Principales pueblos romanos en Hispania

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INDICE
Titulo Pag.
1.-Introducción III
2.-Principales ciudades: III
Numancia III
Augusta Emerita (Mérida) IV
Carthago Nova (Cartagena) V
Hispalis (Sevilla) VI
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Córduba (Córdoba) VI
Tarraco (Tarragona) VII
Itálica (Santiponce - Sevilla) VII
Begastri VIII
BIBLIOGRAFIA X
1.- INTRODUCCION
En España a lo largo de los siglos se han asentado muchos pueblos, como los romanos, fenicios,
árabes, visigodos, etc. Pero en este trabajo solo nos vamos a centrar en el pueblo romano, y en las
ciudades hispanas más importantes dentro de este periodo.
Los romanos llamaron a la penÃ−nsula Hispania, y al principio, hacia el año 56 a.C. la penÃ−nsula
estuvo dividida en tres regiones (Astures, Hispania Citerior, y Hispania Ulterior). En tiempos del
emperador Augusto habÃ−a también tres regiones (Tarraconesis, Lusitania y Baetica), y fue en la
época en la que mayor esplendor tuvo el imperio en hispania. En la ultima etapa bajo las reforma de
Dioceclano se dividió en seis provincias (Gallaecia, Tarraconense, Cartaginense, Lusitania, Baetica, y
por ultimo aunque no estaba en la penÃ−nsula Mauritania Tingitana, que es la actual Marruecos).
2.- PRINCIPALES CIUDADES
AquÃ− van algunas de las ciudades más importantes del Imperio Romano en Hispania, de las cuales
se explica brevemente como eran.
NUMANCIA
En esta ciudad Roma estableció en campamentos de asedio el mayor ejército de su historia.
Protagonizó uno de los momentos más importantes del pueblo celtÃ−bero e hispano, ya que tras su
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caÃ−da, en el 133 a.C., finalizaron las Guerras Celtibéricas y se concluyó oficialmente la
incorporación de la Celtiberia al territorio provincial romano de Hispania. Tras 20 años de
resistencia y constantes humillaciones, Roma envió a Publio Cornelio Escipión en el año 134 a.C.
Este sitió la ciudad durante 11 meses, hasta su rendición. Todas las viviendas fueron reedificadas con
los sistemas romanos.
La Numancia romana es muy similar al de la anterior ciudad celtÃ−bera. Con la presencia romana
tampoco existirán los grandes espacios públicos (foro) usuales en una ciudad clásica. Es evidente
que Numancia seguirá siendo una ciudad de caracterÃ−sticas tipicamente indÃ−genas. La ausencia de
elementos ornamentales, del tipo de mosaicos o de decoraciones murales, es muy caracterÃ−stica en ese
sentido. Tampoco se han identificado edificios administrativos o religiosos, como serÃ−a habitual en
una ciudad romana. Solamente algunas casas ubicadas en el barrio sur, el más soleado y resguardado
del intenso frio soriano, ofrecen unas caracterÃ−sticas ornamentales que las distinguen especialmente.
Se trata de edificios estructurados con patio o peristilo y adornados con sencillas columnas de tipo
toscano.
Tampoco contó con una fuente regu La solución individual consistió en la excavación de pozos o
algibes en las casas, que todavÃ−a puede hoy dÃ−a contemplar el visitante de la ciudd. Pequeños
canales recogÃ−an el agua de la lluvia y la transportaban a citados algibes.
A partir de los siglos III y IV d.C., Numancia acusa una etapa de depresión en momentos en que, con
carácter general, las ciudades están viendo como su población va disminuyendo de forma paulatina.
Ciudad romana. , la ciudad romana se levantó sobre los cimientos de la celtÃ−bera, conservando su
disposición urbana. . Los servicios, calles, desagües y aljibes se mejoraron y además se
construyeron termas y algunas casas de nueva planta.
♦ Destacamos los siguientes restos:
Aljibes con y sin escaleras, que permitÃ−an acumular agua, bien subida desde el rÃ−o o
recogida de lluvia.
