Bridges for Peace (Puentes para la Paz) Los Estudios de Israel Vol. #779503S LA PASCUA JUD í A: RELACI ó N CON LA SANTA CENA - Par te 1 La mayoría de los cristianos ven muy poca relación entre la denominada “Semana Santa” y la Pascua judía. Las expresiones idiomáticas han creado una gran distancia entre el significado original de la palabra hebrea Pésaj (que literalmente significa “pasar por encima”) y las palabras utilizadas dentro de otro contexto lingüístico. La mayoría de los idiomas europeos, incluyendo el latín y por consiguiente el español, utilizan una palabra derivada de la palabra Pésaj para identificar esta fiesta, pero no así el inglés. Este idioma ha adoptado la palabra Easter, la que viene del nombre de una diosa pagana anglosajona de la primavera llamada Eostre. La traducción bíblica correcta al inglés para Pésaj es Passover, pero tradicionalmente los cristianos se refieren a la mencionada época como Easter. Tristemente, cuando el cristianismo alcanzó las costas de Inglaterra, ya la “Iglesia” había perdido mucho de su fundamento hebraico. Podemos reconocer cuán convenientemente incorporaron la fiesta pagana de la nueva “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; ésto es mi cuerpo” (Mat. 26:26). INTERNATIONAL HEADQUARTERS: P.O. Box 1093, Jerusalem, Israel, Tel: 972-2-624-5004, FAX: 972-2-624-6622 U.S.: P.O. Box 33145, Tulsa OK 74153-1145, Tel: (918) 461-8800, FAX: (918) 461-8808 " CANADA: P.O. Box 21001, RPO Charleswood, Winnipeg, MB R3R 3R2, Tel: (204) 489-3697, FAX: (204) 489-7998 U.K.: Victoria House, Victoria Road, Buckhurst Hill, Essex IG9 5EX, Tel: (44) 208-559-2479, FAX: (44) 208-502-9062 SOUTH AFRICA.: P.O. 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La “Iglesia” adoptó para sí el uso de símbolos paganos de la fertilidad, como lo eran los huevos en brillantes colores y los conejos, mientras que iniciaron la costumbre de panecillos preparados con masa leudada y con una cruz encima para el Viernes Santo...ignorando totalmente que el día en que recordamos la muerte de Jesús tuvo su origen en la fiesta judía de los Panes sin Levadura, celebrada con masa SIN levadura. El proceso común de incorporar símbolos paganos de los países entre los cuales se dispersaba la Iglesia hacía que se apartara cada vez más de sus raíces originalmente hebraicas. El ceder a costumbres popularmente aceptadas con la intención de que el cristia-nismo se hiciera más atractivo para el pueblo condujo a toda clase de distorción a la interpretación bíblica. Con respecto a la Pascua y la Santa Cena, su desligamiento se remonta a los tiempos de los primeros Padres de la Iglesia. Durante el siglo segundo d.C., algunos de los primeros Padres hicieron declaraciones en contra de los judíos, y se opusieron a que los cristianos celebrasen la Pascua judía. Por ejemplo, Ignacio, obispo de Antioquía, se expresó de esta manera, “Si alguno celebra la Pascua junto con los judíos, o recibe los emblemas de la fiesta, se hace partícipe de aquellos quienes mataron al Señor y sus discípulos.” Ésta es la clase de enseñanza que dió lugar al antisemitismo cristiano. No cometamos el mismo error. Es vital que este tipo de pensamiento no esté albergado en nuestro subconciente mientras realizamos el presente estudio acerca de la Pascua judía. A medida que recordamos la última cena del Señor con sus discípulos, evento histórico del cual los cristianos recibimos la institución de la Santa Cena de parte de Yeshúa (Jesús), necesitamos re-examinar la Palabra: “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua” (Mat. 26:17-19). Cuando consideramos las referencias del Nuevo Testamento, descubrimos cosas muy distantes a las amonestaciones que hacían nuestros primeros Padres de la Iglesia en contra de guardar las fiestas bíblicas. Podemos ver que Yeshúa y todos Sus discípulos guardaban las fiestas judías. Por las