LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Introducción: La formación de alianzas

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LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Introducción:
La formación de alianzas
El dominio sobre las áreas coloniales provocó conflictos entre las potencias que se resolvían a través de
acuerdos diplomáticos, o bien de guerras que se mantenían dentro de un mareo estrictamente local.
Además, las alianzas que se formaban duraban poco y los países cambiaban de bando frecuentemente,
según las circunstancias.
Sin embargo, las reglas de juego de la diplomacia internacional fueron variando poco a poco. A medida
que crecían las necesidades de expansión de las grandes potencias industriales, las confrontaciones se
fueron haciendo incontrolables. Por un lado, era difícil resolver los conflictos en un escenario que se
había ampliado. Los enfrentamientos ya no sólo podían presentarse en Europa sino también en África,
China o el Medio Oriente. Además, había nuevos competidores y eran muy agresivos. Estados Unidos y
Japón se habían convertido en grandes potencias que se disputaban el dominio del área del Pacífico.
Alemania aparecía pujante y poderosa, pero insatisfecha por haber llegado tarde al reparto colonial.
Sus intereses expansionistas en China y África del Sur chocaban con el dominio que los ingleses habían
establecido en esas zonas. Justamente, las posiciones irreconciliables entre Alemania e Inglaterra
fueron las que generaron un sistema de alianzas permanentes que puso en peligro la paz mundial. Por
un lado, se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y
Austria−Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en apartarse. Por otro, Francia, el Imperio
ruso y Gran Bretaña se unieron en la Triple Entente.
La política interna y los nacionalismos
La situación fue tomándose aún más explosiva a raíz de los conflictos internos que atravesaban muchas
de las grandes potencias. Rusia estaba amenazada por una revolución social, el Imperio
austro−húngaro se desgarraba en luchas entre nacionalidades que ya no podían ser controladas por el
gobierno; en el Estado alemán los enfrentamientos políticos paralizaban la política exterior. Los
gobiernos parlamentarios, como los de Gran Bretaña y Francia, debían hacer frente a los reclamos de
los trabajadores y los sectores medios que demandaban mayores derechos políticos y mejores
condiciones de vida.
Muchos gobiernos trataron de resolver estas crisis sociales y políticas llamando a todos los sectores a
dejar de lado sus diferencias y a unirse detrás de los superiores intereses nacionales. Fomentaron un
sentimiento patriótico
La escuela y el servicio militar obligatorio les sirvieron para estimular los sentimientos nacionalistas a
través de ceremonias diarias, como el izamiento de la bandera. Con el mismo objetivo se establecieron
nuevas fiestas nacionales, como la que conmemora la Revolución Francesa, recordada los 14 de julio en
Francia.
La prensa también jugó un papel importante en todo este proceso exagerando las cualidades de la
nación y ridiculizando o disminuyendo las de los pueblos extranjeros.
Pero había otro nacionalismo, el de los pueblos dominados por naciones extranjeras y que luchaban por
su autonomía. Tal el caso de los Balcanes, considerado el polvorín de Europa.
La mayor parte del territorio de los Balcanes estaba dominada por los imperios turco y
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austro−húngaro. A principios del siglo XX, los Balcanes constituían una de las zonas más explosivas de
Europa. En ella chocaban distintos intereses. Los serbios querían construir un Estado yugoslavo que
reuniera a todos los eslavos de la región. Para ello, debían apropiarse de territorios que estaban en
poder de los imperios austro−húngaro y turco. El imperio ruso, alejado del Extremo Oriente tras su
derrota ante los japoneses en 1901. 1905, estaba interesado en extender sus dominios hasta el
Mediterráneo. Para lograrlo, prometió su ayuda a los serbios.
Alemania, Francia e Inglaterra deseaban apropiarse del territorio que en la zona ocupaba el imperio
turco para dominar un punto estratégico: el estrecho de los Dardanelos, puerta esencial para la
comunicación entre el Mediterráneo y Asia central.
En los Balcanes confluían todos los odios, las rivalidades y las insatisfacciones que se habían ido
acumulando durante las últimas décadas. Era por lo tanto previsible que una crisis en la región pudiera
provocar el estallido de una guerra generalizada. El acontecimiento fatal tuvo lugar en Sarajevo, el 28
de junio de 1914. Francisco Femando, heredero del trono de Austria−Hungría, y su esposa fueron
asesinados por un estudiante nacionalista serbio. Austria−Hungría quiso aprovechar el atentado para
aniquilar a Serbia y le declaró la guerra. Rusia respondió movilizando sus tropas en defensa de los
serbios. Inmediatamente el sistema le alianzas −la Triple Entente y la Triple Alianza− se puso en
funcionamiento. El 5 de agosto de 1914 comenzaba la Primera Guerra Mundial.
Una vez declarada la guerra, una oleada de patriotismo se extendió por todos los países involucrados.
En Berlín, París y Londres, los hombres acudieron fervorosos para matar o morir defendiendo la
bandera de su nación. Pensaban regresar para Navidad con el orgullo de la victoria conseguida. Pero
muchos no volvieron. Los que regresaron, después de cuatro largos años de penurias, enfermedades y
muerte, quedaron para siempre marcados por los recuerdos de una experiencia terrible.
QUE FUE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
El 3 de agosto de 1914 era ya un hecho la primera guerra mundial, el ministro británico de asuntos
exteriores Edward Grey se hallaba frente a su ventana de su despacho y veía sobre Londres el
crepúsculo, entonces pronunció unas palabras que se han hecho famosa: "En toda Europa se apagan
ahora las luces: puede suceder que jamás volvamos a verlas encendidas".
Su predicción se cumplió, la guerra que entonces empezaba significó la muerte de la vieja Europa, el
final de los viejos tiempos el desmoronamiento definitivo de una concepción del mundo. Esta guerra,
que tendría que haber puesto fin a las guerras, dio origen a nuevos enfrentamientos, a nuevas guerras.
El conflicto fue provocado en Sarajevo, el 28 de junio de 1914 cuando el heredero del trono
austro−húngaro, el archiduque Francisco Fernando cayó víctima de un terrorista servio. Pero como es
natural, las causas de la guerra eran más profundas, consistían fundamentalmente en 3 antagonismos:
1.− Entre Alemania y Francia, en forma de una enemistad reactivada por la derrota francesa de 1871, y la
pérdida de Alsacia−Lorena.
2.− Entre Alemania e Inglaterra, competencia en el terreno de la industria de la política colonial y del
rearme maruno.
3.− Entre Austria−Hungría y Rusia, por el dominio de los Balcanes.
El conflicto militar que comenzó como un enfrentamiento localizado en el Imperio Austro−Húngaro y
Serbia el 28 de julio de 1914; se transformó en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la
declaración de guerra austro−húngara se extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914; Finalmente, pasó a
ser una guerra mundial en la que participaron 32 naciones. Veintiocho de ellas, denominadas aliadas o
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potencias asociadas y entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados
Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania,
Austria−Hungría, Imperio Otomano y Bulgaria.
La causa inmediata del inicio de las hostilidades entre Austria−Hungría y Serbia fue el asesinato del
archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austro−húngaro, cometido en
Sarajevo el 28 de junio de 1914 por Gavrilo Princip, un nacionalista serbio.
No obstante, las causas profundas del conflicto remiten a la historia europea del siglo XIX,
concretamente a las tendencias económicas y políticas que imperaron en Europa desde 1871, año en el
que fue fundado el II Imperio Alemán, y este Estado emergió como una gran potencia.
Entre 1914 y 1918 se desarrolló en Europa la mayor conflagración hasta entonces conocida. Motivada
por conflictos imperialistas entre las potencias europeas, la "gran guerra", como se denominó
originalmente a la primera guerra mundial, implicó a toda la población de los estados contendientes, así
como a la de sus colonias respectivas.
Se puede decir entonces que el origen de la primera contienda mundial debe buscarse en la existencia
de dos grandes bloques antagónicos: la Triple Alianza (Alemania, Imperio austro−húngaro e Italia) y la
Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia), aunque su causa inmediata fue el asesinato en
Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria el 28 de junio de 1914. Viena, que consideraba
con recelo el engrandecimiento de Servia, se apresuró a culparla del magnicidio y exigió satisfacciones
como preámbulo de su declaración de guerra el 28 de julio. Rusia, erigida en campeona de los países
eslavos frente a Austria, proclamó la movilización general, mientras Alemania, que había dado
seguridades a su aliada para una ayuda total en caso de conflicto con Rusia, envió un ultimátum a este
país, y otro a Francia como advertencia y más tarde la declaración de guerra a ambos países.
Por su parte, Inglaterra, que vacilaba en comprometerse con sus aliados, reaccionó al exigir Alemania a
Bélgica paso libre para sus tropas.
EL PLAN SCHLIEFFEN
Los alemanes contaban con deshacerse enseguida de Francia y dirigir luego sus golpes contra Rusia. Su
confianza se basaba en el Plan Schlieffen para rodear el poderoso sistema francés de fortificaciones. El
plan preveía que el ala derecha, que concentraba el grueso de las fuerzas alemanas, efectuara un avance
arrollador a través de Bélgica, mientras el ala izquierda, mucho menos potente, incitaría al enemigo al
ataque. Al pasar los franceses a la ofensiva contra el ala izquierda, harían funcionar el dispositivo como
una puerta giratoria: cuanto más presionara, con tanta mayor violencia giraría el ala derecha a la zaga.
Sin embargo, el plan fracasó, los frentes llegaron a estabilizarse y las trincheras se extendieron desde la
frontera suiza hasta el canal de la Mancha. En febrero de 1916, el alemán Falkenhayn desencadenó un
violento ataque contra Verdún, que ocasionó una verdadera carnicería en ambos ejércitos y no se
tradujo en éxito alguno para los atacantes.
FRENTE ORIENTAL E INTERVENCIÓN ESTADOUNIDENSE.
Entretanto, en el otro extremo de Europa se iba despejando la incógnita. A despecho de la pérdida de
Galitzia por los austríacos, del revés alemán en Gummbinnen (agosto 1914) y del avance ruso por
Prusia Oriental, Hindenburg y su jefe de Estado Mayor, Ludendorff, lograron aplastar a las fuerzas del
zar en Tannenberg (26−30 agosto). En 1917 Berlín reanudó la guerra submarina total, lo que
acarrearía la entrada de Estados Unidos en la contienda (6 abril 1917). Los alemanes desencadenaron el
21 de marzo de 1918 una serie de embestidas que rompieron varias veces el frente aliado en San
Quintín, Lys y el Aisne; pero, pese a tan brillantes resultados, se produjo el agotamiento de las energías
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germanas. El 3 de octubre, el príncipe Max de Baden, canciller del Reich, pedía a Wilson un armisticio
inmediato. El 29 capitulaba Austria y el 31 Turquía, mientras Alemania firmaría la paz y su derrota en
Versalles (28 julio 1919).
En el transcurso de la I Guerra Mundial fueron famosas, por su encarnizamiento y su valor estratégico,
las batallas de: Arrás, Artois, Cambrai, Caporetto, Jutlandia, Marne, Somme, Tannenberg, Verdún e
Yprès.
Fueron muchos los enfrentamientos que se dieron en el transcurso de los cuatro años que duró la
primera guerra mundial, un desarrollo cronológico de la misma podrá observarse en anexos.
ANTECEDENTES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Fueron varias los enfrentamientos que sirvieron de preludio a la primera guerra mundial, entre ellos se
pueden mencionar:
1−La guerra franco−prusiana:
En 1870 Francia fue vencida por el ejército prusiano, disciplinado y bien armado, mandado por
Moltke. Se completó la unidad de Alemania y los príncipes de muchos Estados reconocieron como
emperador a Guillermo. La derrota y las pérdidas terrritoriales colocaron a Francia en situación
tirante con Alemania.
