J. SALAS-PUIG XXXVIII REUNIÓN ANUAL DE LA SENFC Mioclonías y epilepsia J. Salas-Puig MYOCLONIAS AND EPILEPSY Summary. Introduction. The myoclonias and epilepsies may be closely related as in the so-called myoclonic epilepsies. The myoclonic epilepsies form a heterogeneous group of epilepsies in which myoclonias and myoclonic seizures are the most relevant symptom. Development. Following the classification of epileptic disorders into syndromes, we consider the most relevant electroclinical characteristics of the different epilepsies seen from the first year of life to old age. Regarding the idiopathic focal epilepsies we consider epilepsy with Rolandic paroxysms in which, in some patients, negative myoclonus and a myoclonic variant of reading epilepsy may occur. Negative epilepsy and continuous partial epilepsy are considered with the cryptogenic and symptomatic focal epilepsies. In the idiopathic generalized epilepsies we consider the benign myoclonic epilepsy of infancy and its reflex variant, juvenile myoclonic epilepsy and palpebral myoclonias with absences. In the group of cryptogenic and symptomatic generalized epilepsies we analyze epilepsy with myoclonic absences, myoclonic-static epilepsies, the myoclonic variant of the Lennox-Gastaut syndrome, progressive myoclonic epilepsies, adult familial myoclonic epilepsies and the myoclonic epilepsies of the elderly. Finally, among the unclassified group of epilepsies, we briefly consider severe myoclonic epilepsy of infancy and the myoclonic epilepsies associated with static encephalopathy. [REV NEUROL 2001; 32: 568-73] [http://www.revneurol.com/3206/k060568.pdf] Key words. Myoclonias. Myoclonus. Myoclonic epilepsy. Myoclonic syndromes. INTRODUCCIÓN Las mioclonías y las epilepsias están íntimamente relacionadas en numerosas ocasiones; el ejemplo más práctico de ello es el grupo heterogéneo de las denominadas epilepsias mioclónicas. Las epilepsias mioclónicas constituyen un grupo muy controvertido dentro de la epileptología, debido a que las crisis mioclónicas pueden ocurrir en muchos pacientes epilépticos con diferentes síndromes y pueden aparecer en todas las edades, desde el recién nacido hasta el anciano. Con el fin de simplificar la comprensión, sólo discutiremos en este artículo las epilepsias y síndromes epilépticos que ocurren a partir del primer año de vida y en los cuales las crisis mioclónicas constituyen la única manifestación o una de las principales manifestaciones clínicas. La expresión clínica de las crisis mioclónicas depende de si son focales o generalizadas y de la edad del paciente. Así, en la infancia temprana las crisis mioclónicas generalizadas habitualmente se expresan con una caída de la cabeza o del niño, sin alteración de la conciencia. En el adolescente y el adulto, las crisis mioclónicas generalizadas se expresan generalmente como una sacudida bilateral de las extremidades superiores sin compromiso de la conciencia. En los últimos años ha quedado definitivamente establecido que no se incluya dentro de las epilepsias mioclónicas a los espasmos infantiles, los cuales clínicamente podrían inducir a confusión aunque en realidad no corresponden a mioclonías. De la misma manera, recientemente ha podido estudiarse clínica y neurofisiológicamente un tipo de crisis focales que cursan con una pérdida de tono y que corresponden al denominado mioclono negativo. Este tipo de crisis puede observarse Recibido: 23.11.00. Aceptado: 04.12.00. Servicio de Neurología. Hospital General de Asturias. Oviedo, España. Correspondencia: Dr. Javier Salas Puig. Servicio de Neurología. Hospital General de Asturias. Celestino Villamil, s/n. E-33006 Oviedo. E-mail: [email protected] 2001, REVISTA DE NEUROLOGÍA 568 en epilepsias focales idiopáticas como la epilepsia con paroxismos rolándicos, en epilepsias generalizadas criptogénicas como en la epilepsia ausencias mioclónicas, y en epilepsias indeterminadas como el síndrome de punta-onda lenta continua durante el sueño [1]. Para la discusión de las epilepsias mioclónicas, seguiremos una clasificación reciente basada en la aceptada por la Liga Internacional Contra la Epilepsia [2] (Tabla). EPILEPSIAS FOCALES IDIOPÁTICAS Epilepsia con paroxismos rolándicos En este síndrome, las crisis más características son las focales motoras simples que afectan especialmente al opérculo rolándico. Sin embargo, no es raro