Jorge Manrique (c. 1440

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Jorge Manrique
(c. 1440 - 1479)
● Paredes de Nava (Palencia) / Segura de la Sierra (Jaén) (c.
1440) - Santa María del Campo Rus (Cuenca) (1479).
● Poeta (poesía burlesca y moral) y soldado (amor cortés).
● 2300 versos en 49 poemas.
● Enterrado en el Monasterio de Uclés (Cuenca).
Sobre Jorge Manrique
Jorge Manrique es una cosa etérea,
sutil, frágil, quebradiza.
Jorge Manrique es un escalofrío ligero
que nos sobrecoge en un momento
y nos hace temblar.
Azorín
Sobre Jorge Manrique
Entre los poetas míos
tiene Manrique un altar.
Antonio Machado
Sobre Jorge Manrique
Y quiero que mi traje,
el traje de mis versos,
sea cortado
del mismo paño recio,
del mismo
paño eterno,
que el manto de Manrique.
León Felipe
Tema central de las Coplas
● La muerte de su padre: Rodrigo Manrique (Ocaña, † 1476).
● La muerte en general.
● Un enfoque específico de la vida y de la muerte.
● Caducidad de las cosas materiales
● Desprecio del mundo
● Veleidad de la fortuna
Estructura
Tres partes
● Estrofas I-XIII
● Consideraciones generales de carácter filosófico y moral sobre la
inconsistencia de la vida humana y la caducidad de los bienes
materiales.
● Estrofas XIV-XXIV
● A continuación una serie de ejemplos (exempla), hechos y personajes
concretos, que corroboran las ideas anteriores y que van desde la
antigüedad de griegos y troyanos (a los que cita de pasada) hasta los
reyes y nobles casi contemporáneos y su corte. Son once estrofas
organizadas alrededor del tópico del ubi sunt.
● Estrofas XXV-XL
● Finalmente se centra en las alabanzas de su padre, sus hechos, sus
virtudes y su muerte.
Estructura
Dos partes
● Estrofas I-XXIV
● Pudieron estar escritas antes de la muerte de su padre ya que son
consideraciones generales al estilo de otras muchas composiciones de
la época.
● Estrofas XXV-XL
● Escritas con motivo de la muerte de su padre.
Objetivos previstos y conseguidos
● Liberación de su propio dolor
● Ensalza la figura de su padre
● Inmortaliza la memoria de su padre (como guerrero)
● Se inmortaliza a sí mismo (como poeta)
Subtemas
● El tiempo
● El mundo
● La fortuna
● Las tres vidas
● La vida eterna
● La vida de la fama
● La vida terrenal
Tópicos
Posturas ante la brevedad de la vida
EPICÚREA
Invita al disfrute, al goce de la vida.
ESTOICO-ASCÉTICA
Invita a llevar una vida moderada.
~ Arcipreste de Hita.
Tópicos
Postura epicúrea
● Carpe diem
● Collige, virgo, rosas
● Dum vivimus, vivamus
Tópicos relacionados con
la brevedad de la vida
● Actitud epicúrea
● El club de los poetas muertos (1989)
● CARPE DIEM
Aprovecha el momento (presente)
● COLLIGE, VIRGO, ROSAS
Coge, doncella, las rosas
● DUM VIVIMUS, VIVAMUS
Mientras vivimos, vivamos
Tópicos
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
Marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega
Tópicos relacionados con
la brevedad de la vida
● Actitud estoica-ascética
FORTUNA MUTABILE
La fortuna es mudable
TEMPUS IRREPARABILE FUGIT
El tiempo huye irreparablemente
VANITAS VANITATIS o VANITAS VANITATUM
Vanidad de vanidad o vanidad de vanidades
UBI SUNT?
¿Dónde están?