Escrituras, vemos que Yeshúa deseaba comer la Pascua con Sus discípulos antes de Su padecimiento (Luc. 22:15). Aparentemente no tan sólo guardaba las fiestas principales, sino que también guardaba la fiesta de Jánuka, o la Fiesta de la Dedicación (Jn. 10:22). Más adelante, en la fundación de la tradición cristiana, el apóstol Pablo recomendó a los cristianos gentiles que guardaran la fiesta, asegurando hacerlo con toda sinceridad y verdad, y no con malicia y maldad (1Cor. 5:7-8). Pablo también guardaba las fiestas judías, y en una ocasión expresó que no se detendría en Éfeso porque quería estar en Jerusalén para la fiesta de Pentecostés o Sukot (Hech. 20:16). El propósito por el cual el pueblo de Dios celebraba estas fiestas bíblicas era para recordar y mantener vivas las historias de los milagros que Dios hizo por Su pueblo. Todavía hoy día nos sirven de herramientas educativas muy útiles. Examinemos y descubramos el significado más profundo detrás de estos eventos tan relevantes para la Iglesia, y en particular la Santa Cena, desde la perspectiva hebraica. LA PASCUA Y LOS CRISTIANOS En años recientes, muchos cristianos han demostrado mayor interés en celebrar esta antigua celebración judía. Es sorprendente el cambio, cuando consideramos nuestra historia cristiana y los continuos esfuerzos por desligar la Iglesia del pueblo judío. Algunos cristianos todavían llegan al extremo de llamarse “Nuevo Testamentarios”, enseñando que el mensaje del Antiguo Testamento es algo del pasado y que no guarda relevancia con la presente “dispensación de la gracia”. Sin embargo, Yeshúa mismo se refirió a esas Escrituras cuando dijo, “No 2 penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mat. 5:17). La aparición de Yeshúa sobre la tierra se realizó dentro de un contexto histórico para cumplir el plan redentor de Dios, lo cual fue prometido desde la antigüedad para lograr la salvación del mundo. Sin embargo, Yeshúa y Su mensaje debe verse y entenderse dentro del contexto de las escrituras Antiguo Testamentarias, y el ignorar las mismas puede conducirnos a grandes equivocaciones doctrinales. La ruptura entre el cristianismo y nuestras raíces judaicas se inició poco después de la destrucción del Templo en el año 70 d.C. al final de la soberanía judía en Jerusalén. Rivalidad y discordia comenzaron a desarrollarse entre los líderes gentiles y el pueblo judío. La Iglesia naciente trató de desacreditar y usurpar la posición del judaísmo como religión legal dentro del imperio romano, derecho que aún no disfrutaba el cristianismo. Ésto ocurría a pesar de que los mismos inicios de la comunidad cristiana eran judías, siendo los creyentes judíos en Yeshúa los principales participantes en el desarrollo inicial de la Iglesia. Un ejemplo de la mencionada rivalidad y discordia puede observarse en la controversia creada con respecto a la fecha para celebrar el Día de la Resurrección. Durante los primeros años de la Iglesia, este día se celebraba correctamente según el calendario lunar, en conjunto con la semana de la Pascua judía. Sin embargo, en el Concilio de Nicea de 325 d.C., la Iglesia escogió un nuevo método para establecer la fecha de esta celebración, apartándose así de sus históricas raíces hebraicas. El apóstol Pablo, en las Epístolas a los Romanos y Efesios, demuestra claramente que los cristianos compartimos un mismo pacto con Israel. En Romanos 11 se ilustran a los creyentes gentiles como ramas silvestres, las cuales hemos sido injertadas al buen olivo. Este cuadro del olivo demuestra que las raíces del olivo son el pacto original que Dios hizo específicamente con el pueblo judío (el Antiguo Pacto). Las ramas naturales, los judíos, han sido temporeramente desgajados, y las ramas no naturales, los gentiles, hemos sido injertados por medio del Nuevo Pacto en Yeshúa, de quien recibimos nuestra rica savia (v.17). El Antiguo