encontrar crisis que clínicamente pueden interpretarse como mioclónicas y que corresponden a un mioclono negativo, el cual se traduce por una pérdida postural que suele afectar a una extremidad superior, pero que puede afectar a cualquier segmento del cuerpo [1]. A pesar de este tipo de crisis, el pronóstico es excelente, al igual que en el resto de pacientes con epilepsia focal idiopática con paroxismos rolándicos. Epilepsia de la lectura En la epilepsia de la lectura –síndrome actualmente incluido en las epilepsias focales idiopáticas– aparecen crisis clónicas que afectan a la musculatura bucofonatoria de manera bilateral. Tales crisis se desencadenan por la lectura, sobre todo en voz alta. El electroencefalograma (EEG) crítico muestra paroxismos generalizados de punta-onda y polipunta-onda que predominan en el hemisferio dominante. En la poligrafía aparecen mioclonías en los músculos bucofonatorios bilaterales. EPILEPSIAS FOCALES SINTOMÁTICAS La forma más conocida es la epilepsia parcial continua definida como mioclonías espontáneas regulares o irregulares originadas en la corteza cerebral, a veces incrementadas por la acción o por REV NEUROL 2001; 32 (6): 568-573 XXXVIII REUNIÓN ANUAL DE LA SENFC Tabla. Síndromes epilépticos que cursan con crisis mioclónicas. Epilepsias focales idiopáticas Epilepsia con paroxismos rolándicos (mioclono negativo) Epilepsia de la lectura (variante mioclónica) Epilepsias focales sintomáticas o criptogénicas Epilepsia parcial continua Mioclono negativo en epilepsias focales Epilepsias generalizadas idiopáticas Epilepsia mioclónica benigna del lactante Otros síndromes mioclónicos infantiles Mioclonías palpebrales con ausencias Epilepsia mioclónica juvenil y síndromes relacionados Epilepsias fotogénicas Epilepsias generalizadas criptogénicas o sintomáticas lentas hemisféricas. En la neuroimagen se observa una atrofia cerebral progresiva que afecta al hemisferio correspondiente. Los estudios patológicos y bacteriológicos apoyan una etiología inflamatoria. Se han descrito buenos resultados con tratamientos con corticosteroides, inmunoglobulinas y con la hemisferectomía [4]. En el adulto, la forma de presentación de la epilepsia parcial continua es la descrita por Kojewnikov, es decir, crisis focales motoras repetidas y mioclonías que afectan a un segmento corporal en relación con una descarga paroxística localizada en el hemisferio contralateral. La causa más frecuente es una lesión de tipo vascular, tumoral o una gliosis postraumática. Las crisis suelen ser resistentes al tratamiento y el pronóstico depende de la causa [5]. Es un hecho relativamente frecuente que pacientes con epilepsia focal criptogénica o sintomática, manifestada con crisis parciales simples o complejas, refieran sacudidas (mioclonías) que suelen afectar a las extremidades superiores. Tal situación puede observarse en las epilepsias frontales o temporales de varios años de evolución y muchas veces se acompaña en el EEG de un fenómeno de bisincronía secundaria. Epilepsia con ausencias mioclónicas Epilepsia mioclónico-astática (síndrome de Doose) EPILEPSIAS GENERALIZADAS IDIOPÁTICAS Epilepsia mioclónica familiar del adulto Las epilepsias generalizadas idiopáticas comparten criterios clínicos y EEG, y dependen de la edad. Las crisis son generalizadas y en muchos pacientes existen tanto ausencias típicas como crisis mioclónicas y crisis tonicoclónicas o clónico-tonicoclónicas. Comentaremos brevemente los síndromes en los que las crisis mioclónicas son la manifestación clínica predominante. Epilepsias mioclónicas del anciano Epilepsia mioclónica benigna del lactante Variante mioclónica del síndrome de Lennox-Gastaut Encefalopatías mioclónicas infantiles Epilepsias mioclónicas progresivas Vinculadas con la enfermedad de Alzheimer Relacionadas con el síndrome de Down Epilepsias indeterminadas Epilepsia mioclónica severa del lactante Otras Epilepsias mioclónicas relacionadas con encefalopatía estática Síndrome de Angelman estímulos sensoriales, que afectan a una parte del cuerpo y persisten durante horas, días o semanas [3]. En la infancia, la variante más frecuente es el síndrome de Rasmussen, una forma de encefalitis focal crónica que empieza alrededor de los 14 meses hasta los 14 años en niños sin antecedentes personales, a excepción de un episodio infeccioso o inflamatorio previo al inicio de las crisis