Los hicsos: El gobierno de los advenedizos

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LECCIONES EGIPCIAS
)
Los hicsos: El gobierno
de los advenedizos
Javier Fernández Aguado,
Socio Director de Mindvalue. Miembro de Top Ten Management Spain (www.toptenms.com).
D
urante los últimos tiempos del Imperio
Medio, muchos asiáticos lograron
puestos cercanos al poder. Muchos,
como asesores o consejeros de las más
altas instancias del gobierno de Egipto.
La ‘invasión’ fue progresiva. Durante el reinado
de Neferhotpe I (1740 a.d.C-1730 a.d.C),
personaje de origen plebeyo, los hicos ocupan
la ciudad de Ávaris (actualmente conocida
como Tell el-Daba). Allí establecieron el culto al
dios Set.
Frente al incremento de poder de los recién
llegados de Asia, la crisis dinástica se fue
ahondando. Entre los años 1770 a.d.C. y 1676
a.d.C., el faraón Iv era ya un claro vasallo
de los hicsos, nombre con el que se conoce a
estos personajes llegados de Asia. No mucho
después, en tiempos del reinado de Tutimeo,
ya consta que los hicsos ocupaban también la
ciudad de Menfis y quizá Ittauy. Ésta última
la abandonaron enseguida porque no la
consideraron relevante para sus objetivos.
Los hicsos conformaban un pueblo no
conocido con detalle. El nombre significa rey
pastor. En cualquier caso, conquistaron Egipto
de manera no traumática, como por ósmosis. El
recuerdo que dejaron, como enseguida veremos,
no fue el mejor.
Fueron los hicsos los fundadores de la
dinastía XV. Los monarcas de finales de la
Dinastía XIII, aunque seguían reinando en el
Alto Egipto, ya non eran sino tributarios de
los hicsos. La Dinastía XIV también fue mera
feudataria de los hicsos. Eso, hasta que los
nativos fueron sustituidos, incluso en el trono,
por los asiáticos.
Manetón, en su fragmento 42, describe así
la situación: “Bajo su reinado (de Tutimeo), no sé
cómo, la cólera sopló contra nosotros y de pronto,
desde el oriente, un pueblo de raza desconocida
tuvo la audacia de invadir nuestro país y, sin
dificultades ni combates, se apoderó de él a la fuerza.
Se apoderaron de los jefes, incendiaron salvajemente
las ciudades, arrasaron los templos de los dioses
y trataron a los indígenas con la mayor crueldad,
degollando a unos, llevándose como esclavos a los
niños y a las mujeres de los demás.
“Al final, llegaron a hacer rey a uno de los suyos
llamado Salitis. Este príncipe se estableció en Menfis,
imponiendo tributos al país y dejando una guarnición
en las plazas más convenientes. Sobre todo fortificó
las regiones del Este, ya que preveía que los asirios,
más poderosos algún día, atacarían a su reino por allí.
“Como hubiera encontrado en el nomo Setroítes
una ciudad de una posición muy favorable situada
Cuando una organización no cuida la formación de quienes han de llevar el
timón, el desastre está asegurado. Con actitudes complacientes, sobre todo si se
carece de visión estratégica, las organizaciones están destinadas al desastre )
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OBSERVATORIO
de recursos
humanos
y relaciones laborales
al este del brazo Bubástico y llamada Ávaris según
una antigua tradición teológica, la reconstruyó y la
fortificó con murallas sólidas…
“Al conjunto de esta nación lo llamaban hicsos,
es decir ‘reyes pastores’. Porque ‘hic’ en la lengua
sagrada significa ‘rey’ y ‘sos’ quiere decir ‘pastor’ en
singular, y en plural en la lengua vulgar; la unión de
estas palabras forma hicsos”.
Al parecer, los hicsos eran en realidad
cananeos o amoritas. El motivo de su éxito
fue la falta de consistencia de los dirigentes
egipcios. Cuando una organización no cuida la
formación de quienes han de llevar el timón,
el desastre está asegurado. Con actitudes
complacientes, sobre todo si se carece de visión
estratégica, las organizaciones están destinadas
al desastre.
Egipto, en aquella encrucijada histórica,
careció de los dirigentes que precisaba. Al
percibir la carencia de un proyecto sólido, y de
unos gobernantes dispuestos a apostar por él,
los hicsos aprovecharon la oportunidad.
En la forma, supuso más bien una
modificación de dinastía, quizá calificable como
un golpe de Estado, pero no puede hablarse
claramente de invasión. Tiene este periodo
muchas semejanzas con la llegada de los
calificados como bárbaros al Imperio Romano,
muchos siglos después. Al igual que los sucesos
que estamos describiendo, la llegada de los
bárbaros fue progresiva. En realidad lo que se
echó en falta fue una consistencia interna en la
organización, que se desmoronó con un soplo.
En el caso de Egipto, como luego ocurriría
en Roma, y como sucede de forma semejante en
las organizaciones que han perdido ‘el alma’,
surgieron núcleos de resistencia. Algunos
egipcios pensaron que no debía consentirse lo
que estaba acaeciendo.
Los advenedizos no quieren entender de
resistencias. Por esto, también en este caso,
el trato que se dio a los lugareños fue cruel.
Tras las preceptivas muestras de fuerza,
incrementaron la carga fiscal tanto a los
residentes en las ciudades del Bajo Egipto como
a los reyezuelos tributarios del Alto Egipto.
Como en circunstancias semejantes, se
multiplicaron los colaboracionistas. Los hicsos
actuaron con la prepotencia que casi siempre
han mostrado los conquistadores. Las escenas
OBSERVATORIO
de recursos
humanos
y relaciones laborales
Al percibir la carencia de un proyecto
sólido, y de unos gobernantes
dispuestos a apostar por él, los hicsos
aprovecharon la oportunidad )
que conocemos de la época recuerdan mucho a
la India controlada por los británicos.
También los hicsos asimilaron algo de las
costumbres egipcias. De hecho, construyeron
monumentos en los que dejaron su impronta.
Abundan también los escarabeos con su
nombre.
Como detalle curioso, que explica lo que
muchos egipcios sintieron, al enumerar a los
reyes hicsos, no se les menciona –tal como
sucede con los demás- como Rey del Alto y Bajo
Egipto, sino sencillamente como hicsos.
Los principales reyes hicsos constituyen la
Dinastía XV de Manetón, conocida como la de los
Grandes Hicsos. Se prolongó durante 108 años
(desde el 1644 al 1537) e incluye a seis reyes. )
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