parece ser que este impacto les de Occidente que éxiste otro tipo -de vida, su impa
-es cada vez menos fuerte dentro del propio bloque, y ciencia se desborda y pretende realizar la revolución en
-que su efecto- y el de su propaganda es en la presente un abrir y cerrar de ojos. El creer que pueda lograrse
generación de comunistas bastante menor que entre los una moderna sociedad de tipo industrial sin pasar por
-miembros de los países no comunistas. Esto nos lleva los estados intermedios que a Europa Occidental le han
-a la conclusión de que los esfuerzos para poner en prác
costado un par de siglos, es terriblemente peligroso. Una
tica una idea seductora han conducido a una autoderrota
súbita transformación de la estructura tradicional de los
y a una desilusión que los hechos tienden a demostrar.
países subdesarrollados -puede producir estragas en sus
El viejo grito de. batalla de los -marxistas, la capacidad del conceptos morales y religiosos. El intentar convertir en
-ser humano para actuar como su propio salvador, con democracias de estilo occidental a países cuya organiza
tribuyó indudablemente al triunfo bolchevique, pero la ción no respond-é ni en un mínimo a los necesarios re
Unión Soviética actual ha perdido mucha de su novedad quisitos, conducirá a la más tremenda convulsión social.
revolucionaria y carece de fuerza para arrastrar la ima
El ejemplo de lo sucedido con los países del Sudeste
ginación.
cíe Europa a principios del siglo XIX va a repetirse de
La ventaja que el comunismo ha tenido siempre en nuevo en las recién creadas naciones independientes que
-el campo de la propaganda, es incuestionable, pero esta carecen de ‘una clase media estable, de un sistema uni
ventaja depende menos de la fuerza política del comu
versal de educación y que no cuentan con la necesaria
nismo que de la debilidad política y desuiríón del resto cantidad de personal administrativo. En consecuencia,
-de los países A esta falta de unidad política se une la los esfuerzos para practicar los métodos democráticos de
-ausencia cte una filosofía aceptada por la mayoría y a Occidente serán en muchos casos inútiles, especialmente
una gran variedad de niveles de vida, lo que permite si ciertos elementos de la clase gobernante abusan de
la existencia de una multitud de opiniones, distintas y los procedimientos democráticos. En tales casos, el ca
antagónicas. La democracia -de Occidente no está prepa
mino más fácil a seguir es el de sustituir a los gobernan
rada para hacer desaparecer esta pluralística armadura
tes civiles-por una junta militar, con el pretexto de res
-social, lo que trae consigo, al menos en sus capas más ba
taurar la estabilidad superficial de la escena política.
jas, una desventaja ideológica con respecto al comunismo, Esta “salida de urgencia” de carácter autoritario se ha
si bien es cierto que mediante una libre y prolongada convertido en la tentadora solución para muchos de los
-contrastación entre los conceptos del Este y el Oeste nuevos Estados independientes.
se demostraría sin lugar a dudas la ventaja de este úl
La prisa por el progreso técnico se ha apoderado de
timo. Sin embargo, esta superioridad puede únicamente
lOS nuevos países que tienen acceso a los más modernos
manifestarse en discusiones entre individuos privados, centros del saber occidental. Sus estudiantes -tienen la
pero de ningún modo en el plano de la alta política oportunidad de recibir enseñanzas- en el extranjero, y
que representan las conferencias entre gobernantes cc en consecuencia, la carencia de ingenieros, por ejemplo,
munistas y occidentales. La ideología comunista aparece no es grande, al menos en los países- asiáticos. Y no
más fuerte en el aspecto psicológico, aunque no sea más cabe duda que el proporcionar ingenieros a la India ha
llevado su industria a su actual estado de desarrollo.
que por -la sencilla razón de no admitir la 1bre discu
Pero lo importante es el hechó de que resulta mucho
sión. El Kremlin, consciente de su debilidad, prohibe cual
más
fácil formar personal técnico que organizar el’ po
quier intercambio de puntos de vista en forma normal
tencial
industrial que cubra todas las ramas de produc
con el mundo no comunista. Unicamente sus delegacio
ción del país. Es ésta una forma típica de la situación
nes, convenientemente aleccionadas para el caso, o ca en los países subdesarrollados, que pretenden alcanzar
lificadísimos funcionarios del par-tido, pueden, por regla en el mínimo plazo el nivel técnico e industrial de las
4,
-
-
. -
.
-
74
—
más potentes naciones, incluyendo entre sus modelos a
la Unión Soviética, que ejerce en este aspecto un pode
roso atractivo, en parte porque comprenden que el lle
gar al nivel de prosperidad de América es por el mo
mento empresa fuera de su alcance.
La imagen de poder económico con que la Unión So
viética se ha encargado de deslumbrar a estos países
es, por otra parte, totalmente desproporcionada con res
pecto a la realidad y a la capacidad de ayuda soviética.
Pese a sus grandes progresos, su producción durante el
último decenio no ha sido más que de un 40 por 100 de
la norteamericana, y si se compara la total producción
del bloque comunista con la de Estados Unidos, Canadá
y Europa, la proporción es sólo de uno a tres. Pero aun
que no existan aún signos evidentes de influencia eco
nómica o cultural soviética fuera de la órbita que en
cierra a los países satélites, parece que cada vez toma
más cuerpo entre las capas sociales más bajas que la
Unión Soviética es una tierra de un casi legendario po
der. Existen para ello tres razones: La primera es la f al
ta de crítica y oposición dentro de la sociedad comunista,
que permite al partido seguir su política sin interferen
cias y con la intensidad que le proporciona un cerebro
único. En segundo lugar, el hecho de que el sistema eco
nómico soviético se gobierna mediante el control estatal
y no bajo la base de un mercado libre, como en Occiden
te, en donde el margen comercial y el cálculo ocupan
un importante lugar en la cuestión. Esto significa que los
dirigentes soviéticos pueden, por ejemplo, echar mano
de miles de ingenieros para ponerlos a trabajar casi
de inmediato en sus proyectos de primera prioridad, sin
problemas de mano de obra y sin tener que rendir cuen
ias a nadie.
La tercera causa de la desorbitada reputación de la
Unión Soviética entre los países en desarrollo es su in
cesante, intensa y extremadamente
sutil propaganda.
Esta propaganda rara vez revela su origen comunista,
prefiriendo enmascararse .bajo epitetos tales como “pro
greso”, “pacifismo”, “democracia”... En todas las gran
de poblaciones del Sudeste de Asia, así como en el
Japón, se encuentra uno constantemente con librerías en
las que se anuncian libros “progresistas”. Estas publi
caciones soviéticas, que se venden a precios muy bajos,
consisten en trabajos de Marx, Engels y Lenin.
La ignorancia de la historia rusa en general, y de las
condiciones sociales y económicas de los soviets en parti
cular, abona el terreno para la propaganda roja en las
zonas subdesarrolladas. Unicamente en Japón existe más
oportunidad para llevar a cabo estudios sobre Rusia, pues
en Africa y ra India no existen facilidades para ello.
Mas, cuando uno piensa que hasta en el civilizado Oc
cidente es muy considerable la ignorancia en muchos
aspectos de la historia rusa, no cabe recriminar a afri
canos ni a indios. Pero acaso la más importante conse
cuencia de esta ignorancia sea el hecho de que la pro
paganda soviética acerca del ritmo de industrialización
de la URSS se ha falseado totalmente. La verdadera
perspectiva no puede establecerse a causa del desconoci
miento de los factores básicos del progreso industrial
alcanzado por la Rusia zarista. El mismo Lenin dedica
su atención a tales progresos en el trabajo. “El desarro
llo del capitalismo en Rusia”, escrito entre 1895 y 1897.