en la mitad de los casos. Estas crisis son parciales motoras simples, a veces en forma de estado de mal; afectan fundamentalmente a un miembro superior y se extienden a todo el hemicuerpo. Son de breve duración pero se repiten en forma de estado de mal epiléptico en el 21% de los pacientes. Se observa una epilepsia parcial continua en más de la mitad de los casos. La evolución es progresiva y las crisis se mantienen resistentes al tratamiento; asimismo, se instaura una hemiparesia y un deterioro intelectual. Finalmente, el cuadro clínico tiende a estabilizarse. El EEG muestra asimetría y ondas REV NEUROL 2001; 32 (6): 568-573 Se inicia antes de los 3 años en lactantes hasta entonces normales o con antecedentes personales de convulsiones febriles simples, en la cuarta parte de los casos. Aparecen crisis mioclónicas breves que provocan la caída de la cabeza o del niño, sin alteración de la conciencia. No hay otro tipo de crisis. El EEG muestra paroxismos generalizados breves de polipunta-onda en relación con las crisis mioclónicas. No hay mioclonías sin anomalías paroxísticas. El tratamiento más eficaz es el ácido valproico. El pronóstico es muy bueno si se instaura el tratamiento precozmente [6,7]. En la epilepsia mioclónica benigna del lactante las crisis aparecen de manera espontánea. Sin embargo, existe un grupo de pacientes cuyas crisis mioclónicas se desencadenan ante un estímulo táctil o acústico inesperado. Este tipo de epilepsia mioclónica refleja comparte todas las demás características de la epilepsia mioclónica benigna del lactante, aunque suele iniciarse a una edad más precoz (3-12 meses) [8]. Otras epilepsias mioclónicas infantiles Existen otras epilepsias mioclónicas que aparecen en la infancia a una edad más tardía y que comparten los criterios de las epilepsias generalizadas idiopáticas, con buena respuesta al ácido valproico. Epilepsia mioclónica juvenil y síndromes relacionados Es la epilepsia mioclónica más frecuente y constituye aproximadamente el 10% de las epilepsias. Existen antecedentes familiares de epilepsia en más de la tercera parte de los casos. Las crisis mioclónicas se presentan como sacudidas masivas que afectan a 569 J. SALAS-PUIG las extremidades superiores de manera bilateral y es muy característico que aparezcan al poco rato de despertar favorecidas por la privación previa de sueño. El 10% de los pacientes sólo padecen crisis mioclónicas. El 30% sufre, además, ausencias típicas que pueden empezar en la infancia o en la adolescencia. El 90% de los pacientes presenta crisis clónico-tonicoclónicas generalmente poco frecuentes. La epilepsia mioclónica juvenil se inicia en la adolescencia, sobre todo entre los 12 y los 18 años, en pacientes normales neurológica e intelectualmente. El EEG puede ser normal y tan sólo mostrar los paroxismos generalizados de punta-onda y polipunta-onda en EEG realizados tras privación de sueño y sobre todo en los efectuados durante el sueño, donde en todos los casos aparecen dichos paroxismos en momentos de transición de vigilia a sueño, durante la fase II de sueño y/o al despertar del mismo. Un tercio de los pacientes muestran una respuesta paroxística a la estimulación luminosa intermitente, favorecida por el cierre de los párpados. No hay mioclonías sin anomalías paroxísticas en el EEG. A pesar de las características clínicas y de las peculiaridades EEG en ocasiones se retrasa su diagnóstico. El ácido valproico es el tratamiento de elección [9]. Recientemente, se han obtenido buenos resultados con lamotrigina y también con topiramato y levetiracetam. A pesar de las controversias de los últimos años, se ha demostrado su localización genética en el brazo corto del cromosoma 6, aunque no en todos los pacientes. En el resto de síndromes epilépticos generalizados idiopáticos de la adolescencia (ausencias juveniles y gran mal del despertar), pueden ocurrir crisis mioclónicas de idénticas características a las de la epilepsia mioclónica juvenil. Sin embargo, en el caso de las ausencias juveniles, las ausencias típicas son las crisis predominantes y las crisis mioclónicas, si ocurren, son ocasionales. En el caso del gran mal del despertar puede suceder que los pacientes sufran algunas crisis mioclónicas ocasionales, a veces coincidiendo en el momento antes de la crisis convulsiva generalizada. Para diagnosticar a un paciente de epilepsia mioclónica