NEGOCIACIONES COMERCIALES MTN.TNC/MIN(94)/ST/6 MULTILATERALES i 2 de.abri! d e 1994. Distribución general RONDA URUGUAY (UR-94-0113) Comité de Negociaciones Comerciales Reunión a nivel ministerial Marrakech (Marruecos), 12-15 de abril de 1994 Original: francés FRANCIA Declaración dei Excmo. Sr. Gérard Longuet. Ministro de Industria. Correos v Telecomunicaciones y Comercio En numerosas ocasiones, en estos tres últimos años, no han faltado observadores que han predicho el fracaso de la negociación dei GATT. Y eso denotaba bien poca sagacidad: sabemos todos que la perspectiva de encontrarnos en Marrakech, y la hospitalidad de nuestros amigos marroquíes, serían más fuertes que todas nuestras divergencias. La calidad de su acogida era, sin lugar adudas, una garantía de éxito para la negociación. Lo que hoy deseo decirles, en nombre dei Gobierno francés, se reduce a tres palabras: satisfacción, vigilancia y ambición. En primer lugar, satisfacción por los resultados de la negociación. Hemos hecho frente al desafío lanzado en Punta dei Este en 1986. Hemos reforzado las reglas dei Acuerdo General y hemos establecido nuevas disciplinas sobre la propiedad intelectual y los servicios. Asimismo, hemos llegado a realizar colectivamente un esfuerzo considerable de liberalización y de reducción de los obstáculos aduaneros, lo que, en el contexto de recesión que sufren algunas de nuestras economías, es un éxito de primera magnitud. El fin de estas largas negociaciones es prueba de que nuestra voluntad de vivir en común ha triunfado sobre las fuerzas de división. Satisfacción también en tanto que europeo. Se ha demostrado, una vez más, que "la unión hace la fuerza". La Unión Europea, primer interlocutor comercial, sale reforzada de estas negociaciones. Con ello se justifica la elección europea de Francia. Se benefician así nuestros interlocutores extraeuropeos. La Unión de Europa es garantía de su apertura económica y de su adhesión al sistema multilateral. Es verdad que hay algunas sombras en este resultado: algunas esperanzas se han visto frustradas, por ejemplo, por la mediocridad de ciertas ofertas en el ámbito de los textiles y el vestido. Las negociaciones no han dado resultado o no han progresado lo suficiente en varios sectores de servicios o en el terreno de la aeronáutica: para el Gobierno francés, los resultados alcanzados en esos diferentes sectores formarán parte integrante dei equilibrio global de la negociación. Y, a este respecto, me congratulo por la próxima reanudación de las deliberaciones en el seno dei Comité de Aeronaves Civiles, que han de permitir la conclusión de un acuerdo equilibrado. Pero a pesar de esas sombras, estoy satisfecho por el resultado en su conjunto, como francés, como europeo y como ciudadano profundamente afecto al libre cambio y a la apertura internacional. SECRETARÍA DEL GATT MTN.TNC/MIN(94)/ST/6 Página 2 ¿Es suficiente este resultado para hacernos salir del círculo vicioso de los afrontamientos comerciales e iniciar el "círculo virtuoso" de la cooperación? No estoy absolutamente seguro, y esta es la razón por la que he hablado de mi vigilancia. Vigilancia, en primer término, ante los retrasos en que podría incurrir uno u otro de los grandes interlocutores en la ratificación, o las libertades que se podrían tomar con la transcripción de los textos en las legislaciones nacionales: nuestra vigilancia, en este sentido, no habrá de fallar. Vigilancia, además, ante la adecuación entre los resultados de la Ronda y los intereses medulares dei comercio internacional, que ha venido a ser repentinamente esencial en la política económica de los gobiernos, mientras que hasta entonces no pasaba de ser su variable de ajuste. El sistema multilateral no tendrá validez a los ojos de la opinión pública más que si va acompañado de una mayor equidad en las relaciones comerciales. No es una apertura formal, sino una apertura real la que esperamos de los mercados que han permanecido demasiado tiempo cerrados y han sido causantes de déficit comerciales bilaterales que con razón estimamos inequitativos. La equidad consiste también en que todos respeten las disciplinas multilaterales: la opinión pública de nuestros países no comprendería que las disciplinas, reforzadas, que aceptamos en ciertos sectores no fueran acompañadas dei respeto por todos dei código de conducta que constituye el nuevo mecanismo de solución de diferencias. La eficacia de esos nuevos procedimientos es sin duda superior, sobre todo en lo que a plazos se refiere, a la mayor parte de nuestros procedimientos internos. Con su aplicación ya no será posible pretender hacer justicia por su propia mano. La OMC es ante todo el final dei unilateralismo. No obstante, no estoy seguro de que en esta esfera no se hayan adoptado malas costumbres, de las que será difícil -pero indispensable- deshacerse. Y sobre todo, para el porvenir, mi mensaje es un mensaje ambicioso. Se trata de la ambición de que Marrakech no sea el fin de siete años de negociación sino un comienzo, la llegada de la Organización Mundial dei Comercio. La Organización Mundial dei Comercio será un interlocutor creíble e insoslayable ya que va a demostrar su capacidad de abordar todos los problemas que afectan al comercio mundial. Ello se admite hoy en dia, me parece, en el caso dei medio ambiente. Quisiera que mañana sea así en el caso dei problema de las normas y derechos dei trabajo. Sé que muchos de ustedes no desean entablar este debate. Pero no creo que nuestro interés colectivo consista en dejar que se perpetúen malentendidos. Ahora bien, estos malentendidos existen: por una parte, muchos de ustedes temen que el factor social sea un pretexto cómodo para cerrar nuestros mercados. Deseo tranquilizarles y decirles que esa no es ni mi filosofía política ni mi interés como Ministro de Comercio Exterior de Francia, cuarto exportador mundial. Por el lado de nuestras opiniones públicas, la negativa a debatir estos temas tiende a acreditar la idea de que la competitividad de cierto número de países se basa sobre una explotación inhumana de los trabajadores. No favorece el interés de ustedes que esta impresión se perpetúe. Como lo hemos hecho con respecto a otros temas muy controvertidos al principio -propiedad intelectual, servicios- hay que comenzar por debatir entre nosotros, sin segundas intenciones ni prejuicios. Pero no puede existir una "ciudad universal" en la cual intercambiemos bienes y servicios, trabajemos juntos por la protección de nuestro medio ambiente e ignoremos las condiciones de trabajo en nuestro vecino. Debemos tranquilizar las opiniones que temen que el aumento de la competencia consagre MTN.TNC/MIN(94)/ST/6 Página 3 el triunfo del factor social más bajo y demostrarles que el incremento de los intercambios contribuye al progreso social. Esta ambición no es solamente mia. La Organización Mundial dei Comercio, con un poco de audacia, encontrará un lugar en la primera fila de las organizaciones internacionales. La creación de la OMC marca una nueva era de relaciones entie los países. Después dei final de la guerra fría y dei confrontamiento entre los bloques, constituye el testimonio de un período nuevo en el cual el desarrollo concertado de la actividad humana triunfa sobre los enfrentamientos ideológicos y territoriales. En un mundo en el cual el comercio se ha convertido a la vez en evidencia y exigencia, la Organización Mundial dei Comercio tiene la obligación de ver lejos. Nosotros tenemos toda la responsabilidad, la capacidad y, espero, la voluntad.