♦
Calles con aceras y piedras pasaderas. No existieron nunca cloacas, con lo que el sistema
de desagüe iba directamente a las calles, que ligeramente inclinadas evacuaban las
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aguas sucias. AsÃ− para cruzar las calles sin mojarse se instalaron las piedras
pasaderas.
♦ Una magnÃ−fica reconstrucción de una casa romana básica, levantada sobre la
planta de una antigua edificación arévaca. exterior de piedra y estructura de
madera. La cubierta es de paja de centeno. Se accede mediante un patio con pozo y
horno a una sala de trabajo (molino y telar) y posteriormente a la cocina. Desde ella se
abren las puertas de las habitaciones para el descanso. Al final se sitúa el almacén,
granero con un acceso directo al corral con cuadra.
♦ Las Casas porticadas están situadas en la zona sur de la colina, estando asÃ−
protegidas del viento. Son las edificaciones más importantes de la ciudad romana. Con
una planta en forma de L, tenÃ−an un patio porticado y dos pisos con escalera de
piedra.
♦ Un edificio público del que solo quedan los desagües y las cimentaciones de las
columnas de un gran patio porticado alrededor del cual se abrÃ−an varias estancias.
♦ Unas termas de pequeño tamaño de las que se conservan restos de un caldarium
-sala de agua caliente- con sus respectivas bañeras.
AUGUSTA EMERITA (MÃ RIDA)
Desde su fundación en el año 25 a.C. Mérida estaba llamada a ser uno de los centros neurálgicos
del sistema de comunicaciones de Hispania, por lo que fue imprescindible salvar el rÃ−o Guadiana,
frontera de los caminos del norte y el sur extremeños. La ciudad obtuvo a través de ese puente la
llave de la polÃ−tica y la riqueza de una región que Octavio Augusto intentaba vigorizar.
Siguiendo órdenes de Augusto, en el año 25 a.C. el legado Publio Carisio fundó, con los veteranos
de las campañas cántabras, a la Colonia Iulia Augusta Emerita (Mérida). Aunque en el lugar
existÃ−a un pequeño centro indÃ−gena, el asentamiento se organizó de nueva planta siguiendo los
cánones de las fundaciones romanas: un urbanismo ortogonal, en damero, que delimitaba insulae
(manzanas) regulares; la ubicación del primer foro en una posición central; un sistema de acueductos
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que aseguraba el aprovisionamiento de agua, la existencia de teatro y anfiteatro; etc.
La notable extensión de la urbe y su carácter monumental desde el momento de su creación dan fe
del papel trascendente que se dio a la ciudad, convertida en capital de la nueva provincia de Lusitania,
establecida por Augusto.
Mérida se ubicaba junto al rÃ−o Guadiana (el Anas de los romanos), allÃ− donde el cauce del rió
queda dividido por una isla que facilita su paso, y en un punto donde convergÃ−an diversas vÃ−as
terrestres, como la Via de la Plata y la ruta hacia la Meseta. Se ha considerado que el puente sobre el
Guadiana fue el verdadero motivo de la fundación e la ciudad en este lugar, dado se carácter
estratégico. Por otra parte, el carácter colonial de la ciudad se refleja en la distribución ortogonal y
regular de la tierra que tubo lugar en el momento de su fundación, cuando se distribuyeron lotes de
tierras a los colonos mediante la centuriacion.
Inicialmente la ciudad tuvo un único foro, que presidÃ−a la vida de la colonia, donde destacaba la
gran columnata del llamado templo de Diana, en realidad dedicado al culto imperial. En época
Julio-Claudiana (27 a.C. - 69 d.C.) se construyo un segundo foro mas al norte, dedicado a los actos
provinciales, que copio Ã−ntegramente el programa icnográfico de foro de Augusto de Roma, lo que
sin duda constituyo un gran esfuerzo económico para la ciudad, y refleja su pujanza.
Teatro, anfiteatro y circo permitÃ−an ofrecer en la ciudad todos los espectáculos habituales en el
mundo romano. El teatro ha conservado hasta hoy en dÃ−a (algo infrecuente) su frons scaena, el muro
de cierre tras el escenario, con su magnifica decoración.