juvenil es imprescindible que sufra crisis mioclónicas frecuentes sobre todo al despertar. También durante la adolescencia puede aparecer un tipo de crisis reflejas desencadenadas por la toma de decisiones espaciales, como las exigidas por actividades como jugar a las cartas, al ajedrez o a otros juegos similares, o bien al ordenar objetos, calcular, etc. Aproximadamente el 75% de los pacientes con este tipo de epilepsia padecen crisis mioclónicas que se expresan como sacudidas en las extremidades superiores, idénticas a las que ocurren en la epilepsia mioclónica juvenil [10]. Epilepsia fotogénica Algunos pacientes que sufren crisis provocadas por la estimulación luminosa intermitente comparten los criterios de la epilepsia generalizada idiopática. Es frecuente que en este tipo de epilepsias fotogénicas aparezcan crisis mioclónicas, que se expresan clínicamente como sacudidas que afectan a las extremidades y a la cara y provocadas por un estímulo lumínico. La estimulación luminosa intermitente realizada durante el EEG provoca una respuesta paroxística. Las medidas preventivas y el ácido valproico son el tratamiento de elección [11]. Epilepsia con mioclonías palpebrales con ausencias Este síndrome fue descrito por Jeavons en 1977 y todavía no se ha reconocido en la actualidad como una entidad diferente. Sin embargo, los pacientes afectados padecen crisis de mioclonías 570 palpebrales acompañadas de ausencia, de muy breve duración. La edad de inicio es en la primera década de la vida, y aparece en pacientes normales neurológica e intelectualmente. El diagnóstico es posible merced al EEG crítico que muestra paroxismos de polipunta-onda generalizada relacionados con las crisis de mioclonías, las cuales afectan a los párpados; asimismo, se observa una desviación hacia arriba de los globos oculares y, en ocasiones, de la cabeza o incluso de los hombros. Las crisis duran entre 1 y 3 segundos y se acompañan de desconexión durante este breve período. La mayoría de los pacientes son fotosensibles y sus crisis se ven favorecidas por el cierre de los párpados y por estímulos luminosos. El EEG demuestra una respuesta fotoparoxística. La oscuridad total suprime las anomalías paroxísticas del EEG. La respuesta al tratamiento es peor que en las epilepsias con ausencias infantiles o juveniles, aunque se han referido buenos resultados con ácido valproico, etosuximida y/o lamotrigina [12]. EPILEPSIAS GENERALIZADAS CRIPTOGÉNICAS O SINTOMÁTICAS Epilepsia con ausencias mioclónicas El diagnóstico de este síndrome es difícil y se basa en la observación de las crisis y en el registro poligráfico de las mismas. Aparecen ausencias que se acompañan de sacudidas mioclónicas rítmicas, intensas, a una frecuencia de 3 Hz, y se observan en el EEG crítico paroxismos generalizados de punta-onda a 3 Hz con una estricta correlación entre las puntas y las mioclonías. Generalmente, las crisis afectan a las extremidades superiores y a la cara, donde se observa una mioclonía acompañada de una breve contracción tónica, rítmica. Debe sospecharse este síndrome sobre todo cuando un niño tiene ausencias con mioclonías evidentes y no responde al tratamiento con ácido valproico. El tratamiento de elección es la combinación de ácido valproico y etosuximida en dosis altas También se han descrito buenos resultados con lamotrigina. Este síndrome se considera una forma intermedia entre las epilepsias generalizadas idiopáticas y las sintomáticas, ya que tiene un pronóstico menos favorable que la epilepsia con ausencias infantiles y algunos casos pueden evolucionar hacia un síndrome de Lennox-Gastaut [13]. Epilepsia mioclónico-astática (síndrome de Doose) En este síndrome infantil, las crisis se caracterizan por producir una caída al suelo debido a una mioclonía masiva seguida de atonía. En el análisis de los casos descritos por Doose se incluyen niños con únicamente crisis mioclónicas y buen pronóstico, y casos en los que aparecen además crisis clónicas, ausencias atípicas, mioclonías masivas y frecuentes estados de mal con un pronóstico mucho más grave. El mérito inicial del autor fue distinguir este grupo de pacientes de los afectados de síndrome de Lennox-Gastaut, en los cuales el hecho más característico son las crisis tónicas. Variante mioclónica del síndrome de Lennox-Gastaut Es poco frecuente y en ella, aparte de las características clínicas