Aspectos psicológicos de la atención a la demanda de interrupción voluntaria del embarazo S. López García © 10 Psicóloga del Programa Sanitario de Atención a la Mujer (PSAM) de Sant Andreu, Gràcia, HortaGuinardó. Barcelona. Institut Català de la Salut. Unidad Funcional de Psicología IMAS RESUMEN La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) supone para la mujer una decisión muy importante. La carga emocional y sentimental que conlleva y los múltiples factores que intervienen en ella hacen necesaria la actuación de los profesionales sanitarios. Su actuación se inicia antes del IVE y continúa hasta la atención del proceso de duelo. Palabras clave: interrupción voluntaria del embarazo, aspectos psicológicos, factores de riesgo, prevención, toma de decisión SUMMARY Abortion constitutes a very serious decision to make for women. For the emotional and sentimental burden that this decision means and the many factors involved in it, the intervention of health care professionals becomes necessary. Their care begins before abortion, and continues during the mourning process, Key words: abortion, psychological aspects, risk factors, prevention, decision making INTRODUCCIÓN El embarazo imprevisto es una situación que produce una fuerte crisis emocional en la mujer/pareja afectada, ya que obliga a un trabajo psíquico intenso y doloroso, para elegir entre varias decisiones posibles: proseguir el embarazo, realizar una interrupción o dar el hijo en adopción. Cualquiera de las tres opciones lleva implícita la aceptación de una pérdida. Se trata pues de que la mujer/pareja reflexione y elija aquella opción que sienta estar en mejores condiciones para asumir. El grado de afectación psicológica dependerá de factores como: la estructura de la personalidad, el deseo de tener un hijo desde la infancia, la calidad de las relaciones personales y afectivo-sexuales con el progenitor y la importancia particular de la maternidad/paternidad. A esto hay que añadir las circunstancias familiares, económicas, laborales y sociales. Los objetivos del profesional en la atención a estas demandas son ayudar a: • Tomar una decisión suficientemente elaborada. • Prevenir la repetición de embarazos imprevistos. • Disminuir el riesgo de depresión post-IVE y la afectación negativa de la experiencia en la salud sexual y reproductiva. • Mejorar la comunicación y la responsabilidad de la mujer/pareja en los aspectos sexuales, reproductivos y afectivos. El profesional ha de identificar las situaciones de mayor riesgo de conflictos y descompensación psicológica en el embarazo, IVE y post-IVE y valorar conjuntamente con la mujer/pareja la posibilidad de ayuda psicológica. EL EMBARAZO COMO SÍNTOMA En toda pareja, cuando sucede el encuentro sexual, de alguna manera está siempre implícita la cuestión del fruto, aunque no se tenga consciencia de ello. Es un hecho comprobado en la práctica clínica que los deseos negados o inconscientes pueden plasmarse en contradicciones anticonceptivas que terminan en embarazo. Únicamente se puede considerar el embarazo como síntoma cuando se produce por la ausencia de método anticonceptivo, error o imprevisión. Quedan excluidos los casos de fallo del método o embarazo por violación. Durante la entrevista, es conveniente para la prevención identificar el fallo anticonceptivo y los elementos de la subjetividad del hombre y la mujer que hicieron posible la concepción. Detrás de los embarazos imprevistos siempre suelen existir conflictos psíquicos que no han podido ser manifestados ni reconocidos. El embarazo sería entonces la expresión y la puesta en acto de conflictos que han permanecido sin resolverse. Suele suceder en situaciones emocionalmente estresantes entre la pareja, dejadas de lado, es posible que ocurra un embarazo. En este caso, éste es un síntoma que expresa el conflicto, al mismo tiempo que da la posibilidad de hacerlo consciente, comprenderlo y resolverlo. EL PAPEL DEL PROFESIONAL CON RELACIÓN A LOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS después de una pérdida o ante una situación angustiante. El embarazo hace consciente una problemática subyacente y la mujer se encuentra con el conflicto que intentaba evitar y el producido por el embarazo al mismo tiempo. Margarita Sentis lo ejemplifica así en el caso de embarazadas adolescentes: «Pueden probar su capacidad de ser madres, quererse asegurar que no son estériles a través de un embarazo, otras intentan verificar el amor de su compañero, algunas desean llevar adelante su embarazo como si ser madre fuera igual a ser mujer. Como vemos en todas estas situaciones, no se trata de un deseo de hijo o de ser madres, sino de