Lunes, 4 de abril de 2016 | 19 LA PROVINCIA | DIARIO DE LAS PALMAS Opinión Al azar Vivir al margen de un millón Matías Vallés V ivir al margen de un millón no es lo mismo que vivir con un millón al margen. La segunda expresión define a los numerosos patriotas que prefirieron vivir la relajada legislación fiscal suiza en lugar de la española. Su burla al contribuyente adquiere un perfil infamante, cuando pretenden endosarle la primera mitad del enunciado. Estos potentados argumentan que se trataba de un depósito marginal, sin valor de cambio, al que prácticamente habían perdido la pista dados sus infatigables quehaceres. Los grandes linajes con fortunas proporcionales en Suiza pretenden que vivían su rutina cotidiana despreocupados de la evolución de sus millones. Esta presunción aspira a colocarlos por encima de la experiencia humana, una distinción que figura entre los alicientes inconfesables del evasor. España entera rio de buena ga- na con la peripecia del suegro de Francisco Granados, una escena digna de Paco Martínez Soria. Al descubrirse un maletín con un millón de euros en un altillo de la casa del familiar del líder del PP, el agraciado desvió la responsabilidad a trabajadores de Ikea que habían instalado un armario, hacia fontaneros y demás operarios con acceso a una vivienda. Los profesionales de estos sectores transportan a menudo cantidades millonarias, por lo que se habría producido un descuido en el altillo de los hermanos Marx. Sin embargo, interesa más la reacción de los espectadores. Por encima de las chanzas, se le negaba al padre político de un encarcelado la opción de desentenderse de una cantidad equivalente al salario medio de un español durante toda su existencia. Esta frivolidad parecía inadmisible, una falta de respeto al sagrado dinero. Sin embargo, a continuación se muestra comprensión hacia los opulentos que habían olvidado unos millones en el Credit Suisse, en qué estarían ellos pensando. Las grandes fortunas españolas en Suiza ostentan linajes como Botín, Borbón y Pujol, sin olvidar a Bárcenas cuando habla de “mi pensión de jubilación”. Al ser sorprendidos, nunca a raíz de un reconocimiento voluntario, transmiten la impresión de que ignoraban los centenares de millones que tenían arrinconados en un cantón. La oronda cuenta corriente era un cachivache polvoriento en un desván, de nuevo la maleta del suegro de Granados. Ante este desprecio culpable a la dignidad del dinero, cabe aclarar que los múltiplos de un millón de euros exigen una dedicación absoluta. La desproporción de esa fortuna aconseja un recuento diario, como el acometido por Harpagón en El avaro de Molière. El destierro de cantidades de tal magnitud se sufre como la partida de un hijo en busca de horizontes más prometedores. La plebe ruidosa no valora en su justa medida la angustia de una persona que guarda millones de euros a miles de kilómetros de distancia. Los evasores no ayudan a concienciar a la ciudadanía, al relativizar las tribulaciones que no tributaciones que les ocasiona la separación. La ansiedad periódica que asalta al inversor en Suiza, por si se registrara un temblor de tierra que se tragara al país alpino, o si el Estado Islámico plantara su bandera negra en Ginebra. Un millón de euros, y alguno de los patriotas españoles supera los mil millones en depósitos, controla a sus propietarios. Domina su existencia y hasta su respiración, sin necesidad de haber leído a Marx ni a su profeta Piketty. Sería interesante publicar la periodicidad de las consultas bancarias efectuadas por quienes han tenido la previsión de depositar sus millones en Suiza. Sin necesidad de desvelar las identidades de las personas asociadas, se reforzaría la conclusión de que las sumas evadidas no les conceden un mi- nuto de tregua. El dinero es tan exigente como la felicidad que lleva asociada, obliga a más atenciones que un amante secreto. Estas contrapartidas se escapan a los seres frívolos que no han padecido la experiencia de ocultar diez millones de euros. Es peligroso de hecho insistir en las obligaciones contraídas por los emigrantes fiscales a Suiza, porque disuadirían a quienes están decididos a realizar el esfuerzo pertinente. Por suerte, la inmensa mayoría de evasores atribuye su conducta a una preocupación exacerbada por sus familiares, otro privilegio que por lo visto no alcanza a las clases contribuyentes. Es un factor adicional para no subestimar la tensión que se han visto obligados a soportar y ahora a disimular, separados de su posesión más preciada. Si publicitaran este sacrificio, lograrían el perdón eterno sin necesidad de las honrosas regularizaciones a cargo de un Gobierno amigo. El análisis de las cuotas que se devenguen por modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas, por la adquisición, por cualquier medio admitido en Derecho, de bienes y derechos provenientes de la empresa de la que proceda la mayoría de los socios trabajadores de la sociedad laboral. A la vista de lo cual solamente cabe calificar como insufinovedades la posibilidad de, si bien acota- cientes los beneficios fiscales reconocidos da en el tiempo, constituir una Sociedad a estas entidades si realmente se quiere inLaboral tan solo con dos socios. También centivar su creación. es de destacar que se ha incrementado el En