en cuanto a tipos de crisis y EEG con los paroxismos generalizados de punta-onda lenta y los ritmos rápidos reclutantes característicos de las crisis tónicas, los pacientes padecen con frecuencia crisis mioclónicas con sacudidas masivas. Se postula que suelen iniciarse a una edad más tardía que la habitual REV NEUROL 2001; 32 (6): 568-573 XXXVIII REUNIÓN ANUAL DE LA SENFC para el síndrome de Lennox-Gastaut y suelen tener mejor pronóstico. Encefalopatías mioclónicas infantiles No las trataremos en esta revisión debido a que se inician en el primer año de vida. Epilepsias mioclónicas progresivas [14] Constituyen un grupo poco frecuente de epilepsias; sin embargo, presentan gran interés sobre todo porque algunas de ellas pueden beneficiarse de un tratamiento adecuado y por los avances en el diagnóstico genético ocurridos en los últimos años. A pesar de su heterogeneidad, las epilepsias mioclónicas progresivas comparten los aspectos siguientes: a) Síndrome mioclónico que combina mioclonías focales, segmentarias, arrítmicas, asimétricas, asíncronas y mioclonías masivas; b) Epilepsia con crisis generalizadas clónicas o tonicoclónicas; c) Afectación intelectual que lleva en muchos casos a la demencia, y d) Síndrome neurológico en el que siempre está presente un síndrome cerebeloso. Además de estas características comunes, y dependiendo del síndrome, existen otras que pueden ser cruciales para el diagnóstico como la existencia de crisis parciales visuales en la enfermedad de Lafora o la presencia de miopatía, polineuropatía o sordera, sugestivos de epilepsia mioclónica con fibras rojo rasgadas (MERRF). Comentaremos brevemente algunos aspectos de las epilepsias mioclónicas progresivas más comunes: Sialidosis El denominado síndrome mioclónico con manchas rojo cereza (cherry-red-spot myoclonus) corresponde a la sialidosis tipo I. Existe un déficit de neuroaminidasa y se transmite de forma autosómica recesiva. Clínicamente se observa un déficit visual moderado, mioclonías y crisis generalizadas entre los 8 y los 15 años de edad; se instaura una ataxia y el fondo de ojo es típico. Las mioclonías son espontáneas y aumentan con la acción y con los estímulos táctiles, se localizan en las extremidades y en la musculatura bucofacial y persisten durante el sueño. No suele haber fotosensibilidad. El EEG muestra paroxismos de punta-onda generalizada. Las mioclonías son resistentes al tratamiento y provocan una invalidez importante. El diagnóstico se basa en un valor elevado de oligosacáridos en orina y en el déficit de neuraminidasa en linfocitos o fibroblastos. Enfermedad de Gaucher El tipo III de la enfermedad de Gaucher puede cursar como una epilepsia mioclónica progresiva. La edad de inicio es entre la infancia y la edad adulta joven. Son características la parálisis ocular supranuclear y la hepatoesplenomegalia. Las mioclonías no difieren de las del resto de epilepsias mioclónicas progresivas. El diagnóstico se realiza al observar acúmulos de glucocerebrósidos en los linfocitos o fibroblastos debido al déficit de beta-glucocerebrosidasa. Ceroidolipofuscinosis Este grupo de enfermedades se caracteriza por el acúmulo de cantidades excesivas de lipopigmento en los lisosomas. La forma infantil tardía y la forma del adulto se expresan como una epilepsia mioclónica progresiva. La forma infantil tardía se inicia entre los 2 y los 4 años con REV NEUROL 2001; 32 (6): 568-573 crisis mioclónicas, tonicoclónicas y ausencias atípicas. En pocos meses se instaura una ataxia, deterioro intelectual y disminución de la visión. El cuadro clínico progresa rápidamente y los pacientes fallecen a los cinco años del inicio de la enfermedad. La forma juvenil empieza entre los 4 y los 10 años, y también se observa una disminución de la visión, crisis epilépticas, mioclonías y tardíamente signos piramidales. La herencia es autosómica recesiva, el curso progresivo y los enfermos fallecen tras ocho años desde el inicio de la dolencia. El gen se localiza en el cromosoma 16 y recientemente se ha podido identificar con el nombre CLN3; dicho gen codifica una proteína cuya función es desconocida hasta el momento. La forma del adulto o enfermedad de Kufs es menos frecuente y se caracteriza porque no se produce alteración de la visión. Se inicia alrededor de los 30 años en forma de mioclonías, crisis mioclónicas, tonicoclónicas, síndrome cerebeloso