8 | crónica Domingo 12 de enero de 2014 >> rEfOrMa considera Steven J. Dick, historiador de la NASA hasta 2009 y autor de America in Space: Nasa’s First Fifty Years. El “cambio de rumbo” al que se refiere Dick pasa por reducir las arriesgadas misiones tripuladas de antaño por objetivos más discretos, pero más relevantes desde el punto de vista científico. Por ejemplo, se potencia la investigación en terrenos con aplicaciones comerciales, como el turismo lunar o la robótica. En esa área de experimentación se exhibe con orgullo un robot tan preciso en sus movimientos que es capaz de teclear un mensaje de texto en un iPhone sin cometer un solo error. Y en la zona habilitada para recibir a turistas y colegiales se vende el sueño de la “democratización” del viaje al espacio, en referencia a los planes de desarrollo turístico. Esta nueva visión pragmática está motivada por una gestión más eficaz de los fondos, la adecuación a las necesidades de la empresa privada y por la utilización de contratas externas, condicionantes comunes a toda la economía pública estadounidense. De acuerdo con las estimaciones de Linda J. Ham, se espera que en 2014 más de 100 trabajadores pierdan su empleo, además de decenas de contratistas que dejarán de ser necesarios Gran parte del recorte está relacionada con la desmantelación del programa de transbordadores, que ocupaba casi 700 edificios, daba empleo a 5 mil personas y requería un equipo por valor de 12 mil millones de dólares. El agujero provocado no sólo deja un vacío físico en Houston. Muchos de sus ingenieros se están reciclando en las empresas petroquímicas de Texas, donde ahora se dedican a desarrollar nuevas y punteras máquinas de exploración y extracción de gas y petróleo, como las utilizadas en el revolucionario fracking. Keith Cowing, editor de NASAWatch. com, señala también motivos políticos, históricos y estratégicos para analizar el “cambio de ciclo”. Explica que cuando acabó la Guerra Fría, la NASA perdió su lugar prioritario en la agenda de Washington: no hay nada que demostrar al bloque soviético y la imagen internacional cada vez depende menos de los logros espaciales y más de los económicos. Tampoco ayuda el ambiente en el que se desarrolla hoy la política fede- ral, donde se reclama a diario recortar el abultado déficit y se redactan a todas horas propuestas para ahorrar todo dinero público que no sea realmente indispensable. Si no hay dinero para reparar las carreteras, construir ferrocarriles o subsidiar a los más necesitados, ¿por qué malgastarlo en arriesgadas misiones espaciales de resultados inciertos y sin grandes aplicaciones prácticas?, se preguntan muchos congresistas y gran parte de la propia ciudadanía. En contra de lo que se presagiaba hace pocas décadas, la exploración espacial no sólo no se ha disparado sino que ha perdido el glamour de antaño. Pese a todo, la mayoría de los trabajadores de la agencia siguen mirando a las estrellas con entusiasmo y optimismo. Según el sondeo anual de la organización Partnership for Public Service, el 74 por ciento de sus empleados se consideran contento con lo que hace, lo que les convierte en el colectivo de funcionarios más satisfecho de todo Estados Unidos. “NASA, orgullo de América”, se lee en la solapa de una amable empleada de la cafetería para turistas del Centro de Visitas, donde se vende café, refrescos y sándwiches con nombres de viejas misiones espaciales. MISIONES DE LA NASA EN ACTIVO 1997 CASSINI Investiga Saturno, sus satélites helados y su luna, Titán. • 2001 MARS ODYSSEY Orbita alrededor de Marte. • 2003 MARS EXPRESS Busca agua bajo la superficie de Marte. • 2003 MARS EXPLORATION ROVER-OPPORTUNITY Explora la superficie de Marte. • 2004 ROSETTA Estudia el origen de los cometas. • 2004 MESSENGER Estudia Mercurio. • 2005 MARS RECONNAISSANCE ORBITER Estudia la historia del agua en Marte. • 2006 NEW HORIZONS A partir de 2015 explorará Plutón, Charon y el cinturón de Kuiper, en la periferia del Sistema Solar. • 2007 DAWN Orbita alrededor del asteroide Vesta, dirigido al “planeta enano” Ceres. • 2011 JUNO En 2016 debe empezar a estudiar Júpiter. • 2011 GRAIL Estudia el campo de gravedad de la Luna y su estructura interior. • 2011 MARS SCIENCE LABORATORYCURIOSITY Estudia la superficie de la Luna, recogiendo tierra lunar • 2013 LADEE Estudia la atmósfera de la Luna. • 2013 MAVEN Estudia la atmósfera y la ionosfera de Marte. Cortesía NASA Cortesía NASA MISIONES Con todo, el corazón de la NASA sigue siendo sus 15 misiones no tripuladas, por cuya continuidad algunos empiezan ya a temer. Entre la comunidad científica cobra terreno el miedo a que la escasez de dinero frene o propicie el cierre de misiones que sí están logrando excitantes descubrimientos y avances. Proyectos como la Sonda Cassini, que desde 1997 investiga Saturno, sus satélites helados y su misteriosa luna Titán, con resultados sorprendentes. Sin ir más lejos, a finales de 2013 un telescopio espacial diseñado por la NASA (el Kepler) determinó que la Vía Láctea tiene más de 40 mil millones de planetas con el tamaño aproximado de la Tierra y con órbitas que podrían propiciar la vida sobre su superficie. Como agravante, se indica que esta falta de financiamiento está acompañada por presiones políticas para llevar a cabo logros más inmediatos y sobre todo más mediáticos. La Casa Blanca y el Congreso pretenden, por ejemplo, que haya fotos de astronautas con la bandera americana en un asteroide antes de 2025 y en Marte antes de 2030. Frente a ello, los científicos consideran que existen prioridades mucho más importantes, como la exploración de “Europa”, una luna de Júpiter cubierta de un manto helado donde se cree que hay océanos subterráneos y geisers. Tocar la superficie de “Europa” se considera por ahora misión imposible por el elevado presupuesto que supondría. Pero por menos de 5 mil millones de dólares se podría analizar el interior del satélite desde la distancia, poniendo en órbita una nave con radares especiales. Sucede que el presupuesto actual de la NASA no supera los 17 mil millones de dólares, con los que ni siquiera se alcanzan a pagar todas las misiones en activo, los salarios, las instalaciones, etcétera. Y los recortes continúan. En algunos puestos administrativos escasea ya personal para llevar a cabo labores que hace dos décadas se atascaban por lo contrario, por la sobreabundancia de supervisores.