Rebelión de los zulúes, sur de África, 1879. Cetshwayo, último rey zulú. Durante la primera mitad del siglo XIX, los zulúes dominaban buena parte del sur de África. En 1854, los bóers instalados en la región KwaZulu-Natal obtuvieron del rey zulú Mpande la propiedad de la zona, proclamando la nueva República de Natal. En 1856, Cetshwayo (hijo de Mpande) comenzó a eliminar a sus hermanos para asegurar su ascenso al trono, por lo que uno de ellos, Umtonga, se refugió entre los bóers de Utrecht. Tras varias negociaciones, Umtonga fue entregado con condiciones: que se respetase su vida y el control de de las tierras comprendidas entre Rorke's Drift y Pongola. Poco después se unieron con los trekboers en el Transvaal. En 1865 Umtonga se fugó de nuevo, y Cetshwayo denunció el pacto y exigió la devolución de tierras. La tensión creció, y los bóers se armaron. Cuando en 1873 murió Mpande, Cetshwayo ímplantó una política armamentista equipando a su ejército con armas de fuego. En 1878 una comisión intentó negociar las fronteras, exigiendo a los zulúes que protegiesen a los colonos o los indemnizasen si se iban, a lo que Cetshwayo se negó. Sin conocimiento del gobierno británico, el Alto Comisionado Frere comenzó una serie de acciones destinadas a alimentar la tensión en la frontera, y terminó enviando un ultimatum el 11 de diciembre de 1878, que provocó la declaración de guerra el 11 de enero de 1879. Batalla de Isandhlwana. En 1879 el general Frederick Augustus Thesiger invadió desde tres puntos el reino Zulú, sin autorización del gobierno británico, dirigiéndose a Ulundi la capital. El primer encuentro entre los dos ejércitos fue la batalla de Isandhlwana, en la que la retaguardia inglesa fue masacrada, suponiendo la primera derrota de los británicos en África. El ejército inglés, bajo el mando de Pearson, se atrincheró en Eshowe, donde sufrió un largo asedio hasta ser salvado por Lord Chelmsford después de la batalla de Gingindlovu. Tropas al mando de sir Evelyn Wood atacaron Hlobane, pero el ejército zulú las dispersó. Además de la pérdida del contingente africano (que desertó) hubo 100 muertos entre los 400 europeos contratados. Al día siguiente, 25.000 guerreros zulúes atacaron un campamento con 2.068 hombres en Kambula, que resistió cinco horas hasta que los zulúes se retiraron. Resultó ser una batalla decisiva. Derrota zulú A pesar de sus éxitos en Kambula, Gingindlovu y Eshowe, los británicos no habían avanzado. Chelmsford deseaba infligir una derrota total a las fuerzas de Cetshwayo antes de se relevado del mando, por lo que relanzó la invasión en junio con nuevas fuerzas.Cetshwayo, sabiendo que el ejército británico ahora reforzado sería un opositor formidable, procuró negociar un tratado de paz. Chelmsford no quería negociaciones y avanzó tan rápidamente como podía hacia el kraal real de Ulundi, proponiéndose destruir el ejército principal Zulú. El 4 de julio los ejércitos se encontraron en la batalla de Ulundi, y las fuerzas de Cetshwayo fueron derrotadas.