VIDAS ONíRICA Y DESPIERTA CONSIDERADAS DESDE EL

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VIDAS ONíRICA Y DESPIERTA CONSIDERADAS
EL PRINCIPIO
DEL NIRVANA
S. SCARIZZA
DESDE
(Cuba)
Todos los procesos anímicos se rigen por un principio: el de anular o, por
10 menos, disminuir las tensiones interiores.
Esta tendencia a la estabilidad del aparato anímico, enunciada. por Fechner
y llamada por Bárbara Low principio del Nirvana, actúa constantemente mientras dure la vida.
Toda tensión, bien sea debida a un estímulo exterior o a un estímulo
interior (orgánico o psicológico), tiene la tendencia a descargarse.
Sentimos esta tendencia como un deseo. Y este deseo, que es aspiración
hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una cosa, es la manera psicológica
de sentir y expresar el hecho fisiológico de la tendencia a descargar las propias
tensiones.
.
Al comienzo de la vida existe sólo el ello, por consecuencia, el placer y
el displacer no pueden ser sentidos; el principio del Nirvana rige la vida.
Cuando empieza a tomar forma un yo, aunque sea rudimentario. el aumento
y la disminución de la tensión se acompañan de sus equi valentes psicológicos,
displacer y placer; y el principio del Nirvana se transforma en el principio
del placer.
Poco a poco el yo, por el impacto de la realidad, sustituye e¡ principio
del placer por el principio de la realidad, es decir, el yo adquiere la facultad
de controlar y aplazar la descarga de sus tensiones - la satisfacción de sus
deseos. Es esta facultad la que establece la distinción entre los procesos primarios y secundarios. Por supuesto, esta facultad no es ilimitada. La energía,
que puede ser controlada, tiene su límite para cada persona. Si la energía
que fluye al yo es superior a su posibilidad de control y si, por razones de
orden psicológico o material, este exceso de energía (esta parte no controlada) no puede descargarse a través de los procesos secundarios, se descargará a través de los procesos primarios. El yo, en este último caso, recurre
a una regresión con el fin de descargar este excedente de energía. Mientras
más fuerte sea este excedente, más profunda será la regresión que se exte-
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riorizará en distintas fórmas: fantasías, manifestaciones transferenciales, síntomas neuróticos o psicóticos,
Esto demuestra que el principio de la realidad tiene al fin que someterse
al principio del Nirvana. Es decir, las tensiones más allá de un cierto límite
tienen que descargarse o a través de, los procesos secundarios, o de los primarios. El principio del Nirvana con sus modificaciones -principio
del placer
y principio de la realidadresulta ser un principio general, válido directa o
indirectamente en todas las fases del desarrollo psico-sexual del ser humano.
Ahora bien, según el concepto fundamental de la teoría psicoanalítica, hay
tensiones inconscientes que pertenecen al ello y al super-yo, que junto con
las tensiones conscientes, influyen y dan forma a nuestro comportamiento.
En su "Dinámica de la Transferencia"
Freud escribe (1, p. 100), "Una
parte de los impulsos libídicos ha pasado a través del proceso Completo del
desarrollo psíquico. Esta parte se dirige hacia la realidad, está a disposición
de la personalidad consciente y' forma parte de,' ella". Esta parte no está
ligada al pasado, sino a la realidad exterior; permite ver la realidad tal
como es; constituye el factor racional en el comportamiento. "Otra parte",
continúa Freud, "ha sido detenida en ~I curso de su desarrollo; ha sido alejada
de la personalidad consciente y de la realidad ... ". Esta parte está ligada
a las situaciones traumáticas del pasado,' a la realidad interior; puede constituir el componente libídico transferencial - el factor irracional en el comportamiento .:
Pero, como señala Freud (1, p. 100), "ambas partes -tanto
la consciente
como la inconscientepueden participar en determinar la actitud hacia el
objeto amado".
