la alianza escuela familia

Anuncio
“Preparándonos para la Jornada Zonal”
“Educación: la alianza escuela-familia”
Documento N° 2
Textos para que nos ayuden a la reflexión y al diálogo en
comunidad1
“Inmersas en la crisis de la civilización y en el drama de la ruptura entre Evangelio y
cultura, constatamos que las persona y la familia, no encuentran nuevos cauces para
sostenerse y crecer. La fragmentación presente en nuestra cultura, marcada por el
individualismo y la crisis de valores, llega también a las familias, jaqueadas además por
legislaciones que alientan su disolución; por modelos ideológicos que relativizan los conceptos
de persona, matrimonio, familia; por la situación socioeconómica, por la falta de
comunicación, superficialidad e intolerancia, e incluso por la agresión y violencia en el trato
entre las personas”.2
1. Situación cultural social tanto de la Familia como de la Escuela en la
actualidad
1.1.
De la familia
En la actualidad, la Familia, tiene numerosas dificultades para cumplir con
su papel de unidad de crianza, de sostén emocional y acompañamiento.
Por una parte, los roles familiares, las relaciones entre los sexos, la estructura
de autoridad, la reproducción –que estuvieron regulados y reforzados por la
enseñanza de la religión y el “deber ser” del matrimonio y la familia– han ido
cambiando, producto de la revolución secular. También fue cambiando por la
especialización del trabajo y la inserción de la mujer en el mundo laboral, la
disminución de la autoridad patriarcal tradicional, los proyectos de desarrollo
personal y profesional-laboral de los cónyuges, entre otras causas. En las zonas
urbanas en crecimiento, la familia nuclear: el padre, la madre y los hijos, se fue
aislando de la familia extensa (abuelos, tíos, primos) asimismo se fue aislando de
los vecinos, del barrio, de la comunidad. Acentuando esta soledad de las familias,
en algunos sectores sociales, las comunicaciones “virtuales” hicieron cada vez más
escasos los contactos interpersonales con los miembros de otras instituciones
sociales.
1
2
Extraídos de “Una nueva escuela para nuevas familias” Eduardo Casas – Claudia De Césaris
CEA, La familia: imagen del amor de Dios. Reflexión sobre situaciones difíciles y ambigüedades en
referencia a la vida, la familia y algunas cuestiones éticas, 3, 15.05.04.
Por otra parte, a partir de los años 70, se inicia en Europa la crisis
matrimonial. El matrimonio ya no es exclusivamente el origen de la familia 3 y el
aumento de hijos fuera del matrimonio es cada día más habitual. Hay que añadir
que en la sociedades contemporáneas, la despenalización del aborto, la sanción de
leyes de divorcio, el aumento de las uniones libres, son síntomas de un grado de
crisis de valores que ha logrado “vulnerar” esta institución social, ocasionado la
crisis del lugar del adulto con la consiguiente pérdida de credibilidad, autoridad y
eficacia en la puesta de límites, el aumento de la violencia, el abandono y soledad
afectiva.
1.2.
De la escuela
En cuanto a la Escuela, ésta ha dejado de ser la única fuente del saber
erudito y de las ciencias, y ha ido perdiendo eficacia como formadora del espíritu
ciudadano y de competencias para el mundo del trabajo. Ha ido perdiendo su
prestigio social.4
En los nuevos docentes, debido a la falta de tiempo y espacios institucionales
para el trabajo cooperativo, el individualismo, la ausencia de ideas o proyectos
compartidos con otros docentes, la merma del entusiasmo y la creatividad, se ha
institucionalizando una cultura de la crítica, con tanta fuerza que ha llevado a
inhibir el pensamiento y reemplazarlo por el padecimiento. Otra de las formas en
las que se traduce esta disconformidad con su labor es el incumplimiento con lo
pautado por organizadores institucionales tales como: puntualidad, asistencia,
planificaciones, reuniones, respeto por la autoridad escolar.
2. Lo que se espera tanto de la familia como de la Escuela
2.1.
De la familia
La situación planteada nos lleva a la pregunta capital sobre qué es la familia,
su misión y su rol social y eclesial.
La familia tradicional5 cumplía con muchas de las necesidades de sus
miembros: se daba protección y seguridad a la niñez y la vejez, se ofrecía la
educación religiosa, se conformaban espacios de esparcimiento.