HOMO VIATOR
El hombre es un caminante
PEREGRINATIO VITAE
La vida es un viaje
Tópicos relacionados con
la brevedad de la vida
VITA FLUMEN
La vida es como un río
CONTEMPTUS MUNDI
Desprecio del mundo
MEMENTO MORI
Recuerda que has de morir
ARS MORIENDI
El arte de morir
QUOTIDIE MORIMUR
Morimos cada día
OMNIA MORS AEQUAT
La muerte lo iguala todo
SOMNIUM IMAGO MORTIS
El sueño es imagen de la muerte
VITA THEATRUM o THEATRUM MUNDI
La vida (el mundo) es una representación
Coplas a la muerte de su padre
III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Coplas a la muerte de su padre
V
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
Coplas a la muerte de su padre
VIII
Decidme: La hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.
Coplas a la muerte de su padre
XIV
esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así, que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y perlados,
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
Coplas a la muerte de su padre
XXIII
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes
y varones
como vimos tan potentes,
dí, muerte, ¿dó los escondes,
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras
y deshaces.
Tópicos
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados;
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó la luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo, y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en qué poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Francisco de Quevedo
Subtemas: el tiempo, desprecio del mundo,
veleidad de la fortuna, las tres vidas
● El tiempo: fluye sin remisión
● “en un punto se es ido y acabado”
● “se va la vida apriesa, como sueño”
● “nuestras vidas son los ríos”
● “este mundo es el camino”
● “partimos cuando nacemos, andamos cuando vivimos y
allegamos al tiempo que fenecemos”
Subtemas
● El mundo: desprecio
● “ved de cuán poco valor son las cosas tras que
andamos y corremos”
● “aun primero que muramos, las perdemos”
Subtemas
● La fortuna: veleidosa
“Los estados y riqueza,
que nos dejan a deshora,
¡quién lo duda!
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda
que bienes son de Fortuna (LA OCASIÓN LA PINTAN CALVA)
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una
ni ser estable ni queda
en una cosa”
Subtemas
● Las tres vidas
● La vida mundanal: renuncia
● “El mundo es el camino para el otro, que es morada
sin pesar”.
● La vida eterna: lo importante
● “El vivir que es perdurable no se gana con estados
mundanales ni con vida deleitable”.
● La vida de la fama
● “Otra vida más larga de fama tan gloriosa acá dejáis”.
Estructura
● De lo abstracto
➱ a lo concreto
● De lo lejano (en espacio y tiempo)
➱ a lo cercano
● De la muerte como concepto
➱ a la muerte como personaje
● De la muerte del hombre
➱ a la muerte de un hombre
ESTILO
● La sencillez
● Huye de la grandilocuencia (Sermo humilis, propio de la literatura
didáctica o moralizante)
● Lenguaje casi cotidiano (frente a Juan de Mena)
● Evita cultismos
● Evita arcaísmos
● Minimiza el uso del hipérbaton (ver poemas de Garcilaso y Quevedo)
● Métrica
● Arte menor: coplas de pie quebrado, inventada por su tío, Gómez
Manrique (ritmo fúnebre, similar a la campana en el toque de
difuntos): 8a 8b 4c 8a 8b 4c
ESTILO
● La sencillez
●
●
●
●
No es espontaneidad sino todo lo contrario
Esconde un abundante uso de recursos literarios
La forma potencia el contenido sin apenas manifestarse
Evita lo que pudiera dificultar la comprensión
ESTILO
● Utiliza los recursos de las artes de predicación
(ars predicandi).
● La finalidad del predicador es movere, conmover, incitar a
actuar.
● No se trata de transmitir conocimientos.
● Estructura del sermón medieval (y actual):
● Presentación del tema
● Explicación de los aspectos de ese tema
● Ejemplos que ilustran el tema
Para escuchar…
● Paco Ibánez (Teatro Olympia, 1969).
Coplas a la muerte de su padre
I
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Coplas a la muerte de su padre
II
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
mas que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.
Coplas a la muerte de su padre
III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Coplas a la muerte de su padre
IV
Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores;
aquel solo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad.
Coplas a la muerte de su padre
V
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
Coplas a la muerte de su padre
VI
Este mundo bueno fue
si bien usásemos dél
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquel
que atendemos.
