la luz como condicionante ambiental del diseño de espacios

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 LA LUZ COMO CONDICIONANTE AMBIENTAL DEL DISEÑO DE ESPACIOS La luz natural es un elemento imprescindible para la vida, sin exceptuar la existencia del ser humano. La vida del hombre también se desarrolla en refugios que ha ido construyendo a lo largo de la historia, por lo que, en los espacios la luz natural es fundamental. Según la RAE: luz1 (Del lat. lux, lucis). 1. f. Agente físico que hace visibles los objetos. Físicamente, la luz del sol es una forma de energía compuesta por fotones que actúa como onda cuando viaja y como partícula cuando es absorbida por los objetos. Tiene distintas longitudes de onda que afectan de forma diferente sobre nuestro organismo. Es un factor fundamental en el proceso de fotosíntesis y por lo tanto muy importante para la vida. En cuanto a los espacios, la luz natural es el material más universal y eterno y por lo tanto el diseñador de espacios debe dominarlo para hacer más fácil la existencia a los hombres. Sin luz no tenemos certeza de la forma de la realidad ni de transformarla (Alberto Campo Baeza, 2000) Según Rafael Serra, en su libro “Arquitectura y climas” (1999) la luz natural es calor absorbida por las superficies, por lo tanto, iluminar es calentar. Esto se debe tener en cuenta a la hora de diseñar un espacio y conocer la procedencia y los tipos de luz para que el rincón sea habitable y agradable en su uso. Hay diferentes tipos de luz natural y según el IDAE1 las características de la luz natural dependen de la latitud, la meteorología, la época del año, el momento del día y la calidad del aire. También variará según su procedencia, haz directo procedente del sol, luz natural difundida en la atmósfera (ambiental) y luz procedente de reflexiones. La luminancia2 del cielo depende del clima y de la latitud. En el Mediterráneo, la luz provoca un contraste excesivo y sobrecalentamiento interior, mientras que en la zona del Atlántico Norte, la bóveda celeste ocasiona una iluminación difusa y de menos intensidad. En los círculos nórdicos la luminancia del cielo procede un 30% del sol (en el Mediterráneo es del 70%) y se aprecia el albedo3 porque los otros tipos de luz no son intensos y se necesita de iluminación artificial. En el interior de las construcciones, hay diferentes tipos de luz según su dirección: horizontal, vertical y diagonal que vienen dadas por la posición de las aberturas al exterior. Según Alberto Campo Baeza, a lo largo de la historia de la usabilidad de espacios, se ha intentado que la luz 1
Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía 2 De los parámetros relacionados con el bienestar visual, la luminancia es lo que el ojo humano ve, y no la cantidad de luz. 3 Luz reflejada en las superficies exteriores
horizontal parezca vertical, porque las aberturas están en el plano vertical (fachadas), por lo que la luz entra horizontalmente. El tamaño y la posición de las ventanas establecen una relación del espacio interior del exterior y se expresa por medio del alzado. En el espacio iluminado cenitalmente, desde lo alto, la atmósfera es luminosa, privada e independiente del exterior porque no tiene ninguna relación visual. (Elías Torres, 2004). Con la luz cenital se niega el paisaje exterior a cambio de la reorganización de un espacio interior. Entendiendo la usabilidad de espacios como una relación entre interior‐exterior / protección–
exposición, el consumo de energía y las condiciones de confort no están exentas de esta relación y debieran ser factores a tener en cuenta a la hora de diseñar. Algunas metodologías practicadas a lo largo de la historia se han ido manteniendo hasta que toparon con nuevas tecnologías, que solucionaban algunas dificultades sin tener en cuenta toda la problemática global, dejando otros sin corregir o poniendo parches a las complicaciones surgidas. Estas metodologías parecían tener en cuenta la forma, el material y la función para la resolución de problemas; en este momento, y frecuentemente, prevalece la estética y la forma por encima de la función y la resolución de protecciones contra agentes meteorológicos, encontrando así edificios vidriados con sistemas de climatización activados todo el año, por la falta de orientación previa de la construcción y selección errónea de materiales. Dependiendo del clima y la latitud las necesidades de protección serán diferentes. Por ejemplo, en los climas calurosos se busca la máxima inercia térmica mediante ventanas pequeñas, edificios casi enterrados y patios interiores con sombra, en cambio, en las regiones frías los edificios son compactos y las aberturas pequeñas. A diferencia de los climas extremos, en los climas templados hay grandes cambios durante el año y por eso se debe estudiar el entorno más próximo y conocer el terreno y los vientos. Para el bienestar intervienen parámetros ambientales4 y de confort5, pero sobre el primero que se debe actuar es sobre los parámetros ambientales En los países mediterráneos la arquitectura es blanca y refleja toda la luz y el calor. Las persianas de las ventanas son oscuras, pero entra luz suficiente (reflejada a través de las lamas) y por tanto toman esa dirección, llegando al techo blanco y desde aquí difundiéndose por el espacio. La luz en un espacio es un problema de equilibrio entre las claridades y como la luz que consigue penetrar es difusa hay un equilibrio de luminancias entrando en zona de confort visual y térmico porque las lamas han reflejado el calor. En invierno se necesitan aportes de energía ya que la radiación exterior es escasa, para conseguir este aporte extra se deben orientar las oberturas al sol de invierno (sur‐sur oeste) y aislar el aire interior En verano la radiación solar procede del este y del oeste por lo que se debe evitar la energía radiante indirecta oscureciendo las estancias durante el día y evitando la radiación remitida. 4 Términos energéticos o independientes a los usuarios 5 Corresponden a los usuarios (biológico, fisiológico, sociológico, psicológico…) Para evitar el sobrecalentamiento por radiación se pueden utilizar barreras vegetales al este y al oeste además de orientar el edificio a sur y norte, prescindiendo de oberturas a levante, poniente o cenitales y protegiendo con aleros la fachada sur. Para evitar la radiación reflejada es necesario oscurecer las aberturas pero permitiendo la ventilación. Lo más importante es detener la radiación lo antes posible. Esta certeza debe estar sobreentendida en la etapa de conceptualización y posterior diseño y no de un sistema de soluciones para resolver problemas no considerados previamente. Para ello cada espacio será diseñado en relación a la zona climática, el entorno próximo y la orientación de las aberturas para su optimización de iluminación natural y utilización de energía térmica causada por la radiación. 
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