deseos que revierten narcisísticamente sobre la adolescente. Es frecuente que las adolescentes que llevan adelante un embarazo lo hagan no como proyecto personal, sino en función de una carencia de proyecto, que, a través del embarazo, intentan tapar.»1 El paso a la función materna o paterna implica una pérdida del papel de hijo/a. Muchas situaciones conflictivas con relación al embarazo pueden dar cuenta de las dificultades que genera ese tránsito para cada ser humano en particular. Cuando la mujer/pareja se encuentra ante preguntas o situaciones por clarificar y resolver, que son negadas o Como en toda entrevista, es imprescindible crear un clima de confianza e interés por la situación en que la mujer/pareja se encuentra. El profesional debe dejar claro el respeto de la libertad de la mujer/pareja para decidir y la aceptación de su decisión produce alivio de la ansiedad y la culpa y, como consecuencia, incide positivamente en la vivencia de la IVE. Los profesionales representan una figura de saber y de autoridad y, por tanto, es conveniente que no opinen sobre la decisión, aunque se les pida, por el gran efecto sugestivo que sus palabras pueden causar. La mejor decisión es siempre la que la mujer/pareja estime más conveniente para su vida y se sienta más capaz de sostener. Puede ser necesario, en caso de que la mujer/pareja sea reticente a hablar o muestre una actitud pasiva, explicitar que el profesional está para ayudar a que se tome una decisión suficientemente meditada y aclarar las preguntas que puedan surgir. Hay que aceptar los límites que la mujer/pareja ponga si, a pesar de las explicaciones del profesional, no desea abrirse al diálogo. Las jóvenes menores de edad se encuentran en una situación difícil dado el temor que muchas de ellas tienen a la reacción de sus padres. Por este motivo, pueden ir posponiendo la consulta con un profesional y presentarse con una gestación muy avanzada. Se debe ayudar a la mujer/pareja joven a superar el temor, pues cualquiera que sea la decisión necesitará recibir ayuda familiar y la autorización paterna en el caso de decidir la interrupción. El profesional también puede proponerse como mediador si la conflictividad familiar fuera importante. Detrás de manifestaciones como «sólo quiero una dirección» o «sólo quiero que me ayuden económicamente» suele haber mucho sufrimiento que se intenta negar, situaciones de mucha fragilidad emocional, problemáticas psicosociales graves, etc. Sería conveniente que se pudiera hablar de éstas. Si el profesional se limita a dar respuesta a la demanda manifiesta, su intervención tendrá escaso valor preventivo y educativo. Pueden ser necesarias varias entrevistas para conseguir que haya tiempo suficiente de madurar la decisión; con más motivo si la pareja también participa o si hay diferencias entre ambos en cuanto a la decisión. También es conveniente que el profesional tolere algunos silencios y no los intente cubrir con comentarios o preguntas que se escapan del tema y que permita y favorezca la expresión del llanto. El llanto es una ocasión muy favorable para la expresión de ideas y sentimientos importantes, pero que pueden dar miedo § 11 a la mujer/pareja y al profesional, y con frecuencia se intenta reprimir. Las actitudes del profesional en el asesoramiento ante una demanda de aborto (tabla 1) pueden tener una influencia considerable en el resultado de la experiencia de abortar2. SENTIMIENTOS Y EMOCIONES La IVE es una situación de crisis, en la que la mujer/pareja ha de asumir la pérdida de la posibilidad de tener un hijo. Como toda pérdida, afecta física y Tabla 1. Papel del profesional con relación a los aspectos psicológicos Posibilitar • El análisis de las temáticas con fuerte carga emocional Contener y dimensionar adecuadamente • Ansiedades desproporcionadas • Angustias, miedos y fantasía © 12 Explorar y considerar • Sentimientos y deseos • Las diferentes alternativas • Los aspectos positivos y negativos. Los efectos a corto y largo plazo Favorecer • Libre elección de la decisión • La maduración de la decisión • La conexión emocional con la decisión Potenciar • El acompañamiento de la mujer por la pareja, padres o persona significativa • Que hable con el progenitor si no lo ha hecho • Que hable con sus padres si es menor Desangustiar sin frivolizar sobre • Aspectos legales • Aspectos de la intervención • Repercusiones emocionales post-IVE Anticipar y preparar la situación de duelo • Cómo cree que le afectará • Qué es lo que más teme Clarificar • Concepciones erróneas • Informaciones sesgadas • Malas interpretaciones psíquicamente, produciendo dolor, culpa, ansiedad y tristeza, entre otras cosas. Si los