2−La liga de los tres emperadores:
La máxima ambición del canciller de hierro alemán Bismarck, era mantener aislada a Francia. Se vio
realizada en 1873 mediante la Liga de los Tres Emperadores: el de Alemania, el estado más fuerte del
continente.
3− La Triple Alianza:
En los Balcanes, el enfrentamiento de los intereses rusos y austríacos condujo en 1878 a la disolución de
la Liga de los Tres Emperadores. En 1879 la alianza entre Alemania y Austria−Hungría se hizo más
fuerte y en 1882 se amplió con Italia. En 1887 Alemania y Rusia firmaron un tratado mediante el cual
estrecharon sus relaciones.
4− La Triple Entente:
El nuevo emperador de Alemania Guillermo II destituyó a Bismarck y no renovó el tratado con Rusia,
lo que aprovechó Francia que estaba aislada para aliarse con Rusia en 1894. En 1904 se alió también
con Inglaterra. Poco después se aliaron también Inglaterra y Rusia, con lo que en 1907 quedó
terminada la Triple Entente. El cerco de Alemania era ya un hecho.
5− Las primeras descargas:
El camino hacia la catástrofe de 1914 pasó por Marruecos y los Balcanes. En el Marruecos francés
intentaron hacerse valer los intereses comerciales alemanes, la consecuencia entre otras, fue la crisis de
Agadir de 1911. La debilidad de Turquía llevó a sus amigos a la ruina.
LAS DECLARACIONES DE GUERRA
Austria declaró la guerra a Serbia el 28 de julio, ya fuera porque creía que Rusia no llegaría a unirse a
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Serbia o porque estaba dispuesta a correr el riesgo de un conflicto europeo general con tal de poner fin
al movimiento nacionalista serbio. Rusia respondió movilizándose contra Austria. Alemania advirtió a
Rusia de que si persistía en su actitud le declararía la guerra, y consiguió que Austria accediera a
discutir con Rusia una posible modificación del ultimátum enviado a los serbios.
No obstante, Alemania insistió en que los rusos retiraran sus tropas inmediatamente. Rusia se negó a
hacerlo y Alemania le declaró la guerra el 1 de agosto.
Los franceses comenzaron la movilización de sus fuerzas ese mismo día; las tropas alemanas cruzaron
la frontera de Luxemburgo el 2 de agosto y Alemania declaró la guerra a Francia el 3 de agosto. El día
anterior, el gobierno alemán había informado al gobierno belga de su intención de marchar sobre
Francia cruzando Bélgica, a fin de evitar que los franceses utilizaran esta ruta para atacar Alemania.
Las autoridades belgas se negaron a permitir el paso por su territorio de las tropas alemanas y
recurrieron a los países firmantes del Tratado de 1839 −en el que se garantizaba la neutralidad de
Bélgica en el caso de un conflicto en el que estuvieran implicados Gran Bretaña, Francia y Alemania−
para que se cumpliera lo establecido en dicho acuerdo. Gran Bretaña, uno de los países signatarios del
Tratado de 1839, envió un ultimátum a Alemania el 4 de agosto en el que se exigía que se respetara la
neutralidad de Bélgica; Alemania rechazó la petición y el gobierno británico le declaró la guerra ese
mismo día.
Italia permaneció neutral hasta el 23 de mayo de 1915, cuando rompió su pacto con la Triple Alianza
para satisfacer sus aspiraciones territoriales y declaró la guerra a Austria−Hungría. La unidad de los
aliados se fortaleció en septiembre de 1914 a través del Pacto de Londres, firmado por Francia, Gran
Bretaña y Rusia. A medida que avanzaba la contienda, fueron sumándose al conflicto países como el
Imperio otomano, Japón, Estados Unidos y otras naciones del continente americano. Japón, que había
firmado una alianza con Gran Bretaña en 1902, declaró la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914, y
el 6 de abril de 1917 lo hizo Estados Unidos.
CAUSAS DE LA I GUERRA MUNDIAL
La causa inmediata que provocó el estallido de la primera guerra mundial fue, como ya sé mencinó, el
asesinato del archiduque de Austria−Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo Serbia, el 28 de Junio
de 1914.
Los verdaderos factores que desencadenaron la I Guerra Mundial fueron el intenso espíritu
nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, la rivalidad
económica y política entre las distintas naciones y el proceso de militarización y de vertiginosa carrera
armamentística que caracterizó a la sociedad internacional durante el último tercio del siglo XIX, a
partir de la creación de dos sistemas de alianzas enfrentadas.
El nacionalismo
La Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas habían difundido por la mayor parte del
continente europeo el concepto de democracia, extendiéndose así la idea de que las poblaciones que
compartían un origen étnico, una lengua y unos mismos ideales políticos tenían derecho a formar
estados independientes. Sin embargo, el principio de la autodeterminación nacional fue totalmente
ignorado por las fuerzas dinásticas y reaccionarias que decidieron el destino de los asuntos europeos en
el Congreso de Viena (1815). Muchos de los pueblos que deseaban su autonomía quedaron sometidos a
dinastías locales o a otras naciones. Por ejemplo, los estados alemanes, integrados en la Confederación
Germánica, quedaron divididos en numerosos ducados, principados y reinos de acuerdo con los
términos del Congreso de Viena; Italia también fue repartida en varias unidades políticas, algunas de
las cuales estaban bajo control extranjero; los belgas flamencos y franceses de los Países Bajos
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austriacos quedaron supeditados al dominio holandés por decisión del Congreso. Las revoluciones y los
fuertes movimientos nacionalistas del siglo XIX consiguieron anular gran parte de las imposiciones
reaccionarias acordadas en Viena. Bélgica obtuvo la independencia de los Países Bajos en 1830; la
unificación de Italia fue culminada a cabo en 1861, y la de Alemania en 1871. Sin embargo, los
conflictos nacionalistas seguían sin resolverse en otras áreas de Europa a comienzos del siglo XX, lo que
provocó tensiones en las regiones implicadas y entre diversas naciones europeas. Una de las más
importantes corrientes nacionalistas, el paneslavismo, desempeñó un papel fundamental en los
acontecimientos que precedieron a la guerra.
El imperialismo:
El espíritu nacionalista también se puso de manifiesto en el terreno económico. La Revolución
Industrial, iniciada en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, en Francia a comienzos del XIX y en
Alemania a partir de 1870, provocó un gran incremento de productos manufacturados, por lo que estos
países se vieron obligados a buscar nuevos mercados en el exterior. El área en la que se desarrolló
principalmente la política europea de expansión económica fue África, donde los respectivos intereses
coloniales entraron en conflicto con cierta frecuencia. La rivalidad económica por el dominio del
territorio africano entre Francia, Alemania y Gran Bretaña estuvo a punto, desde 1898 hasta 1914, de
provocar una guerra en Europa en varias ocasiones.
La expansión militar:
Como consecuencia de estas tensiones, las naciones europeas adoptaron medidas tanto en política
interior como exterior entre 1871 y 1914 que, a su vez, aumentaron el peligro de un conflicto;
mantuvieron numerosos ejércitos permanentes, que ampliaban constantemente mediante
reclutamientos realizados en tiempo de paz, y construyeron naves de mayor tamaño. Gran Bretaña,
influida por el desarrollo de la Armada alemana, que se inició en 1900, y por el curso de la Guerra
Ruso−japonesa, modernizó su flota bajo la dirección del almirante sir John Fisher. El conflicto bélico
que tuvo lugar entre Rusia y Japón había demostrado la eficacia del armamento naval de largo alcance.
Los avances en otras áreas de la tecnología y organización militar estimularon la constitución de
estados mayores capaces de elaborar planes de movilización y ataque muy precisos, integrados a
menudo en programas que no podían anularse una vez iniciados.
Los dirigentes de todos los países tomaron conciencia de que los crecientes gastos de armamento
desembocarían con el tiempo en quiebras nacionales o en una guerra; por este motivo, se intentó
favorecer el desarme mundial en varias ocasiones, especialmente en las Conferencias de La Haya de
1899 y 1907. Sin embargo, la rivalidad internacional había llegado a tal punto que no fue posible
alcanzar ningún acuerdo efectivo para decidir el desarme internacional.
De forma paralela al proceso armamentístico, los Estados europeos establecieron alianzas con otras
potencias para no quedar aisladas en el caso de que estallara una guerra. Esta actitud generó un
fenómeno que, en sí mismo, incrementó enormemente las posibilidades de un conflicto generalizado: el
alineamiento de las grandes potencias europeas en dos alianzas militares hostiles, la Triple Alianza,
formada por Alemania, Austria−Hungría e Italia, y la Triple Entente, integrada por Gran Bretaña,
Francia y Rusia. Los propios cambios que se produjeron en el seno de estas asociaciones contribuyeron
a crear una atmósfera de crisis latente, por la cual el periodo fue denominado 'Paz Armada'
Las causas de la Primera Guerra Mundial se pueden resumir de la forma siguiente:
38. Rivalidades territoriales y nacionalismos:
· Alemania intenta borrar la cultura francesa en Alsacia y Lorena. Se forma la "Liga para la defensa de
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Alsacia y Lorena"
· Caos en los Balcanes.
· Fronteras entre Grecia y Albania.
· Los alemanes arman al ejército turco en los estrechos. Los rusos ven muy mal esto.
5. Rivalidades económicas:
· Alemania tenía un gran crecimiento.
· Muchos países compraban productos alemanes.
· La razón de su crecimiento es que ofrecen mejores créditos que Inglaterra lo que origina una mayor
rivalidad.
5. Rivalidades psicológicas o político−diplomáticas:
· Alemania tenía en 1913 850 mil hombres en pie de guerra.
· Austria 160 mil hombres.
· Francia aumenta el servicio militar.
· Rusia dos millones de soldados, pero mal armados.
· Inglaterra no tenía un ejército terrestre muy grande. Se aprovechaban de los soldados autóctonos de
los ejércitos que colonizaban. Pero tenían un impresionante poder naval.
· Todos los ejércitos suponen muchos gastos a los países. Los gobiernos tienen que ir engañando a su
población, les dicen que la guerra está a punto, que hay que estar preparado. Hacen un llamamiento
patriótico.
CARACTERÍSTICAS DE LA I GUERRA MUNDIAL
Los principales elementos que caracterizaron la I guerra mundial fueron:
Se creía que la guerra duraría unas semanas, pero duró cuatro años, tres meses y catorce días.
Fueron muchas las personas que participaron en esta guerra, por ejemplo Alemania contaba con
1.913.850 mil hombres en pié de guerra, aproximadamente. Austria con 160 mil hombres. Rusia con
2.000.000 de soldados. Inglaterra no contaba con un ejército terrestre grande, se aprovechaba de los
soldados autóctonos de los ejércitos que colonizaban, pero contaba con un impresionante poder naval.
El 28 de junio de 1914 el príncipe heredero de Austria−Hungría y su esposa fueron asesinados, en su
visita a Sarajevo capital de Bosnia, por UN estudiante servio, Gavirlo. Los promotores del atentado
habían sido los nacionalistas servios. Austria−Hungría presenta a Servia UN ultimatum que no podía
aceptarse. Estalló pues, la guerra en una semana, "la semana negra", del 28 de julio al 4 de agosto,
todas las grandes potencias, menos Italia, se vieron arrastradas a ella.
La I Guerra Mundial se caracterizó por las grandes matanzas que hubo, por un incidente en los
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Balcanes surgió un devastador incencio mundial. En el oeste los frentes se fijaron en una inhumana
guerra de trincheras. Las llanuras de Flandes fueron arrasadas por un inintrerrumpido fuego de
artillería y se convirtieron en un infierno de fango, minas, alambradas y cortinas de gas. Ataque tras
ataque se intentaba, por ambas partes, romper el frente del enemigo. Se produjeron cuantiosas
pérdidas de vidas humanas.