Pacto de Dios hecho con el pueblo judío es lo que sustenta las nuevas ramas, las cuales son los creyentes aceptos por Dios a través del Nuevo Pacto (v.18). En Efesios, el apóstol nos dice que nos encontrábamos “alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Ef. 2:12). Sin embargo, ahora hemos “sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (v. 13), la sangre del Cordero. Ya no somos “extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (v. 19). Como cristianos, ahora compartimos con los judíos los mismos pactos, las mismas promesas y las mismas fiestas, inclusive la Pascua. Tenemos el privilegio de compartir con ellos todas sus fiestas solemnes. Las librerías cristianas tienen muchos libros sobre cómo los cristianos podemos celebrar y apreciar en nuestros hogares las lecciones que nos ofrecen las fiestas bíblicas. Aunque podamos interpretar todas las fiestas judías en términos cristianos, permitamos también que los judíos nos definan el significado de ellas desde su propia perspectiva. Resulta ser una experiencia muy significativa si participamos del Séder (orden) de la cena de Pascua con una familia judía o en una sinagoga local. Los cristianos podemos aprovechar mucho de esta celebración mientras aprendemos directamente de ellos acerca de la fidelidad de Dios con los hijos de Israel cuando los sacó de Egipto. PREPARATIVOS PARA LA PASCUA Miremos más de cerca el orden de la cena de Pascua. De hecho, la semana de Pascua incluye tres diferentes fiestas judías, según mencionadas en Lev. 23: la Pascua (Pésaj), los Panes sin Levadura, y los Primeros Frutos (lo cual se discutirá en la próxima parte de este estudio). La cena judía de Pascua se come en la víspera del primer día de Pascua. Esta cena se conoce en hebreo como el Séder. La palabra “séder” significa literalmente “orden”, por lo que modernamente se utiliza la palabra “beséder” para representar lo que conocemos como “OK”, o “está todo en orden”. La cena de Pascua se divide en diferentes etapas para asegurar que sean incluídos todos los elementos con relación a las bendiciones, el reconocimiento de los alimentos, los símbolos 3 y el recuento de la historia del éxodo de los hijos de Israel desde Egipto. Se cree que este Séder fue establecido hace más de 3,500 años, sufriendo muy pocos cambios durante los pasados 2,000 años. El propósito es asegurar que la historia de lo que Dios hizo con Su pueblo sea narrada de generación en generación, según el mandato que se encuentra en Éxodo 13:8: “Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace ésto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.” No tan sólo existe un orden específico para celebrar la Pascua, sino también una manera específica en que debe ser preparada. En Mateo 26:17-19 encontramos que Yeshúa envió a Sus discípulos para hacer los preparativos de la última Cena que iban a celebrar juntos. La búsqueda del “jametz”. ¿Qué tipo de preparativos son necesarios hoy día? Los preparativos ahora son un tanto complejos, y pueden tomar unos cuantos días antes de iniciarse la fiesta como tal. Significa primeramente una limpieza muy meticulosa de toda la casa, en especial de la cocina y de todas las áreas en que se haya ingerido alimento. Durante esta semana, sólo se puede comer pan sin levadura (matza), y todo pan leudado debe ser eliminado de la casa. Luego de la cuidadosa limpieza, el padre y los niños de la casa realizan una búsqueda simbólica de los últimos restos de levadura (jametz) el día antes de la Pascua. Utilizando una vela, buscan y recojen las últimas migajas de pan del piso con una pluma, y las destruyen a fuego. Durante toda la fiesta de Pascua y de los Panes sin Levadura, ningún establecimiento judío en Israel dispondrá entre su mercancía producto alguno que contenga levadura. Ésto se hace en respuesta a lo que dice en Éxodo 12:19-20: “Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.” Cuando los judíos dejan de comer alimento con levadura y comen únicamente matza durante siete días, recuerdan de manera tangible el significado simbólico de la levadura y la necesidad de eliminar el pecado de sus vidas. Ésto deja una impresión indeleble sobre sus conciencias. La minuciosa preparación para la Pascua también debe enseñar a los cristianos muchas cosas. Vemos reflejada en ella una preparación espiritual a la que se refería el apóstol Pablo cuando nos exhortó: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad” (1 Cor. 5:7-8). En la Biblia, la levadura representa la maldad y el pecado. El énfasis de Dios es que debemos limpiar nuestra vida de toda maldad, ya que el Evangelio no tan sólo provee salvación, sino también santificación o purificación. La santificación es un proceso que debe continuar diariamente el resto de nuestras vidas. Pablo nos habla con respecto a esta limpieza cuando nos instruye en torno a la Santa Cena: “...pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa” (1 Cor. 11:28). Existe otro asunto relevante en la preparación espiritual para la Pascua. Levítico 23:8 ordena que ningún trabajo servil debe ser realizado durante la Pascua. En otras palabras, no se deben llevar cargas durante ésta ni durante las demás fiestas solemnes. Cuando celebramos la Pascua, debemos pedirle a Dios que se lleve todas nuestras pesadas cargas del corazón. Ciertamente, la Pascua es el tiempo en que celebramos la liberación de nuestras cargas y la abolición de nuestra esclavitud al pecado. Deberíamos, también, invitar la presencia del Espíritu Santo a nuestras vidas, ya que 4 “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Cor. 3:17). Tradicionalmente, los judíos celebran la cena de Pascua de manera relajada y reclinados sobre almohadones, representando así que ya no son esclavos sino personas verdaderamente libres. ENCENDIENDO LAS VELAS FESTIVAS En la víspera de la Pascua, lo primero que se hace es encender las velas festivas. Esta costumbre probablemente tuvo sus comienzos al recordar el gran candelabro que una vez se encontraba en el Templo. A la misma vez, el candelabro puede representar el Espíritu Santo, la presencia de Dios en el Templo y también en la Iglesia. Estas velas son encendidas por la mujer a la vez que recita la oración de bendición sobre la casa. Podemos recordar que fue una mujer, María, la que dió a luz a Yeshúa, la Luz del Mundo. LOS ALIMENTOS DE LA PASCUA A la vez que existen unos preparativos espirituales, hay unos preparativos físicos que deben realizarse para ordenar la mesa de la Pascua. Dios es el mejor de los maestros, y nos enseña a través de ayudas visuales. El Séder consiste de unos alimentos específicos que nos ayudan a recordar los grandes milagros que Dios hizo en beneficio de los israelitas para sacarlos de Egipto. Estos alimentos ayudan a contar la historia del éxodo de una generación a otra. Además de estos alimentos especiales, se sirve un delicioso banquete para festejar la liberación. Generalmente, el hombre de más edad en el hogar preside el Séder para narrar la historia del éxodo, dirigir las oraciones pertinentes y ofrecer las explicaciones sobre los elementos que la componen. Durante el período del segundo Templo (los tiempos de Yeshúa) la gente generalmente comía alimentos producidos localmente en la tierra de Israel. Aunque existía cierto comercio de comestibles importados, eran escasos y muy caros para la gente común. Sin embargo, para una ocasión como ésta, algunas especias importadas ciertamente tienen que haberse utilizado. En la cena de Pascua del primer siglo pueden haber servido los siguientes alimentos: frutas secas (como higos, pasas, dátiles y albaricoques secos), vegetales (como zanahorias, pepinillos, apio y perejil), aceitunas y pepinillos conservados en vinagre, nueces, almendras