la literatura de los verdugos (Lanusse y Massera). Lanusse, Videla y Massera fotos un candidato único a la presidencia, que fuera aceptado por las Fuerzas Armadas (p. 278); se proponían también toda una serie de condicionamientos, tales como la exigencia de que los presos políticos no fueran amnistiados; la "independencia e inamovilidad del Poder Judicial" para evitar que fueran castigados los jueces que habían colaborado con la dictadura; exigencias sobre el futuro Ministro de Ejército, etcétera. O sea que, aun cuando se encontraban en retirada, condicionaban esa retirada a una serie de medidas que reafirma ban el control de la burocracia militar sobre los mecanismos represivos: la Junta de Comandantes se propuso "compartir las responsabili dades dentro del gobierno que surja de la vo luntad popular (. . .) en especial a lo que hace a la seguridad externa e interna". En general, se trataba de ratificar el status de las Fuerzas Armadas como depositarías de un poder real en la sociedad, totalmente fuera del marco de las funciones legales, pero que hab/a sido ai eptadn por todos los qobiernos caviles des pués de 1955. e l plan político de la dictadura ar- gentina sigue envuelto en ta íncertidumbre, aunque pueden caber pocas dudas de que cualquiera sea éste, su intención fundamental será la de "asegurar la contin u i d a d de! proceso", esto es, pasar de la dict a d u r a terrorista prolongada a una forma ate(nuada de dictadura (la "democracia viable") que continúe la misma política sobre la base Ide la poscripción de las masas. La elaboración Ide la propuesta política de la dictadura parece ¡estar empantanada, o ser de elaboración muy penosa, probablemente por la creciente falta ide coherencia que aqueja al Aparato del jTerror. Pero parece haber coincidencia en que | "el próximo Presidente será un militar". Ya hay jdos candidatos visibles para el cargo: el gener a l y ex dictador (1971-73) Alejandro Lanusse; ; y el almirante Emilio Massera^ex miembro de la ; Junta Militar que derrocó a Isabel Perón en ! 1976. Ambos han publicado libros; el primero sus memorias (Mi testimonio. Editorial Lasserre, Buenos Aires, 1977); el segundo una colección de sus discursos (E! camino a la democracia, El Cid Editor, Buenos Aires, 1979). Estos ejercicios literarios, poco comunes, por cierto, entre los hombres de armas, permiten armar un retrato de los candidatos. Lanusse: el m á s g r a n d e g e n e r a l Son poco frecuentes, casi únicos en el ámbito latinoamericano. los casos de altos dirigentes políticos que escriben sus memorias Los me canismos del poder pueden ser desentrañados a veces por historiadores y politólogos, pero sin la colaboración y generalmente contra el silencio hostil de los protagonistas más impor tantes. Por ello el caso de Lanusse es excep i ni'i.i! v si, MHO n i r n ' ' < • .i',r-nuon El libro de Lanusse se centra en la autojusti íicación. No nos cuenta cosas que hubiéramos querido saber: el proceso de su formación ideológica, y cómo justifica su participación en todos los golpes de Estado en que m tervino desde 1951 en adelante. El libro se abre con el "Cordobazo" (1) y describe la situación cada vez más comprometida de las Fuerzas Armadas y sus crecientes contradicciones; cómo los mandos superiores se dan cuenta de que han dado el poder a un botarate con gra do de teniente general (Juan Carlos Onganía), con un sentido de la realidad probablemente similar a la de Maria Antonieta; su reemplazo por un oscuro burócrata militar (el general Marcelo Levingston) y las confusas e inciertas maniobras de éste, hasta que finalmente es arrojado por Lanusse, hasta entonces coman dante en jefe del Ejército. Luego, la elaboración de su plan político y su ejecución hasta las elecciones de 1973 y la entrega del poder a Héctor Cámpora. El testimonio de Lanusse es importante, porque desde el punto de vista de una derecha lúcida confirma básicamente las apreciaciones de la izquierda sobre el periodo 1969-1973. Admite que, como consecuencia de la resistencia obrera y popular, las Fuerzas Armadas estaban en una situación comprometida, sin reser vas Dice lanusse "si !