De 1890 a 1900, el número de obreros empleados en la
industria pasó de 1,5 a 3 millones, y para 1913 la indus
tria del acero había alcanzado una producción de cinco
millones de toneladas, cantidad que si bien inferior a la
de Alemania y Francia, superaba a la del bloque austrohúngaro. No es accidental el que dicha obra de Lenin
haya dejado de incluirse entre sus obras dedicadas a la
propaganda en el extranjero, ya que demostraba que
aun antes del advenimiento comunista, la industrializa
ción marchaba en Rusia a grandes pasos. Este hecho
refuta los asertos comunistas de que Rusia no comenzó
a •destacarse como nación industrial hasta la llegada de
los ‘soviets, con sus métodos de economía planificada y
centralizada.
Parece haberse olvidado que todo el progreso social y
político de Occidente, durante el último medio siglo, ha
dejado anticuadas las enseñanzas de Marx sobre el ca
pitalismo, y que al atenerse estrictamente a dichas en
señanzas, obstinándose en ignorar los cambios operados,
la ideología soviética pone de manifiesto su alto grado
de osificación.
La falta de familiaridad con las verdades del mundo
soviético nos explica el éxito de la propaganda comu
nista entre los países poco desarrollados y en particular
entre intelectuales que no han pasado por la experien
cia de muchos admiradores que Occidente tiene en la
propia Rusia, que presos primero de la fascinación de
su ideología, sufrieron la más amarga de las decepciones,
al descubrir la oculta realidad.
Desarrollodelaactividadespañola.
Breve resumende nofidas recogidasen el mes pasado en diversaspublicaciones.—Tfe.
Coronel
de tnfend.ncia, José REY DE PABLO-BLANCO, profesorde la EscuelaSuperiord.I Ej4rcifo.
EDUCACION NACIONAL
La Secretaría General Técnica del Ministerio de Edu
cación Nacional ha editado recientemente un folléto con
el título “Datos y cifras de la enseñanza en España”,
en el que se recogen importantes infosmaciones esta
dística s.
Según la citada publicación, la población escolar pri
maria cubrió en el año 1960 el 12,4 por 100 de la pobla
ción total española. El número total de maestros en- el
mismo año era de 100.996. En abril de 1961, el plan de
construcciones escolares había conseguido terminar cer
ca de 10.000 escuelas y 6.031 viviendas para maestros.
El 64,25 por 100 del presupuesto de Educación corres
pondió el año pasado a la Dirección General de Ense
ñanza Primaria.
El analfabetismo va retrocediendo asombrosamente.
En 1903 el 56,2 por 100 de la población era analfabeta;
en 1930 se había reducido a un 32,4 por 100; en elaño
1959 era tan sólo el 9,21 -por 100. De mantenerse el mis
mo ritmo, en la reducción, se estima que hacia 1970
habrá desaparecido el analfabetismo de España.
En el curso 199-60 la matrícula en las escuelas de
form ación profesional industrial oficialmente reconoci
75
das, ascendió a 27.532 alumnos, la matrícula en céntros
análogos autorizados ascendió a 10.889 alumnos.
Actualmente existen en nuestrá. patria 37 •conservato
nos; de éstos tres son superiores, cinco profesionales,
ocho subvencionados y 21 elementales. El número de
escuelas de artes y oficios es de 48 en total. El número
de escuelas técnicas de grado medio es, también, de 48.
En el curso 1958-59 la población escolar de enseñanza
superior era de 72.599 aumnos.
El distrito universitario con mayor población escolar
de este tipo íuéMadrid
(28.713), seguido de Barcelona
(10.561) y Valladolid (5.314).
En el referido curso existían en España 105 colegios
mayores, con un total de. 8.701 residentes. En el curso
1960-61 fueron concedidas por el Ministerio 13.966 becas.
En 1961 el presupuesto nacional para Educación fué de
6.704,8 millones .de pesetas, cifra que representa el 11,34
por 100 del presupuesto del Estado.
nal de las conversaciones celebradas en la Delegación
Nacional de Sindicatos, entre la Comisión económica ale
mana y los representantes de la’ economía española’, se
ha hecho saber que, en forma de créditos interguberna
mentales, las obras -del pantano de Bembézar, en Cór
doba, y la ‘canalización del Guadalhorce, en Málaga,
serían objeto de ayuda financiera por parte de Alemania.
Son harto conocidas las ampliaciones de créditos que
en los últimos tiempos se han obtenido del Export-Import
Banlç, de Wáshington, y de Bancos privados norteame
ricanos ‘en favor de la industria española, y para pronto,
apenas el dictamen de la Comisión del Banco Mundial
sea aprobado por el Gobierno, es muy ‘posible que una
ayuda sustanciosa de ese Banco venga a acelerar la
ampliación y el desarrollo de determinados sectores de
la estructura económica española.
Todo esto no hace sino confirmar una de las ventajas
que se esperaban, del programa de’ estabilización: la
apertura de los mercados de capitales europeo y ame
ricano a las necesidades inversoras de la economía es
EÁHORRO-’-pañola.
Tanto en forma de ‘comandita directa, adquiriendo
En 1a diferentes cuentas de ahorro, bancarias, cajas acciones y títulos y valores españoles y dando una ma
generales de,ahorro, montepíos laborales, Caja Postal yor extensión y fiexihulidad’ a nuestras bolsas, como en
de Ahorros, se han ido almacenando a lo largo de los forma de créditos bancarios, como en forma de inversio
pri’mers: siete meses del año 1961, .de los que se tienen nes planeadas a largo plazo, el ahorro de Europa y de
hasta ahora
tós estadisticos, 19.996 millones de pesetas. Estados Unidos no. tiene ya ningún inconveniente en
Atendiendo.. aias
diferentes instituciones que lo re acudir a E.spaña, y nuestro país se beneficia -de esa apor
tación, que puede significar un acicate poco menos que
caudan. -y-custodian,- la. formación de ese importante
saldo es la siguiente:
decisivo en el aceleramiento de nuestro desarrollo eec
En las cuentas. o imposiciones a largo. plazo bancarias, nómico.
Las cifras que, en términos generales, pueden situar el
12 532 millones de pesetas, en las cajas de ahorros y
problema son del orden siguiente: la producción actual
montemos, 7 464 millones
En conjunto el total del ahorro deposiLado en España neta española viene a, suponer algo. más de los 500.000
se elevaba a la cifra de., 211.634’millones,, de los cuales millones de pesetas; de, éstos, aproximadamente 100.000
123.818 correspondían a dú. cuenta bancarias y 87.816 millones, es decir, el 20 por 100, constituyen la inversión
millones de pesetas a las ‘de las restantes instituciones. que anualmente se incor-pora en forma ‘de capital ,al
Según los datos publicados por la Confederación Es proceso productivo. Pqes, bien: de ‘esa..c.antid.ad; casi las
pañola de Cajas de Ahorro, el 64,71 por 100 de los saldos cuatro quintas partes, 80.000 millones.; se invierte en
staba invertido,, al 31, de mayo, en valores mobiliarios, forma de autofinanciación y sólo 20.000’millones lucen
en el mercado de capitales a travésde operaciones í 1con un total de 51.067 millones de pesetas.