Aun aquel Hijo de Dios,
para subirnos al cielo,
descendió
a nacer acá entre nos,
y a morir en este suelo
do murió.
Coplas a la muerte de su padre
VII
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor
aun primero que miramos
las perdemos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.
Coplas a la muerte de su padre
VIII
Decidme: La hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.
Coplas a la muerte de su padre
IX
Pues la sangre de los godos,
y el linaje y la nobleza
tan crecida,
¡por cuántas vías y modos
se pierde su gran alteza
en esta vida!
Unos, por poco valer,
¡por cuán bajos y abatidos
que los tienen!;
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.
Coplas a la muerte de su padre
X
Los estados y riqueza,
que nos dejen a deshora
¿quién lo duda?
no les pidamos firmeza,
pues son de una señora
que se muda.
Que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
Coplas a la muerte de su padre
XI
Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por eso no nos engañen,
pues se va la vida apriesa
como sueño;
y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.
Coplas a la muerte de su padre
XII
Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.
Coplas a la muerte de su padre
XIII
Si fuese en nuestro poder
hacer la cara hermosa
corporal,
como podemos hacer
el alma tan gloriosa,
angelical,
¡qué diligencia tan viva
tuviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cautiva,
dejándonos la señora
descompuesta!
Coplas a la muerte de su padre
XIV
esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así, que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y perlados,
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
Coplas a la muerte de su padre
XV
Dejemos a los troyanos,
que sus males non los vimos,
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos
sus vitorias;
non curemos de saber
lo de aquel siglo pasado
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.
Coplas a la muerte de su padre
XVI
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué de tanta invención
como trajeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras
¿fueron sino devaneos?
¿qué fueron sino verduras
de las eras?
Coplas a la muerte de su padre
XVII
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados y vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
que traían?
Coplas a la muerte de su padre
XVIII
Pues el otro, su heredero
don Enrique, ¡qué poderes
alcanzaba!
¡Cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus placeres
se le daba!
Mas verás cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró:
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!
Coplas a la muerte de su padre
XIX
Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vajillas tan fabridas
los enriques y reales
del tesoro,
los jaeces, los caballos
de su gente y atavíos
tan sobrados
¿dónde iremos a buscarlos?
¿Qué fueron sino rocíos
de los prados?
Coplas a la muerte de su padre
XX
Pues su hermano el inocente
que en su vida sucesor
se llamó
¡qué corte tan excelente
tuvo, y cuánto gran señor
le siguió!
Mas, como fuese mortal,
metiole la muerte luego
en su fragua.
¡Oh jüicio divinal,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua!
Coplas a la muerte de su padre
XXI
Pues aquel gran Condestable,
maestre que conocimos
tan privado,
non cumple que de él se hable,
mas solo cómo lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?
¿qué fueron sino pesares
al dejar?
Coplas a la muerte de su padre
XXII
Pues los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
trajeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad,
que cuando más encendida
fue amatada?
Coplas a la muerte de su padre
XXIII
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes
y varones
como vimos tan potentes,
dí, muerte, ¿dó los escondes,
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras
y deshaces.
Coplas a la muerte de su padre
XXIV
Las huestes innumerables,
los pendones, estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y balüartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
Cuando tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.
Coplas a la muerte de su padre
XXV
Aquel de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente,
sus hechos grandes y claros
non cumple que los alabe,
pues los vieron;
ni los quiero hacer caros,
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.
Coplas a la muerte de su padre
XXVI
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,
un león!
Coplas a la muerte de su padre
XXVII
En ventura, Octavïano;
Julio César en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito en liberalidad
con alegría;
en su braço, Aureliano;
Marco Atilio en la verdad
que prometía.
Coplas a la muerte de su padre
XXVIII
Antonio Pío en clemencia;
Marco Aurelio en igualdad
del semblante;
Adriano en la elocuencia;
Teodosio en humanidad
y buen talante.
Aurelio Alexandre fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
Camilo en el gran amor
de su tierra.
Coplas a la muerte de su padre
XXIX
Non dejó grandes tesoros,
ni alcanzó muchas riquezas
ni vajillas;
mas fizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
y sus villas;
y en las lides que venció,
cuántos moros y caballos
se perdieron;
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.