<' situación se des arrollaba »'m forma e s t a n c a sin la introdui ción de nuevos elementos, el final de nuestras reservas, de nuestras Fuerzas Armadas aferradas a un campo de combate que les era desfa vorable, sería el aniquilamiento. El país en bloque estaba contra el gobierno militar o era prescindente, como se venía demostrando sis temáticamente (. . .) no emprender la retirada y proseguir moviéndose en el esquema táctico era el riesgo absolutamente cierto de ser aniquilados La historia de complots y conspiraciones de ese tiempo demuestra hasta qué punto las Fuerzas Armadas se hubieran ¡do fraccionando a sí mismas, como un metal que se quiebra al secarse - al secarse en el vacío de todo contacto húmedo con la gente ( . . . ) No era militarmente aconsejable, quedar aferrados con nuestras reservas en el terreno más desfavorable" (p. 272). Las Fuerzas Armadas, instrumento de la gran burguesía, al dar el golpe de 1966 intentaron una operación de largo alcance para re componer totalmente el orden burgués en Argentina. Al hacerlo, ocuparon un enorme espacio político y social. Su esquema suponía una sucesión temporal de medidas de tipo económico, social y político, esto es una pri mera etapa de recomposición de la acumula ción de capital a la que seguiría una recompo sición del esquema político, probablemente según un modelo corporativo. Sin embargo, a lo largo de varios años de gobierno no solamente no consiguieron iniciar la recomposi ción política que ocurría desde el final del primer gobierno peronista. Al descomponerse el consenso de una fantasmal "mayoría silenciosa" que habría consentido el golpe del general Onganía, su situación se volvió compro metida ante el ascenso de las luchas populares y de la lucha armada: delante se levantaba el espectro de la fractura de las Fuerzas Armadas, las que al descomponerse abrirían las condiciones para la hegemonía proletaria. Por lo tanto, la preocupación central de Lanusse fue la liquidación del esquema a largo plazo de Onganía, que demostraba ser inviable. y el retroceso ordenado para asegurar la cohesión de los cuadros armados de la burguesía, que tomarían después el papel de reserva del orden burgués. Las elecciones que propusieron Lanusse y su ministro del Interior Mor Roig intentaban no solamente desarmar a las vanguardias sindicales y a las organizaciones armadas, sino incluir a los partidos burgueses y reformistas, a través de una solución negociada, que no diera lugar a resultados imprevisibles; querían unomasuno d i r e c t o r g e n e r a l m a n u e l b e c e r r a acosté. s á b a d o director- f e m a n d o benitez jefe de redacción: h u b e r t o batís s e c r e t a r i o d e r e d a c c i ó n h e n r i q u e fíe r:zalez c a s a n o v a d i s e ñ o g r á f i c o - p a t r i c i o p a l o m o y tíoj-a e e h e v e r r i a no se responde por textos no solicitados t Lanusse no consiguió imponer la solución política que quería y en ese aspecto reconoce su derrota: "el error ( .1 (fue) el abandono, gradual pero cierto, de un principio (. . .) ias elecciones no serían del todo sino una parte de un acuerdo entre los sectores civiles y el gobierno: el gobierno constitucional sería un poder do transición" (p. 32). En efecto, el gene ral jugó con la ¡dea de postergar las elecciones si no lograba integrar a los partidos burgueses en su proyectado "Gran Acuerdo Nacional" (p. 304), lo que no pudo hacer porque, al po ner en marcha el dispositivo electoral, había creado expectativas imprevisibles. Lanusse logró, entonces, sus objetivos a medias. Quería un gobierno que garantizara la succión pacífica del ¡ugo de la clase obrera, que pudiera " c o n ese real sustento (de las mayorías) abordar la solución de problemas fundamentales como el de la subversión o el sacrificio y costo social de las soluciones económicas de f o n d o " , y eso no lo logró. Sí consiguió un gobierno populista que sirvió a la gran burguesía de carne de cañón, hasta que ésta pudo recuperar el poder en 1976 mediante un nuevo golpe. Lanusse trata de presentarse como suma de las virtudes republicanas, pero hay un episodio que lo muestra como un tramposo de poca monta; esto es, la promoción de la candidatura del brigadier Ezequiel Martínez, su colaborador cercano, como candidato presidencial de un grupo conservador. No deja el general de exhibirse como campeón de la paz, la concordia, la unión nacional. Pero la otra cara de su paz es la intimidación masiva del pueblo por el patrullaje de las zonas céntricas de las ciudades con tropas de combate, el asesinato de militantes revolucionarios (tal es el caso de los dieciséis guerrilleros fusilados en Trelew y del abogado|Néstor|Martins); la promoción de la teoría de la "conspiración internacional" contra Argentina, hoy entusiastamente propa gada por Videla; la promoción del cinismo