Córrespondía la principál inversión a fondos públicos, xiancieras para el desarrollo o ampliación de los elemen
tos materiales, de las empresas.
por un valor de 46.686 millones, y a valores industriales
No es, ,por tanto, aventurado evaluar -en una cantidad
el resto,’. por 4.38.1 millones de pesetas. Dentro de esta
última- partida de valores industriales, las obligaciones que. puede ser la tercera o cuarta parte de, esa suma
figuraban por 2.544,5 millones, y las acciones,’ por 1.856,5 lo que en. un año España puede. recibir. en forma de
crditos exteriores, que hoy pueden lograrse porque la
millones.
En los cinco meses a que se refieren las estadísticas estabilidad monetaria de la peseta permite planear su
publicadas, las cajas habían concedido prástamos por financiación y la posterior devolución de los mismos en
un total de 1.149 millones de pestas, con los que el total las mejores condiciones posibles.
de los mIsmos ascendía a 21.957,8 millones.
Atendiendo a la clase de ‘préstamos, los hipotecarios
absorben la mayoría, con un importe de 10.209; siguen EL ALUMINIO ESPAÑOL
en importancia los créditos personales con un valor de.
4.896, y a continuación los créditos ‘agrícolas, con 1.177
Pese a la edad ‘juvenil ‘del aluminio, que “nace” con
millones. Otros préstamos, 650 millones, h’an sido corpo
Wóhier
en 1827 y Bunsen en 1854, puede decirse que
rativos, de ellos, para viviendas, 278, etc.
su fabricación- Íormal comenzó realmente en 1855, vein
Ademas, lds cajas han concedido otra clase de cre
tiocho.- años más tarde de haber sido descubierto. Como
ditos, déhbmi’nadós ‘de carácter: ‘nacional, entre ellos prés desgraciadamente
en tantas cosas, y por la pereza am
tamos complementarios para vivienda, por valor de biental en que sesteaba
país, España acudió ex
2.994 ‘rriillon’es; al ‘crédito agrícola,’ por valor de 854, y cesivamente tarde a la nuestro’
preocupación
de hacer para sí
al’ érédito marítimo y pesquero, por 68 millones de pe-’
misma
lOS trabajos
necesario.s
paradisponer
del nuevo
setas.”
metal. Poco a poco, imponiéndose en el mundo por su
resistencia a las alteráciones. ácidas, su fácil manejabi
lidad y aleación con otros metales, el aluminio tomó
NUESTROc.REDITOEXTERIOR
carrerilla desde su nacimiento el pasado siglo, hasta co
locarse- en la vanguardia de las necesidades y utiliza
‘Se ha hecho público cpie una empresa española a un ciones que- el hombre hace actualmente de él.
tiempb hidroeléctrica y química había obtenido un im
Aquí también comenzó a fundirse el aluminio y a em
portante crédito de 20 millones de marcos en Alemania plearse el- metal en todas aquellas empresas que. la ex
para ampliación. de sus instalaciones. igualmente, al f i p.eriencia aconsejaba. Pero corno no teníamos producción
-
,
.
.
..
‘
-
-
-
76
propia, habríamos que importarlo en las pequeñas par
tidas que íbamos utilizando para adecuarlo a los tra
bajos y destinos fijados.
Así hasta 1936. Por este tiempo ya se produce aluminio
en nuestro país, aunque las cifras obtenidas son flojas.
Nunca se pudo pasar de las 1.300 toneladas, y como la
dom anda interior superaba esa cifra, teníamos necesa
riamente que seguir gastando dinero en importar las
partidas indispensables a nuestras necesidades. Cuando
termina nuestra guerra, los índices de producción pa
recen estimularse hacia cifras de mayor crecimiento,
aunque no en gran proporción.
En 1943, el Gobierno español pensó en la conveniencia
cte acentuar la producción nacional de aluminio y aten
der con ella a la creciente demanda interior. Para llevar
a cabo este empeño decretó la iniciación de trabajos
para el montaje de una factoría dedicada a la fabrica
ción de aluminio dentro del gran complejo del Instituto
Nacional de Industria. Hasta 1950 puede decirse que la
producción apenas si sufre variaciones de crecimiento,
no sólo debidas a nuestra debilidad antigua en el ne
cesario proceso industrial, sino por las consecuencias
derivadas de nuestra güerra interior y las que poste
riormente hubimos también de sufrir al terminar la
guerra mundial, con su secuela de aislamiento. Pero a
partir de ese año ya es otro el panorama en orden a
la fabricación de aluminio.
En marcha ya la fábrica dependiente del 1. N. 1. ins
talada en Valladolid, su producción inicial es de 5.000
toneladas, que poco más tarde, cuando se decide pro
ceder a la amliación de las instalaciones, logra ser
duplicada. Frente a las 1.300 toneladas anteriores, las
10.000 de ahora. Más tarde basta 1 que ya se obtiene
para las crecientes necesidades de cada día, y se decide
también por el mismo organismo proceder a dos nuevas
instalaciones, ahora en la comarca asturiana de Avilés.
De estas dos nuevas fábricas va a obtenerse bien pron
to un incremento en la producción. Así, cuando en la
de San Juan de Nieva comienza a rendir, ofrece 7,500
toneladas, aun cuando su capacidad al instalarse nue
vas cubas de electrólisis alcance hasta las 17.000 tonela
das aproximadamente.
Volvamos momentáneamente a considerar las cifras
estadísticas sobre producción mundial de aluminio en
1958. España ha saltado ya gallardamente desde la po
breza de sus índices anteriores, para situarse en una
zona media bastante discreta. Inglaterra se acerca a las
27.000 toneladas; Checoslovaquia está en las 26.000, y
en las 22.000 Polonia. Después viene Yugoslavia, con
algo más de 21.000, y España, a continuación, con casi
17.000 toneladas. A continuación siguen con cifras in
feriores, y para no citar más, Suecia, Brasil, Australia,
India...
Han sido suficientes los esfuerzos de las factorías de
Valladolid y Avilés, cubriendo entre ambas casi el 80
por 100 de toda la producción española, para que este
continuado trabajo nos haya redimido a lo largo de diez
años de un gasto de 2.500 millones de pesetas, que de
no disponer del aluminio suficiente hubieran sido em
pleados en adquirirlo en el exterior.
Ló importante es que la producción española de este
metal sigue creciendo, habiéndose obtenido en el año
1960, según datos oficiales, la cifra de 29.500 toneladas.
Este rendimiento es superior en 8.450 toneladas al total
de producción obtenido en 1959. En lo que respecta al
aluminio, la producción lograda tras un decenio supone
casi veinte veces más que la ofrecida por la industria
en 1936.
POSIBILIDADES EXPORTADORA
La estabilización ha sido como una radiografía acu
sadora de nuestros defectos, pero a la vez nos ha dado
una clara visión de nuestras posibilidades en el mer
cado internacional.
Esas posibilidades son muy grandes y cada día se des
cubren nuevas salidas y un venturoso futuro para mu
chos productos españoles hasta ahora sin horizontes. El
error ha consistido en limitarse a las exportaciones clá
sicas y no pensar en la multiplicidad de demandas y
de mercados en todos los cuales hay sitio y son solici
tados nuestros productos. Están por explorar los merca
dos de Iberoamérica, de las nuevas naciones africanas,
del Este, de países, como se decía en la declaración del
Congreso Sindical, “ante los que no retroceden naciones
menos necesitadas que nosotros de expansión de sus
ventas al exterior”.
