Príncipes

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Capitulos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Principados
Los Principados Hereditarios: Han estado siempre gobernados por un príncipe, por lo que el conservarlos no
entraña mucha dificultad. Sólo a de procurar seguir haciendo con lo que sus antepasados hacían.
Los Principados Mixtos: Se trata de principados nuevos, pero que han estado anexionados algún tiempo a otro
Estado. Estos principados tienen un problema. Sus habitantes esperan muchas mejoras con el cambio de
Soberano, y, si el Príncipe no lo hace bien, quedan decepcionados y se revuelven contra él. De esta manera, el
príncipe no puede confiar ni en las gentes a quien a arrebatado los territorios ni en su propio pueblo.
Otra dificultad que puede surgir es que sea un pueblo con lengua, religión y tradiciones totalmente distintas.
Hay que tener mucha suerte para poder mantener un Principado así. La mejor solución es pasar a residir en ese
país, pero nunca hay que ocuparlo militarmente o establecer colonias. Además deberá defender al débil e
ingeniárselas para derrocar a los poderosos, ya que son más peligrosos que los primeros. Es mucho más difícil
que te arrebaten el reino si estás rodeado de siervos, los cuales te adoran, ya que tu les mantienes y les
proporcionas riquezas, que si estás acompañado de nobles, los cuales son avariciosos y fuertes, y que son
capaces de cualquier cosa si te odian.
Los Principados Civiles: El príncipe que haya conseguido llegar a gobernar uno de estos principados ha sido
designado por sus conciudadanos, es decir, que el no ha hecho esfuerzo alguno. Esta forma de llegar al poder
se asemeja a la democracia actual, en la que nosotros, los ciudadanos votamos por quien queremos que esté en
el poder.
Si los que te han alzado hasta el poder han sido los grandes, es mucho más difícil mantenerse en el mismo, ya
que estás rodeado de personas a las que, al considerarse iguales que tú, no puedes gobernar de la misma
manera y con las que corres más peligro. Sin embargo, al ser elegido por el pueblo, hay muy poca gente que
quiera verte derrocado, y mucha más la que te apoya.
También hay que tener en cuenta que es mucho más fácil defenderse de los grandes, con el apoyo del pueblo,
que viceversa.
Los Principados Eclesiásticos: Aquí la dificultad se encuentra antes de adquirir los propios principados, ya
que, una vez adquiridos, por medio de la virtud o de la fortuna, se sustentan por medio del poder de la Iglesia.
Son Estados muy extraños, porque nunca le son arrebatados al Príncipe que este en posesión de ellos, a pesar
de no estar defendidos, y los súbditos aunque no están gobernados, no se preocupan ni intentan rebelarse
contra su Señor. Son por lo tanto los más felices y seguros.
Vías que hay para llegar a conseguir gobernar un Principado nuevo. la primera manera es por medio de la
virtud y de las propias armas. Conseguir un nuevo principado por medio de la virtud, es difícil de ejecutar,
pero fácil de mantener después. La dificultad está en que, una vez conquistado el Principado, debe introducir
nuevas instituciones, y debes enfrentarte a los que se aprovechaban del antiguo régimen.
Otra forma es por medio de la fortuna. Ésta forma, por el contrario, permite más facilidad de conseguir el
nuevo principado, pero representa mayor dificultad el mantenerlo. Esto se debe a que suelen ser o adquiridos
por dinero, o otorgados por otra persona. De ésta manera, se depende de éstas personas que anteriormente
estaban reinando.
Respecto a lo de conquistar usando un ejército propio u otro ajeno, sólo hay que decir que es más segura la
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primera opción, ya que si se usa uno ajeno, después no te puedes fiar de éste, sobre todo si es poderoso.
Otra forma, la más cruel y despreciable, es por medio de crímenes. Las artimañas que se usan para llegar a
gobernar de esta manera, son tales como asesinar a los ciudadanos, traicionar a los amigos, carecer de palabra,
de honor, de respeto, de religión, etc. Su trabajo cuesta llegar a gobernar, pero después si se sigue una dura
disciplina, es fácil de mantener.
Capitulos 11, 12, 13, 14
Los cuatro tipos de ejércitos:
Las mercenarias: son inútiles y peligrosas. Son soldados a sueldo, que ansían solo su propio poder. El Estado
nunca estará seguro con ellas. Lo más peligroso es la desiria.
Las auxiliares: también son inútiles. Son las que se dispone cuando se llama a un poderoso para que con sus
tropas venga a ayudarte. No son buenas para quien las llama, pues si se gana, te conviertes en prisionero suyo.
Las propias: son las mejores, pues suelen ser dirigidas por el príncipe, así que cumplen las leyes y no las
rebasan. Este es el mejor modo para llevar a cabo acciones que engrandecen el poder del Estado.
Las mixtas: éstas están formadas una parte por mercenarios y otra de tropas propias. Son buenas, pero no tanto
como las propias.
Capítulos 15, 16, 17, 18, 19, 21
Característica de un principe
Los hombres y especialmente los príncipes merecen ser alabados e insultados, ya que Maquiavelo comprende
que no es posible encontrar todas las cualidades y si lo fuera que la practicaran, porque la condición humana
no lo permite y propone que el príncipe debe ser prudente, que sepa evitar la infamia delo vicios que le
privarían del poder, No debe tampoco cuidarse de que le censuren aquellos defectos sin los cuales le sería
difícil conservar el poder.