Las diferentes configuraciones que se presentan en la actualidad deberán
expresar y hacer vivo el amor de Dios en los gestos cotidianos de alimentar, cuidar,
dar afecto y ternura, escuchar, dedicar tiempo, brindar compasión, querer el bien y
el progreso del otro. En otras palabras, el amor es una de estas necesidades básicas,
así como el alimento o el abrigo. Pues, en un mundo donde existen fracturas y
3
En América latina, si bien se replica esta situación en las clases medias y altas, tiene un origen históricocultural muy diferente al europeo, y fue una pauta de comportamiento socialmente aceptada, en el sector
social más desfavorecido.
4
FRIGERIO, G.; POGGI, M.; TIRAMONTI, G. y AGUERRONDO, I. (1994): “Cara y Ceca de las
instituciones educativas”. Ed. Troquel, Buenos Aires.
5
DONINI, A. (2005): “Sexualidad y Familia. Crisis y Desafíos frente al Siglo XXI” (2005). Ed.
Novedades Educativas. Buenos Aires.
disoluciones, las familias deberán seguir apareciendo como un núcleo de vida,
esperanza y amor.
Por otra parte, para el niño el espacio familiar es la certeza de todo lo que
existe. Es allí donde, a partir de un nombre elegido por otros, comienza a otorgarle
significado a su existencia. Además, la primera socialización se da en el seno
familiar. Allí se enseña y se aprende lo que significa el pensamiento común, que
posibilita la cooperación, las nociones de tiempo y de espacio, los valores, las leyes
y normas. Se enseña a esperar para lograr resultados, la noción de lo privado como intimidad- en contraposición a lo público, en definitiva, es el lugar
fundamental dónde se forma el sujeto social: un ser humano capaz de vivir con
otros y trabajar con otros.
Consecuentemente, la familia –más allá de la configuración en que esos
vínculos se expresen socialmente- es reconocida como una vincularidad
fundamental y básica de cuidado y desarrollo de la vida, donde los integrantes
puedan desarrollarse en un proceso vital de personalización y humanización, en el
desarrollo creciente de la dignidad humana, en todos sus órdenes, haciéndolos
capaces de responsabilidades propias, con derechos y obligaciones, para optar por
un proyecto de vida personal, capaz de otorgar sentido a su existencia, desde los
valores que han asumido.
Concibiendo a la familia como una institución, se la nombra como una
organización esencialmente asimétrica en sus roles y funciones, los cuales resultan
distintos y complementarios a la vez. El que posea una estructura jerárquica no
significa que no deba ser participativa: Cada integrante -desde su propio rol y
función- tiene su lugar y su aporte propio. Lo jerárquico no implica necesariamente
“piramidal” o “vertical”. Existen modelos jerárquicos que no son necesariamente
piramidales, ya que la jerarquía se basa en la autoridad y ésta puede plasmarse de
muy diversas formas.
En cuanto a la misión de la familia –que comparte con la escuela– es la
corresponsabilidad educativa. Ciertamente la familia es la primera responsable.
Educa principalmente para el proyecto de vida de las personas. Educa desde los
valores: concretamente lo hace desde la convivencia doméstica; la educación es
prioritariamente relacional.
2.2.
De la escuela
En la escuela, el niño encuentra un nuevo espacio referencial al confrontar
las certezas familiares con el discurso social. Es allí dónde encuentra situaciones
desconocidas, reflexiona, piensa. Se encuentra preparado para aprender las
herramientas de la comunicación social, los avances de las ciencias y la tecnología,
incorporando y recreando la cultura.
Al igual que la familia, se la concibe como una organización asimétrica en
sus roles y funciones. A su vez, comparte con ésta la corresponsabilidad educativa. En
el caso propio de la escuela, ésta es subsidiaria, complementaria y solidaria. Ambas
instituciones tienen cada una su particular contribución social y su aporte en la
construcción de la ciudadanía.
En cuanto a la educación, la escuela fundamentalmente lo hace desde el
proyecto educativo institucional, desde la convivencia institucional y la
sistematización de los contenidos en las diversas disciplinas. La forma propia es
principalmente formal (sin descartar, obviamente, lo relacional), ya que la escuela
–en cuanto institución- está inserta en el “sistema educativo”.
