4 F L Diario del AltoAragón / Jueves, 5 de junio de 2014 “Es entrañable echar la vista atrás y contemplar el pasado” Salvador Trallero firmó ejemplares de ‘Zaragoza antigua’ S.D. HUESCA.- Aficionado a la histo- ria, la fotografía y los viajes, en su último libro Zaragoza antigua (Sariñena Editorial), Salvador Trallero propone un paseo por la capital aragonesa a través de imágenes de ayer que despiertan recuerdos en unos casos, y sorpresa en otros. La fuente de Neptuno, los carros y caballerías en la actual plaza de España o los antiguos leones del Puente de Piedra son fotografías que sorprenden. “‘Como hemos cambiado’ es el comentario de algunas personas. Siempre es entrañable echar la vista atrás y contemplar nuestro pasado”, dice Salvador Trallero. Ayer estuvo en la Feria del Libro de Huesca firmando ejemplares de esta obra, y se sintió a gusto. “Es un placer participar en un evento donde el libro es la figura principal. Es toda una fiesta de la literatura porque el libro es aventura, sentimiento, fantasía, pasión... y, sobre todo, nos hace aprender y conocer y nos lleva al pensamiento y la reflexión”. Trallero se acercó ayer a la gente “que te cuenta cosas, te da ideas, te pregunta...”, y con los lectores habló de este trabajo, del que destaca su edición cuidada y mimada al máximo. Para él, este intercambio de opiniones con resulta “interesante” porque de estas sugerencias, reflexiones, opiniones, “a menudo surgen nuevos proyectos”. Salvador Trallero dedica su libro a una lectora. LAURA CEREZA Zaragoza antigua. Por el momento, aunque con multitud de ideas dando vueltas en su cabeza, Salvador Trallero está embarcado en la promoción de Zaragoza antigua, un libro que está “funcionando muy bien. Tras ser el libro de regalo más vendido en la ciudad de Zaragoza las pasadas navi- dades, la venta ha continuado a buen ritmo. Ha sido un arranque excepcional, con más de 1.500 ejemplares vendidos hasta hoy”. Con este aval, Salvador Trallero asegura que ”siempre van quedando huecos para sacar adelante proyectos apasionantes e interesantes”. López Pardo sigue buscando nuevos nombres de aves Ayer firmó ejemplares del listado que editó el Grupo Ornitológico Oscense V.G.J. HUESCA.- Hace unos meses, Joa- quín López Pardo puso en negro sobre blanco más de seiscientos Nombres vernáculos de las aves de la provincia de Huesca, un arduo trabajo que no da por terminado y al que sigue dedicando buena parte de su tiempo con el objetivo de presentar una segunda edición “ampliada y revisada”. Así lo anunció a este periódico el autor, anillador científico de aves que ayer compartió con el público de la Feria del Libro de Huesca sus impresiones sobre esta publicación, que viene a recoger el trabajo que, durante años, ha realizado López Pardo investigando cómo se ha dado en llamar a las aves en diferentes puntos del Alto Aragón. En este libro, editado por el Grupo Ornitológico Oscense, reúne las terminologías que se emplean en cerca de sesenta pueblos, aunque no todos tienen la misma presencia en la publicación. “En Alquézar, por ejemplo, el herrero del pueblo me pasó unos setenta y cinco u ochenta nombres de aves. El hombre entendía de aves y me dio muchos nombres”, comentó el anillador, que nunca ha sentido pereza para desplazarse a los pueblos y preguntar a la gente del lugar. Portada del libro. Joaquín López Pardo firmó ayer ejemplares del libro. LAURA CEREZA Reconoce además que, tras la publicación del libro, se ha encontrado con “gente que está buscando más material” y le hace “llegar cómo llaman a los pajaricos en sus pueblos”. Con ellos, y con la labor de campo que sigue realizando, confía en ampliar esta larga nómina de tér- minos que revela, por ejemplo, que el “lucano” de Huesca, el “luguer” de Alquézar o el “taril” de Jaca no dejan de ser, en ningún caso, “luganos”. “Cada pájaro, en cada comarca, en cada territorio, se llama de una manera, y muchas veces tiene que ver con su canto”, revela el autor del libro, satisfecho con la invitación recibida para participar en la feria en la tarde de ayer, y que llama la atención sobre otros términos curiosos como el “asforrocho” o “abadejo”, dos nomenclaturas que se refieren a la misma ave, el singular Milano Real.