Ya antes de la I guerra mundial había aparecido importantes armas por ejemplo, el fusil de repetición,
las ametralladoras, etc.
Los ejércitos iniciron la guerra con la idea básica de la supremacía de la ofensiva, que cambiaron a lo
largo del desarrrollo de los acontecimientos. El empleo de la ametralladora terminó con la caballería, su
eficacia en la defensa hizo fracasar los ataques masivos y originó el nacimiento de la sección y del
pelotón. La guerra de trincheras introdujo el uso del mortero, el carro de combate dio inicio a la guerra
acorazada, la artillería multiplicó calibres, aumentó alcances y mejoró mpetodos de corrección. En
1915 empezaron a emplearse gases asfixiantes con la toma de las ciudades belgas, se dio inicio a la
guerra biológica y química, la fortificación de campaña se perfeccionó y favoreció el auge de la guerra
de trincheras, el transporte motorizado se generalizó y la aviación de guerra libró batallas aéreas
independientes.
Los ejércitos en ambos lados lucharon en trincheras, unas zanjas profundas que se cavaban para servir
de protección para las tropas. Las condiciones eran espantosas; hubo inundaciones, lodo, ratas y
cadáveres. Las trincheras de la línea de frente eran el blanco de fuego pesado; los hombres se salían de
las trincheras para avanzar y atacar a las tropas enemigas.
El avión fue utilizado como arma de guerra, los primers combates entre pilotos fueron con pistolas y
con carabinas. En octubre de 1914, en la primera confrontación un avión francés atacó con fuego de
ametralladora a un avión alemán, marcando así, la primera victoria aérea. El avión de bombardeo se
creó después de iniciada la guerra. En 1917 los bombarderos alemanes atacaron Londres y otras
ciudades inglesas, principalmente durante la noche. El uso de protaviones se inicia a finales de 1915,
cuando el teniente Towler despega del crucero Vindex.
La I Guerra Mundial estimuló enormemente la fabricación de aeronaves, su uso con fines militares y el
desarrollo de la guerra aérea; se construyeron dirigibles, globos y aviones. Éstos últimos se utilizaban
principalmente para dos tipos de misiones: la observación y el bombardeo. La exploración de los
frentes de batalla fijos se llevaba a cabo mediante pequeños globos con cuerdas; los dirigibles servían
para realizar reconocimientos en el mar, y los aeroplanos, para sobrevolar las zonas costeras. Con
respecto a las operaciones militares terrestres, los aeroplanos se empleaban para observar la
disposición de las tropas y defensas del enemigo y bombardear sus líneas o a sus fuerzas cuando
entraban en combate.
Desde mediados de 1915 se hicieron frecuentes los combates aéreos entre aviones o escuadrones
enemigos. Los alemanes disfrutaron de la supremacía aérea en el frente occidental desde octubre de
1915 hasta julio de 1916, año en el que los británicos demostraron su superioridad. Entre los más
importantes aviadores, cabe destacar al estadounidense Eddie Rickenbacker, al canadiense William
Avery Bishop y al barón alemán Manfred von Richtofen.
En cuanto a la guerra marítima, a comienzos de la guerra, el grueso de la flota británica, la Gran Flota,
contaba con veinte acorazados y numerosos cruceros y destructores; estaba ubicada en la base de Scapa
Flow, situada en las islas Orcadas, mientras que una segunda flota protegía el canal de la Mancha. La
Flota de Altamar alemana estaba compuesta por trece acorazados y tenía sus bases en los puertos
alemanes de mar del Norte.
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El enfrentamiento naval más importante de la guerra fue la batalla de Jutlandia, librada el 31 de mayo
y el 1 de junio de 1916 entre la Gran Flota británica y la Flota de Altamar alemana, y tras la cual Gran
Bretaña pudo conservar su supremacía naval. No obstante, los alemanes consiguieron romper el
bloqueo británico y reanudaron la guerra submarina sin restricciones en 1917, persuadidos de que éste
era el único método con el que podrían derrotar a Gran Bretaña; esta estrategia no condujo a la
rendición de los británicos, sino que motivó que Estados Unidos declarara la guerra a Alemania. Los
ataques de los submarinos alemanes a los convoyes británicos en el océano Atlántico y en el mar del
Norte ocasionaron la destrucción de numerosas embarcaciones.
Durante 1917 la guerra submarina alemana fracasó en su intento de provocar la rendición de Gran
Bretaña mediante la destrucción de la flota aliada, de la que los británicos dependían para la obtención
de alimentos y suministros. La campaña submarina alemana parecía eficaz en sus comienzos; hacia
finales de 1916, los alemanes hundían mensualmente alrededor de 300 toneladas de embarcaciones
británicas y aliadas en el océano Atlántico norte; la cifra ascendió a 875.000 toneladas en el mes de
abril, por lo que los alemanes estaban seguros de conseguir la victoria en breve. Sin embargo, Gran
Bretaña consiguió, desde el verano, restar eficacia a la estrategia alemana siguiendo varios métodos:
adoptó un sistema de convoyes en el que las flotas mercantes eran protegidas por destructores y
cazasubmarinos, utilizó hidroaviones para detectar a los submarinos, y empleó cargas de profundidad
para destruirlos. Al llegar el otoño, los alemanes comenzaron a perder numerosos submarinos, a pesar
de que seguían hundiéndose una gran cantidad de barcos aliados. A su vez, las naciones aliadas,
especialmente Estados Unidos, construían rápidamente nuevas embarcaciones. El intento alemán de
poner fin a la guerra a través de la guerra submarina había fracasado.
La acción más destacable de 1915 fue el bloqueo submarino impuesto por Alemania a Gran Bretaña. El
hundimiento del transatlántico de pasajeros Lusitania a manos de un submarino alemán el 7 de mayo
costó la vida a muchos súbditos estadounidenses, lo que originó una polémica que estuvo a punto de
provocar la guerra entre Estados Unidos y Alemania, modificando ésta última sus métodos de guerra
submarina para satisfacer al gobierno estadounidense. Sin embargo, en marzo de 1916, el hundimiento
por un submarino alemán del buque de vapor francés Sussex en el canal de la Mancha y la existencia de
víctimas estadounidenses hizo estallar un nuevo conflicto entre estos países.
Otra de las principales características de la I guerra mundial fue la participación de un gran número de
naciones, a partir del asesinato del archiduque de Austria−Hungría se produjo una reacción en cadena
y los países de la triple alianza se enfrentaron contra los de la triple Entente. Rusia quería acabar con el
Imperio Austrohúngaro, apoyó a Serbia y declaró la guerra al imperio.
Alemania, aliada de Austria, declaró la guerra cuando estos invadieron Bélgica. Turquía y Bulgaria se
unieron a Austria y Alemania, mientras que Japón, Rumania, Grecia, Portugal e Italia se incorporaron
dentro del bloque de la triple Entente. En 1917, soldados de Alemania hundieron varios barcos
mercantes estadounidenses por lo que Estados Unidos le declaró la guerra, es así como, con excepción
de algunos países del mundo, en especial América del Sur, sufrieron la más horrible de las guerras.
Vale la pena destacar el importante papel que jugaron las mujeres, en su casa, haciendo trabajos que
previmante habían sido catalogados como no femeninos, o reservados para los hombres.
Las mujeres manejaban camiones, ensamblaban armas y empacaban municiones peligrosas, balas,
bombas y proyectiles. Las mujeres también viajaron a Bélgica y Francia para servir en los hospitales
militares.
Fueron muchos los elementos que caracterizaron la I guerra mundial, pero podemos decir que:
· Durante la I guerra mundial surgió el gas tóxico y el lanza−llamas. (ver foto arriba)
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· Gran Bretaña utilizó artistas oficiales de guerra para consignar la contienda.
· Los soldados disponían de fusiles que podían alcanzar un blanco a una distancia máxima de 800 mts.
· Francia y Estados Unidos realizaron en 1909 los primers intentos en aviación militar.
· Durante la guerra entre el imperio atomano e Italia se llevó a cabo las primeras misiones de aviación
militar en 1911.
PERSONAJES IMPORTANTES
Durante los cuatro años que duró la primera guerra mundial fueron muchas las personas que
intervinieron activamente, tanto en los campos de batalla, como en la planificación de las estrategias
bélicas, a continuación se presentan algunos de esos personajes y sus principales acciones:
· Archiduque Francisco Fernando de Austria: heredero de la Corona imperial austríaca, fue asesinado
en la ciudad de Sarajevo (Bosnia). Austria responsabilizó a Serbia del atentado y en el mes de Julio le
declaró la guerra.
· Helmuth Von Molke: ejecutó un plan contra Francia y Rusia.
· Erich Von Falkenhaym: general alemán que hizo frente a la ofensiva anglo−francesa.
· A.V Sam Sonov y P.K. Rennen Kampf: generales que derrotaron al ejercito Austríaco.
· Paul Von Hinderburg y Erich Ludendorff: derrotaton al ejercito ruso en las batallas de Tannanberg.
Ludendorff solicitó al gobierno un armisticio.
· Guillermo II: Emperador d Baviera huyó a los países bajos por el levantamiento contra el Rey.
· Simuts: general que recibe el mando de las fuerzas aliadas que sé encargarian de la invasión de Africa
Oriental.
· Ferdinand Foch: general encargado de la coordinación de las operaciones aliadas en el último esfuerzo
de los alemanes.
· Phillipp Petain: General francés a quien fue confiada la defensa de Francia en el ataque realizado por
Falkenhayn en su contra.
· Laur Gueórguievich Kornilov: General de las fuerzas rusas que lucharon contra los alemanes.
· Armando Diaz: general italiano que reemplazó al general Cadorna.
· Alejandro: era el hijo de Constantino, ejercía autoridad sobre la presidencia del gobierno.
· Rey Constantino: favoreció a los imperios centrales a pesar de su declarada neutralidad.
· Eleuterios Venizelos: declaró la guerra a Alemania y Bulgaria el 3 de noviembre. Se convirtió en el
presidente del gobierno el 12 de junio.
· Abdulah Ybn Husagn: dirigió con su papá la revelión de Hiyad, posteriormente es nombrado por los
británicos el Rey de Hiyad.
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· Nivelle−Henri Philippe Pétain: ante el fracaso de Nivelle contra los franceses es reemplazado en su
cargo por el general Henri Philippe Pétan.
· Thomas Edward Lawrence: dirigió la rebelión árabe contra los turcos.
· Edmund Allenby: dirigió las fuerzas que intentaron conquistar Gaza (Palestina).
· Sir Edward Grey: primer visconde de Fallodon, propuso el 26 de junio que Gran Bretaña, Francia,
Alemania e Italia se reunieran en una conferencia para arbitar en la disputa Austro−Serbia, pero
Alemania declinó dicha oferta.
· Conde Alfred Von Schlieffen: fue el jefe del Estado mayor alemán desde 1891 hasta 1907. Elaboró el
Plan Schlieffen.
· Joseph Joffre: Dirigió a los franceses para que rodearan a Paris y atacaran al priemer ejercito alemán.
· Maximilian Spee: causó importantes daños en las instalaciones francesas.
· Alexi Aleséieuich Brusilov: estaba unido a las tropas rusas.
· August Von Mackensen: lanzaron un fuerte ataque sobre Serbia desde Arabia−Hungría.
· Sir Ian Hamilton: bombardeó los fuertes turcos de los estrechos, en Febrero de 1915.
· Douglas Haig: intenta romper las líneas de los alemanes en el oeste mediante una ofensiva masiva en la
región del río Somme.
