LATIN -I- TEMA 1

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LATIN -I-
TEMA 1
DII
ROMANI
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La Fontana de Trevi
A lo largo de los siglos, la mitología romana extrae y adapta para sí concepciones religiosas y culturales de los países de la
cuenca mediterránea: en primer lugar de Grecia, pero también de Egipto, Frigia o Siria. Pero la mitología romana no
posee la riqueza intelectual y poética de la mitología griega, por ejemplo.
Y es que aunque los romanos son un pueblo profundamente religioso, sus dioses son, ante todo, los dioses útiles y se
espera de ellos ACCIÓN Y EFICACIA. Así encontramos dioses cómo Fontus (o Fons), dios de las fuentes y manantiales,
Flora, diosa de los árboles, Pomona, que vela sobre los frutos, o incluso Fides, personificación de la palabra dada.
Se adora a dioses como Faunus, un antiguo dios protector de los rebaños y de los pastores, o Terminus, guardián de los
límites de los campos. Los dioses más venerados son los protectores de la casa y de la familia, los Lares (espíritus de los
antepasados), y los Penates, guardianes del hogar, para los que cada vivienda reserva un sitio. Un gran número de fiestas
y de sacrificios son dedicados durante el año a todas estas divinidades.
Los romanos se consideran los humanos más piadosos y es por eso que son ayudados por los dioses. Los romanos
también invitan a los dioses de los adversarios vencidos a acudir a Roma para ser honrados correctamente. Así, los dioses
de los vencidos dejan a estos últimos, que perderán toda protección, y se pondrán del lado de los romanos, para ayudarle
aún más a ellos.
LA RELIGION ROMANA
La religión romana es una religión politeísta, emparentada con la religión griega antigua. Estudiando la misma historia de
la nación romana, podemos apreciar y entender sus fundamentos: el primer rey, Romulo, se concentra sobre el arte
militar y hace de Roma una verdadera potencia.
El segundo rey, Numa, ofrece a los Romanos una nueva fuerza: la de luchar por una buena causa, los dioses...
Los romanos creen en un cierto número de potencias divinas: los dioses. La potencia de los dioses inquieta, por lo que los
romanos intentan vivir en buena armonía con ellos, reconociendo su superioridad, y rindiéndoles culto a través de los
ritos. Podríamos decir que la religión es un acto "diplomático" con los dioses: se busca la paz de los dioses.
La finalidad del culto no es ni personal ni del más allá, sino que es colectiva y terrestre. Por tanto, la religión es el
conjunto de las prácticas rituales cívicas que buscan el bienestar de la ciudad.
El “Pax Deorum”, fundamento de la religión
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“Pax Deorum” significa la paz de los dioses. Con esta traducción ya podemos intuir de qué se trata y en que se basa, pero
vamos a intentar explicarlo un poco más, para que a todos nos quede del todo claro.
Incluso en el momento de la fundación de la ciudad por Romulo, se piensa que los dioses han dado su acuerdo a esa
decisión y han trasmitido buenos presagios sobre la misma. Este acuerdo no es sólo un apoyo de los dioses, sino que los
romanos veían más allá: Este acuerdo significa que los dioses le son favorables a Roma y que, por tanto, los romanos
están en paz con los dioses. Esto les asegura protección eterna.
Este favor y este soporte de los dioses son esencial y, por tanto, es importante mantenerlo. Los dioses al estar del lado de
Roma, ayudarán constantemente a los romanos. Así, todo acontecimiento desfavorable para la ciudad de Roma, se
pensaba que era consecuencia de una ofensa hecha a los dioses y que convenía reparar lo antes posible.
El sacrificio es el rito más importante porque permite mantener el "Pax Deorum" reconociendo la superioridad de los
dioses a través de un voto. Es practicado por un magistrado o por un padre de familia para la religión doméstica. EL
ATEÍSMO NO EXISTE. Los ciudadanos no tienen el derecho de devolver culto al dios público sin ser convocado.
Divinidades romanas
En contraste con la escasez del material narrativo sobre los dioses, los romanos tenían una rica galeria de leyendas sobre
la fundación y primera expansión de su propia ciudad. Además de estas tradiciones de origen mayoritariamente local se
añadió el material procedente de las leyendas heroicas que heredaron de los griegos en una época temprana, haciendo
por ejemplo a Eneas antepasado de Rómulo y Remo.
La Eneida y los primeros libros de Livio son las mejores fuentes exhaustivas para esta mitología humana.
Las prácticas rituales romanas de los sacerdotes oficiales distinguían claramente dos clases de dioses: los di indigetes y
los di novensides o novensiles.