y afectación intelectual, con un curso lento y progresivo. La herencia más frecuente es autosómica recesiva. El diagnóstico se basa en la clínica y en los hallazgos en la biopsia de piel al observar acúmulos patológicos de lipofuscina. MERRF Es una encefalomiopatía mitocondrial cuya edad de inicio es muy variable, desde los 3 hasta los 65 años. Clínicamente se expresa como una epilepsia mioclónica, en general acompañada de otros signos neurológicos como sordera, miopatía, neuropatía, atrofia óptica, estatura baja, signos neurológicos focales y afectación intelectual. Las mioclonías son multifocales o generalizadas y en el EEG se observan paroxismos de punta-onda y polipunta-onda generalizada; en muchas ocasiones aparece una respuesta fotoparoxística. El diagnóstico se basa en el estudio del ácido desoxirribonucleico mitocondrial y la detección de un trastorno metabólico en la cadena respiratoria mitocondrial en el músculo esquelético. Enfermedad de Lafora Se inicia entre los 6 y los 19 años y se transmite de forma autosómica recesiva. Empieza con crisis tonicoclónicas generalizadas y crisis parciales con semiología visual. En pocos meses se instaura un síndrome mioclónico progresivo con mioclonías multifocales y generalizadas, ataxia y demencia. El EEG muestra punta y polipunta-onda generalizada, con respuesta fotoparoxística y anomalías focales en las regiones posteriores. Desde el inicio de la enfermedad aparecen mioclonías sin paroxismos en el EEG. El diagnóstico se basa en la clínica, los hallazgos de los cuerpos de Lafora en la biopsia de piel axilar y en el estudio genético. El gen de la enfermedad de Lafora se ha localizado recientemente en el cromosoma 6. Enfermedad de Undverricht-Lundborg Durante muchos años, los autores escandinavos describían una forma de epilepsia mioclónica progresiva con herencia autosómica recesiva de aparición en la infancia y adolescencia con un curso invalidante en varios años. Por otra parte, los autores del sur de Europa referían un cuadro clínico con características similares, pero con un curso no tan grave al que denominaban síndrome de Ramsay-Hunt. Una reunión de expertos en el tema celebrada en Marsella en 1989 concluyó con la idea de que podría tratarse de la misma enfermedad aunque una evolución diferente probablemente debido al tratamiento antiepiléptico empleado, ya que en los países del norte de Europa se utilizaba 571 J. SALAS-PUIG fenitoína y en el sur, ácido valproico y piracetam [15]. Debido a la polémica que suscitaba el término síndrome de Ramsay-Hunt, se propugnó el empleo de los términos: mioclono báltico y mioclono mediterráneo. Los estudios genéticos demostraron en pocos años que la intuición clínica era correcta al descubrir que el gen de ambas entidades era el mismo y que se encuentra localizado en el cromosoma 21. La enfermedad de Undverricht-Lundborg se caracteriza por un síndrome mioclónico con mioclonías generalizadas y multifocales, de acción, un síndrome cerebeloso vermiano y crisis epilépticas tonicoclónicas generalizadas. El EEG muestra paroxismos generalizados de punta-onda y polipunta-onda, así como una respuesta fotoparoxística. La edad de inicio es entre los 6 y los 17 años. No se produce una demencia grave, pero sí una alteración de las funciones intelectuales lentamente progresiva. Las crisis epilépticas suelen controlarse con la medicación adecuada, y el ácido valproico es el fármaco utilizado. La fenitoína empeora el cuadro clínico. El defecto genético es una mutación o repetición en el gen de la cistatina B. Otras epilepsias mioclónicas progresivas Son muy poco frecuentes y entre las más conocidas figuran la forma mioclónica de la enfermedad de Huntington, la gangliosidosis tipo III, la atrofia dentato-rubro-pálido-luisiana y la epilepsia mioclónica con insuficiencia renal. En los últimos años se ha descrito un síndrome denominado epilepsia mioclónica familiar del adulto que se caracteriza por una herencia autosómica dominante, una edad de inicio en la tercera o cuarta década de la vida, y la presencia de mioclonías multifocales y generalizadas acompañadas de temblor en los dedos, así como crisis epilépticas generalizadas poco frecuentes. El EEG muestra paroxismos generalizados de punta-onda y polipunta-onda y una respuesta fotoparoxística. Los potenciales evocados somatosensoriales con gigantes y el estudio con promediación