como justificación del asesinato político ("La Armada argentina no asesina, no lo hizo nunca, ni lo hará jamás", declaraba el capitán Horacio Mayorga). Lanusse nos da la clave de que la historia tiende a repetirse. En efecto, en la medida en que el régimen de Videla se desgasta, puede encontrarse en la misma situación en que se encontraba el de Lanusse, con la diferencia de que el recambio puede resultar más difícil, tal vez imposible. El mismo Lanusse cita una declaración de Videla del 8.III. 197": "si el go bierno militar debe ceder el poder sin un pacto nacional previo. "I poder seguramente car ría en manos de la subversión" ip 273 Pt->rn no es el único caso: en Perú, en Brasil, en Chi le, las Fuerzas Armadas han promovido golpes de Estado con la ilusión de que serían los últi mos, de que esos gobiernos militares crearían las condiciones de recomposición y estabiliza ción dei orden burgués. En Perú y en Brasil se encuentran en retirada, tratando de realizar la misma operación que Lanusse realizó en Ar gentina. Lanusse también cita una apreciación sobre el gobierno de Morales Berntúdez: "el gobierno (de Perú) sabe que las Fuerzas Ar m a rías sufren el desgaste de casi nueve años de gestión en el poder y las disensiones internas en el seno de ¡a administración pueden corroer la verticalidad castrense. El Ejército, entonces, debe retirarse a sus cuarteles — sostiene Morales B e r m ú d e z - para restañar heridas y garantizar la obediencia". Las conclusiones que las fuerzas revolucionarias deben sacar del discurso de Lanusse son claras, en cuanto la efectividad de la combinación de luchas obreras y acción armada para descomponer a las Fuerzas Armadas de la burguesía; su complemento es la necesidad de evitar cualquier concesión que permita la operación de recambio. Alejandro Agustin Lanusse es el más grande de los generales argentinos de este siglo. A diferencia de José de San Martín y José María Paz, los grandes generales del siglo pasado, Lanusse no ganó ninguna batalla: su hazaña la constituye el haber dirigido una operación político-militar de retirada y evitar que la retirada terminara en desbande y aniquilación. Aho ra que otro gobierno militar ha conseguido derrotar al campo del pueblo, sobre el terreno abonado por los miles de asesinatos del Apa rato del Terror y la demolición de las organiza ciones revolucionarias, Lanusse pretende con vertirse en alternativa política, gracias a su independencia dei Aparato. Las fuerzas revolu es cont. 20 donarías están derrotadas, pero no quitadas y su rearme ya ha l o m e n z a d o an¡ d o s " (p. 89). T r a d u c c i ó n : c u a n t o más ha a m o r más quiero hacer la revolución, la , lución es generada por la búsqueda de " i ciones f u e r t e s " . Y los secuestradores y t radores no son destructivos, son los herí y defensores de la Vida Este " H e g e l " p r o p o n e , al fin, la misma i tti de todos los políticos conservadoras bierno moral y recetas de la e c o n o m í a lib rentabilidad de las empresas, abolición p r o t e c c i o n i s m o , privatización de empresa Estado' (p 43) Un gobierno moral gene confianza y e n t o n c e s "la política y la nomía se arreglarán por a ñ a d i d u r a " (p. 1 Olvida indicar cuál g o b i e r n o conservador m o r a l , ya que la historia de los g o b i e r n o s • servadores en A r g e n t i n a y en t o d o el n d o - es el relato de sus fraudes electoral sus escándalos financieros. Massera: el " H e g e l " d e los secuestradores La empresa política que se persigue al publicar tos discursos de Massera es " b l a n q u e a r " a un hombre del Aparato. En la portada aparece una atractiva fotografía, sin duda montada por un experto de la publicidad. El A l m i r a n t e irra dia fuerza y simpatía. Las manchas de sangre de sus miles de víctimas han sido cuidadosa mente lavadas de su cara y de su u n i f o r m e . Las notas de un prologuista a n ó n i m o no st1 quedan cortas en alabanzas: el A l m i r a n t e sería nada m e n o s que " u n especulador brillante sobre la C r e a c i ó n " , es decir, sobre la naturaleza del Universo. Sería además el héroe de una batalla contra una " f l o t a c o r s a r i a " de pes queros rusos y búlgaros, batalla q u e dirigió desde una distancia de mil quinientos kilómetros y que c u l m i n ó victoriosamente en pago de una muita y d e c o m i s o de pescado, a cambio de las vidas de tres pobres marineros argentinos, que se cayeron al mar. El estilo del almirante