Dos acueductos principales, el de los Milagros al norte y el de San Lázaro al este, garantizaban la
llegada de agua a la ciudad. Se trataba de acueductos de doble arcada, con interposición de ladrillos
rojos entre hiladas de sillerÃ−a, de gran calidad. En el caso del acueducto de Los Milagros, el agua era
captada en la cercana presa de Proserpina, construida a tal efecto.
El circo de época Julio-Claudia, se ubico fuera del perÃ−metro urbano. Las dimensiones internas de
la pista eran de 400 x 97 m, y podÃ−a acoger a unos 30.000 espectadores. Fue extensamente
reconstruido en el s. IV, demostrando la pujanza de la ciudad en época tardÃ−a.
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El puente sobre el Guadiana constaba de más de 60 arcos; se aprovecho la existencia de un islote
fluvial para construir un verdadero deque, que según algunos autores pudo servir de muelle. El puente
y la ciudad se resguardaron de las crecidas del rÃ−o con potentes muros, destacando el espolón que
protegÃ−a el dique citado y que seguÃ−a un modelo similar al de la isla Tiberiana en Roma.
En Mérida, como en el resto de colonias romanas, las tierras fueron atribuidas a los colonos (los
veteranos de guerra) a partir de un catastro: la centuriacion. La tierra era divida en centurias,
unidades regulares de 20 x 40 iugerae (aproximadamente 710 x 1.420 m.) orientadas según los ejes
norte-sur y este-oeste, configurando una densa estructura de parcelas y caminos ortogonales.
CARTHAGO NOVA (CARTAGENA)
Fundada por los cartagineses en 223 a.C. “Nueva Cartago” fue, en tiempo de la Segunda Guerra
Púnica “la más rica de todas las ciudades de España”, principalmente gracias a su excelente puerto
en el Mediterráneo, que es todavÃ−a una base importante de la escuadra española. MinerÃ−a, pesca
y cultivo de la raÃ−z de esparto fueron sus principales industrias. Cartago Nova fue también un
lugar de acuñación que emitió moneda en el perÃ−odo púnico y en el perÃ−odo julio-claudiano.
Protegida por una laguna por el Norte, la ciudad se agrupaba entre cinco colinas a las que Polibio
llamó ciudadela de Asdrúbal y las colinas de los dioses Saturno, Vulcano, Asclepio y Aletes, este
último descubridor divinizado de las minas de plata locales. Las colinas estaban unidas por una
muralla con las puertas, una de las cuales conocemos con el nombre de Porta Popilla, nombre quizá
recibido de M. Popilio Lena, gobernador de la Citerior en 139 a.C. El foro estaba situado en el centro,
cerca de la moderna plaza de la Merced, en el umbilicus. El pavimento del extremo oeste de decumanus
ha sido excavado en la plaza de los Tres reyes, en tanto que el cardo se dirige hacia el sur, al anfiteatro
ovular que se encuentra debajo de la actual Plaza de Toros. Además de los templos de Saturno,
Vulcano, Asclepio y Aletes (en las colinas llamadas ahora Sacro, Despeñaperros, Concepción y San
José respectivamente), hubo probablemente un templo en el lugar de la actual Catedral cuya cripta
está pavimentada con mosaico romano. Otro edificio público estaba situado en la calle de la
MorerÃ−a Baja, donde ha sido excavada una columnata de proporciones monumentales. En la calle
Duque se han descubierto restos de casas privadas con mosaicos.