retrógrada demuestran un origen cortical de las mioclonías y del temblor. A diferencia de otras entidades descritas anteriormente, la evolución es benigna y no existe ataxia ni deterioro intelectual. El gen de esta enfermedad se ha localizado en el cromosoma 8. Hasta ahora sólo se ha descrito en Japón [16]; sin embargo, es muy posible que este síndrome sea más frecuente, ya que en la mayoría de las series de epilepsias mioclónicas progresivas aparecen casos familiares sin clasificar. Pese a la rareza de las epilepsias mioclónicas progresivas es importante intentar un diagnóstico preciso. El tratamiento de estos pacientes es prioritario, ya que situaciones consideradas hasta hace pocos años como invalidantes e irremediables pueden beneficiarse de un tratamiento adecuado. Hay que recordar que debe evitarse la administración de fármacos con toxicidad cerebelosa como la fenitoína. El ácido valproico, el piracetam en dosis altas y el clonacepam pueden significar una mejoría muy importante, tanto de las crisis epilépticas como de las mioclonías, en la mayoría de los pacientes. En algunos casos existe un efecto beneficioso del alcohol y en otros se ha referido la utilidad de la acetilcisteína. El levetiracetam, un fármaco antiepiléptico nuevo todavía no disponible en nuestro país, ha demostrado su eficacia en algunos pacientes con epilepsia mioclónica progresiva. Epilepsias mioclónicas del anciano En la edad avanzada son poco frecuentes las crisis mioclónicas. 572 Un porcentaje de pacientes con enfermedad de Alzheimer padecen mioclonías relacionadas frecuentemente con crisis epilépticas generalizadas. El EEG muestra una actividad de fondo lentificada y paroxismos de polipunta-onda generalizada, muchas veces con una respuesta fotoparoxística. También en algunos pacientes con síndrome de Down, que llegan a la edad adulta avanzada (quinta o sexta décadas de la vida), se han referido mioclonías y crisis epilépticas generalizadas. Curiosamente, en algunos casos, las crisis mioclónicas aparecen al poco rato de despertar. El EEG muestra paroxismos generalizados de punta-onda y polipunta-onda y una respuesta fotoparoxística. Se ha postulado que la aparición de este tipo de crisis se relaciona con el inicio de un deterioro intelectual importante en estos pacientes [17]. En ambas situaciones, el tratamiento más eficaz es el ácido valproico. EPILEPSIAS INDETERMINADAS Epilepsia mioclónica severa del lactante Síndrome aceptado por la Liga Internacional contra la Epilepsia pero cuestionado por varios autores, los cuales prefieren otros términos como epilepsia polimorfa. Forma parte de las denominadas epilepsias catastróficas debido a la rebeldía de las crisis y a la gravedad de la evolución clínica. Se inicia en el primer año de vida con convulsiones febriles. Entre los 2-4 años aparecen mioclonías generalizadas y multifocales junto con crisis clónicas, crisis focales y ausencias atípicas, muchas veces con estados de mal epiléptico; asimismo, se produce un retraso mental grave, ataxia y trastornos del comportamiento, que marcan el mal pronóstico de este síndrome. Al inicio de la enfermedad, el EEG es normal y en algunos casos aparece una respuesta fotoparoxística, hecho muy inhabitual a esa edad. Después, se observan paroxismos de punta-onda, anomalías multifocales y en la poligrafía, mioclonías multifocales y generalizadas. A pesar de que la resistencia a los antiepilépticos es la norma, en el último año se han referido resultados esperanzadores con topiramato. OTRAS EPILEPSIAS Epilepsia mioclónica vinculada a encefalopatía estática En pacientes con encefalopatía estática de causas diversas, sobre todo en la edad infantil, pueden ocurrir mioclonías multifocales además de crisis de ausencias, muchas veces en forma de estado de mal; tal situación es muy característica en el síndrome de Angelman. Los pacientes sufren mioclonías multifocales prácticamente continuas que afectan a las extremidades y dificultan de manera característica los movimientos. Estas mioclonías tienen un origen cortical. El tratamiento adecuado es ácido valproico, el piracetam y benzodiacepinas. En conclusión, las mioclonías relacionadas con las crisis epilépticas pueden observase en numerosas enfermedades y situaciones clínicas de causa muy diferente. En la mayoría de las entidades comentadas las mioclonías constituyen una de las manifestaciones fundamentales. El estudio neurofisiológico permite reconocer su origen cortical, y el estudio genético dirige cada vez más hacia un diagnóstico preciso. En muchas ocasiones, el tratamiento adecuado conlleva una mejoría evidente de los pacientes. REV NEUROL 2001; 32 (6): 568-573 XXXVIII REUNIÓN ANUAL DE LA SENFC BIBLIOGRAFÍA 1. Guerrini R, Dravet C, Genton P, Bureao M, Roger J, Rubboli G, et al. epilepsia mioclónica juvenil de Janz: un síndrome frecuente poco conociEpileptic negative myoclonus. Neurology 1993; 43: 1078-83. do. Estudio de 85 pacientes. Med Clin 1994; 103: 684-90 2. Genton P, Dravet C. Treatment of epilepsies with myoclonias. In Shor10. 