sentimientos no se niegan y se toma una decisión bien meditada, libre y conscientemente asumida, se favorece la aceptación de la pérdida. El camino hacia una decisión madura pasa justamente porque la mujer/pareja tome contacto con los sentimientos normales, dada la situación de ansiedad, depresión, desánimo, apatía, desgana, culpa..., y consiga no negarlos o hacer como si no ocurriera nada o como si el aborto fuera un hecho banal. También pasa por no hacerlo inmediatamente después de saberlo, para darse el tiempo y la oportunidad de reflexionar. La atención empática, la no culpabilización, la información y la posibilidad de expresarse con palabras ante un profesional y ser escuchada disminuyen considerablemente la intensidad de los sentimientos depresivos y generadores de culpa. Se tiene que permitir la expresión de la culpa y ayudar a dimensionarla de forma adecuada, reconduciéndola hacia un análisis de la responsabilidad y a planteamientos de reparación. La culpa puede comportar también la ocultación y la mentira a los otros, a veces incluso al progenitor, a los profesionales y, lo que es más terrible, a sí misma. El profesional ha de incidir para que la mujer que se presenta sola busque apoyo y soporte emocional en alguna persona de su medio familiar o social, sobre todo en los casos de menores o mujeres sin pareja. Es frecuente que hombre y mujer intenten culpabilizarse entre sí y colocarse en situación de víctima. El profesional debe cuestionarlo y ayudar a entender que la responsabilidad es siempre compartida y que los errores de los otros, aun siendo ciertos, no anulan la propia responsabilidad. A veces la mujer se angustia porque siente que cometerá un «asesinato», o que será castigada si decide perder la posibilidad de tener un hijo. Es importante que pueda verbalizarlo y sienta que el profesional no la está juzgando ni condenando por ello. Puede ayudar también recordarle lo que marca la ley: «abortar no es un delito punible», y plantear la pregunta de por qué ella lo vive así. Los sentimientos mencionados son defensas que tienen todas las personas ante las situaciones de crisis y desaparecen si las decisiones se van madurando adecuadamente. En caso de que la duda y la angustia imposibiliten el proceso de decisión, es recomendable proponer una derivación al psicólogo, al igual que cuando hay ausencia total de afectación emocional, imposibilidad de llorar o pasotismo. MOTIVACIONES PARA LA DECISIÓN En el proceso de la entrevista, el profesional puede posibilitar la expresión de los sentimientos y el análisis de las ideas. De esta manera, las motivaciones van surgiendo de forma espontánea del discurso. Éstas normalmente son múltiples. Las más habituales se presentan en la tabla 2. PARTICIPACIÓN DE LA PAREJA Aún son pocas las demandas de IVE en las que se presenta la mujer con su pareja. La mayoría de veces la mujer acude sola. Sería conveniente, en la primera toma de contacto, potenciar que la pareja asista a la visita con el profesional. Si el progenitor está presente es bueno que participe en la visita como corresponsable de la gestación. Sólo en el caso de discusión, agresividad, culpabilización o intentos de presión hacia la mujer sería necesario separar y visitar individualmente a cada uno de ellos, para después volver a realizar una visita conjunta. Durante la entrevista, es importante saber escuchar también al progenitor cuando se presenta o a través de los comentarios de la mujer, si no está. Se han de tener en consideración los siguientes puntos: • Los sentimientos que el hombre tiene con relación a ser padre. • La situación vital del progenitor (ocupación, autonomía, proyecto de vida). • Si apoya la decisión de la mujer. • Si hay discordancia de deseos respecto al embarazo, considerar cómo puede afectar psíquicamente al hombre una decisión contraria a la que él querría y ofrecerle apoyo. Escuchar permite al profesional considerar cuál era la situación de la pareja previamente al embarazo y los efectos que él está teniendo y puede tener en la relación. Éste tiene un papel de mediador, en caso de discordancia de los deseos, para ayudar a la comunicación y al acercamiento de posiciones que se presenten de entrada totalmente opuestas e irreconciliables. La atención al progenitor es un capítulo pendiente en la atención a los casos de IVE y sería conveniente tomar, Tabla 2. Motivaciones para la decisión de IVE Dificultades socioeconómicas • Paro y/o pocos recursos económicos • Precariedad en el trabajo • No poder dar al futuro hijo los mismos bienes que a los hermanos • No disponer de ayudas para cuidarlo • Dependencia económica de los padres • No disponer de espacio en la