Se equivocan quienes limitan la expansión comercial
a los productos y contornos conocidos por creer que fue
ra de tal zona no hay posibilidades ni porvenir. Ahí
están para desvanecer criterio tan erróneo los fabrican
tes de máquinas herramientas, que han logrado vender
al Canadá, a los Estados Unidos, Inglaterra, Holanda,
Brasil, Filipinas, Méjico, más las que irán a países del
Este y a la misma Alemania, estimándose en un 25 por
100 de la producción—en pesetas, 250 millones, aproxi
madamente.—.lo exportado. Una sola firma ha vendid@
al extranjero a razón de mil dólares por trabajador, y
en el presente año los contratos firmados permitirán
elevar aquella cifra a 1.700 dólares.
Algo por el estilo sucede en las industrias mecánicas,
químicas, manufactureras
y agrícolas. A muchos sor
prenderá la noticia del envío por avión, desde Barcelona
a Nueva Yorlç, de trajes confeccionados para ser ven
didos en comercios neóyorquinos. La exportación se
inicia con seiscientos trajes semanales, por un total de
dos millones de dólares en un año.
De este estilo son frecuentes las noticias de éxitos lo
grados por fabricantes o artesanos en sus salidas a los
mercados extranjeros.
Esto tiene una gran significación económica para nos
otros. No hace depender menos de las exportaciones ma
sivas de nuestros productos tradicionales a no menos
tradicionales compradores y compensar las bajas que en
ellas produzca la coyuntura política o económica, con
las ventajas muy diversificadas, en productos y destina
tarios, de otros sectores industriales españoles que hasta
hace un par de años Sólo trabajaban para el consumo
interior.
MAS PRODUCTOS SIDERURGICOS
Se puede decir, sin forzar demasiado la imagen, que
una economía industrial tiene nervios de acero. El acero
es el esqueleto, la estructura, los nervios de la industria.
En la fabricación de gran n’mero de productos el acero
es la base. En los automóviles, en los ferrocarriles, en la
arma7ón de los edilicios, en la maquinaria que produce
la energía eléctrica, en los grandes telares mecánicos,
en la reja de los arados, en los tractores y las aventa
doras mecánicas, en casi todas partes, el acero es u
factor indispensable.
La enorme expansión de los procesos de industriali
zación de un país exige que la produccin de acero siga
un ritmo creciente de desarrollo capaz de satisfacer las
insistentes demandas del mercado. Es evidente que si la
producción no llega a cubrir tales exigencias, sólo es
posible hacer frente a las mismas por medio de impor
taciones, lo cual, lógicamente, tiene un reflejo negativo
en los mecanismos de la balanza de pagos.
77
España; cuya producción de acero llegó a superar en
1954 los niveles anteriores a 1936, comprendió que era
preciso superar más aún tal capacidad de producción
para poder seguir la línea de su desarrollo industrial.
Los Estados Unidos han colaborado coñ técnicas y capi
tales, en virtud de sus programas de ayuda económica,
en la tarea de que España aumentase su capacidad de
producción de acero. En 1954 se concedieron tres millo
nes de dólares a la Empresa Nacional Siderúrgica, de
Avilés, para la adquisición de un alto horno y su equipo
auxiliar. Por otra parte, el suministro de primeras ma
terias, tales como carbón, hizo posible que la industria
siderúrgica española llegase a aumentar su producción
én algún momento hasta un 40 por 100 sobre los niveles
que hubiesen sido posibles sin tales materias primas.
Recientemente se ha procedido a la inauguración de
importantes instalaciones industriales. Nos estamos refi
riendo a la laminadora de acero en frío que poseen y
utilizan conjuntamente Altos Hornos de Vizcaya y Vas
conia, situada en Sestao, provincia de Vizcaya. Esta la
minadora es el resultado final de uno de los proyectos
financiados en virtud del programa de ayuda económica
de los Estados Unidos a España. Esta ayuda económica
para el tren de laminación en frío, en la cuantía de dó
lares 4.012.000,ha facilitado la maquinaria y equipo, así
corno los servicios de ingeniería para la instalación.
El funcionamiento de la nueva laminadora contribui
rá a aliviar la escasez de productos de acero en España
y especialmente la escasez de productos de acero lami
nado en frío. Esta escasez ha limitado también la ca
pacidad en España para producir chapa negra para ho
jalata.
España necesita 65.000 toneladas métricas de hojalata
al año. El funcionamiento de esta instalación de lami
nado en frío habrá de reducir considerablemente la ne
cesidad de importar hojalata y permitirá ahorrar, por
tanto, considerables cantidades de divisas cada año, que
quedarán disponibles para otras importaciones también
necesarias.
Un sector vital para el desarrollo de la industria es
pañola cobra un nuevo impulso que muy pronto se hará
sentir en los sectores de la industria que utilizan los
roductos
procedentes de la laminación en frío.
tica que ha trascendido al extranjero—se cede en ex
clusiva al promotor del respectivo trabajo, con el ló
gico y justo beneficio económico para el Patronato.
Es de notar que entre los trabajos científicos de ayuda
técnica o de investigación solicitados o esarrollados me
diante contrato, con industriales particulares figuran no
pocos encomendados al Patronato Juan de la Cierva,
por prestigiosos organismos o “firmas” de los Estados
Unidos.
Esta nueva modalidad de la investigación científica
como un servicio píblico para la mejora y moderniza
ción de nuestra técnica industrial es un imperativo
inexcusable del momento histórico industrial presente.
Han pasado ya los tiempos en que España reducía las
inquietudes y aspiraciones de su comercio exterior a la
cómoda exportación de vinos, frutas y minerales, para
importar herramientas, productos químicos y manufac
turados. La revolución industrial que conmociona al
mundo nos sorprendió en pleno caos republicano y en
la ‘larga y angustiosa convalecencia de nuestra guerra
de Liberación. Ahora hemos de ponernos al nivel de
la gran industria mundial, que presenta la peculiar ca
racterística de un íntimo y constante enlace entre la
investigación científica y el perfeccionamiento de la téc
nica. España no puede quedar rezagada ni ha de resig—
narse a trabajar a base de patentes extranjeras.
En el ensayo iniciado en este sentido con positivo éxi
to y esperanzadoras perspectivas trabajan en ecuipo dós
centenares de investigadores titulados del Patronato men
cionado, los cuales realizan una labor conjunta en la
que colaboran universitarios, técnicos e industriales con
el propósito de que sus 23 institutos sean otros tantos
laboratorios especializados, con sus investigadores y ma
terial al servicio de la iniciativa privada, especialmente
de la industria media y modesta, que carece de medios
de organización y de técnicos debidamente preparados
para disponer de una investigación propia.
Para prevenir nuestra evolución industrial no sólo e
realizan trabajos de ayuda técnica y de investigación
desarrollados por iniciativa privada, sino que se han
montado servicios de iñformación y documentación para
que los estudiosos españoles puedan estar al corriente
de cuanto se publica en el mundo respecto a los últimos
adelantos que más puedan interesar a nuestras posibi
lidades industriales, especialmente en lo que afecta a
CIENCIA E INDUSTRIA
química industrial, electrotécnica, ingeniería mecánica
y tecnologías varias.