y algarrobas, hojas de uva rellenas, huevos asados, miel, arroz con semillas, cordero guisado, aceite de olivas, pan sin levadura, y vino diluído. En la mesa se pone un plato especial del Séder con varios artículos. Algunos se comen y otros se ponen allí sólo para que los participantes recuerden los eventos milagrosos del éxodo. Las Cuatro Copas de Vino Cada persona en la mesa tiene una copa con vino dulce y diluído para beber en cuatro ocasiones designadas durante el Séder, a medida que se narra la historia: 1. La primera copa, que se bebe al principio del Séder, se llama la Copa de la Santificación. 2. La segunda copa es la Copa del Juicio, tomada mientras se recitan las 10 plagas de la historia del éxodo (sangre, ranas, piojos, moscas, plaga del ganado, úlceras, granizo, langostas, oscuridad y muerte del primogénito). Mientras cada plaga se menciona, los participantes mojan la punta de su dedo en la copa y remueven una gota del vino, porque una copa llena representa la llenura del gozo, y no debe haber gozo mientras los juicios caen sobre los egipcios. 3. La tercera copa es la Copa de la Redención, y se bebe luego del banquete para recordar la redención que Dios les dió para librarlos de la servidumbre. 4. La cuarta copa se llama la Copa de la Alabanza, y se bebe finalizando el Séder cuando se cantan los Salmos 5 115-118 (Halel). Es un momento de celebración y cántico. Los nombres de las cuatro copas, y los momentos en que éstas se beben, se basan en cuatro citas de Éxodo 6:6-7 cuando Dios les anunció “Yo soy Jehová...”, y prometió hacer cuatro cosas con Su pueblo: 1) Santificación: “yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto”; 2) Juicio: “os libraré de su servidumbre”; 3) Redención: “os redimiré con brazo fuerte”; y 4) Alabanza: “os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios.” Antes de beber cada copa se hace la bendición tradicional en hebreo: Baruj atá Adonai Eloheinu, melej ha-olam, boré pri ha-gafen, lo cual significa “Bendito eres Señor, Dios nuestro, Rey del universo, quien ha creado el fruto de la vid.” En el momento de la bendición, según la cultura judía, se levanta la vista al cielo para darle gracias a Dios, quien es nuestro Creador y Proveedor. En toda mesa de Séder se pone una copa adicional para el esperado profeta Elías, quien ha de venir en cumplimiento de las profecías para anunciar la llegada del Mesías. De esta manera, la cena es también una ocasión de expectativa mesiánica. Matza (Pan sin Levadura) Matza es un pan sin levadura en forma de galleta tostada. Debido a que la levadura representa el pecado, todo producto leudado es eliminado del hogar en esta época. Los cristianos reconocemos que la vida de Yeshúa era sin levadura, sin pecado, para ser ejemplo a nuestras propias vidas. Durante la narración del Séder judío, se recita lo siguiente: “¿Qué significa la levadura? Significa la masa que tenían nuestros padres en Egipto, que no tuvo la oportunidad de leudarse delante del Rey de Reyes, el único y Santo Dios, bendecido sea, quien se reveló a sí mismo a ellos y los redimió. Como se ha escrito, ‘Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida’” (Éx. 12:39). Hoy día, la masa fresca de la matza es rayada y agujereada antes de ser horneada (como lo fue Yeshúa al ser azotado y traspasado), para así asegurar que la masa no sea leudada. Sobre la mesa del Séder hay tres matzot (matza en forma plural), envueltos en un paño ceremonial. Éstos tienen un significado muy especial, lo cual será discutido más adelante bajo la sección titulada Afikomen. De la misma manera en que se bendice el vino antes de beberlo, hay una bendición tradicional a ser pronunciada antes de ingerir el pan: Baruj atá Adonai Eloheinu, melej haolam, le-jem min ha-aretz. Ésto significa “Bendito eres Señor, Dios nuestro, Rey del universo, quien produce pan de la tierra.” Es muy