exhibe una veta lírica digna de A g u s t í n Lara. Ejemplos: "¿nos vamos a c o n f o r m a r c o n un país que no sea capaz de e n a m o r a r n o s ? " , " ¿ c ó m o va a estar ausente la mujer si se trata de u n nuevo nacim i e n t o ? " . T a m p o c o se le olvidan ciertas verdades de peso: " ¿ H u b i é r a m o s podido jactar nos de nuestros vinos de no tener provincias viñateras?". Massera presenta a los militares c o m o paradigmas de t o d a v i r t u d y , además, c o m o inocentes víctimas, representantes del " h u m a n i s mo idealista" (sin duda practicado en las cámaras de tortura de la Escuela de M e c á n i c a de la A r m a d a ) , cruelmente agredidos por una conspiración internacional: " u n a máquina de horror f u e d e s a t a n d o su inequidad sobre ios desprevenidos e i n o c e n t e s " , p r o m o v i d a por "nihilistas, delirantes de la d e s t r u c c i ó n " . Massera añora u n t i e m p o mítico, el de Argentina anterior a 1890 " c u a n d o t o d o valía la p e n a " , hasta q u e por culpa d e las desmedidas ambiciones de las clases bajas y la conspiración internacional t o d o se e c h ó a perder; Argentina atravesó " u n m o m e n t o de aguda debilidad de sus controles sociales ( . . . ) una crisis de s e g u r i d a d " (p. 49); en otras palabras, una crisis de hegemonía en que las fuerzas sociales d o m i n a n t e s ya no p u e d e n gobernar como antes y necesitan el uso masivo del terrorismo de Estado para mantenerse en el poder. Las ambiciones desmedidas de las clases bajas se habrían manifestado en el c o m p o r t a m i e n t t o de los inmigrantes. En efecto, " e n los EE.UU. las segundas y terceras generaciones (de descendientes de inmigrantes) se habían orientado hacia la c o n t i n u a c i ó n y p e r f e c c i o n a m i e n t o de la profesión del p a d r e " , mientras que en A r g e n t i n a " e l hijo del carpintero se hizo médico o a b o g a d o " y al país le faltó " l a estructura humana necesaria para que de pequeñas industrias familiares (. . .) surgiera c o n el t i e m po la gran i n d u s t r i a " (p. 146). Lo cual es totalm e n t e falso, no solamente p o r q u e en Estados U n i d o s el proceso de búsqueda de mejores oportunidades llevó a los hijos de inmigrantes a las universidades en proporciones mayores que en Argentina, sino porque fueron los go- biernos militares, entre ellos más q u e n i n g u n o la J u n t a en que participó Massera, quienes liq u i d a r o n y siguen liquidando en f o r m a masiva a las pequeñas empresas. La conspiración contra los valores del Occidente capitalista está descrita en el discurso en que el secuestrador agradeció su n o m b r a m i e n t o c o m o profesor honorario de la universid a d argentina de El Salvador. En este discurso se quejó def " a l a r m a n t e a b a n d o n o de la búsqueda de la V e r d a d " y la c o n s e c u e n t e pérdida de " p a u t a s é t i c a s " , lo que ocasiona "grietas del a l m a " - f i s u r a s de la ideología dom i n a n t e - por d o n d e " s e filtran los ideólogos del nihilismo. ¿Quiénes son los ideólogos del nihilismo, enemigos de la Verdad? Se puede suponer que el navegante habla de los responsables de la "crisis de las s e g u r i d a d e s " mencionados a renglón seguido: " E n las postri* merías del siglo XIX Marx publica El Capital y cuestiona el carácter inviolable de la propiedad privada; a principios del siglo X X , el espacio sagrado del f u e r o íntimo es agredido por Freud en su libro La interpretación de ios sueños; y en 1905, Einstein enuncia la Teoría de la Relatividad .en la q u e q u e d a en crisis la c o n d i c i ó n estática e inerte de la materia (?!), c o m o si hiciera falta algo más para c o n f u n d i r a u n sistema que se protegía en la solidez i n m u t a b l e de sus valores. Es e n t o n c e s c u a n d o el h o m b r e o c c i d e n t a l empieza a sentir el deslizamiento de sus c o n v i c c i o n e s y ( . . . ) el a d v e n i m i e n t o de u n Apocalipsis a x i o l ó g i c o " (p. 86). N o entend e m o s c ó m o el navegante o l v i d ó el principio de i n c e r t i d u m b r e de Heisenberg c o m o ataque a la civilización occidental. ¿O será q u e Heisenberg no era judío y e s t a m o s h a b l a n d o de la conspiración judeo-marxísta? Como consecuencia de las ambiciones de Una vez lograda la confianza, A r g e n t i n encaminaría a un destino de " g r a n d e z a sea volveríamos a la " A r g e n t i n a