HISPALIS (SEVILLA)
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Aún siendo una de las primeras ciudades de Hispania, Hispalis está atestiguada por primera vez en
los comentarios de guerra de César como un centro comercial. Este hecho puede haber inducido la
afirmación de San Isidoro de que fue César el que fundó Hispalis y que la llamó Iulia Romula,
aunque ninguna otra fuente llama a la ciudad Iulia. La colonia existÃ−a ya en tiempos de Augusto,
cuando en ella se acuñaron monedas con el tÃ−tulo de “Col(onia) Rom(ula)” El enrolamiento de sus
ciudadanos en las tribus romanas electorales Sergia y Galeria apunta también a su fundación por
Julio César o por Augusto. La ciudad alcanzó también gran relevancia como importante puerto
fluvial en el Guadalquivir. Estrabón hace de ella la tercera ciudad de la Bética, después de
Córduba y Gades, en tanto que Silio Itálico la caracteriza como “renovada por su comercio y por sus
mareas alternantes”. Fragmentos suficientes de la muralla romana, de 2.5 a 3 m. de anchura, se han
descubierto para permitir trazar su recorrido con una razonable seguridad. La Via procedente de
Córdoba pasaba a través de la puerta de San Esteban, en el lado este de la ciudad, donde se
convertÃ−a en decumanus maximus. El acueducto de los Caños de Carmona que traÃ−a agua de
Alcalá de Guadaira entraba también en la ciudad por San Esteban y quizá seguÃ−a la lÃ−nea del
decumanus maximus al foro. La situación del cardo muximus es más problemática. La solución
adoptada en la figura 6.8 lo colocarÃ−a en el flanco este de los foros. Se han propuesto tres de estos
foros. El templo de la calle de los Mármoles, del que sobreviven 5 columnas, asÃ− como los restos de
dos edificios al oeste de él (uno de ellos del siglo II d.C.) se piensa que marcan el lÃ−mite del foro
republicano, situado en uno de los puntos más altos de la ciudad. El templo se halla en un ángulo de
los foros tardÃ−os dando la idea de que la ciudad fue planificada de nuevo en una orientación
norte-sur cuando se convirtió en una colonia. El foro republicano fue sustituido por un foro mayor
más al Norte, cerca del umbilicus en la proximidad de la actual Plaza de la PescaderÃ−a. AquÃ− se
han encontrado baños romanos, y se piensa que una basÃ−lica se halla debajo de la Mezquita Mora
(ahora Iglesia de El Salvador). AquÃ− también se han descubierto numerosas inscripciones
honorÃ−ficas apropiadas a un foro cÃ−vico. Un tercer foro, cuyas dimensiones son menos definibles se
ha postulado en el ángulo suroeste de la ciudad romana (el ángulo más próximo al rÃ−o), en la
proximidad de la Catedral. Junto al palacio del Arzobispo se han excavado también baños, y
algunas inscripciones de asociaciones profesionales, notablemente los scapharii (barqueros), lo que
sugiere la presencia de un foro comercial, similar al foro de las corporaciones en Ostia.
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CORDUBA (CÃ RDOBA)
La capital de la Bética fue fundada por M. Claudio Marcelo en 169-168 ó 152-151 a.C.,
probablemente como colonia latina. En tiempo de César y Augusto se convirtió en colonia de
veteranos. Aunque no puede probarse ninguna ocupación prerromana la ciudad fue habitada desde el
principio por romanos y por indÃ−gena. Pero no fue una comunidad mixta sino más bien una
comunidad dividida. Hay datos arquitectónicos y epigráficos de una muralla este-oeste que separaba
la ciudad en un "forum" (sector romano) y el sector "hispano". La colonia estaba situada
estratégicamente en el punto navegable más alto del Guadalquivir, con cultivo de olivo en los
campos del sur y las minas de plata y cobre de Sierra Morena al Norte. La ciudad republicana cerrada
por una fortificación y en disposición de cuadrÃ−cula casi cuadrada estaba establecida a uno 500 m.
al norte del rÃ−o y se extendÃ−a una 30 hectáreas. En tiempo de Augusto una extensión de 20
hectáreas se añadieron en orientación diferente para colocar la ciudad y las murallas más abajo
hacia el rÃ−o. El puente de madera construido por César fue posteriormente reemplazado por uno
de piedra, cuyos cimientos todavÃ−a soportan el puente moderno. Algunos acueductos surtÃ−an de
agua a la ciudad desde Sierra Morena. Uno de ellos, en el lado este de la ciudad, lleva una inscripción
que le da el nombre de Aqua Nova, construido en tiempo de Domiciano. Restos del foro han sido
descubiertos en el sector norte de la ciudad, y parte de su suelo ha sido excavado recientemente en la
calle Eduardo Quero. Se han hecho intentos de localizar la basÃ−lica y el edificio del senado, pero no
hay certeza. Aunque varias divinidades están documentadas epigráficamente, el único templo
seguro es el excavado en la esquina de Claudio Marcelo y Calles Capitulares, que data del final del siglo
I d.C. y quizá dedicado al culto imperial. No se ha encontrado circo, anfiteatro ni teatro, aunque se
conocen cuatro baños. Hay escasos restos de casas de la ciudad con mosaicos y frescos, y algunos
cementerios se encuentran fuera de la ciudad. Córduba fue también un centro cultural, patria no
sólo de famosos poetas como Lucano, sino también de escultores como lo muestra la gran cantidad
de estatuaria local.