Naturalmente,
a la agresividad podemos aplicar las consideraciones formuladas por Freud acerca de la libido, es decir, podemos hablar de una agresividad consciente, y de una inconsciente. Llamamos catexis del yo a la
energía consciente (libido y agresividad)
a la disposición del yo, y catexis
del ello a: la energía reprimida (libido y agresividad) a la disposición del ello.
Ahora bien, una persona será normal, neurótico o psicótico según la
catexis diferencial entre su yo y su ello. Si esta catexis diferencial es alta y
a favor del yo; no habrá manifestación de lo reprimido y la persona será
normal; si es baja, la persona será neurótica y la realídad exterior será más
o menos deformada por la realidad interior; si es alta pero a favor del ello,
es decir, si hay una hipercatexis del ello, por lo que yo llamo el principio
del predominio a la descarga de la catexis más alta --que es un corolario del
principio del Nirvanalo reprimido invadirá el territorio del yo y la persona
será psicótica, Como consecuencia, la realidad exterior será sustituida por
la realidad interior. Es la tensión del ello la que impone esta sustitución
en el yo. Como dice Federn, "la pérdida de la realidad es la consecuencia, no
la causa, de la ,deficiencia básica psicótica (2, p. 162).
Para simplificar lo antedicho, no hemos discutido acerca del papel del
super-yo en cada conflicto. Esta omisión no cambia las conclusiones a las
cuales hemos llegado. En efecto, el super-yo posee dos tipos de catexis, una
consciente y otra inconsciente. Ambas potencian el yo en su oposición a la
catexis del ello, así que nuestras conclusiones siguen siendo válidas. Mas
.,
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en las neurosis compulsivas, y especialmente en las depresiones, el conflicto
tiene lugar entre el yo por una parte, y el ello y el super-yo por otra. El
principio del predominio a la descarga de la tensión más alta, y el principio
de la función múltiple, explican los síntomas de estos trastornos; el yo queda
sumergido, en la melancolía casi aplastado, pero las catexis del ello y del
super-yo. En estos trastornos, caracterizados
por síntomas similares a los
de las demás psiconeurosis, encontramos también un fuerte sentimiento de
culpabilidad consecuencia de la tensión del super-yo.
Ahora bien, ¿ qué es el sueño? El sueño es una actividad psíquica del
estado de reposo, y como tal es debida, como toda actividad, a tensiones interiores.
Aquí podemos afirmar que hay una cierta continuidad y analogía entre el
estado de vigilia y el estado de reposo: tensiones nos ernpuj an a pensar y
actuar en la vida despierta, nos empujan a soñar en la vida del reposo.
Sin embargo, estas actividades tienen que representar descargas parciales
o totales de dichas tensiones, Tales descargas representan en términos psicológicos, realizaciones parciales o totales .de deseos. Así pues, el sueño, esta
actividad psíquica del estado de reposo, tiene que representar la realización
de un deseo.
El sueño, como la fantasía, nos permite realizar un determinado deseo
con el pensamiento y no con la acción.
En ambos casos hay una realización de. deseo, una atenuación de la tensión
interior, pero con esta diferencia fundamental: que en el sueño creemos vivir
la situación, mientras en la fantasía sabemos que se trata de algo imaginado .
.¿ Por qué en el sueño tenemos -en
el sentido de Jaspers y Federn (2,
p. 160)- la sensación de la realidad, es decir, por qué en el sueño la realización de deseo adquiere un carácter alucinatorio?
Contestar a esta pregunta es explicar también las alucinaciones en la
vida despierta.
La consciencia recibe con un carácter perceptual tanto las percepciones
como las representaciones;
no tiene el poder de discriminarlas. Es, y continúa
siendo durante toda la vida, una facultad pasiva; son las demás funciones
del yo (juicio de la realidad, motilidad voluntaria, inteligencia, síntesis) las
que permiten esta discriminación.