Las familias de hoy en las escuelas: Una tarea compartida
Eduardo Casas
Algunas de las situaciones que afectan a los padres en su vínculo con la escuela
de hoy
No es fácil ser familia y ser escuela en la cultura fragmentada,
despersonalizada y anónima que tenemos. En nuevos tiempos y contextos
culturales del mundo y de la Iglesia es precisa toda la caridad pastoral necesaria
para acompañar e integrar a las nuevas modalidades sociales de ser familias en los
nuevos modos de ser escuela que vamos ensayando. El rediseño del vínculo y
contrato pedagógico-vincular de pertenencia y mutua colaboración entre padres y
escuela, es una prioridad.
La familia siendo la primera educadora y “maestra” es quien delega en la
escuela la función educativa. La escuela tiene –entonces- un aspecto subsidiario en
la educación, una delegación recibida como misión compartida y cooperación. Esta
reciproca corresponsabilidad educativa, la misión en común entre la familia -que
aporta valores y vínculos- y la escuela -que además de valores y los vínculos otorga
la educación formal y sistemática- debe buscar nuevos “puentes” y puntos de
contactos.
Mencionaré ahora algunas situaciones que afectan a los padres en su vínculo con la
escuela.
1. La pérdida de autoridad (tanto de los padres como de la escuela), el
corrimiento de los límites o la falta de ellos, la permisividad cada vez más
generalizada en todos los órdenes constituyen fuertes condicionamientos
y cuestionamientos para la educación de las nuevas generaciones.
2. La “complicidad” de los padres en la justificación de sus hijos: La pérdida
de la figura parental como instancia modélica y referencial, tomándola
simplemente como un vinculo de “paridad” y de “simetría” entre padres e
hijos.
3. El desconocimiento y la falta de información de la situación de los hijos
por parte de muchos padres por la cantidad de horas que permanecen
ausentes del hogar. Si bien esta ausencia se debe, en muchos casos, a la
necesidad del sostenimiento familiar y el cuidado del trabajo, no obstante,
esta situación trae también sus consecuencias.
4. Muchas veces, ante el llamado de atención de la escuela, se produce la
victimización de los padres y de su hijo, buscando la “culpabilización”
en otros, incluso en la escuela, no reconociendo la situación o
autojustificándola.
5. Cada vez hay más padres ausentes y abandónicos, relegando en las
escuelas, el papel pasivo de ser meramente instituciones receptoras y
contenededoras de las situaciones dadas en las familias, transferidas sin
más a la escuela.
6. En algunas escuelas, la cuota escolar se convierte en un factor de
exigencia y presión de los padres, condicionando a la escuela con el
argumento de una mejor prestación en la calidad del servicio. Como si la
escuela se manejara con la ideología consumista y productiva del “cliente
satisfecho”.
7. En otras ocasiones, se alega por parte de los padres “la trayectoria de la
familia” dentro de la institución como un factor de presión para la
obtención de privilegios, queriendo participar en la escuela desde un rol
que no corresponde a los padres (roles de gestión y de decisiones).
8. Repercute, además, tanto en la escuela como en las familias, tanto en
padres como en docentes, la distancia en el diálogo intergeneracional y la
incomunicación que genera.
9. Esta falta de comunicación y de expresión se vuelve –muchas vecesgeneradora de la violencia familiar e institucional ya que lo no se logra
decir con las palabras busca siempre ser manifestado con otros lenguajes
sociales.
10. Por último, se ha llegado a un estado de judicialización y mediatización
de algunas situaciones delicadas que se dan en la escuela. Cuando el
diálogo queda interrumpido, los padres se vuelven una “amenaza” para
las escuelas y algunas situaciones sin resolver transitan por otras
instancias que no son las de las mediaciones institucionales de la escuela
sino las de las mediaciones legales y juicios.
Estas son solamente algunas de las variadas situaciones que se presentan en
la actualidad en el vínculo –socialmente afectado- entre familia y escuela. Se
podrían mencionar muchas más. Lo cierto es que tenemos que volver a descubrir en ambas instituciones- un verdadero “espíritu de familia”, recrear los lazos y tener
nuevas actitudes de diálogo, encuentro, reconciliación y apertura.
Descargar