A la Trazología, por el “Día de las Madres” Dr. C. José Angel Posada Jeanjacques Perito Principal Investigador Titular Profesor Titular [email protected] Se han puesto Uds. a pensar qué sería de la pericia criminalística sin la Trazología…, pues pensémoslo, ya que vale la pena1. Hace unas semanas el Dr. Waldemiroff2, nos hacía dudar (como ha pasado a lo largo de toda la civilización humana en el seno de muchas familias) sobre la identidad del pater familia con su artículo “Fernando Ortiz: ¿Padre de la Criminalística Cubana?”, pero dejemos en paz al padre ahora, aunque sea por un instante y preguntémonos, ¿Quién será la “madre” de la Criminalística Cubana3?, sujeto que casi siempre se conoce, a menos que la criatura haya sido abandonada o haya corrido una suerte de novela mexicana durante su nacimiento. Pero nuestra Trazología, aunque maltratada y a veces hasta ignorada, no es una criatura abandonada, creció bien criada, atendida, alimentada científicamente y con todo derecho al arribar a su mayoría de edad conformó su propia familia y nos legó su descendencia de conceptos, clasificaciones, teorías, herramientas, en fin conocimiento, que le dieron cuerpo a todas y cada una de las especialidades que hoy integran a la Técnica Criminalística, que no estudian más que huellas y que para verlas fueron primero descubiertas por la madre Trazología. Fue la primera, allá cuando los cánidos menores vivían en las grutas junto a nuestros antecesores homosapiens, hará unos 10 000 años más o menos, cuando para alimentarse o defender su tribu, esos mismos antecesores, humanos sólo por genética e incipiente sociedad, “leían” las gotas de sangre y las huellas de las patas y pies sobre la tierra, la nieve o la arena, no importa donde, pero lo hacían por necesidad vital mucho mejor de lo que lo hacemos ahora. Sola en su desarrollo ayudó a viajeros y cazadores, a ladrones y thief-takers4, hasta que ya criminalísticamente instituida, continua ayudando a disciplinas tan 1 Con el perdón de Calviño. Doctor en Ciencias Jurídicas Marcos Molina Waldemiroff, Especialista de la Dirección de Criminalística de la República de Cuba. 3 Y como todos, y con toda intención, escribimos Criminalística Cubana y nos estamos refiriendo sólo a la Técnica Criminalística Cubana. 4 “Gente que busca ladrones” según el inglés coloquial del siglo XVIII, base del detektive más tardío. “El premio que el Estado y la comunidad ofrecían al thief-takers era de 40 libras por la acusación de un ratero además el delator de quedaba con las armas el caballo y todos los bienes del condenado. El 2 distantes como la Odorología (que sin Trazología no podría explicar dónde encontró las “moléculas olorosas” del comisor del delito), la Infografía (que no tendría nada que modelar o infograficar, si no existieran huellas de donde asir sus infogramas) o la Informatoscopía (que no existiría dentro de la Criminalística, si no hubiera trocado en su jerga5 científica y cibernética el término trazas electromagnéticas por el de huellas informatoscópicas). Si en la “ceguez” de la denuncia y llegados a un lugar donde cada uno proclama su versión como cierta, no fuéramos armados de Trazología, tampoco seríamos capaces de ver sin “pasionismos” el Lugar del Suceso, ¿Cómo entonces sabríamos que pasó?, ¿A quiénes identificaríamos?, ¿Qué verdad tributaríamos a quienes tienen el delicado deber de administrar justicia?. No habrá jamás una nueva disciplina en la pericia, si previamente no recibe la “dispensa” de la Trazología, pues los conocimientos que ella nos ha “parido”, definirán primero a su nuevo objeto de estudio como huella, definirá también lo genérico y lo particular de sus características para posteriormente ayudar a conformar lo que se conocerá como su valor identificativo, pero estudiará además todo lo concerniente a su mecanismo de formación (de esas nuevas huellas a estudiar), para con ello normar metodológicamente lo que podrá diagnosticarse en cada situación concreta. Por eso en un día como este segundo domingo de mayo, junto a nuestras madres biológicas, la Trazología también merece de nuestro cariño en calidad de madre científica. Para ella: Madre segunda Madre si, aunque quizás se asombren, porque me diste mi segunda vida, la de profesional y hombre, la que muchos se ufanan en buscar y no la encuentran nunca, aunque gracias a ti creo ya tenerla. “premio de la traición” era el acicate que movía a todos los “detectives”, y la consecuencia de tales procedimientos era, naturalmente, una corrupción sin límites. Los thief-takers inducían al delito a muchachos inexpertos y después los delataban para cobrar la recompensa. Con frecuencia ofrecían la restitución de objetos robados a cambio de una prima equivalente al precio de los mismos. Después, naturalmente, se repartían la prima con los ladrones, siempre que el ladrón no fuera el propio thieftaker, cosa que ocurría con frecuencia”. Thorwald, H.: “El Siglo de la Investigación Criminal”. Edición digital a cargo del Dr. Alexander Cárdenas León. Santa Clara. 2006. Pp. 48. 5 Y que conste que no es un trato despectivo, si no que se refiere al lenguaje especial y familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios, como los toreros, los estudiantes, etc. Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Madre si, porque con tu saber acaricias mi frente y muestras el camino, alimentando mi sed de saber y desanudando entuertos, que otros hacen pero no son tus secretos, para ti todo es luz y sabiduría. Madre si, porque no tienes que ser corpórea para que puedas dar a luz, también tu has dado luz a otros saberes y seguirás pariéndolos, mientras las huellas vivan y mientras este mundo sea de la pericia. j.a.p.j. 10.05.09