Universidad Pontificia Bolivariana Biblioteca Central Club de lectura “Letras al oído” Análisis del libro: Ensayo sobre la ceguera Autor: José Saramago Por: Elizabeth Aristizábal Zapata Agosto de 2015 Contenido 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Apreciaciones generales de la obra Primeros síntomas de una epidemia De la ciudad al manicomio La ilegitimidad del Estado: los actores del miedo De regreso a casa: caída de la civilización Volver a “ver” ¿Una segunda oportunidad? Referencias bibliográficas Dejadlos, son ciegos guías de ciegos, y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. Mateo 15: 14 “Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos” Anthony de Saint Exúpery “Quizá nosotros no seamos más que una hipótesis de humanidad” José Saramago 1. Apreciaciones generales de la obra. Es el pensamiento de los griegos donde el antagonismo entre la vista y la ceguera se hace evidente y empieza a desarrollarse con mayor intensidad esta dualidad. Así se equipara al sentido de la vista como la fuente por excelencia del conocimiento y de la realidad que nos rodea. La vista da origen, forma y coherencia a nuestra manera de entender, comprender y organizar el mundo, mientras que la ceguera, es decir, la incapacidad de ver, es representada no solo como la negación de las cosas materiales y tangibles que únicamente se pueden aprehender por medio de la vista, sino también como la pérdida de algo esencial que nos permite ser definidos como humanos (Fonseca, 2008). Ensayo sobre la ceguera, es un tributo a nuestros sentidos, gracias a él, vemos, oímos, palpamos, saboreamos y olemos. En una primera lectura, el lector se encuentra frente al horror, el caos y la miseria humana; habrá quienes incluso, decidan no continuar con el relato, pero es tal vez, la crudeza con la que está escrito y la prosa casi hablada, que hace que en muchos de sus postulados, los ojos del lector se detengan y se pierdan en el espacio reflexionando y divagando sobre eso que bien o mal llamamos “condición humana”. De la mano de Saramago, viajamos de la ciudad al manicomio y retornamos a la urbe, hallando entre otras cosas, una pregunta por el Ser y el Tener en un mundo que producto de la exaltación de la razón ha desplazado, negado y marginado otras formas de ver y de comprender la realidad. La propuesta que finalmente nos hace el Nobel es la de “VER” con los ojos de la sensibilidad y la intuición, tan bien representados en el personaje de la mujer del médico. Otro de los asuntos importantes de la obra, tiene que ver con la identidad, nótese que al respecto, ninguno de los personajes tiene nombre, se presentan mediante algunos referentes que obedecen a la profesión, al rol o simplemente a una característica física, como “el médico”, “la mujer del médico”, “la chica de gafas oscuras”, “el niño estrábico”, “el viejo con la venda negra en un ojo”, etc. Este solo hecho, nos indica que poco importa un nombre que nos define, en un mundo que se encuentra en decadencia y que lo único que interesa es sobrevivir- a pesar de la inmundicia, el asesinato, la abyección y la traición-. Cargada de una buena dosis filosófica y literaria, Ensayo sobre la ceguera, es a mi modo de ver, una distopía que pone de relieve el lado oscuro de lo humano, a partir de un leimotiv: “la ceguera”, sinónimo de “sin razón” – “falto de conocimiento” “el que no sabe, es como el que no ve”, de ahí que el autor comparara al ciego con el loco y al lugar de confinación con un manicomio, sin embargo, un rayo de luz se deja ver ocasionalmente en la obra, la compasión, el perdón, la solidaridad y el liderazgo no impositivo. 2. Primeros síntomas de una epidemia Se desconocen las causas por las cuales cada personaje de la obra va quedándose ciego hasta convertirse en una real epidemia. De esta manera, Saramago nos presenta un grupo de seres humanos carentes de nombre, caracterizados físicamente, lo cual no permite que el lector se pierda y que los personajes cobren identidad universal al despojarlos de un nombre que en el mundo de los ciegos no sirve de nada. Por otro lado, la utilización de los colores para definir algunos aspectos de la obra reafirma el intento del autor por criticar la sociedad actual; la ceguera por ejemplo, es toda blanca, un mar de leche que denota