· Henri Philippe Pétain: defendió a la ciudad de la batalla de Verdún que estaba al amando de los
alemanes.
· Robert Georges Nivelle: reemplazó a Joffre como commandant general ade los ejercitos franceses del
norte y del noreste en el mes de noviembre.
· Thomas Woodrow Wilson: presidente de los Estados Unidos de Norte América, estuvo vinculado con
las negociaciones de paz. Al estallar la guerra en Europa el presidente Wilson proclamó formalmente la
neutralidad de Estados Unidos. Esta declaración no evitó que surgieran tendencias favorables a uno u
otro bando contendiente en el país. El presidente Wilson jugó UN destacado papel en la Conferencia de
Paz celebrada en París en 1919 tras la derrota de Alemania.
CONSECUENCIAS DE LA I GUERRA MUNDIAL
El 27 DE Octubre de 1918 Alemania consintió en aceptar las negociaciones de paz, Guillermo II debió
entregar el poder, se extendía por toda Alemania una revolución proletaria que fue posteriormente
sofocada. En Europa comenzaron los preparativos para conferencia de Versalles.
En 1919 se reunieron en Versalles los representantes de los países vencedores para preparar el tratado
definitivo de paz. En ese mismo año, Alemania firmó el Tratado de Versalles, por lo que quedaba
obligada a reducir drásticamente su ejército y armamento y a pagar fuertes sanciones económicas como
reparación por los daños cusados a los aliados durante la guerra. Además, Alemania perdió su imperio
colonial y numerosos territorios en Europa.
Tras la derrota de Alemania en la I Guerra Mundial, los vencedores no llegaban a un acuerdo sobre las
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reparaciones de guerra que debía pagar la nación vencida. Los líderes de Estados Unidos, Gran
Bretaña, Francia e Italia celebraron la Conferencia de Paz de París en 1919 y elaboraron el Tratado de
Versalles. Éste imponía a Alemania una serie de medidas restrictivas y compensatorias que incluían su
desmilitarización a gran escala y el pago de indemnizaciones. Los representantes de la reunión fueron el
primer ministro británico Lloyd George, el ministro de Asuntos Exteriores italiano Giorgio Sonnino, el
jefe de gobierno francés Georges Clemenceau y el presidente de Estados Unidos Thomas Woodrow
Wilson.
A pesar de que todas las naciones confiaban en que los acuerdos alcanzados después del conflicto
restablecerían la paz mundial sobre unas bases estables, las condiciones impuestas promovieron un
conflicto aún más destructivo. Los Imperios Centrales aceptaron los catorce puntos elaborados por el
presidente Wilson como fundamento del armisticio, esperando que los aliados los adoptaran como
referencia básica en los tratados de paz. Sin embargo, la mayor parte de las potencias aliadas acudieron
a la Conferencia de Versalles con la determinación de obtener indemnizaciones en concepto de
reparaciones de guerra equivalentes al coste total de la misma y de repartirse los territorios y
posesiones de las naciones derrotadas según acuerdos secretos. Durante las negociaciones de paz, el
presidente Wilson insistió en que la Conferencia de Paz de París aceptara su programa, pero finalmente
desistió de su propósito inicial y se centró en conseguir el apoyo de los aliados para la formación de la
Sociedad de Naciones.
Se puede puntualizar que las principales consecuencias de tan nefasta guerra fueron:
· La muerte de más de 12 millones de personas, equivalente a casi la mitad de los habitantes de
Venezuela, y varios millones de heridos, en su mayoría jóvenes, principalmente de Rusia, Alemania,
Francia y el Reino Unido.
· Las pérdidas materiales fueron enormes se supone que pasó los 186.000 millones de dólares.
· En tan sólo las tres primeras semanas de la guerra, los alemanes perdieron 600.000 hombres.
· El territorio de Turquía se redujo. El imperio astrohúngaro desapareció y dio lugar a cuatro nuevos
Estados: Austria, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia.
· La Primera Guerra Mundial marcó el fin de la supremaciía de las potencias de Europa y fortaleció la
posición de los Estados Unidos y de Japón.
· En casi toda Europa los medios de comunicación, el transporte, los cultivos, los edificios, etc. quedaron
destruidos.
· Todas las pérdidas ocasinonaron una disminución de la producción industrial y agrícola. Las reservas
de oro y las inversiones se redujeron, toda Europa entró en una grave crisis económica.
· Por el contrario, la contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra:
fusiles de repetición, ametralladoras, gases afixiantes dando orígen a la guerra biológica y química,
hubo tanques, dirigibles y aviones, también se practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería
multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección. El transporte
motorizado se generalizó.
· Hubo una intensa participación de la sociedad civil implicándose en operaciones bélicas, de igual
forma participaron instituciones como la Cruz Roja donde la mujer desempeñó una gran labor.
· A pesar de la labor desempeñada por la Cruz Roja, se desataron grandes epidemias de enfermedades
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infectocontagiosas.
· La acción de los submarinos alemanes provocó el hundimiento de las naves aliadas causando un gran
número de bajas; al abandonarse el principio por el cual se permitía la evacuación de las naves civiles
antes de su hundimiento. En mayo, un submarino alemán torpedeó al Lusitania, un vapor de pasajeros
británico. Éste se hundió en menos de 20 minutos frente a la costa meridional de Irlanda, y fallecieron
1.198 civiles, entre los que se encontraban 128 estadounidenses. El incidente estuvo a punto de anticipar
la intervención de Estados Unidos en el conflicto mundial, que se produjo en 1917.
· A pesar de los esfuerzos realizados para provocar la paz mundial con el Tratado de Versalles, las
potencias vencedoras permitieron que se incumplieran algunos de los términos establecidos lo que
provocó el resurgimiento del militarismo y del nacionalismo agresivo de Alemania y de los desórdenes
sociales en gran parte de Europa, agudizó la crisis económica, hubo una fuerte agitación social y hubo
el resurgimiento de movimientos bélicos producto de graves disputas que quedaron sin resolver.
CONCLUSIONES
Se puede concluir que la I Guerra Mundial:
1. Duró cuatro años, tres meses y catorce días con profundos cambios en el territorio europeo.
2. La guerra representó un coste de 186.000 millones de dólares para los países beligerantes.
3. Las bajas en los combates terrestres ascendieron a varios millones de personas pertenecientes a la
población civil y que, en algunos casos, fallecieron indirectamente a causa de la contienda.
4. A pesar de que todas las naciones confiaban en que los acuerdos alcanzados después del conflicto
restablecerían la paz mundial sobre unas bases estables, las condiciones impuestas promovieron un
conflicto aún más destructivo. Los Imperios Centrales aceptaron los catorce puntos elaborados por el
presidente Wilson como fundamento del armisticio, esperando que los aliados los adoptaran como
referencia básica en los tratados de paz.
5. La mayor parte de las potencias aliadas acudieron a la Conferencia de Versalles con la determinación
de obtener indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra equivalentes al costo total de la
misma y de repartirse los territorios y posesiones de las naciones derrotadas según acuerdos secretos.
6. Durante las negociaciones de paz, el presidente Wilson insistió en que la Conferencia de Paz de París
aceptara su programa completo organizado en catorce puntos, pero finalmente desistió de su propósito
inicial y se centró en conseguir el apoyo de los aliados para la formación de la Sociedad de Naciones.
7. Las potencias vencedoras permitieron que se incumplieran ciertos términos establecidos en los
tratados de paz de Versalles lo que provocó el resurgimiento del militarismo y de un nacionalismo
agresivo en Alemania y desórdenes sociales en gran parte de Europa.
8. La I Guerra Mundial trajo ruina, enfermedades y dolor a todos los paises participantes.
9. Hubo grandes adelantos científicos con fines bélicos lo que trajo como consecuencia más muertes y
más destrucción.
10. Y por último, esta guerra no resolvió los conflictos, por el contrario los enfatizó lo que tras unos
veinte años, aporximadamente, ocasionó la II Guerra Mundial.
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LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Introducción:
La gran guerra que estalló en 1939 fue el segundo conflicto que, iniciado en Europa, llegó a convertirse
en una guerra total, porque directamente incluyó a países de otros continentes e influyó indirectamente
en los aspectos políticos, sociales y económicos en el resto del mundo, de manera similar como sucediera
con el enfrentamiento armado de 1914. Pero a diferencia de éste, la Segunda Guerra Mundial lite un
conflicto de escala mucho más grande y de mayor duración, que se propagó a territorios más extensos y
llegó a ser más cruel e implacable. En su origen, aparte de la rivalidad internacional inherente a todo
conflicto de esta naturaleza, intervinieron otros factores relacionados con los eventos ocurridos en el
mundo durante los veinte años del periodo de entreguerras.
Causas o Factores de origen del Conflicto:
En primer lugar, la Segunda Guerra Mundial surgió en función del enfrentamiento entre ideologías que
amparaban sistemas político−económicos opuestos. A diferencia de la guerra anterior, enmarcada en
un solo sistema predominante −el liberalismo capitalista, común a los dos bandos−, en el segundo
conflicto mundial se enfrentaron tres ideologías contrarias: el liberalismo democrático, el nazi−fascismo
y el comunismo soviético. Estos dos últimos sistemas, no obstante ser contrarios entre sí, tenían en
común la organización del Estado fuerte y totalitario y el culto a la personalidad de un líder
carismático, características opuestas al liberalismo que postula la democracia como forma de gobierno
y la libertad e igualdad de los individuos como forma de sociedad.
En segundo lugar estaban los problemas étnicos que, presentes desde siglos atrás, se fueron haciendo
más graves al llevarse a efecto las modificaciones fronterizas creadas por el Tratado de Versalles, que
afectaron negativamente sobre todo a Alemania y a Austria −naciones pobladas por germanos− y
redujeron de manera considerable sus territorios. Este hecho fue determinante para difundir en esos
pue bios el sentimiento de superioridad de la raza germana −identificada por Adolfo Hitler como raza
aria de acuerdo con una idea desarrollada en la filosofía alemana del siglo XIX− frente a los grupos
raciales, principalmente los judíos que controlaban la economía capitalista, y quienes, según la
perspectiva de los nazis, habían dividido a los pueblos germanos e interrumpido su desarrollo
económico.
Por otra parte, la insistencia de Hitler por evitar el cumplimiento del Tratado de Versalles provocó
diferentes reacciones entre los países vencedores: Francia, que temía una nueva agresión de Alemania,
quería evitar a toda costa que resurgiera el poderío bélico de la nación vecina. En cambio, el gobierno
británico y el de Estados Unidos subestimaban el peligro que el rearme alemán representaba para la
seguridad colectiva; consideraban que el Tratado de Versalles había sido demasiado injusto, y veían
con simpatía la tendencia anticomunista adoptada por la Alemania nazi, porque podría significar una
barrera capaz de detener el expansionismo soviético hacia Europa, calificado entonces por las
democracias occidentales como un peligro mayor y mucho más grave que el propio nazismo. A causa de
ese temor al comunismo, el gobierno británico adoptó una política de apaciguamiento respecto al
expansionismo alemán, bajo la idea de que al hacer concesiones a Hitler podría evitarse una nueva
guerra y se obtendría, además, su colaboración contra el peligro soviético.
En tercer lugar, en la década de los años treinta la situación del mundo era muy distinta a la de 1914.
Aparte de los trastornos ocasionados por la crisis económica iniciada en Estados Unidos, aún persistían
los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial, que había producido una enorme
transformación en todos los ámbitos de la vida humana y originado grandes crisis en prácticamente
todos los países de la Tierra. Además, la secuela de tensiones internacionales que ese conflicto produjo,
preparaban el camino para una nueva guerra, no obstante los intentos de la Sociedad de Naciones por
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evitarla. Por esta razón, puede decirse que la Segunda Guerra Mundial se originó directamente de la
Primera; de ahí que ambos conflictos, enlazados por el periodo de entreguerras, constituyan lo que se
considera como la Segunda Guerra de los Treinta Años en la historia moderna de la humanidad.
