Iberia ¿Cómo se despacha un vuelo?

Anuncio
¿Cómo se despacha un vuelo?
A escasos metros de la puerta de embarque, mientras esperamos la salida del vuelo, se
fragua la planificación de lo que será nuestra travesía. Es lo que se conoce como
despacho del vuelo.
Su funcionamiento podría comparase al de la cocina de un gran restaurante. Es una sala a la
que llega todo tipo de información desde muchos lugares diferentes. La persona encargada de
recabar esa información es el despachador del vuelo. Él analiza cada ingrediente, detecta los
que son nocivos o perjudiciales, selecciona los más provechosos para la mezcla que se
dispone a hacer y, una vez obtenidos todos los ingredientes justos, elabora una receta llamada
plan de vuelo. A continuación, se lo entrega al Comandante del vuelo para que lo deguste y dé
su parecer y, entre los dos, elaboran un producto de calidad.
¿Qué es un plan de vuelo y para qué sirve?
La labor de un piloto comienza mucho antes de subirse al avión. Lo primero, es conocer su
plan de vuelo, la hoja de ruta que debe seguir para realizar el vuelo de forma segura, eficiente y
cómoda. Es, por lo tanto, una de sus herramientas de trabajo fundamentales. Muestra la
información que el despachador ha recopilado y evaluado y que posteriormente el Comandante
ha validado, como las condiciones meteorológicas que habrá durante el trayecto y en destino o
las características del aeropuerto al que va. Pero, sobre todo, muestra la ruta óptima a seguir y
cómo se debe seguir: a qué velocidad y altitud, cuánto combustible va a necesitar, cuánto
pasajeros y carga puede llevar y cómo se distribuyen en el avión, siempre de acuerdo a la
normativa aérea y a la de la propia compañía.
Siempre hay un plan B
Despachar un vuelo es una labor que requiere una alta preparación y experiencia. Aquí es
donde el despachador debe reflejar su destreza, su capacidad de coordinación y de
comunicación. Un error de cálculo puede ser fatal. Tanto es así, que incluso se tienen en
cuenta los imponderables que rodean a la aviación y todos los tipos de imprevistos que pueden
surgir. Por ejemplo, que el tiempo empeore repentinamente durante la ruta, que surja una
avería en pleno vuelo, que un pasajero se indisponga o que un aeropuerto cierre por problemas
técnicos. Incluso que un volcán en erupción obligue a cerrar el espacio aéreo de un continente.
Nada puede quedar sujeto a la improvisación. El piloto debe tener siempre un plan B e
información fiable que le ayude a tomar una decisión en el menor tiempo posible. Por eso,
antes de cada vuelo, se estipulan rutas y aeropuertos alternativos y al avión se le suministra
todo lo necesario para que, ante las circunstancias adversas que se puedan presentar, se
reaccione con márgenes de seguridad suficientes.
Vigía del vuelo
El trabajo del despachador continúa tras el despegue del vuelo. Todos los aviones que surcan
los cielos están permanentemente vigilados desde tierra por uno de ellos. A través de
complejos sistemas de vigilancia, supervisan el desarrollo del vuelo, controlando que transcurre
según lo programado y estando alerta por si surgiera cualquier imprevisto, servir de apoyo a la
tripulación. Aunque ésta es una profesión que nace allá por 1920 y ha evolucionado con la
propia historia de la aviación, sigue siendo imprescindible que una figura como la del
despachador haga las veces de vigía y sirva de nexo entre tierra y aire.
El despachador de Iberia
Iberia cuenta con más de 120 despachadores. De ellos, unos 90 se encargan de la
planificación de vuelos en los distintos centros operativos de nuestra red. El resto, unos 30, son
responsables de la vigilancia de los vuelos y su sede está en el aeropuerto de Madrid. Al día,
realizan solo para Iberia, el despacho y la supervisión de 800 vuelos de media porque, además,
dan soporte a otras compañías aéreas. Iberia se encarga de la formación de sus propios
despachadores con un curso para encargados de operaciones de vuelo. Reciben instrucción
continua en muchos y diversos campos, como meteorología, aeropuertos, funcionamiento del
avión, mercancías peligrosas, vigilancia de vuelos, factores humanos o legislación aérea, que
se completa con un vuelo de familiarización en la cabina del avión una vez al año.
Descargar