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Rev Neurol 1999; 28: 284-7. MIOCLONÍAS Y EPILEPSIA Resumen. Introducción. Las mioclonías y las epilepsias pueden relacionarse íntimamente como en las denominadas epilepsias mioclónicas. Las epilepsias mioclónicas constituyen un grupo heterogéneo de epilepsias en las que las mioclonías y las crisis mioclónicas suponen el síntoma más relevante. Desarrollo. Siguiendo la clasificación sindrómica de los síndromes epilépticos se comentan las características electroclínicas más relevantes de las diferentes epilepsias que aparecen desde el primer año de vida hasta el anciano. Entre las epilepsias focales idiopáticas se comenta la epilepsia con paroxismos rolándicos, en la que algunos pacientes pueden padecer mioclono negativo, y la variante mioclónica de la epilepsia de la lectura. En el apartado dedicado a las epilepsias focales criptogénicas y sintomáticas se describe el mioclono negativo y la epilepsia parcial continua. En las epilepsias generalizadas idiopáticas se señalan las características de la epilepsia mioclónica benigna del lactante y su variante refleja, la epilepsia mioclónica juvenil y síndromes relacionados, la epilepsia fotogénica y las mioclonías palpebrales con ausencias. En el grupo de epilepsias generalizadas criptogénicas y sintomáticas se analiza la epilepsia con ausencias mioclónicas, la epilepsia mioclonicoastática, la variante mioclónica del síndrome de Lennox-Gastaut, las epilepsias mioclónicas progresivas, la epilepsia mioclónica familiar del adulto y las epilepsias mioclónicas del anciano. Finalmente en el grupo de epilepsias indeterminadas se alude brevemente a la epilepsia mioclónica severa del lactante y las epilepsias mioclónicas relacionadas con encefalopatía estática. [REV NEUROL 2001; 32: 568-73] [http://www.revneurol.com/3206/k060568.pdf] Palabras clave. Mioclonías. Mioclonus. Epilepsias mioclónicas. Síndromes mioclónicos. REV NEUROL 2001; 32 (6): 568-573 MIOCLONIAS E EPILEPSIA Resumo. Introdução. As mioclonias e as epilepsias podem estar intimamente relacionadas, como no caso das epilepsias denominadas mioclónicas. As epilepsias mioclónicas constituem um grupo heterogéneo de epilepsias nas quais as mioclonias e as crises mioclónicas presumem o sintoma mais relevante. Desenvolvimento. Seguindo a classificação sindromática das síndromas epilépticas, são comentadas as características electroclínicas mais relevantes das diferentes epilepsias que surgem desde o primeiro ano de vida até ao idoso. Nas epilepsias focais idiopáticas referese a epilepsia com paroxismos rolândicos, na qual, em alguns doentes pode não aparecer mioclonus e pode surgir a variante mioclónica da epilepsia da leitura. Nas epilepsias focais criptogénicas e sintomáticas refere-se o mioclonus negativo e a epilepsia parcial contínua. Nas epilepsias generalizadas idiopáticas comenta-se a epilepsia benigna do lactente e a sua variante reflexa, a epilepsia mioclónica juvenil e síndromas relacionadas; a epilepsia fotogénica e as mioclonias palpebrais com ausências. No grupo das epilepsias generalizadas criptogénicas e sintomáticas analisam-se a epilepsia com ausências mioclónicas, a epilepsia mioclónica-asiática, a variante mioclónica da síndroma de Lennox-Gastaut, as epilepsias mioclónicas progressivas, a epilepsia mioclónica familiar do adulto e as epilepsias micolónicas do idoso. Finalmente, no grupo de epilepsias indeterminadas comenta-se brevemente a epilepsia mioclónica grave do lactente e as epilepsias mioclónicas associadas à encefalopatia estática. [REV NEUROL 2001; 32: 568-73] [http://www.revneurol.com/ 3206/k060568.pdf] Pavabras chave. Epilepsias mioclónicas. Mioclonias. Mioclonus. Síndromas mioclónicas. 573