A semejanza de la Primera Guerra Mundial, la Segunda se presenta en dos fases:
a) desde 1939 a 1941 cuando se desarrolla fundamentalmente en Europa y muestra una orientación
favorable a las potencias del Eje;
b) desde 1942 a 1945, cuando la guerra adquiere dimensiones mundiales y paulatinamente pasa a ser
favorables a los países aliados encabezados por Gran Bretaña, EE.UU. y URSS.
La invasión a Polonia, causa inmediata
Sin previa declaración de guerra, el 1 de septiembre de 1939 la Wehrmacht (fuerza armada alemana)
puso en práctica la estrategia de la blitzkrieg, o guerra relámpago, con el objetivo de invadir Polonia. El
día 28 del mismo mes el ejército polaco capitulaba y Polonia dejaba de existir al ser repartida entre
Alemania y la Unión Soviética, de acuerdo con el pacto firmado entre estas dos naciones. La URSS
recibió los territorios que antes habían formado parte del antiguo imperio zarista, en tanto que
Alemania se incorporó el corredor polaco, Posnania y la Alta Silesia. Con el resto del territorio se formó
un estado semiautónomo bajo el llamado Gobierno General de Polonia, que en realidad era un
protectorado alemán.
Ante este hecho, que significaba la invasión nazi a uno de los países no alemanes de Europa oriental, las
potencias aijadas de Polonia −Gran Bretaña y Francia− tuvieron que responder de manera inmediata a
la agresión de Hitler y, al día siguiente de la entrada de las tropas alemanas en suelo polaco (2 de
septiembre de 1939), emitieron la declaración de guerra que el Führer parecía estar buscando. Se había
iniciado la Segunda Guerra Mundial.
Primera fase: La Guerra en Europa
La primera fase de la Segunda Guerra Mundial se divide a su vez en dos periodos, el primero de ellos
culmina al rendirse Francia a los alemanes en junio de 1940, y el segundo se extiende desde esa fecha
hasta que la guerra se convierte en mundial con el ingreso de Estados Unidos a favor de los Aliados y de
Japón con las Potencias del Eje en diciembre de 1941.
El primer periodo: septiembre de 1939 a junio de 1940
Recién consumada la derrota de Polonia, Hitler envió propuestas de paz a los gobiernos de Inglaterra y
Francia, mismas que fueron rechazadas. Se inicia entonces una especie de tregua, desde octubre de
1939 hasta la primavera del siguiente año, durante la cual ambos bandos se preparan para una guerra
que prometía ser larga y penosa.
Así, a pesar de la tregua, se practicaron algunas maniobras bélicas por mar y aire, en tanto que la
Unión Soviética aprovechaba ese intervalo para invadir Finlandia el 30 de octubre (acción por la que
fue expulsada de la Sociedad de Naciones) y en marzo siguiente logra el triunfo militar y la anexión del
territorio finlandés.
Invasión alemana a Noruega y caída de Francia.
En la primavera de 1940, la Wehrmacht (foto arriba) dio comienzo a una serie de ataques contra
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Dinamarca y Noruega, con el propósito de llegar a dominar el Atlántico Norte y realizar luego un
bloqueo marítimo en contra de Inglaterra. Al tiempo que se efectuaban esas acciones en el Norte, los
alemanes también avanzaban hacia el oeste y lograban invadir Holanda, Bélgica y Luxemburgo, en
rápidas acciones que hicieron retroceder a las fuerzas franco−británicas, sorprendidas por el hecho de
que los alemanes avanzaron a territorio francés a través de las Ardenas, en vez de cruzar el terreno
donde se encontraba la Línea Maginot, sistema de fortificaciones construido en 1929 para proteger la
frontera oriental de Francia.
Hacia los primeros días de junio de 1940, las tropas de Hitler habían logrado vencer las defensas
francesas en el río Somme y continuaban hacia París, ocupada por los alemanes el día 14 del mismo
mes. En aquellas gravísimas circunstancias, el gobierno francés se vio obligado a firmar un armisticio
(precisamente en el vagón de ferrocarril en el que Alemania había firmado su rendición al terminar la
Primera Guerra Mundial), según el cual Francia quedaría dividida en dos zonas: la atlántica ocupada
por Alemania, con la ciudad de París como capital; y la mediterránea que constituiría la Francia libre,
con capital en Vichy y con el mariscal Philippe Pétain (foto izquierda) al frente de un gobierno
supuestamente colaboracionista de Alemania, obligado a aceptar las condiciones del nuevo orden
europeo. Tales condiciones consistían en romper relaciones con Inglaterra y proceder al desarme del
ejército francés.
El papel de la Resistencia. Sin embargo, no todo fue negativo. La dolorosa derrota de Francia logró
reavivar el espíritu nacionalista de sus ciudadanos, quienes organizaron movimientos de resistencia
dirigidos desde Londres por el general Charles de Gaulle (foto izquierda). Consiguieron formar
cuerpos de guerrilla que, aunque no alcanzaron un éxito definitivo, mantuvieron viva la esperanza del
pueblo francés para liberarse del invasor. De manera semejante creció el nacionalismo en la Gran
Bretaña, pues aun cuando las islas británicas no llegaron a ser ocupadas, los continuos ataques aéreos
de los alemanes estimularon el deseo de los británicos por luchar contra el enemigo. Así, se mostraron
dispuestos a aceptar las medidas de su gobierno, representado entonces por el primer ministro Winston
Churchill, quien pronuncia su famoso discurso en el que pidió al pueblo británico sangre, sudor y
lágrimas para vencer al nazismo. La resistencia francesa y británica despertó la simpatía y la
admiración del pueblo estadounidense que se fue preparando mentalmente para una posible
intervención a favor de las democracias occidentales.
Segundo periodo, junio de 1940 a diciembre de 1941
La Batalla de Inglaterra:
La batalla de la Luftwaffe (fuerza área alemana) contra Inglaterra comenzó el 10 de julio de 1940. Al
principio, las incursiones aéreas germanas fueron un tanto limitadas, pero a partir del 2 de agosto
empezaron a darse ataques masivos contra los aeródromos ingleses, las fábricas de material
aeronáutico y, sobre todo, contra el poderoso y eficaz conjunto de la red inglesa de radar.
Más adelante, con la intención de sembrar el terror entre la población civil, los alemanes dirigieron sus
ataques contra la ciudad de Londres, que llegó a ser bombardeada durante cincuenta y siete noches
consecutivas. Otras grandes ciudades británicas sufrieron también los efectos del ataque aéreo; en
conjunto, sobre Inglaterra cayeron 190 mil toneladas de bombas y se tuvo que lamentar la pérdida de
cerca de 44 mil vidas humanas y más de 50 mil heridos. En algunos momentos, la RAE (Royal Air
Force) pareció estar cerca del colapso, pero Churchill pudo declarar más tarde:
No hay, en la historia de las guerras, ningún otro ejemplo en que tan tantos seres humanos . debieron
tanto a tan pocos.
Discurso de Churchill llamando a la resistencia
Ésa es la decisión del gobierno de Su Majestad y de todos los hombres que lo componen. Esa es la
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voluntad del Parlamento y de toda la nación. El Imperio Británico y la República Francesa, unidos en
la misma causa yen la misma necesidad, defenderán su tierra natal hasta la muerte, ayudándose
fraternalmente hasta el límite de sus fuerzas. Aunque, en verdad, gran parte de Europa y más de un
antiguo y famoso Estado hayan caído o puedan caer en las garras de la Gestapo (Foto: Hermann
Goring creador de la Gestapo) y de todo el odioso aparato de opresión nazi, no nos someteremos ni nos
doblegaremos. Seguiremos hasta el fin, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos,
lucharemos en los aires con una fuerza y una confianza crecientes, defenderemos nuestra isla a
cualquier precio, lucharemos en las playas, lucharemos en los aeródromos, lucharemos en los campos y
en las calles, lucharemos en las colinas; nonos rendiremos jamás. E incluso si esta isla (...), cosa que ni
por un instante creo posible, fuera sojuzgada, en ese caso nuestros Imperio de ultramar; armado y
vigilado por la flota británica continuaría el combate hasta que, en el momento que Dios desease, el
Nuevo Mundo, con toda su fuerza y su poder, avance para socorrer y liberar al Antiguo.
Winston Churchill, 4 de juniio de 194O.
Inglaterra no fue derrotada. Hitler fracasó en sus propósitos y tuvo que posponer la fecha de la
invasión a las islas británicas, además de verse obligado a suspender la ofensiva aérea porque las
pérdidas materiales empezaban a resultarle demasiado costosas.
Formación de las Potencias del Eje:
En tanto que Alemania lograba sus rápidos triunfos sobre los países occidentales, Mussolini (foto)
decidía entrar en la contienda en favor de Alemania, no obstante el disgusto que le había ocasionado la
firma del pacto germano−soviético. El día 10 de junio, Italia declaraba la guerra a Francia, cuando esta
nación se encontraba prácticamente derrotada.
Una vez roto el pacto que Italia tenía con Francia y con Inglaterra, Hitler busco establecer una alianza
con Mussolini, quien estuvo dispuesto a renunciar a sus intereses respecto al territorio austriaco,
cediendo a Alemania la oportunidad de obtenerlo a cambio de que Hitler le concediera el dominio
exclusivo sobre el Mediterráneo. A esta alianza, creada con el objetivo común de luchar en contra del
comunismo, se unió después Japón al firmar con Alemania el Pacto Antikomintern (contra el
comunismo internacional).
La alianza entre Alemania, Italia y Japón constituía un bloque compacto que se consolidaría con dos
acuerdos más: el Pacto de Acero, firmado por Italia y Alemania en mayo de 1939, por el que estos
países se comprometían a ayudarse mutuamente en caso de guerra y a colaborar para conseguir el
espacio vital que ambos buscaban, y el Pacto Tripartita de septiembre de 1940 entre Alemania, Italia y
Japón.
El ingreso de Japón, cuya ubicación en el océano Pacífico era estratégica para aislar a la Unión
Soviética, facilitaba a Alemania el ataque por el extremo oriental de Rusia que Hitler tenía planeado
realizar más adelante cuando hubiera derrotado a las potencias occidentales. El Führer creía posible
contener la presión de Rusia en virtud del pacto de no agresión firmado con los soviéticos, y suponía
que de esa manera podría evitar una guerra en dos frentes. Sin embargo, derrotar a Inglaterra no era
empresa fácil, y la fuerza aérea de este país había ocasionado graves pérdidas a la Luftwaffe. En esas
circunstancias Hitler decidió bloquear el Mediterráneo con ayuda de Mussolini, buscando interrumpir
la comunicación de los británicos con los puntos estratégicos que poseían en esta zona, además de
causarles daños económicos al bloquear el Canal de Suez.
La guerra en Europa centro−oriental:
Mientras los alemanes organizaban la nueva situación de Francia, Stalin aprovechaba para continuar
con la anexión de los territorios señalados en el pacto germano−soviético~ en perjuicio de Rumania y de
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Letonia, Lituania y Estonia. Hitler decidió entonces avanzar hacia el este e intervino en Rumania; en
septiembre de 1940, abdicó el rey rumano y tomó el poder el mariscal Ion Antonescu, quien impuso un
régimen pronazi y permite la entrada de las tropas alemanas a Rumania, que ocupan los campos
petroleros de su territorio.1 Estos movimientos ocasionaron la ruptura de las relaciones
germano−soviéticas y favorecieron los planes de Hitler para invadir Rusia. El 18 de diciembre de 1940,
Hitler dictó la Operación Barbarroja en contra de Rusia, planeada para realizarse en la primavera del
año siguiente. Sin embargo, los acontecimientos en los Balcanes obligaron a retrasarlo.