Acierto indiscutible del Consejo Superior de Investi
Otra deficiencia que se trata de subsanar es la es
gaciones Científicas es orientar la investigación a re
casez y aun carestía de personal español capacitado para
solver los problemas de las necesidades prácticas que servir sectores o especialidades características de la in
se planteen a nuestra industria. Ello sin perjuicio de dustria para los que no existen planes de estudios es
cuanto se refiere a la ciencia especulativa y abstracta
pecíficos. Ello nos obliga a estar a merced de especia
y atender a la formación de equipos más o menos re
listas extranjeros enterados prácticamente de lós últi
ducidos de científicos españoles que estén al tanto de mos avances que hacen día tras día anacrónicos los
los últimos avances de la ciencia mundial en aspectos procedimientos empleados en nuestra industria. Para cu
—como la investigación nuclear y los experimentos cós
brir esa necesidad de especialistas se desarrollan__al
micos y vuelos espaciales—que, aunque nos son inase igual de lo que ya es norma corriente en el extranjero—
quibles por exceder nuestras posibilidades crematísticas, cursos periódicos o circunstanciales de técnicos en aque
requieren no permanezcamos ajenos a ellos.
llas materias que más afectan a nuestra economía no
El Patronato Juan de la Cierva nos brinda los pri
cional: perfeccionamiento en técnicas, textiles, técnicos
meros datos concretos y objetivos de. esa orientación in y diplomados en plásticos, especialistas en soldaduras,
vestigadora en que la ciencia se pone al servicio de las diplomados de óptica, bioquímica de la tecnología de
necesidades de la técnica. A 450 asciende el número de alimentos, capacitación conservera, refinación de acei
trabajos de esta clase llevados a cabo en esta plausible tes, jabonería y detergentes, pinturas y barnices.
modalidad a petición de industriales particulares. Este
No menos real y digno de consideración es el inge
nuevo servicio público de la investigación científica, que nio español que se pone de relieve en los concursos ‘in
viene a suplir las deficiencias e incapacidad de la inicia
ternacionales de patentes de invención, en los que Es
tiva privada, ha dado ya lugar a que se hayan regís
paña
siempre en los primeros lugares. Por ‘ello
trado a nombre del Patronato 53 patentes de invención resulta figura
interesante que los organismos oficiales de in
o de procedimientos. La explotación de esas patentes vestigación científica hayan decidido estudiar los pro
—algunas interesantjsjmas y de enorme eficacia, prác
yectos de inventos que se les sometan, dar su oportuno
78
de una parte, la elección de objetivo y, de otra, la ade
cuada programación, tanto técnica como financiera, ob
tiene a veces resultados tan sorprendentes que una em
presa recién constituída consigue en pocos meses resul
LA DIMENSION DE LAS EMPRESAS
tados que atestiguan haber alcanzado ya notable ma
durez.
Entre las dificultades que ha de vencer la industria
parece el caso de Española del Zinc, constituida
española para bajar sus actuales costos de producción enTal1956
con un capital de 150 millones de pesetas para
figuraban en lugar destacado los procedimientos de fa
la explotación y transformación de sustancias minera
bricación, y entre éstos, como es bien sabido, interviene,
les, y de manera preferente del zinc.
en primer lugar, el utillaje, que es preciso sustituir; pero
Su factoría, junto con el montaje de la maquinaria.
además, también, el tamaño de muchas de las industrias.
se
llevo a cabo a lo largo del año 1959, y las instalacio
Una parte de la producción se obtiene en plantas anti
nos entraron en servicio en el primer semestre del año
económicas por su pequeña dimensión.
1960.
En España, el 54 por 100 de las empresas industriales
Está situada la fábrica en las proximidades de Carta
tienen menos de 100 obreros; el 21 por 100 tienen más gena, con capacidad para beneficiar 40.000 toneladas de
de 500.
blendas (concentrados de zinc), para obtener una pro
Comparada con la situación de los demás países eu
de 20.000 toneladas anuales de zinc de la más
ropeos, Italia, la más cercana, tiene el 51 por 100 de ducción
alta calidad, pues el procedimiento electrolítico que se
sus industrias con un censo entre uno y 100 obreros; el emplea permite lograr el zinc denominado de los “cuatro
1.7 por 100 son empresas medias con 100 a 510 obreros, nueves”, esto es, con una ley de 99,99 por 100. Garantía
y el 32 por 100 poseen más de 500 obreros. En Inglate
y comprobación de los satisfactorios resultados obteni
rra, ya en el año 1951, el 30 por 100 de obreros indus
en la producción la proporciona el hecho de que la
triales trabajaba en empresas con más de 1.000 obreros; dos
Española del Zinc fígura entre las que son ad
otro 13 por 100 en empresas de 103 a 500; en Alemania. marca
mitidas
en el mercado internacional del zinc de Londres,
en 1953, el 29 por 100 en empresas con más de 1.000 en el que
esta empresa española figura, apenas iniciada
obreros, y el 13 en empresas medias de 100 a 500; Bél su actividad,
gica, Suiza y, seguramente, Francia se encuentran en su producción. por derecho conferido por la pureza de
posiciones intermedias entre la situación de Italia y la
El mercado nacional, que hasta la puesta en marcha
de Alemania e Inglaterra.
de estas instalaciones era deficitario del metal, aunque
nuestros yacimientos de blendas surtían al exterior, se
vió abastecido con normalidad en el año 1960 y fué po
LAS BEBIDASCARBONICAS
sible todavía exportar a los mercados internacionales
En nuestro país existen 4.2COfábricas de bebidas carbó
por valor de dos millones de dólares.
nicas en pleno funcionamiento. Claro que éstas son las
La capacidad práctica demostrada en las instalaciones
oficialmente reconocidas, pues esos industriales son los ha resultado superior a la proyectada, y además del
que, con conocimiento de causa, hablan de otro número zinc se obtienen 36.000 toneladas de ácido sulfúrico mo
interminable de industrias análogas, aunque de menor nohidrato, cadmio electrolítico, polvo de zinc, óxido de
cuantía, diseminadas sobre toda la extensión geográfica zinc y otros subproductos.
española.
En la actualidad, la sociedad construye instalaciones
Según los datos oficiales suministrados por el gremio secundarias que permitirán la recuperación de los me
industrial, todas aquellas industrias trabajan, y sus pro- tales contenidos en la blenda y del calor que se origina
duetos se venden. Es notable el incremento que la pro
en el proceso técnico.
ducción de estas bebidas señaló en 1960 con relación
El capital de la empresa, que en 1960 se colocó en 300
a 1959, y que fué 25 por 100 más que el año precedente. millones de pesetas, ha sido aumentado ya en 1961 en
El señalamiento de esta diferencia en más nos lleva a 100 millones de pesetas más, en normal ampliaclón de
considerar los estadillos de producción correspondientes
capital a través del mercado bursátil.
al primero de los años citados, establecidos en 363.100.639
litros y valorados en 933.731.000pesetas, porque después,
en 1960, sería necesario reformar ambos índices, pasan
EVOLUCION FAVORABLEDE LA GANADERIA
do a ser la elaboración de 428.503.933litros y su valor
el de 1.106.332.000 pesetas. Y los que con más bebidas
La ganadería española a fines de 1960 presentaba ca
comercian afirman que aún pueden ir a más.
Varias son las cosas que, estimándose indispensables, racterísticas favorables y hacía suponer una tendencia
se solicitan para que aquella esperanza de una mayor hacia una mejor cabaña, según asegura el censo de la
producción regulada y garantizada pueda irse logrando. ganadería española, estudio que se refiere hasta dicha
El Sindicato de la Alimentación, en cuyo organismo se fecha.