vivienda Dificultades de pareja • Crisis de pareja o ruptura de relación • Relación de pareja no consolidada • Embarazo fruto de una relación esporádica • Desacuerdo respecto al deseo de tener un hijo • Existencia de maltratos Proyecto de vida • Ser demasiado joven y depender de los padres • Querer terminar los estudios y tener un trabajo estable • Querer esperar a casarse y tener una vivienda propia • Tener un proyecto de vida incompatible con la maternidad/paternidad • No desear volver a la crianza porque se tienen hijos mayores Problemas de salud • Enfermedades graves de algún miembro de la familia, propia o extensa • Trastornos psicológicos o enfermedad mental • Antecedentes obstétricos o ginecológicos graves Sentimientos internos • No sentirse capacitada/o para ser madre/padre y educar a un hijo • No tener ningún deseo de ser madre/padre ni ahora ni después • Pensar que el progenitor no es el padre adecuado § 13 por parte de los profesionales, medidas que facilitasen su participación en este proceso. El hombre, aunque apenas habla, también sufre en estas circunstancias y puede necesitar que se le escuche y contenga. De esta manera, también dará más apoyo a la mujer y la experiencia les servirá a ambos para estar más unidos emocionalmente. El embarazo es una prueba para la pareja, y como resultado puede producirse tanto una separación como una mayor madurez y bienestar. Incidir de forma preventiva sobre los dos miembros de la pareja posibilitará una mayor responsabilidad contraceptiva mutua. FACTORES DE RIESGO PARA LA IVE Y DERIVACIÓN AL PSICÓLOGO Los profesionales sanitarios han de valorar los factores de riesgo (tabla 3) que presenta la mujer y evaluar, según las repercusiones psíquicas que comporte el embarazo que se plantea interrumpir, qué mujer/pareja necesita atención psicológica para ayudarla en la elaboración del proceso de aborto y prevenir depresiones postaborto y duelos no elaborados en el futuro. Es positivo explicarle por qué se cree conveniente enviarla al psicólogo, matizando que será una atención de apoyo puntual en el proceso. ASPECTOS LEGALES Psíquicamente, es importante que la mujer que está pensando en abortar sepa que si realiza la interrupción lo hará acogiéndose a un supuesto legal. Informar de los aspectos legales y clarificar las dudas puede reducir la angustia. Además, el marco legal impone un deber a los profesionales sanitarios en el ámbito de información y asesoramiento: «Los profesionales sanitarios tendrán Tabla 3. Factores de riesgo © 14 Factores de riesgo Posibles efectos Problemas psiquiátricos anteriores o presentes: depresión mayor, psicosis, psicopatía, intentos de suicidio anteriores, ideas de suicidio Riesgo de desencadenamiento de crisis IVE de repetición Volver a repetirse la situación Intento de negar enfermedades Riesgo para la salud Pasotismo, desconexión emocional No elaboración del duelo post-IVE Riesgo de repetición Coincidencia de pérdidas: de la pareja, de un familiar, del trabajo, accidentes, o pérdidas anteriores no asumidas Incremento de los aspectos depresivos Dificultades severas en el proceso y en la toma de decisión: gran ambivalencia, angustia o culpa Incremento del sufrimiento emocional Trasfondo religioso y cultural con actitudes culpabilizadoras respecto a la anticoncepción y el aborto Exacerbación de sentimientos de culpabilidad Demandas muy avanzadas en cuanto al tiempo de gestación Posible toma de decisión no madurada Incremento de la culpa Existencia de presiones de la pareja o de la familia, especialmente en jóvenes Riesgo de actuar influenciada, arrepentirse y culpabilizarse después Situación psicosocial desfavorecida: familias disfuncionales, maltrato, inmigración, etc. Incremento de la vulnerabilidad ASPECTOS PSICOLÓGICOS POSTERIORES A LA IVE La respuesta habitual de la mujer después de una IVE consiste en tener sentimientos depresivos, culpabilización, miedo a repercusiones futuras, etc. que informar a los solicitantes sobre las consecuencias médicas, psicológicas y sociales de la prosecución del embarazo o de la interrupción de éste, de la existencia de medidas de asistencia social y de orientación familiar que le puedan ser de ayuda. Informarán, asimismo, de las exigencias o requisitos que, en su caso, son exigibles, así como la fecha y el centro o establecimiento en que puede practicarse.»3 Es necesario explicar a la mujer/pareja que su demanda (si no ha habido delito de violación o presunción de que el feto nacerá con graves taras físicas o psíquicas) se acoge al supuesto de «riesgo para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada». Por tanto, no está cometiendo ningún delito. La indicación de «riesgo para la salud psíquica de la madre» es el motivo alegado en alrededor del 98% de los casos que se atienden en las clínicas acreditadas, sirviendo así como una indicación económica y social encubierta. Las mujeres menores de edad que quieren abortar, necesitan por ley la autorización de los padres o tutores. La primera revisión después de la IVE es el momento oportuno para hablar sobre métodos posibles, y escoger el más conveniente. Es imprescindible informar de las condiciones de buen uso del método elegido y repasar los errores que dieron lugar al embarazo interrumpido. También es una buena ocasión para trabajar algunas actitudes negativistas en torno al reinicio de las relaciones sexuales y los miedos y fantasías que pueden haber quedado sobre la afectación de los órganos o las capacidades reproductivas. La respuesta habitual de la mujer después de una IVE consiste en tener sentimientos depresivos, culpabilización, miedo a repercusiones futuras, estado de ánimo decaído, etc., que van remitiendo progresivamente, mezclados con sentimientos de alivio. Un buen indicador de la manera en que puede afectarle la interrupción del embarazo es saber cómo la mujer ha vivido y elaborado los duelos anteriores a la situación actual. El grado de depresión después de la IVE se relaciona con la magnitud del conflicto subyacente y el grado de dificultad en la toma de decisión. Como toda situación de crisis, permite y posibilita aprender de los errores y tomar confianza en sí misma y sobre la propia capacidad para resolver situaciones difíciles. La decisión voluntaria de perder la posibilidad de tener ese hijo genera una situación de «duelo». En el ámbito emocional, esto significa poner en marcha un proceso Tabla 4. Elementos para la valoración del duelo no elaborado • Falta de sentimientos depresivos después de la IVE • Persistencia de angustia, culpa, o sentimientos depresivos, sin sentimiento de liberación en las primeras semanas post-IVE • Dificultad de asumir a medio plazo funciones desarrolladas antes con normalidad: trabajo, responsabilidades familiares, vida sexual • Fantaseo constante sobre fechas, sexo y edad y sobre cómo sería su vida como madre con el «hijo perdido», a medio y largo plazo • Labilidad emocional al hablar sobre el tema, habiendo pasado mucho tiempo • Promiscuidad inmediatamente posterior • Demandas repetidas de intercepción poscoital o de IVE en los meses sucesivos • No uso o uso incorrecto de contracepción • Somatizaciones de carácter ginecológico § 15 2. Rosenthal M, Young F. Issues for staff involved with abortion. En: Stotland NL, eds. Psychiatric aspects of abortion. Washington, DC: American Psychiatric Press, Inc., 1991; 135-143. 3. Real Decreto de 21-11-1986. Parte III, artículo 7, y Disposiciones finales Orden de 31-7-1985, Ministerio de Sanidad y Consumo. Bibliografía recomendada © 16 para abandonar el vínculo con el «objeto» perdido (el hijo hipotético en este caso) y restaurar la herida emocional producida. El duelo siempre se expresa con tristeza, dolor, llanto, cierta retirada del mundo exterior, que acaba desapareciendo de forma espontánea. Este proceso dura normalmente entre 6 meses y 1 año. Para valorar la existencia o no de duelo sin elaborar se han de considerar los elementos de la tabla 4. En la mayoría de casos el aborto se resuelve con un duelo normal, que marca un antes y un después en la vida reproductiva. Sólo en los casos en que existe enfermedad mental grave, excesiva ambivalencia, IVE de repetición y pérdidas anteriores no elaboradas, la posibilidad de trastornos psíquicos posteriores a la interrupción se incrementa. DUELO NO ELABORADO Cuando el duelo post-IVE se niega suelen producirse síntomas en la salud, en la relación de pareja o en la sexualidad, que son expresión del conflicto. El profesional ha de valorar cómo la mujer ha vivido el proceso durante el año posterior a la IVE y, en caso de que haya problemas, pensar si éstos pueden tener que ver con una mala resolución del duelo. BIBLIOGRAFÍA 1. Sentís M. El embarazo como síntoma. En: Mujer y salud mental. Reflexiones y experiencias. Barcelona: Centre d’Higiene Mental de Cornellà i Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya, 1999; 127-134. Butlletí de Planificació Familiar n.º 7. «Manual dels problemes psicosocials dels usuaris dels serveis de Planificació Familiar»: «Interrupció voluntària de l’embaràs: sol·licitud, motivació, experiència, seqüeles, ús d’anticonceptius». Barcelona: Diputació de Barcelona, 1992. Chatel MM. El malestar en la procreación. Buenos Aires: Nueva Visión, 1996. De Onis M, Villar J. Aborto provocado. 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