Operaciones en Africa y los Balcanes:
El 28 de octubre de 1940, Mussolini invadió Grecia sin previo aviso al Führer, cuya indignación fue
mayor al enterarse de la derrota de los italianos al mes siguiente. Más tarde, el Duce sufrió un nuevo
descalabro, aún más grave, ante las tropas inglesas que, procedentes de Egipto, penetraron en Libia y
se apoderaron de la Somalia italiana, de Eritrea y, por último, de Etiopía, la reciente conquista italiana.
Estas derrotas, que enardecieron a Hitler, impulsaron al ejército alemán para crear el Africa Korps,
destacamento militar especialmente equipado y adiestrado para la guerra en el desierto, bajo el mando
del general Erwin Rommel (foto izquierda), quien logró romper el frente británico y cambió el rumbo
de las operaciones del Mediterráneo a favor de las potencias del Eje. Las tropas alemanas avanzaron
con rapidez, y en abril de 1941 se encontraban en Egipto, donde ocuparon el paso de Halfaya.
El Führer se propuso además avanzar hacia los Balcanes. Mediante el recurso de la guerra relámpago
iniciada el 6 de abril de 1941, las fuerzas alemanas vencieron la resistencia de Yugoslavia y Grecia, que
se rindieron en pocos días. A fines de mayo, los alemanes se apoderaron igualmente de Creta, y a partir
de entonces, el Eje pudo pasar a la ofensiva en Libia Durante el verano de 1941, Alemania se había
apoderado de los Balcanes, mientras que la Gran Bretaña dominaba en las regiones vecinas del
Cercano Oriente y Gibraltar en el extremo oeste del Mediterráneo, gracias a que Francisco Franco se
negó a aceptar la propuesta de Mussolini para que España participara en la guerra contra los aliados.
Mientras tanto, la guerra continuaba en el norte de África y se mantendría durante dos años más, hasta
la intervención de las tropas estadounidenses.
Invasión de Rusia:
En junio de 1941, ante la imposibilidad de vencer a Inglaterra en forma definitiva, Hitler decidió poner
en práctica la Operación Barbarroja (foto) en contra de la Unión Soviética. Este plan de ataque
consistía en una operación rápida destinada a eliminar las tropas rusas, aprovechando que ya Francia
había sido sometida e Inglaterra se encontraba luchando sola en el Mediterráneo. Además, Hitler
suponía ç1ue al derrotar a Rusia, Japón podría dominar el Pacífico y amenazaría las costas de Estados
Unidos para impedir que este país interviniera en la guerra de Europa. Aunque en los primeros
momentos las tropas alemanas lograron importantes éxitos militares en Rusia, al ocasionar
innumerables bajas
en el ejército ruso y avanzar en territorio soviético hasta llegar a las puertas de Moscú, al llegar el
invierno antes de lo previsto, las tropas germanas, que no estaban preparadas para afrontar el intenso
frío, comenzaron a debilitarse.
El 5 de diciembre de 1941, los rusos realizaron una contraofensiva frente a Moscú; la guerra se
convertía en la contienda prolongada que Hitler creyó poder evitar para no verse en la necesidad de
luchar en los dos frentes. El día 7 de ese mismo mes, la aviación japonesa atacaba con éxito la flota de
Estados Unidos que se encontraba anclada en Pearl Harbor de las islas Hawai; esta acción japonesa dio
al presidente Roosevelt la oportunidad que estaba esperando para que el Congreso aprobara la
intervención de Estados Unidos en la guerra.
Segunda fase: intervención de Japón y Estados Unidos
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La segunda fase de la guerra se caracteriza por la intervención de dos países de reciente crecimiento
económico que comenzaban a participar, sobre todo Estados Unidos, en las aspiraciones imperialistas
del reparto mundial. La segunda guerra europea, a semejanza de la primera, les ofrecía la oportunidad
no sólo de rivalizar con las grandes potencias, sino incluso llegar a desplazarlas de la hegemonía
mundial. Estados Unidos ya había experimentado las ventajas de desplazar económicamente a una
Inglaterra dañada por la guerra de 1914. Ante Japón se presentaba una nueva oportunidad para
proseguir su desarrollo imperialista, pues la ventaja de su situación geográfica le permitía una
magnífica posición para buscar el enfrentamiento con Estados Unidos, país con el que iniciaba una
competencia por el dominio territorial en el océano Pacífico y por el dominio económico de los
mercados mundiales.
Gracias al avance de la Wehrmacht sobre Europa occidental, que provocó la derrota de Francia y
mantuvo ocupada a Gran Bretaña, Japón pudo avanzar sobre Indochina y acercarse a Singapur con el
propósito inmediato (le aislar a China, para logrando el dominio sobre el Pacífico, hasta que, sin previa
declaración de guerra, os japoneses atacaron la flota estadounidense en Pearl Harbor, acción
determinante para la entrada de la Unión Americana en la contienda internacional.
Por otra arte, desde mediados del año anterior, cuando la Luftwaffe iniciara sus ataques conra
Inglaterra, Roosevelt había pactado con el gobierno británico la entrega de 50 arcos destructores a
cambio de una cesión de bases en varias colonias inglesas en el continente americano, y había logrado
que el Congreso de Estados Unidos aprobara a Ley de Préstamos y Arriendos, destinada a prestar
ayuda financiera a Gran Bretaña para costear los gastos de guerra, no obstante que tales acciones
constituían una violación a la neutralidad estadounidense.
Además, en agosto de 1941, Roosevelt y Churchill (foto) habían celebrado una reunión a bordo de un
crucero frente a las costas de Terranova, y el día 14 firmaban una declaración de principios contenida
en la llamada Carta del Atlántico en la cual se ratificaban los ideales liberales y democráticos, y se
insistía en el propósito de organizar un sistema efectivo de seguridad colectiva, mediante el
establecimiento de un régimen de colaboración económica entre los pueblos, restaurando el principio de
autodeterminación. A pesar de la magnitud de esa colaboración de parte de Estados Unidos, que
convertía a este país en el gran arsenal de las potencias occidentales, no era suficientemente poderosa
como para que éstas ganaran la guerra; así, el ataque japonés a Pearl Harborl dio al gobierno
estadounidense la oportunidad de participar m el conflicto, que así tomaba un nuevo rumbo.
La Carta del Atlántico
El presidente de los Estados Unidos de América y el Primer Ministro representante del Gobierno de
S.M. en el Rino Unido, habiéndose reunido en el Océano (Atlántico), juzgan oportuno hacer conocer
algunos principios sobre los cuales ellos fundan sus esperanzas en un mejor para el mundo y que son
comunes a la política nacional de sus respectivos países.
1. Sus países no buscan ningún engrandecimiento territorial o de otro tipo.
2. No desean ver ningún cambio territorial que no esté de acuerdo con los votos libremente expresados
de los pueblos interesados.
3. Respetan el derecho que tienen todos los pueblos de escoger la forma de gobierno bajo la cual quieren
vivir, y desean que sean restablecidos los derechos soberanos y el libre ejercicio del gobierno a aquéllos
a quienes les han sido arrebatados por la fuerza.
4. Se esforzarán, respetando totalmente sus obligaciones existentes, en extender a todos los Estados,
pequeños o grandes, victoriosos o vencidos, la posibilidad de acceso a condiciones de igualdad al
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comercio y a las materias primas mundiales que son necesarias para su prosperidad económica.
5. Desean realizar entre todas las naciones la colaboración más completa, en el dominio de la economía,
con el fin de asegurar a todos las mejoras de las condiciones de trabajo, el progreso económico y la
protección social.
6. Tras la destrucción total de la tiranía nazi, esperan ver restablecer una paz que permita a todas las
naciones vivir con seguridad en el interior de sus propias fronteras y que garantice a todos los hombres
de todos los países una existencia libre sin miedo ni pobreza.
7. Una paz así permitirá a todos los hombre navegar sin trabas sobre los mares y océanos.
8. Tienen la convicción de que todas las naciones del mundo, tanto por razones de orden práctico como
de carácter espiritual, deben renunciar totalmente al uso de la fuerza. Puesto que ninguna paz futura
puede ser mantenida sin las armas terrestres, navales o aéreas continúan siendo empleadas por las
naciones que la amenazan, o son susceptibles de amenazarla con agresiones fuera de sus fronteras,
consideran que, en espera de poder establecer un sistema de seguridad general, amplio y permanente, el
desarme de tales naciones es esencial. Igualmente ayudarán y fomentarán todo tipo de medidas
prácticas que alivien el pesado fardo de los armamentos que abruma a los pueblos pacíficos.
Formación del bloque de los Aliados:
Solidariándose con Japón, Alemania e Italia declararon la guerra a Estados Unidos el día 11 de
diciembre, cuatro días después del ataque a Pearl Harbor; de esta manera estaba más que justificada la
entrada en la guerra para los estadounidenses; después de esto todos los gobiernos del continente
americano, con excepción de Argentina que lo haría más tarde, hicieron causa común con Estados
Unidos, en la Conferencia Panamericana celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en enero de 1942. Ese
mismo mes, veintisiete naciones, incluidas las tres grandes potencias −Gran Bretaña, Estados Unidos y
la Unión Soviética que había roto el pacto con Alemania− se integraban en una alianza contra el Eje a
la que Roosevelt dio el nombre de Naciones Unidas.
Cada una de ellas se comprometía a utilizar todos los recursos para derrotar al Eje y a no hacer nunca
una paz por separado. De tal forma quedaban integrados plenamente los dos bloques contrarios: el
bloque de los Aliados, formado por Inglaterra, la Unión Soviética y Estados Unidos (Francia había
quedado temporalmente fuera de la contienda) y el bloque del Eje, integrado por Alemania, Italia y
Japón. El primero manifestaba una aplastante superioridad en caso de que la guerra se prolongase,
aunque todavía a mediados de 1942 la supremacía de las Potencias del Eje era un hecho innegable.
A principios de ese año, Estados Unidos y Gran Bretaña formaron una organización llamada Jefes de
Estado Mayor Combinados, con el propósito de unificar sus recursos, en una estrecha colaboración que
por primera vez se daba entre las dos naciones y, en agosto se celebraba en Moscú un encuentro entre
Stalin, Churchill y William Averell Harriman, este último en representación del presidente
estadounidense, para discutir la apertura de un segundo frente en Europa.
Tres frentes de guerra:
A partir de diciembre de 1941 se efectuaron tres guerras, en forma casi independiente aunque incluidas
en una sola guerra total: 1) en las llanuras de Rusia, entre los alemanes y el ejército soviético; 2) en el
océano Pacífico, donde se enfrentaron estadounidenses y japoneses; y 3) en el océano Atlántico, el mar
Mediterráneo y el norte de África, donde ingleses y estadounidenses combatían contra Alemania e
Italia. Para los Aliados, el objetivo principal consistió en acelerar la derrota de Alemania, la nación más
peligrosa de las Potencias del Eje, aun cuando tuvieran que retrasar la derrota sobre Japón.
