Unidad Popular rechaza el proyecto kirchnerista para prohibir y reprimir las manifestaciones públicas En el comienzo del segundo semestre de actividad en el Congreso Nacional el Frente para la Victoria avanza con su proyecto para prohibir y legitimar la represión a las manifestaciones públicas. Breve análisis del proyecto.1.- De protestas legítimas o ilegítimas a pacíficas o violentas. El artículo 1 establece el ámbito de aplicación de la ley: las manifestaciones y protestas sociales pacíficas. La utilización de la palabra “pacífica” es un hecho problemático y peligroso. El nuevo proyecto cambió la categoría de “protestas legítimas e ilegítimas” (que generó una catarata de críticas) por la de “protestas pacíficas o no pacíficas”. Esta nueva categoría de “protestas pacíficas” crea un primer filtro que permite a las fuerzas de seguridad decidir cuándo se está presente ante una protesta pacífica y cuando no. En definitiva es la misma idea y tiene el mismo efecto que la potestad que daba el proyecto de los diputados Pedrini y Kunkel al Ministerio de Seguridad para declarar cuándo una protesta es legítima o ilegítima. Ya no serán legítimas o ilegítimas, ahora serán pacíficas o violentas. Cambian los términos pero se mantiene la idea de darle el poder a las fuerzas de seguridad de decidir si reprimen o no las manifestaciones públicas. Los mismos problemas que generaba la categorización de legítimas o ilegítimas existen con la categoría de pacífica: ¿Quién y cómo se determina que una manifestación es pacífica? No está de más recordar que la policía, muchos fiscales y jueces interpretan que el hecho de que los obreros permanezcan dentro de la fábrica haciendo huelga es una usurpación del inmueble cometida mediante violencia (en la causa penal seguida contra los trabajadores de Kraft por la huelga del 2009). Jueces, fiscales y policías consideran violentos los cortes de calle, los cordones de seguridad de las organizaciones sociales, toman como “elemento contundente” las maderas que se utilizan para el armado de banderas, ni que hablar cuando se hace una manifestación dentro de un edificio público. El proyecto determina que si la protesta es pacífica se aplica la ley, si no es pacífica las fuerzas de seguridad deben reprimir la manifestación de protesta. 2.- Los requisitos que debe cumplir la manifestación o protesta “pacífica”. Ahora bien, una vez que las fuerzas de seguridad deciden que una manifestación es pacífica, la misma debe cumplir una serie de requisitos para no ser inmediatamente reprimida, a saber: 1) No debe afectar el funcionamiento de servicios públicos, especialmente los relativos a la educación, la seguridad y la salud pública. 2) Debe dejar la mitad de los carriles libres. 3) Debe levantar la protesta si se afecta la libre circulación de grupos especialmente vulnerables, como niños, adultos mayores, discapacitados y enfermos, entre otros. 4) No debe cometer delitos, ni acciones de sabotaje o aquellas que generen desabastecimiento en materia de salud, alimentos o insumos vitales. Con el primer inciso se pretende cercenar el derecho de huelga de los trabajadores de los “servicios públicos”, ampliando el concepto de servicios esenciales a educación, seguridad y salud. O casualidad los sectores que han salido a la lucha en los últimos meses. Prohíbe que se realicen manifestaciones sobre calles, avenidas, autopistas o rutas, ya que obliga a que la mitad de los carriles deben quedar libres (sin importar si se trata de única mano o la cantidad de personas que participan, ni que violación de derechos estén sufriendo), llegando al extremo de prohibir cualquier tipo de hecho que entorpezca la circulación de niños, adultos mayores, discapacitados, enfermos, entre otros. O sea que si hay un adulto mayor, o un niño en un automóvil que pretende circular donde hay una manifestación “pacífica”, la manifestación ya no puede tener lugar, porque debe garantizarse la libre circulación de éstos (incs. 2 y 3). Por último la ley establece que “la protesta o manifestación social pacífica respetará: 4° La no comisión de delitos”. Lo primero que cabe mencionar es que ¿“la protesta o manifestación” no puede cometer un delito?, los delitos los cometen las personas. Ahora bien, superada la deficiente técnica legislativa, tampoco se entiende que quiere decir: ¿ninguna persona que participa de una protesta debe cometer un delito? ¿El hecho que una persona cometa un delito hace que toda la protesta o manifestación sea ilegal o violenta? Por último, cabe mencionar que para el máximo funcionario del Ministerio de Seguridad (Teniente Coronel Berni), muchos jueces, fiscales y miembros de las fuerzas de seguridad son delitos, el corte de una calle o una ruta, la ocupación de un edificio público, hacer huelga permaneciendo en sus lugares de trabajo, que los pueblos originarios vivan en sus tierras ancestrales, etc. De esta manera el proyecto establece requisitos que ninguna protesta ni manifestación de la Argentina cumple ni podrá cumplir. El establecimiento de estos requisitos de imposible cumplimiento está al servicio de dar un elemento que pueda ser manipulado por las autoridades para legitimar la represión de las protestas o manifestaciones “pacíficas”. 