cambio, sí siguen en vigor diferentes número de horas que pueden trabajar los medidas para su fomento, entre las que caempleados con contrato indefinido, que no bría destacar la posibilidad que tienen sus sean socios, pudiendo alcanzar el cuarenta socios trabajadores de capitalizar las prestay nueve por ciento del cómputo global de ciones por desempleo o las ayudas que puehoras / año trabajadas en la empresa por el den solicitar las sociedades laborales y cooconjunto de los socios trabajadores. perativas por la contratación de personas Asimismo, se flexibilizan los plazos de desempleadas que reúnan determinados adaptación en los supuestos de transgrerequisitos como demandantes de empleo. sión de los límites de capital y contrataPor último recordar que las sociedades ción de trabajadores no socios exigidos laborales deberán adaptar sus estatutos a para no perder la condición de sociedad lo dispuesto en la nueva normativa hasta el laboral. 14 de noviembre de 2017. Desde el punto de vista de los beneficios fiscales reconocidos a las sociedades (*) Economista y miembro de la Asociación laborales, el legislador solamente ha perEspañola de Asesores Fiscales (Aedaf) mitido una bonificación del 99 por ciento Nuevo marco jurídico para las sociedades laborales y participadas Jaime Cabrera Hernández (*) R ecientemente se ha publicado la ley 44/2015, de 14 de octubre, de sociedades laborales y participadas. Con esta norma el legislador pretende clarificar, actualizar y adaptar a la nueva realidad económica el contenido de la ahora derogada Ley 4/1997, de 24 de marzo, que regulaba las sociedades laborales. Se cumple con ello lo previsto en la disposición adicional séptima de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social, norma que establece el marco jurídico común para el conjunto de entidades que integran la Economía Social, entre las que obviamente se encuentran las socie- dades laborales, una forma jurídica que nace en los años setenta como método de autoempleo colectivo por parte de los trabajadores, ya que la mayoría del capital social de dichas sociedades laborales debe pertenecer a sus empleados. Recordar que las sociedades laborales son aquellas sociedades anónimas o de responsabilidad limitada que al menos la mayoría del capital social sea propiedad de trabajadores que presten en ellas servicios retribuidos de forma personal y directa, en virtud de una relación laboral por tiempo indefinido, sin que ninguno de los socios, salvo algunas excepciones, sea titular de acciones o participaciones sociales que representen más de la tercera parte del capital social. Esta nueva ley, que entró en vigor el 14 de noviembre de 2015, establece entre sus Entre líneas ¿Es bueno el multipartidismo? Lizardo Martell T eóricamente, el multipartidismo amplía la oferta para los votantes y eso es bueno, pero lo cierto es que hasta la fecha no se han apreciado otras ventajas, al contrario, llevamos tres meses sin gobierno definitivo, un intento de investidura derrotado, hay líderes de partidos que no se hablan y otros que no se reúnen porque tienen las agendas muy comprometidas... ¡Como si hubiese temas más importantes que el de poner en marcha con normalidad el país y empezar a tomar las oportunas decisiones para resolver los problemas que tiene planteado! Se debe tener muy presente que todo cambio exige también que los afectados cambien, así los votantes, las bases de los partidos, las ejecutivas y en especial los líderes. Todos debemos evolucionar para adaptarnos al nuevo panorama del multipartidismo, que se caracteriza por que los gobiernos se for- man en muchas ocasiones mediante coaliciones de diferentes partidos, incluso de diferente signo político. Hay otros cambios que también son necesarios: el de actitud, aceptando sin reservas que en democracia no hay enemigos sino adversarios políticos; el respeto que debe estar siempre presente y el de descalificaciones siempre ausente. La solución de un problema exige plantearlo correctamente, si no se hace así, el resultado no es válido. Eso es lo que está pasando con las elecciones del 20 de diciembre, los políticos han interpretado los resultados en clave personal o de partido, pero nunca considerando el interés general, que si se hubiese tenido en cuenta ya tendríamos un gobierno trabajando para resolver problemas reales que afectan y angustian a muchas familias. Creo que es oportuno hacer un comentario sobre el hacer y el ser de los líderes políticos que en muchas ocasiones no lideran sino que se convierten en transmisores de los acuerdos de sus partidos. El líder debe tener sus propios criterios y ser capaz de conseguir los apoyos necesarios, en caso de no lograrlos la dignidad le obliga a dimitir. Existe un ejemplo práctico de capacidad para liderar dado por Nelson Mandela y que quedó reflejado en una memorable escena de la película Invictus, en un momento dado muestra desacuerdo contra un acuerdo unánime del Ejecutivo de su partido, por lo que pide una nueva votación sin su presencia, aunque antes de irse de la sala les deja un profunda reflexión: “Ustedes me han elegido como líder, déjenme que les lidere”; por supuesto ganó la segunda votación. ¿Tenemos en España un problema con los líderes? Si arrastran al país a unas nuevas e inciertas elecciones... seguro que sí.