TARRACO (TARRAGONA)
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Capital de la provincia romana más grande de Europa, Tarraco fue descrita en la Antigüedad como
“afortunada” (felix) y la ciudad más poderosa (urbs opulentissima) de estas costas. Originariamente
ciudad principal por los Escisiones, y posteriormente se convirtió en colonia juliana. Aunque su
situación no era central dentro de su provincia, Tarraco estaba solamente a cinco dÃ−as de
navegación de Roma y daba acceso al valle del Ebro por una vÃ−a que subÃ−a el valle del FrancolÃ−,
la ruta más suave a través de los montes de Cataluña. Tarraco estaba rodeada por una muralla,
quizá de una longitud de 4 km., comenzada en estructura ciclópea por los cesetanos y completada en
la técnica de construcción romana en el siglo II a.C. La ciudad está dividida en un sector alto y
otro bajo, separados por el circo. La disposición octogonal está conservada en la situación de las
calles modernas. La parte superior, subdividida en dos terrazas contenÃ−a el gran foro provincial
porticado (300 x 130 m.) del siglo I d.C., y presumiblemente un templo del culto imperial que no ha sido
descubierto. Un área porticada mucho más pequeña (58 x 13 m.) en la parte baja, identificada
tradicionalmente como foro colonial sin tener en cuenta su tamaño minúsculo, ha sido interpretada
recientemente como el vestÃ−bulo principal de una basÃ−lica. El supuesto edificio del senado (13 x 11
m.) en su lado norte se considera ahora como un templo de Augusto, conforme a los cánones de
Vitrubio. Si se acepta esta interpretación, el foro tiene que encontrarse en el sur, bajo edificios
modernos.
El circo, del siglo II d.C. tiene 277 m. d largo con asientos para unos 27.000 espectadores. El anfiteatro
colocado junto al mar se empezó en el perÃ−odo de los Flavios y se terminó a comienzos del siglo II;
mide unos 93 x 68 m. y podÃ−a acomodar 11.000 personas En el lado oeste de la parte baja de la ciudad
habÃ−a un teatro, 70 m. de diámetro, con una capacidad de 5.000 asientos. Se mencionan baños en
una inscripción. Una necrópolis paleocristiana ha sido excavada al oeste de la ciudad.
ITALICA
Publio Cornelio Escipión, el Africano, fundo la ciudad de Itálica (Santiponce, Sevilla) en 205/206 a.C.
en época republicana, con los veteranos heridos durante las campañas contra los cartagineses en
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Hispania; la nueva fundación se ubico junto a un centro ibérico preexistente. Este modelo de
guarnición (praesidium) hibrida -situada junto a una población autóctona para garantizar el
control del territorio- conocerÃ−a posteriormente una amplia difusión en Hispania. De este primer
núcleo, conocido como vetus urbs o ciudad antigua, apenas se conservan restos, puesto que el gran
crecimiento de la ciudad nueva (nova urbs) durante el Alto Imperio oculto los niveles de la primera.
Itálica, que contaba con un notable centro polÃ−tico y religioso desde los tiempos de Augusto (27 a.C.
- 14 d.C.) y un teatro de la época de Tiberio (14 - 37), su sucesor, creció espectacularmente hacia el
oeste en época de los Antónimos (96 - 192), en especial con el acceso al trono imperial de Trajano (98
- 117) y Adriano (117 - 138), originarios de itálica, y con la promoción de la ciudad al rango de
colonia durante el gobierno de Adriano.