inocencia, “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”, gente cegada por la realidad, realidad que ha sido alimentada principalmente a través del sentido de la vista. Los ciegos están faltos de conocimiento, el “mar de leche” es una alusión metafórica de la inocencia, de un estado puro del hombre que teniendo ojos no ve… como un niño que únicamente conoce el mundo a través de los sentidos. Desde otra perspectiva, nos encontramos frente a un dilema ético cuando el “buen samaritano” que gentilmente auxilia al primer ciego, termina siendo un lobo disfrazado de oveja, pues roba el vehículo al segundo y comienza un proceso psíquico que podría definirse en tres etapas: 1. Conciencia, darse cuenta de que robó a un ciego, 2. Arrepentimiento, piensa en las posibles formas de devolver el auto sin hacer evidente el robo y 3. El miedo, ese temor paralizante de que lo capture un policía y le aplique todo el peso de la ley. Con respecto a esta situación, Saramago nos plantea una posible esperanza cuando argumenta que el ciego pudo despertar en el ladrón un sentimiento de compasión si lo hubiese dejado permanecer mucho más tiempo dentro del apartamento hasta que su esposa finalmente llegara. Pero, ¿a qué se debe la ceguera?, científicamente el oftalmólogo busca dar explicación a un síntoma que rompe con cualquier evidencia médica, quedarse ciego en una total y completa albura, contrario a una ceguera biológica que es básicamente negra y oscura. El médico atribuye rápidamente un diagnóstico al ciego, cree que se debe a una agnosis –incapacidad para ver- o a una amaurosis – tiniebla total sin afectación del ojo- sin embargo, ninguna de las dos conjeturas parece coincidir con el Mal blanco (término acuñado posteriormente por un funcionario del Ministerio de salud). Finalmente, no es producto de la casualidad que en la obra, los personajes carezcan del sentido de la vista y no de otro, ya que es a través del ojo por donde generalmente aprehendemos el mundo, ya lo dijo Aristóteles “la vista es la fuente primordial del conocimiento, vínculo directo entre estar en el mundo y el distinguir y pensar el mundo en relación con uno mismo”; Los colores, las texturas, los paisajes y las formas, nacen pues, de este sentido. El tema central de la obra versa sobre una evidente “crítica a la manera errónea como el ser humano entiende y controla el mundo desde la razón (cuyo uso excesivo nos impide desarrollarnos como individuos y como especie)” (Fonseca, 2008). 3. De la ciudad al manicomio Ante una inminente epidemia, el gobierno decide aislar a los ciegos y a los posibles infectados. Los primeros que enclaustran son al médico y a su esposa, quien demuestra un gran altruismo al recocer falsamente que también está ciega. Al llegar al manicomio, algunos soldados ofrecen a los recién llegados una cuerda para que se guíen por el lugar, mientras que al segundo grupo de ciegos no los guía más que su dolor. Sin importar la procedencia de los ciegos son confinados en un manicomio (metáfora de lugar para albergar locos-ciegos), al respecto Saramago establece una analogía entre el ciego y el loco, ya que el ciego al no ver, es un ser aislado de toda posibilidad de aprehensión del mundo, una especie de loco que hay que apartar de la sociedad. Una vez dentro del manicomio vuelve a manifestarse el color, para describir las camas, las mantas, las sábanas y las colchas, el autor propone el gris. Ni se está cuerdo, ni se está loco…se está ciego, el gris como el color neutro que define lo indefinible; por otro lado, la confinación a la que se encuentran expuestos los ciegos se da bajo parámetros claramente establecidos por el gobierno, esto es, instrucciones bajo las cuales estarán sometidos y que resaltan el valor impositivo del gobierno. Solo una cosa une a todos los ciegos, se encuentran en igualdad de condiciones. La disputa entre dos bandos de ciegos por conseguir comida, termina por anteponer el mal sobre el bien, los unos roban las pertenencias a los otros y luego al no haber ya riqueza alguna que conseguir, abusan de las mujeres hasta matarlas. Al respecto, solo la mujer del médico pone punto final a través del asesinato del cabecilla de los ladrones. “Y cuándo es necesario matar, se preguntó a si misma…es necesario matar cuando esta muerto lo que aún está vivo” Es tal el grado de abyección que la dignidad representa en este caso el último halo de vida que fue arrebatado por el abusador. Al final después de que las mujeres de varios ciegos perdieran hasta la dignidad, una mujer anónima prende fuego al manicomio, dándose muerte a si misma y libertando a aquellos que lograron sobrevivir en condiciones de hambruna, miseria, podredumbre, carroña y salvajismo. 