Introducción Dossier Especial: “Volver de la cárcel”

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Introducción
Especial:
“Volver
cárcel”
Dossier
de
la
Por Revista furias
“Cada sociedad establece y fundamenta las conductas que son
criminales y las que no. Por ejemplo, para nosotros, si
alguien mata a otro al intentar robarle, es responsable del
crimen de asesinato. Pero, si yo realizo una estafa financiera
en una suma multimillonaria dejando sin trabajo, sin ahorro y
sin futuro a mucha gente, se considera que mi responsabilidad
es mínima comparada a la que cometió el asesinato por robo.
Sin embargo, mi conducta alteró las condiciones de vida de esa
gente impulsándolas a cometer delitos que no serán
relacionados con el conflicto de origen. Nuestra sociedad
penaliza las conductas personales directas y no los sistemas
perversos que las provocan.”
Pablo Rafael Bonaparte, La mirada del marciano
Decir que el género que expresan los cuerpos de las mujeres o
de las trans son los menos favorecidos de la sociedad en
incontables aspectos es ya casi decir una obviedad. Si a esto
le agregamos una situación de vulnerabilidad social más el
hecho de estar presxs, la situación no puede ser peor.
¿Qué soluciones da el Estado ante estas situaciones? ¿qué rol
nos cabe como sociedad al repensar el estado actual de las
cárceles y sus condiciones? Sería útil empezar a pensar
seriamente en las oportunidades que se les negaron a las
personas que cometieron un delito, en los derechos que le
fueron negados y que se vuelven a negar en libertad. Para lxs
pobres, una libertad condicionada por un antecedente penal.
Ningún pibe nace para chorro, ninguna piba nace para chorra y
nadie nace para chorear. Sabemos que el proyecto de la cárcel
no es la reinserción. A lo largo de su corta historia nunca lo
fue.
No desvinculamos la responsabilidad del Estado en mantener el
statu quo. “Es muy difícil no vincular la corrupción con el
maltrato” dice Alcira Daroqui (1), investigadora del
Observatorio de Prisiones de la Procuración Penitenciaria
Nacional, quien ha viajado para evaluar las cárceles de todo
el país denunciando el maltrato, que no solo se ve en el
cuerpo, se ve en la comida putrefacta que se da, se ve en los
colchones que no están, en los vidrios que faltan, en la falta
de limpieza y en un sinfín de derechos cercenados. Sin embargo
muchas veces estas cosas se encuentran contempladas en el
presupuesto, pero ¿por qué no llegan a lxs presxs? Es
histórica la corrupción en las penitenciarías y también la
falta de su problematización.
Existe un discurso reaccionario imperante que considera que la
pena se debe pagar sin miramientos, a su vez que se
invisibiliza que el Estado es quien toma el sistema carcelario
dentro de su esquema. Una demanda urgente tiene que ver con
que si se asume la responsabilidad de encerrar a un ser humano
se le debe brindar las condiciones dignas para no acrecentar
las condiciones de degradación a las que ya viene siendo
sometidx. Si esta situación se visualiza desde la órbita de un
gobierno que propone revalorizar los derechos humanos política que celebramos- entendemos que hay que ir aún más
allá del plano discursivo y simbólico que refiere a la
construcción de la memoria. El Estado actual está
reproduciendo situaciones de violencia. No hay un solo
funcionario que pueda defender el Servicio Penitenciario
vigente, porque efectivamente es indefendible. El informe de
2013 del Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos
Tratos (RNCT) conformado por diferentes organismos y grupos de
estudios, registra un total de 1.151 víctimas.
Por otro lado, uno de los mayores problemas del sistema radica
en que no hay oportunidades antes de entrar y aún menos
después de salir, muchas de las personas que llegan a ser
encarceladas cometen delitos en situaciones de supervivencia.
El foco de las garantías sigue estando en la propiedad privada
en detrimento de los derechos.
Las cárceles violan sistemáticamente los derechos humanos y se
ha logrado naturalizar este escenario, configurando un
problema que no es interpelado ni política ni socialmente. Lxs
presxs son lxs últimxs individuxs de una cadena de exclusión y
se perpetúa una lógica moralista que considera que ese es el
lugar que se merecen.
Al menos deberíamos preguntarnos qué aberraciones se están
cometiendo hoy y cómo van a salir esas personas después de
mantenerlas en condiciones infrahumanas.
Revista Furias salió a buscar los testimonios de 2 mujeres que
saben enteramente que la visibilización y puesta en jaque del
sistema se haya en la palabra y en el verbo resistir.
1. Alcira
Daroqui:
El
Infierno
de
las
Cárceles
en
Argentina.
En:
http://www.principioesperanza.com.ar/2014/06/videos-cart
agotv-junto-alcira-daroqui.html
Dossier completo:
La jaula nunca será pájaro: http://revistafurias.com/?p=8162
Sobre(vivir) afuera: http://revistafurias.com/?p=8165
YoSoy: http://revistafurias.com/?p=8169
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