En sus juicios comparativos, y en relación con el úl
encuadran esos insdustriales, pretende que se elimine el
utillaje anticuado, sustituyéndolo por otro más moderno timo censo de 1955, hay que resaltar que el ganado
que ofrezca mayores garantías de todo orden en la ela vacuno mayor de un año ha aumentado en un 6,7 por
100; las vacas de ordeño aumentaron en cerca de 400.000
boración; que se concentren las industrias, agrupando
a las de menor capacidad y se modernicen las que defi cabezas, un 37 por 100 en relación a 1955. y de ellas hay
que destacar el importante incremento de las vacas da
nitivamente queden establecidas.
Empresa nada fácil, puesto que una industria de bebi raza holandesa.
El ganado lanar aumenta casi en un 11 por 100, mien
das carbónicas se dedica a servir las elaboradas en ella,
tras que el ganado porcino disminuyó en unas 200.000
a cada cinco mil españoles.
cabezas desde 1955, pero esta disminución se debe po
siblemente en su casi totalidad a los sacrificios realiza
dos durante el año 1960 como consecuencia de la peste
LA ESPAÑOLADELZINC
porcina africana. Sin estos sacrificios anormales, el cen
La actividad de la iniciativa privada, cuando se des so del ganado porcino a fines de 1960 hubiese sido de
un nivel análogo al de 1955.
envuelve en el clima de seguridad que proporcionan,
informe y, cuando el caso lo merezca, proponer subven
ciones para ayudar a la construcción de prototipos.
79
En cuanto a los animales menores, especialmente las
aves, áumentan de manera notable. En 1955 se habían
censado 23.370.200gallinas, y a los cinco años existen en
el país 32.387.560 aves de esta especie maybres de seis
meses, es decir, nueve millones más de gallinas, lo que
representa un 39 por 100 de aumento con relación al
censo dei 55. Además, se han mejorado notablemente las
razas, se explotan industrialmente las granjas, con lo
que la puesta media anual se ha incrementado también
considerablemente, hasta el punto de completar el abas
tecimiento nacional de carne de ave y huevos.
mento de 11,5 quintales por hectárea, que representa el
45 por 100, no deja de ser significativo.
Pero aún lo es más si entramos en el detalle por ar
tículos. La productividad por hectárea de las judías, por
ejemplo, subió nada menos que cerca de un 70 por 100;
la de los guisantes, en un 60; la de la remolacha azu
carera y la de la patata, en un 50, y la de los cereales,
en un 30 por 100. Solamente el maíz pasó a rendir de
un promedio de 15 quintales por hectárea en el decenio
1941-50 a 23,7 en el año 1959.
No cabe duda de que este aumento hay que atribuirlo
tanto a la expansión del grande como del pequeho re
gadío. Pero no puede negarse que también es producto
de otros factores, tales como el mayor consumo de fer
a PROGRESODELCONSUMO
tilizantes y de semillas selectas, la más intensa y efi
En la campaña 1952-53 se produjeron en España 9.000 caz lucha contra las plagas y eniermedades que atacan
toneladas de carne de ave, lo que supone un consumo a los cultivos y otras mejoras, entre las que pueden ci
de 300 gramos por habitante y año; en la campaña 1959- tarse la concentración parcelaria, la defensa del suelo
80 (última de .que poseemos datos), las cifras respectivas y la mecanización, que ya empieza a dar sus primeros
subieron a 13.000 toneladas y 400 gramos. El incremento frutos, cada día que pasa más sensibles e importantes.
Ahora bien, si con un consumo todavía bajo de abo
de producción total, en los siete años que median entre
ambas campañas, supone cerca del 50 por 100; el con nos, semillas nuevas, insecticidas y anticriptogámicos, y
sumo por habitante ha subido en un 25 por 100. Como con sólo medio millón de hectáreas de nuevos regadíos,
durante el año 1960 se han importado 674.626 aves y se han alcanzado resultados tan óptimos, ¿qué será el
509.780 huevos para incubar, es fácil predecir que tal día en que terminen de ser puestas en riego millón y me
incremento, en análogo o parecido porcentaje, está ase dio de hectáreas más, en que la modernización de nues
tra empresa agrícola alcance niveles más elevados y en
gurado para el futuro más inmediato.
Respecto de los huevos,, la producción española en que la reestructuración de la propiedad rústica supere
las dimensiones espaciales en que se encuentra? Dado
la campaña 1952-53 supuso 130.003 toneladas, lo que equi
vale a un consumo de 4,7 kilos por cada español al año; que la mejora de todos estos niveles parciales influye
en la campaña 1959-60, las cifras correspondientes sig en el nivel medio nacional, lo mucho que queda por
nificaron 152.000 toneladas y 5,3 kilos. Cifras todavia hacer todavía justifica nuestro optimismo y confirma
que los actuales índices de productividad agraria están
bajas, pero que van creciendo y permiten albergar es
peranzas,. toda vez que la crianza de aves para puesta muy lejos aún de los límites máximos de rentabilidad
y carne está en nuestro país prácticamente empezando de nuestras tierras de cultivo.
Aunque una gran parte de esa mejora reservada al
a desarrollarse con criterio empresarial.
futuro
corresponde a las obras regables financiadas por
En cuanto al mercado general de la carne, y siempre
con referencia a las mismas campañas, las cifras son: el Estado, no olvidemos que, en definitiva, es el factor
404.000 toneladas producidas en 19á2-53, frente a las humano quien ha de jugar el papel decisivo en el por
459.OjO en 1959-60; 15 y 15,6 kilos, respectivamente, por venir del campo español.
La pobreza de medios que padece el agricultor espa
habitante y año. De esas toneladas corresponden, en el
primer período, 61.000 a la carne de vaca y 77.000 a la ñol le imposibilitan para hacer frente a la renovación
de ternera; en el segundo, 106.000 para la ternera y de su modesta o mediana explotación agricola con sus
61,000 para la vaca. Ello parece indicar una mejora en propios recursos. En la mayoría de los casos, los ms..
trumentos para esta modernización y para conseguir
el nivel de vida de los españoles, puesto que aumenta
mayores
índices de productividad sobrepasan los límites
el consumo de carne más fina (2,7 kilos por habitante
y año en 1952-53 y 3,5 durante 1959-60), aunque las ci máximos de la capacidad de su empresa. Lo mismo ocu
fras siguen siendo realmente bajas, demostrativas de rre con la motorización del campo y con las obras de
los pequeños regadíos.
una producción insuficiente (que no alcanzará la deman
De aquí la importancia de la misión reservada a la
da actual hasta dentro de veinte o veinticinco años,
cooperación agrícola y pecuaria. La mejora de la pro
or lo que deberá ser complementada con importacio
ductividad agrícola es consecuencia de la mejora de la
ies considerables) y de un subconsumo deplorable.
explotación y de los medios empleados en ella. La enor
me extensión de nuestra superficie árida y semiárida
explica ese elevado índice de variabilidad de nuestras
cosechas, condicionadas a la meteorología, favorable o
MEJORA LA PRODUCTIVIDAD
ÁGRICOLA
adversa.