Dioses nativos romanos e itálicos
Los indigetes eran los dioses originales del estado romano, y su nombre y naturaleza están indicados por los títulos de los
sacerdotes más antiguos y por las fiestas fijas del calendario.
Los novensides eran divinidades posteriores cuyos cultos fueron introducidos en la ciudad en el periodo histórico,
normalmente en una fecha conocida y como respuesta a una crisis específica o necesidad percibida.
Las divinidades romanas primitivas incluían, además un montón de los llamados dioses especialistas cuyos nombres eran
invocados al realizar diversas actividades, como la cosecha. Los fragmentos de los viejos rituales que acompañaban a
estos actos como el arado o la siembra revelan que en cada parte del proceso se invocaba a una deidad diferente,
estando el nombre de cada una de ellas derivado regularmente del verbo para la operación. Estas divinidades pueden ser
agrupadas bajo el término general de dioses asistentes o auxiliares, que eran invocados junto con la deidades mayores.
Los conceptos que los adoradores tenían de los seres invocados consistían en poco más que sus nombres y funciones, y
el numen o „poder‟ del ser se manifestaba en formas altamente especializadas.
El carácter de los indigetes¡ y sus fiestas muestran que los antiguos romanos no sólo eran miembros de una comunidad
agrícola sino que también estaban orgullosos de luchar y muy involucrados con la guerra. Los dioses representaban
indistintamente las necesidades prácticas de la vida diaria, como las sentía la comunidad romana a la que pertenecían.
Se entregaban escrupulosamente a los ritos y ofrendas que consideraban apropiados.
Así, Jano y Vesta guardaban la puerta y el hogar,
los Lares protegían el campo y la casa,
Pales los pastos,
Saturno la siembra,
Ceres el crecimiento del grano,
Pomona la fruta, y
Consus y Ops la cosecha.
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Incluso el majestuoso Júpiter, rey de los dioses, era honrado por la ayuda que sus lluvias daban a las granjas y
viñedos.
En su más amplio carácter era considerado, a través de su arma de rayos, el director de la actividad humana y, por
su amplio dominio, el protector de los romanos en sus expediciones militares allende las fronteras de su propio país.
Prominentes en la época más antigua fueron los dioses MARTE y QUIRINO, que a menudo se identificaban entre sí. Marte
era un dios de la guerra al que se honraba en marzo y octubre.
Mientras que Quirino fue el patrón de la comunidad militar en tiempos de paz.
A la cabeza del panteón primitivo se encontraba la tríada JÚPITER, MARTE Y QUIRINO (cuyos tres sacerdotes, o flamines,
tenían el mayor rango), y JANO Y VESTA.
Estos dioses antiguos tenían poca individualidad, y sus historias personales carecían de matrimonios y genealogías. A
diferencia de los dioses griegos, no se consideraba que funcionaban de la misma forma que los mortales, y por ello no
existen muchos relatos de sus actividades.
Este culto primitivo está asociado con Numa Pompilio, el segundo rey de Roma, de quien se creía que tuvo como consorte
y consejera a la diosa romana de las fuentes y los partos, Egeria, a quien a menudo se identifica como una ninfa en las
fuentes literarias posteriores. Sin embargo, se añadieron nuevos elementos en una época relativamente temprana.
A la casa real de los Tarquinios se atribuyó en las leyendas el establecimiento de la gran Tríada Capitolina, Júpiter, Juno y
Minerva, que asumió el lugar supremo en la religión romana. Otras adiciones fueron el culto a Diana en el monte Aventino
y la introducción de los Libros Sibilinos, profecías de la historia del mundo que, según la leyenda, fueron compradas por
Tarquinio a finales del siglo IV a. C. a la Sibila de Cumas.
Dioses extranjeros
La absorción de deidades locales vecinas tuvo lugar a medida que el estado romano conquistaba el territorio vecino. Los
romanos solían conceder a los dioses locales del territorio conquistado los mismos honores que a los dioses antiguos que
habían sido considerados propios del estado romano.
En muchas casos las recién adquiridas deidades eran invitadas formalmente a llevar su domicilio a nuevos santuarios en
Roma. En 203 a. C., la figura de culto representativa de Cibeles fue retirada de Pesino (Frigia) y acogida
ceremoniosamente en Roma.
Además, el crecimiento de la ciudad atrajo a extranjeros, a los que se permitía continuar con la adoración a sus propios
dioses. De esta forma llegó Mitra a Roma y su popularidad en las legiones extendió su culto hasta tan lejos como Bretaña.