3.- La mediación como paso previo a la represión.- Se prevé la creación de una “Comisión de Mediación para Protestas o Manifestaciones Sociales Pacificas, que funcionará en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y se integrará con representantes de los Ministerios que disponga el Poder Ejecutivo Nacional” (art. 5). Miembros de esta Comisión de Mediación intervendrá en todos las manifestaciones o protestas (art. 6) a fin de coordinar una reunión entre los manifestantes y la agencia estatal o entes privados involucrados, debiendo el Mediador acordar la agenda de esta reunión. Una vez concluida la mediación debe labrarse un acta “que contendrá: a.) la fecha, hora y lugar de celebración, b) los nombres de las partes intervinientes, domicilios constituidos, números telefónicos y direcciones de correo electrónico que aseguren una comunicación fluida, c) el objeto y fin de la protesta, d) una descripción sucinta de los temas tratados, posiciones sostenidas y acuerdos celebrados.” También se prevé que la realización de la manifestación o protesta se pueda comunicar previamente a esta Comisión de Mediación debiendo informar: lugar de realización, objeto e identidad del o los manifestantes delegados (art. 9). La instancia de mediación es obligatoria en caso de manifestaciones “pacíficas” (arts. 6 y 8). El proyecto prevé que la manifestación será reprimida una vez fracasada la mediación (art. 10 inc. 2). El objetivo de la “mediación” es que los manifestantes dejen de manifestar y que acepten como fin de su manifestación que se les conceda una entrevista con algún funcionario del ente estatal que se trate. Si la entrevista es con un funcionario de quinto nivel y no se consigue ningún resultado o solución, no importa. O sea que para el proyecto las manifestaciones y protestas tienen como único fin lícito solicitar entrevistas con funcionarios del Estado o entes privados y no la de lograr soluciones para los gravísimos problemas que sufre la población. Tampoco sería lícita una movilización o protesta que no esté dirigida a un ente estatal en particular. Por ejemplo en las reuniones de asesores que trabajó en el consenso de este proyecto se dio como ejemplo de una movilización ilegítima a una marcha contra la impunidad. Cabe hacerse una pregunta: ¿En las marchas del 24 de marzo nos van a intimar a dejar de marchar, elegir delegados y aceptar una reunión con un funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos? La obligación de que los manifestantes tengan delegado para la mediación demuestra dos cosas: 1.) el absoluto desconocimiento de como es una manifestación (¿van a exigir a los vecinos que les cortan la luz que elijan un delegado para reunirse con la empresa de electricidad?), y 2.) la concepción policial y represiva del proyecto quien pretende “negociar” con una persona que debe “dar la cara” por cientos o miles de personas y quedar sujeta al accionar del estado en su contra (hay 5000 procesados por manifestarse). Asimismo la mediación está prevista como un paso que puede conducir a dos lugares: 1.) una reunión con un funcionario, 2.) una represión policial. Se prevé a la mediación como un paso previo que una vez “fracasada” por la “intransigencia” de las manifestantes de vía libre a la represión policial. 4.- La reglamentación de la represión.Para que no queden dudas respecto de la finalidad de la iniciativa, el proyecto reglamenta (en dos artículos y en un anexo de 21 puntos) como debe ser la represión contra las manifestaciones y protestas. Luego de los artículos de mediación, se establece que la represión será: 1.) “Progresiva”, respetando la instancia de mediación y sólo después reprimiendo de menor a mayor. 2.) Oportuna, hasta tanto se termine la manifestación o protesta. 3.) Sin armas de fuego, pudiendo utilizar todo otro tipo de elementos o armas. 5.