Potencia Perón y López Rega. Con la ayuda de — 22 veces m e n c i o n a d o más referencias í das a la Creación— será f u n d a d a la N 1 República, es decir, será desenterrada y re zada la República Conservadora de 189C Nueva República será la salvadora de ( dente, efectuará su d e s i n t o x i c a c i ó n , cuidado: no es sólo O c c i d e n t e el que está t o x i c a d o " sino que t a m b i é n asistimos a I; cadencia de Oriente (p, 137): o sea, toe m u n d o está " i n t o x i c a d o " salvo la radiant* gentina de los secuestradores, fortaleza < v i r t u d , baluarte de la Vida. ideólogos del nihilismo M a r x , Freuc) y Einstein. " O c c i d e n t e (. . .) i n t o x i c a d o de i n d i f e r e n c i a " se replegó sobre sí m i s m o y " e l c o n j u n t o de la sociedad argentina fue corroído por c o n d u c tas que la llevaron al borde del c a o s " . Y agrega el filósofo-almirante: " n o s f o r m a m o s y des arrollamos a d o r m e c i d o s por el facilismo v mediocridad, que i n u n d ó a nuestro país a partir de la última década del siglo p a s a d o " (p. 118). La referencia t e m p o r a l es significativa, ya que en esa época se f o r m a r o n los primeros sindicatos y el viejo Partido Socialista. Es de cir, nacen las luchas obreras en A r g e n t i n a . Finalmente, el país del sur fue " a s a l t a d o d u rante treinta años (desde el peronismo) por un ciclón q u i e t o y sutil (la infiltración ideológica o la d e s c o m p o s i c i ó n de la ideología d o m i n a n t e ) que m i n ó desde la familia hasta la estructura del E s t a d o " (p. 49); así, " l o s explosivos pasaron a f o r m a r parte del diálogo p o l í t i c o " . S e g ú n el f i l ó s o f o de los secuestradores, el c a m i n o a la subversión transita por " u n a esca la sensorial (. . .) que comienza en una conc e p c i ó n arbitrariamente sacralizadora del a m o r ( . . .) q u e casi deja de ser una ceremonia p r i v a d a " . T r a d u c c i ó n posible: la exaltación del e r o t i s m o c o n d u c e a la colectivización del a m o r , q u e c o n d u c e al desprecio a la p r o p i e d a d privada y a la lucha revolucionaria. Pero sigam o s : " l a escalada sensorial (. . .1 se p r o l o n g a en el a m o r p r o m i s c u o ( . . . ) (en) las d r o g a s y la ruptura c o n la realidad objetiva (. . , ) y d e s e m b o c a en la m u e r t e p r o p i a o ajena (. . .Ma destrucción está justificada por la redención social que algunos manipuladores les han acercado para que jerarquicen c o n una ideología lo que es una carrera enloquecedora ha cia la más exasperada exaltación de los senti- Massera tiene o t r a s elaboraciones ic m e n t e grandiosas para que la Patria y la I dera se m o n t e n al caballo de la Historia versal. La primera es la versión sudameric de la teoría de los d o m i n ó s : si " c a e " A r g é n - e s t o es si A r g e n t i n a se libera del y bárbaro caerá Brasil y, a c o r t o plazo, " t L a t i n o a m é r i c a " . S e g u n d a teoría: " e l eje d historia se desplaza l e n t a m e n t e hacia el (. . .) de continuar el r e c a l e n t a m i e n t o de ¿ ca (. .) no es absurdo considerar que el e: norio siguiente será A m é r i c a L a t i n a " , en c caso A r g e n t i n a deberá " c u m p l i r u n pape! | t a g ó n i c o en los h i p o t é t i c o s h e c h o s " (p. 1 Massera piensa en los m i s m o s t é r m i n o s qu general Ongania hace diez o quince años \ eso no está sólo: toda la cúpula militar c< parte su delirio: que haya carne de c a ñ ó n gentina para la supervivencia del capitalis en el m u n d o El secuestrador habla m u c h o de la Verc objeto de la Filosofía. Esperamos que al< día tenga ocasión de e x p o n e r su v e r d a d v e r d a d de sus acciones políticas, ante un bunal que le o t o r g u e todas las garantías. Y nos referimos solamente a los miles de milil tes sindicales y políticos asesinados por la mada bajo su m a n d o , sino a ¡a increíble m ria m o r a l e intelectual de este pensamiento. Que t a m a ñ o " m e n s a j e " , m a t i z a d o de fol> rismo, de lugares c o m u n e s , trivialidades y limatías trate de venderse c o m o literat política, c o n s t i t u y e u n t e s t i m o n i o del t r a t de d e m o l i c i ó n de la vida intelectual por el 1 cismo- El aparatchik no t e n d r á nunca otra v q u e el A p a r a t o pueda darle, y el Apar está d a n d o señales cada vez mayores parálisis y falta de c o h e r e n c i a .