probable que cuando Yeshúa celebraba el Séder con Sus discípulos, e instituyó la Santa Cena, debió haber pronunciado estas mismas bendiciones sobre el pan y el vino. Hueso de Cordero El hueso del cordero representa el cordero pascual. Durante la tarde, previo a la noche en que el Ángel de la Muerte visitaría a Egipto, Dios ordenó a los israelitas que mataran un cordero sin mancha y sin defecto, y que pintaran los postes y el dintel de sus puertas con la sangre del cordero. Al pasar sobre las casas el Ángel de la Muerte y ver la sangre del cordero, éste pasaría de largo, y todos adentro serían guardados de los horrores de la muerte. Aquellos que no hicieron ésto, sufrieron la pérdida del primogénito de la familia. Como la promesa incluía todos aquellos que obedecieran las instrucciones dadas a Moisés, es posible que algunos egipcios, temerosos de Dios, pudieran haber sido librados al hacer lo mismo. Por otro lado, si algún hebreo ignoraba las instrucciones, el Ángel de la Muerte seguramente entraría a su hogar y sufrirían la plaga destinada para los egipcios. El creer y el poner en práctica la Palabra de Dios conlleva bendición o, de lo contrario, incurrirá en maldición, por lo que debe ser tomada muy en serio. Maror (Hierbas amargas) Las hierbas amargas que se comen durante el Séder, usualmente el rábano, nos recuerdan la amargura de la esclavitud en Egipto. A los cristianos también nos recuerda la amargura de la esclavitud al pecado. El que preside la cena levanta las hierbas amargas y dice, “¿Estas hierbas amargas, qué 6 significan? Los egipcios amargaron las vidas de nuestros padres en Egipto, según está dicho, ‘Amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor’” (Éx. 1:14). Hay muchos cristianos que sienten que es permisible regresar ocasionalmente a “Egipto” (al pecado). Creen que pueden pecar sin tener que sufrir alguna consecuencia amarga. Aquí, durante la cena del Séder, todos tienen la oportunidad de probar el sabor amargo de “Egipto”. Seguramente, usted no deseará regresar a Egipto, ¿verdad? Jaróset Los alimentos simbólicos de la Pascua nos recuerdan varios aspectos del éxodo de Egipto. Ésta es una pasta dulce de manzanas picadas, nueces, pasas, canela y vino dulce o jugo de uvas. Sirve para recordarnos la mezcla de barro que era utilizada para hacer los ladrillos en Egipto. Su dulzura representa la presencia de Dios en medio del pueblo, a pesar de la penosa servidumbre. Su presencia hizo posible alguna dulzura en medio de la situación amarga y difícil. Karpas (Vegetales verdes) Una pequeña porción de perejil o apio es introducida a un plato hondo que contiene agua salada, y luego es ingerida. Ésto sirve para recordar varias cosas: 1) el color verde de la primavera, durante la cual se celebra la Pascua, 2) el hisopo que fue utilizado para pintar los postes y dinteles de las puertas la noche de la liberación de Israel, ó 3) el agua salada del Mar Rojo, el cual atravesaron los hijos de Israel, sin definición nacional, saliendo a la otra orilla del mar a manera de nación propiamente establecida. También es tipo de un bautismo, o mikvé judío. Sobre todo, podría recordarnos las lágrimas saladas que fueron derramadas mientras vivían los israelitas en Egipto (o los cristianos mientras vivíamos en el pecado). Huevo asado El huevo asado es una reciente adición al plato del Séder. Algunos dicen que es un recordatorio de la destrucción del Templo, y sustituye el hueso del cordero sacrificado que ya no es posible hacer porque no existe Templo hoy día. Otros dicen que representa al pueblo judío, el cual ha sobrevivido severa persecución en el exilio por más de 2,000 años. El huevo es el único alimento que se endurece mientras más tiempo se cocina. Igualmente, los judíos alrededor del mundo han sobrevivido como pueblo a pesar de sufrir grandes tribulaciones y dolores. Afikomen (Postre) Quiero que