- El chantaje: la amnistía que no cierra las causas de criminalización de la protesta. El proyecto prevé en su artículo 13: “Declarase la amnistía de los delitos cometidos en el marco de protestas, movilizaciones y reivindicaciones sociales, gremiales y políticas hasta la sanción de la presente ley. Se excluyen los delitos de homicidio, lesiones graves y cualquier otro que implique el ejercicio directo de violencia física sobre las personas.” Con la incorporación de este artículo se pretende dar un barniz de izquierda o progresista a un proyecto claramente de derecha, y lograr el aval de los organismos de derechos humanos, así como de sectores y diputados de izquierda y centroizquierda. Se nos pide a cambio que avalemos la prohibición de manifestarse y protestar en nuestro país, así como la represión contra nuestro pueblo cuando salga a luchar, a cambio del cierre de algunas de las miles de causas abiertas en el marco de la política de criminalizar la protesta social. Por otra parte, la amnistía proyectada con las exclusiones que prevé deja a miles de causas de criminalización sin cerrar. No cierra la causa armada contra los trabajadores de Las Heras, ni cualquier otra causa donde se acuse al compañero procesado por coacción, atentado y resistencia y tantos otros delitos que suponen la existencia de violencia sobre las personas. No aceptamos el chantaje. Frente a la política nacional de criminalizar y reprimir la protesta social se impone la decisión de no reprimir y sancionar la ley contra la criminalización de la protesta social que fue propuesta por Liberpueblo, la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Cadep, Ceprodh y otros organismos de derechos humanos que integramos el Encuentro Memoria Verdad y Justicia y su objeto es disponer el cierre de todas las causas penales, laborales y/o disciplinarias iniciadas por participar en protestas, manifestaciones, y/o cualquier otra forma de lucha.[1] 6.- La respuesta del Gobierno Nacional a las manifestaciones es la represión.Las manifestaciones y todo tipo de acciones en el plano social ponen de manifestó la existencia de conflictos en los cuales hay una demanda por la vigencia o ampliación de derechos populares y una necesidad de respuesta a esa demanda. Este proyecto lejos de abordar el conflicto cosifica la manifestación (la protesta), la vacía de contenidos y le da una respuesta unívoca y represiva. En lugar de encarar los términos del conflicto lo anula como tal y da como única respuesta el cese o la represión de la manifestación. De esta forma elimina uno de los términos de la contracción que es la justa demanda en defensa de derechos. La respuesta que el Gobierno da a la protesta social oculta, al menos, tres cosas: a.) La legitimidad de los reclamos. b.) La legitimidad de manifestarse en la escena pública en defensa de esos derechos. c.) La responsabilidad del Estado en la resolución de los problemas sociales que se expresan a través de la manifestación en la escena pública. 7.- El derecho a la protesta es el primer derecho de una sociedad democrática.El ciudadano ha delegado en el Estado la toma de decisiones, el control de los recursos económicos, el uso de la violencia otorgando el monopolio de la fuerza en el Estado. Ante estas delegaciones lo mínimo que el pueblo puede hacer es preservar su derecho de criticar a aquellos en los que hemos delegado todo. Mucho de lo más importante de nuestras vidas está en manos de otros. Por eso es tan importante reclamar el derecho a la protesta como un derecho esencial. La protesta es el ejercicio directo por parte de la población del derecho más básico en sociedad: exponer su situación, pedir la solidaridad del resto y exigir respuestas al Estado. El derecho a la protesta es uno de los pilares fundacionales del constitucionalismo y de la defensa de la democracia. La protesta es una forma de libertad de expresión (Art. 14 y 32 CN), además de una forma de peticionar ante las autoridades (Art. 14 CN), una de las formas del derecho a reunirse, asociarse y actuar en la arena política dentro y fuera de los partidos políticos (Art. 37, 75 inciso 19, CN), conectado a derechos a resistencia y desobediencia civil (Art. 36 CN), una forma de participación política que proyecta a la democracia más allá del voto y de un sistema institucional que usualmente es incapaz de procesar sus reclamos y se cierra corporativamente (Art. 22 CN). Todas estas facetas se refuerzan con el catálogo de derechos incorporados por los tratados de derechos humanos (Art. 75 inciso 22 y ss, CN). Los derechos se conquistan y se defienden con lucha y movilización del pueblo. Ningún derecho de los que hoy formalmente se encuentran reconocidos fue “otorgado” por el poder. Por el contrario, todos y cada uno de ellos fue arrancado al poder luego de durísimas luchas. Basta recordar la conquista de las 8 horas de trabajo, el voto secreto y universal, la lucha contra la dictadura genocida, por sólo citar tres ejemplos. La protesta es la base para la preservación de los demás derechos. En el núcleo esencial de los derechos de la democracia está el derecho a protestar, el derecho a criticar al poder público y privado. No hay democracia sin protesta, sin posibilidad de disentir, de expresar las demandas en las calles en conjunto con el resto de la sociedad. 