SUPERACIÓN PROFESIONAL IMAGEN ÓPTICA • PERIODISMO CON VISIÓN FÁCIL MANERA DE CONVERTIRTE EN UN BUEN CONVERSADOR LAE Patrick Devlyn Mortensen Devlyn Ópticos • Nuestros pacientes/clientes quieren un oyente interesado, para poder revelar su yo y narrar todas sus experiencias. • Escuchemos con atención. Escuchemos activamente por qué tenemos profundo interés en lo que dice nuestro paciente/cliente. Naturalmente, estará complacido. Esa manera de escuchar es uno de los más altos cumplidos que se pueden rendir. • Pocos pacientes/clientes se libran del implícito elogio sincero que hay en el óptico u optometrista oyente absorto. • ¿Cuál es el misterio, el secreto de un feliz interrogatorio con un paciente/cliente? No hay misterios en un interrogatorio exitoso... Es muy importante prestar atención exclusiva al paciente/cliente que habla. Nada encierra tanto halago como eso. ¡¡¡Escuchemos activamente... no pasivamente, a nuestro paciente/cliente!!! Es decir, escuchemos con nuestros ojos tanto como con nuestros oídos. Escuchemos con nuestra mente y consideremos atentamente lo que nuestro paciente/cliente tiene que decir, mientras lo dice. Al final de la entrevista, nuestro paciente/cliente sentirá que sus palabras han llegado a su destino. Es muy importante prestar atención exclusiva al paciente/cliente que habla. Nada encierra tanto halago como eso. ¡¡¡Escuchemos activamente... no pasivamente, a nuestro paciente/cliente!!! 52 IMAGEN ÓPTICA • AÑO 7 • VOL. 7 • NOV-DIC • MÉXICO 2005 • ¿Evidente, verdad? No hay necesidad de estudiar cuatro años en Harvard para descubrirlo. Sin embargo, conocemos ópticos y optometristas que alquilan costosos locales, que compran sus instrumentos oftálmicos de clase mundial... de punta... muy sofisticados, que compran sus productos oftálmicos de primera clase, que adornan sus aparadores y/o vitrinas con sapiencia, que gastan mucho dinero en publicidad, y emplean después profesionales de la salud visual sin el sentido común necesario para ser buenos oyentes, colegas o asociados que interrumpen a los pacientes/clientes, los contradicen, los irritan, y los echan casi de la óptica. • Cada vez que un paciente/cliente quiera hablarnos sobre cualquier cosa, dejemos de hacer cualquier cosa que estemos haciendo, y escuchémosle activamente. • El paciente/cliente más desafiante, incluso el crítico más violento, se suavizará y apaciguará frecuentemente en presencia de un óptico u optometrista que muestre paciencia y simpatía: un especialista de la vista que guarde silencio en tanto el iracundo paciente/cliente se dilate como una cobra y suelte el veneno de su sistema. • Escuchemos y dejemos que el iracundo goce en la expresión de sus quejas. Escuchemos atentamente y digámosle que le entendemos, lo comprendemos... y demostrémosle nuestra simpatía. • Escuchemos activamente todo lo que diga el paciente/cliente. Aunque sintamos tentaciones de interrumpirlo, comprendamos que eso sería una mala política. Dejémoslo hablar y hablar, pues, hasta que se agote. Cuando por fin se calme y parezca de mejor SUPERACIÓN PROFESIONAL IMAGEN ÓPTICA • PERIODISMO CON VISIÓN actitud, digámosle: “Sinceramente, lo comprendo. De verdad, le entiendo... Y le recomiendo...” • Demasiados ópticos y optometristas no logran causar una impresión favorable porque no escuchan con atención... activamente: sólo pasivamente. Están tan preocupados por lo que van a decir, que no escuchan nada... Nuestros pacientes/clientes prefieren buenos oyentes a buenos conversadores, pero que la habilidad para escuchar parece más rara que cualquier otra cualidad optométrica. • Muchos de nuestros pacientes/clientes sólo quieren un oyente amigo, comprensivo, ante quien volcar sus deseos y/o necesidades visuales. Eso es todo lo que nos hace falta cuando nos vemos en dificultades. Eso es, frecuentemente, lo que quiere el paciente/ cliente irritado, o el colega insatisfecho, o el amigo disgustado. • Una de los más grandes personas en el arte de escuchar, en los tiempos modernos, es la Opt. Nelva Mortensen de Devlyn. Tiene cualidades que nunca he visto en ningún otro óptico u optometrista. Da a sus pacientes/ clientes una atención concentrada. Y no se trata en absoluto de una mirada penetrante y agresiva. Sus ojos son cálidos y simpáticos. Su voz es grave y bondadosa. Gesticula poco. Pero la atención que presta, su captación de lo que dicen sus pacientes/clientes, aun cuando se expresan mal, son extraordinarias. ¡¡¡ES INDESCRIPTIBLE LO QUE SE SIENTE CUANDO UNO ES ESCUCHADO ASÍ!!! Tanto el óptico u optometrista como el profesional de la salud visual que sólo hablan y piensan de sí mismos, carecen de toda educación. No son educados por mucha instrucción que tengan. 54 IMAGEN ÓPTICA • AÑO 7 • VOL. 7 • NOV-DIC • MÉXICO 2005 • Si queremos que los posibles pacientes/ clientes nos eludan y se rían de nosotros apenas nos vuelvan la espalda, y hasta nos desprecien, aquí tenemos la receta: Jamás escuchemos mientras hablen. Hablemos incesantemente de nosotros mismos. Si nos ocurre una idea cuando nuestro paciente/ cliente está hablando, no lo dejemos terminar. No es tan vivo como nosotros. ¿Por qué hemos de perder el tiempo escuchando su estúpida charla? Interrumpámosle en medio de una frase. ¿Conoces tú a algún óptico u optometrista que proceda así? Todos, desgraciadamente; y lo asombroso es que algunos de ellos figuran destacadamente en la sociedad optométrica. Majaderos, eso es lo que son: majaderos embriagados por su propio yo, ebrios por la idea de su propia importancia. Tanto el óptico u optometrista como el profesional de la salud visual que sólo hablan y piensan de sí mismos, carecen de toda educación. No son educados por mucha instrucción que tengan. • Si aspiramos a ser unos buenos conversadores, seamos unos oyentes atentos. Para ser interesantes, hay que interesarnos. Preguntemos cosas que nuestros pacientes/clientes se complacerán en responder. Alentémoslos a hablar de sí mismos, de sus deseos y necesidades visuales, su historia ocular y médica... y la de los miembros de su familia directa. • Recordemos que el paciente/cliente con quien hablamos está cien veces más interesado en sí mismo y en sus necesidades y sus problemas que en nosotros y nuestros problemas. Sus deseos y necesidades visuales le importan más que una epidemia que mate a un millón de personas en China. Una ametropía significa para él una catástrofe mayor que cuarenta terremotos en los EE.UU. Pensemos en esta pura verdad la próxima vez que iniciemos un interrogatorio. Seamos buenos oyentes. Animemos a nuestros pacientes/clientes a que hablen de sí mismos... y, especialmente, de sus deseos y necesidades en particular.