Las batallas decisivas que harían cambiar de rumbo a la guerra, inclinando la victoria final al bando de
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los Aliados, ocurrieron, entre el otoño de 1942 y la primavera del siguiente año, en tres principales
frentes de combate. Esas batallas fueron:
a) En el norte de Africa; en un sitio conocido como El Alamein, donde el mariscal británico Bernard
Law Montgomery atacó a las fuerzas alemanas al mando del general Erwin Rommel y las obligó a
retirarse; a los pocos días de este hecho, ocurrido el 23 de octubre de 1942, desembarcaban en el norte
de África las tropas estadounidenses dirigidas por el general Dwight D. Eisenhower, para colaborar con
Montgomery romper el cerco de las fuerzas de Rommel, las cuales se vieron forzadas a abandonar el
territorio, y capitularon el 7 de mayo de 1943; África quedaba libre de las fuerzas del Eje y el
Mediterráneo estaba abierto. El sueño de Mussolini de crear un imperio africano se había desvanecido.
b) En el frente oriental, Hitler desencadenaba una nueva ofensiva contra la Unión Soviética, buscando
apoderarse de los territorios del Cáucaso, ricos en petróleo, a pesar de que las fuerzas alemanas se
encontraban ya debilitadas. A mediados de noviembre de 1942, las tropas rusas −superiores en número
a las alemanas y bien 1 equipadas no sólo con los propios recursos soviéticos sino con la ayuda
proporcionada por Estados Unidos a través de la Ley de Préstamos y Arriendo− realizaron una
contraofensiva que logró romper las líneas enemigas al norte y sur de Stalingrado y vencer a las fuerzas
alemanas. Después de esta victoria, a pesar de algunos retrocesos, los rusos se mantuvieron a la ofensiva
durante todo el resto de la guerra.
c) En el Pacífico, durante los primeros meses de 1942, los japoneses lograron importantes triunfos,
llegando a dominar una extensa área del Pacífico, donde incluso conquistaron algunas bases
estadounidenses. Pero a semejanza de Alemania, Japón no pudo sostener una guerra prolongada contra
las fuerzas aliadas, cuya base de operaciones se encontraba en Australia, al mando del general
estadounidense Douglas MacArthur (foto). Durante la primavera de 1942, los Aliados obtuvieron
importantes victorias navales y aéreas en las batallas del Mar del Coral y Midway, y desde entonces se
manifiesta hacia el Pacífico central un gran avance de los Aliados. Meses más tarde, las fuerzas
estadounidenses desembarcaron en Guadalcanal, en las islas Salomón.
La fase final de la guerra
Acuerdos para las ofensivas finales. Mientras se desarrollaban las campañas militares, los diplomáticos
aliados llevaron a cabo importantes planes políticos con el fin de acordar las estrategias más adecuadas
para derrotar al Eje. Desde 1941, los soviéticos pedían la creación de un segundo frente, es decir, un
desembarco aliado en Europa occidental para contrarrestar la ofensiva alemana en el frente oriental.
Pero en ese año y en el siguiente, las fuerzas occidentales todavía no estaban en condiciones de
emprender tal operación.
Del 14 al 24 de enero de 1943, Churchill y Roosevelt celebraron la Conferencia de Casablanca y en ella
se proyectó el desembarco en Francia para la primavera de 1944, pero no lograron establecer acuerdos
concretos sobre las estrategias a seguir antes de esa fecha. Sin embargo, ambos mandatarios tomaron
en Casablanca una decisión muy importante a la que pronto se sumó Stalin: la rendición incondicional
que se exigía a las potencias del Eje, como único medio de poner fin a la guerra.
La campaña de Italia. Después que Montgomery y Eisenhower lograran vencer a las fuerzas de
Rommel en África, luego de una espectacular campaña conjunta (julio−agosto de 1943), tropas inglesas,
canadienses y estadounidenses desembarcaron en la isla de Sicilia, dispuestos a atacar las fuerzas de
Mussolini. Así, lograron engañar a Hitler haciéndole creer que dirigían su ataque contra Grecia.
Ante la llegada de los ejércitos aliados a territorio italiano, Mussolini reunió al Gran Consejo Fascista,
pero no consiguió su apoyo; por lo contrario, la gran mayoría de los miembros del Consejo le
reprocharon haber llevado a Italia al desastre y decidieron restablecer un régimen constitucional, para
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lo cual pidieron al rey la destitución de Mussolini. El 25 de julio, el Duce fue relevado de su cargo y
arrestado. Después de veintiún años, el régimen fascista llegaba a su fin. El poder fue ocupado por el
mariscal Pietro Badoglio, quien se puso al frente de un gobierno militar del que fueron excluidos los
fascistas, y empezó a realizar gestiones para capitular ante los Aliados, en tanto que Hitler se preparaba
para atacar Italia, previendo una posible colaboración de este país con las fuerzas angloamericanas.
Durante el mes de septiembre de 1943, los alemanes liberaron a Mussolini, quien se instaló en la ciudad
de Milán y proclamó la República Social Italiana −que en realidad sería un gobierno títere de Hitler− y
decretó una nueva movilización militar. Con estas acciones se desencadenó en el norte de Italia una
guerra civil entre los fascistas ayudados por los alemanes, y el Comité de Liberación Nacional dirigido
por los comunistas que encabezaba el líder Palmiro Togliatti. De ahí en adelante daría comienzo la
resistencia italiana en contra de los regímenes nazi−fascistas, cuyo desprestigio crecía
considerablemente tanto entre el pueblo alemán como en el italiano. En octubre, el gobierno de
Badoglio declaró la guerra a AJemania, e Italia fue reconocida por los Aliados como país cobeligerante.
En abril del año siguiente, cuando Alemania era cercada en dos frentes y su derrota era inevitable,
Mussolini agotó sus recursos para salvarse y decidió huir hacia Suiza, pero fue apresado y fusilado por
la resistencia antifascista italiana.
No obstante, la campaña de Italia se prolongó por varios meses porque los alemanes bloqueaban
tenazmente el avance de las fuerzas angloamericanas hacia Roma. A partir de la liberación de esta
ciudad el 5 de junio de 1944, el frente aliado en Italia quedó paralizado, pues hubo necesidad de retirar
las tropas para utilizarlas en la campaña para liberar a Francia.
Conferencia de Teherán. Ante el nuevo curso que había tomado la guerra, los dirigentes de las
potencias aliadas −Stalin, Roosevelt y Churchill− decidieron celebrar una nueva reunión, en Teherán,
capital de Irán, a finales de noviembre de 1943. En la Conferencia de Teherán, Stalin planteó dos
asuntos cuya discusión daría la característica esencial de esta reunión: uno se refería a la insistencia
soviética en la necesidad de que las fuerzas angloestadoudinenses abrieran un segundo frente de guerra
en Europa occidental, y el otro a la conveniencia de establecer un acuerdo sobre el problema de las
nuevas fronteras, es decir, de los territorios que corresponderían a cada uno de los Aliados una vez que
el Eje fuera derrotado. Para la fecha en que se celebraba esta reunión, Stalin ya podía imponer
condiciones debido a los triunfos que la Unión Soviética había obtenido sobre el ejército alemán; por lo
tanto, se empezaba a plantear una nueva correlación de fuerzas, derivada de la diferencia fundamental
que había entre el sistema soviético y el de sus aliados circunstanciales. En esa misma conferencia, Gran
Bretaña y Estados Unidos se comprometieron a realizar un desembarco al norte de Francia, con el fin
de abrir el segundo frente solicitado por Stalin.
Por esas fechas (finales de 1943), tanto la aviación inglesa como la de Estados Unidos −cuya
superioridad sobre la alemana ya se había hecho evidente− desencadenaron una gran ofensiva de
bombardeo sobre Alemania y los territorios ocupados por este país, donde arrasaron varias ciudades
importantes y ocasionaron serios daños a la industria bélica enemiga. Hitler a su vez realizó el ensayo
de una serie de armamentos nuevos, aviones de reacción y cohetes teledirigidos, (las llamadas bombas
V1y V2) con las que volvieron a atacar la ciudad de Londres; sin embargo, estas acciones alemanas no
habrían de cambiar el curso de la guerra que ya se había inclinado a favor de los Aliados.
Consecuencias de la Segunda Guerra
Para el conjunto del conflicto de 1939−1945, tanto en Europa como en Asia, las cifras de pérdidas
humanas son impresionante, las mayores que una guerra haya producido en toda la historia. En total se
calculan 55 millones, 25 millones de cuales era militares y el resto civiles, sin contar 5 millones de judíos
asesinado en el Holocausto ocasionado por los Nazis. Pero esto es sólo una estimación aproximada , las
destrucciones de registros civiles por bombardeos aéreos, la confusión provocada por los traslados de
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población −que imposibilita distinguir entre fallecido y desaparecidos− y la pérdida de parte de la
documentación han impedido un mayor acercamiento a la cifra real de los muertos.
Alemania 8.000.000
Checoslovaquia 6.700
China 2.000.000
EE.UU. 405.399
Francia 600.000
Inglaterra 300.000
Japón 2.000.000
Polonia 6.000.000
URSS 22.000.000
Yugoslavia 1.500.000
A pesar de su falta de precisión, estas cifras aproximadas proporcionan una idea de la sangría
demográfica que significó la Segunda Guerra Mundial, con un descenso poblacional casi cuatro veces
mayor que el ocasionado por la de 1914−1918. Esta diferencia se explica por la considerable extensión
del teatro de operaciones bélicas y por la implicación directa de toda la población en la guerra como
efecto de los bombardeos aéreos. Todo ello agravado porque algunos países (Japón y la URSS
principalmente) no respetaban la Convención de Ginebra de 1864 sobre prisioneros de guerra, y por las
políticas racistas de exterminio sistemático llevadas a cabo por el Tercer Reich.
A estas cifras se deben añadir 35 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos, así como las
víctimas de la subalimentación que sufrían de enfermedades como la tuberculosis y el raquitismo.
Además, esa hecatombe demográfica tendría consecuencias a largo plazo; en las pirámides de edades
correspondientes países como la Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia y Alemania, se puede observar un
desequilibrio en los indicadores de edad y sexo, que representa un notable descenso de la población
activa que afectó de manera inmediata la reconstrucción de esos países y años después impactaría sobre
el comportamiento del índice de natalidad.
Al final de la guerra se planteaba en Europa el problema de las personas desplazadas a causa de las
vicisitudes de la guerra. En tanto que millones de hombres y mujeres vagaban de un punto a otro del
Continente, ex prisioneros de los campos de concentración nazis que trataban de volver a sus
respectivos países, ex colaboracionistas que esperaban escapar a las represalias y los castigos y, sobre
todo, ¡ millones de personas que abandonaban los territorios anexionados por los vencedores. Unos 10
millones de alemanes sin recursos expulsados de Polonia, de Checoslovaquia o de Hungría, fueron
transportados a una Alemania que había perdido 25% de su territorio, mientras que cerca de dos
millones de checos y eslovacos ocupaban los territorios abandonados por los alemanes. En Austria
apenas si fueron dejados en sus hogares los descendientes de colonos alemanes.
En la región del Báltico, la suerte más cruel la sufrieron los letones, estonios y lituanos, quienes,
deportados a campos de trabajo alemanes durante la guerra, al terminar ésta fueron llevados a Rusia al
tiempo que su territorio era ocupado por colonos rusos. Siglos de lentos procesos demográficos fueron
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barridos en pocos meses; el mapa desplazamiento de etnográfico de Europa central y oriental fijado
desde la Edad Media fue radicalmente remodelado.
Pérdidas materiales y financieras
El panorama de las destrucciones materiales era también desolador; numerosas viviendas y otras
construcciones fueron destruidas. Las comunicaciones (puertos, ferrocarriles, puentes y viaductos) y las
grandes ciudades sufrieron los daños mayores. Alemania perdió 20% de sus viviendas y Gran Bretaña
9%, a causa de los bombardeos que afectaron también numerosas fábricas. En Francia, Italia y
Alemania, aparte de ciertos sectores como el de la siderurgia, las instalaciones industriales habían
sufrido menores daños; en las naciones de tradición industrial lo que impediría la recuperación sería la
falta de materias primas y recursos financieros.