Deberá ser liberal , pero sin que se entere el pueblo de que es pródigo, porque esto lo perjudica, la liberalidad
no debe ser conocida con lo cual se creerá en la existencia de se miserable. Tener fama de liberal implica vivir
con lujos realizando grandes gastos, tendrá que recurrir a artimañas fiscales para obtener los recursos
necesarios para sostener su régimen lo que le causaría desestimación en su pueblo, por el contrario que lo
califiquen de avaro no debe importarle ya que no debe guardar la apariencia de saberse ajustar a los gastos con
los ingresos que tenga.
De todos los príncipes son los nuevos los que con mayor dificultad pueden evitarla fama de crueles, porque la
conquista de nuevos estados está llena de peligros. Sin embargo el príncipe debe hacerse temer de modo que
el miedo no excluya el afecto y engendre el odio, pues no es imposible ser a la vez temido y no odiado.
Para tener un ejército disciplinado y dispuesto a cualquier empresa, el príncipe que esté al frente de él , le es
indispensable de no cuidarse de ser cruel, como Aníbal, la severa disciplina evitará tumultos y su inhumana
crueldad le valió la admiración y el temor de sus soldados.
Para guardar la fe prometida hay dos maneras de combatir: con las leyes y con la fuerza. Las leyes son propias
de los hombres; la fuerza de los animales y los príncipes deben aprovechar estas dos especies de armas. Se
necesita ser zorro para conocer la trampa y león para asustar los lobos.
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Cuando la fidelidad perjudique a un príncipe, no debe cumplir su palabra, y jamás le faltarán argumentos para
disculparse. Las intenciones de los hombres y más de los príncipes, han de ser juzgadas por los resultados.
Maquiavelo vuelve a hacer hincapié en que un príncipe debe evitar hacerse odioso, a causa de la rapacidad y
los atropellos contra os bienes y el honor de las mujeres de sus súbditos.
Lo que más contribuye a la estimación de un príncipe son las grandes empresa y las extraordinarias muestras
de su mérito. Merece también aprecio un príncipe cuando se declara sin rodeos amigo o enemigo, es decir,
cuando sin reparo alguno se muestra favorable o contario a alguien, tomando partido de manera muy definida.
En épocas convenientes del año, el príncipe debe distraer al pueblo con fiestas y espectáculo, y como los
pobladores se dividen en gremios, cuidará de acudir alguna vez a sus juntas y reuniones y de unirse a ellos
dando empleos de bondad y magnificencia, sin rebajar en ningún caso la dignidad de su jerarquía, que siempre
ha de mostrase en cuantos caso atienda y en cuantos asuntos intervenga.
Capítulos 22, 23
De la gente que se rodea
La elección de los secretarios sirve para formarse un juicio del príncipe y de su entendimiento, y ver de qué
hombres se rodea. Cuando éstos son capaces y fieles, se le tendrá por sabio porque supo escogerlos y saber
mantener su fidelidad; pero si son de otra manera, el juicio que se forme del príncipe no lo favorecerá.
Los príncipes si no son prudentes y capaces de una buena elección pueden fácilmente ser engañados por
aduladores que los elogiarán desmedidamente, el único modo de evitar las adulaciones consiste en que los
hombres comprendan que no se ofenderá diciéndole la verdad, sin embargo, cuando todos puedan expresar su
sentir, le faltarán al respeto. El príncipe prudente debe adoptar un término medio, eligiendo en sus Estado
hombres sabios que únicamente tendrán permitido decirle la verdad.
Capítulo 25
De la fortuna y la adversidad
Los príncipes que se fían únicamente en su buena fortuna, se arruinan cuan ésta varía. Para Maquiavelo
prosperará todo aquél que proceda conforme a la condición de los tiempos.
La variación de éxito resulta de saber tomar las precauciones en los tiempos que así ameriten, pero el príncipe
que sea precavido durante todos los tiempos no se arruinará en cuanto éstos varíen
Capítulos 24, 26
Italia
Cuando un nuevo príncipe es visto pos su súbditos virtuoso, el pueblo nos e atreve contra él, al contrario, le
inspira mayor afecto el príncipe heredero, pues al pueblo le preocupan más las cosa presente que las pasadas,
y si las presentes son buenas, las aplauden y no buscan un cambio al contrario acuden en defensa delo
establecido. Con esto el príncipe logra funda una nueva nación con nuevas leyes, nuevos ejércitos, buenos
aliados y ejemplos.
Por el contrario Maquiavelo observa que los príncipes Italianos lo han perdido todo, no por su mala fortuna
sino a su falta de previsión, porque no habiendo pensado durante la paz en cambios que pudieran ocurrir, por
ser defecto común de los hombres no cuidarse en tiempos prósperos, cuando llegaron las adversidades
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huyeron en vez de defenderse. Indica que la determinación segura y duradera, es la que depende del príncipe
mismo y de su propio valor
Meditando Maquiavelo considera que Italia tuvo que llegar ala situación de ser más esclava que los hebreos
(en Egipto), sin jefe, sin organización, saqueada y destrozada sufrir toda clase de calamidades para que se
reconociera el genio Italia; y aunque al principio pudo esperarse que alguno estuviera destinado por Dios para
la redención dela patria, se vio después que la fortuna lo abandonó a la mitad del camino de manera que Italia
espera a alguien que la libere.
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