Mas la formación del yo, es decir, el progresivo desarrollo de las funcioncs del yo, aparte del factor constitucional inherente a cada función del yo,
depende del desarrollo progresivo de la libido y de la agresividad, y depende
en última instancia, de la catexis del yo. Por eso los que sueñan y los psicóticos
el} que la catexis del yo es muy baja, alucinan las representaciones;
faltándolcs el contacto con la realidad -el otro término de comparaciónno tienen
la posibilidad de juzgar y sentir las representaciones como irreales.
La consciencia, como una pantalla, queda'. prevalenternente iluminada por
el haz más intenso - por la catexis más alta, la del ello.
Por eso los chicos confunden las representaciones
con las percepciones.
Esta con fusión no es debida a una consciencia poco desarrollada sino a una
deficiencia de la catexis de su yo - a la consiguiente deficiencia de su juicio
oe la realidad. Al quedar la pantalla iluminada por dos haces de casi idéntica
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luminosidad -por la catexis del yo y la del ello- las percepciones sc confunden con las representaciones.
Hemos dicho que en las psicosis y en los sueños, la catexis del yo prácticamente no existe. Mas esa reducción de la catexis del yo se debe, en ambos
casos, a un proceso distinto. En los sueños, la catexis del yo se reduce como
consecuencia del deseo del yo de. descansar. El propósito del descanso es
precisamente reducir, a costa de la catexis del yo, el gasto de energía de la
máquina humana. En otras palabras, el ser humano trabaja durante el reposo
con una potencia reducida; este, ahorro de potencia corresponde a la reducción
de la catexis del yo.
En los estados psicóticos, la catexis del yo queda reducida, pero no así
la potencia total; la catexis del ello y la del super-yo aumentan en proporción
a la disminución de la catexis del yo.
Las manifestaciones psicóticas son como sueños durante la .vigilia. Mas,
a pesar de la similitud de las manifestaciones, la demanda de energía en los
dos casos es, como hemos visto, completamente diferente.
Los sueños se pueden dividir en dos grandes categorías:
1) Sueños en que se descargan tensiones de una instancia, sin conflictos
con las demás instancias. En ellos el contenido manifiesto coincide con el
contenido latente; no necesitan interpretación alguna. Pertenecen a esta primera
categoría, los sueños de comodidad y de los niños, y los sueños, muy escasos,
en que problemas conscientes )10 resueltos en el estado de vigilancia, encuentran su solución en el estado onírico; son estos últimos los sueños en que
se descargan tensiones del yo.
2) Sueños en que se descargan tensiones reprimidas. Pero, en estos
últimos, el yo de, la persona que sueña no podría soportar la descarga no disfrazada de 10 reprimido; se despertaría como se despierta: en ciertos sueños
de angustia. El reposo se hace menos profundo, pero para continuar durmiendo,
el yo adquiere automáticamente una cierta catexis que impide, a través de
los mecanismos de la elaboración onírica, la conscienciación del contenido
latente del sueño.
Mas por el principio del predominio a la descarga de la tensión más alta,
la tensión mayor, que es la reprimida, tiene que descargarse. Se origina un
verdadero conflicto' neurótico. El sueño, en este caso. es por sí mismo el
síntoma neurótico de la vida onírica. Representa, como el síntoma de la vida
despierta, la transacción inconsciente entre las distintas instancias y es, como
tal, ininteligible.
Pudiéramos considerar los mecanismos de -Ia elaboración onírica como
defensas muy primitivas de un yo arcaico.
La característica fundamental de los procesos inconscientes es la descarga
inmediata. Si no hubiera un obstáculo a la descarga de las tensiones del ello
-obstáculo
debido a la realidad de la situación o a la conciencia moralel desplazamiento y la condensación a la manera de los productos primarios
no tendrían lugar.
En efecto, el yo, tanto en los que sueñan como en los psicóticos, se opone
a La manifestación directa de 10 reprimido que se descarga de una manera
disfrazada utilizando el desplazamiento y la condensación como mecanismos
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Y DESPIERTA
de defensa. La primitividad de la defensa y el arcaísmo del yo estriban en
que los mecanismos utilizados pertenecen al ello aunque el estímulo para su
utilización parte del yo.
BIBLIOGRAFÍA
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