Además de Cástor y Pólux, los asentamientos conquistados en Italia parecen haber contribuido al panteón romano con
Diana, Minerva, Hércules, Venus y otras deidades de menor rango, algunas de la cuales eran divinidades itálicas,
procediendo otras originalmente de la cultura griega de Magna Grecia. Las deidades romanas importantes fueron
finalmente identificadas con los más antropomórficos dioses y diosas griegos, y asumieron muchos de sus atributos y
mitos.
convirtiendose en LOS DIOSES DEL PANTEÓN ROMANO, ellos fueron:
Urano (Urano): dios de los mares, casado con la tierra, Gea. Padre de Saturno, Antes y Océano.
Gea (Gea): divinidad de la tierra, casada con Urano.
Saturno (Cronos): derroco a su padre Urano, obtuvo el poder del universo, de la bóveda y del tiempo. Se caso con Rea,
devoro a sus hijos Neptuno y Plutón. Fue derrocado por su hijo menor, Júpiter. También era padre de
Vesta. Luego de ser derrotado fue exiliado en el lacio, donde vivió hasta que se forjo propiamente la
primera civilización de hombres hechos de cobre y fierro, a estos les enseño la agricultura.
Rea: titán, esposa de Cronos (Saturno).
Júpiter (Zeus): dios de los dioses, rey de todo el universo. Derroto a Saturno, libero a sus hermanos. Se caso con Metis,
a la cual dio muerte luego de dar a luz a las Moiras y a las Gracias. Luego se caso con Juno y tuvo como
hijos a Marte y Vulcano. Era además el protector de la luz y los rayos. Elegía el destino de los mortales, los
que había creado.
Metis: titán enamorada de Júpiter. Le ayudo en su guerra contra su padre. Era la diosa de la sabiduría. Tuvo como hijas
a Las Gracias y a Las Moiras. Murió asecinada por Júpiter luego de darlas a luz.
Juno (Hera): titán esposa de Júpiter. Muy celosa de todas las amantes de su esposo. Resguardaba a las mujeres y los
niños.
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Océano: deidad sucesora de Urano como gobernare de los mares. Tuvo como hija a Anfitrite.
Anfitrite: hija de Océano, se caso con Neptuno.
Anteo: hijo de Urano, hermano de Saturno. Murió en manos de este.
Vesta (Hestia): diosa virgen, protegía a las familias y mujeres en parto. Hija de Saturno y Rea.
Neptuno (Poseidón): dios de los mares, herencia recibida por su suegro Océano. Era esposo de Anfitrite.
Plutón (Ades): gobernante del inframundo, estaban a sus servicios los demonios y cancerberos.
Cancerberos: demonios con forma de perros de color negro o café oscuro, tenían 3 cabezas y protegían las puertas del
inframundo. Cuidaban que ninguna alma en pena se escapase, estaban al servicio de Plutón.
Presepina (Persefone): hija de Ceres, escapo hacia el inframundo donde se caso con Plutón. Al estar casada con él no
podía regresar al Olimpo (o panteón). Por ellos es que su madre creo el invierno y generosamente Plutón
permitió que Presepina fuera a visitar a Ceres por tres meses, los de verano.
Ceres (Demeter): deidad de la vegetación, el maíz y creadora de las estaciones. Madre de Presepina. Hija adoptiva de
Saturno.
Minerva (Atenas): diosa de la sabiduría, filosofía y los artesanos. Nació de un dolor de cabeza de Júpiter.
Venus (Afrodita): Nacida en una concha en el mar, era la deidad del amor y la belleza. Esposa de Vulcano, pero amante
de Marte. Los marineros eran seducidos por su belleza y las perlas de su cinturón, se cree que ella creo las
sirenas.
Vulcano (Hefestos): hijo de Júpiter y Juno. Era físicamente horripilante, pero estaba casado con la más bella, Venus.
Era el dios de las armas, los metales y luego del fuego también. Cuando nació fue aventado por su madre
al interior del Etna, desde allí gobierna a los volcanes y a los cíclopes, los cuales son sus servidores. Su
culto fue uno de los primeros en instaurarse, data de la época de Numa Pompilo, sus monjes son llamados
Salios.
Marte (Ares): hijo de Júpiter y Juno. Dios de la guerra. Sus monjes también son los Salios. Hermano de Vulcano, era
amante de la esposa de este, es decir, de Venus. Se cree que según la mitología, Romulo y Remo eran
hijos de este. Su culto fue muy difundido en la Tracia, dónde se decía que fue el lugar dónde nació.
Febo (Apolo): hijo de Júpiter y una amante. Hermano gemelo de Diana. Era el dios de los instrumentos, la música, el
sol, la poesía y los profetas.