Hay que pensar en racionalizar el “dry íarming” hasta
La elevación de los indices de rendimiento de nuez
el
máximo, como ya lo hace el Instituto Nacional de
tras tierras de cultivo, aunque no ha llegado todavía Colonización
allí donde no es posible el regadío.
a los límites- deseables, indica que estamos en el camino
Todo esto requiere ante todo la preparación idónea
de la consecución de uno de los principales objetivos
hombre que trabaja en el campo, porque, al fin y
económicos indispensables para la revalorización de la del
al cabo, es a él a quien corresponde la aplicación de
agricultura española. El examen de algunas cifras com
materiales que han de elevar su nivel de vida
parativas de los dos últimos decenios permite apreciar yloselmedios
de toda la comunidad nacional.
en qué grado se ha producido esta evolución. De un
promedio de 26,41 quiñtales métricos por hectárea en
el decenio 1941-1950 para el conjunto de los principa
LA CENTRAL«CRISTOBAL
COLON»
les cereales (trigo, cebada, centeno, avena, maíz y arroz),
leguminósas (lentejas, garbanzos, judías, guisantes, ha
Ha entsado en servicio la nueva central térmica de
bas, algarrobas y yeros) y tubérculos (patatas y remola
la Compañía Sevillana de Electricidad, instalada en un
plazo record durante los últimos diez meses, cerca de
cha azucarera), hemos pasado en 1959 a 37,94. Un au
Huelva, en el rio Odiel. il primet gnipo e1éctrco de
esta central, de 68.400 KV. y 13.800V., será de inmediata
utilidad para complementar el actual sistema hidroeléc
trico andaluz y para cubrir la creciente demanda de
energía eléctrica de la industria y consumidores parti
culares, incluso en períodos de sequía. La central es la
última construída en España de una serie montada con
este fin. El nuevo grupo turbogenerador
funciona a
3.000 r. p. m., empleando vapor a 102 atmósferas de
presión y 538° centígrados con recalentamiento a 538° C.
El contratista principal de maquinaria ha sido la In
ternational General Electric, habiendo financiado la ope
ración el Export-Import Bank, de Wáshington, con un
crédito concedido en agosto de 1960. La instalación de la
caldera empezó en octubre de 1960 y desde entonces han
sido suministradas de los Estados Unidos más de 3.5t0
toneladas de maquinaria, por un valor de más de siete
millones de dólares.
Después de diez meses de intenso trabajo, la central
“Cristóbal Colón” está disponible para producir energía
‘eléctrica para el sistema de distribución de la Compañía
Sevillana de Electricidad en Andalucía y Extremadura,
al SO. de España, desde donde puede ser unido a la red
eléctrica nacional.
LAS INVESTIGACIONESMINERAS
EN NUESTRAPROVINCIA SAHARIANA
Muchas personas preguntan si sale ya petróleo en las
investigaciones que se realizan en nuestra provincia del
Sahara. A todas debe recordárseles que una investiga
ción en la que probablemente se van a invertir cifras
del orden de 10.000 millones de pesetas en los próximos
seis años produce miles y miles de datos, cuyo estudio
detallado y cuya aplicación creciente no se hace en pe
ríodo de meses, sino de años.
Por el momento sólo puede decirse que los resultados
obtenidos hasta la fecha concuerdan en general con las
esperanzas que en ellos se tenían puestas y que la in
vestigación progresa satisfactoriamente a pesar de las
tremendas dificultades de todo orden que se presentan.
Ante la envergadura de la operación petrolífera el Es
tado español no podía dejar de atender las necesidades
de facilitar documentos técnicos básicos que proporcio
naran a las compañías explotadoras, primero, los ele
mentos de juicio suficientes para seleccionar sus áreas,
y después, los elementos de trabajo para desarrollar sus
labores. En este sentido se efectuó por la Dirección Ge
neral de Plazas y Provincias Africanas una prospección
aeromagnética de toda la zona sedimentaria del terri
torio, con más de 30.000 kilómetros lineales de vuelo y
on un área cubierta del orden de 180.000 kilómetros
uadrados.
Las dificultades que hubo que vencer para
realizarlo fueron numerosas, pero el trabajo se realizó
m un plazo de tres meses. El interés despertado por
stos estudios en las compañías petrolíferas más impor
tantes del mundo tuvo como consecuencia que éstas em
Jezaran a interesarse por el problema dos años antes
le que se redactara la reciente ley de Hidrocarburos.
A partir de la promulgación de dicha ley, más de 20
:ompañías, todas ellas mundialmente conocidas, solici
;aron concesiones de permisos de investigación en nues
tra provincia del Sahara. Después de cuidada selección,
ci Gobierno español otorgó las áreas oportunas, que
sctualmente están distribuídas entre diez grupos de com
añías, la mayor parte con participación española. En
leneral, estos grupos petrolíferos están trabajando a buen
itmo y con acierto en el empleo y desarrollo de las
;écnicas de geología y geofísica, que son el obligado pri
ner paso.
La investigacion minera se está realizando en todo el
territorio del Sahara español, utilizando el rnagnetóme
tro aéreo y el sistema de magnética terrestre para la
búsqueda de yacimientos cíe minerales férricos, de los
cuales, por otra parte, existían abundantes manifestacio
nes; circunstancialmente, se aprovecharon las expedicio
nes para investigar también someramente las posibilidades
de minerales no férreos. Efectuados los vuelos con magne
tórnetros, con ayuda de la fotografía aérea se descubrieron
yacimientos férricos, que fueron provisionalmente cu
bicados en unos 72 millones de toneladas. Inrnediatamerj
te se efectuó una expedición para comprobar los resul
tados de esta investigación, encontrándose aflorante la
gran masa mineral.
Además de los minerales férricos, se han encontrado
yacimientos de níquel, cromo, platino, oro, plomo, plata,
cobre y corindon y se estimnnacomo muy posible el wol
framio y estaño. En los territorios de Ifni se han en
contrado en terrenos geológicos metalizaciones de plo
mo. Pero, sin duda, lo más importante dentro de lo que
hoy se conoce estriba en las posibilidades petrolíferas
de los terrenos primarios del Sahara español. No habla
mos solamente de los hallazgos mundialmente conocidos
en los territorios saharianos argelinos. Mucho más pró
ximo a nosotros, cerca de la frontera este, en la zona
de Tindouf, se han efectuado unos sondeos para la bús
queda de agua, que han dado información geológica de
gran importancia. En el Emsiense se han encontrado
algunos centímetros cúbicos de aceite, recuperados entre
los 693 y los 696 metros en los fangos de un sondeo que
alcanzó 2.144 metros.
Los estudios estratigráficos que se realizan son muy
importantes para las compañías petrolíferas que actual
mente estudian nuestro territorio. Se está realizando
asimismo, en nuestra provincia del Sahara, un plan ge
neral. de aguas subterráneas que permitirá disponer en
breve plazo, si las posibilidades crediticias del Estado
son suficientes, de cincuenta pozos de agua distrjbuídos
estratégicamente, de acuerdo con las necesidades de los
indígenas y de las fuerzas militares del Sahara. Los da
tos que proporcionan las compañías petrolíferas respec
to a las condiciones estratigráficas y tectónicas del terri
torio permitirán acudir cada vez con mayor acierto a
la consecución de ese tesoro que es el agua en el desierto.
Para hallar petróleo se necesitan las mismas circuns
tancias que para hallar agua, sólo que al revés. Para
hallar petróleo en una estructura se necesita poseer
una roca depósito permeable y otra impermeable que
haga de cierre. Cuando este conjunto de rocas esté dis
puesto en anticlinal constituirá un depósito ideal para
petróleo; cuando esté igual, pero formando sinclinales,
será un depósito ideal para encontrar agua subterránea.