Coplas a la muerte de su padre
XXX
Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados
¿cómo se hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta misma guerra
que hacía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.
Coplas a la muerte de su padre
XXXI
Estas sus viejas historias
que con su brazo pintó
en juventud,
con otras nuevas vitorias
ahora las renovó
en senectud.
Por su gran habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcanzó la dignidad
de la gran caballería
del espada.
Coplas a la muerte de su padre
XXXII
Y sus villas y sus tierras
ocupadas de tiranos
las halló;
mas por cercos y por guerras
y por fuerza de sus manos
las cobró.
Pues nuestro rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal,
y, en Castilla, quien siguió
su partido.
Coplas a la muerte de su padre
XXXIII
Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero,
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero,
después de tanta hazaña
a que non puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la muerte a llamar
a su puerta,
Coplas a la muerte de su padre
XXXIV
diciendo: "Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago;
vuestro corazón de acero
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicistes tan poca cuenta
por la fama;
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que vos llama.
Coplas a la muerte de su padre
XXXV
Non se vos haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dejáis.
Aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera;
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal,
perecedera.
Coplas a la muerte de su padre
XXXVI
El vivir que es perdurable
non se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
donde moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.
Coplas a la muerte de su padre
XXXVII
Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
y con esta confianza
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis."
Coplas a la muerte de su padre
[Responde el Maestre a la muerte:]
XXXVIII
"Non gastemos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
es locura."
Coplas a la muerte de su padre
[Del maestre a Jesús]
XXXIX
"Tú que, por nuestra maldad,
tomaste forma servil
y bajo nombre;
tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como es el hombre;
tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona,
non por mis merecimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona".
Coplas a la muerte de su padre
XL
Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien ge la dio,
el cual la ponga en el cielo
y en su gloria;
y que aunque la vida perdió,
dejonos harto consuelo
su memoria.
El tema de la muerte
en la literatura
Dos temas eternos en la literatura:
EROS
EL AMOR
THANATOS
LA MUERTE
● Todos cuantos vivimos que sobre los pies andamos […]
todos somos romeros que el camino andamos […]
● Mientras aquí vivimos, en patria ajena moramos
la morada permanente en el cielo la esperamos,
nuestra romería entonces la acabamos
cuando al paraíso las almas enviamos.
Gonzalo de Berceo
Milagros de Nuestra Señora
Siglo XIII
● ¡Ay Muerte! ¡Muerta seas, bien muerta y mal andante!
Mataste a mi vieja. ¡Matases a mí antes!
¡Enemiga del mundo, no tienes semejante!
De tu amarga memoria no hay quien no se espante.
● […] Al bueno como al malo, al rico y al infiel,
a todos los igualas por el mismo nivel,
por papas o por reyes no das una vil nuez. […]
● No miras señorío, familia ni amistad,
con todo el mundo tienes la misma enemistad,
non hay en ti mesura, afecto ni piedad,
sino dolor, tristeza, aflicción y crueldad.
Arcipreste de Hita
Libro de buen amor
Siglo XIV
● No puede nadie huir de ti, ni se esconder […]
● Tu venida funesta nadie puede entender […]
● Al hablar de ti, muerte, el pavor me atraviesa […]
● El oír y el oler, el tocar y el gustar,
todos los cinco sentidos los vienes a arrebatar […]
● No existe ningún libro, disertación ni carta
ni hombre sabio o necio que de ti bien departa;
lo que viene de ti, solo males ensarta […]
Arcipreste de Hita
Libro de buen amor
Siglo XIV
Retrato
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Antonio Machado
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
Federico García Lorca
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ
(En Orihuela, su pueblo y el mío,
se me ha muerto como del rayo
Ramón Sijé, con quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
[…]
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
[…]
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
[…]
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Cuando éramos niños
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía.
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en los cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros.
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era un océano
la muerte solamente
una palabra
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
Mario Benedetti
Muchas gracias
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