Destaca sobremanera el periodo adrianeo, durante el cual las elites locales se entregaron a una carrera
de monumentalizacion y embellecimiento de la ciudad que tiene pocos paralelismos en el resto de
Hispania. De entonces datan el nuevo perÃ−metro murario, la construcción de un espectacular recinto
de culto dedicado a Trajano y, posteriormente, el anfiteatro y el complejo termal.
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La ciudad se levanto junto al antiguo cauce del rÃ−o Guadalquivir, y fue uno de lo más importantes
puertos fluviales de Hispania. Los navÃ−os accedÃ−an el desde el mar. Además, por la ciudad
cruzaba la llamada Via de la Plata, que conectaba los territorios meridionales con la zona atlántica.
Todo ello conferÃ−a a Itálica una posición privilegiada.
El anfiteatro podÃ−a dar cabida a unas 40.000 personas, siendo el cuarto mayor de los conocidos en
todo el Imperio Romano. Se encontraba, como es habitual, fuera de las murallas, y contaba con todos
los elementos necesarios para el desarrollo de los juegos (pasajes subterráneos para trasladar a las
fieras, un piso de madera que comunicaba con la superficie, etc.)
El teatro, anterior al gran crecimiento de la ciudad, da cuenta de la importancia del centro a partir de
la época de Augusto. Se conserva, procedente de su orchestra, una inscripción conmemorativa de las
obras realizadas en el por los Traiani, la familia de Trajano, futuro emperador, la cual destacaba ya
entonces por su contribución a al monumentalizacion de la urbe.
Las termas urbanas (conocidas como los “baños de la Reina Mora”) eran un centro de atracción de
la nueva ciudad de época adrianea. Artuladas alrededor de una gran piscina absidiada de 21 m. de
longitud contaban con innumerables dependencias para el ocio urbano. Ocupaban en conjunto cuatro
manzanas (insulae) de la ciudad, lo que las convierte en las mayores termas de la Hispania romana.
Como eje central de la nueva ciudad, y dispuesto a lo largo de la via que cruzaba la urbe, se encontraba
el Trianeum, recinto de culto dedicado al emperador Trajano divinizado. Era un inmenso recinto de
culto imperial presidido por un magnifico templo octóstilo de mármol blanco y un pórtico decorado
con mármoles blancos y policromados.
BEGASTRI
Begastri no fue una de las ciudades importantes de la época romana, aunque alcanzo su mayor auge
en la época visigoda, pero eso es otro tema. E añadido esta ciudad al trabajo, porque me parecÃ−a
interesante, dado los numerosos descubrimientos que se llevan haciendo desde hace unos años, y
también debido a la cercanÃ−a a nuestra ciudad.
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Begastri como todas o la mayorÃ−a de las ciudades romanas contaba con acueductos sobre el rÃ−o
Quipar, también tenia un foro donde se reunÃ−an los ciudadanos, también tenia unas murallas
como cualquier otra ciudad, estas, datadas del s. III. Las murallas se dividÃ−an en tres partes:
• La primera era la torre del flanco este, las excavaciones pusieron al descubierto una sólida
estructura de planta rectangular que avanza sobre el lienzo de manera ostensible. Nos
encontramos ante la única torre rectangular documentada en todo el recinto defensivo. En este
tramo es donde encontramos la primera puerta de entrada a la ciudad.
• La segunda era la Puerta Acodada del Flanco Oriental, en este tramo es donde se loca liza la
segunda puerta de entrada a la ciudad
• La ultima era la del tramo norte, que es donde se encuentra la tercera puerta a la ciudad.
La sociedad estaba dominada por los patricios, mientras que los demás eran simples plebeyos, que
eran pequeños propietarios, artesanos y comerciantes. Y también se han dado indicios de que
habÃ−a habido un foro romano.
BIBLIOGRAFIA
LIBROS:
España Romana de Leonard A. Curchin. Editorial Gredos.
Atlas de la Historia de España de Fernando GarcÃ−a de Cortázar. Editorial Planeta 2005.
INTERNET:
http://www.spanisharts.com/arquitectura/imagenes/protohistoria/numancia.html
http://perso.wanadoo.es/historiaweb/antiqva/numancia/numanciaromana.htm
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,638
Imágenes sacadas de www.google.es en el apartado imágenes.
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