Pero fue en la Europa oriental donde las destrucciones alcanzaron mayor magnitud: en la Unión
Soviética 17.000 ciudades y 70.000 pueblos fueron arrasados y, en conjunto, este país perdió más de
20% de su potencial industrial e incalculables daños en la agricultura y la ganadería. Polonia quedó
arruinada, casi no quedaba edificio en pie, había perdido más de un tercio de su capacidad de
producción y se encontraba al borde de la hambruna. En Yugoslavia, pueblos y campos quedaron
destruidos y el país había perdido aproximadamente 38% de su capacidad productiva.
En el aspecto financiero, los gastos de guerra y las muy pesadas exacciones monetarias impuestas por
los alemanes en los países ocupados, particularmente en Francia, agravaron el déficit presupuestario y
desencadenaron la inflación. Además, al finalizar la guerra apareció una gran masa de billetes
atesorados durante el conflicto, cuya puesta en circulación constituyó otro factor inflacionario. Todo
esto hacía inevitables las devaluaciones de las monedas, sobre todo en los países menos desarrollados
como Hungría y Grecia.
Algunas consecuencias favorables. Sin embargo, la guerra tuvo en algunos países, junto a efectos
catastróficos, otras consecuencias de carácter favorable. La Unión Soviética es el mejor ejemplo;
aunque sufrió pérdidas humanas y materiales en mayor medida que los demás países europeos, al final
pudo ampliar notablemente su territorio. Además, ante la invasión alemana, el traslado de las fábricas
soviéticas de la zona europea a las regiones situadas al este de los montes Urales, sentó la primera
piedra del desarrollo industrial del Asia soviética. Asímismo, la ocupación militar y el traslado de
fábricas de Alemania y de otros países después de 1945, significaron para la URSS una oportunidad
única para establecer un control político y eco-nómico sobre Europa oriental y sudoriental, mismo que
constituyó la base de su política hegemónica frente a Occidente. Otros países que salieron fortalecidos
económicamente de la guerra fueron Estados Unidos y los que pudieron man-tener su neutralidad,
como Suecia, Suiza y los países de la Cornrnonwealth.
Efectos psicológicos y morales
Aparte de las destrucciones materiales y los desplazamientos de población, la guerra trajo consigo la
ruina psicológica y moral, ocasionada por varios motivos: la utilización sistemática de la tortura por la
Gestapo, la dominación de dictaduras militares y policíacas, la acentuación de los antagonismos de
clases, la lucha enconada entre colaboracionistas y miembros de la resistencia. Otro elemento negativo
en este sentido fue la creación de hábitos de violencia y pillaje que trastornaron incluso el orden interno
en países que antes se habían destacado por el respeto a las leyes y a los derechos individuales.
Pero el extremo de la ruina moral y psicológica estaba en los campos de exterminio nazis, descubiertos
tras la derrota alemana y la liberación de las naciones ocupadas. Se trataba de campos de
concentración donde se llevaban a cabo los increíbles programas de exterminio del régimen nazi,
fábricas de la muerte en las que se intentó la solución final del problema judío y se eliminaba también a
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los opositores políticos del nazismo, al tiempo que se ensayaban experimentos de esterilización y de
eliminación de personas con defectos físicos o retraso mental, con miras a alcanzar la "pureza étnica
preconizada por las filosofías racistas alemanas.
Aparte de la terrible huella dejada en los supervivientes de los campos de concentración, el
conocimiento de aquellas atrocidades provocó un verdadero trauma moral en la conciencia humana
ante el hecho inexplicable e injustificable de que una barbarie tal se hubiera podido desarrollar en el
mundo civilizado del siglo XX. Pero la humanidad todavía había de presenciar azorada otra barbarie
más cuando, en el mes de agosto siguiente, las bombas atómicas estadounidenses convirtieron en un
verdadero infierno las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, provocando en ambas la muerte
instantánea de cerca de 120 000 personas civiles y dejando una espantosa secuela de radiación nuclear
que continuaría cobrando víctimas mortales por muchos años más.
Diseño y organización de la paz:
Conferencias y tratados de paz
Una vez terminada la guerra, se hizo necesario ponerse de acuerdo para la forma en que se iba a
reglamentar la paz entre vencedores y vencidos, lo cual no resultaba tarea fácil en virtud de los
diferentes intereses de las naciones vencedoras y la desconfianza que existía entre ellas, sobre todo por
el beneficio que representaba para Estados Unidos el poseer el secreto de la energía atómica y por la
posición ventajosa de la Unión Soviética en la Europa oriental. Así pues, fue necesario celebrar varias
reuniones para llegar a una decisión final sobre las condiciones de la nueva paz mundial. Las
principales fueron dos conferencias celebradas en Moscú y París.
Conferencia de Moscú. A petición del gobierno estadounidense interesado en abrir nuevamente las
conversaciones, se realizó en la capital soviética una nueva reunión en la que participaron ministros de
Asuntos Exteriores de las tres grandes potencias. La Conferencia de Moscú, celebrada en diciembre de
1945, aunque no logró resolver los problemas diplomáticos entre las naciones vencedoras, pudo fijar el
procedimiento a seguir para redactar los Tratados de Paz. De singular importancia fueron las
decisiones tomadas respecto a la situación del Lejano Oriente, ya que se acordó la creación de gobiernos
democráticos en Corea y se aprobó el establecimiento de una nación unificada y un gobierno
democrático en China, el cual puso fin a la guerra civil que asolaba ese país. Al final, un asunto de gran
trascendencia fue la decisión de crear una comisión para el control de la energía atómica, a cargo de la
nueva organización internacional que habría de establecerse en sustitución de la fracasada Sociedad de
Naciones.
Conferencia de París. Otra importante reunión internacional fue la Conferencia de París, celebrada en
1946 en la capital francesa en dos ocasiones, una entre el 28 de abril y el 16 de mayo, y la otra, del 15 de
junio al 12 de julio, convocándose en esta última fecha la Conferencia de Paz. Los ministros de Asuntos
Exteriores de las cuatro potencias después continuaron en la ciudad de Nueva York una última etapa
de la Conferencia, entre los meses de octubre y diciembre del mismo año, en la que establecieron la
fecha definitiva para la firma de los tratados de paz con Italia, Finlandia y con los tres países
balcánicos: Hungría, Bulgaria y Rumania, que se llevó a cabo en París el 10 de febrero del año
siguiente. El tratado con Austria no se firmaría hasta 1955, después de diez años de ocupación de las
cuatro potencias vencedoras. Pero la solución del problema alemán fue eludida y no se alcanzó ningún
acuerdo y, si a ello se agrega el hecho de que la URSS no firmó ningún tratado de paz con Japón, se
puede llegar a la conclusión de que la Segunda Guerra Mundial no tuvo un final diplomático.
Modificaciones territoriales
En Europa, el conjunto de los países vencidos estaba constituido por Alemania, Italia, Finlandia,
Rumania, Hungría y Bulgaria, y en el Extremo Oriente por Japón y Siam (Tailandia). Todas estas
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naciones quedaron ocupadas militarmente por los países vencedores: Finlandia, Rumania, Hungría y
Bulgaria por la Unión Soviética; Italia, por los ejércitos angloamericanos; y Japón por Estados Unidos.
Las mayores modificaciones territoriales se dieron en Europa y Alemania fue la más afectada por ellas:
perdió alrededor de 100000 kilómetros cuadrados de la superficie que tenía en 1937 y el territorio
restante fue dividido en cuatro zonas de ocupación−soviética, estadounidense, británica y francesa−,
división también aplicada a la ciudad de Berlín. Además, fueron anuladas todas las conquistas
hitlerianas; Austria, Polonia y Checoslovaquia, que habían dejado de existir a causa del Anschluss de
1938, volvieron a constituirse como Estados nacionales. Austria sufrió la misma suerte que Alemania y
fue subdividida en cuatro zonas de ocupación.
En la Europa central y oriental los principales cambios territoriales beneficiaron a la URSS y a Polonia.
Este país restituyó a la URSS los territorios conquistados en 1921 a expensas de Ucrania y Bielorrusia,
pero en compensación se anexó una parte de la Prusia Oriental, la Pomerania y la Silesia, tomadas a
Alemania; de esta forma Polonia llegaba a tener una importante salida al mar y un territorio más
homogéneo. La Unión Soviética, aparte de recuperar los territorios del este de Polonia, recuperó los
países bálticos que Alemania había conquistado en su avance hacia Rusia, y se anexionó también la
región alemana de Koenigsberg.
Italia tuvo que ceder varios territorios del continente europeo en favor de Grecia y de Francia, además
de perder sus colonias en el norte de África. Rumania restituyó la Besarabia a la URSS y en cambio
recuperó la Transilvania que había pasado a Hungría. Bulgaria perdió su salida al mar en beneficio de
Grecia, en tanto que Checoslovaquia cedió a la URSS la región de la Rutenia.
Es importante destacar el hecho de Europa había quedado dividida no solamente por motivo de la
desintegración de Alemania, sino porque al avanzar los ejércitos soviéticos sobre las fuerzas militares
del Eje fueron ocupando los territorios de Europa oriental. La Unión Soviética se vio entonces muy
favorecida con la ventaja de que al ser derrotados los gobiernos nazi−fascistas, los pueblos de Europa
oriental que habían estado dominados por éstos se inclinaron por el socialismo, lo cual resultó
claramente favorable para el expansionismo soviético que progresivamente convirtió esos países en
satélites suyos.
Respecto al Lejano Oriente, la Conferencia de Yalta había previsto que Japón perdería todas sus
posesiones. Pero los cambios territoriales y políticos dependieron de la cambiante situación en las
últimas semanas de la guerra. El territorio de Manchuria −conquistado por Japón en 1931 y convertido
en el Estado títere de Manchukuo bajo dominio japonés− fue ocupado por las tropas soviéticas, al
tiempo que era reintegrado a China; pero se convirtió en un enclave de lucha entre comunistas y
nacionalistas chinos. Corea, anexionada por Japón en 1910, quedó dividida en dos Estados: uno al norte
del paralelo 38, ocupado por los soviéticos, y el otro al sur, ocupado por los estadounidenses. La URSS
se anexó el sur de las islas Sajalín y las Kuriles, al norte de Japón. Estados Unidos, además de
asegurarse los archipiélagos japoneses de las islas Marianas, Carolina y Marshall, ocuparonJapón y
rehusaron compartir su autoridad sobre el territorio japonés con los otros Aliados.
China recibió Formosa (Taiwan), pero la derrota de Japón reanimó la guerra civil entre los comunistas
dirigidos por Mao Zedong (Mao Tse−tung) y el gobierno de Chiang Kai−chek. En el Sudeste asiático,
británicos, franceses y holandeses recuperaron sus colonias. Pero en 1945, Ho Chi Minh, líder
comunista vietnamita, y Achmed Sukarno, dirigente del movimiento nacionalista de Indonesia,
proclamaron la independencia en sus respectivos países, mientras que en la India avanzaba el proceso
de emancipación hasta alcanzarla en 1947.
En el Medio Oriente, Etiopía recobró su independencia y le fue entregado el territorio de Eritrea, lo que
le daba acceso directo al mar Rojo. Somalia y Libia, provisionalmente ocupadas por los ingleses,
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deberían obtener la independencia en poco tiempo. El retorno de la paz en la región estuvo marcado
por el despertar del panarabismo, expresado en la creación de la Liga Árabe en marzo de 1945, y el
inicio de la descolonización en los territorios bajo mandato británico y francés. Líbano y Siria
alcanzaron su independencia en 1944 y 1946, respectivamente. Pero en Palestina, el problema se
complicó con la creación del Estado de Israel en 1948, con el acuerdo de las grandes potencias y el
patronazgo de la Organización de las Naciones Unidas.
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