LUNES, 6 DE ABRIL Hch 2, 14. 22-33. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos l Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti l Secuencia. Ofrezcan los cristianos... l Mt 28, 8-15. Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán. MARTES, 7 DE ABRIL Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor 5 Abril Las LECTURAS de esta semana Hch 10, 34a. 37-43 l Hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Sal 117 l Este es el día en que actuó el Señor. Col 3, 1-4 l Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo. Secuencia l Ofrezcan los cristianos. Jn 20, 1-9 l Él había de resucitar de entre los muertos. Hch 2, 36-41. Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesús l Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra l Secuencia. Ofrezcan los cristianos... l Jn 20, 11-18. He visto al Señor y ha dicho esto. MIÉRCOLES, 8 DE ABRIL Hch 3, 1-10. Te doy lo que tengo: en nombre de Jesús, levántate y anda l Sal 104. Que se alegren los que buscan al Señor l Secuencia. Ofrezcan los cristianos… l Lc 24, 13-35. Lo habían reconocido al partir el pan. JUEVES, 9 DE ABRIL Hch 3, 11-26. Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos l Sal 8. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! l Secuencia. Ofrezcan los cristianos... l Lc 24, 35-48. Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día. VIERNES, 10 DE ABRIL Hch 4, 1-12. No hay salvación en ningún otro l Sal 117. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular l Secuencia. Ofrezcan los cristianos... l Jn 21, 1-14. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. SÁBADO, 11 DE ABRIL Hch 4, 13-21. No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído l Sal 117. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste l Secuencia. Ofrezcan los cristianos... l Mc 16, 9-15. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. OBISPADO DE PALENCIA www.diocesispalencia.org [email protected] Él había de resucitar de entre los muertos E l primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Pascua también acontece en nosotros: es un estilo de vida, una mentalidad nueva. La Pascua de Cristo debe contagiarnos y convertirse en Pascua nuestra, de modo que imitemos su vida nueva. Es lo que le preocupa a Pablo, en su carta a los Colosenses. Si celebramos bien la Pascua, también debemos morir a lo viejo que hay en nosotros y resucitar a lo nuevo. Porque Cristo sigue vivo, también nosotros debemos morir al pecado y vivir con Él la novedad de su misma vida. Juan 20, 1-9 ¡No está aquí: ha resucitado! N aturalmente, el mensaje de este día de Pascua es la Resurrección de Cristo: la noticia mejor de todo el año, celebrada en la liturgia y vivida en nuestra existencia. Es la noticia que cambió la vida de los primeros discípulos, la que proclamaron con valentía Pedro y los demás apóstoles y la que sigue dando sentido a la vida de tantas personas y de tantas comunidades cristianas. Tenemos que dejar que en este día resuenen con toda su fuerza palabras como éstas, pronunciadas por Pedro: “A Jesús lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó al tercer día y lo nombró Juez de vivos y muertos”; o el anuncio gozoso del ángel a las mujeres, según el Evangelio de la Vigilia Pascual (Mc 16, 1-8): “¡No está aquí; ha resucitado!”. Es bueno detenernos en esta convicción: Cristo es el que vive; porque nos hace falta saber y sentir que Cristo no sólo es el que resucitó, sino el que sigue vivo entre nosotros, y nos alienta y nos da fuerza y esperanza. La Resurrección de Jesús, de esta manera, no quedará como un acontecimiento del pasado, sino como una realidad siempre actual en la vida de la Iglesia y de toda la humanidad. ¡Cristo sigue vivo! Y no olvidemos que la Pascua es algo más que una fiesta o un tiempo litúrgico. Ni siquiera la podemos reducir a celebrar la Resurrección de Jesús. La ESTE ES EL DÍA EN QUE ACTUÓ EL SEÑOR Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor. El Señor es Dios, él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.