4. La ilegitimidad del Estado: los actores del miedo Ante la problemática de la ceguera, vemos como el gobierno opera impositivamente, valiéndose del recurso del mandato como único canal de comunicación entre los ciegos y el mundo exterior. En este sentido, el gobierno, una forma de organización social actúa desde afuera, dejando que en el manicomio emerjan fuerzas hostiles incontrolables. Mucho de parecido encontramos entre lo relatado en el manicomio, en tanto la lucha por la sobrevivencia como la abyección a la que son sometidos los ciegos por otros ciegos carentes de códigos morales y éticos. Muchas imágenes circundan en el relato que parecen ser más bien retratos de los campos de concentración nazi donde se agolpaban en el piso montañas de cuerpos inertes, fusilados por uno o varios soldados, producto de otra ceguera: el miedo a la otredad. 5. De regreso a casa: caída de la civilización Toda la obra pareciera ser una parábola de la sociedad moderna, comandada por la razón que excluye o aniquila cualquier otra forma de ver y sentir el mundo. El libro representa un viaje de ciegos que van adquiriendo experiencia y nuevo conocimiento. Estamos ante la caída de una civilización, ante la ausencia de lo divino-representado en los ojos vendados de los bustos religiosos- y la obsolesencia de la autoridad civil –El manicomio sin vigilancia-. Sólo una luz parece brillar al final del túnel, es la esperanza representada en la mujer del médico, un personaje heroico, que flaquea y sin embargo logra guiar en condiciones inimaginables a un grupo de ciegos hasta un nuevo despertar: la posibilidad de abrir nuevamente los ojos. Un fiel retrato de nuestros tiempos es sin lugar a dudas el siguiente texto que nos expone José Saramago en la página 238 y que lastimosamente no es ficción: “El tiempo se está acabando, la podredumbre se amontona, las enfermedades encuentran puertas abiertas, el agua se agota, la comida se ha convertido en veneno”. 6. Volver a “ver” ¿Una segunda oportunidad? Todo lo que acontece y se relata en Ensayo sobre la ceguera obedece a una postura crítica frente a la sociedad moderna, desde una propuesta cimentada en la sensibilidad y la intuición femenina, dos elementos inherentes a la mujer y tan bien representados en la esposa del médico, no es por tanto gratuito que la heroína de la novela sea una mujer compasiva, comprensiva, inteligente, altruista, pero sobre todo sensible. Ella misma es una alegoría de la resiliencia, la responsabilidad, la compasión y el perdón, valores que han sido excluidos en una sociedad dominada por el machismo y la razón. Podemos intuir (según cuartas), que la mujer del médico-ciego, se salva del contagio de la ceguera porque goza de una virtud que ningún otro de los personajes demuestra: la compasión y la solidaridad frente a los otros. La mujer del médico por tanto, no es la única que realiza un acto heroico, la chica de las gafas oscuras se convierte en la madre sustituta del niño y la chica anónima prende fuego al manicomio aún a riesgo de perder su vida, son todos estos, osados actos en bien de la humanidad. Finalmente, “esta ceguera, es la consecuencia de la incapacidad del ser humano de ver el derrumbe de un proyecto de civilización, que más que acercarlo al progreso o a la perfección, lo ha llevado hacia la deshumanización” (Fonseca, 2008). 7. Referencias bibliográficas Fonseca, M.A. (2008). La ceguera como motivo en Ensayo sobre la ceguera de José Saramago e informe sobre ciegos de Ernesto Sábato (Tesis de doctorado). Universidad Autónoma de Barcelona. Recuperada de: http://ddd.uab.cat/record/44942 Espinel Torres, L. (Diciembre, 2013). Ensayo sobre la ceguera de José Saramago: representaciones Sociales en la sociedad moderna. V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social. Universidad de la laguna, España. Recuperado de: http://www.revistalatinacs.org/13SLCS/2013_actas.html