EN POCAS LINEAS
Se estima la próxima cosecha de agrios en 1.750.000
toneladas, con un excedente exportable de aproximada
mente 1.100.000 toneladas, que supondrán un aumento
de aproximadamente 120.000 toneladas, sobre las cifras
exportadas en esta cosecha. Existe un programa en es
tudio para promover dentro y fuera de nuestras fron
teras una intensificación en el consumo de agrios. Al
implantarse el plan de estabilización se fijó en 0,60 pe
setas por kilo el gravamen transitorio a las exporta
ciones de estos frutos. Tal gravamen ha ido reduciéndose
hasta el de 0,20 pesetas en vigor para la campaña 196162; se pretende que dicho gravamen pase a ser de 0,10 pe
setas y que se destinen los restantes diez céntimos de
peseta a un fondo para financiar la propaganda en el
exterior. Se conseguirla reunir de esta manera 100 mi
llones de pesetas.
81
qu’ a.
El tren de laminación en frío, cuya instalacion na ropeo. rare
sido autorizada a E. N. S. 1. D. E. S. A., permitirá la ob a adoptar la Euro Invest, fundación de seis bancos e
Institutos financieros del área del Mercado Común.
tención de chapa de 1,20 de ancho, utilizada para carro
cerías de ‘:automóviles. Hasta ahora se fabricaban en
El importante diario ‘The Financial Times”, de
España, en Vizcaya, chapas de hasta un ancho de sólo Londres, ha iniciado una nueva sección informativa se
0,80 metros. La factoría de Avilés de E. N. S. L D. E. S. A. manal dedicada a lás cotizaciones de la Bolsa de Ma
empleará un máximo de tres años para la total insta
drid. Esta nuéva sección del renombrado periódico viene
lación del tren de la laminación en frío.
a corroborar el interés creciente de la City londinense
La Dirección General de Industria ha aucorizado por los valores mobiliarios españoles.
instalar una industria de vehículos industriales ligeros
La Sdad. Española de Construcción Naval ha firma
en Madrid. La producción durante el primer año será do recientemente
contrato para la construcción de tres
de 1.000 unidades, que podrán tener hasta un 15 por gabarras de 6.000 un
toneladas
para el transporte de bauxita.
100 de elementos de importación. En el segundo año de
El encargo lo ha efectuado la Caribbean Steamship Co.
fabricaciófl la producción será ya de 2.500 unidades y .Serán abanderadas en Panamá. Por otra parte, la mis
todos los elementos de fabricación serán totalmente na
ma empresa ha firmado un contrato para la transfor
cionales.
mación en cargueros de dos petroleros de 16.000 tonela
FerroaleaciOnes y ElectrometaleS, del Instituto Na das por cuenta de la Global Bulk Transport Corp., de
cional de Industria, lleva exportadas 4.173 toneladas, por Nueva York. Al mismo tiempo estos astilleros mantienen
un valor de 653.595 dólares, en los nueve primeros me
una opción para la transformación de otros dos petroses del pasado año. En el cuarto trimestre deberá enviar leros.
al exterior otras 2.600 toneladas, según contratos firma
La Empresa Jerez Industrial, 5. A., de Jerez de
dos, por valor de 375.375 dólares. Para el año 1962 tiene
ya contratos por 4.000 toneladas de ferroaleaciones. En la Frontera, ha solicitado la debida ‘autorización para
el mes de diciembre pondrá esta entidad en marcha el poder proceder a la ampliación de su fábrica de cajas
de cartón con la instalación de un tren para la 1abri
primero de una serie de cuatro hornos para la planta
cacion de cartón ondulado, con una capacidad de pro
de fabricación de ferroaleacioneS decarburadaS: ferro
manganeso y forrocromo afinados de gran interés para ducción en cinco millones de kilogramos. La ampliación
requerirá la importación de maquinaria.
la industria del acero y de la electricidad. La nueva plan
ta se instala en Boo, de la provincia de Santander.
Un tercer horno alto con sus instalaciones com
Según datos recogidos por el Sindicato Nacional plementarias, en su factoría de Avilés, construirá la Em
de Frutos, hasta el 31 de octubre, Valencia ha exportado presa Nacional Siderurgica. Este horno tendrá. 28 pies
3.291.370 kilos de uva denominada de “otoño”, 2.843,355 de diámetro de crisol, 20 toberas y una producción no
kilos de melones, 667.366 kilos de granadas, 36.880.774ki
minal de arrabio en calidad de afino de unas 1.600 to
los de cebolla “grano” y 1.047.621 kilos de ajos. Otras neladas diarias.
exportaciones de interés, por su volumen, son las refe
rentes a tomate, del que fueron exportados, en la semana
La producción de acero. en los tres primeros meses
comprendida del 30 de octubre al 5 de noviembre, 784.920 del año 1961 ha sido: enero, 173.720 toneladas; febrero,
cestos de seis kilos. De envíos de pasa de Málaga, la 165.129; marzo, 128.011 toneladas. En conjunto, la pro
totálidad de las exportaciones desde el comienzo de la ducción en el primer trimestre ha sido de 466.820 tone
óampaña hasta el 31 de octubre ascendió a 2.281.293kilos, ladas. De enero a mayo, lá producçión de energía eléc
siendo los países principales adquisidores de este fruto, trica ha representado un total de 7.770 millones de kilo
vatios-hora. Según los índices generales de producción
por el orden en que se citan: Suecia, Francia, Inglaterra
industrial que confecciona el Instituto Nacional de Es
y Finlandia. De uva de Almería han sido exportadas,
hasta el 31 cíe octubre, durante la actual campaña, un tadística, el promedio del aumento, geheral ha sido de
total de 17.791.724kilos, siendo el principal país consu
un 11 por 100 mensual durante el primer trimestre. Sig
midor Inglaterra, siguiéndola. en importancia, por el yo- nificativo ha sido el aumento experimentado en la pro
lumén de sus compras, Extremo Oriente. En cuanto a ducción de energía según los datos antes publicados. A
plátanos, solamente durante eJ mes de octubre su expor
final del primer trimestre suponía un incremento en la
tación se elevó a 17.642.710 kilos, de los que 11.380.544 producción del orden del 17 ‘por 100; el aumento de]
consumo había sido del 13 por 100. La diferencia de
kilos fueron enviados a la Península y el resto a diver
por 100 entre producción y consumo se explica por la
sos mercados exteriores.
en parte, pero sobre todo por la exportaciór
El fondo de inversiones Adiropa, administrado por pérdidas
de
energía
eléctrica a Francia. Otro dato significativc
la Aligemeimen Deutschen Investment GmbH, de Ale
ha sido el del aumento que en el volumen de pedidc
mania, ha incluído valores españoles en un grupo que han
registrado las fábricas de cemento durante el primei
comprende valores bancarios, empresas químicas y de trimestre,
ha sobrepasado en un 21 por 100 al re
aprovisionamiento. Hasta ahora solamente había incluí- gistrado enque
el mismo período del año 1960.
do el fóndo de inversiones valores de nueve Estados eu
•
G U¡ 0 N
REVISTA
ILUSTRADA
DELOS
MANDOS
SUBALTERNOS
DEL
EJERCITO
SUMARIO
del mes de febrero
1962.
Antología informativa de Za Cruzada.
Las hazañas. La pasarela de la Muerte en la Ciudad Universitaria.
General Maristany González.
El Estado Í’1ojor —Capitán Soriano Valero.
Cuestioves
de Táczica
Servicios. —General Otaolauriuchi.
Estampas.de
un itinerario por los pueblos j tieiras dt Espcifia. La Villa j Corte (1I).-Juan Cua]quíera..
Cosas de anjer. de ho y de mañana.—Teniente Coronel Carreras González.
Nuevas normas de la Asociación Jyiulua.Benéfica._Corflandaflte
Alvarez Vicent.
Nuestros lectores preguntan.—PedacCiÓfl.
_________
Para
la historia
de. la Cruzada.
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