Diana (Artemisa): reina de los bosques, diosa de la cacería. Conocida también como Luna.
Baco (Dioniso): dios de las uvas, las viñas y el vino. Hijo de Júpiter y una de sus amantes.
Castor y Pólux: gemelos hijos de Júpiter y una de sus amantes. Muy repudiados por Juno, Júpiter los elevo a los cielos,
dónde se convirtieron en géminis y se crearon los otros signos zodiacales para defenderlos. Así se crearon
las estrellas según la mitología romana.
Mercurio (Hermes): hijo de una amante de Júpiter y de este. Era el mensajero de los dioses, dios de los ladrones y
mensajeros.
Las Moiras: Eran tres hermanas, sometidas a la autoridad de Júpiter. Poseían los secretos de la vida con los que Júpiter
había creado a los mortales. Poseen los secretos del hilo y los metales de la vida. La primera Moira, Cloto
teje el hilo de la vida. La segunda Moira, Láquesis, lo devana. La tercera lo corta.
Las Gracias: Hijas de Júpiter, eran tres hermanas, Aglae, Talía y Eufrósine, moraban en el Olimpo. Formaban parte del
séquito de Afrodita, acompañaban a Atenea en sus actividades artísticas y, con las musas, también estaban
presentes en el cortejo de Apolo.
Pero ellos, como ya lo dijimos anteriormente no eran los únicos dioses de Roma, ya que los cultos itálicos siguieron
existiendo, especialmente entre las deidades del hogar, deidades menores y en algunos sectores que no cubría la cultura
helénica.
Entre ellos están:
Fauno: Nieto de Saturno, deidad agreste. Cuida a los bovinos y a los que las cuidan. Poseía el don de la profecía. Según
la leyenda, Fauno era esposo de la ninfa Marsia, y tuvieron por hijo a Latino, el cual es considerado formador de
las tribus "Latinas".
Flora: Diosa itálica de la vegetación, rige la eclosión de las flores en primavera. Era representada con una corona de
flores en la cabeza.
Pamona: Diosa romana de los frutos y los vegetales, su nombre procede probablemente de "pomum", que es manzana o
fruto.
Pale (o Pales): Divinidad romana, protectora de los rebaños, es tanto dios como, por esto es representada como un ser
con dos caras, una de hombre y otra de mujer; los sacerdotes denominaban su culto como "Dualidad Primitiva",
por el hecho de ser muy antigua.
Término: Protector de las señales y lindes de los campos. Los labradores celebran todos los años, el 23 de febrero, las
Terminalia.
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Jano: En latín quiere decir "puerta", por esto es que es la deidad que cuida la entrada entre el mundo terrenal y el
inframundo y la tierra de Júpiter. Además de otros universos paralelos. Se representa con dos caras que miran a
lados opuestos, se le diferencia de Pale porque ambas caras son de un hombre.
Fortuna: Deidad instaurada lo más probable por Servio Tulio. Sus características eran el poder sobre los juegos del azar.
Februs: Antigua deidad agrícola de roma, no se conocen sus atribuciones por completo. En honor a Februs nació el
actual mes de Febrero.
Carmenta: Ninfa de las aguas, se dice que fue ella quién le dijo a Rómulo y Remo el lugar donde se debería fundar una
ciudad, la próximamente Roma (en la cima de Palatino).
Además de estos cultos de la naturaleza y de la cultura romana, había otras deidades dedicadas especialmente a la
familia y las casas de Roma. Las casas romanas, tanto de ricos como de pobres, reverenciaban a los antepasados más
antiguos.
En las "Domus", casa de ricos, en la entrada había un altar dedicado a este. En el caso de las casas "Insulas", la de los
pobres, no era un altar tan glorioso ni tan notorio –tampoco se encontraba a la entrada del hogar-, pero también
reverenciaban al antepasado más antiguo del Gens (denominación que se les da a las primeras 300 familias que
integraron la ciudad de Roma, son considerados los fundadores y de ellos descienden los patricios).
Además de que cada familia adorase a cada antepasado, el Pater Familias era el jefe tanto jurídico, político y social como
religioso de la familia. Tenía el deber de reverenciar a su antepasado, además de los distintos dioses y diosas que
resguardaban el hogar, ya que había dioses para la puerta, para la despensa, para el patio, etc.
Entre estos dioses nombraremos a:
Giano: Protegía los jardines de la casa, además de la plazoleta central de las domus.
Lares: Protector de las habitaciones.
Penado: Protegía al hogar de las almas en pena que vagaban sin rumbo en el mundo terrenal.
Panetes: Protectores de la despensa del hogar
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