miremos ahora más de cerca una matza especial. Aunque hay suficiente cantidad de matzot sobre la mesa para ser consumida durante la cena, hay tres matzot que se ubican sobre un plato especial (o en una envoltura especial), separada una de la otra. Éstos representan los siguientes: 1) la matza de encima: el Dios Creador que está en el cielo, 2) la matza del fondo: la humanidad que se encuentra en la tierra, y 3) la matza de en medio: el Sacerdote Intercesor. Al principio del Séder, los tres matzot son bendecidos, y la matza de en medio es removida, bendecida, quebrada, envuelta en un paño blanco, y escondida hasta finalizar la cena. Ésta se llama el Afikomen, una palabra griega que significa literalmente “postre”. Los niños en el hogar buscan esta matza escondida, y el hombre primordial de la casa la “compra” con un pequeño regalo o moneda del niño que la halla. Entonces es nuevamente bendecida y compartida entre todos para comer con la tercera copa de vino, la Copa de Redención. Para el cristiano, el Afikomen es un cuadro claro y preciso de Yeshúa. Esta matza representa al Mesías y Su vida sin levadura, o sin pecado. No hubo nada que lo inflara de orgullo. 7 En una ocasión, el Señor dijo, “viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí” (Juan 14:30). El pecado hace que nos inflemos de vanidad y orgullo (1 Cor. 5:2), pero no hubo nada de ésto en Yeshúa. La matza es rayada y perforada. Las Escrituras nos dicen que, “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados...” (Is. 53:5). También sabemos que fue traspasado a punta de lanza, como nos dice en Sal. 22:16: “horadaron mis manos y mis pies”. Tal como el Afikomen representa al sacerdote intercesor, que luego es quebrado, envuelto en un paño blanco y escondido, así también nos recuerda cómo nuestro Señor Yeshúa es nuestro Sacerdote Intercesor, quien fue también afligido y quebrado, envuelto en el lino blanco de la sepultura y escondido por tres días en la tumba. RECORDEMOS NUESTRA LIBERACION Algunos cristianos opinan que la Pascua y las demás fiestas levíticas carecen de significado para los creyentes Nuevo Testamentarios. Sin embargo, vemos claramente en Lev. 23:21 que éste no es el caso. La Pascua, como también las otras fiestas solemnes, se describen como celebraciones de “estatuto perpetuo” para recordar y enseñar de generación en generación. Vemos la confirmación en Zacarías 14:16, donde establece que las naciones gentiles algún día subirán a Jerusalén para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Aún Yeshúa dijo, con respecto a la copa de la Pascua, que no volvería a tomar de ella hasta que estuviera nuevamente con Sus discípulos en el Reino de Dios (Mar. 14:25). Aprendamos de nuestros hermanos judíos la necesidad y la importancia de conmemorar la obra redentora de Dios en su pasado histórico. Recordemos, con esa misma importancia, la obra redentora de Yeshúa en nuestra vida, y celebremos la verdadera libertad de nuestro pasado pecaminoso. ¿Atesora usted su momento de liberación y victoria sobre el pecado? En la Parte 2 de este estudio haremos una comparación de los elementos de esta tradición judía con los elementos de nuestra tradición cristiana de la Santa Cena, o de la Santa Comunión, y mencionaremos otros aspectos relevantes de la Pascua para el cristiano. Shalom desde Jerusalén, Clarence H. Wagner, Jr. Director Internacional Traducido por: Teri S. Riddering Editado por: Mayra Morales Muchos pastores, maestros bíblicos y personas laicas han escrito preguntando si pueden utilizar estas notas para sus mensajes y clases. La respuesta es un enfático, ¡sí! Por tal razón enviamos estos Estudios de Israel. Es mi esperanza que la información contenida en ellos pueda ser diseminada vez tras vez, ya sea oralmente o por medio de copias fotostáticas. "Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová." (Is. 2:3) 8