8.- Un dispositivo que articula control social con vigilancia y represión. Este y el resto de los proyectos para “regular” la protesta se dan en el marco de: 1. La implementación del sistema SIBIOS (Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad) que genera una base de datos donde nuestros datos biométricos y sensibles dan a las fuerzas de inteligencia y seguridad una poderosa herramienta al servicio de la represión de los que luchan (para profundizar ver “Sonríe…”). 2. Las tareas de inteligencia ilegal llevadas a cabo sobre militantes y organizaciones populares (expuestas a la luz a través del Proyecto X), 3. La sanción de la Ley Antiterrorista, 4. La criminalización de la protesta social (que tiene como saldo más de 5000 personas procesadas por participar en manifestaciones o actos de protesta). 5. La designación del genocida Milani al frente de las FFAA. 6. La pretensión de utilizar a las FFAA en tareas de seguridad interna. 7. La negativa a abrir la totalidad de los archivos de la dictadura. 8. La condena a prisión de personas por participar en manifestaciones (los 6 vecinos de Corral de Bustos, los trabajadores de Las Heras, Esteche y Lescano, y Néstor Marcolín trabajador de la línea 60). 9. El asesinato de 29 personas en ocasión o por motivos de protesta social desde el año 2003 a la fecha. Desde el año 2010 hubo 24 asesinatos. 10. Las desapariciones que continúan impunes de Julio López, Luciano Arruga y Daniel Solano (por sólo mencionar los 3 casos más conocidos), 11. La profundización de la represión a los trabajadores en las últimas semanas (Emfer-Tatsa-Lear). Los hechos mencionados se encuentran íntimamente relacionados y son parte de una política general deliberada contra el campo popular, configurando gravísimas violaciones a los derechos humanos del pueblo argentino. Estos hechos que se presentan ante las grandes masas como desconectados, implican un deslizamiento hacia una sociedad vigilada, donde el control social de la población sea algo normal y donde la represión se encuentre legitimada. Tres aspectos del entramado que va configurando un dispositivo que tienen efectos concretos en el presente (procesados, recolección de información de inteligencia sobre militantes, presos, condenados, asesinados, etc.) y comprometen el futuro democrático del país. Todo este andamiaje es el instrumento necesario para la implementación de una política que nada tiene de defensa de lo nacional y popular y que tiene como objetivo que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo. 9.-DEBEMOS FRENAR EL AVANCE SOBRE LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS La protesta social es el primero de los derechos de los pueblos: sin lucha social ni movilización popular no hay posibilidad alguna de conquistar el acceso a los derechos formalmente proclamados, defender los amenazados o conquistar nuevos derechos. La historia nos ha enseñado que ninguna Ley es garantía suficiente para el respeto de los derechos humanos; solo el pueblo movilizado puede garantizarlo. Estos proyectos de “regulación de la protesta” son contrarios a los derechos humanos e intereses de nuestro pueblo, que quiere avanzar hacia un país verdaderamente libre, igualitario y justo. La libertad por la que no se lucha se pierde. Por eso debemos enfrentar estos proyectos derechistas que pretenden imponer la criminalización, la represión y el silencio a quienes quieren manifestarse. Porque no permitimos que nos prohíban manifestarnos y protestar contra los atropellos del Poder, exigimos que se rechacen los proyectos “anti-manifestación”, se sancione la Ley contra la Criminalización de la Protesta Social y cese de inmediato la represión a los que luchan. Claudio Lozano Pte. Bloque Víctor De Gennaro Antonio Riestra Diputado Nacional Diputado Nacional [1] “ARTÍCULO 2°. Se dispone la extinción de la pena y/o la acción penal en todas las causas judiciales contra personas imputadas a raíz de su participación en hechos ocurridos con motivo y finalidad de reivindicación social, de derechos humanos, económica, política, laboral, sindical, gremial, cultural, estudiantil, ambiental, de usuarios, de derechos de los pueblos originarios, de salud, de educación, de justicia, de género e identidad sexual a las que se les impute una figura penal, cualquiera sea el bien jurídico lesionado y el modo de comisión.”